Lejos de la humanidad

Escuche aquello que queria decir Z sintiendo que toda mi confianza en ella, o casi toda se desvanecia. La escuche y me calle dejandola hblar para finalmente preguntarme por algo a lo que debia responder.
-Deberia entegarte, si. Pero ellos no sabrian que hacer contigo y...aparte no estaba yo en el momento del atentado para poderte parar los pies y darme a conocer como heroe.
Dije con una minisonrisa, esperando algo de confianza con aquella respuesta. Tras decir eso me levante hacia uno de los cajones y tras sacar la sustancia del boli mire a Z con algo de dudas y desconfianza. Quizas solo era asi  por volverse humana, o quizas por que habia algo bueno en ella al fin y al cabo.
-si, es esto. Y se que es tener un digimon, aunque no sea como el tuyo. El mio solo me trae problemas a la hora de pelear, o de enamorarme. Esta ultima vez me controlo y...me hizo ir al digimundo donde ambas acabamos enfermas. Yo....
Mire al tubo dubitatiba y se lo extendi a Z.
-Te lo doy conla condicion de que me ayudes a controlarlo y ser parte de mi. No era mi digimon elegido, por lo que dijo Andrew, pero deberia poder unirme mejor a el. Y no tener tantos...problemas
Dije mirando a Z sin soltar el tubo mientras esperaba su respuesta.

No aparté los ojos del frasquito que contenía mi única posibilidad de curarme y salvarme. Ahí estaba mi regreso de poder, mi inmortalidad, mi ascenso a la gloria. Sonaba egoista, pero como ya había dicho, no podía convertirme en una humana normal y corriente, sin poderes ni fuerza... No concebía una vida sin poder.

Extendí la mano hacia ella, sonriendo de lado cuando mencionó que hubiera querido detenerme ella misma para darse a conocer como heroína. Evidentemente no dije lo que pensaba. Ella sola no habría podido detenerme, ni mucho menos detener a los demás que habían participado en la caída de la estatua. Y obviamente, no le dije tampoco que aunque hubiera sucedido lo de ese día, no iba a dejar de causar problemas a los humanos. Puede que no volviera a molestarlos a ella y a Andrew, pero no había dicho nada de vovlerme buena, ni de perdonar a la humanidad...

<< Cógelo de una vez... >>dijo Aeirmon en mi mente, con voz rota. Con un brillo de júbilo en mis ojos, tragué saliva, y antes de que Keilyn decidiera echarse para atrás, tomé el frasquito, llevándomelo inmediatamente a los labios. Lo abrí, y vertí su contenido en mi boca. Lo tragué al instante, sin pararme demasiado a ver como sabía, aunque su saber era como de medicina... muy apropiado, la verdad. El liquido pasó por mi garganta, y sus propiedades pronto recorrieron todo el sistema de mi cuerpo, reparando lo dañado, y regenerando la esencia digimon.

Abrí mucho los ojos, cuando un calambre, esta vez agradable, me recorrió el cuerpo. Aeirmon gritó de euforia en mi interior, como resurgida de sus cenizas, lo que un ataque de alegría me dibujara una amplia sonrisa en el rostro.

- Vuelvo a ser yo...-murmuré, mirando a Keilyn. Sin previo aviso, me lancé sobre ella, abrazándola con fuerza, verdaderamente agradecida-. Hermana... me has salvado...

Suspire viendo como Z recibia su medicina, como parecia sentirse mejor enseguida. Tras eso sin previo aviso  me abrazo. Pero esta vez era un abrazo de verdad, de confianza y cariño.Sonrei y correspondi.
-Os salve a las dos, pero ahora se buena y recuerda que no debes hacer daño a andrew.Por favor... no causes problemas. No me hagas sentirme mal.
Dije mimrandola y sentandome en el sofa algo cansada.
-Hazme sentir orgullosa de ti..porfavor

Sonreí con cariño. Quizás podría guardarle un lugar en el corazón a esa chica, ya que era mi hermana, y la única que había confiado en mí a pesar de saber de mi pasado, de mi personalidad, y de mi odio hacia Andrew... Aún así había pensado que podría ser buena persona, que podría cambiar... Aunque evidentemente, se había vuelto a equivocar. Puede que pasara mucho tiempo antes de que decidiera cambiar siquiera, tenía demasiado rencor acumulado.

Me separé de ella, mirándola fijamente, la sonrisa que hube tenido antes, ahora comenzó a debilitarse, hasta desaparecer, al recordar la promesa que la había hecho a Andrew. Cerré los ojos un segundo, para abrirlos después y clavar en Keilyn una mirada severa y seria.

- Keilyn, tengo que irme-me levanté del sofá, ahora evidentemente más segura que antes, más fuerte, más renovada-. Pero te prometo que de una manera o de otra, estarás orgullosa de mí...

Solté una suave risa y le revolví el pelo. Volví a abrazarla, rápidamente, y caminé hacia la salida.

- Soy tu hermana mayor, supongo que tengo que hacer que sientas admiración hacia lo que haga...-abrí la puerta, y sin darme la vuelta, dije, por última vez-. Pórtate bien, yo tengo que irme y no volveré en un largo tiempo...

Salí de la casa, crucé el jardín, y cuando salí a la acera, me coloqué la capucha negra para ocultar mi rostro.

Asenti y la abraza una vez mas. Luego la deje irse sin pegas mirando a la lejania. entonces me tumbe de nuevo en el sillon para dormir un rato mas. Andrew no tardaria en llegar, ya lo olia desde la lejania.