[California] Entrenamiento

Despues de su aventura en París, Decidio visitar nuevos paises y conocer gente, conocer nuevo paisajes pero lo importante, entrenar con mi compañero, el cual no sirvio de mucho en la antigua lucha que tuvieron con aquellos dos digimon de hielo, Le molesto mucho que aquel pelirojo le dijiera debil, el cual podria pisar en cualquier momento.

Pero para olvidarse de eso , fue a la costa la cual era muy famosa por sus atracciones, Ferias, comidas, paisajes, en todo lo cual le ayudaria a olvidarse de París y descansar un poco mas que la ultima vez.

Era un día despejado, soleado, caluroso y veraniego en las costas de California, en donde una feria se encotraba en plena actividad, recibiendo y entreteniendo a los turistas o a los mismos habitantes de la ciudad en la que se encontraba dicha feria. No parecía que hubiese nada que hiciera de ese día uno malo, se olía a mar, se sentía la brilla costera, las gaviotas graznaban con paz y armonía, esperando ser capaces de llevarse algo de comida a la boca ese día.

La feria estaba a tope de gente ese día, muchos desconocían las noticias de ese día, otros, se frotaban las manos, preocupados, ante lo que pensaban que se iba a avecinar. Porque, hacía apenas una noche, la Ciudad de Nueva York había tenido una enorme pérdida, su señora había caído… Sí… La aclamada Estatua de la Libertad, el símbolo estadounidense, había sido derribada y derrumbada.

Las autoridades habían afirmado que simplemente había sido un desgaste del material de la señora de piedra, pero los periodistas sabían la verdad, y no habían tardado en hacerlo público.

- …Puede que estemos ante un acto de terrorismo, aunque todavía se desconoce el origen de dicho plan boicoteador. Fueron avistadas un grupo de personas ese día, sin duda los causantes de dicha catástrofe, y aunque por desgracia ninguno fue atrapado, la policía, el ejército y el FBI están haciendo lo posible para resolver este caso. Y respecto a los múltiples cadáveres mutilados de los guardias de la isla, los médicos forenses están confundidos, según ellos, jamás habían visto heridas de ese calibre en lo que llevaban de profesión. Al parecer, estas están causadas con algún tipo de arma filosa y…

- Madre Mía…-decía un feriante mientras miraba las noticias que su televisión portátil le ofrecía-. Aquí está pasando algo crudo, te lo digo yo… Algo que los peces gordos no quieren que sepamos...-El hombre, fuerte, alto y de mediana edad, se mesó la barba, evidentemente preocupado-. Suerte que estamos al otro lado del país, que si no…-El hombre desvió sus ojos oscuros hacia un muchacho moreno que acababa de pasar por su puesto-. ¡Eh, chaval! ¿Quieres probar mi juego? Es fácil, solo tienes que intentar pescar el pez del acuario... Si lo consigues, ganarás un fabuloso premio de ahí-añade, señalando unos peluches del fondo, de los cuales destacan una especie de cría de dragón rojo y un gato negro con guantes.

Escuchando la noticias, suspiro colocando las manos en su cabeza apunto de irse a la playa, escucho una voz la cual lo llamaba, se volteo observando que era un viejo en otro puesto el cual le ofrecio jugar, y si acertaba ganaba uno de los peluches. Se acerco al juego observando a dos en particular, Un gato negro con guantes, y una especie de dragon rojo el cual le llamaron la atención.

Observo al viejo sacando una galleta, la cual coloco en su boca empezando a disfrutar de esta, Pero le preocupaba que pudiera haber digimon cerca lo cual coloco una mano en el bolsillo la cual tenia su digivice algo escondido.

El señor del puesto miró al chico, con la cabeza ladeada, y sonriéndo, tratando de ocultar su preocupación ante la serie de noticias que estaban echando por la televisión en general a todas horas. Se agachó para coger una caña de pescar de juguete de debajo del mostrador, y justo en ese momento, uno de los "peluches" se movió. Se trataba del dragoncito rojo, que le había dado un pequeño golpecito al gato negro, que a su vez le respondió con una mirada asesina. Fue en ese instante, en el que el señor finalmente se levantó de nuevo y le mostró al muchacho la caña, sonriendo amablemente.

- ¿Qué dices, chico? ¿Te animas o no? Es muy fácil de conseguir-dijo el feriante-. Y sólo es un dolar-añadió, guiñándole un ojo.

Observando a los peluches,noto que estos del todo no eran de felpa, lo cual suspiro observando al señor, sacando un dolar de el bolsillo entregandocelo, agarro la caña algo calmado pero a la vez decidido por agarrar uno de esos extraños peluches. Cuando iba a lanzar la caña su digivice marco dos puntos rojos, y empezo a sonar ,lo cual lo interrumpio colocando la caña en el mostrador sacando el digivice que empezo a sonar como loco.

Oye, Si esto esta asi es por que hay mas digimon aparte de mi aqui.-Dijo al comunicador de el chico el cual se percato denuevo a los peluches el cual el dragon le habia golpeado a el gato negro con guantes.

El feriante sonrió ampliamente y asintió, aunque después frunció el ceño al ver al chico detenerse y decir algo en voz baja. Se asomó por el mostrador y miró al muchacho, mientras se rascaba la nuca.

- ¿Has dicho algo, joven?-inquirió, interesado-. Perdona, creo que empiezo a tener algo de sordera-añadió, riendose alegremente.

Mientras el hombre hablaba con el muchacho, el peluche rojo que anteriormente había golpeado a su compañero, saltó del estante silenciosamente para salir por la puerta de atrás. El gato negro (que en realidad era hembra) gruñó, furioso, pero también salió de la caseta sin hacer ruido, dispuesto a seguir al dragoncito rojo que había salido.

Una vez fuera, atrás de la caseta, se encontraron en una especie de callejón en donde se encontraban los generadores de energía a los que iban conectados unos cables que alimentaban la electricidad de los puestos de esa zona.

- ¡Eres estúpido!-exclamó la gata negra, molesta-. ¡Casi nos descubren! ¡Ese humano te ha visto moverte!

- OWO Pero es sólo un humano... Master dijo...-comenzó a decir el dragoncito rojo, pero su compañera le interrumpió, visiblemente airada.

- Ella dijo que no tenían que descubrirnos... Si no te hubieras dejado ver la noche pasada, no tendríamos por qué escondernos de las autoridades humanas-suspiró, cansada ya de intentar razonar con ese digimon-. Mira, será mejor que volvamos, tenemos que contarle lo que hemos descubierto hasta ahora.

- ¿Me comprarás un helado?

- Síiii... seguuuro...

El pequeño dragoncito sonrió ampliamente y siguió a la gata negra animadamente, como si de verdad se hubiese creído que le iban a comprar un helado, aunque en la postura de la gata se veía claramente que no lo iba a hacer.

los digimons:

Al escuchar a el señor, disimulo tratando de cambiar el tema pero le parecio gracioso el comentario soltando una pequeña risa.Agarro la caña y la lanzo hacia un acuario, el cual habia un pez dorado y le llamo la atención si podria picarlo, luego de 1 minuto de forzejeo atrapo al pez sacandolo hacia el mostrador.

Quisiera ese Gato Negr...-No continuo hablando notando que ya no estaba la especie de dragon rojo y el gato negro donde estaban los premios lo cual lo sorprendio recordando las palabras de Bearmon quizas eran digimon, o quizas los habian robado el aun no podria saberlo y esa duda lo empezo a molestar, pero para disimular su enojo señalo un perro con un corazón en la mano que habia en los premios.

Los dos digimons caminaron en dirección a su destino, más dispuesta BlackGatomon que Veemon, puesto que este solo quería un helado. De modo, que ambos entes digitales giraron para ir por una callejuela, infiltrándose en la gente... Seguramente nadie echaría ninguna miradita al suelo, y aunque lo hicieran, pensarían que eran algún tipo de disfraz.


El señor sonrió, complacido por que el niño hubiera conseguido coger nada menos que el pececillo dorado. No parecía para nada disgustado por haber perdido algún premio, sino que se alegraba de verdad de ese chico se hubiera llevado algo. Sin embargo, cuando el joven señaló el premio que quería, el feriante frunció el ceño... Allí no había nada.

- ¿Pero qué...?-parpadeó confundido-. Ahí antes había unos peluches, ¿dónde se han metido?-se rascó la cabeza; evidentemente no parecía saber nada de la desaparición de los peluches... O eso, o que actuaba muy bien.

Pero, si el joven humano se percataba, podría ver que los dos "peluches", escapaban de la caseta en donde habían estado expuestos.

El chico enojado se aparto de el puesto empezando a caminar por la feria buscando a el gato negro y al dragoncito rojo, Suspiro sacando su digivice observando que este marcaba dos puntos rojos, pero la señal era muy debil pero al parecer se movian lo cual hizo entrar en razón eran dos digimon los cuales se hacian pasar por peluches

Que idiota fui...-Dijo con la mirada baja algo enojado aun con si mismo , cuando la señal de los dos empezo a sonar de nuevo.

BlackGatomon comenzó a correr a cuatro patas, mientras que Veemon iba a dos, más lento que la gata digital, y por ende, más propenso a distraerse. Por eso, al ver el puesto de helados, no pudo evitar quedarse quieto, mirando fijamente los cucuruchos y las bolas de sabores, con una expresión en la cara de estar en el paraiso.

- Kaliii...

Suerte tuvo el Veemon de que la gata tuviera un agudizado oído, y de que le hubiera escuchado a metros de distancia, porque si no, se hubiera quedado solo, perdido, y a mercer de cualquiera al que le entrara curiosidad por saber de su naturaleza. La gata negra, de malos humos, le agarró de un brazo y tiró de él, mientras que el dragoncito rojo lagrimeava un poco por ser separado de su dulce favorito.

- Quiero un helado...

- Ahora no, novato. Ya sabes que tenemos trabajo, y no tengo dinero... Pídeselo a "ella" cuando nos reunamos.

El dragoncito rojo gimoteó un poco, pero al final asintió, y se dejó llevar hacia una de las salidas de la feria, que justamente daba a la zona surfera de la playa, en donde había cabañas de madera para alquilar tablas de surf, canoas, velas y demás vehículos acuáticos para meterse en el agua si a uno no le apetecía mojarse o nadar demasiado, pero sí oler el aroma salado que provenía del mar.

Luego de buscar la señal desesperado, esta se desvanesio lo cual le hizo molestar algo, pero olvido por que habia venido a california, un descanso asi que decidio relajarse comprandoce un helado y caminando hacia el muelle. Luego de un rato de llegar al muelle se sento en una barandilla rota la cual se podria ver como caia el sol, un bello amanecer en opinión de el chico.

Despues de un rato, decidio irse hacia la costa, para nadar y luego seguir con la misión de seguir a aquellos dos extraños digimon que habian estado en la feria.

Ambos digimons caminaron por la playa, uno al lado del otro, hacia las casetas. Por suerte, no había mucha gente a la playa, así que eso facilitara que no hubiera muchos que les vieran, por no decir ninguno. Rukriel seguía empecinado en querer un helado, pero Kali seguía con un postura, además de que tampoco tenía dinero para pagarlo, y no iba a perder su precioso tiempo en robar solo porque el dragoncito quisiera.

Al cabo de unos minutos, ambos digimons avistaron la caseta de madera, en donde un muchacho de cabellos negros y ojos azules, vestido únicamente con unos pantalones surferos, estaba sentado en una butaca detrás del mostrador, y comía un helado de chocolate, evidentemente aburrido al no poder prestar sus servicios... Porque no parecía que mucha gente estuviera dispuesta a alquilar una tabla de surf, o una canoa, o una vela...

El chico, vio de lejos a las dos criauras, y las miró con una ceja alzada.

- ¿Queréis algo, "pequeños"?-inquirió a los supuestos "niños disfrazados", aunque con un especial énfasis en la última palabra dicha.

chico:

Luego de disfrutar, un rato en la feria, decidi ir a la playa a relajarme esperando a que anocheciera para ir a buscar a los dos digimon, luego de caminar por un rato observo a un chico de pelo negro con ojos azules a los lejos el cual estaba con los dos digimon que habia visto antes. Al reaccionar saco a su compañero bearmon el cual fue corriendo hacia ellos rapidamente.

Hey chico, Alejate de esas cosas rapido !.-Grito al chico de pelonegro con ojos azules el cual estaba cerca de las dos criaturas, Mientras que Bearmon acumulaba energia para digievolucionar transfirieindocelas a mi mano haciendo una carga de energia haciendo que este digievolucionara a Dobermon.

A Por ellos !.-Dijo Dobermon corriendo mas rapido que yo tratando de apartar a el chico.

Kali y Rukriel llegaron junto a la caseta, este último quedandose mirando, embobado, el helado que el muchacho se estaba tomando. Sería un momento curioso, de no ser porque el humano, era yo, y porqur sabía perfectamente lo que le gustaban los helados al pequeño dragoncito... Después de aquello, tendría que comprarle uno para que no le diera un ataque de hiperactividad depresiva (si, scababa de relacionar dos coceptos completamente contrarios).

Me incorporé un poco, pero entonces un grito me alertó, haciendo clavar una letal mirada en un humano... y en su digimon. Dios, un tamer allí no, era con lo que menos me apetecía lidiar después de derrumbar la estatua. Aunque gracias a mi perfecto disfraz, ni sería capaz de relacionarme con el "acto terrorista". Chasqueé la lengua, molesta, mientras miraba a mis digimons. Estos, al notar mi insatisfacción, bajaron las orejas del miedo y retrocedieron con la cabeza gacha, como disculpándose por el tontísimo error de traer a un humano ante mi presencia.

- Tsk... volved a la pokeball-extendí la mano, agarrando el digivice IC e hice que se introdujeran dentro para que no molestaran. Después solo volví a sentarme en la silla, apoyando los pies en el mostrador de manera relajada, e hice un leve gesto con la otra mano, en un movimiendo ascendente hacia arriba.

De repente, como siguiendo mi movimiento, un muro de aire filoso se levantó entre el humano y yo, obligándole a él y a su compañero a detenerse para que no se estrellaran contra la caseta. Sin embargo, tan pronto como se pararan, el muro de aire cortante se disiparía, para poder hablar más tranquilamente.

- ...-guardé el dispositivo en un bolsillo y entrelacé los dedos de las manos sobre la tripa, observando cualquier movimiento por parte del tamer y de su compañero.

Luego de ir corriendo observando que este no le preocupaba se sento sobre el mostrador haciendo que estos volvieran a su digivice, pero de un momento a otro hizo un gesto de levantamiento haciendo aparecer alfrente de nosotros una especie de muro de aire comprimido, Esto hizo que nos detuvieramos de inmediato ya que podria ser peligroso tocarlo ya que por algo lo hizo aparecer.

Tsk.. Idiota...-Dijo suspirando un poco estirandose empezando a reirse un poco para luego sacar su digivice haciendo que su compañero volviera adentro de este, suspiro de nuevo solo que este un poco mas largo sacando sus auriculares colocandocelos.

Observé, no muy sorprendida, que el humano y el digimon parecían poseer un mínimo de inteligencia, porque se detuvieron, y se quedaron esperando a que el muro desapareciera. Cuando este lo hizo, deje asomar una leve sonrisa de desdén. Desvié la mirada un momento hacia el suelo, en donde se encontraba el verdadero humano moreno de ojos azules, amordazado y maniatado para que no se moviera. Se removía, y trataba de soltar gemidos para intentar llamar la atención de cualquiera que se encontrara cerca. No obstante, al sonreírle, me miró con terror, y enmudeció, lo que hizo que me riera un poco y regresara mi atención sobre el tamer humano.

- ¿Qué te trae hasta mí, humano?-inquirí, ignorando el hecho de que se había reído de mí, al ponerse esos auriculares. Una falta de respeto, sin duda, pero bueno, lo dejaría pasar.

- ¡Mmmm! ¡Uhmmm!-el humano amordazado, al descubrir que había alguien cerca, trató de nuevo de llamar la atención, así que se llevó una patada en la cara por mi parte.

Observando como hablaba suspiro soltando una pequeña risa, ya que no podia oirle , Luego de un momento trato decifrar lo que habia dicho leyendo lo que trato de decirme , Entiendo algo como que hacia aqui asi que decidi quitarme los auriculares sacando un dulce de su bolsillo empezando a comerlo, para luego soltar una pequeña risa aun observandole.-..Lo dice el que no puede mostrarse, Vengo por los dos pequeños que tienes, Tamer...-Dijo a el chico el cual se podria oir como unos gemidos aun lado de donde estaba, lo cual le hizo pensar que tenia alguien ahi escondido o solo eran sonidos algo extraños.

Volvió a reirse. Ese humano. En mi cara. Una vez, pase, pero ya habían sido tres, lo cual comenzó a molestarme un poco. Bajé los pies del mostrador y me incliné para adelante, con un brillo extraño en los ojos, para observarle más detenidamente. Se quitó, finalmente, los cascos de los oídos, y comenzó a hablarme en un tono que no me gustó. ¿Por qué iba a tener que darle explicaciones a él? ¿Acaso no sabía que no debía hablar tan calmadamente con desconocidos, y menos meterse en sus vidas? Di un leve resoplido.

- Perdóname, pero no entiendo lo que estás diciendo. ¿Acaso no estoy trabajando? ¿Mostrarme? Ya me estás viendo, ¿no? No pienso alejarme de mi negocio, para algo me pagan...-la verdad es que de verdad no entendía muy bien a qué venía eso, porque no creo que se refiriera a mi sutil disfraz, porque era imposible que supiera de eso.

Sentí entonces un cosquilleo en la pierna, y saqué el digivice. Kali apareció en la pantalla y con solo una mirada entendí qué quería decirme. Clavé la mirada de nuevo en el humano del Dovermon, con el ceño fruncido.

- Vaya, al parecer sí tienes un especial interés en mis dos compañeros... ¿Puedo saber por qué los perseguías? ¿Acaso quieres quitármelos?

Observando los comentario, suspire un poco esto ya empezaba a ser aburrido para mi y ya que no podria pelear con el chico , al parecer era un tamer y al solo tener esa barrera de aire se podria notar que era muy fuerte, claro por otra parte seria una lucha inutil ya que eramos fuertes pero no a su nivel.

No mucho, pense que eran salvajes y queria mandarlos a su mundo..Pero al parecer tienen dueño asi que esta ves los dejare pasar...-Dije como su estuviera teniendo compasión por ellos, algo de lastima tal vez si se podria decir.

Escuché sin decir nada las explicaciones del humano, cómo había llegado a perseguir a mis dos pequeñas mascotitas. Al parecer, simplemente por miedo, por miedo a que la liaran gorda o algo por el estilo, así que por eso supuse que había llegado a la conclusión de que lo mejor era devolverlos a su mundo. Y con el virus rondando por allí, ¡pobrecitos míos! ¿Tan cruel destino se merecían?

- ¡Mmmmm! ¡Uhmmmm!-el humano maniatado volvió a intentar llamar la atención, en cuanto se reposu del anterior golpe que le había dado. Claro, como sabía que no lo iba a matar (todavía) había decidido hacer todo lo posible por pedir alguna ayuda, antes de que yo decidiera borrarle del mapa.

- Tsk...-Traté de ingorarle, durante un momento, lo justo para procesar las palanras del tamer del dobermon. ¡Un momento! ¿Dejarlo pasar? Estaba hablando como si les hubiera perdonado la vida a Kali y a Rukriel. Di un leve suspiro y me reí-. Tendré que darte las gracias, entonces-dije con sarcasmo-. Aunque... ¿es eso un amenaza?

Seguia escuchando una especie de gemidos pero no segui prestandole atención, en eso el chico pregunto si lo que le habia dicho era una amenaza. En eso empeze a reir muy fuerte cayendo al piso, no podia aguantar ya que mi nivel de tamer no era el suficiente como para poder contra los dos y encima al chico que tenia esa especie de poderes extraños.

Me levante limpiandome un poco la arena que habia notando como habia una puesta de sól, algo hermosa a mi parecer, en eso saco un pequeño caramelo que guardaba en mi bolsillo, el cual puse en mi boca empezando a comerle para luego voltear a ver al chico.-No, y si fuese asi yo no seguiria vivo...

Contemplé con rostro impertérrito como el humano caía al suelo desternillándose de risa. Parpadeé un par de veces, mirándole fijamente, sin entender qué era eso tan gracioso que había dicho para dejarle en ese estado. No me moví un solo milímetro en lo que duraron sus carcajadas, casi parecía una estatua inmovil, imposible de reaccionar ante un momento como aquel. A fin de cuentas, no entendía por qué se reía.

Luego, al recuperarse el chico, entendí que se reía porque ni siquiera él pensaba que pudiera vencerme. Entonces le entendí, y finalmente dibujé una sonrisa en mi pálido y falso rostro de hombre. Era un chico listo, sin duda lo era. Y perspicaz... había entendido nada más verme que no era una cualquiera, y que tenía el suficiente poder como para destruir una ciudad entera sin esfuerzo.

- Muy agudo para ser un humano-finalmente me levanté,me senté sobre el mostrador y me crucé de brazos-. Ahora dime algo... ¿por qué pensaste que mis compañeros podrían ser malos?

El no parecia entender porque me reia, hasta que le dije que no era rival, intentaba ser condesendiente ignorando su pregunta decidi retirarme con las manos en la cabeza esperando algun ataque o algun enojo de porque, y mas aun me intrigaba de donde venian esos extraños gemidos.-Nos vemos...-Dije con un tono sarcastico y malhumorado ya que no podia hacerle nada, nisiquiera acercarmele.

Sonreí ampliamente. Ese humano parecer querer sacarme de mis casillas, porque después de haberse reído varias veces en mi cara, ahora me daba la espalda, sin responderme siquiera a mi pregunta. En otro momento puede que lo hubiera torturado un poquito, pero no me convenía llamar la atención. Los de DATS me buscaban, y si me metía con el chico, los atraería directamente hasta mí. De modo que, lo único que hice, fue bajarme de la barra de la caseta de un salto, dejando abandonado al humano que había secuestrado. En apenas un par de zancadas, me coloqué al lado del chico de las franjas blancas en el pelo, apoyando una mano en su hombro con cierta fuerza.

- Nah, no te vayas todavía... Te he preguntado algo, te conviene darme una respuesta... Pequeño humano-Sonreí tranquilamente, apretando la mano contra su hombro, nada más que para provocarle un poco de dolor-. ¿Y por qué tienes esa actitud tan prepotente? No me gusta que me den la espalda, ni que se rían de mí.

Por supuesto, todo lo dije con la sonrisa implantada en el rostro, como de buena persona, una mueca tranquila y agradable... Pero en los ojos podía observarse un brillo de perversión.

Mientras tanto, gracias a que me había alejado un poco de la caseta y había dejado de prestarle atención a mi pequeño rehén, el humano maniatado comenzó a desatarse poco a poco, empezando a deshacerse primero de las cuerdas que le retenían las manos.

De un momento a otro senti una gran presión sobre mis hombros, voltee a ver y era el chico lo cual me sorprendio ya que dijo "Humano", lo cual me dio a entender que el no era un humano como tal. Mis sospechas fueron mayor, mas la presión en el hombro era un poco molesta, lo cual hizo que con mi otra mano lo empujara ya que no podia soportar el dolor. Pude notar que el queria una respuesta, suspire profundamente en lo que saco mi digivice del bolsillo haciendo aparecer a Dobermon el cual se lanzo hacia el chico con intencion de morderlo. En eso me separe un poco por si este usaba esa especie de barrera que habia usado anteriormente.

-Porque si haces que ellos evolucionen a su forma mega, Estariamos en problemas..-.Le explique al chico en lo que guardaba mi digivice, esperando a que Dobermon diera la mordida la cual le hiciera daño al chico.

Retrocedí unos pasos, cuando de repente, al intentar detenerle, el humano se dio la vuelta y me empujó. No intenté devolverle el golpe, sólo me reí con diversión, enseñando los dientes, y di otro paso atrás. Abrí entonces la boca para decirle algo, quizás algún comentario irónico del tipo: "no seas maleducado, solo pretendo ser amable", pero antes de que pudiera formular palabra, su compañero digital salió del digivice, todavía en la etapa campeón que había visto antes. Dicho digimon, se abalanzó sobre mí con intenciones de morderme, probablemente. Pero yo solo alcé mi puño, tranformándolo de repente en una garra negra, con algunas líneas anaranjadas que le daba a la piel como una textura de lava... Abrí la garra afilada, y la cerré en torno a su hocico para cerrarlo y empujarlo hacia delante, no con demasiada fuerza, pero si la suficiente como para que se cayera sobre la arena.

- Nch, nch, nch-vhasqueé la lengua contra los dientes repetidamente, haciendo el típico sonido de desaprovación, mientras negaba con un dedo de la mano demoníaca-. Eso no se hace... Y mira que pretendí ser amable...

Aproveché unos segundos en mirar a mi alrededor, asegurándome, de nuevo, de que no había nadie en las cercanías que pudiera vernos. Con una sonrisa, desubrí que no había ni una persona por los alrededores, aunque tampoco iba a transformarme del todo.

- Supongo que ya te habrás dado cuenta... Pero debería presentarme como es debido-alunas sombras me rodearon de manera sencilla, tapándome unos instantes de la vista del chico y su digimon. Cuando las sombras se disiparan, allí sólo verían a una chica de cabellos rojos como la sangre, con un brazo de demonio a medio transformar-. Ellos solo evolucionan cuando yo se lo permito, y ahora mismo, como comprenderás, no me conviene llamar la atención... Cosas de ser mundialmente buscada por el DATS de Estados Unidos...

Como esperaba, El o ella no era un humano, y lo que mas me sorprendio es que su puño se convirtiera en una garra extraña la cual al parecer le dio un buen golpe a Dobermon, el cual se sacudio la arena colocandoce aun lado mio. Pero lo que me sorprendio es que la buscara "DATS" De Estados Unidos. Quizas por ser una especie de Hibrido o por algo mas, no lo sabia y eso me intrigaba por lo que Dobermon paso a ser un pequeño oso el cual usaba una gorra azúl, guantes del mismo color.

-Enrialidad no me importa mucho, Me importa porque puedes ser una hibrida y hacerte pasar por la gente.. ese truco no me vendria mal -.Le dije a la chica moviendo el hombro donde ella se habia apoyado.-Y Como te presentas, seria descortes de mi parte no hacerlo.. Me llaman Death.-Dije con un tono sarcastico, para hacerla enojar un poco mas.

Me reí con suavidad al escuchar al chico, y me puse en jarras, colocándo las manos sobre las caderas de manera curiosa y despreocupada. Aunque también estaba sorprendida de que se hubiera tomado tan "bien" el que yo estuviera siendo buscada por todos los rincones de ese país.

- ¿Quién te dice que soy un biohybrido, y no un digimon normal?-le pregunté, con mordacidad. Y ni de broma iba a revelarle el secreto del por qué era capaz de cambiar mi apariencia... El digihuevo que me dio Vladimir era solo para mí, y gracias a él, era capaz de estar transformada en mi etapa mega, y a la vez de ocultarme bajo un disfraz idéntico al de mi aspecto humano.

Retrocedí un paso, poniendo un ojo atento al oso en el que se había convertido ahora el Dobermon. No le tenía miedo, ahora sería un rockie y no me suponía ninguna amenaza, por lo que no traté de hacer nada contra él. Sin embargo, sí tenía curiosidad en su humano, y hasta me hizo reir cuando dijo su "nombre".

- Death, como si fueras la misma muerte, ¿eh? Qué divertido, ¿a cuántas personas has matado, humano?-le pregunté, comenzando a caminar a su alrededor, rodeándole para ver todos sus ángulos.

Me sorprendio un poco, ella estaba riendo de el "Nombre" Que le habia dicho, mas me hizo una pregunta un tanto interesante ¿Cuantas personas habia matado? , No queria responderle mas me parecio divertido el hecho de que me dijiera humano como para hacerla un poco mas misteriosa de lo que ya es, Suspire profundamente sacando otro caramelo de mi bolsillo, el cual quite la emboltura y la guarde en el bolsillo para no lanzarla al mar.

-Eso no te incumbe...-Dije con un tono frio, algo cortante para que ella no continuara el tema, en lo que Bearmon vuelve al digivice observando que ella no era amenaza para ambos.

-Ahora, me retirare.-Dije dando la vuelta caminando con las manos dentro de el bolsillo suspirando.

Dejé de dar vueltas a su alrededor. Era divertido ver como un simple humano se hacía el interesante con esa forma de hablar, cuando a mí me importaba una mierda todo lo relacionado con él, apenas tenía una mínima curiosidad, y era sobretodo para matar el tiempo. Sonreí de lado, divertida, y observé cómo se alejaba de mí lentamente. Al parecer el chico no quería alargar más ese encuentro.

- Eso, humano... márchate-murmuré en voz baja, mientras lo veía marchar-. Pero nos veremos pronto, y espero que sepas elegir bien el bando al que pertenecerás... La guerra está próxima.

Con una suave risa, me di media vuelta y caminé de retorno a la caseta de mandera en donde estaba el otro humano maniatado. Con unos pocos destellos negros y siniestros, retomé su misma apariencia y me metí nuevamente en el puesto de trabajo, para seguir guardando las apariencias. Aunque más tarde mi pequeño rehén tendría que irse a dormir con los peces, no me convenía que fuese a avisar a la policía y ue DATS se enterara de mi estancia en ese lugar.