Actos que tienen la manía de repetirse.

Otro día más en la ciudad NY. Un bonito día con el cielo azul, despejado, típico de los cielos de verano; decorado por algunas nubes algodonosas y blancas, de esas que da la sensación que podrías caminar por encima de ellas sin caer. Todo parecía brillar y resplandecer en la gris ciudad, solo y simplemente por el efecto de ese clima, además de las vacaciones de verano y como no, el calor. La temperatura, que rondaba los 25ºC, ayudaba a mejorar el humor de la gente. Excepto de una persona.

Una rubia, caminaba tratando de ocultarse en todas las sombras que podía. Agradecía llevar unas prendas tan ligeras y tan holgadas, a la vez que expusieran tanta piel al aire, aunque serían mucho mejor en colores claros en vez de negros. Odiaba el calor, que a pesar de no ser agobiante para todas las personas normales, para ella era una gran carga por el mero hecho de no estar acostumbrada a él, y que además, el digimon en su ADN era una criatura de hielo. Aguantaba temperaturas bajo cero riéndose, pero sudaba a más no poder en cuanto la temperatura se caldeaba un poco más de lo esperado.

Apresuró sus pasos para pasar por un cruce, donde no había ninguna sombra, para poder refugiarse en Central Park. Allí al menos las sombras y el frescor que solían aportar las acumulaciones de árboles, la ayudarían a soportar el dichoso día que avecinaba el tiempo típico de verano.

Después de aquella entretenida reunión en la "Profanada" Estatua de la Libertad, decidimos escondernos en Central Park, puesto que de seguro nos buscaría la policía y los militares, e incluso el DATS de este lugar, por lo que le hicimos a su amada Dama Libertad hace dos largos días.

Hacía calor en el día de hoy, en contraste a las lluvias de los últimos días, algo que me llamó la atención considerando que en Sudamérica es Invierno y acá Verano. Con Dorumon nos habíamos refugiado en este verde y extenso lugar para escondernos, y a la vez refrescarnos. El resto se había dispersado para que no nos encuentren, o al menos que no nos atrapen juntos.

Nosotros nos encontrábamos descansando entre unos arbustos para no llamar la atención mientras nos relajábamos y esperábamos a que se calmaran las cosas. De pronto, oímos a alguien pasar cerca nuestro...

Como siempre, todo estaba tranquilo dentro del parque. Era sorprendente el contraste entre estar fuera y dentro de aquél lugar. Porque casi era como si se atravesase un muro invisible que alejase todas las prisas, el desarrollo y el ruido del exterior, para dejar paso a un lugar donde el pasto crecía, la gente se reunía para pasear o para hacer deporte. Como muchos seguro decía, un pequeño resquicio de tranquilidad en la locura.

Natasha continuó su paseo por el parque tranquilamente, no tenía prisa alguna, y bajo la sombra de los árboles se estaba bien. Caminó hasta detenerse en una de las lagunas que había en el interior del lugar. Allí el aire conseguía mover partículas de agua desde la acumulación del líquido elemento, refrescando más el ambiente.

- Mejor... Mucho mejor - habló para sí misma- Lástima que ya hayan quitado la pista de patinaje... Podrían dejarla eternamente... - musitó con pesar para sí misma.

Había encontrado una gran afición en dicho deporte, sobre todo, porque le era fácil moverse sobre las placas heladas. Pero como es normal, en cuanto la temperatura empezó a subir, el hielo ya no se podía mantener y la pista era retirada para dejar lugar a cualquier puesto-actividad para climas más cálidos.

Estaba relajado entre éstos arbustos en los que me había escondido, mas no bajaba la guardia tampoco para que no me pillasen distraído. Estaba mirando las nubes y sus diversas formas, cuando de repente me percaté la llegada de una extraña. La muchacha parecía rusa debido a su piel pálida, además tenía cabello rubio.

Me acerqué disimuladamente por el rabillo del ojo y, con Nanotool en mano en forma de garrote, la golpeé con la intención de dejarla inconsciente. El impacto fue a dar en la unión entre la cabeza y el cuello por la parte trasera, donde se suponía que debía estar la memoria reciente y el nódulo temporal.

La chica se tensó repentinamente. No había entendido el por qué de dicha acción, pero presentía que algo malo iba a pasar. Quizás provenía de sus habilidades como bruja digimon al evolucionar. O quizás, solo había sido su imaginación. Haciendo caso a esto último, no se movió del lugar. Por lo que acabó viéndolo todo negro antes de caer inconsciente.

Arrastré a la chica inconsciente hasta un lugar apartado del sendero. El claro se hallaba solitario y rodeado de arbustos, haciéndolo el perfecto escondite. Allí coloqué cuidadosamente a la muchacha rubia. encadenándola a un árbol con una de las múltiples variaciones de mi Nanotool. Con un pedazo de mi capa la amordacé. Luego nos dedicamos a esperar a que despertase, por lo cual me sen té en el pasto, mientras mi camarada vigilaba hacia los alrededores.

Oscuridad. Eso era solo al principio, puesto que luego llegó el dolor que sufría en la parte posterior de su cabeza, además de una sensación de mareo. Sin embargo, la oscuridad no desaparecía. En ese momento, la chica no era capaz de pensar que eso se debía a que tenía los ojos cerrados. A fin de cuentas, acababa de recuperar la consciencia, y le costaba pensar.

Intentó moverse, pero encontró su espalda apoyada contra algo duro y parte de sus brazos rodeados por una cadena. Así como algo que no sabía demasiado bien en la boca. Gruñó molesta a modo de maldición, y abrió los ojos. Tuvo que parpadear varias veces hasta que pudo ver con claridad.
Había alguien delante de ella, y un presentimiento le decía que seguramente dicha persona no estuviese sola.

Clavó sus ojos grises en él, sin mostrar miedo. A fin de cuentas, estaba demasiado acostumbrada a que la secuestraran como para sentir algo cercano al miedo. Más bien, era cansancio por el hecho de que se tuviera tanta costumbre en repetirse. Por lo menos, esta vez no era tan malo como en la última ocasión. Estaba bastante segura que esa persona era desconocida para ella.

-Veo que has despertado.- le dije a la muchacha rubia en cuanto vi que despertó. Me levanté y me acerqué tranquilamente a ella. -Si gritas, te mueres.- le amenacé de manera algo temeraria, pero psicológicamente necesaria, para que cooperase y se portase bien. -Si te portas bien y no gritas, cuando llegue el momento, te liberaré.- le dije con franqueza para tranquilizarla, mientras le retiraba la mordaza de la boca con sumo cuidado.

Natasha suspiró internamente, porque no podía hacerlo de la manera habitual. La habían secuestrado más veces, sabía que no había que gritar porque *insertese lista de aburridas razones*. Aunque debía decir que esta vez le sorprendió que no usaran el: "Te será inútil, nadie vendrá a salvarte, y si vienen... Bueno, provocarás su muerte".

En cuanto se vio libre de la mordaza hizo una pedorreta, para ver si con la vibración podía librarse del sabor y de la sensación de la tela en la boca.

- Blegh, para el próximo piensa en mejor usar alguna otra cosa que no sea tela. No sabe demasiado bien.- estaba bastante tranquila con la situación, quizás la costumbre, o quizás porque Zayyn le daba más miedo que esa persona que tenía delante.- Y dime, ¿para qué me necesitas?

Observé detenidamente todos los movimientos que la rubia realizaba, teniendo cuidado de que no tuviese oportunidad ni intenciones de escapar. Cuando me dijo lo de no usar tela como mordaza porque tenían un sabor malo. -Digamos que no tuve tiempo para planearlo.- le confesé y en ese momento me puse a pensar el cómo llegué a esto. -Seguro que Zayyn tiene más experiencia en esto...- se me escapó decir en voz baja. Solo esperé que la secuestrada no se percatase.

A punto estuvo de reírse. No se esperaba tanta sinceridad por parte de su secuestrador, al decir que lo había hecho sin pensar demasiado. Aunque eso le abría la duda a la rubia del por qué de su secuestro. ¿Sería todo accidental o estaba premeditado? Fue a abrir la boca para preguntarlo, pero entonces escuchó algo que la dejó helada en el sitio...

Al parecer no podría deshacerse de esa maldita traidora tan rápido. ¿Qué querría ahora? ¿Acabar lo que no había hecho en su casa la última vez? La furia de recordar los últimos momentos con la pelirroja hicieron surgir el digisoul de la chica, cubriendo su cuerpo en un frío resplandor azulado, tan pálido que parecía ser hielo.

- ¿Qué es lo que quiere esa... ?- habría añadido un calificativo no demasiado agradable, de no ser porque se contuvo en el último instante. No ganaba insultandola directamente, a fin de cuentas, no estaba allí.

Al parecer ahora dependía de otros para solucionar sus problemas.

Escuché con un brillo en el ojo al ver que mi secuestrada sabía sobre la pelirroja. Tal vez la conocía lo suficiente como para poder ayudarme y, tal vez, así lograr manipularla mejor. -¿La conoces?- le pregunté con cierta malicia, tal así que cualquiera podría ver el hecho de querer dañar o perjudicar a dicha persona. -Dímelo.- le exigí de manera algo brusca y con una mirada sombría, la cual esbozaba una sonrisa que le hacía juego.

La rubia frunció el ceño cuando le preguntó de qué la conocía. ¿Aliado o enemigo de la pelirroja? En cualquiera de las dos opciones se ponía en riesgo al conocerla, en la primera por haberla rechazado definitivamente, y en la segunda por su pasado como pareja. No tenía muchas ganas de contestar, pero sabía que era la forma de que la soltaran.

- Sí, la conozco. O debería decir que la conocía, porque sabía bien quién era ella antes de que perdiera la memoria. Ahora es una... Desconocida con un rostro familiar.- de nuevo tuvo que contener sus ganas de darle un calificativo ofensivo.

-Interesante...- dije tratando de no demostrar la razón del por qué, ya que no sabía de qué la conocía y en calidad de qué. Por esto y otros motivos, la seguí indagando sin darle cuartel a esconder cosas o mentir. -Dime si tiene familiares.- le seguí exigiendo, pero esta vez de manera un poco más fría, mas no insolente. -O alguna relación de amistad o amorío que haya tenido.- le seguí ordenando sin mostrarle mis motivos.

Suspiró resignada, sabía que tenía que continuar respondiendo a las preguntas, lo cual la llevaría a recordar cosas que no quería volver a recordar. Por suerte la siguiente sobre su familia no le parecía demasiado mala, a fin de cuentas, no tenía nada en contra de Nao, y no conocía a su padre. Pero desde luego, si fue capaz de predecir la clase de persona que sería su hija le aplaudía.

- Su familia... Bueno, sé que tiene un padre que la odia, una medio hermana que se llama Keilyn, aunque solo la he visto una vez y no la recuerdo mucho. Su madre murió al darla luz. Y tiene un hijo, que aunque debe tener un año o dos, aparenta ser un adolescente por ser hijo de biohybridos. Por otro lado, esa estúpida gata negra que la acompaña se podría decir que es como una hermana para ella.

Sin embargo la siguiente pregunta la hizo hacer una mueca. Esa pregunta sí que tenía más relación con su pasado con la pelirroja. Aunque como era normal, no iba a contarlo todo. No era necesario añadir todo lo que había en su pasado.

- Sinceramente, ahora mismo no sé si tiene algún amigo o pareja. Entre que tras perder la memoria estuvo desaparecida, y que yo era la única amiga que tenía antes de perderla, no sabría qué decirte. Es una persona bastante solitaria, y que además es incapaz de valorar lo que tiene. No siente respeto alguno por lo que pienses o sientas.- contestó con una voz que a pesar de ser fría reflejaba una gran rabia.

-Interesante...- admití al pensar el hecho de que podría usar a algunos de esos conocidos de la pelirroja en mi favor. Tal vez podría llegar a manipularla o conocer más de su pasado. Quizás su padre no me sirva, pero su medio hermana o su hijo seguro que sí.

-Dices "sinceramente" cuando tu cara dice más verdad que vos.- le demostré que sabía que no me lo estaba diciendo todo y de que me ocultaba algo. Mi rostro mostraba seriedad en ese momento. -En tu posición no tendrías de que quejarte.- le aclaré con cierta razón, ya que no la hacía hablar de manera forzada, aunque no quita el hecho de que esté secuestrada.

Los ojos azules de la chica se clavaron en su secuestrador con un brillo interrogante en ellos. Si bien sabía que no había sido sincera con él en todo, dudaba mucho que su cara hubiese sido la que le hubiese dado la pista de cualquier cosa. No por nada estaba en una escuela de interpretación. De ahí que la duda de su rostro ahora fuera genuina, a fin de cuentas, estaba priorizando la extrañeza de cómo se habría dado cuenta.

- No entiendo a qué te refieres. No sé nada más, hace bastante que no nos vemos, y tampoco tengo ganas de hacerlo de nuevo.

Ignoró el que no se podía quejar. Por favor, podría decir lo que quisiera, pero era ella la que tenía las respuestas. Si se negaba a dárselas, le daba igual lo que la hiciera, no diría nada. Y si la mataba, él perdería sus respuestas. Por tanto, no iba a salirle bien la jugada de "amenazarla".

-¿Por qué no tienes ganas de volverla a ver?- le pregunté utilizando la psicología de forma gradual. Con esa expresión que dijo me puse a pensar en dos posibilidades. La primera, es que ella la odiaba y era su enemiga jurada. La segunda, es que eran amigos y la pelirroja la traicionó, como Samuel me lo hizo a mí. -No creo que la odies más que yo.- le dije a la rubia con la misma seriedad, aunque con cierto tono de desagrado hacia la pelirroja.

La chica bufó y puso los ojos en blanco, para ella había quedado claro -según lo que había dicho- que la pelirroja había ignorado todo lo que ella había pensado o sentido, y por tanto, se había molestado con ella.

- ¿Aparte de darle igual lo que yo dijera, pensase o sintiese? Pues traicionar mi confianza, fingiendo ser mi amiga de nuevo para después secuestrarme por no haberla ayudado cuando perdió la memoria... Claro que sí, voy a ayudarla cuando ella ha sido la que estaba tratando de matarme...

Intentó cruzarse de brazos, porque su cuerpo se lo pedía para mostrar el enfado y el desdén contra Zayyn. Pero en ese momento no pudo hacer nada, estaba atada. Sin embargo la siguiente frase del chico se llevó una pequeña risotada por parte de la rusa, y como no, la elevación de una de sus cejas a modo de duda. No se creía que le hubiese hecho algo peor a ese chico.

- No creo que la odies más que yo, para empezar, ¿qué te ha hecho?

-Está bien, no tengo pruebas para dudar de ti.- le dije sin expresión alguna en el rostro. Algo de lo que estaba diciendo esto me convencía pero, como no tenía pruebas de lo contrario, decidí creerle, al menos de momento. Se cruzó de brazos en señal de desprecio a Zayyn, por lo cual pareciera querer reforzar ese desagrado.

-Primero, nunca nos llevamos bien.- empecé a responderle, recordando cuando la conocí en el Mundo Digital. -Luego corrompió a uno de mis mejores amigos hasta doblegarlo su voluntad.- seguí diciendo mientras recordaba lo que pasó con Daniel. -Además de dañar a otro hasta el punto de cambiar su personalidad y convertirlo en Biohybrido, lo cual impulsó a éste a intentar matarme.- le terminé de contestar con cierta molestia

La rubia asintió satisfecha de que finalmente la creyeran. Ya solo faltaba que no la creyese aun cuando le había dicho toda la verdad, exceptuando algunos detallitos, pero que tampoco eran muy importantes. Así que, si no la hubiese creído, no sabría que debería haber dicho, porque ya lo siguiente tendría que ser mentira.

Esperó paciente a que le respondieran la pregunta. Se esperaba más un: "Aquí el único que hace preguntas soy yo", o algo por ese estilo. Pero al parecer su secuestador no tenía problema alguno en contestar.
Asintió a la primera frase, era normal no llevarse bien con ella, Natasha dudaba que hubiese sido amable con otra persona a la primera, a menos que quisiese algo, claro. Pero aun así no le parecía suficiente como para odiar a Zayyn más que ella.
Sin embargo las siguientes frases la hicieron abrir los ojos sorprendida. ¡No tenía ni la menor idea de que les hubiese hecho eso a otras personas! Aunque bueno, quizás si había sido después de perder la memoria, sería normal, era una verdadera arpía.

- Lo lamento mucho... Entiendo que la odies, yo también lo haría si les hubiese hecho a mis amigos... Aunque solo recuerdo que odiara a uno de ellos. Pero nunca le hizo nada. De hecho, fue él el que la hizo perder la memoria.- hizo referencia a Samuel.- Espero que tengas suerte con tu plan de vengarte.

Si bien no le había dicho claramente eso, estaba claro que quería información sobre la pelirroja para hacerla daño, lo cual solo indicaba venganza.

-Suena como si hablaras de mi ex amigo Samuel.- le comenté con cierto descuido por parte mía. Aunque me había percatado de ese error, decidí no hacer nada al respecto, ya que me di cuenta de que ambos odiábamos con intensidad a la pelirroja. La empecé a desencadenar para demostrar un trato más gentil y menos desconfiado, a lo que podría ser una aliada en potencia. Luego hice que mi nanotool regresase de esa forma de cadena a su forma original de bastón o garrote.

-Tal vez puedas serme de mejor utilidad.- le dije en un tono para disimular cierta importancia. Luego la forcé a pararse sujetándole de la parte posterior de ambos brazos. -Quiero que vayas y te metas en la red de los niños elegidos.- le empecé a indicar de manera seria, demostrando así la gravedad de lo que voy a decir. -Una vez allí avísale a Janaan Arcânus an bandia, de Escocia.- le dije a quién debía contactar para que llevase a cargo este pedido. -Dile de parte de "su alumno" que venga aquí, al Parque Central, cuanto antes. Es del más alto grado de emergencia.- le terminé de explicar con un tono acorde al problema, para lo cual le pregunté: -¿¡Entendiste!?-

Natasha abrió los ojos sorprendida cuando el desconocido habló de Samuel. Quizás podría ser otra persona, pero en general, el mundo es un pañuelo. Así que, lo más seguro es que fuese el mismo.

- ¿Conoces a Sam? Cuántas casualidades... Por cierto, ¿sabes algo de él? Hace bastantes meses que no sé nada de él... - murmuró apenada al final la chica.

Se frotó las zonas afectadas por el agarre de las cadenas, si bien, se había resistido poco, por el mero hecho de estar más cómoda, había tratado de cambiar de posición, clavándose el hierro. Aunque eso si, quedo sorprendida cuando vio como la cadena cambiaba de forma hasta ser un simple bastón. Pensó un: " Brujería" y siguió con lo suyo.

La levantaron del suelo, cosa que podría haber hecho ella sola, aunque no la importó dicha acción. Estar sentada o de pie, simplemente era un cambio de posición, no cambiaba el mundo por estar en una posición o en otra para escuchar a otra persona hablar.
Sin embargo, la chica se quedó con cara de no entender nada de las ordenes que la dieron. ¿La red de niños qué? ¿Que encontrara a quién? No entendía nada de lo que le estaba hablando. No conocía esa organización, ni conocía esa persona de la que le hablaba.

- No, ni idea de lo que me estas hablando. No soy un niño elegido como tal.

Y literalmente como tal no lo era, los biohybridos podían ser cualquier persona que sobreviviese a la operación. Sin embargo, hasta que no recibían un compañero digital, no tenían nada que ver con dichos niños.

-Ya veo.- dije simplemente al sentirme decepcionado de que no fuese esa persona a la que la pelirroja buscaba la otra vez. -Quizás no sabes nada del tema en que estás metido.- deduje de manera cierta al ver que, de algo que todos los involucrados con los Digimon lo sabía, ella lo ignoraba. -Pensé que era vos a quien Zayyn buscaba hace uno meses, antes de perder la memoria.- le aclaré la razón por la cual le dije eso. Luego metí mi mano en uno de los bolsillos de mi mochila, la que aún tenía el huevo de gran tamaño. Luego saqué una pluma de escribir y un papel.

-Toma.- le indiqué, de manera seria pero gentil, luego de haberle escrito la forma de llegar a dicha sistema. -Con eso sabrás cómo llegar a esa red.- le conté, ya que debía de entenderlo. -Ahora recuerda, una vez allí debes buscar a Janaan Arcânus an bandia, como te escribí ahí.- le señalé más abajo en la escritura que le dí, en la cual también decía ese nombre. -Y dile que es una emergencia de lo más importante y que su "alumno" requiere su ayuda.- le terminé de explicar de manera completa, que hasta que un niño entendiese.

La muchacha se quedó pensativa unos segundos.

- Antes de perder la memoria... Uhm... Bueno, es posible que fuera yo, para vengarse por haberle robado a Naois, o bien buscaba a Naois. Que yo sepa no me ha buscado más veces antes de perder la memoria.

La chica observó el papel que tenía en la mano con atención. El secuestrador había tenido suerte en que finalmente hubiese aprendido los caracteres latinos. Si no, ahora mismo esa nota sería total y absolutamente inútil.

- Bien, bien, todo entendido. Aunque solo con decir alumno ¿me entenderá?- No sabía si es que solo tenía uno, pero en caso de haber adoptado a más personas, entonces debería al menos darle alguna indicación más.

-Interesante...- me limito a decir interesado con respecto a lo que la muchacha rubia contaba sobre su hijo. -Entiendo.- continué hablando con pocas palabras, al saber que la pelirroja ya no ella buscaba y que la de ojos claros ya no le serviría como rehén.

-Si, con eso sabrá.- le contesté su pregunta. Luego guardé mi pluma de escribir y me puse con sumo cuidado la mochila para proteger el DigiTama, el cual sentí que se movía pero, como se era muy poco, pensé que era imaginaciones mías. Justo en ese momento vino Dorumon corriendo.