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[Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
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[Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Era un sábado normal, más o menos, en mi vida. Es decir, no tenía nada que hacer. Pero en vez de quedarme todo el día en mi casa trabajando en algún proyecto que me pareciera entretenido, o bien, relajándome jugando a videojuegos, en esta ocasión había decidido moverme a la gran capital. A fin de cuentas, necesitaba ropa nueva, así que, ¿qué mejor que ir allí y pasar un bonito fin de semana de consumismo? Así que, me monté en el coche y con una inhalación profunda, comencé a conducir en lo que serían casi cuatro horas -dependiendo del tráfico- para llegar al lugar. No tenía habitación de hotel reservada, pero dudaba que fuesen a estar completos, nos encontramos en el mes de Enero, en un fin de semana sin nada especial, por tanto, no habría demasiados turistas, salvo quizás gente del propio Reino Unido. Así que, no esperaba encontrar demasiados problemas para encontrar alojamiento.
Las tres horas y media se me pasaron con un ritmo bastante rápido, aparqué en un barrio residencial cerca del que sería el objetivo de mis compras: el barrio de Candem Town. Allí se encontraban todas las tiendas de moda alternativa, gótica, punk, etc. Así que, era el lugar idóneo donde comprar más ropa del estilo que me gustaba llevar. Tenía pensado en aumentar mi colección de cinturones, no por nada usaba al menos dos al día.
Con pasos rápidos y decididos me adentré en mi tienda favorita, y obviamente, no me defraudó para nada, puesto que conseguí llevarme un cinturón marrón con la hebilla en forma de cabeza de león. Me encantaba todo lo que llevase la silueta del león, por ello, siempre que podía compraba prendas de ropa con leones de estilo gótico o tribal dibujados.
Tras unas cuantas horas, con más exactitud, a las cinco de la tarde, cuando el Sol ya había abandonado el cielo, salí a la calle con las manos llenas de compras. Pero un pitido peculiar me alertó de que había algo más interesante que todo lo que llevaba en las bolsas. Saqué el móvil del abrigo largo que usaba para disminuir el frío invernal -debajo, obviamente, llevaba mi chaqueta favorita de la cual tenía un armario entero en mi casa- y miré la pantalla. Se abrió un mapa de la zona en la que me aparecía un punto de color rojo. Al parecer había un biohybrido cerca.
Con una mirada determinada empecé a caminar hacia el lugar donde me indicaba el radar. A fin de cuentas, iba a dejar todo lo que estuviera haciendo, por poder ver a uno de ellos. No por nada eran mi obsesión, puesto que mis padres habían dedicado sus vidas a crearlos, y yo iba a usarlos para quitar del medio al idiota que les robó sus estudios. Aunque, claro, no pensaba que iba a tener mejor suerte esta vez que las anteriores veces que me había topado con uno de ellos, no por nada, había muchos laboratorios en el mundo que se dedicaban a crearlos. Así que, era demasiada casualidad que encontrara una de las creaciones de esa persona.
Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?
Las tres horas y media se me pasaron con un ritmo bastante rápido, aparqué en un barrio residencial cerca del que sería el objetivo de mis compras: el barrio de Candem Town. Allí se encontraban todas las tiendas de moda alternativa, gótica, punk, etc. Así que, era el lugar idóneo donde comprar más ropa del estilo que me gustaba llevar. Tenía pensado en aumentar mi colección de cinturones, no por nada usaba al menos dos al día.
Con pasos rápidos y decididos me adentré en mi tienda favorita, y obviamente, no me defraudó para nada, puesto que conseguí llevarme un cinturón marrón con la hebilla en forma de cabeza de león. Me encantaba todo lo que llevase la silueta del león, por ello, siempre que podía compraba prendas de ropa con leones de estilo gótico o tribal dibujados.
Tras unas cuantas horas, con más exactitud, a las cinco de la tarde, cuando el Sol ya había abandonado el cielo, salí a la calle con las manos llenas de compras. Pero un pitido peculiar me alertó de que había algo más interesante que todo lo que llevaba en las bolsas. Saqué el móvil del abrigo largo que usaba para disminuir el frío invernal -debajo, obviamente, llevaba mi chaqueta favorita de la cual tenía un armario entero en mi casa- y miré la pantalla. Se abrió un mapa de la zona en la que me aparecía un punto de color rojo. Al parecer había un biohybrido cerca.
Con una mirada determinada empecé a caminar hacia el lugar donde me indicaba el radar. A fin de cuentas, iba a dejar todo lo que estuviera haciendo, por poder ver a uno de ellos. No por nada eran mi obsesión, puesto que mis padres habían dedicado sus vidas a crearlos, y yo iba a usarlos para quitar del medio al idiota que les robó sus estudios. Aunque, claro, no pensaba que iba a tener mejor suerte esta vez que las anteriores veces que me había topado con uno de ellos, no por nada, había muchos laboratorios en el mundo que se dedicaban a crearlos. Así que, era demasiada casualidad que encontrara una de las creaciones de esa persona.
Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?
Alyria-Kira
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Beelkomon y yo llegamos a la ciudad londinense sobre las cuatro de la tarde (horario local). Obviamente, desde América no podríamos habernos desplazado hasta la isla británica en moto, pero al parecer, eso no suponía ningún problema para mí. Descubrí que, aparte de poder evolucionar en una línea evolutiva normal de digimon, tenia una evolución aparte, surgida por la muerte de alguien gracias a mí, hacía ya bastante. Beelkomon no me contó mucho de ello, pues por lo visto ella tampoco tenía demasiada idea porque en aquel entonces, aún ni nos habíamos conocido. Pero en fin, que esta curiosa evolución tenía una útil (muy útil) habilidad de teletransporte. Y gracias a eso, ahora estábamos en ese lugar.
Nada más llegar buscamos algunas tiendas, y gracias a BlackGatomon (dedigievolucionó nada más llegar), encontramos una calle llena de tiendas con temática de estilos alternativos, en las que vendían básicamente ropa y complementos de estilos como el gótico, punk o heavy. Una hora más tarde, ambas salíamos de allí, con varias bolsas amarradas en mis manos. ¿Cómo lo había pagado? Beelkomon me había dado el dinero que ella había guardado hasta entonces. Curiosamente, me hizo gracia que ella poseyera dinero, pero no dije nada y lo acepté sin rechistar.
Ahora, la ropa que había llevado desde que había perdido la memoria, era historia. Ahora iba completamente de negro, con un bikini negro (parecía más bien un sujetador, pero bueno. Dejémoslo en bikini, que es más estético y menos provocativo... en parte) debajo de una chaqueta negra de cuero, con alguna que otra chapa de metal implementada. Aparte, también llevaba unos pantalones negros y de cuero (y bastante ajustados...), que llegaban hasta introducirse en unas botas (¿A que no adivinas el color?) con chapa metálica en la punta. Eso... sin contar con las muñequeras con púas que tenía en los brazos, y en los tobillos, el colgante, y el anillo del lobo en el dedo central de la mano derecha.
Estiré los brazos hacia el cielo, ya por fin cómoda, y sin la ropa sucia y rota que había llevado hasta entonces. Esa estaba ahora en las bolsas, pero pronto acabarían en cualquier contenedor de basura.
- Gata-llamé, con un ronroneo. Ella se colocó frente a mí, mirándome desde el suelo-. Ve a buscar información, yo voy a dar una vuelta por aquí...
Ella frunció el ceño, pero con un gruñido hizo lo que le ordené, alejándose de mí por la calle. Sin mirarla siquiera, comencé a caminar en dirección contraria, tirando en el primer cubo de basura las bolsas con la ropa vieja y colgándome al hombro la funda de guitarra en la que había escondido las espadas.
Nada más llegar buscamos algunas tiendas, y gracias a BlackGatomon (dedigievolucionó nada más llegar), encontramos una calle llena de tiendas con temática de estilos alternativos, en las que vendían básicamente ropa y complementos de estilos como el gótico, punk o heavy. Una hora más tarde, ambas salíamos de allí, con varias bolsas amarradas en mis manos. ¿Cómo lo había pagado? Beelkomon me había dado el dinero que ella había guardado hasta entonces. Curiosamente, me hizo gracia que ella poseyera dinero, pero no dije nada y lo acepté sin rechistar.
Ahora, la ropa que había llevado desde que había perdido la memoria, era historia. Ahora iba completamente de negro, con un bikini negro (parecía más bien un sujetador, pero bueno. Dejémoslo en bikini, que es más estético y menos provocativo... en parte) debajo de una chaqueta negra de cuero, con alguna que otra chapa de metal implementada. Aparte, también llevaba unos pantalones negros y de cuero (y bastante ajustados...), que llegaban hasta introducirse en unas botas (¿A que no adivinas el color?) con chapa metálica en la punta. Eso... sin contar con las muñequeras con púas que tenía en los brazos, y en los tobillos, el colgante, y el anillo del lobo en el dedo central de la mano derecha.
- Spoiler:
- Ignorar los kunais de las piernas y la cara, en esta imagen sale horrible, pero el cuerpo se veía entero.
Añadir que también se ve el tatuaje del vientre:
Estiré los brazos hacia el cielo, ya por fin cómoda, y sin la ropa sucia y rota que había llevado hasta entonces. Esa estaba ahora en las bolsas, pero pronto acabarían en cualquier contenedor de basura.
- Gata-llamé, con un ronroneo. Ella se colocó frente a mí, mirándome desde el suelo-. Ve a buscar información, yo voy a dar una vuelta por aquí...
Ella frunció el ceño, pero con un gruñido hizo lo que le ordené, alejándose de mí por la calle. Sin mirarla siquiera, comencé a caminar en dirección contraria, tirando en el primer cubo de basura las bolsas con la ropa vieja y colgándome al hombro la funda de guitarra en la que había escondido las espadas.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Continué caminando mirando el móvil cada dos por tres, al parecer mi objetivo se había puesto en marcha, así que, no tenía tiempo que perder para alcanzarlo. Me coloqué mis cascos blancos, que también que también me servían de orejeras para el frío clima que había ahora en Londres -era invierno, lo normal es que hubiera nieve en la calle- y como decoración -ya era normal en mi caso- tenían dos leones rampantes en color plateado.
La música comenzó a sonar lo suficientemente alta como para que pudiese distinguir las notas, pero sin dejar de escuchar lo que había a mi alrededor. Por suerte, mi música preferida eran las canciones que no tenían letra, lo cual, ayudaba mucho a escucharlas, puesto que no necesitaba subir el volumen para entender qué es lo que estaban diciendo. Así que, mientras que iba silbando algunos fragmentos de las melodías comencé a perseguir a mi punto de interés.
El viento comenzó a levantarse, ahora que el sol se encontraba bajo en el horizonte. Así que, aceleré el paso, mientras que cerraba aún más el cuello de mi abrigo para protegerme del frío. Sinceramente, prefería evitarme el dolor de cabeza que me acompañaba cada vez que me enfriaba, era una sensación tan anuladora eso de no poder pensar bien, que prefería evitármelo.
Saqué el teléfono para comprobar que no hubiese girado, y en ese momento apareció otro círculo, esta vez azul oscuro -lo que me indicaba que era un digimon- dirigiéndose en mi dirección. En otro momento me hubiera parecido un sujeto sumamente interesante, pero ahora que tenía la oportunidad de "atrapar" un biohybrido, prefería hacer eso. ¿Quién sabía cuando iba a poder volver a encontrar otro de ellos? Así que, ignoré completamente a la gata negra que pude ver moviéndose como un animal normal... Aunque distaba mucho de serlo, a fin de cuentas, tenía entre poco y nada que ver con la morfología de mi Chess, pero ahora no era momento en el que pensar en mi gato.
Cada vez me iba acercando más a mi objetivo, no debía tener mucha prisa, mientras que yo parecía una humana que buscaba encontrar la protección de un lugar caliente cuanto antes. Sobre todo para evitarme una helada o una nevada, que era bastante corriente en un país en el que tiene que llover al menos una vez al día.
La música comenzó a sonar lo suficientemente alta como para que pudiese distinguir las notas, pero sin dejar de escuchar lo que había a mi alrededor. Por suerte, mi música preferida eran las canciones que no tenían letra, lo cual, ayudaba mucho a escucharlas, puesto que no necesitaba subir el volumen para entender qué es lo que estaban diciendo. Así que, mientras que iba silbando algunos fragmentos de las melodías comencé a perseguir a mi punto de interés.
El viento comenzó a levantarse, ahora que el sol se encontraba bajo en el horizonte. Así que, aceleré el paso, mientras que cerraba aún más el cuello de mi abrigo para protegerme del frío. Sinceramente, prefería evitarme el dolor de cabeza que me acompañaba cada vez que me enfriaba, era una sensación tan anuladora eso de no poder pensar bien, que prefería evitármelo.
Saqué el teléfono para comprobar que no hubiese girado, y en ese momento apareció otro círculo, esta vez azul oscuro -lo que me indicaba que era un digimon- dirigiéndose en mi dirección. En otro momento me hubiera parecido un sujeto sumamente interesante, pero ahora que tenía la oportunidad de "atrapar" un biohybrido, prefería hacer eso. ¿Quién sabía cuando iba a poder volver a encontrar otro de ellos? Así que, ignoré completamente a la gata negra que pude ver moviéndose como un animal normal... Aunque distaba mucho de serlo, a fin de cuentas, tenía entre poco y nada que ver con la morfología de mi Chess, pero ahora no era momento en el que pensar en mi gato.
Cada vez me iba acercando más a mi objetivo, no debía tener mucha prisa, mientras que yo parecía una humana que buscaba encontrar la protección de un lugar caliente cuanto antes. Sobre todo para evitarme una helada o una nevada, que era bastante corriente en un país en el que tiene que llover al menos una vez al día.
Alyria-Kira
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
De repente (mira tu por donde, que cosas, después de andar unos cuantos minutos, lo empezaba a notar justo en ese instante) una brisa helada me provocó un tiriteo que hizo castañear los dientes. Con un gruñido, me di cuenta de que debí de haber comprado también un abrigo, pero ya no iba a volver, me metería en algún local calentito y ya. Miré, casi ávida por la calle, cualquier sitio que pudiera servirme, pero en el que tampoco hubiera demasiada gente; comenzaba a darme cuenta de que no me gustaban las grandes masas. Tras caminar un poco, me detuve frente a una línea de bares de poca monta, pero que perfectamente me servían como refugio. Me introduje en el primero que pillé, y sin mirar a nadie me senté en una mesa al fondo, en un rincón guarecido por las sombras. Mientras me sentaba y dejaba la funda de guitarra a mi lado, me froté los brazos, intentando entrar en calor, y justo en ese momento se acercó un camarero a tomar nota.
Noté, visiblemente molesta, que el tipo me miraba de arriba a abajo, evaluándome, y casi comiéndome con los ojos. Le lancé una mirada furibunda, y enseguida sacó una libreta y un boli.
- Una botella de ron-gruñí entre dientes, apoyando la espalda en el respaldo del sofá que rodeaba la mesa-. Ahora, gracias-añadí al ver que el otro no se movía.
Dios, ¿por qué la gente era tan inútil? ¿Tan idiotizado estaba que no podía centrarse en su trabajo? Miré mosqueada mi anillo, de manera indiferente, y comencé a rascar con él la mesa, ya cuando el idiota se hubo marchado. Pasado un rato, este regresó con un vaso y una botella, pero no tuvo el "detalle" de llenármela, sino que se volvió a quedar quieto, como esperando algo. Puse los ojos en blanco, y planté de mala manera un billete en la mesa, el cual el camarero recogió. Cuando se dio la vuelta para marcharse, me dediqué a mirarle en la nuca fijamente, con ganas de hacerle tragar una de sus sillas. Este debió de notar de alguna forma la intensidad de mi mirada, porque lo vi estremecerse y perderse corriendo detrás de la barra.
- Tsk... estúpido-llené el vaso de bebida y pegué un largo trago.
Noté, visiblemente molesta, que el tipo me miraba de arriba a abajo, evaluándome, y casi comiéndome con los ojos. Le lancé una mirada furibunda, y enseguida sacó una libreta y un boli.
- Una botella de ron-gruñí entre dientes, apoyando la espalda en el respaldo del sofá que rodeaba la mesa-. Ahora, gracias-añadí al ver que el otro no se movía.
Dios, ¿por qué la gente era tan inútil? ¿Tan idiotizado estaba que no podía centrarse en su trabajo? Miré mosqueada mi anillo, de manera indiferente, y comencé a rascar con él la mesa, ya cuando el idiota se hubo marchado. Pasado un rato, este regresó con un vaso y una botella, pero no tuvo el "detalle" de llenármela, sino que se volvió a quedar quieto, como esperando algo. Puse los ojos en blanco, y planté de mala manera un billete en la mesa, el cual el camarero recogió. Cuando se dio la vuelta para marcharse, me dediqué a mirarle en la nuca fijamente, con ganas de hacerle tragar una de sus sillas. Este debió de notar de alguna forma la intensidad de mi mirada, porque lo vi estremecerse y perderse corriendo detrás de la barra.
- Tsk... estúpido-llené el vaso de bebida y pegué un largo trago.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Al parecer mi "presa" había dejado de moverse. Posiblemente hubiera decidido entrar a algún local a descansar, a tomar algo o a guarecerse del frío de la calle. En sí no me importaba el motivo mientras que estuviese quieta, aunque tampoco iba a negar que no fuese información. Que a pesar de no parecer muy útil, podría llegar a serlo, todo dependía de cómo fuese usada.
Así que, sin detenerme, llegué hasta la localización que me marcaba, dentro del un pequeño pub. Entré directamente al piso de abajo, allí donde a estas horas servirían bebidas, y donde los niños tenían prohibido entrar, de hecho, cualquier persona menor de 21 años no podría estar allí. Lo cierto, es que no iba a mirar arriba ni muerta, a esas horas habría familias con niños cenando, así que, antes de ir a esa jungla prefería perder el tiempo tomando algo.
En cuanto se cerró la puerta detrás de mí, me saqué el abrigo y retiré los cascos de música. Aunque el teléfono aún no lo guardé. Puesto que tenía que saber dónde estaba localizado el biohybrido. Acerqué todo lo que pude el zoom, y me indicó hacia la zona más alejada de la puerta del lugar. Lo cual me quitaba mucha búsqueda, puesto que era la zona donde estaban todas las mesas y había menos aglomeración de gente.
Con pasos firmes, analicé toda la zona, percatándome de varias cosas: no había más mesas libres y que sólo había una persona sola en todas ellas. Al parecer, tenía una expresión hosca y algo malhumorada, mientras que se bebía una botella de ron. Quizás fuese ella o quizás no, pero diría que entre los rostros alegres de todos los demás, lo que más me cuadraba con un ente extraño en un mundo dominado por humanos es ver esa expresión de: "mírame y te mato". Lo que posiblemente consiguiera que nadie se acercara a ella.
Pero por mala suerte para ella, las bravuconadas no me suelen amedrentar mucho. Y en todo caso, sólo hay que saber cómo conseguir hacer las cosas.
Me detuve al lado de la mesa haciendo un gesto hacia el hueco libre frente a ella.
- Disculpa que te moleste, ¿te importaría que me sentara aquí? No hay otro sitio para sentarse en el bar, y estoy bastante cansada. Además, no pareces alguien que quiera conversación. Algo que sinceramente prefiero. - no parecía ser muy social, así que, al menos para empatizar, tendría que actuar también de manera algo borde. Cosa que tampoco me resultaba muy difícil.
Al mirarme se toparía con una humana de cabello castaño y ojos azules de expresión calculadora y analítica, derivado de tanto tiempo trabajando con cálculos y fórmulas, además de mi propia personalidad. Ese día llevaba ropas que cubrían un poco más a causa del frío, llevando mi chaqueta -ahora abierta- y bajo esta una camiseta de rayas moradas y negras con algunos rotos de estilo punk. Pantalones de tela negra con una pernera sí y la otra que era como un pantalón corto, pero para contrarrestar el frío llevaba un faldón de color negro (iguales a lo que lleva en el avatar) y unas botas de caña alta con lazada hasta la parte superior en negro también. A modo de decoración llevaba mi lionhart al cuello y tres cinturones superpuestos.
Así que, sin detenerme, llegué hasta la localización que me marcaba, dentro del un pequeño pub. Entré directamente al piso de abajo, allí donde a estas horas servirían bebidas, y donde los niños tenían prohibido entrar, de hecho, cualquier persona menor de 21 años no podría estar allí. Lo cierto, es que no iba a mirar arriba ni muerta, a esas horas habría familias con niños cenando, así que, antes de ir a esa jungla prefería perder el tiempo tomando algo.
En cuanto se cerró la puerta detrás de mí, me saqué el abrigo y retiré los cascos de música. Aunque el teléfono aún no lo guardé. Puesto que tenía que saber dónde estaba localizado el biohybrido. Acerqué todo lo que pude el zoom, y me indicó hacia la zona más alejada de la puerta del lugar. Lo cual me quitaba mucha búsqueda, puesto que era la zona donde estaban todas las mesas y había menos aglomeración de gente.
Con pasos firmes, analicé toda la zona, percatándome de varias cosas: no había más mesas libres y que sólo había una persona sola en todas ellas. Al parecer, tenía una expresión hosca y algo malhumorada, mientras que se bebía una botella de ron. Quizás fuese ella o quizás no, pero diría que entre los rostros alegres de todos los demás, lo que más me cuadraba con un ente extraño en un mundo dominado por humanos es ver esa expresión de: "mírame y te mato". Lo que posiblemente consiguiera que nadie se acercara a ella.
Pero por mala suerte para ella, las bravuconadas no me suelen amedrentar mucho. Y en todo caso, sólo hay que saber cómo conseguir hacer las cosas.
Me detuve al lado de la mesa haciendo un gesto hacia el hueco libre frente a ella.
- Disculpa que te moleste, ¿te importaría que me sentara aquí? No hay otro sitio para sentarse en el bar, y estoy bastante cansada. Además, no pareces alguien que quiera conversación. Algo que sinceramente prefiero. - no parecía ser muy social, así que, al menos para empatizar, tendría que actuar también de manera algo borde. Cosa que tampoco me resultaba muy difícil.
Al mirarme se toparía con una humana de cabello castaño y ojos azules de expresión calculadora y analítica, derivado de tanto tiempo trabajando con cálculos y fórmulas, además de mi propia personalidad. Ese día llevaba ropas que cubrían un poco más a causa del frío, llevando mi chaqueta -ahora abierta- y bajo esta una camiseta de rayas moradas y negras con algunos rotos de estilo punk. Pantalones de tela negra con una pernera sí y la otra que era como un pantalón corto, pero para contrarrestar el frío llevaba un faldón de color negro (iguales a lo que lleva en el avatar) y unas botas de caña alta con lazada hasta la parte superior en negro también. A modo de decoración llevaba mi lionhart al cuello y tres cinturones superpuestos.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Dejé el vaso sobre la mesa, sin hacer un solo ruido, y distraída empecé a arañar la mesa de madera con la punta del anillo., pues era bastante afilada, y facilmente podría escribir mi nombre en la madera. Suspiré y volví a repasar el plan que teníamos Beelko y yo pensado. Primero buscábamos a Natasha, la observábamos bien y yo usaba mi amnesia a nuestro favor. Podría hacerme la buena, y hacer como que no me importaba lo que me había hecho... A partir de ahí, me iría acercando a ella, para asestarle el golpe final.... Pero no quería matarla, eso me resultaba demasiado poco... Suspiré otra vez. Llevaba dos días intentando pensar en eso, en encontrar una forma con la que vengarme, pero mi cerebro no parecía estar por la labor.
De repente, una voz me sacó de mis pensamientos, y alcé la mirada. Una humana castaña se había atrevido a hablarme, aún habiéndome sentado yo en la mesa más apartada del resto. Preguntó si podía sentarse, porque según ella, no había sitio. Extrañada, desvié la mirada detrás de ella, pero comprobé que tenía razón: ni un sitio para la recién llegada. Al principio iba a decirle que se fuera a otra mesa a mendigar silla, pero un tanto borde y sin esperar mi respuesta para sentarse me explicó que no tenía interés de entablar conversación. De modo que asentí a regañadientes y seguí a lo mío, sin mirarla. Agarré la funda de guitarra y la coloqué a mi otro lado, dando con la pared. Después me volví a servir otro vaso de la bebida pirata.
De repente, una voz me sacó de mis pensamientos, y alcé la mirada. Una humana castaña se había atrevido a hablarme, aún habiéndome sentado yo en la mesa más apartada del resto. Preguntó si podía sentarse, porque según ella, no había sitio. Extrañada, desvié la mirada detrás de ella, pero comprobé que tenía razón: ni un sitio para la recién llegada. Al principio iba a decirle que se fuera a otra mesa a mendigar silla, pero un tanto borde y sin esperar mi respuesta para sentarse me explicó que no tenía interés de entablar conversación. De modo que asentí a regañadientes y seguí a lo mío, sin mirarla. Agarré la funda de guitarra y la coloqué a mi otro lado, dando con la pared. Después me volví a servir otro vaso de la bebida pirata.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Dejé las cosas en el suelo y el abrigo en el respaldo de la silla. Después, me senté en la silla, aunque automáticamente puse los pies sobre la mesa, una costumbre que tenía siempre que no tenía que estar en una mesa trabajando, y dudaba mucho que fuese a perderla con el tiempo. Inmediatamente saqué mi teléfono, cerrando la aplicación de radar digital, y me dediqué a mirar todos los mensajes de whatsapp que tenía.
Aunque antes de que pudiera mirar todas las absurdeces que me habrían dicho las demás personas, regresó el camarero, al cual le pedí una coca-cola en vaso de whisky con tres hielos, con un tono de voz monótono, pero educada. Sin prestar más atención a su persona, tanto si decidía seguir plantado allí como si no; a mi no me atañía para nada lo que hiciera la gente, siempre y cuando sus acciones no me perjudicaran de alguna manera.
Revisé las conversaciones, aunque al final a la mayoría ni tan siquiera contesté cuando me trajeron mi bebida. Pagué sin dirigirle ni una triste mirada, sobre todo, porque el dinero era el exacto. Y volví a sumirme en mirar mi inventario de mensajes, aunque todo esto, echando alguna miradita por encima de la pantalla para "monotorizar" el comportamiento de la pelirroja, para encontrar alguna apertura en su comportamiento.
Pero un mensaje de mi prima me llamó la atención, al parecer había vuelto a discutir con su novio y se iba a ir de la casa que compartían para... ¡¿Para venir a la mía?! ¿Pero qué se pensaba? Yo no era una ONG para novias desahuciadas, o lo que sea. Me coloqué los cascos, mientras que llamaba para poder hablar por el manos libres y así poder servirme la burbujeante bebida.
A pesar de que me lo cogieron no escuché nada al otro lado, más que sollozos.
- ¿No vas a decir nada?- parecía que le estaba hablando a la pelirroja, aunque mis ojos ni tan siquiera estaban mirándola, sino que estaba teniendo cuidado de servir toda la bebida sin provocar que fuese una marea de espuma en vez de líquido.
Aunque antes de que pudiera mirar todas las absurdeces que me habrían dicho las demás personas, regresó el camarero, al cual le pedí una coca-cola en vaso de whisky con tres hielos, con un tono de voz monótono, pero educada. Sin prestar más atención a su persona, tanto si decidía seguir plantado allí como si no; a mi no me atañía para nada lo que hiciera la gente, siempre y cuando sus acciones no me perjudicaran de alguna manera.
Revisé las conversaciones, aunque al final a la mayoría ni tan siquiera contesté cuando me trajeron mi bebida. Pagué sin dirigirle ni una triste mirada, sobre todo, porque el dinero era el exacto. Y volví a sumirme en mirar mi inventario de mensajes, aunque todo esto, echando alguna miradita por encima de la pantalla para "monotorizar" el comportamiento de la pelirroja, para encontrar alguna apertura en su comportamiento.
Pero un mensaje de mi prima me llamó la atención, al parecer había vuelto a discutir con su novio y se iba a ir de la casa que compartían para... ¡¿Para venir a la mía?! ¿Pero qué se pensaba? Yo no era una ONG para novias desahuciadas, o lo que sea. Me coloqué los cascos, mientras que llamaba para poder hablar por el manos libres y así poder servirme la burbujeante bebida.
A pesar de que me lo cogieron no escuché nada al otro lado, más que sollozos.
- ¿No vas a decir nada?- parecía que le estaba hablando a la pelirroja, aunque mis ojos ni tan siquiera estaban mirándola, sino que estaba teniendo cuidado de servir toda la bebida sin provocar que fuese una marea de espuma en vez de líquido.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Apoyé un codo sobre la mesa, ignorando completamente a la chica. Ella misma había dicho que prefería no hablar, y no es que yo estuviera deseosa de hacerlo con una completa desconocida, mucho menos si esta era una humana normal. Hacía poco que sabía que yo no era normal, pero a pesar de eso, me había habituado rápidamente a ello, cambiando por completo mi pensamiento con respecto a los humanos. No me gustaban, me parecían inútiles, egoístas e inferiores. Y en muchos aspectos, ignorantes. Pero para mi desgracia, vivía en un mundo lleno de ellos, y tendría que aguantarles... siempre y cuando no me molestaran.
Suspiré. BlackGatomon debía de saber dónde me encontraba, simplemente por su gran olfato, y porque sabía que, si había sido capaz de encontrarme en el bosque, no le supondría ningún problema hacerlo en una ciudad. Así que, esperaría allí hasta que me trajera noticias. No tenía prisa, y no por tomar poco, me iba a ir antes. Comencé a golpetear la madera con el anillo, siguiendo un ritmo aleatorio que se me había pegado desde que salimos la gata y yo de la tienda. Cerré los ojos un rato, siendo arrullada por la música de fondo del local, y dejé caer la cabeza sobre la mano del codo que tenía apoyado. Comencé a relajarme un poco, pero sin dejar de estar alerta del todo. Estar rodeada de humanos no era algo que me gustase demasiado, la verdad.
Sin embargo, no pude sino abrir los ojos de golpe de nuevo, cuando de nuevo escuché la voz de la chica que se había sentado frente a mí. La miré, ceñuda y molesta. ¿Dónde había quedado eso de "no hablarme"? Además de que eso de "¿no vas a decir nada?" me sonaba un poco molesto. ¿Qué iba a decir, si ni la conocía?
- ¿Qué?-pude decir, entre molesta y confusa.
Suspiré. BlackGatomon debía de saber dónde me encontraba, simplemente por su gran olfato, y porque sabía que, si había sido capaz de encontrarme en el bosque, no le supondría ningún problema hacerlo en una ciudad. Así que, esperaría allí hasta que me trajera noticias. No tenía prisa, y no por tomar poco, me iba a ir antes. Comencé a golpetear la madera con el anillo, siguiendo un ritmo aleatorio que se me había pegado desde que salimos la gata y yo de la tienda. Cerré los ojos un rato, siendo arrullada por la música de fondo del local, y dejé caer la cabeza sobre la mano del codo que tenía apoyado. Comencé a relajarme un poco, pero sin dejar de estar alerta del todo. Estar rodeada de humanos no era algo que me gustase demasiado, la verdad.
Sin embargo, no pude sino abrir los ojos de golpe de nuevo, cuando de nuevo escuché la voz de la chica que se había sentado frente a mí. La miré, ceñuda y molesta. ¿Dónde había quedado eso de "no hablarme"? Además de que eso de "¿no vas a decir nada?" me sonaba un poco molesto. ¿Qué iba a decir, si ni la conocía?
- ¿Qué?-pude decir, entre molesta y confusa.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
La voz de mi prima comenzó a escucharse de manera entrecortada y algo inentendible a través de los cascos, haciéndome suspirar, esto iba a ser largo... Me pareció que la pelirroja había dicho algo, pero no estaba segura de ello. Así que, simplemente preferí esperar a terminar de hablar con mi prima para librarme de su presencia en mi casa. Así era imposible estar, puesto que, tenía mi propia manera de ordenar las cosas, y que además me tocaba bastante la moral tener a alguien pululando de un lado para otro mientras que trabajaba.
Tras unos cuantos minutos de contarme el problema -juro que aunque hubiese puesto atención ni me hubiera enterado- esperó a que le diera mi apoyo y todas esas cosas, que no me iban ni venían. Pero mejor hacerlas para poder estar toda la semana tranquilita.
- Nadie es perfecto, ya lo sabes. Pero los dos habéis estado juntos desde el instituto y a pesar de que los demás os ponían trabas, siempre os anteponíais a esas situaciones los dos juntos.- sí, me lo estaba inventando todo, pero al ego de las personas les encanta que les pongas en romances que superan la realidad y que parecen algo épico... Si total, ese sentimiento sólo era producido por hormonas, no tenía nada de fantasioso, pero bueno... - Así que, ¿por qué no vas a perdonarle por todo lo que habéis superado juntos? Y así puedes quedarte a dormir en tu casa... - y sí, final totalmente aprovechado, pero eso era lo que más me interesaba.
Tras varios minutos más de ver que tenía razón -queeeee raroooo- mi familiar dijo que iría a hablar con él, que no tenía nada de lo que preocuparme. Y bla, bla, bla. Cosas que ni me interesaban, pero que fingía escuchar haciendo asentimientos y ruidos habituales en esas cosas. Finalmente colgé, le dí un trago a la coca-cola y me retiré los cascos.
- ¿Habías dicho algo antes?- pregunté a la pelirroja.
Tras unos cuantos minutos de contarme el problema -juro que aunque hubiese puesto atención ni me hubiera enterado- esperó a que le diera mi apoyo y todas esas cosas, que no me iban ni venían. Pero mejor hacerlas para poder estar toda la semana tranquilita.
- Nadie es perfecto, ya lo sabes. Pero los dos habéis estado juntos desde el instituto y a pesar de que los demás os ponían trabas, siempre os anteponíais a esas situaciones los dos juntos.- sí, me lo estaba inventando todo, pero al ego de las personas les encanta que les pongas en romances que superan la realidad y que parecen algo épico... Si total, ese sentimiento sólo era producido por hormonas, no tenía nada de fantasioso, pero bueno... - Así que, ¿por qué no vas a perdonarle por todo lo que habéis superado juntos? Y así puedes quedarte a dormir en tu casa... - y sí, final totalmente aprovechado, pero eso era lo que más me interesaba.
Tras varios minutos más de ver que tenía razón -queeeee raroooo- mi familiar dijo que iría a hablar con él, que no tenía nada de lo que preocuparme. Y bla, bla, bla. Cosas que ni me interesaban, pero que fingía escuchar haciendo asentimientos y ruidos habituales en esas cosas. Finalmente colgé, le dí un trago a la coca-cola y me retiré los cascos.
- ¿Habías dicho algo antes?- pregunté a la pelirroja.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Entorné los ojos al percatarme de que la humana no hablaba conmigo, sino con alguien conocido por el móvil, utilizando los cascos y el manos libres. Pero ello, dando un gruñido, volví a dejar de prestarle atención. Pero algo en su conversación con quien fuera me llamó la atención. ¿Despecho? Parecía que sí, a alguien no le iba bien en el "amor", o lo que intentara ser eso. A mí me parecía una gran caca. Eso de anteponer las prioridades de otro a las tuyas... sonaba absurdo. Pero hoy en día casi todos piensan de esa manera. Flores, arcoiris, unicornios rosas revoloteando alrededor de las parejas que acarameladas se "mimaban". Solo de pensarlo me daban escalofríos. El amor no existía. Y fin. Siempre, de alguna manera, terminaba acabándose, ya fuera porque el sentimiento se enfriara, o por otras razones. Pero siempre acababa desapareciendo. Y el echo de que me hubieran engañado de esa forma en el pasado, no hacía sino darme la razón.
Emití un gruñido de indignación, pero agarré la botella y bebí directamente a morro, bastante más que antes. Tenía ser, y aunque sabía que el alcohol solo acabaría dándome más necesidad de beber, lo seguí haciendo, casi tragándome el doble de lo que ya había bebido hasta entonces. Al depositar de nuevo la botella en la mesa, sentí un leve mareo que me hizo tener la sensación de estar en un barco. Parpadeé repetidamente, fruncí la cara en una mueca cuando la desconocida terminó de hablar con su interlocutora y me prestó atención, intrigada en si le había dicho algo.
- No-respondí con la voz algo ronca-. Nada importante.
Agarré la botella otra vez, pero esta vez para leer la etiqueta y saber la composición, los grados y todo eso. Pero era más que nada porque comenzaba a aburrirme, no porque de verdad me interesase. Con un murmullo más ("Love sucks"), dejé el recipiente solo de nuevo y me crucé de brazos, mirando a la nada y al infinito al mismo tiempo.
Emití un gruñido de indignación, pero agarré la botella y bebí directamente a morro, bastante más que antes. Tenía ser, y aunque sabía que el alcohol solo acabaría dándome más necesidad de beber, lo seguí haciendo, casi tragándome el doble de lo que ya había bebido hasta entonces. Al depositar de nuevo la botella en la mesa, sentí un leve mareo que me hizo tener la sensación de estar en un barco. Parpadeé repetidamente, fruncí la cara en una mueca cuando la desconocida terminó de hablar con su interlocutora y me prestó atención, intrigada en si le había dicho algo.
- No-respondí con la voz algo ronca-. Nada importante.
Agarré la botella otra vez, pero esta vez para leer la etiqueta y saber la composición, los grados y todo eso. Pero era más que nada porque comenzaba a aburrirme, no porque de verdad me interesase. Con un murmullo más ("Love sucks"), dejé el recipiente solo de nuevo y me crucé de brazos, mirando a la nada y al infinito al mismo tiempo.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Me encogí de hombros cuando dijo que no, aunque posteriormente desmintió lo dicho añadiendo un nada importante. Vamos a ver, o se dice o no se dice. Tan simple como antes, y la importancia de algo que quieres decir también depende de tu interlocutor. Pero como no me interesaba interpretar el papel de: soy alguien que se preocupa por los demás y ya que lo has dicho, seguro que es importante y por tanto me interesa mucho para que veas que soy una buena amiga. No era mi estilo, además de que prefería andarme con los pies de plomo. No me apetecía encontrarme con un experimento alocado -bastante normales al parecer tras las operaciones de hibridación- que intentaba desgarrarme la yugular a mordiscos.
- Como quieras.- respondí con un encogimiento de hombros.
Observé en silencio como la pelirroja comenzaba a beber de manera impulsiva, sin detenerse de beber. Parecía una persona que intentaba ahogar sus pensamientos, recuerdos o frustraciones en una droga. En fin, es algo común y corriente en esta vida. Pero si he de ser sincera, me parece un signo de completa y total debilidad, en la que tú mismo no eras capaz de controlar lo de tu alrededor, y tampoco ibas a negarte a esa situación. Lo máximo que eras capaz de hacer, era ponerte a beber para ver si por alguna ciencia infusa tus problemas se arreglaran.
Sin embargo, no eran mis asuntos, y aún no sabía hasta que punto de ebriedad había llegado. Me sería más fácil entablar conversación con ella, hasta el punto en el que prácticamente dejara de vigilar mis movimientos. Aunque lo mejor, primero, era que se acabara la botella, para que estuviera segura de ello.
Pero por mala suerte la mía, la escuché mascullar algo en ese horrible acento inglés que tenían los americanos, podía ser que yo con mi dicción casi perfecta fuera muy quisquillosa con los acentos en mi propio idioma, pero es que en serio ¿por qué no mejor se ponían a hablar con la boca llena de comida? Quizás así se les pudiera entender mejor a esos yankies. Y eso era algo así como que el amor apesta... Me iba a dar de cabezazos contra la mesa, ¿otra charla de comprensión? Pero al menos con eso, conseguía ser más amable con ella, y por tanto que bajara la guardia.
- ¿Te han dejado hace poco?
En mi interior, tenía unas enormes ganas de subirme hasta un edificio alto y dejarme caer, o quizás cortarme las venas y algo más y ver como salía toda la sangre. Seguro que todo eso era menos doloroso y desagradable que intentar fingir comprensión y tender una mano de ayuda en los asuntos amorosos.
- Como quieras.- respondí con un encogimiento de hombros.
Observé en silencio como la pelirroja comenzaba a beber de manera impulsiva, sin detenerse de beber. Parecía una persona que intentaba ahogar sus pensamientos, recuerdos o frustraciones en una droga. En fin, es algo común y corriente en esta vida. Pero si he de ser sincera, me parece un signo de completa y total debilidad, en la que tú mismo no eras capaz de controlar lo de tu alrededor, y tampoco ibas a negarte a esa situación. Lo máximo que eras capaz de hacer, era ponerte a beber para ver si por alguna ciencia infusa tus problemas se arreglaran.
Sin embargo, no eran mis asuntos, y aún no sabía hasta que punto de ebriedad había llegado. Me sería más fácil entablar conversación con ella, hasta el punto en el que prácticamente dejara de vigilar mis movimientos. Aunque lo mejor, primero, era que se acabara la botella, para que estuviera segura de ello.
Pero por mala suerte la mía, la escuché mascullar algo en ese horrible acento inglés que tenían los americanos, podía ser que yo con mi dicción casi perfecta fuera muy quisquillosa con los acentos en mi propio idioma, pero es que en serio ¿por qué no mejor se ponían a hablar con la boca llena de comida? Quizás así se les pudiera entender mejor a esos yankies. Y eso era algo así como que el amor apesta... Me iba a dar de cabezazos contra la mesa, ¿otra charla de comprensión? Pero al menos con eso, conseguía ser más amable con ella, y por tanto que bajara la guardia.
- ¿Te han dejado hace poco?
En mi interior, tenía unas enormes ganas de subirme hasta un edificio alto y dejarme caer, o quizás cortarme las venas y algo más y ver como salía toda la sangre. Seguro que todo eso era menos doloroso y desagradable que intentar fingir comprensión y tender una mano de ayuda en los asuntos amorosos.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Bostecé, aburrida. Cuando no tienes nada que hacer y acabas en cualquier local hablando con cualquier desconocido, la situación se volvía un tanto extraña, sobretodo sabiendo que no me gustaban las aglomeraciones, ni nadie en general. Eché una perezosa mirada a la entrada del bar, esperando ver a la gata en cualquier momento, en mi busca y con nuevas y jugosas noticias. Pero para mi desgracia, esa gata tardaba. O eso, o que realmente no había nada interesante por allí, nada que pudiera decirme dónde encontrar a Natasha. Suspiré, puse los ojos en blanco y bebí de nuevo. Ya apenas quedaba un vaso en la botella.
Entonces, por alguna razón, Naois volvió a mi mente. No había pensado mucho en él, pero porque prefería centrarme en mi venganza para realizarla lo más eficazmente posible, y tener a un crío junto a mí no iba hacer más que retrasarme y distraerme de mi objetivo. Cuando terminara todo, entonces quizás iría a buscarle, por curiosidad. BlackGatomon podría ayudarme a encontrarle también a él.
Alcé de repente la mirada para clavarla, de nuevo, en la chica humana, quién de alguna forma había notado que los temas del amor y demases no me hacían mucha gracia. ¿Habrían sido mis muecas? ¿O quizá el murmullo de antes? Me incliné hacia delante, mirándola fijamente a los ojos y haciendo crujir un poco el asiento. ¿Quería simpatizar conmigo? Qué gracioso, primero me dice que prefería no hablar y después preguntaba por mi vida privada. Muy gracioso. Estuve a punto de soltarla que cerrara la boca, pero en cambio le acabé respondiendo de manera algo misteriosa.
- Podría decirse que sí, pero no me acuerdo. Perdí la memoria hace poco-contesté, clavando mis ojos en los suyos. Luego sonreí de forma un tanto burlona, para volver a recostarme contra el asiento acolchado-. De todas formas, no me interesa lo que hube sentido antes...
Era cierto. Podría haber amado, podría haber dado mi vida por otra persona. Pero eso era antes. Ya no iba a hacer tal estupidez como dar mi vida a cambio de salvar otra. Lo que me jodía no era que ese sentimiento pasado se hubiese ido por completo, eso me daba igual. Lo que realmente me molestara era que habían abusado de mi confianza, me habían engañado. Eso me hacía sentirme tan patéticamente débil que hasta me daba pena de mi misma... Bueno, de mi misma no, de mi yo del pasado. Ahora había cambiado, y no iba a volver a caer en una treta así.
Entonces, por alguna razón, Naois volvió a mi mente. No había pensado mucho en él, pero porque prefería centrarme en mi venganza para realizarla lo más eficazmente posible, y tener a un crío junto a mí no iba hacer más que retrasarme y distraerme de mi objetivo. Cuando terminara todo, entonces quizás iría a buscarle, por curiosidad. BlackGatomon podría ayudarme a encontrarle también a él.
Alcé de repente la mirada para clavarla, de nuevo, en la chica humana, quién de alguna forma había notado que los temas del amor y demases no me hacían mucha gracia. ¿Habrían sido mis muecas? ¿O quizá el murmullo de antes? Me incliné hacia delante, mirándola fijamente a los ojos y haciendo crujir un poco el asiento. ¿Quería simpatizar conmigo? Qué gracioso, primero me dice que prefería no hablar y después preguntaba por mi vida privada. Muy gracioso. Estuve a punto de soltarla que cerrara la boca, pero en cambio le acabé respondiendo de manera algo misteriosa.
- Podría decirse que sí, pero no me acuerdo. Perdí la memoria hace poco-contesté, clavando mis ojos en los suyos. Luego sonreí de forma un tanto burlona, para volver a recostarme contra el asiento acolchado-. De todas formas, no me interesa lo que hube sentido antes...
Era cierto. Podría haber amado, podría haber dado mi vida por otra persona. Pero eso era antes. Ya no iba a hacer tal estupidez como dar mi vida a cambio de salvar otra. Lo que me jodía no era que ese sentimiento pasado se hubiese ido por completo, eso me daba igual. Lo que realmente me molestara era que habían abusado de mi confianza, me habían engañado. Eso me hacía sentirme tan patéticamente débil que hasta me daba pena de mi misma... Bueno, de mi misma no, de mi yo del pasado. Ahora había cambiado, y no iba a volver a caer en una treta así.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
La chica se inclinó hacia mí con una mirada entre suspicaz y empañada por el alcohol, quedaba tan poco para comenzar a hilar las cosas. Aunque primero, había hasta que punto estaba dispuesta a soltar información. Podía ser odioso tener que enterarme de todo su marrón alrededor del amor, pero también era una forma de tanteo. Si me mandaba a la mierda, es que aún estaba más que despierta y por tanto era mejor no actuar demasiado, pero si en cambio empezaba a soltar información es que empezaba a estar en el punto de manejo que yo necesitaba. Pero antes...
- Antes de que digas nada, diría que me soltarás algo como no quiero hablar porque tú misma lo has dicho, pero has empezado hablando tú. De no haber querido tenerme preguntado, haber mantenido tus pensamientos de manera interna.- me defendí a cierta acusación en sus ojos.
Escuché en silencio su respuesta, aunque por dentro sentía ganas de arañar una pizarra por ese acento. ¡Argh!... Por suerte había sido corta, lo cual agradecía de sobremanera; pero por otro lado, era excesivamente inverosímil. Mucha casualidad que hubiera perdido la memoria cuando lo que yo buscaba eran respuesta. Bueno, si no quería hablar, no la iba a obligar, pero hay cosas que por mucho que intentemos hacerlas callar, no vamos a poder conseguirlo, así que todo ese numerito le resultaría inútil al final.
- Si no me lo quieres contar, no pasa nada. Pero prefiero una verdad a una mentira.
Es que vamos a ver, ¿cómo puedes decir que sí y no acordarte de nada? Demasiado raro. Además de que si hubieses tenido pareja, entonces, lo más seguro es que estuviera a tu lado. Nadie abandona a su pareja cuando pierde la cabeza, por mucho que te haya quemado en el pasado. Puesto que todo lo que no les gustaba, lo pueden cambiar en ese momento. A menos que lo hubiesen dejado antes de que perdiera la memoria, pero era ridículo llorar penas de amor por alguien que ni tan siquiera reconocías. Por eso me parecía que lo que me acababa de soltar no eran más que falacias.
- Antes de que digas nada, diría que me soltarás algo como no quiero hablar porque tú misma lo has dicho, pero has empezado hablando tú. De no haber querido tenerme preguntado, haber mantenido tus pensamientos de manera interna.- me defendí a cierta acusación en sus ojos.
Escuché en silencio su respuesta, aunque por dentro sentía ganas de arañar una pizarra por ese acento. ¡Argh!... Por suerte había sido corta, lo cual agradecía de sobremanera; pero por otro lado, era excesivamente inverosímil. Mucha casualidad que hubiera perdido la memoria cuando lo que yo buscaba eran respuesta. Bueno, si no quería hablar, no la iba a obligar, pero hay cosas que por mucho que intentemos hacerlas callar, no vamos a poder conseguirlo, así que todo ese numerito le resultaría inútil al final.
- Si no me lo quieres contar, no pasa nada. Pero prefiero una verdad a una mentira.
Es que vamos a ver, ¿cómo puedes decir que sí y no acordarte de nada? Demasiado raro. Además de que si hubieses tenido pareja, entonces, lo más seguro es que estuviera a tu lado. Nadie abandona a su pareja cuando pierde la cabeza, por mucho que te haya quemado en el pasado. Puesto que todo lo que no les gustaba, lo pueden cambiar en ese momento. A menos que lo hubiesen dejado antes de que perdiera la memoria, pero era ridículo llorar penas de amor por alguien que ni tan siquiera reconocías. Por eso me parecía que lo que me acababa de soltar no eran más que falacias.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Finalmente, acabé por beberme el resto del ron, hasta la última gota. Me relamí,y ladeé la cabeza, ahora visiblemente divertida. ¿Unas mentira? Sí, quizás yo también hubiera pensado eso. Pero después de haber despertado en una fragua y de haberme transformado en una especie de ángel caído, no creo que hubiera mucho más que pudiera impresionarme. Así que con una cínica sonrisa me réi entre dientes, al tiempo que cruzaba las piernas en el asiento, sentándome sobre ellas, como si estuviera meditando. Me aparté el pelo de la cara y apoyé entonces ambos codos, de nuevo en la mesa, al tiempo que cogía una servilleta de papel y comenzaba a trocearla en cachitos de manera distraída.
- ¿Una mentira?-repetí-. No, no es una maldita mentira. Podrías preguntarme cualquier cosa, un detalle de mi infancia, que no te sabría responder… Aunque… una amiga me ha contado algunas cosas interesantes.-estaba siendo sincera, pues a fin de cuentas, me daba igual que una humana lo supiera. Cualquier mentira que intentara colarme, lo sabría gracias a la gata.
Saqué el dispositivo para mirarlo un momento. Una mala suerte que este no me indicara en dónde estaba esa minina. Podía ser realmente útil el saber qué demonios estaba haciendo y por qué cojones tardaba tanto. Di un golpecito a la pantalla, pero esta no reaccionó, por lo que volví a guardarlo
.
- Y… respecto a lo de quien habla primero… Ahora mismo sinceramente me da igual. El alcohol hace milagros con personas introvertidas-Acabé al final con el papel convertido en confeti blanco entre mis manos, por lo que lo metí con un dedito en la botella.
- ¿Una mentira?-repetí-. No, no es una maldita mentira. Podrías preguntarme cualquier cosa, un detalle de mi infancia, que no te sabría responder… Aunque… una amiga me ha contado algunas cosas interesantes.-estaba siendo sincera, pues a fin de cuentas, me daba igual que una humana lo supiera. Cualquier mentira que intentara colarme, lo sabría gracias a la gata.
Saqué el dispositivo para mirarlo un momento. Una mala suerte que este no me indicara en dónde estaba esa minina. Podía ser realmente útil el saber qué demonios estaba haciendo y por qué cojones tardaba tanto. Di un golpecito a la pantalla, pero esta no reaccionó, por lo que volví a guardarlo
.
- Y… respecto a lo de quien habla primero… Ahora mismo sinceramente me da igual. El alcohol hace milagros con personas introvertidas-Acabé al final con el papel convertido en confeti blanco entre mis manos, por lo que lo metí con un dedito en la botella.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
La miré fijamente sin parpadear, sin apartar una mirada intensa de ella. No entendía bien por qué se estaba riendo, y trataba de analizarla... De haber podido, la hubiera diseccionado para saberlo, aunque ese tipo de cosas era mejor no mirarlas cuando el cerebro estaba muerto, sino hacer una sesión psicológica para entenderlo. Lo que presuponía otros tantos minutos de escuchar pacientemente a la otra persona y bla, bla, bla, coñazo, bla, bla...
Aún seguía sin tragarme del todo su historia, pero podría suponer que era cierta. Al no haberlo comprobado de primera mano ambas opciones eran reales, a partir del momento en el que pudiera estudiarlo, entonces el resultado quedaría limpio ante mí.
- ¿Una amiga? - una leve sonrisa cruel asomó en mi rostro. - No sabría si decirte si esa es la opción más inteligente, a fin de cuentas, al estar "sin" memoria, eres una persona más vulnerable a los demás. Podrían manipularte para cambiar lo que era tu vida de antes, y tú no tendrías ni la menor idea. Te recomendaría que buscaras más versiones de tu propia vida, pero cada uno es libre de hacer lo que quiera con su vida. Y a mí sólo me importa mi propia vida.
Que decidiera hacerme caso o no era cosa suya, le había dado una opinión objetiva por mi parte, pero a fin de cuentas, no era más que una desconocida. Estaría en su derecho total y absoluto de ignorarme.
Clavé mis ojos en el dispositivo que sacó de una de sus muñequeras, cuadrado, de un grosor elevado y a decir verdad, no se podría decir que tuviera un diseño bello. Parecía un teléfono móvil de esos antiguos. Aunque, sabía que no tenía mucho que ver con ellos. A fin de cuentas, ese aparato era similar al que habían diseñado mis padres para los bios. Y eso solo fue el detonante que necesitaba para seguir con mi plan.
- ¿En serio? ¿Introvertida? Una persona así no se vestiría de manera tan... Reveladora.- indiqué señalando a su bikini. Aunque bueno, no era quién para hablar de ello, generalmente cuando hacía más calor yo también iba así por la calle, aunque eso sí, siempre con mi chaqueta encima.
Aún seguía sin tragarme del todo su historia, pero podría suponer que era cierta. Al no haberlo comprobado de primera mano ambas opciones eran reales, a partir del momento en el que pudiera estudiarlo, entonces el resultado quedaría limpio ante mí.
- ¿Una amiga? - una leve sonrisa cruel asomó en mi rostro. - No sabría si decirte si esa es la opción más inteligente, a fin de cuentas, al estar "sin" memoria, eres una persona más vulnerable a los demás. Podrían manipularte para cambiar lo que era tu vida de antes, y tú no tendrías ni la menor idea. Te recomendaría que buscaras más versiones de tu propia vida, pero cada uno es libre de hacer lo que quiera con su vida. Y a mí sólo me importa mi propia vida.
Que decidiera hacerme caso o no era cosa suya, le había dado una opinión objetiva por mi parte, pero a fin de cuentas, no era más que una desconocida. Estaría en su derecho total y absoluto de ignorarme.
Clavé mis ojos en el dispositivo que sacó de una de sus muñequeras, cuadrado, de un grosor elevado y a decir verdad, no se podría decir que tuviera un diseño bello. Parecía un teléfono móvil de esos antiguos. Aunque, sabía que no tenía mucho que ver con ellos. A fin de cuentas, ese aparato era similar al que habían diseñado mis padres para los bios. Y eso solo fue el detonante que necesitaba para seguir con mi plan.
- ¿En serio? ¿Introvertida? Una persona así no se vestiría de manera tan... Reveladora.- indiqué señalando a su bikini. Aunque bueno, no era quién para hablar de ello, generalmente cuando hacía más calor yo también iba así por la calle, aunque eso sí, siempre con mi chaqueta encima.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
- Es de confianza-respondí, tranquilamente, pasando por alto esa sonrisa despectiva que vi en su rostro-. Aunque tampoco me preocupa que intente traicionarme.
Porque, a fin de cuentas, sin mí BlackGatomon no sería capaz de digievolucionar por sí sola, según lo que ella me mencionó. No le convenía para nada eliminarme, aunque igualmente no me iba a dejar vencer, y menos por ella. Así que volví a sonreír, divertida por el intento de la chica para hacerme sentir insegura. Había sido bueno, pero fallido. Ahora mismo no creo que hubiera nada que me hiciera sentirme así, porque sabía el peligro que conllevaba estar amnesica, y quizás por eso estaba ya de sobre aviso.
La humana insinuó después algo sobre mi forma de vestir, pero lejos de molestarme, hizo que mi sonrisa se transformara en una mas ancha. Yo no era de las típicas introvertidas tímidas y que no decían nada. Más bien, era de las que disfrutaban de silencio y poca compañía. No me gustaba que me molestaran con comentarios idiotas ni con cosas innecesarias. Estiré los brazos hacia arriba, dando la sensación de que mostraba más de lo que debía mostrar y alargando el tatuaje del vientre que me había hecho hace poco tiempo (??).
- El frío no es algo que me preocupe. Hace calor por la calle-mentira, hacía un frío del cojón, pero no venía mal hacerse la dura un poco.
Me levanté con ciertos aires de superioridad, pero al intentar mantener el equilibrio todo dio vueltas de repente, y tuve que aferrarme al siento hasta que se me pasara un poco. Sacudí la cabeza, y le indiqué que volvía en un minuto porque tenía que ir al baño. Agarré la funda de la guitarra, pues no las iba a dejar ahí a la vista de cualquiera, y me metí en el servicio, intentando un poco de disimular las eses que iba trazando con mis movimientos. Allí hice lo que tuviera que hacer, y al cabo de un par de minutos regresé y me senté de nuevo en mi asiento, colocando sobre mi regazo la funda,como si de repente no quisiera deshacerme de ella. No en vano, tenía a mis preciosas Eadrom y Scath Gram metidas dentro. Pobres pequeñinas mías, ni locas las iba a dejar un segundo solas.
Porque, a fin de cuentas, sin mí BlackGatomon no sería capaz de digievolucionar por sí sola, según lo que ella me mencionó. No le convenía para nada eliminarme, aunque igualmente no me iba a dejar vencer, y menos por ella. Así que volví a sonreír, divertida por el intento de la chica para hacerme sentir insegura. Había sido bueno, pero fallido. Ahora mismo no creo que hubiera nada que me hiciera sentirme así, porque sabía el peligro que conllevaba estar amnesica, y quizás por eso estaba ya de sobre aviso.
La humana insinuó después algo sobre mi forma de vestir, pero lejos de molestarme, hizo que mi sonrisa se transformara en una mas ancha. Yo no era de las típicas introvertidas tímidas y que no decían nada. Más bien, era de las que disfrutaban de silencio y poca compañía. No me gustaba que me molestaran con comentarios idiotas ni con cosas innecesarias. Estiré los brazos hacia arriba, dando la sensación de que mostraba más de lo que debía mostrar y alargando el tatuaje del vientre que me había hecho hace poco tiempo (??).
- El frío no es algo que me preocupe. Hace calor por la calle-mentira, hacía un frío del cojón, pero no venía mal hacerse la dura un poco.
Me levanté con ciertos aires de superioridad, pero al intentar mantener el equilibrio todo dio vueltas de repente, y tuve que aferrarme al siento hasta que se me pasara un poco. Sacudí la cabeza, y le indiqué que volvía en un minuto porque tenía que ir al baño. Agarré la funda de la guitarra, pues no las iba a dejar ahí a la vista de cualquiera, y me metí en el servicio, intentando un poco de disimular las eses que iba trazando con mis movimientos. Allí hice lo que tuviera que hacer, y al cabo de un par de minutos regresé y me senté de nuevo en mi asiento, colocando sobre mi regazo la funda,como si de repente no quisiera deshacerme de ella. No en vano, tenía a mis preciosas Eadrom y Scath Gram metidas dentro. Pobres pequeñinas mías, ni locas las iba a dejar un segundo solas.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Me encogí de hombros, ya le había dicho lo que pensaba sinceramente del tema, aunque con su mirada de superioridad -o intento de ello- me daba lugar a que se creía que había intentado hacerla sentir insegura. Y la verdad, ni me iba ni me venía con el plan, así que, era inútil que lo intentara. Que pensara eso, era una clara muestra de que algo sí que le había hecho "pupa", aunque se había recuperado rápido y ahora intentaba no dar muestras de ello. Pero todo esto, no eran más que suposiciones mías nacidas de la observación de la gente, podía sonar raro que alguien se sentara en una mesa de una cafetería durante horas, solo para ver las expresiones de la gente al hablar o al escribir algún mensaje.
- Entonces, bien para ti.- repliqué simplemente.
Una vibración en el móvil hizo que me dedicara a mirar qué es lo que me habían enviado, porque al parecer era algo del trabajo. Así que dejé de prestarle atención visual a la pelirroja, aunque seguía atenta a mi oído. Se pueden hacer dos cosas a la vez, pero se requiere un alto nivel de concentración en ambas para poder hacerlas perfectamente bien. Por suerte, los años de facultad me habían dado la capacidad de poder escuchar a alguien, mientras que escribía otra cosa, o lo mismo, pero dicho de una manera que yo pudiera entender.
- Uhm... ¿Bien por ti?- respondí de manera sarcástica a eso de que hacía calor. Esperaba algún comentario más profundo, y me topaba con el típico comentario de niño de primaria que intenta hacerse el "mayor".
Tan concentrada estaba en darles la respuesta a mis compañeros de trabajo para que me dejaran tranquila el resto del fin de semana, que me encontré sola en un momento dado. La chica se había llevado la funda de la guitarra, por lo que lo más normal era pensar que se había largado, pero por suerte, mis ojos azules consiguieron localizar su cabello en dirección hacia el interior del local, no al exterior, por lo que sí, ahí tenía mi oportunidad perfecta.
Le pedí al camarero otra coca-cola y otra copa de ron para la pelirroja. En cuanto lo dejó, le pagué ambas consumiciones, y con un rápido movimiento, introduje una pastilla dentro del ron. Por suerte se deshacía deprisa, porque para cuando volviera ya apenas quedaría más que una mota blanca. La sustancia no era más que un calmante muscular bastante fuerte, si se te iba la dosis de las manos podrías matar a una persona, pero como lo que tenía delante de mí no merecía tal consideración, pues entonces, no había problema alguno. Los efectos comenzaban con un ligero dolor de cabeza, y posteriormente la flojera de todos los músculos, en especial los de los brazos. Generalmente, alguien que empieza a sentirse así, suele pensar que está embotado, y que necesita aire fresco para respirar. Pero obviamente, cuando se pusiera de pie, se iba a percatar que apenas era capaz de sostenerse en pie y ahí es cuando yo entraba diciendo que si necesitaba que la acercara a su casa.
Un brillo siniestro se aposentó en mis fríos ojos, aunque lo más posible es que la gente pensara que ese destello derivara de las luces del lugar.
- Entonces, bien para ti.- repliqué simplemente.
Una vibración en el móvil hizo que me dedicara a mirar qué es lo que me habían enviado, porque al parecer era algo del trabajo. Así que dejé de prestarle atención visual a la pelirroja, aunque seguía atenta a mi oído. Se pueden hacer dos cosas a la vez, pero se requiere un alto nivel de concentración en ambas para poder hacerlas perfectamente bien. Por suerte, los años de facultad me habían dado la capacidad de poder escuchar a alguien, mientras que escribía otra cosa, o lo mismo, pero dicho de una manera que yo pudiera entender.
- Uhm... ¿Bien por ti?- respondí de manera sarcástica a eso de que hacía calor. Esperaba algún comentario más profundo, y me topaba con el típico comentario de niño de primaria que intenta hacerse el "mayor".
Tan concentrada estaba en darles la respuesta a mis compañeros de trabajo para que me dejaran tranquila el resto del fin de semana, que me encontré sola en un momento dado. La chica se había llevado la funda de la guitarra, por lo que lo más normal era pensar que se había largado, pero por suerte, mis ojos azules consiguieron localizar su cabello en dirección hacia el interior del local, no al exterior, por lo que sí, ahí tenía mi oportunidad perfecta.
Le pedí al camarero otra coca-cola y otra copa de ron para la pelirroja. En cuanto lo dejó, le pagué ambas consumiciones, y con un rápido movimiento, introduje una pastilla dentro del ron. Por suerte se deshacía deprisa, porque para cuando volviera ya apenas quedaría más que una mota blanca. La sustancia no era más que un calmante muscular bastante fuerte, si se te iba la dosis de las manos podrías matar a una persona, pero como lo que tenía delante de mí no merecía tal consideración, pues entonces, no había problema alguno. Los efectos comenzaban con un ligero dolor de cabeza, y posteriormente la flojera de todos los músculos, en especial los de los brazos. Generalmente, alguien que empieza a sentirse así, suele pensar que está embotado, y que necesita aire fresco para respirar. Pero obviamente, cuando se pusiera de pie, se iba a percatar que apenas era capaz de sostenerse en pie y ahí es cuando yo entraba diciendo que si necesitaba que la acercara a su casa.
Un brillo siniestro se aposentó en mis fríos ojos, aunque lo más posible es que la gente pensara que ese destello derivara de las luces del lugar.
Alyria-Kira
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Una vez sentada, levanté una mano para llamar a un camarero, pero la bajé otra vez al percatarme de la nueva copa de ron. Me pregunté si eso había estado antes ahí, porque me había parecido terminarme la botella antes de irme al baño... Pero había bebido de la botella, a lo mejor me había dejado algo en el vaso. Más animada que antes, cogí el vaso y comencé a beber, mientras miraba algo embobada la pierta de la calle, aún esperando noticias de BlackGatomon. Fruncí el ceño al tragar entonces. Picaba un poco el ron, aunque pensé que quizás era por haberlo dejado en el vaso tanto tiempo, así que por eso no hice mucho caso a ese detalle.
No sé cuanto rato más estuve allí, solo que la chica estaba enfrente mía todavía, pero después de que pasaran los minutos, la cabeza comenzó a darme vueltas y vueltas y a producirme pinchazos.
- Tsk..-desentumecí el cuello moviéndolo, pero aún así no terminaba de encontrarme mejor. Me levanté, pero descubrí para mi horror que las piernas estaban casi como dormidas, como cuando las tienes durante mucho tiempo en una postura. Gracias a eso, al segundo me vi de rodillas en el suelo-. Itch... ¿Qué me... pasa?
Traté de incorporarme de nuevo, pero las piernas seguían sin obedecerme del todo, y los brazos ya casi no los sentía. ¿Qué me... estaba... pasando? ¿Y por qué todos se habían callado de repente...? ¿Por qué me miraban?
No sé cuanto rato más estuve allí, solo que la chica estaba enfrente mía todavía, pero después de que pasaran los minutos, la cabeza comenzó a darme vueltas y vueltas y a producirme pinchazos.
- Tsk..-desentumecí el cuello moviéndolo, pero aún así no terminaba de encontrarme mejor. Me levanté, pero descubrí para mi horror que las piernas estaban casi como dormidas, como cuando las tienes durante mucho tiempo en una postura. Gracias a eso, al segundo me vi de rodillas en el suelo-. Itch... ¿Qué me... pasa?
Traté de incorporarme de nuevo, pero las piernas seguían sin obedecerme del todo, y los brazos ya casi no los sentía. ¿Qué me... estaba... pasando? ¿Y por qué todos se habían callado de repente...? ¿Por qué me miraban?
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Al parecer iba un tanto mal la pelirroja, al menos en lo que a cuestiones de equilibrio y velocidad de razonamiento, pero eso era algo normal tras haberse bebido la botella entera en -relativo- poco tiempo. Se quedó mirando unos segundos el vaso que había encima de la mesa, ya iba a decirla que se la había pagado yo, con la posterior sospecha de que eso no era un comportamiento normal en alguien que no es amable. Cuando ella misma se llevó el vaso y lo apuro de un trago... Estupendo, así el efecto se produciría más rápido. La vi poner una mueca de leve desagrado... Al parecer no había conseguido eliminar de todo el sabor.
Con una leve sonrisa -que me apresure a ocultar bebiendo del vaso- observé a mi "compañera de mesa". Aún tardaría unos minutos en hacerla efecto, así que, abrí la aplicación de notas del teléfono y me dirigí al apartado donde aparecía el nombre del compuesto. Añadí un: "mejorar el sabor", y guardé los cambios. Me estiré, volviendo a colocar los pies en el suelo, mientras que un profundo crujido salía de mi espalda, pero tras el cual me quedé estupendamente.
Levanté mi vista al ver a la pelirroja hacer movimientos con el cuello, mientras que tenía una expresión de desagrado. Ya era la hora. No quedaría mucho para que empezara a perder fuerza en sus extremidades, y por tanto que apenas pudiera caminar.
Me quedé observando el espectáculo, cuando se fue de rodillas contra el suelo y comenzó a agobiarse. Eso de perder el control de tu cuerpo es una sensación seguramente nefasta; aunque en lo que a mí respecta, perder el control en cualquier cosa es horrible. Su expresión se volvió más agobiada cuando las personas más cercanas nos miraron directamente, o bueno, la miraron a ella.
- ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que te ayude a tomar el aire?- la pregunté, intentando fingir desgana, pero no sé hasta que punto me habría salido.
Con una leve sonrisa -que me apresure a ocultar bebiendo del vaso- observé a mi "compañera de mesa". Aún tardaría unos minutos en hacerla efecto, así que, abrí la aplicación de notas del teléfono y me dirigí al apartado donde aparecía el nombre del compuesto. Añadí un: "mejorar el sabor", y guardé los cambios. Me estiré, volviendo a colocar los pies en el suelo, mientras que un profundo crujido salía de mi espalda, pero tras el cual me quedé estupendamente.
Levanté mi vista al ver a la pelirroja hacer movimientos con el cuello, mientras que tenía una expresión de desagrado. Ya era la hora. No quedaría mucho para que empezara a perder fuerza en sus extremidades, y por tanto que apenas pudiera caminar.
Me quedé observando el espectáculo, cuando se fue de rodillas contra el suelo y comenzó a agobiarse. Eso de perder el control de tu cuerpo es una sensación seguramente nefasta; aunque en lo que a mí respecta, perder el control en cualquier cosa es horrible. Su expresión se volvió más agobiada cuando las personas más cercanas nos miraron directamente, o bueno, la miraron a ella.
- ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que te ayude a tomar el aire?- la pregunté, intentando fingir desgana, pero no sé hasta que punto me habría salido.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Las piernas no me respondían, y ahora tampoco los brazos. Algunos del local me miraron preocupados, otros simplemente me tomaron por una ebria cualquiera y siguieron a lo suyo, pero ninguno se acercó para ayudarme, y eso fue lo que más rabia me dio. Deseé en ese momento que BlackGatomon entrara por la puerta y me ayudara, que evolucionara en Beelko y me sacara de allí de una vez. Pero para mi desgracia no apareció. ¿Qué estaría haciendo esa estúpida? El breve pensamiento de que me había abandonado cruzó por mi mente, pero rápidamente deseché esa idea. Sin mí ella no seria capaz de evolucionar.
Pero entonces escuché la voz de la humana de antes, y alcé la mirada hacia ella. ¿Ayuda? Esto sí que era vergonzoso. Yo, indefensa, y ayudada por una humana. Pero no podía hacer otra cosa, no podía ni siquiera agarrarme a una mesa y tirar del resto de mi cuerpo, era como si mis extremidades se hubiesen dormido y no quisiesen moverse.
- Por favor...-gruñí, en asentimiento, sin mirarla-. A lo mejor se me pasa afuera-murmuré, no muy convencida-. ...Acércame mi guitarra.
Ni de broma iba a dejar ahí las espadas, para que me las cogiera cualquiera y no las volviese a ver. En esos momentos, eran mis bienes más preciados, y la sola idea de perderlas me horrorizaba.
Pero entonces escuché la voz de la humana de antes, y alcé la mirada hacia ella. ¿Ayuda? Esto sí que era vergonzoso. Yo, indefensa, y ayudada por una humana. Pero no podía hacer otra cosa, no podía ni siquiera agarrarme a una mesa y tirar del resto de mi cuerpo, era como si mis extremidades se hubiesen dormido y no quisiesen moverse.
- Por favor...-gruñí, en asentimiento, sin mirarla-. A lo mejor se me pasa afuera-murmuré, no muy convencida-. ...Acércame mi guitarra.
Ni de broma iba a dejar ahí las espadas, para que me las cogiera cualquiera y no las volviese a ver. En esos momentos, eran mis bienes más preciados, y la sola idea de perderlas me horrorizaba.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Asentí poniendome en pie, colocándome el abrigo, porque hacía frío fuera. Recogí mis bolsas y su guitarra; y después de eso, me agaché a su lado, pasando uno de sus brazos por encima de mis hombros. En otro momento ese contacto me habría parecido como si en toda la superficie donde había contacto me clavaran hierros ardientes, pero por suerte, las tres capas que llevaba -dos de ellas bastante gordas- reducieron el impacto que hacían sobre mi piel y pude hacerlo sin problemas. La mano con la que la había tocado la llevaba enguantada, pero de todas formas, las manos al ser algo que por accidente y por habituidad entra en contacto con otros humanos, pues me da menos problemas.
- Vamos allá.- dije antes de hacer fuerza para levantarla, tengo una fuerza física que entra mucho en el promedio, y la pelirroja ahora mismo era como un peso muerto, así que, no me iba a ser nada sencillo cargar con ella. - Deberías tener más cuidado al beber.
Comencé a caminar lentamente a la salida, sin que nadie nos ayudara, pero no era de extrañar, a fin de cuentas, no eramos su asunto. Y de todas formas, de haberlo hecho es que querían conseguir algo, y sinceramente, no me interesaba que cualquiera de esos se intentara acostar con la chica mientras que yo conseguía muestras de ella.
Salí a la calle y comencé a recorrerla lentamente, como si quisiera darla un paseo para ayudarla un poco más a que se le pasara el mareo y los efectos del alcohol. Auqnue en realidad, lo que estaba buscando era un lugar donde poder conseguir las muestras sin que nos molestaran mucho.
Por suerte, observé que había un callejón no demasiado amplio, y a decir verdad, limpio en la misma manzana del bar. Lo que más me interesaba es que estaba a oscuras, algo que me venía muy, pero que muy bien.
Al adentrarme en el lugar sin que pudieran oponer resistencia, quizás ya ni tan siquiera pudiera mover los músculos de la boca para preguntar. La dejé caer al suelo mientras que dejaba escapar un suspiro y me estiraba.
- Joder... Debería pensar en otra cosa para dejarles débiles como gatitos... - murmuré para mí misma.
Comencé a sacar todo el instrumental que necesitaría, bolsitas para las muestras de cabello y piel, la jeringuilla para sacarle sangre y el chip de rastro junto con la máquina para insertarlo. Sí era uno de esos que se usan para no perder a los perros y gatos, solo que este solía usarse para rastrear aves, así que, tenía una capacidad global de rastreo... Cosas de tener "amigos" biólogos.
Escogí la jeringuilla, y cogí una fina bandita de plástico para reducir la circulación en el brazo de la pelirroja y así poder recoger una muestra mejor.
- Y ahora quédate, quieta, no me gustaría hacerte daño.- dije con sorna, no podía moverse por mucho que lo intentara.
Me agaché a su lado, remangándola y atándole la bandita. Después retiré el protector de la aguja para que no se contaminara, y tras iluminar con el móvil el brazo para encontrarle la vena, pinché. Comencé a sacarla sangre lentamente, aunque sin pausa.
- Vamos allá.- dije antes de hacer fuerza para levantarla, tengo una fuerza física que entra mucho en el promedio, y la pelirroja ahora mismo era como un peso muerto, así que, no me iba a ser nada sencillo cargar con ella. - Deberías tener más cuidado al beber.
Comencé a caminar lentamente a la salida, sin que nadie nos ayudara, pero no era de extrañar, a fin de cuentas, no eramos su asunto. Y de todas formas, de haberlo hecho es que querían conseguir algo, y sinceramente, no me interesaba que cualquiera de esos se intentara acostar con la chica mientras que yo conseguía muestras de ella.
Salí a la calle y comencé a recorrerla lentamente, como si quisiera darla un paseo para ayudarla un poco más a que se le pasara el mareo y los efectos del alcohol. Auqnue en realidad, lo que estaba buscando era un lugar donde poder conseguir las muestras sin que nos molestaran mucho.
Por suerte, observé que había un callejón no demasiado amplio, y a decir verdad, limpio en la misma manzana del bar. Lo que más me interesaba es que estaba a oscuras, algo que me venía muy, pero que muy bien.
Al adentrarme en el lugar sin que pudieran oponer resistencia, quizás ya ni tan siquiera pudiera mover los músculos de la boca para preguntar. La dejé caer al suelo mientras que dejaba escapar un suspiro y me estiraba.
- Joder... Debería pensar en otra cosa para dejarles débiles como gatitos... - murmuré para mí misma.
Comencé a sacar todo el instrumental que necesitaría, bolsitas para las muestras de cabello y piel, la jeringuilla para sacarle sangre y el chip de rastro junto con la máquina para insertarlo. Sí era uno de esos que se usan para no perder a los perros y gatos, solo que este solía usarse para rastrear aves, así que, tenía una capacidad global de rastreo... Cosas de tener "amigos" biólogos.
Escogí la jeringuilla, y cogí una fina bandita de plástico para reducir la circulación en el brazo de la pelirroja y así poder recoger una muestra mejor.
- Y ahora quédate, quieta, no me gustaría hacerte daño.- dije con sorna, no podía moverse por mucho que lo intentara.
Me agaché a su lado, remangándola y atándole la bandita. Después retiré el protector de la aguja para que no se contaminara, y tras iluminar con el móvil el brazo para encontrarle la vena, pinché. Comencé a sacarla sangre lentamente, aunque sin pausa.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
La chica se agachó para ayudarme y paso uno de mis brazos por detrás de su cuello. Me levantó, y tiró de mí hacia la calle, dado que, como mis piernas no podían moverse, iban arrastrando. En cualquier momento normal, eso me hubiera resultado muy embarazoso, ya fuera porque era una humana quien me ayudaba, o porque tenía pintas de bastante patética. Pero por suerte, no me di cuenta por el embotamiento producido por la borrachera y el mareo. Pero desde luego, ese no era el comportamiento adecuado para alguien que había jurado vengarse.
Finalmente, la chica y yo salimos afuera. Iba a decirle que me dejara ahí, que estaría bien hasta que llegara mi amiga (la gata), pero de repente tampoco me vi con muchas fuerzas para hablar. Apenas conseguí emitir unos cuantos gruñidos. Andando un poco después, me empecé a percatar de que algo no salía del todo bien. Esa chica miraba en todas las direcciones, como si buscara algo... Algo que me olía muy, pero que muy mal.
- Qu... Dej...ame aq...uí-conseguí pronunciar.
Pero la humana no me hizo caso. Giró una calle y se metió en un callejón muy oscuro. Ahora si que sabía con certeza que algo no iba bien, sobretodo cuando la tipa me arrojó al suelo y se agachó junto a mí. Le dirigí una mirada furibunda, tratando de espantarla. ¿Qué iba a hacer, matarme? ¿Habría sido contratada o algo por el estilopor Samuel y Natasha para eliminarme? ¿Ya tan pronto sabían esos dos que había regresado?
- Como... me to...ques....-parecía retrasada hablando así, pero qué le iba a hacer- ...te cort... to la.... ma... no.
Sentí como me cogía el brazo, cómo me lo arremangaba y como me pinchaba justo en la articulación, en donde se veían mejor las venas. ¡Me iba a sacar sangre? O peor.... ¿Me iba a inyectar algo? Trate (de nuevo) de moverme, y (de nuevo) me fue imposible. Estaba adormecida, quizá sedada. Pero, ¿cómo lo había hecho?
- Grrr...-emití, frustrada.
Finalmente, la chica y yo salimos afuera. Iba a decirle que me dejara ahí, que estaría bien hasta que llegara mi amiga (la gata), pero de repente tampoco me vi con muchas fuerzas para hablar. Apenas conseguí emitir unos cuantos gruñidos. Andando un poco después, me empecé a percatar de que algo no salía del todo bien. Esa chica miraba en todas las direcciones, como si buscara algo... Algo que me olía muy, pero que muy mal.
- Qu... Dej...ame aq...uí-conseguí pronunciar.
Pero la humana no me hizo caso. Giró una calle y se metió en un callejón muy oscuro. Ahora si que sabía con certeza que algo no iba bien, sobretodo cuando la tipa me arrojó al suelo y se agachó junto a mí. Le dirigí una mirada furibunda, tratando de espantarla. ¿Qué iba a hacer, matarme? ¿Habría sido contratada o algo por el estilopor Samuel y Natasha para eliminarme? ¿Ya tan pronto sabían esos dos que había regresado?
- Como... me to...ques....-parecía retrasada hablando así, pero qué le iba a hacer- ...te cort... to la.... ma... no.
Sentí como me cogía el brazo, cómo me lo arremangaba y como me pinchaba justo en la articulación, en donde se veían mejor las venas. ¡Me iba a sacar sangre? O peor.... ¿Me iba a inyectar algo? Trate (de nuevo) de moverme, y (de nuevo) me fue imposible. Estaba adormecida, quizá sedada. Pero, ¿cómo lo había hecho?
- Grrr...-emití, frustrada.
Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Todos sus intentos de hablar la verdad fueron bastante patéticos. Si la primera vez no lo consigues, es mejor que no lo intentes, por mucho que lo hagas tus músculos no van a reaccionar como deberían. Pero si me hubiesen dicho que dijera algo que me pareciera admirable de ella, era esa determinación. Como cualquier cualidad, muy útil o completamente inútil, pero es divertido ver a alguien que no se rinde cuando las cosas le van a ser imposibles de superar.
- Me cuesta entenderte cuando hablas normal, por tu acento, que ahora que ni tan siquiera puedes hacerlo, me resulta imposible hacerlo... Y tranquila, no voy a matarte. Si lo hiciera podría quedarme sin un sujeto de investigación que podría ser muy valioso. No hay muchos híbridos por estas tierras.- dije al sacarle la aguja del brazo, llena completamente de sangre. Le dí unos golpecitos al tubo de cristal para comprobar que no hubiese nada raro y tras sacarle la aguja lo tapé.
Tras guardarla en una bolsita de plástico, me acerqué y le quité algunos pelos. Por aquello de asegurarme que tenía suficientes muestras, pero por suerte, el calmante muscular y el embotamiento posiblemente no la dejasen sentir dolor, así que, mejor para ella. En el mismo brazo donde le había sacado sangre, raspe un poco de la piel con un raspador para conseguir células cutáneas. No le hice herida, obviamente, aunque estaba un color más rojizo de lo habitual la zona afectada.
Finalmente metí el chip en la máquina y me acerqué a la parte de atrás de su cuello. No dije nada, porque no había nada que decir, además de que si sueltas un: "Te estoy poniendo un chip de rastreo" lo más seguro es que intenten arrancárselo, aunque sea a mordiscos. Lo inserté con ayuda del instrumento y me retiré, mirando el aparato como si hubiese cogido alguna muestra. Si había suerte -y si de verdad había perdido la memoria- no sospecharía nada de nada. Quizás sólo si me presentaba "casualmente" en el lugar que viviera.
Me agaché de nuevo a su lado, y comencé a registrarla en los bolsillos para ver si encontraba algo de valor, a fin de cuentas, una no es rica y tiene que subvencionarse de alguna manera. Tras el registro a sus bolsillos delanteros, pasaba de darla la vuelta, además de que tampoco quería parecer la típica acosadora sexual... Brrrrr... Desagradable. Me quedé evaluando el anillo que llevaba, tenía una cabeza de lobo, y parecía de plata buena. Podría empeñarlo caro, o si era una baratija, dárselo a una de mis pocas amigas, que la encantaban los lobos. Después me levanté y dirigí mi mirada a la guitarra, era lo único por lo que seguro al 100% iba a poder sacar una buena cantidad de dinero. Con la atención que ponía sobre ella, seguro que estaba bien cuidada.
- Muchas gracias por tu "colaboración". - dije con sorna a modo de despedida.
Pero antes de marcharme y perderme entre las calles londinenses -con dirección a mi coche, por supuesto, porque tenía cosas interesantes que hacer ahora en mi casa- me quité el abrigo grueso que llevaba y tras revisar que no dejara nada en ninguno de todos los bolsillos se lo tiré encima para que no se enfriara. Podría pensarse que era una forma extraña de altruismo, pero en realidad, no me convenía que se enfriara y se muriera por eso. Sobre todo, porque a saber cuantas horas pasaban sin que ella pudiera moverse del sitio, y además esa noche iba a nevar.
Hecha mi "buena" acción, me alejé de nuevo en dirección a la calle, solo que ahora andando más rápido que antes, porque a pesar de que la chaqueta que llevaba era un abrigo, realmente, no me protegía lo suficiente de la temperatura.
- Me cuesta entenderte cuando hablas normal, por tu acento, que ahora que ni tan siquiera puedes hacerlo, me resulta imposible hacerlo... Y tranquila, no voy a matarte. Si lo hiciera podría quedarme sin un sujeto de investigación que podría ser muy valioso. No hay muchos híbridos por estas tierras.- dije al sacarle la aguja del brazo, llena completamente de sangre. Le dí unos golpecitos al tubo de cristal para comprobar que no hubiese nada raro y tras sacarle la aguja lo tapé.
Tras guardarla en una bolsita de plástico, me acerqué y le quité algunos pelos. Por aquello de asegurarme que tenía suficientes muestras, pero por suerte, el calmante muscular y el embotamiento posiblemente no la dejasen sentir dolor, así que, mejor para ella. En el mismo brazo donde le había sacado sangre, raspe un poco de la piel con un raspador para conseguir células cutáneas. No le hice herida, obviamente, aunque estaba un color más rojizo de lo habitual la zona afectada.
Finalmente metí el chip en la máquina y me acerqué a la parte de atrás de su cuello. No dije nada, porque no había nada que decir, además de que si sueltas un: "Te estoy poniendo un chip de rastreo" lo más seguro es que intenten arrancárselo, aunque sea a mordiscos. Lo inserté con ayuda del instrumento y me retiré, mirando el aparato como si hubiese cogido alguna muestra. Si había suerte -y si de verdad había perdido la memoria- no sospecharía nada de nada. Quizás sólo si me presentaba "casualmente" en el lugar que viviera.
Me agaché de nuevo a su lado, y comencé a registrarla en los bolsillos para ver si encontraba algo de valor, a fin de cuentas, una no es rica y tiene que subvencionarse de alguna manera. Tras el registro a sus bolsillos delanteros, pasaba de darla la vuelta, además de que tampoco quería parecer la típica acosadora sexual... Brrrrr... Desagradable. Me quedé evaluando el anillo que llevaba, tenía una cabeza de lobo, y parecía de plata buena. Podría empeñarlo caro, o si era una baratija, dárselo a una de mis pocas amigas, que la encantaban los lobos. Después me levanté y dirigí mi mirada a la guitarra, era lo único por lo que seguro al 100% iba a poder sacar una buena cantidad de dinero. Con la atención que ponía sobre ella, seguro que estaba bien cuidada.
- Muchas gracias por tu "colaboración". - dije con sorna a modo de despedida.
Pero antes de marcharme y perderme entre las calles londinenses -con dirección a mi coche, por supuesto, porque tenía cosas interesantes que hacer ahora en mi casa- me quité el abrigo grueso que llevaba y tras revisar que no dejara nada en ninguno de todos los bolsillos se lo tiré encima para que no se enfriara. Podría pensarse que era una forma extraña de altruismo, pero en realidad, no me convenía que se enfriara y se muriera por eso. Sobre todo, porque a saber cuantas horas pasaban sin que ella pudiera moverse del sitio, y además esa noche iba a nevar.
Hecha mi "buena" acción, me alejé de nuevo en dirección a la calle, solo que ahora andando más rápido que antes, porque a pesar de que la chaqueta que llevaba era un abrigo, realmente, no me protegía lo suficiente de la temperatura.
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Re: [Londres] ¡Vaaya! Mira lo que tenemos aquí
Ya que no podía ni siquiera insultarla, me dediqué a fulminarla con la mirada, que en ese momento se había vuelto grisácea a causa de la oscuridad del callejón. Observé, por el rabillo del ojo, que lo que hacía con la jeringuilla era sacarme sangre. ¿Para qué demonios la quería? No tenía ni idea de lo que pretendía a hacer, pero si intentaba matarme… La gata vendría, esta vez sí me salvaría… ¿Verdad? Un escalofrío me recorrió el cuerpo, al imaginarme a la gata, llegando tarde nuevamente, pero esta vez, sin poder remediar de ninguna forma mi muerte. ¿De verdad iba a acabar así? ¿O no? La desgraciada dijo que no iba a matarme, pero eso no me tranquilizaba para nada. Y me sorprendió que supiese de la existencia de los biohybridos… Ahí entonces, hilé cabos. Esta tía era una científica seguramente, a juzgar por los aparatos y las pruebas, y quería investigarme o algo parecido. Pero hacer de conejillo de indias no me hacía ninguna maldita gracia. Gruñí otra vez cuando noté que me tocaba el cuello, y me arrancaba algunos pelos. De haber podido moverme, esa humana ya estaría muerta no una, sino cien veces de un solo golpe.
Se apartó entonces, tras varios minutos más, lo que sin duda fue un alivio para mí, pero que no duró demasiado, porque rápidamente mi anillo desapareció de mi mano, y la funda de la "guitarra" acabó colgada del hombro de esa furcia. Desesperada, alcé la cabeza.
- Devu... elve... me e...so-gruñí, ahora volviendo a intentar moverme. Reuní todas mis fuerzas para al menos abalanzarme sobre ella, pero los músculos no me hacían caso, y lo único que conseguí fue cansarme aún más. Mi rostro acabo deformado en un rictus de rabia y odio, mientras veía a la humana tirarme encima su abrigo y desaparecer de mi vista-. Co...rre... mien...tras.... pue...das...
Me quedé allí vete tú a saber cuanto tiempo, pero acabé cogiendo frío, y seguramente pillara pronto un constipado. La gente que pasaba podría verme, pero seguramente me tomarían por una borracha o una vagabunda cualquiera. Al fin, cuando una gata negra que pasó de refilón me vio tirada en el suelo, conseguí ver un atisbo de esperanza. Evolucionó a Beelkomon, le expliqué con tiriteos lo ocurrido (tras un buen rato allí ya comenzó a pasárseme la parálisis esa) y me llevó en moto a cualquier hotel para que pudiera descansar y recuperarme.
- Te juro-le murmuré, sombría, con un matiz de odio en los ojos-. Que la encontraré...
Gracias al cielo, Beelkomon también había pillado el abrigo de la chica, para que durante el recorrido hasta el hotel no pasara frío. La humana había cometido un error tras otro: el primero, al engañarme, y el segundo, al subestimarme, y el tercero... al dejar conmigo una prenda suya que sin duda todavía conservaba su olor. No me resultaría difícil encontrarla con el increíble olfato de BlackGatomon. La humana podía darse ya por muerta...
Se apartó entonces, tras varios minutos más, lo que sin duda fue un alivio para mí, pero que no duró demasiado, porque rápidamente mi anillo desapareció de mi mano, y la funda de la "guitarra" acabó colgada del hombro de esa furcia. Desesperada, alcé la cabeza.
- Devu... elve... me e...so-gruñí, ahora volviendo a intentar moverme. Reuní todas mis fuerzas para al menos abalanzarme sobre ella, pero los músculos no me hacían caso, y lo único que conseguí fue cansarme aún más. Mi rostro acabo deformado en un rictus de rabia y odio, mientras veía a la humana tirarme encima su abrigo y desaparecer de mi vista-. Co...rre... mien...tras.... pue...das...
Me quedé allí vete tú a saber cuanto tiempo, pero acabé cogiendo frío, y seguramente pillara pronto un constipado. La gente que pasaba podría verme, pero seguramente me tomarían por una borracha o una vagabunda cualquiera. Al fin, cuando una gata negra que pasó de refilón me vio tirada en el suelo, conseguí ver un atisbo de esperanza. Evolucionó a Beelkomon, le expliqué con tiriteos lo ocurrido (tras un buen rato allí ya comenzó a pasárseme la parálisis esa) y me llevó en moto a cualquier hotel para que pudiera descansar y recuperarme.
- Te juro-le murmuré, sombría, con un matiz de odio en los ojos-. Que la encontraré...
Gracias al cielo, Beelkomon también había pillado el abrigo de la chica, para que durante el recorrido hasta el hotel no pasara frío. La humana había cometido un error tras otro: el primero, al engañarme, y el segundo, al subestimarme, y el tercero... al dejar conmigo una prenda suya que sin duda todavía conservaba su olor. No me resultaría difícil encontrarla con el increíble olfato de BlackGatomon. La humana podía darse ya por muerta...
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