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La sonata del diablo

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La sonata del diablo

Mensaje por Mystic Dom Feb 16, 2014 2:12 pm

Oscuridad, tristeza, desolación y miseria, eso era lo que se sentía en este extraño lugar, un lugar sombrío, lleno de sombras siniestras, ruidos que asustaban y sobre todo una constante sensación de peligro con cada paso que se daba, yo me sentía como en casa, era un lugar muy bello para mí, lo desolado del lugar y su extraña bruma que cubría el océano era simplemente hermoso, en este sitio sentía que estaba más viva que nunca, llevaba puesto mi acostumbrado atuendo de gótico y una sombrilla que cubría mi cabeza, esto era raro pues el sol no podía verse en este lugar, la sombrilla era más un accesorio, me encontraba de muy buen humor en este momento, atrás había quedado aquel escape del laboratorio, era libre al fin libre para causar tanto caos como me fuera posible, la fuerza del caos esa era yo, la princesa del mal.

-esta brisa relaja el cuerpo-

Dije con una voz algo baja solo para mi mientras me sentaba en una roca y me quitaba las zapatillas y hundí mis pies en la extraña arena de aquel lugar que al contrario de ser cálida era fría, la brisa del mal oscuro era extraña para quien no le gustara, traía aroma a pescado muerto y sobre todo una sensación de peligro que inundaba el cuerpo, esta brisa dio inspiración a mi ser y saque de aquel estuche de color negro un violín, comencé a tocar una melodía oscura, una canción deprimente que aprendiera en mis días de humana en el conservatorio de Londres, esta oscura canción era conocida como la sonata del diablo, una melodía que ponía los pelos de punta de quien fuera que la escuchara, me abandone a la música mientras la rara brisa del mar oscuro mecía mi largo cabello, Este extraño concierto atrajo a un grupo de criaturas oscuras que se quedaron hipnotizados ante la belleza y oscuridad de las notas que salían de aquel instrumento, su belleza era algo que no podía negarse pero al mismo tiempo producía en el cuerpo un extraño pesar, la sensación de estar triste era inaguantable, esta rara melodía hacia recordar los más oscuros momentos de la vida de aquel que la escuchaba, las leyendas sobre la creación de esta melodía eran muchas, cada una diferente, algo era innegable quien quiera que fuera el compositor era un prodigio de la música.


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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Alec Lightwood Dom Feb 16, 2014 8:07 pm

- Emm... ¿No te sientes mal de que hayan otras deidades de religiones distintas a la tuya, Alice? - le preguntó el muchacho de ojos como el cielo a la pequeña niña rubia que se encontraba caminando a su lado. El lugar al que habían llegado estaba basado en los cuentos de Lovecraft, según los datos que tenía era todo oscuridad ya que era el mundo de las tinieblas. Ese lugar en específico estaba basado en el océano que daba con Innsmouth y debido a eso debía de contener criaturas como Dagon, Hydra y Cthulhu. A pesar de que desconocía que pokemons encarnarían aquellas formas, posiblemente haría una cantidad limitada de esas y volverlos a digiegg serviría bastante para purificar la región.

 - Siempre habrá muchas religiones, es mejor solo tratar de que la tuya sea la mejor - Comentó la pequeña mujer de cabellos rubios mientras sonreía inocentemente. Dicho esto caminó delante de él y observó por el lugar tratando de encontrar a alguna criatura lo cual fue imposible debido a la espesa bruma que parecía ser interminable. Ya que no tenía un radar en su digivice como algunos otros portadores de digivice le resultaba imposible saber donde habían seres malvados en aquel lugar. No podía guiarse de ninguna manera en aquel lugar o eso parecía durante los primeros momentos, un sonido de violín comenzó a escucharse por el lugar con lo cual podría guiarse - Y haces eso matándolos a todos los otros dioses - dijo en una voz muy baja la cual casi no pudo escucharse por el violín. Sin embargo Alexander si lo hizo así que soltó un suspiro como indicando que no aceptaba el comentario de su enemigo.

 La música se notaba que era triste, como si el ser que estaba generando el sonido hubiese perdido la felicidad de su propia vida y tratase de expresar la oscuridad de su corazón mediante la música. El muchacho de ojos azules debería de hablar con ella para ver que era lo que la atormentaba y tratar de ayudarla y su digimon disfrazada de niña pequeña no parecía estar en contra de esto. El D-Cyber colocó ambas manos en sus bolsillos y caminó hacia la música seguida de la niña de ojos azul brillante - No me dejes atrás Alec - soltó otro suspiro ante esto, a pesar de que podía volverse un ser que volaba a velocidades supersónicas había elegido mantener aquella forma y no otra. Tomó a la niña de la mano y volvió a caminar por la playa con ella, pasados unos pocos segundos fue capaz de observar como habían siluetas oscuras que habían sido atraídas por la música al igual que él. 

 En el lugar en el cual la mujer se encontraba había poca bruma y debido a eso podía observar a todos fácilmente - Emm... Hola extraña  - la saludó calmadamente ignorando a las criaturas oscuras a quienes Alice observaba calmadamente con una moneda de arcade en la mano derecha. Si alguna de estas siquiera intentara aproximarse a ambos, el digimon con la forma de una niña se encargaría de volverlos en digitama.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Mystic Lun Feb 17, 2014 2:48 pm

La triste melodía inundaba aquel lugar, las sombrías sensaciones que esta causara en quien la escuchara era algo que no podían evitar, pronto de ser solo unas cuantas criaturas me vi rodeada de más de una veintena de sombras quienes extrañamente no atacaban, al parecer reconocían en mi a una igual, pronto la oscura música se interrumpió por la voz de un extraño que decía hola, una sonrisa se dibujó en mi rostro, mientras las criaturas retrocedían poco a poco resguardándose detrás de mí, como si mi infantil figura les diera seguridad ante aquel extraño recién llegado. Pare de tocas y guarde el violín en su estuche mientras con mi mano izquierda acariciaba a una de estas oscuras criaturas que estaban cerca de mí, mire a aquel joven con una oscura mirada llena de maldad y dije.

-Hola buenas…-

Me detuve un momento y mire a mi alrededor, era difícil saber si era de mañana o tarde en este sitio en particular.

-Bueno digamos que buenas tardes, es difícil saberlo en este lugar-

Tome la sombrilla que dejara antes a un costado de la roca y la coloque sobre mi hombro derecho para cubrirme de un inexistente sol, el joven no venía solo era acompañado de una niña algo rara, podría atreverme a decir que hasta siniestra, mientras los miraba coloque mi cabeza de lado y sonreí de modo algo…siniestro, podría decir que un poco maniático pero nada peligroso….aun.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Julchen Lun Feb 17, 2014 4:20 pm

Odiaba la bruma, a pesar de que por su aspecto cualquiera hubiera jurado que ella misma estaba condenada a vivir entre ellas como un fantasma. No era de extrañar por ello, que cualquier persona la hubiese confundido con un espectro o con un vampiro desde que era pequeña. Tan blanca que parecía un cadáver y con ojos rojos igual que la sangre.
Pero odiaba ese tipo de descripciones, no llevaba bien que la compararan con una jodida lámpara con patas que chupaba la sangre a la gente -la versión de corpúsculo había hecho que de verdad odiara a los vampiros- o que la compararan con un maldito cacho de niebla que hacía uuuuh. No, ella era más asombrosa que esas descripciones.

- Brrrr... Odio este lugar, demasiada oscuridad para mí. Tardaré días en quitarme su hedor. - comentó la perrita a su lado.
- Pensé que tenías ganas de ir a por algunos de los digimons "malos" para liberar estrés.
- No es por estrés.- replicó Salamon molesta por ello, pero enseguida se retracto de sus palabras.- Bueno, no solo por eso, ¿contenta? También quiero liberar algo de carga en el digimundo. He escuchado cosas raras que han pasado en él.

La albina sonrió con prepotencia, ella no podía equivocarse, porque era increíble, y por tanto el error estaba fuera de sus acciones. Aunque a veces había gente a la que le gustaba fastidiarle los planes.

Las dos continuaron con su camino, hasta llegar hasta a una playa, donde había menos bruma. Pero había algo raro, Salamon olisqueó el aire, notando el aroma de más humanos en la playa. Bueno, de un humano y un híbrido.
Era raro que hubiese gente por allí, así que, curiosa comenzó a caminar hacia el lugar donde estaban los otros dos. Seguida por la humana, que iba mirando el agua, aburrida de ese mundo tan oscuro y en apariencia siempre igual.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Alec Lightwood Lun Feb 17, 2014 4:49 pm

Los seres oscuros compuestos de los sentimientos negativos de tanto el digimundo como el mundo real se ocultaron detrás de la gigantesca piedra sobre la cual se encontraba la niña de unos pocos años más que su Alice. Aquellos seres de oscuridad en cualquier momento que pudiesen devorarían al muchacho y a Alice tratando de mandarlos a un sinfín de dolor y perversiones. El pasar tanto tiempo en un lugar tan contaminado por la oscuridad había obligado a aquellos seres a volverse oscuros, a pesar de tener el poder del Digiegg de la Luz no podía hacer nada ante aquellas criaturas más que esperar que en su siguiente vida la oscuridad no llegase a destruir sus cuerpos puros para volverlos las deformes y negras bestias con apariencia de siluetas de las figuras que alguna vez fueron.

 La mujer paró de tocar aquella música de la misma naturaleza que la criatura que acariciaba con la mano izquierda. La mirada de la mujer era algo que ya había visto en criaturas que habían sido sumidas en la oscuridad, una mirada de maldad que en el fondo solo buscaba el desahogar todo el daño que algún ser le habría hecho en su pasado. A pesar del rostro similar a "malvado" que la pequeña niña de cabellos blancos tenía saludó a Alec como haría cualquier persona, todavía no andaba sumida completamente en la destrucción y parecía poder mantener la cordura y no dejar que la oscuridad sumiese completamente su personalidad. Miró a su alrededor para luego agregar un comentario que el muchacho de ojos como el cielo simplemente tomó como una broma y rió un poco. La chica del violín se cubrió del juicio divino colocando arriba suyo un paraguas, algo extraño considerando la falta de sol o lluvia o granizo - Así como los sentimientos negativos se estancan en este lugar, el tiempo se estancó aquí. Mucho me temo que las noches no se diferencian de los días

 La voz de la pequeña niña rubia no era una acorde a su cuerpo, era una voz grave y gutural como si proviniese de un ser totalmente distinto al que podía verse a simple vista. Los ojos de la pequeña niña cuyo nombre y forma eran iguales a la de aquella de un cuento infantil cambiaron a un color similar al de un sol a punto de generar una supernova. Mientras su piel parecía derretirse sus extremidades se alargaban desfigurando lo que antes era una hermosa figura. La mano que sostenía la moneda de arcade creció de tal manera que ahora sostenía a la misma entre 2 dedos en vez de agarrarla con la palma de la mano. Superó fácilmente el tamaño de un humano, de dos humanos, hasta finalmente llegar a ser una especie de muñeca de porcelana de 5 metros de alto con la piel destruida y el músculo siendo presa del mismo efecto. Aquella espantosa transformación ya estaba por terminar, el ropaje que tenía Alice se pegó a su piel y se volvió de un color negro el cual sin embargo era más claro que el color oscuro de las figuras detrás de la roca. Finalmente el ser quedó despojado de toda sustancia que hacía recordar a un ser vivo; sin ojos, sin piel, sin músculos, únicamente un esqueleto el cual como si fuese una burla estaba decorado con vestimentas precolombinas. En su pecho parte de esta "vestimenta" que más que nada era digizoid negro sobre los huesos como si estuviesen tallados de una manera retorcida y extraña pero sumamente preciso. Cada incisión en los extraños huesos "extra" del ser los cuales parecían ser una especie de armadura rudimentaria tenían pequeñas inscripciones que ni los mejores médicos humanos serían capaces de hacer y que hubiese sido la musa de infinitos escultores y pintores. 

 Nunca una criatura tan horrible y bella al mismo tiempo había sido vista  por ojos humanos, era la muerte personificada y al mismo tiempo emanaba una belleza extraña. En la cabeza de la criatura había una especie de "corona" similar a la cual los Shamanes antiguos llevaban y la cual tenía unos pinchos para poder ser utilizada para atacar físicamente en casos extremos. Aquel ser levantó la mano derecha la cual estaba extendida, los huesos de esta estaban unidos por fuerzas extrañas y apenas realizó este pequeño movimiento desde su cuerpo se pudieron percibir distintas corrientes eléctricas que generaban un cierto brillo dentro de la oscuridad del Continente de las Tinieblas. Tzitzimitlmon solo observaba hacia la distancia ya que había sentido una presencia, como se encontraban en un lugar como ese, el prepararse para una posible pelea era lo mínimo que podía hacer. Alexander no entendía mucho por que Alice había utilizado su verdadera forma a lo cual la miró durante unos segundos - Como brilla... - dijo por la electricidad que vistosamente salía del cuerpo del Tzitzimitlmon. La mano derecha de aquella criatura estaba extendida y apuntando hacia las 2 presencias que captaba, la moneda con un simple movimiento de un dedo fue lanzada hacia arriba unos 10 cm y esta comenzó a girar al momento de salir hacia arriba.

En ese mismo momento aquella deidad digimon utilizó su ataque característico. 

Desde el codo hacia la punta de los dedos de sus manos creó 2 corrientes eléctricas, una positiva y negativa, esto era invisible ya que la electricidad ocurría dentro del cuerpo. Sin embargo tal era la potencia del mismo ataque que podía verse como salían algunas chispas de electricidad desde el brazo derecho, brazo con el cual apuntaba hacia la nada donde su 6º sentido le indicaba. Debido al tamaño que tenía aquella criatura, el ataque pasaría a 4 metros del suelo y no tendría efecto en las presencias o eso esperaba aquel esqueleto. Podía sentir un gran poder en la que determinó que era una humana y un poder igual de grande en un digimon pero el de este último se encontraba todavía latente lo cual indicaba que se encontraba en una forma bastante débil como el rookie o anteriores. Gracias a eso y a que ningún digimon de aquel nivel que conociese medía más de 3 metros sabía que aquel disparo no daría en el blanco por error. La moneda comenzó a bajar y pareció como si el mismo tiempo se parase en el momento en el cual con un simple dedo Tzitzimitlmon le dio un golpesito a la moneda. Una gran cantidad de electricidad emanó desde la moneda la cual debido a las fuerzas de Lorenz había sido impulsada a una velocidad de aproximadamente 500 metros por segundo, una velocidad mayor a la del sonido. 

 La moneda surcó todo el lugar a gran velocidad llegando a la bruma en cuestión de nada y siguió de largo hasta los 50 metros, la distancia entre la mujer y su digimon y Alec y su digimon era de 40 metros por lo cual la moneda antes de ser destruida por el rose con la atmósfera recorrería esa distancia y pasaría sobre aquella mujer y su digimon de nivel rookie. Gracias a la alta velocidad un fuerte viento vendría seguido del "ataque" el cual no era una advertencia a pesar de poder ser considerado de esta manera, era solo una simple forma de observar por si aquella persona era un conocido - Tu, digimon con un nombre impronunciable que me lo dices cada vez que te pregunto pero no me acuerdo!! - Alexander le dio un leve golpe en una pierna al ser de 5 metros. Aquella escena cómica siguió durante unos segundos mientras el muchacho seguía golpeando suavemente al digimon que apenas lo sentía - Ya te dije que nada de atacar a extraños!! - para ese momento la bruma ya habría sido removida por un potente viento que habría seguido a la moneda y se podría ver mejor a ambos seres. Eran una mujer y un perrito de color blanco cuyo nombre Alec no acordaba pero que tenía en la punta de la lengua - Hola extraños, lamento eso, es que como no os podía ver ella creyó hizo eso para que no hubiese tanta niebla y poder ver que no eran gente malvada - Comentó Alec a las nuevas personas para luego ver a la peliblanca, nunca se había presentado ante ella ni ante los nuevos - Por cierto, mi nombre es Alec - dijo calmadamente a ambos mientras sonreía cálidamente.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Mystic Mar Feb 18, 2014 3:02 pm

Aquella niña hiso un comentario con una voz un tanto diferente, era más que obvio que aquella apariencia de niña frágil y pequeña era solo un disfraz, mi presentimiento fue confirmado cuando aquella pequeña comenzó a transformarse, yo no lo quite la vista pero los seres oscuros que se encontraban a mi alrededor corrieron asustados, excepto uno  aquel que yo acariciara seguía a mi lado mi mano aún estaba posado sobre su cabeza, mientras que con una mordaz sonrisa yo disfrutaba de aquel espectáculo tan hilarante, aquella niña pronto tomo la forma de una impresionante criatura, un esqueleto de apariencia intimidante y de unos 5 metros de alto, yo solo observe en silencio y divertida aquella escena, analizaba cada opción por separado, era más que evidente que atacar a una criatura como esa era un error que pagaría muy caro, sería mejor adoptar una actitud distinta ante estos sujetos, no quería que ellos pensaran que era una amenaza, al menos no aun. Con una sonrisa en los labios dije unas palabras poco después que aquella criatura terminara su transformación.

-Imponente criatura sin duda, ni en la más horrenda de mis pesadillas  eh tenido el honor de ver criatura más imponente-

Mi voz seguís siendo oscura más como un siseo de una serpiente, se trataba de algo que no podía controlar, además de mi marcado acento inglés el cual delataba mi nacionalidad. Aquella criatura no se conformó con demostrar su poder con aquella transformación, tenía que alardear más y lanzo un poderoso ataque según escuche para despejar un poco la bruma, con esto se pudo ver a una chica y a un cachorro digimon  que se acercaban hacia nosotros, era muy evidente que la sorpresa del ataque sorprendería a cualquiera, lo que me causo un poco de gracia y reí un poco.

-pero que malo eres casi las matas del susto-

Dije intentando contener la risa que aquella situación me causaba, era algo que no podía evitar, aunque la excesiva demostración de poder de aquel imponente  digimon me hacía verlo como un niño alardeando sobre su nuevo juguete, mis oídos escucharon como aquel joven se disculpaba con la chica y el cachorro y decía su nombre, era muy cortes por lo que decidí responder con mi propia cortesía.

-Mi nombre es Mystic un placer conocerlos-

De pronto aquel mar comenzó a agitarse, era como si la transformación de aquel digimon y su ataque hubieran perturbado al mismo mar, la agitación de aquel océano oscuro no pasó desapercibida para mi pude ver como un enorme tentáculo salida del fondo de lagua.

-parece que se despertó después de todo-

Dije con un todo de voz divertido pues esta situación me daba mucha gracia.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Julchen Mar Feb 18, 2014 5:03 pm

La playa, las olas y la bruma apenas tenían variación en lo que avanzaban. A pesar de que la humana estaba total y absolutamente aburrida, llegando al nivel de tratar de vislumbrar los dibujos que hacían las olas sobre la arena. La perrita por su parte notaba una tercera presencia distinta a la de los digimons que habitaban esa tierra habitualmente, pero también era un digimon. Posiblemente el compañero del humano que había percibido antes.

Continuaron caminando, pero Salamon se detuvo. Notaba algo raro en el aire. No estaba segura de lo que era, pero sentía todos los pelos de su cuerpo erizarse ante algo que no era capaz de ver. Era casi más una intuición que algo que verdaderamente supiera.
Y no, no se equivocó. Un objeto pasó a toda velocidad por encima sus cabezas a varios metros de distancia del suelo, tan rápido que ninguna de las dos pudo identificarlo. Si bien eso había sido inofensivo, no lo fue tanto el aire generado por el desplazamiento de dicho objeto. Que no las tiró al suelo, pero sí que les llenó de arena.
Pero a diferencia de cualquier persona que al ser atacada entraría en pánico, la albina creó una esfera de digisoul en sus manos y rápidamente la colocó en el dispositivo para hacer evolucionar a su compañera. Un haz iluminó a la perrita, cuya forma varió a la de un felino con dos alas a su espalda. En cuanto desapareció el brillo, Nefertimon se colocó en una posición defensiva delante de su compañera. Agazapada como un gato, aunque debido a la máscara sin mostrar ningún tipo de expresión.

- Eso ha sido peligroso, debería preguntar antes de disparar.- gruñó la esfinge molesta de ese intento de vete a saber qué.

La albina por su parte tenía el ceño fruncido, pero no por el ataque, que en sí, lo veía normal. De hecho, ella era de las que votaban que era mejor disparar y después preguntar. Lo que la había molestado eran las palabras de la chica que trataba de ser como ella, pero fallando obviamente en el intento, puesto que ella era única. Julchen podía tener miedo, pero jamás se dejaba dominar por ello, puesto que eso era una cosa que no la haría ser magnífica. Y eso es lo que ella era.

- ¿Matarnos del susto? Bitte, que tu te hayas meado en las bragas no significa que los demás también tengamos que hacerlo. - su voz no era melodiosa ni tampoco sonaba precisamente como una chica, cosas que tenía también el acento alemán.- Y mi magnífica persona es Julchen, ya sé que el placer el vuestro.

El ego no abandonaba a la albina, formaba parte de su personalidad. Y la delicadeza con los demás era algo que no existía. Si no podías soportarla, era mejor que la ignoraras. Ella solía solo gastar el tiempo en la gente que la alagaba o que realmente la interesaba.

Pero había algo mucho más interesante que esos dos humanos, puesto que de repente un enorme tentáculo salió del agua, captando la atención de Julchen. Que silbó impresionada por el tamaño que parecía tener eso, a pesar de la distancia que había. El dueño de esa extremidad debía ser enorme.

- Impresionante, sin duda... Se podría hacer pulpo para varios meses con ese bicho.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Alec Lightwood Mar Feb 18, 2014 6:19 pm

- Gracias - La voz del esqueleto de 5 metros fue la misma que la de una niña de 10 años tal como era su forma más débil y pequeña. El intento de halago de la muchacha sobre la roca no pareció tener ningún efecto sobre el esqueleto más que esta simple muestra de cortesía. La misma mujer luego se presentó como Mystic y pasados unos segundos. La otra de mismo color de cabello que la pequeña hizo evolucionar a su digimon a uno de la etapa campeón por lo cual Alice seguía siendo la criatura más poderosa de entre todas esas, o eso pareció. El digimon que podría ser como enemigo era más que nada una esfingue gatuna que parecía poder volar y tener poderes basados en la arena o en cosas del antiguo egipto. O por lo menos eso era lo que parecía a simple vista aquel ser que nunca habían visto.Se quejó del disparo el gato egipcio a lo cual la diosa azteca sonrió lo cual era casi imperceptible debido a que su cuerpo esquelético no podía formar una sonrisa - Me he fijado que no hubiese peligro antes de disparar - solo dicho eso, el disculparse no pareció una opción ante una diosa como ella.

 La mujer de ojos rojos tenía una actitud un poco cortante y egoista según su comentario. Incluso se presentó de una forma arrogante a lo cual Alec le hizo una reverencia hacia aquella "princesa" - Un gusto señorita Julchen, y tiene razón, el gusto es mío - Hablaba en un tono normal pero estaba bromeando. De un momento a otro una especie de tentáculo de proporciones descomunales salió del medio del océano, posiblemente fuese aquella criatura basada en Dagon o la basada en Hydra. Alice aún no atacó y no parecía querer hacerlo por el momento, solo observó a aquel tentáculo unos segundos - Es un ser oscuro... que ha caído en los límites de la depravación... Tienes mi permiso, Tzitzimitlmon - Dijo calmada pero fríamente el muchacho mientras desde la tierra comenzaban a salir granos de una sustancia negra la cual rápidamente rodeó al esqueleto en forma de una espiral ascendente de dicha materia extraña la cual era arena de hierro.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Mystic Vie Feb 21, 2014 3:43 pm

Interesante era decir poco de lo que estaba pasando aquella chica se dirigió a mí de una forma muy grosera, nadie en mi vida me había hablado de esa forma, en verdad me moleste quería que pagara….pero no era el momento ella llevaba consigo un digimon que al ser atacado digievoluciono a nefertimon, un digimon de luz, esto sin duda fue el factor detonante para lo que ocurriera después, del agua un enorme tentáculo salió lentamente, solo este tentáculo meda al menos el doble que el digimon de aquel muchacho, mis ojos brillaron de emoción sin duda esta era la criatura legendaria que vivía en este lago, había escuchado tantas historias sobre ella que comense a creer que eran mentira, historias exageradas de humanos tontos, pero no era así, estaba  frente a mi una de las criaturas más grandes y poderosas de todo el digimundo, mire aquella criatura con mucha admiración y dije con una mordaz sonrisa en mis labios.

-Ahora quien se meara en las bragas tonta y antipática mujer pedante-

Después de decir esto mira a nuestro alrededor, las criaturas oscuras comenzaban a reunirse a nuestro alrededor, primero por decenas, luego por cientos, eran un mar de criaturas negras que nadie podría contar, mis ojos se iluminaron y una sonora carcajada resonó por todo el lugar.

-creo que aquí moriremos-

Dije muy divertida, para mí la muerte no era algo malo, era solo el principio de otra cosa, mas planes mas ideas, mas caos, pero tal vez mis acompañantes no pensaban lo mismo que yo sobre todo alec quien ordeno a su enorme digimon que atacara, aquel esqueleto se preparaba para atacar, probablemente un error fatal.

-Ustedes los humanos todo remedian con la violencia verdad, por eso su especie está condenada a la destrucción,  si quieren morir adelante, ataquen a la criatura no los detendré, pero en cuanto lo hagan las sombras los atacaran bien podrían con ellas pero cuando las derroten vendrán más, y más, y mas,  pronto se cansaran y la muerte los recogerá lo que para mí sería hilarante en verdad-

Dije con un tono de voz entre divertido y serio, algo que no era muy común en mi la seriedad, mire a aquel digimon el cual reconociera cono nefertimon y con un tono de voz mas amable le dije.

-Es pero que tu seas mas inteligente que la piltrafa humana que tienes por compañera, alas criaturas de la oscuridad no les gusta la luz asi que tu eres su blanco, las guías aquí como a abejas ala miel así que si no tiene inconveniente adopta otra forma oh de lo contrario tendremos mas problemas de los que preocuparnos-

Dije mientras me ponía de pie, aquella criatura que acariciara se alejó y se unió a sus compañeros que nos rodeaban a unos 60 metros y acercándose,  tome el estuche de mi violín y lo abrí y me prepare para tocar una melodía especial.


-El grandulón solo tiene sueño lo despertaron, como estarían ustedes si llegan a su casa a hacer escándalo y prende la luz mientras ustedes tratan de dormir, no estarían molestos –

Dije mientras colocaba el violin el posición y comenzaba a tocar la misma melodía que antes,  la criatura que se encontraba en el fondo del océano detuvo el asenso , era como si se hubiera quedado quieta escuchando mi música.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Julchen Sáb Feb 22, 2014 4:18 am

La albina no hizo comentario alguno del comportamiento del chico, sospechaba que no lo había dicho sinceramente, pero no la molestaba. Sabía de sobra que con ese tipo de presentación a muy pocas personas se las iba a convencer de lo que ella decía, pero el egocentrismo era una de las marcas de su carácter, y al que no le gustará que se aguantase.

Se río ante el comentario de ese intento de copia de su persona, señalándola mientras qué lo hacía para remarcar que se estaba riendo de ella.

Eso no asusta, pequeña niñita, es sólo un pulpo que ha decidido que es buena hora dejar el hogar para convertirse en un bonito plato de comida.- dijo con una sonrisa socarrona, amaba el peligro y el combate, y por un cefalópodo no iba a ponerse a gritar de miedo- Pero si ves que te da mucho miedo a ti, entonces vete a tu casa a refugiarse en los brazos de tu mamá - la miro de forma degradante, con una mueca de burla hacia ella.

Nefertimon alzo el vuelo, mientras que la albina se estiraba. Posiblemente hubiese que repartir golpes, y ninguna de ellas quería ser menos que el esqueleto y el chico de cabellos oscuros. Aunque por curiosidad, iban a observar al extraño digimon. Parecía bastante poderoso, y querían observarlo, puesto que nunca lo habían visto.
Pero la chica de pelo blanco no dejaba de decir estupideces, así que, las dos la miraron con la misma expresión que se lo pone a un niño cuando dices puras y llamas gilipolleces.

- Por supuesto que sé que los atraigo, pero es lo mismo que las plantas carnívoras. Un aroma irresistible para ellos antes de... Morir sin tener la mínima oportunidad.

No por nada esas sombras no alcanzarían suficiente nivel, y su señor, ese pulpo, estaba a punto de morir. Así pues, esas palabras arrogantes dichas sin fundamento iban a quedar para el suelo.
La albina torció el gesto al escuchar el violín. Le recordaba a su pasado, esa época en la que intentó abrumar al señorito con sus dotes para ese instrumento. Que tonta e inocente en esa época, los demás debían asombrarla a ella, porque ella ya de por sí era asombrosa.

Nefertimon, bitte, tengo una mosca que no para de revolotear, hazlo callar. Antes de que tenga que ir yo

La digimon soltó su ataque, rosseta stone contra Mystic. Al ser ella un híbrido en cuerpo humano, no tendría opciones a esquivar, y menos concentrada como estaba en tocar el violín. Así qué, prácticamente la golpearía de lleno, sin matarla, pero causándole un buen golpe. Quizás, algún hueso acabaría roto.

Después de eso, la humana volvió a cargar digisoul en el dispositivo y la esfinge cambió su forma a la de un ángel Rubio con ocho alas emplumadas a su espalda. Angewomon. La cual, alzo los brazos al cielo de los que salió un aro de luz que iluminó el campo y causando daños a su vez, a esos digimons que eran "malignos" o al menos así los veía ella. Una forma de facilitarle las cosas al chico del esqueleto par ver su ataque, después ya entrarían ellas al juego.
La luz brilla más fuerte cuanto más oscuras son las sombras...

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Rosetta Stone: Crea una tabla de piedra luminosa y la dispara contra el enemigo.
Saint Air: Crea un halo que irriada luz iridiscente para dañar el mal. También puede absorber los ataques de otros digimons
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Alec Lightwood Sáb Feb 22, 2014 11:47 am

La bestia que se suponía que tenían que purificar no salía completamente del océano, apenas salió un solo tentáculo de toda su ridículamente grande figura. Ambas mujeres peleaban como si no fuesen nada más que niñas pequeñas en una situación en la cual posiblemente ambas pudiesen morir sin demasiada dificultad. Mientras esto pasaba varias siluetas oscuras rodeaban al grupo de 3 personas y 2 digimons, incluso algunas se encontraban paradas sobre el océano como si rodeasen al Dagomon que aún no salía completamente a la superficie. Esas criaturas podrían fácilmente atacarlos aprovechando el número en lo que claramente tenían la ventaja, sin embargo no serviría de mucho si Alec utilizaba a su digimon en su nivel más alto y liberaba todo el poder de este. La arena de hierro cayó al suelo quedando como una fina capa sobre la arena, esto hacía que el suelo de 5 metros alrededor del digimon esqueleto tuviese un color negro en vez de color arena. Como si con la conversación sobre mojar las bragas no bastaba, el intento de pelea seguía, la mujer de mayor edad habló sobre el digimon nivel ultra como si no fuese nada. 

 - Rayos... creo que me meé las bragas. Deberé llamar a mi mamá para que me traiga otro par - dijo con un tono infantil pero aún notándose que no era una voz de mujer sino su voz normal. Mientras decía eso de forma casi imperceptible un poco de la arena de hierro subía por sus piernas metiéndose dentro de su pantalón llegando hasta ambos muslos y quedando como una especie de medias largas de polvo de hierro que resultaban invisibles al estar debajo del jean de Alec. La pequeña niña se rió y dijo que ahí iban a morir, solo que eso no pasaría, podían ser seres obscuros, podían ser más de 1000, pero de todos modos siempre había una forma de purificarlos. El digimon egipcio comenzó a volar mientras la híbrida digimon-humano hablaba mal de los humanos, generalizando como siempre, insultando a unos pocos como si con eso pudiese cambiar algo, hablando en vez de actuar para cambiarlo, sin aceptar que ella misma tiene la culpa y diciendo que el resto tiene la culpa. Si había algo que no le impresionaba ni le cambiaba nada al muchacho era eso, cada 10 minutos había alguien que decía comentarios de esa manera y nunca lo habían afectado, si los "humanos" eran los malos, entonces los volvería buenos, así de simple. 

 Al parecer el digimon de luz atraía a los seres oscuros  y luego de ser advertida por la violinista, el digimon gato simplemente respondió con que los iba a asesinar a todos.  Pasando al siguiente tema, la mujer comenzó a tocar un violín generando el mismo sonido triste y deprimente que antes, para ese momento el Dagomon habíase elevado un poco más pero aún ni se veía completamente su rostro, como la música calma bestias, aquel ser dejó de ascender y simplemente quedó en el mismo lugar escuchando la música. La de ojos rojos le dio la orden a su digimon que atacase a la niña del violín, esta lanzó una especie de lápida extraña hacia una humana, un ataque que fácilmente la dañaría en gran medida y tal vez le provocase la muerte si por el impacto caía de la roca y chocaba con otra de cabeza.

 Alice la podría desviar para que no dañase a la niña ya que destruirla, a pesar de ser otra opción, era algo más complicado. Alec lanzó hacia su derecha una moneda lentamente y Alice cargó 2 tipos distintos de electricidad (positiva y negativa) en su brazo derecho de la misma forma que había hecho antes. Al golpear esa moneda, debido a la fuerza de Lorenz, la moneda salió disparada a una velocidad mayor a la del sonido, chocando contra la Rosetta, traspasándola y por el viento que generó por la gran velocidad, destruyéndola. Aquel acto fue hecho con una velocidad impresionante, por eso mismo no tenía toda la potencia ya que si no habría necesitado cargar una mayor cantidad de electricidad en su cuerpo en vez de la poca que logró cargar, debido a eso, aunque la potencia no era la misma, tampoco era la misma el daño hecho al esqueleto. De todos modos, realizar otra Railgun pronto con la misma mano sería muy dañino debido a las altas temperaturas y por eso no haría nada más con la mano derecha temporalmente. - Así no se tiran los frisbys, tienen que girar mientras son lanzados - se quejò Alec por la forma en la cual había sido arrojado el ataque

 Terminado ese pequeño trabajo de mediador, el muchacho de ojos azules sonrió bastante mientras el digimon de 4 patas evolucionaba a un nivel ultra bastante conocido, no era una criatura demasiado poderosa, era simplemente nivel ultra, a pesar de eso el destruirlo  no era demasiado difícil. Como casi todos los digimons mujeres, a pesar de ser asexuales, tenían unos pechos que harían sentir celosos a la mayor parte de las mujeres y posiblemente a su misma dueña. Si Alice no fuese un ser un poco extraño, con apariencia de chica y un cuerpo esquelético, se habría sentido celosa de aquel ser de luz el cual literalmente estaba brillando. Era una bombilla gigante delante suyo que molestaba a la oscuridad pero como estaba volando y por la distancia de las criaturas de sombra y por la bruma, aquel "ataque" perdió la mayor parte de su efecto, tan así era esto que las cristuras oscuras no se vieron casi afectadas por el ataque y apenas recibieron daños si es que lo hicieron. El mismo campo de batalla hacía dificil que el ataque del Agewomon fuese demasiado eficaz. Sin importarle esto a la deidad azteca, ella apuntó hacia arriba con su mano y sobre esta se creó una espada de arena de hierro la cual medía 7 metros de largo pero pesaba prácticamente nada. 

 Con esta espada el daño que podría hacer sería muy algo y podría eliminar a varios enemigos al mismo tiempo y sin dificultad. Miró a las sombras como si no le importasen demasiado y luego le habló a Alec - Has que deje de tocar así podemos derrotar al Dagomon, mientras yo me encargo - habló con la voz infantil en vez de la voz real. Con esas simples palabras la niña de pelo blanco posiblemente dejase de tocar el violín así que no había mucho para hacer por parte del muchacho de ojos azules. Sin embargo ya que algo como una pelea era imposible de evitar, tomó acción inmediatamente. En un segundo se encontraba en su posición, en el siguiente al lado de la egocéntrica de ojos rojos, como si se hubiese teletransportado o fuese un digimon muy rápido - Nee, encárgate de estos mientras yo voy por el pulpo. Y si tienes una espada o algo préstamela - le habló con voz seria mientras de su mochila sacaba unas 10 shurikens dentro de una bolsa especialmente para ellas, esta bolsa se colocaba atada a un cinturón y Alec hizo eso mientras esperaba a por algún arma. Después de todo él iba a encargarse del Dagomon.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Mystic Sáb Feb 22, 2014 2:04 pm

Como era de esperarse mis palabras fueron tomadas a broma, es más ni siquiera mi aportación tratando de calmar ala furiosa bestia fue tomada en serio, la verdad me molesto mucho la actitud de la mujer esa pero le hice el mismo caso que a una mosca, continúe tocando mi música  la cual al parecer molesto a la chica y a su digimon quien me lanzo una enorme lapida de piedra eso seguro me causaría algunas heridas pero no llegaría a matarme, mi condición de hibrida me hacía más resistente que a los humanos normales, seguí tocando sin importarme el peligro de muerte en el que estaba sin embargo aquel digimon de 5 metros me salvo, yo sonreí divertida cuando el viento generado por aquel ataque me despeino ese mismo viento que causara la destrucción de aquella lapida, era obvio que la chica no sabía con quienes se enfrentaba si quisiera podría simple mente darle una muestra de mi poder, pero quería seguir viendo más sobre ellos y simple mente me limite a observar, aquel viento me saco un poco de balance y concentración lo que me hiso dejar de tocar, esto logro que aquel calamar gigante siguiera su asenso mostrando  cada vez más de su impresionante cuerpo, aquel digimon en forma de esfinge cambio y se convirtió en un ángel de alas hermosamente brillante, seguro que lo que quería esa chica que nos matara, guarde mi violín con mucha calma y tome mi sombrilla, mire con artasmo aquel digimon y dije.

-Ustedes dos par  de imbéciles provocaran que nos maten-

Como si no fuera sufiente aquel digimon angel lanzo un ataque que solo roso la primera capa de los seres oscuros que nos tenían rodeados, mientras que los demás seguían caminando hacia nosotros, los seres oscuros seguían llegando pronto eran tantos que no podían ni contarse, eran un mar de sombras de pronto las sombras se lanzaron hacia nosotros, yo seguía en la roca y comencé a pelear sin cambiar de forma usando la sombrilla como una espada, era buena en la esgrima y mi fuerza era mayor a la de una humana así que comencé a hacer caer a algunas sombras a mi alrededor, las sombras igual se lanzaron encontra de Alec y a su compañero pero para aquel grandote eran como hormigas, la chica y su ángel  no se escapó de esto y fue atacada no por uno ni por dos sino por cientos de sombras que se lanzaron hacia ellas des del suelo saltaban intentando alcanzar ángel y algunos que podían volar las atacaban des de todos los flancos, la luz de aquel ángel hacia que el fuera el centro de aquel ataque y quien más enemigos tenía que enfrentar, las sombras no dejaban de llegar y por si fuera poco aún quedaba el calamar gigante que era un enemigo que teníamos que respetar pues era después de todo una deidad.

-jajajaja esto es divertido-

Gritaba mientras seguía combatiendo a las sombras quienes no eren especial mente fuertes, su mayor fuerza radicaba en el inmenso número que aquel ángel atraía cada vez más y más,  la enorme eh imponente figura de aquella criatura se levantó des de las profundidades del océano, sus ojos rojo sangre nos miraban como a insectos molestos sus tentáculos eran simple mente inmensos despedía un aura tan maligna que respirar se volvió difícil, era simple mente imponente aquella criatura, pero no tuve mucho tiempo para observarla pues estaba ocupada enfrentando a un ejército  de sombras que parecía interminable.

-Tu digimon ángel si sigues brillando a si atraerás más y más sombras entiende con un demonio paga esa maldita luz-

Estaba comenzando a perder la paciencia con esas dos imbéciles, no me incomoda morir pero no quería que fuera en una situación tan….ridícula como esta.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Julchen Lun Feb 24, 2014 12:58 pm

La albina chasqueó molesta por el hecho de que la roca hubiese sido rota por el ataque del esqueleto. Ya podría centrarse más en el esqueleto... Rebuscó en sus bolsillos mientras que sacaba unos cascos y su teléfono enganchado a ellos, poniendose un buen grupo de rock para acallar las notas del violín. A pesar de tener más que capacidades suficientes con el instrumento, lo odiaba profundamente. Así que, a menos que estuviese especialmente melancólica -y borracha- no quería volver a escuchar ni una sola nota de ellos.

- Mejor morir a haber huido del combate.- replicó únicamente tras desenvainar la espada que siempre llevaba al digimundo, no se sabía con lo que se iba a encontrar uno. Era una bonita espada de doble filo, muy parecida a las que usaban las órdenes religiosas en la época de las cruzadas. De aproximadamente un metro de largo, y sobre todo, muy bien cuidada, el metal refulgía plateado sin una sola mancha de óxido o suciedad en ella.

Angewomon por su parte, simplemente volvió a crear otro aro de luz, pero esta vez, para absorber parte de los ataques enemigos, y dejarse caer en el aire, cubierta por otro de sus ataques. Ahora mismo estaba siendo rodeada por los ataques, y siendo tantos, el aro de luz no podría atrapar todos, así que, tenía que salir de allí y moverse. Hecho eso, ya le sería más fácil esquivar, puesto que los ataques tendría que lanzárselos calculando su posición, y eso haría que muchos fallaran de antemano. No la importaba la cantidad de digimons ni de cuantos tuviera que eliminar, cuando una persona, o digimon en este caso, pasa al modo fanático, no le interesa ni lo más mínimo morir. Sólo quiere llevarse a todos los que pueda por encima.
Y en ese estado ignoró las palabras de Mystic, le daba igual, sobre ella no llovían los ataques, y si a alguien tendría que sacar de allí sería a su albina. La cual, seguramente tampoco pusiese muchas pegas a eso de morir combatiendo.

Julchen, por su parte, estaba entretenida dando tajos a diestra y siniestra. Había sido entrenada de manera militar desde que era pequeña, y si bien era humana, en fuerza física estaba por encima de la media. Así como en casi cualquier aptitud física, era peor a la hora de disparar, puesto que no tenía paciencia para apuntar. Pero la espada era sin duda una de sus armas favoritas.

- ¿Por qué debería dejarte la espada? Y en caso de que lo haga, la quiero de vuelta, es un regalo.- no pensaba soltarla hasta que no la dijesen para que era. Ni muerta iba a abrir su mano.
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Re: La sonata del diablo

Mensaje por Alec Lightwood Mar Feb 25, 2014 7:41 am

La mujer de cabellos blancos enserio sacó una espada, tenía una espada guardada, solo que no la usó para dársela a Alec sino que comenzó a blandirla como una idiota. En el instante en el que la blandió el muchacho de ojos azules se encontraba al lado de ella ¿Acaso era idiota? Los seres oscuros venían de un lado a otro, al dar cortes horizontales paralelos al suelo lo único que lograría hacer sería cortar por la mitad al D-Cyber. Sin embargo esto no pasó, con la primera blandida que ella hizo Alec ya se había alejado lo suficiente como para no verse afectado por el corte a diferencia de los demonios. Al moverse con el poder de la "embestida" causada por el movimiento varias de esas criaturas oscuras cayeron al suelo, el muchacho de cabellos negros trató de pisar a una de estas luego, mientras las otras se lanzaban a él, pero su pie simplemente se hundió en el cuerpo del ser oscuro, como si no estuviesen hechos de ningún material sólido. Pues claro, realmente no estaban hechos de nada sólido, eran simplemente la representación de sentimientos oscuros en el digimundo, no eran seres "reales", eran simples marionetas por los sentimientos - Por que mierda tienes una espada!?!?! Estás loca?!! Con esas cosas puedes matar a alguien!!! - le gritó mientras quitaba el pie de la oscuridad que trataba de absorberlo. 

 Antes de que pudiese sorprenderse ya varios seres se habían lanzado hacia él, estos seres saltaron para lanzarse sobre el muchacho y posiblemente absorberlo y contaminarlo con sus energías oscuras. El muchacho desplazó su mano derecha hacia el pequeño bolso de shurikens, se agachó y sostuvo hacia arriba una mientras los seres estaban cada vez más cerca, apunto de tocarlo. Sin embargo no llegaron, sus cuerpos se dividieron a la mitad y cayeron sobre el muchacho de ojos azules pero no lo absorbieron sino que lo que quedó de los cuerpos volvieron a unirse a las partes inferiores cortadas. Como habían partes de las shurikens dentro de aquellos seres, se formaban pero no podían moverse, eran incapaces de dar un paso más al tener pedazos de acero dentro del cuerpo. Alec se levantó calmadamente y luego agarró los bordes internos de la shuriken gigante que antes había tenido en su mano derecha. Sonrió bastante mientras su cuerpo se movía hacia el digimon de tipo esqueleto a una velocidad impresionante. Algunos, la mayor parte la verdad, de los seres oscuros que estaban en el camino entre Alec y el digimon esqueleto fueron cortados de un momento a otro y por la fuerza de la atracción de la deidad azteca hacia Alec, el cuerpo de este empujó a varios seres partidos al medio sin darles tiempo a absorberlo y enviando sus cuerpos hacia el esqueleto de 5 metros el cual estaba emitiendo potentes ondas eléctricas. Dichas ondas eléctricas tenían una temperatura  demasiado elevada y parecía que esos medios cuerpos sentían un dolor increíble, pero eso terminaría pronto. 

 Alec dio un salto hacia un lado dejando que el Shuriken gigante cayese al suelo No hace falta decir lo que pasó después, con decir que una moneda fue suficiente como para derretir la oscuridad dejando nada más que charcos negros en vez de cadáveres fue suficiente. Los seres oscuros que no habían sido eliminados por eso trataban de ir hacia Alec pero una pared de arena de hierro lo rodeaba haciendo que esto resultase imposible, los seres de oscuridad solo la golpeaban, sin saber que fácilmente podrían absorberla. Todos los cortados al medio por la espada de Julchen simplemente se volvían a formar, eran puros sentimientos negativos, el tener un cuerpo sólido para aquellos seres era algo ridículo, sus cuerpos eran gelatina que podían moldear a voluntad. Excepto que se destruyese a ellos completamente o se destruyese el "nucleo" de su ser seguirían vivos. Las partes inferiores de sus respectivos cuerpos al tocar a las partes superiores los absorbieron y volvieron a la forma original, fuesen o no cortados no importaba para aquellas criaturas, solo se volverían a formar. El destruir sentimientos, el destruir sombras, eso no podía hacerse con ataques físicos, era tan eficaz como tratar de cortar el agua.

 Únicamente los ataques elementales, los ataques que no los dejaban reaccionar y los ataques de luz servían contra ellos. Ataques de oscuridad solo servirían de alimento, ataques de luz los dañarían sin dificultad, ataques físicos solo serían absorbidos pero si eran suficientemente rápidos les podrían causar cierto daño extraño, pero solo si eran usados de una manera... extraña, tal como había hecho Alec. No, nunca había luchado contra aquellos seres antes pero tenía datos por distintos juegos que había jugado, a los tipo "slime" nunca los afectaban los ataques físicos y por eso había que usar magia. ¿Y qué era ese mundo sino otro juego? Julchen posiblemente tendría problemas, con que los seres se acercasen un poco, fuesen cortados y se juntasen, eso ya era suficiente como para avanzar un poco, cada vez avanzarían más y más y puf, en algún momento ella no podría más y los absorbería. Pero no iba a ser problema con su ángel, ¿O si? Las sombras no podían detectar que ella le enviaba la energía al ser oscuro pero al no poder derrotarlo tratarían de destruir a lo más cercano para hacerlo bajar, como arañas matando una cría de pájaro para que estos tratasen de ayudar a sus hijos y fuesen atrapados en una telaraña. Trampas básicas hechas por deseos básicos, esa oscuridad había sido despertada y tenía hambre de luz, quería absorberla para volver a la quietud y la calma natural de lo negro.

 La que lo tenía más fácil era la híbrida, ya que estaba arriba de una piedra grande sus oponentes no podían llegar a golpearla correctamente, como máximo a sus pies. Ya que era demasiada empinada parte de la roca, solo podían ir desde delante y los costados y no desde detrás, mientras no retrocediese no perdería, podría golpearlos con la velocidad de los biohíbridos y no llegarían a poder absorber sus golpes gracias a la velocidad - Esto no llevará a ningún lado... - Alice dio su observación con su voz grave nuevamente mientras la pared de arena de hierro que rodeaba a Alec se expandía casi explotando y por la onda de choque enviando lejos a las sombras, claro que ellas simplemente absorbieron los pedazo de la arena de hierro. El muchacho apuntó con una mano al digimon y le envió una esfera de energía que creó a tal velocidad que hubiese resultado difícil verlo a simple vista. Su criatura brilló de tal manera que los seres dejaron de ser atraidos por Julchen, Alec y Mystic  y solo fueron atraídos hacia los digimons. Para el momento en el que la evolución había terminado, ya casi todos los observaban a esos 2 y Alec observaba a las sombras, se dio cuenta de la presencia de varias de un mayor tamaño, era ridículo pero parecía que eran capaces de combinarse. Sombras débiles que podían fusionarse creando una sombra más grande. Ahora además de las sombras de 1 metro habían sombras de 2 metros. Sin embargo el "agua" que quedó por derretirse las sombras quedó sin poder moverse y sin ser absorbida por otras ya que por la temperatura, el simple hecho de absorberlas les haría bastante daño y no valía la pena, después de todo tenían todo el tiempo del mundo.

 El brillo azul terminó, pero 2 brillos más surgieron del ser que había emitido el brillo azul y que dejaba de ser un esqueleto para pasar a ser otro esqueleto, solo que de digizoid. Este "esqueleto" realmente era la muerte, era un cazarecompensas  dorado que tenía 2 guadañas en vez de manos, bueno, no eran 2 guadañas, era una guadaña cubierta de fuego y en el otro "brazo" el cual no era un brazo tenía fuego en la forma de una guadaña. Una de estas guadañas era de un color naranja como una vela y la otra azul como el fuego concentrado, hecho para quemar y no para iluminar. Era claro cual tenía mayor temperatura, pero ambas podían variar la temperatura que tenían. ¿Para qué era esto? Era para el mismo control del viento mediante el fuego, todos los elementos eran modificados por los distintos elementos y el control del fuego de Reapermon llegaba a tal nivel que con el fuego podía controlar el viento. Claro que no en un nivel perfecto tal como él, era un nivel mega pero su control del viento no era tan poderoso como el de un mega, pero sería suficiente para aquellas criaturas. 

 ¿Qué hacer cuando tus enemigos son miles de millones? ¿Cuando pelear es imposible y huir también? La mayor parte de aquellas criaturas se quedarían destruidas, no podrían llegar a luchar en la batalla, era una lástima la verdad, pero el destruirlas no eliminaría los sentimientos negativos sino que se crearían en otros lados. Incluso las que ahora eran "líquido" en algún momento iban a regenerarse. Por eso mismo el derrotarlos a todos era algo imposible, debían primero mantener el control en una zona específica. Esa zona se determinó como una zona de 50 metros de largo, un viento comenzó a soplar en forma de circulo, por que no había otra forma de describirlo. Viento salía desde una de las guadañas del Reapermon y daba un circulo de 50 metros con el mercenario en uno de los bordes y luego volvía al Reapermon el cual con leves movimientos le daba una modificación que los mandaba hacia detrás suyo. Esto hacía que los seres se limitasen a los que se encontraban en esos 50 metros, los seres que trataban de pasar el viento simplemente eran absorbidos por este viento y luego eran disparados por el mismo viento hacia fuera y chocaban contra otros y los golpeaban. Y los otros al ser seres estúpidos golpeaban a las otras sombras, pero ya ninguno parecía querer avanzar hacia el lugar. Solo se quedaban viendo las flamas los de fuera, pero no avanzaban. 

 - Encárguense de esos por favor - Dijo Alec calmadamente, ya los había limitado lo más que pudo y como otra oleada de ellos se abalanzaba hacia el Alec giró y volvió a agrandar una shuriken solo que esta vez para cortarlos  lo cual logró hacer fácilmente. Pronto se desarmarían y volverían a atacarlo así que solo quedaba que alguien los salvase, y ese alguien era el digimon de la mujer.
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Re: La sonata del diablo

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