Lejos de la humanidad

Me habia separado de Karasu y de mi "familia" para llegar al mundo digital. Queria volver a casa y esa humana tonta me lo impedia. Pero ahora por fin lo habia logrado. Estaba en Nueva York dando vueltas viendo losultimos sucesos, pero mostre poca importancia, total, solo deseaba volver al mar dle que venia y ser libre lejos de ese humano y la familia. Lejos de los humanos el instinto de salvar a gente inocente disminuia por lo que habria menos riesgos en una batalla.

Una vez en el digimundo me puse a nadar en aquel gran mar para finalmente acabar en una isla minuscula y abandonada. Me habia cansado antes de lo normal y al parecer ningun digimon se encontraba a los alrededores.
-Mmm...que raro¿no hay ningun digimon por la zona?

Días después del suceso que había alertado a todos los Estados Unidos de América, caminaba tranquilamente por Nueva York, escuchando todo tipo de comentarios acerca de la caída de la Dama de Cobre. Que quién había sido, que si era alguna película, que si invadían los aliens, que si era un ataque terrorista... Rumores, rumores everyewhere. Lo que más gracía me hacía era que esas personas no sabían que la chica que pasaba a su lado, era la principal partícipe de ese "atentado terrorista". ¿Qué reacción tendrían si lo supieran? Posiblemente huir chillando para llamar a la policía... Bah, cobardes.

En fin, ya que estaba en Nueva York, decidí ir a visitar a mi hermana, Keilyn. Aunque en realidad no era un "visitar de ir a verla", sino de seguirla, de espiarla para ver si me llevaba de una maldita vez ante Andrew... Ahora era algo personal, quería verle la cara a ese cobarde  que se había escudado de mí tras dos humanos normales la última vez.

Por suerte, al llegar a la calle en donde vivían, pude ver a Keilyn salir de su casa (?). ¡Parecía que ese era mi día de suerte! Con una sonrisa, comencé a seguirla, desde unos metros atrás, aunque si ella se daba la vuelta, no vería a su querida hermana Zayyn, sino a una chica alta de cabellos negros.

Spoiler:

Buen disfraz, ¿verdad? Todo gracias al Digimental del Deseo que se me había encomendado. Con una sonrisa, continué detrás de Keilyn, hasta que en un momento dado, ella, de alguna forma, entró en un portal. Con el ceño fruncido, y antes de que el portal se cerrara, lo atravesé, imitándola y entrando, imaginé, en el digimundo detrás de ella.

- Auch.-me quejé al caer sobre la arena, de culo

Estaba en la isla cuando sin previo aviso alguien aparecio tras de mi.¿quien era?justo ahora, cuando era libre y estaba lejos de nueva york
-Eyyy¿que haces aqui?¿quien eres?
dije molesta y  cruzandome de brazos. en otras circunstancias no me habria mosqueado, pero notaba algo extraño en ella a la vez que mi agotamiento me hacia estar de un mal humor extraño.

-¿como llegaste aqui chica?¿acaso me seguiste? No deberias estar aqui¿lo sabes?.
Dije suspirando sin entener gran cosa de aquello. entonces me sente cansadilla enfenre suyo algo paliducha.
-enserio..¿que has venido a hacer aqui? Seas quien seas, el digimundo es muy grande, deberias marcharte a otra parte, el mar es mio¿entiendes guapita?

Keilyn se alarmó ante mi quejido, y se dio la vuelta, antes de protestar con malas pulgas que la hubiera seguido. Como había esperado, no me reconoció, de ninguna manera podría. Por lo que, sin decir nada, me levanté lentamente, y la miré fijamente, mientras sonreía y mostraba mi digivice IC de color negro y rojo.

- Te vi por la calle y te seguí-ladeé la cabeza.

La miré desde arriba, todavía de manera divertida, mientras se sentaba en el suelo y me miraba con mala cara... Parecía cansada, y estaba mucho más pálida de lo habitual ¿Qué le pasaría?

- El digimundo no te pertenece. No veo que esté tu nombre escrito por ninguna parte del mar, rubita-esbocé una sonrisilla de suficiencia, mientras me sacudía el largo pelo negro con una mano hacia atrás.

Mire a la chica molesta por sus comentarios y pase de formalidades con ella. Total si no la hacia daño probablemente Kei no se esforzaria por luchar.
-Me pertenece por que lo digo yo. No tiene por que poner nombre, asi que mueve tu culo a otra parte y dejame disfrutar lo que queda de dia en este gran oceano. Llevo un tiempo nadando, me gustaria tener mas, por algo no voy a la playa llena de gente molesta¿sabeS?
Dije mosqueada y por ello acabe tosiendo con la boca algo seca, pero no fue eso lo que me sorprendió, si no una pizca de sangre en mi mano al haberme tapado. Mi cara era de sorprendida, pero enseguida me limpie y la mire con mala uva.
-Vamos, vuelvete.

Sonreí ampliamente, mi hermana estaba a la defensiva a juzgar por esa forma que tenía de hablarme. Me gustó pensar que seguramente si supiera quien era en realidad no me habría hablado así. La observé quejarse de la muchedumbre que solía ir a las playas, y hasta le dejé tiempo para recuperarse cuando la vi toser con fuerza.

Sin embargo, algo pasó que me dejó atónita. Fue capaz de verlo, y de olerlo perfectamente. Esa tos no era normal... era una tos enfermiza, una tos que había traído consigo sangre. De repente mi mente se iluminó. Había ido a buscar a Keilyn por un motivo, y aunque había sospechado que ella se negaría a llevarme con Andrew, ahora sabía que tenía las cartas de mi lado. Mi jugada estaba hecha. ¿Por qué? Keylin estaba enferma, nadie tose sangre así por las buenas. Podría ser una enfermedad que hubiera contagiado en la Tierra, pero antes la había visto bastante sana...

Keilyn había pillado el virus.

- ...-sonreí ampliamente-. Ni siquiera eres capaz de reconocer a tu hermana, aunque esta se disfrace... Nunca cambiarás, Keilyn.

Entre una maraña de sombras, mi cuerpo volvió a cambiar, esta vez para tomar la forma del demonio de aire, Aeirmon. Miré a Keilyn con fingida preocupación, aunque lo cierto es que me daba algo de lástima, pero no iba a desaprovechar esa oportunidad para encontrar a Andrew.

La chica pareciamoffarse de mi, reirse de mi aspecto y parecio ver la sangre, pero no. Esperaba qu eno lo hubiese visto. Pero mas me molesto cuando se transformo en Zayyn y se mostro con unas ideas claras. chulearse delante de su hermana.
-¿que haces aqui? Marchate lejos y dejame, solo das problemas.
dije sientiendo como Keilyn espabilaba un poco dentro de mi.. Quiero estar sola, largate

Caminé alrededor de Keilyn, posando las garras que hacían de pies sobre la arena blanca y fina. Me detuve a apenas un par de centímetros de ella, y con una sonrisa encajé todas sus molestas palabras... palabras que pasaría por alto de momento.

- ¿Por qué de repente me tratas tan mal, Keilyn? La última vez bien que querías que me quedase en tu casa...

Suspiré, ella dijo que quería estar sola, pero no iba a dejarla en ese lugar a su suerte, sabiendo que probablemente después no tendría forma de regresar al mundo humano. Moví el dedo índice de una mano en circulos, trazando pequeñas circunferencias en el aire, mientras una corriente de aire se enredaba en torno a Keilyn, aprisionándola.

- Me temo que no puedo dejarte aquí sola, Kei. Estás enferma. Lo mejor será que te lleve a casa y que descanses...

Empezaba a causarle problemas y no podía atacarla o kei volvería, así que vi como se acercaba y me molestaba. Pero al parecer no adivino que me ocurría.
-Dejame¿quieres? Estoy mosqueada, solo eso.
Dije intentando ocultar la verdad y fui a marcharme al agua pero algo pasaba, ella estaba haciendo algo que me impedia moverme y a la vez se acercaba con mofa.
-¿que haces? sueltame, no pienso ir a casa, quiero quedarme aqui. enferma o no. Dejame enpaz.
Dije sabiendo que no teni afuerzas para evolucionar y que no podia atacar a Z

Me acerqué a Keilyn, sin hacer caso a sus quejas. Si estaba en ese mundo por más tiempo, sería peligroso, para ella y para mí, así que la cogí en brazos. Su cuerpo no pesaba apenas, daba mi fuerza, era lo bueno de ser un mega.

- Te voy a llevar a casa quieras o no, hermana. Lo siento-dije, disfrazándome de nuevo en una apariencia humana -concretamente, la mía-, y caminé de regreso al portal, con mi hermana en brazos, sin mostras emoción ante sus intentos por escaparse.

Al cabo de un rato, el portal apareció ante mis ojos, y yo lo crucé sin titubear. Al traspasarlo, estábamos de nuevo en Nueva York. Miré a los lados, asegurándome de que nadie nos veía, y una vez haberme cerciorado, caminé tranquilamente de neuvo hacia la casa de Keilyn.

-Bajameee, te lo ordeno. Abajooo.
Dije pataleando a mi hermana y mordiéndola. Y poco a poco notaba la consciencia de keilyn pero volvía a controlarlo. En no mucho tiempo estábamos en el mundo humano de nuevo
-dejame volver,maldita sea.
Dije tosiendo de nuevo,esta vez manchando a Z de sangre. Entonces la mire con pena y comencé a cerrar los ojos para acabar inconsciente.

Torcí la calle, y crucé un paso de cebra, ignorando que la gente me mirara. Que se metieran en sus propios asuntos, a nadie le importaba que tuviera a mi hermana enferma en mis brazos, pues tan solo la llevaba de vuelta a su casa para que se curara... o eso era lo que quería que los demás pensasen.

- Cállate de una vez, Keilyn, por favor... Me das dolor de cabeza-murmuré, hastiada.

Finalmente, tras pasar unas cuantas manzanas más, llegué a la calle de las casas particulares, el barrio en donde vivía Keilyn. Busqué la casa en donde había estado antes, pero recordaba que esa en realidad era la casa de los vecinos... Así que la de Keilyn tendría que ser la de al lado. Me planté ante la vivienda, y tras dar un suspiro, subí las escaleras del porche y llamé al timbre de la puerta.

Dormia reposando un poco las fuerzas cuando lllegamos a las casas de las dos hermanas. apenas llegaron al portal cuando andrew salio corriendo al ver el panorama y apunto a z con una escopeta.
-Dejala en paz, y marchate o acabaras matando a alguien¿que la has hecho'?
Dijo amenazando a z y mirando como Kei estaba en muy mal estado, aunque no llego a ver ninguna herida a simple vista.

Apenas tuve que esperar a que me abrieran. De repente, al puerta se abrió de golpe, y por ella apareció un hombre de cabellos negros, apuntándome con una escopeta. Fue tal mi sorpresa, que retrocedí un par de pasos... ¿Sería ese humano Andrew?

- A... ¿Andrew? ¿Usted es mi padre...?-traté de hacer el mejor teatro posible, casi el mismo que había hecho con Natasha para intentar engañarla-. Espere, tranquilícese... No voy a hacerles nada... ni a usted ni a Keilyn... La ví por la calle, y decidí seguirla hasta el digimundo, pero... algo ha ocurrido, y de repente esta enferma... tose sangre.

qLe miré con evidente preocupación, sin ninguna chispa de maldad o engaño en mis ojos. Tan solo quería que Keilyn se recuperara y que estuviera bien... ¿Verdad?

Nah, en realidad lo que yo quería era vengarme de ese cabronazo que tenía ante mí, ni cuidar de Keilyn, ni nada de eso. Aunque bueno, si ella se ponía bien, pues perfecto, porque sólo me interesaba saldar cuentas con nuestro padre.

- Por favor... quiero mucho a Keilyn, nunca le haría daño...-miré el rostro de mi hermana, con el ceño fruncido por la angustia y la preocupación.

El padre tal como habia esperazo Z se trago todo, por lo menos la parte de Kei. Pudo ver como estaba palida y aun respiraba, como habia sangre en la ropa de Z y como esta cargaba con su querida hija. Pero lo de fiarse de Z por quien era era otro asunto, aunque mirandola a los ojos y recordando a su amante no puedo evitar sentir lastima, unido a la desesperacion por Kei dejo la escopeta aun lado y se acerco a Z para ayudarla a llevar a Kei.
-Dejemosla en una cama, quizas con un poco de reposo despierte y asi puedo saber bien que puede tener.vamos.
Dijo ayudando a Z a cargar con Kei y confiando en ella

Esperé con ansía a que Andrew reaccionara. No se fiaba de mí, podía verlo en sus ojos, pero la mentira en los míos iba más allá de eso, mi supuesta preocupación por Kei opacaba mis verdaderas intenciones, haciendo de esa actuación algo bastante convincente... Y así fue, Andrew finalmente accedió, y me dejó pasar al interior de la casa, dejando la escopeta a un lado y ayudándome a cargar con el cuerpo de Keilyn.

- Gracias... papá-murmuré, mirándole de reojo.

Busqué con la mirada cualquier sofa, sillón, cama. Cualquier cosa en donde dejar a Keilyn, hasta dar con un sofacito. Me dirigí allí, y dejé a Keilyn sobre los cojines, con sumo cuidado. Tras liberar mis brazos, le dirigí una leve mirada a Andrew.

- Estaba en el digimundo, parecía muy cansada, y tenía la piel pálida... más pálida de lo normal. Temo que...-tragué saliva, sin ser capaz de terminar la frase.

Andrew ayudo a dejarla en el sofa y luego miro a Z con cara de pocos amigos. Aun asi se calmo y la miro con tranquilidad y armonia.
-No creo que la pase nada...Los virus normales afectan poco a los biohibridos como vosotras. Por ello no se que podria pasar. Esta bastante mal.
Dijo marchandose y volviendo con un paño de agua fria para ponerselo a Keilyn en la frente. Poco despues Keilyn parecia mejorar un poco, pero aun sin reaccion.
-¿sabes donde cogio el virus o algo? Podrias cogerlo tu si se contagia por aire. Yno temas... pero...¿que es lo que temes? ¿acaso ha habido algun problema¿

No sé si fue el que le dijera "papá", o el qué, pero Andrew me miró da malas, a lo que yo respondí una mirada dubitativa. Carraspeé, y me senté junto a Keilyn, cogiéndole de la mano con suavidad.

- Me preocupa que haya cogido el virus del Mundo Digital... Eso es lo que me preocupa.

Suspiré, y con un pañuelito de papel que saqué del bolsillo le limpié la sangre que había salido de sus labios al toser. Le aparté los pelos de la cara, y despuñes me crucé de brazos sobre el pecho, mirando el suelo con un matíz sombrío y algo deprimente en los ojos.

- No debí dejarla entrar por el portal. Tenía que haberla detenido antes...-gemí, y después enterré el rostro entre las manos, angustiada... aunque en realidad estaba esbozando una leve y malvada sonrisa, pero como no podía verme el rostro, Andrew no sospecharía nada...

Andrew se sobresalto y miro a Z confuso.
-¿un virus digital? Eso si podria dar problemas¿tienes mas información? Yo hace años que no se nada de ese mundo, me retire, pero si puedo buscar una cura...informame. Puedo hacer algo para curarla antes.
Dijo algo asustado mientras yo comenzaba a despertar y me encontraba con la mano de mi hermana cogida y mi supuesto padre al lado, o me comportaba o me descubririan.
-¿que ha pasado? Me siento mal...me duele la cabeza
Dije apretando la mano de Z sin saber por que, quizas Kei tiraba de mi poco a poco sin yo darme cuenta.

Alcé la mirada, cambiando mi expresión triunfante por una de tormento. Mis ojos se clavaron en Andrew de manera casi perezosa, como si no quisieran explicarle qué le ocurría realmente a Keilyn... Pero debía hacerlo, para que el humano se diera cuenta de las circunstancias en las que se encontraba su hija querida.

- Existe un virus en el digimundo. Por el momento no afecta a humanos, pero a los biohybridos... es otro cantar. Si el atributo del digimon es Virus, los hace más fuertes. Pero... si el atributo resulta ser distinto...-mi silencio fue bastante elocuente, pero aún así decidí hacer la sentencia-. El digimon en cuestión acaba debilitándose cada vez más, hasta la inminente muerte...

Mi mirada se desvió para mirar a Keilyn, la cual acababa de despertar. Se había incorporado un poco, y me estaba apretando la mano con fuerza, como si me necesitara a su lado.

- Keilyn... Hermana, no te preocupes... Estoy aquí, pronto te recuperarás... No dejaré que te pase nada malo-le sonreí para intentar tranquilizarla.

Andrew, al oir aquello salio corriendo hacia l aplanta de arriba para buscar algo. No se sabia el que pero Z y K podian oir como sonaban cristales romperse y muebles chocando.
Cuando desperte todo fue extraño, la cara de Z y esa expresion, mas la debilidad del momento me hizo cambiar poco a poco dejando que finalmente Kei volviera a tener poder sobre el cuerpo.
-Z...lo...lo siento...T:T...yo.. no queria haceros esto...no..no soy un heroe... jamas podre serlo.
dije mirandola con ternura.
-Gra....gracias por venir donde papa....
dije utilizando unas pocas fuerzas para abrazarla

Ignoré por un momento a Andrew, que se había subido al piso de arriba, pero cuando escuché golpes y cristales rotos, fruncí el ceño, mirando para atrás. Pero la voz de mi hermana llamó toda mi atención. Me sonreía, y murmuraba por lo bajo y con voz débil.

- Keilyn, no hables... te pondrás bien, ya lo verás. Y no te preocupes, sólo querías estar sola, lo entiendo-sonreí con ternura, casi una ternura de la que nunca me había esperado poseer. ¿Quizás comenzaba a cogerle cariño a Keilyn?-. Claro que eres una heroína, has salvado a muchas personas, y lo seguirás haciendo.

Me incorporé del sofá, me acerqué a ella y le di un beso fraternal en la mejilla, con cariño. Luego sonreí y volví a sentarme a su lado.

La escuche con atencion y cariño y sonrei recibiendo su beso. Me tumbe de nuevo y suspire.
-dudo que pueda seguir haciendolo...Pero...no esta mal tener esperanzas¿cierto?
entonces andrew bajo por las escaleras y alli estaba con un frasco de jarabe. Me sonrio y me dio a beber.
-con esto te pondras bien, o por lo menos mejor. Aumentara la defensa de tu ADN biohibrido y posiblemente superes ese virus.¿no te dije que tuvieras cuidado?
-Lo...lo siento.
Andrew, inesperadamente nos cogio a las dos en un abrazo triple, mostrando como en el fondo habia deseado eso para todos.
-Te pondras bien.

Negué con la cabeza. No era su culpa, le podría haber pasado a cualquiera, pero al final ella había tenido que infectarse con el virus. Bajé la mirada, pensativa, sin saber qué decirle... puesto que al parecer, hasta ella misma sabía qué le pasaba. A veces el destino era muy injusto.

Sin embargo, al cabo de un rato, Andrew acabó por bajar, y le dio una especie de jarabe a Keilyn, y mientras esta lo bebía, explicó que con eso se pondría bien... Luego de repente nos abrazó a las dos.

Me quedé muy quieta y sorprendida, como si pensara que, si no me movía, no me sucedería nada malo. Había sido todo muy de golpe, no me había esperado para nada que Andrew me abrazara. ¿Por qué? ¿Porque era su hija? ¿Porque me tenía lastima? ¿O porque me quería?

- Padre...-murmuré, sorprendida, sin darme cuenta de la forma en la que le hablaba.

No correspondí enseguida, pero sabía que si no lo hacía, sería demasiado arriesgado, porque tenía que hacer de hija buena, y "rehabilitada". Así que, al cabo de unos segundos, terminé por corresponder, y abrazarles a ambos, como si ellos dos fueran dos Kenshis a los que no había visto en un año.

Pero pronto me separé. Había ido a ese sitio a por algo, para encontrar a Andrew y hacerle pagar, no para fundirme en un abrazo con el objetivo de vomitar arcoiris ante un inseperado reencuentro. Les sonreí a ambos, los abracé otra vez, una vez a cada uno, y después me dirigí hacia la puerta.

- Perdón, esto ha sido muy estresante... Y supongo que querréis hablar entre vosotros... Así que yo sobro, y así me voy a fumar un cigarro...

Sonreí debilmente, y sin esperar a que nadie me detuviera, salí afuera, y me senté en las escaleras del porche, mientras sacaba la cajetilla, me colocaba un cigarro entre los labios y me lo encendía con un mechero.

El dia era extraño para todos, incluso para Andrew que acababa de abrazar a su hija odiada. Fnalmente vi como Z salia a por un cigarro y Andrew se quedaba conmigo. Estuvimos hablando apenas unos segundos cuando me dijo que reposara y descansara, que tenia que bajar la temperatura y mis energias tenian que volver. Asi que asenti cerrando los ojos mientras el salio a ver a Z. Le puso una mano en el hombro y sonrio.
-Muchisimas gracias por traer a Keilyn a casa a salvo. Si no la hubieras traido quizas... hubiese acabado como datos en el digimundo.enserio, muchas gracias y perdona por haber desconfiado tantos años de ti.
Dijo dandole una caja de bombones.
-De pequeña te gustaban, espero que te sigan gustando.

Expulsé el humo con parsimonia y miré al frente. Me empezaba a hartar tener que comportarme como una buena persona ante ese gilipollas, pero tenía que hacerlo para que me creyeran, y quizás tomando el aire me relajaba un poco. Suspiré, cansada. Apenas había dormido ese día, por haber derrumbado la estatua... Había hecho muchas cosas los días anteriores, no paraba de moverme para realizar los preparativos.

- Mah...

Di un salto de repente en las escaleras, sorprendida por la voz de Andrew a mi espalda. Me volví, le miré y sonreí un poco, antes de volver a mirar para delante. Sacudí la cabeza y moví una mano con energía para quitarle importancia a lo de que había salvado a Keilyn.

- Es mi hermana pequeña, es mi deber hacerlo, ¿no?-murmuré, todavía mirando a la acera de enfrente, justo en el momento en el que unos niños jugaban a perseguirse mientras entraban al jardin de su supuesta casa-. Los hermanos se cuidan entre ellos.

volví a darle una calada al cigarro, después estiré los brazos hacia delante con pereza y con un par de toquecillos tiré la colilla al suelo. Miré entonces a Andrew, y con una leve sonrisa tomé uno de los bombones que me ofrecía y me lo comí, sin mediar palabra, de momento.

- Gracias-dije al tragar-. Lo cierto es que no me acuerdo de cuando era pequeña, pero sí me gusta el chocolate.

Sonrio y se puso delante de ella para darla mejor las chocolatinas.
-Yo me acordaba poco, pero me acordaba. Gracias a ti por traerla, por suerte tenia una vacuna que posiblemente la sirva. Pero el digimundo engaña y no siempre se soluciona con vacunas. si se pone peor... avisame. Quizas haya que variar la sirena a un digimon virus para curarla.
dijo mirandola y sonriendo.
-cuida bien de ella

Tomé con una sonrisa las chocolatinas que Andrew me tendía. Probé un par, antes de dejar a un lado la cajita con el resto de dulces, dar otra calada mientras apoyaba los brazos sobre las rodillas de las piernas encogidas. Miré fijamente al humano, y asentí con firmeza.

- Es mi hermana, la cuidaré bien...-dije después de expulsar el humo. Luego tiré el cigarro al suelo, a pesar de que todavía quedaba casi la mirad del cigarrillo. De repente me percaté de que a unos pasos de mí había un periódico, así que me levanté para recogerlo y echarle una ojeada.

Sonreí levemente, casi imperceptiblemente, al ver en primera página la Estatua de la Libertad destruída. Leí por encima la información que venía impresa, y me hizo gracia saber que nos tomaban por unos terroristas, y que pensaban que aquello era algo como un aviso... Habían acertado en parte.

- ¿Has visto esto?-le dije a Andrew, mostrándole el periódico. Me interesaba saber qué opinión tenía él de aquello.

-eres una buena hermana
Dijo mirando el periódico y sorprendiéndose lo miro y leyó. Luego entre cerro los ojos y suspiro.
-no lo había visto...la verdad que no. Pero bueno...les acabaran cogiendo. Solo espero que no matasen a nadie en el proceso.
Dijo ojeando mas paginas para informarse mas.

Observé con curiosidad la reacción de Andrew. Creía que les iban a pillar, sería gracioso de no ser porque no tenía ni idea de que la persona que había hecho tal acto, estaba frente a él. Quise decírselo a la cara, pero no sería divertido... mejor que lo averiguara él, y para ello, qué mejor que darle unas pequeñas pistas...

Observé una de las fotos que aparecían en el diario, quizás hubieran captado algún momento en el que nosotros estabamos todavía en la isla... Aunque era bastante improvable, había sido muy de noche, y a esas horas poca gente estaría despierta.

Sin embargo, con sorpresa, atisbé en una de las fotografías una figura conocida, de un caballero real, rojo. Habían fotografiado a Rukriel, probablemente cuando ambos ya nos habíamos retirado de la zona. Seguramente fuera algún trasnochador... Curiosamente, mi figura transformada en el demonio de viento también salía, justo al lado del Rukriel, ambos sobrevolando la ciudad, rápidamente, para escapar.

- Oh-disimulé un poco, haciendo que iba a por las chocolatinas mientras rodeaba a Andrew-. Al parecer... había digimons por la zona...

De espaldas a él, sonreí ampliamente. Igual que había hecho con Keilyn anteriormente en el digimundo, hice un gesto con dos dedos de una mano, y al instante, Andrew quedó con los brazos pegados al cuerpo, atado, sin posibilidad de moverse.

- Parece que nos hicieron algunas fotos... Suerte que sé esconderme bien de los humanos.

Andrew miro la foto con curiosidad y mostrandose curioso, mientras sonreia a Z fiandose por fin de ella. Aunque al ver la foto y fijarse mejor su cara comenzo a cambiar. ¿era ella?¡entonces?...¿habia usado a kei?¡o se habia preocupado de verdad por ella? La miro con un profundo odio señalando lo que habiaen la foto.
-Tu....¡fuiste tu con otro digimon?...
Dijo mirando seriamente a Zayy extendiendo la mano para volver a coger la escopeta, pero no pudo moverse, no podia llegar a coger nada. Entonces la miro con odio.
-¿que pretendes'? Kei va a sufrir mucho poor esto. ¡quieres hacerla mas daño?

Mi sonrisa se amplió al ver cómo su expresión pasaba de la tranquilidad a la sorpresa, y de la sorpresa al odio. Trató de alcanzar su escopeta olvidada en un rincón, pero ahora que estaba atado, por fín era mío.

- En efecto, si no, ¿cuántos Aeirmons más conoces? A fin de cuentas, tú me inoculaste el ADN de ese digimon... Y te estoy muy agradecida por ello...

Me reí con suavidad, y le arrebaté el periódico, tirándolo al suelo. Le agarré de la ropa para atraerlo hacia mí y mirarle a los ojos, con un brillo de diversión y triunfo en los mios verdes.

- En realidad, no tengo ningún interés en dañar a Keilyn. Desde hace meses, mi único objetivo has sido tú, claro que gracias a mi hermana he conseguido finalmente llegar hasta tí, y ya te tengo.

Tiré de él, y di un leve silbido con la lengua. A los pocos segundos, se pudo escuchar el sonido de una motocicleta cercana, y Beelkomon, subida en Behemoth, apareció por la esquina, parándose justo delante de nosotros.

- Ahora súbete, vamos a dar un pequeño paseo para hablar y recuperar el tiempo perdido-le obligué a subirse a la moto, sentándome en ella yo también. A pesar de haberle dicho que quería hablar con él, le tapé la boca para que no hablara con una pequeña corriente de aire, similar a las que le tenían atado-. Me pregunto en dónde podríamos hablar... Sí, quizás en esa casa sería lo más apropiado-le murmuré, pensando en la casa en la que había nacido, en Los Ángeles... Un poco lejos, pero con un poco de ayuda podríamos llegar pronto.

El padre de Z avanzo hacia la moto mal diciendo hasta que fue callado por zayyn y la miro con odio infinito. Sabia que haría a kei mucho mas daño que al haberla herido físicamente, pero ahora tendría poco que hacer.
Entonces, al ruido de la moto kei se despertó algo mareada pero mejor.
-¿z?¿andrew?....donde estais.?....tsk.... Volver...

En cuanto ambos hubimos estados sentados sobre la moto, Beelkomon pisó los pedales, haciendo chirriar las ruedas del vehículo y aceleró de golpe, sacándonos de allí. Mientras la motera se movía por entre las calles, yo saqué mi digivice, y con él evolucioné a Scathmon, entre fuertes brillos oscuros. Una vez, transformada, desenfundé la espada de su vaina que pendía de mi cadera, y todavía en la moto en movimiento, hice un movimiento con ella, creando una apertura en el aire, cuyo destino se hayaba nada más y nada menos que en Carroll Ave, en Los Ángeles... En la casa que me había visto nacer, y en donde había muerto Erin, mi madre.

Beelkomon traspasó el portal con la moto, así como nosotros, y detuvo lentamente el vehículo de dos ruedas junto al jardín. Por suerte, nunca había demasiada gente en ese lugar, así que no tendría por qué suceder nada que nos molestara.

- Imagino que recuerdas este lugar-dije bajándome de la moto y tirando del que se hacía llamar mi padre para llevarlo al interior de la casa-. Beelko, vigila que nadie nos moleste, por favor.

Ella asintió, y según dejaba la moto bien aparcada junto a la acera, se fue a sentar en los escalones del porche, tranquilamente. Rukriel se quejó desde el digivice, queriendo salir él también, pero tanto él como yo sabíamos que no era buena idea que se dejara ver por un barrio residencial, porque por lo menos Kali (Beelkomon), tenía apariencia más o menos humana.

Una vez dentro de la casa, recuperé mi apariencia humana, crucé el hall, torciéndome a la izquierda, y entrando en la blanca y limpia cocina. Pero no nos íbamos a quedar allí. Tenía la costumbre de "hablar", con mis visitas en otro lugar mucho más íntimo. Por eso, me acerqué a una puerta de madera que había junto a la nevera vieja y vacía, y la abrí, mostrando unos escalones que bajaban hasta un sótano oscuro... El mismo sitio en donde había encerrado a Natasha. La verdad es que había pensado que al entrar de nuevo en ese lugar, el arrepentimiento por haberle hecho daño a la rusa volvería, pero en cambio, no sentí dolor, ni pena... Supongo que ya había superado el que me odiara.

En fin. Obligué a Andrew bajar esos escalones, mientras encendía una bombilla con solo tirar del cordón. La luz, tras un leve parpadeo, iluminó toda la estancia. Era una habitación vieja, y algo sucia. Un sofá viejo y con algunos parches se encontraba abandonado en el centro de la misma, frente a unas cadenas que había amarradas en la pared... y en donde en el suelo había algo de sangre seca.

- Está justo como lo dejé...-murmuré, contemplando la estancia, con voz neutra-. En fin...-empujé a Andrew hasta llevarlo junto a las cadenas, y le libere de las ataduras de aire, pero tampoco sería por mucho tiempo, porque amarré una de sus muñecas con el grillete de una de las cadenas, atándolo de nuevo-. Espero que estés cómodo-comenté con una sonrisa, mientras trataba de atarle la otra mano.

Andrew  miraba con resignacion como aquella demonio habia conseguido lo desedo, incluso habiendo controlado a su hermana para ello, lla unica persona a quien queria. Poco a poco andrew fue viendo aquella zona, aquellos pisos y dandose cuenta de adonde lo llevaba.  No le hizo falta fuerzas a Z para llevarle consigo, ya que el queria recordarlo y verlo una ultima vez.
-Bonitos recuerdos me trae este lugar...
Aun aasi poco a poco acabo en un lugar que no le gustaba nada, grilletes, sangre y muestras de peleas y palizas. Desde luego su hija no era como la pobre Keilyn se esperaba. Sino mucho peor. Pobre niña inocente que habia confiado en una chica solo por sangre y no por amor. Cuando le solto de las ataduras d aire giro el cuello y las muñecas para sentirse mas libre, luego evito que le pusieran el segundo grillete.
-¿enserio creen que te lo pienso poner facil?
Dijo cogiendo el pelo de Z con la mano y tirando de ella con fuerza.
-Mas te vale que Keilyn venga y te haga pedazos  uno por uno. Ojala sufras muchisimo mas de lo que has sentido hasta ahora. Ojala sufras tanto que tu unico remedio sea suicidarte.

Había observado durante todo el trayecto hacia la cocina cómo Andrew miraba a su alrededor, cómo se alimentaba de recuerdos lejanos en esa casa, con su primera mujer, mi madre. Dudaba bastante que hubiera sentido algo por ella alguna vez, él era un egoísta, una rata traidora a la que sólo le había importado su propio beneficio. Por eso, me hizo mucha gracia el murmullo que soltó al "revivir" esos antiguos momentos.

- Preciosos recuerdos, seguro... La muerte de Erin y sin duda las veces que me ignoraste en este lugar cuando era pequeña fueron los mejores, ¿verdad?-repuse con sarcasmo, poniendo los ojos en blanco.

Una vez en el sótano, le ví bastante relajado, incluso se dejó poner el primer grillete. Pero no el segundo. Se desasió como pudo de mí, y alcanzó a agarrarme del pelo, tirando de él con "fuerza"... Y una mierda con fuerza, ese tironcito casi había sido como si un bebé tirara de mi mano. Estaba evolucionada en mi etapa mega, solo que me había disfrazado con mi propia apariencia humana, ¿de verdad se pensaba que podía hacer algo?

Le miré con una sonrisa, apenas sintiendo una leve molestia ante los tirones de pelo, sin moverme y sin retorcerme. Con curiosidad esperé a que terminara de realizar sus intentos, casi como si me riera de lo pequeño y débil que era comparado conmigo.

- ¿Ya has terminado?-pregunté con suavidad. Luego, sin mero aviso, le golpeé en la cara con un barrido de brazo, con tal fuerza que acabó chocando con la pared blanca-. Que mal, ¿de verdad piensas que un humano puede hacerme daño? Ese tirón casi me preoducía cosquillas.

Le agarré del brazo, y finalmente le puse el segundo grillete en la muñeca, evitando que pudiera moverse o que pudiera golpearme. Luego le agarré la mandíbula con una mano y acerqué su rostro al mío.

- Keilyn no va a venir. ¿Sabes por qué? Porque no sabe dónde estamos, y aún piensa que he cambiado, que soy la buena de Zayyn-ladeé la cabeza, clavando mis ojos verdes en los verdes suyos, ambos de un mismo color... Era la herencia genética-. ¿Me hablas de dolor? No tienes ni puta idea de lo que es eso. Tú siempre me has estado ignorando, ni siquiera trataste de comprenderme cuando mis celos hacia Keilyn aumentaban... No, era mejor dejarme abandonada en casa mientras tú te follabas a su madre. ¿Cómo crees que me sentí al ver que era yo la que sobraba? ¿Al ver que mi propio padre me dejaba tirada en un orfanato?-enmudecí. Mis ojos brillaban de rabia y dolor, pero el resto del rostro estaba tan inexpresivo como la porcelana-. Has decidido invitarme a tu familia muy tarde, demasiado tarde. Ya no quiero pertenecer a ella; yo ya tengo la mía y no estás invitado.

Le empujé, soltándolo finalmente, y me volví sacudiendo el pelo hacia un lado. Me senté en el viejo sofá con las piernas y los brazos cruzados, y le volví a mirar.

- Así que crees que lo único que me quedará será el suicidio... ¿Qué te hace pensar que no lo he intentado ya?-inquirí de manera enigmática, mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía.

Z parecia conforme y segura, tenia todo claro y tenia todo en bandeja. Andrew, su hermana, todo lo que deseba. Pero tanta seguridad en si misma, podia jugarle una mala pasada. de hecho, ya lo estaba pasando. Andrew, nunca se fiaria de ella a pesar de todo, por ello siempre le gustaba asegurarse la victoria. Al igual que Z. Ambos iguales y a la vez tan diferentes. 

Con los años Andrew habia buscado la manera de recuperar a Keilyn totalmente, y habia durado años, pero no solo eso, sino que habia buscado maneras de recuperar a su otra hija. Quizas eran otros tiempos, pero aquello siempre podria venir bien en algun que otro momento. A Keilyn la habia hecho olvidar un pequeño margen de tiempo y mucho mas que eso. Habia paralizado durante años al digimon de su interior dejandola hacer una vida normal. Por ello al subir a buscar la cura para Keilyn, bajo algo mas que escondio en uno de sus bolsillos.

Y así fue como en aquel tiron de pelo, apenas un tiron de pelo de un bebe para Z, con la otra mano cogida por los grilletes, le clavo una aguja con una sustancia especial para Z. Si un fuerte tiron ocupaba todos sus tentidos y apenas parecia un tiron de un bebe, una aguja apenas seria el roce del aire, o de hecho... ni siquiera lo sentiria. Tuvo tiempo de sobra para suministrarle la dosis ya que Z espero paciente a que Andrew dejara de hacer fuerza en el pelo. Solo era cuestion de tiempo para que el digimon y Z dejaran de estar unidos y dejaran de usar el poder mutuo. el digimon desapareceria poco a poco, dejando a Z como una humana cualquiera en años. Claro esta, que despues de lo sucedido con Keilyn, mejoraria la formula para deshacerse del digimon parasito.

Entonces un golpe le dejo casi fuera de combate, estampandole contra la pared y dejando que Z pudiera hacer lo que quisiera con el. DEjando que le pusiera los grilletes, ahora z estaba perdida, a no ser que todo quedase empate y andrew cambiara de idea, ella volveria a ser humana.
-Dudo mucho que ahora tengas una familia y si la tienes solo te quieren por el interes. Nadie en su sano juicio te querria. Y lo de suicidarte... dudo que lo intentases, por que nadie te intentaria salvar.
Dijo riendose de forma sadica, mostrando un parecido con Z increible.

Sonreí ampliamente al verle en el suelo, caído... tan débil e indefenso que un cachorrito. Por fin le tenía a mi merced, y nadie me iba a estorbar esta vez. Podía matarlo en cualquier momento, pero era infintamente más divertido verle sufrir poco a poco... No había palabras para explicar el sentimiento de victoria que se encontraba en mi interior.

- Al final puedes decir lo que quieras, el que tú no me quieras no significa que otros no lo hagan tampoco-solté una leve risa al tiempo que expulsaba el humo del tabaco, mientras me llevaba la otra mano al colgante-. Eres un estúpido al pensar que había cambiado siquiera un poco...

Cerré los ojos y me recosté contra el respaldo del sofa, relajándome. Mis dedos pasaron del collar al cuello, pues sentía un pequeño pinchacito en él a pesar de pensar que sería una tontería preocuparse. Sin embargo, de pronto toqué con la yema de un dedo una zona que estaba levemente más inflamada que el resto... y también había algo viscoso.

Un pinchazo atravesó mi mente de repente, así como el resto del cuerpo. Fue una especie de calambre que bajó por mi columna vertebral, de arriba a abajo, de la raiz del pelo hasta la punta de los pies. Mis ojos se abrieron de golpe, levemente alarmados. Miré a Andrew, pero él seguía desternillándose en el suelo como si nada...

- ¿Qué te pas... ?-otro pinchazo recorrió mi cuerpo, y seguido de él, un repentino agotamiento. Traté de levantarme, pero sin querer di un traspié, al escuchar la voz frenética de Aeirmon en mi interior.

<< ¡¡ZAYYN!! >>la voz del digimon mega sonaba desesperada y aterrada, como si hubiera algo que le horrorizara << ¡¡ZAYYYYyyyyynnn...!! >>volvió a chillar en mi mente, cada vez más y más alejada de mi conciencia...

- No...-mis ojos se abrieron, ojipláticos, clavándose en Andrew. Mi cuerpo comenzó a sudar en abundancia-. ¡¿QUÉ ME HAS HECHO?!

Sabía perfectamente qué pasaba. Nunca lo había experimentado, pero sabía qué ocurría en mi interior. Cada vez sentía más y más alejada la conciencia de Aeirmon, mis fuerzas mermaban... Mis ojos, mis oídos... empeoraban. Veía y escuchaba peor.

AEIRMON ESTABA MURIENDO EN MI INTERIOR.

- ¿QUÉ... ME HAS... HECHOOOO?-De dos zancadas me planté frente a Andrew, le agarré del cuello y lo elevé, costándome más esfuerzo que antes-. ¡¡PÁRALO!! ¡¡POR LO QUE MÁS QUIERAS, PARALOOOOOOOOOOO!!

Mis ojos le miraban con desesperación, desorbitados, moviéndose muy hiperactivos en sus cuencas. Un extraño brillo acuoso surgió en mis ojos... Hiperventilaba, y todo mi cuerpo temblaba con violencia... Entonces tosí... me tapé la boca con la mano, pensando que no sería nada relacionado con la pesadilla que estaba pasando. Pero no fue aire lo que expulsé, sino sangre.

- ¡¡PÁRALO!! ¡¡NO QUIERO SER HUMANAA!!-chillé, desesperada, mientras las lágrimas empezaban a derramarse-. ¡¡PÁRALO!!

A cada segundo que pasaba, sentía a Aeirmon agonizar aún más, se estaba muriendo, y con ella, una parte de mi ser... Había nacido con ella, había vivido toda mi existencia con ella... No concevía una vida sin su esencia dentro de mí. Era como si me arrancaban parte de mí. Con un nuevo pinchazo, un fuerte dolor recorrió mi cuerpo, obligándome a tomarme la cabeza con las manos, desesperadamente, tirándome de los pelos.

El grito que pegué a continuación, desgarró el silencio como una sierra. Posiblemente hasta Kali en el exterior lo habría oído fácilmente.

Para Andrew todo le mejoraba sin parar, al parecer mas rápido de lo esperado. Veía como z se desesperaba poco apoco. Primero empezó notando algo, luego le dolió mas y finalmente se dio cuenta. El siguió riéndose y vio como Z caía poco a poco en la desesperación y se daba cuenta de lo ocurrido.
- eso te pasa por todas las cosas horribles que hiciste. Nadie te ayudara ahora. Y seras humana de nuevo. No puedo pararlo y no pienso hacerlo. Tu digimon morirá sin remedio y todo por tu tozudez para vengartede mi y por hacer daño a keilyn.
Dijo feliz y cruzándose de brazos.
-puedo morir aquí por tu mano y ver una parte de ti perecer o puedo ser libre y olvidarme de todo, quizás volver a hacer experimentos contigo.
Dijo mofándose de ella y viendo como gritaba.
-el proceso no puede pararse,ya a empezado.

Tras dejar que el grito se desvaneciera en el aire, me convulsioné, y caí de rodillas al suelo, apoyando las manos en él también. Jadeé rápidamente, las lágrimas continuaban resbalando, cayendo sobre el suelo y empapándolo.

<< ...Yyyn... >>la voz de Aeirmon sonaba agonizante, me pedía ayuda, me pedía que hiciera algo para salvarla. Yo no quería que muriera, ella era la única que siempre había estado conmigo. Siempre. Llegaba a ser una parte de mí, era mi naturaleza digital... Solo de pensar que ella no estaría más conmigo me hacía desesperar...

- ¡NOOO! ¡¡Aeir, aguanta!! ¡No me dejeeees!

Mi cara estaba empapada por las lágrimas, el color rojo de la irritación contrastaba con el verde de los iris. Alcé la mirada deseperada, mirando a Andrew, cómo se mofaba de mí, cómo se reía de mi desgracia...

- ¡Siempre tienes que joderme la vida! ¡Hablas mucho pero poco sabes! ¿Todas las maldades que he hecho? ¡¡Tú eres igual que yo, eres mi padre!!-Alcé un puño, y golpeé con toda mi fuerza el suelo, agrietándolo con las fuerzas que aún quedaban en mí. Mis nudillos sangraron, pero no me importó-. No tenía interés en Keilyn, sólo quería vengarme de tí! ¡Vengar a Erin, porque tú con tu "tozudez" la mataste! ¡Me obligaste a matarla! ¡Fue su vida por la mía! Quizás hubiera podido soportarlo sin traumas si al menos hubiera tenido a un padre a mi lado... Pero pasaste de mí, me alejaste de tu vida como si no fuera nada...

Lo más lógico sería preguntar: "¿Por qué sabía eso?", y en realidad la respuesta era bastante simple. Mis recuerdos con respecto a ese tema volvían, podía sentir poco a poco la frustración que sentí de pequeña, el dolor intenso al ver que mi única familia no tenía interés en mí. Golpeé de nuevo el suelo, esta vez cerrando los ojos con dolor, las lágrimas seguían cayendo sin cesar.

- No... me estoy equivocando... No eres igual a mi. Eres peor, porque eres el monstruo original, tú me transformaste en lo que soy y ahora quieres acabar con lo mejor que has hecho. No puedo creer que vayas a hacerme esto... Eres el peor científico del mundo, vas a echar a perder todo por lo que Erin trabajó...-mis palabras eran apenas un susurro lastimero, no era reproches, sino lamentos por haber pérdido lo que me hacía ser única...

Alcé la mirada, una mirada llena de dolor. Chasqueé la lengua, y con pesadumbre, supe que me iba a arrepentir de lo que iba a hacer. Pero dadas las circunstancias, ya no me iba a servir de nada tenerle allí, porque yo no había ganado... Había perdido. Con un movimiento de muñeca y con esfuerzo, hice que el aire en torno a Andrew se tornara cortante, pero no pensaba utilizarlo contra él. Los grilletes que lo retenían acabaron hechos unos trozos de metal, dejándolo libre.

- ...-los cabellos me taparon el rostro, pero eso no hacía que las lágrimas dejaran de salir-. Has ganado, padre... Ahora márchate... Quizás así pueda suicidarme, como tu dices... Aunque no será muy dificil, mis fuerzas están agotándose...

Alli estaba Z, perdiendo parte de su ser mientras se volvia debil, mientras andrew tambien perdia algo, aunque su orgullo le impedia mostrar nada. Por eso reia, por eso no paraba de sonreir y mofarse. Por que su mejor invencion, la unica que le recordaba a Erin estaba desapareciendo. Reia sin parar mientras veia como Z se perdia en su dolor. Viendo como ella se hacia mas debil que antes.
-habla lo que quieras Z, pero siempre estaras un paso por detras de mi.
Pero entre todas aquellas palabras soltadas por Zayyn, llego a dar en aquello que mas dolia a andrew.Recordar siquiera a esa mujer... le hacia polvo.
-TÚ TÚ TÚ!!! Solo querias vengarte. Vengarte de algo que me arrepenti toda mi vida. Todo lo que no tenia que haber pasado. Todo tenia que haber salido genial, todo salia a pedir de boca pero algo salio mal, me arrepenti, me torture durante años, y cuando todo estaba calmado volvias tu para vengarte y recordarme todo otra vez. ¿que pasa con lo que quiero yo? Solo queria volver el tiempo atras y camiar todo. Evitar que tu te pelearas con Keilyn por celos, evitar tantas muertes... Esta claro que todo esto jamas ira a mejor. Solo podra ir a peor. Tu venganza no te hara feliz, ni a ti ni a mi. Por eso yo no me mate entonces, por eso eres como yo, por que aun tienes algo por lo que luchar. Yo por Keilyn, tu...quien sabe.  
Entonces Z corto los grilletes y lo dejo libre, lo que sorprendio a Andrew de verdad. Habia perdido Z, pero se rendia totalmente, esa parte sacada de Erin, cuando algo salia mal solian caer sin mas. Pero Andrew no huyo ni peleo, si no que se quedo mirando al suelo con lagrimas en los ojos. Z y el eran iguales, y todo les habia salido mal a los dos.Los dos eran despreciable sy para Keilyn aun peor.
-Es gracioso... ambos hemos fracasado para nosotros, y para Keilyn jajajajaja

Resoplé, sin ganas de pelearme. Realmente no tenía fuerzas para seguir luchando, lo único que podría ayudarme es una cura contra el veneno que Andrew me había inoculado, y que pronto mataría a Aeirmon, dejándome a mí como una simple humana.

- Puede que esté ahora un paso por detrás de tí... Pero seguiré intentando superarte... O eso diría en el caso de que no fuera a convertirme en una humana...

Suspiré, las lágrimas continuaban cayendo, casi parecían ser una fuente inagotable de dolor, pero yo tampoco trataba de detenerlas. Mi mirada estaba fijada en el suelo, observando las manchas de agua y sangre. Sin embargo, pude alzar de nuevo la vista, al ver como, de repente, Andrew explotaba y soltaba todas sus frustraciones de una... Entorné los ojos, sorprendida... ¿De verdad yo siempre le recordaba a Erin? ¿Cada vez que había intentado matarlo había surgido el recuerdo que tenía él de mi madre? Fruncí el ceño, algo molesta, y volví a mirar al suelo, para centrarme en pensar con claridad.

- La venganza... La venganza me hacía sentir que me prestaban atención. Cuando haces algo bueno, la gente olvida, pero haz algo malo y te recordarán, te prestarán atención... Tendrás todo el mundo bajo tus pies... Eso era lo que quería al intentar matarte... Que por una vez me prestases atención-murmuré-. Tú luchas por Keilyn... Ella es tu hija favorita, al fin y al cabo. Jamás harías lo mismo por mí... Yo en cambio lucho por proteger a lo que más quiero, la persona a la que amo... Esa persona fue herida hace poco tiempo y haré lo que sea para que no sufra nunca más...

Sonreí levemente, ocultando el rostro entre el pelo al estar agachada, pero no pude evitar soltar una risotada divertida cuando el muy idiota dijo algo de lo que yo no había caído hasta ese momento. Fracasado... Sí, es posible que hubiera fracasado. Ya no sería capaz de proteger a Kenshi con mis propias manos...

- Me parto y me mondo, viejo... Nunca me había sentido tan inútil como ahora... Ahora Keilyn será la que se meta conmigo... A fin de cuentas... pronto seré una humana, como tú... Y no quiero serlo...

Traté de levantarme, pero estaba cansada y débil, por lo que al incorporarme di un traspié que probablemente me llevara al suelo de nuevo.

Anrew escuchaba a Z, pero apenas le interesaba su opinion ya que el tenia razones para estar enfurecido y cabreado. Suelto y liberado miro como su hija se debilitaba poco a poco. Pero de todo lo dicho lo que mas le importo fue el hecho de que hablase de Keilyn como su hija preferida. No era exactamente asi, o porlo menos no en un principio. Pero las circunstancias y muchas otras cosas le hicieron cambiar de idea. De hecho Z, quien le recordaba a Erin era su hija preferida. Eso hasta que desaparecio de su vida a patadas por culpa de una niña rubia con un corazon demasiado bueno y tonto. Pero con el tiempo esa enana tonta se habia ganado un huequecito en el corazon de andrew. Por ello Andrew se sorprendio al escuchar que si huja Z pretendia vivir solo por proteger a alguien. 
-Muy bien Z...
Dijo sin mas viendo como ella parecia caerse y acabo por dar un traspies. Finalmente fue a caer, pero en el ultimo momento Andrew la cogio evitando que se cayera contra el suelo.
-cuidado...casi te caes.
Dijo por instinto y ayudandola a incorporrarse. 
-Me duele hacerte esto, mas de lo que te imaginas. Pero seguramente sera lo mejor, incluso para ti.

Cuando pensé que me iba a dar de bruces contra el suelo, algo detuvo mi caída. Un brazo me había sujetado, evitando que mi nariz quedase rota e incrustada en el suelo... El brazo de Andrew. Lo miré fijamente, por una vez no sentía odio, ni rencor, ni tampoco tenía ganas de matarlo. Por una vez... incluso me dio la sensación de percibir un sentimiento paterno en sus ojos que yo había heredado, y sentí un extraño calor en el pecho. Pero cuando me di cuenta de qué se trataba, desvié la mirada, azorada y apenada.

- No... No creo que lo sientas más que yo... Tú has vivido toda tu vida siendo un humano. Yo nací siendo bio, y acabas de arrancarme una parte de mi ser, una parte que me hacía ser única y especial...-cerré los ojos y me separé de él-. Si bien ya no tengo ganas de matarte... Jamás te perdonaré lo que las hecho hoy. Esto está muy por encima de tus desprecios de cuando yo era una cría.

Abrí los ojos y comencé a caminar dando tumbos hacia la salida. Abrí la puerta, topándome de frente con una Beelko sorprendida y temerosa, pero apenas le presté atención en ese instante. Volví a mirar a Andrew.

- Eres libre de irte, eres libre de hacer lo que quieras... Pero espero que Keilyn vea la clase de padre que tiene, y que se dé cuenta de que en realidad no eres tan distinto a mí...-di un suspiro-. Reconozco que no debí de haberme comportado así, no debí de haberte secuestrado, aunque solo fuera para no defraudar a Kei... Pero mis errores como hija, son tus fracasos como padre... Aunque siempre podemos llegar a un acuerdo...-dije seriamente, con el rostro inexpresivo, y con los ojos verdes mirándolo con seriedad.

Esperaba que al menos accediera a una especie de trueque. Andrew era listo, si yo incumplía mi parte del trato, él sabría perfectamente cómo hacérelo pagar...

- Aún no es demasiado tarde. Devuélveme mi esencia. Dame un antídoto para lo que me has inyectado, y no me volverás a ver. Y por supuesto, no me acercaré a Keilyn, no os haré más daño. Será como si nunca me hubiérais conocido. Un fantasma del pasado. Lo juro.

Andrew la miro mientras la sujetaba. ¿por que la habia sujetado? ¿por lastima o por algo mas? ahora veia su pelo rojo, similar al de Erin, se parecia tanto a ella, mientras que por otra parte era como el. 
-Nunca debimos haber investigado con digimons, igual que nunca debimos investigar con erin o contigo. Hay cosas que no deberian cambiarse nunca. Un humano deberia ser humano y ya. No un esperimento. Odiame lo que quieras, pero a mi modo de ver ya puedes considerarte libre.

Entonces abrio la puerta con unas pocas de sus fuerzas diciendole que podia marcharse cuando lo deseara. El por su parte penso en Keilyn, a ella le habia ofrecido el separarla del digimon, en cambio ella habia preferido ser una heroina que haber vuelto a ser normal. Aun no recordaba el pasado, pero habia sufrido por su parte digimon mas que Z y aun asi habia dicho que todo poder llevaba una gran responsabilidad. Cosa que el nunca llego a entender. Zayyn, por su parte habia insinuado que le diera un antidoto, algo con lo que pararlo. Pero Andrew, tenia demasiado claras sus ideas. Y temia que Z volviera a destruir edificion o matar a personas. Se acerco a la puerta y puso un brazo sobre el hombro de Z.

-Yo no puedo darte el antidoto, no sabiendo que nos dejaras en paz pero seguiras destruyendo cuando te venga en gana solo por diversión y por mucho que me pese no puedo hacer nada por evitar la catastrofe. Aun asi...muy a mi pesar Keilyn es quien debe decidir ya que no esta llena de odio, es noble y tiene un heroismo inhumano. Ella es quien, como la mas imparcial y neutral tiene que decidir que hacer contigo. Pase lo que pase ella sera la responsable y quien seguramente deba pararte los pies si elige curarte. Y quien lleve el peso si decide dejarte asi. Yo no se que se siente al compartir cuerpo con un digimon, no tengo ni idea, pero ella es quien mejor te entiende. A partir de ahora sera cosa suya, ella sabe donde esta el antidoto, corre antes de que sea tarde, tu o Beelko y lo que decid Keilyn os marcara a las dos.Yo volvere andando... necesito aire.
Dijo retirandose las lagrimas de la cara y tocando el poste de aquella casa, recordando viejos momentos que se habian esfumado por experimentos.

Mi ojos se entrecerraron peligrosamente al escuchar su respuesta. No iba a hacerle nada, pero a pesar de todo se seguía comportando como un idiota, y como si él fuera la víctima. Abrí la boca para decir algo, pero me costó unos segundos recobrar el habla, a expensas de que sonara algo ronca:

- Eso debiste haberlo pensado antes. Antes de transformarme en algo inhumano. Después de toda una vida siéndolo, ya no quiero dejar de ser biohybrido. Es mi naturaleza. Es lo que soy. Es mi esencia.

Le vi acercarse a mí, le vi pasar por la puerta, le vi detenerse junto a mí para mirarme con unos ojos similares a los míos: acuosos y verdes llenos de tristeza. No dije nada al respecto, solo quise saber su respuesta a mi trato... Pero parecía que no estaba dispuesto a coperar... no de manera personal.

- Keilyn...-pensé en ella, imaginándome la cara que pondría al enterarse de lo que había hecho. Porque si no se lo decía yo, se lo diría Andrew, estaba completamente segura. Y no sabía si ella, quien poseía el antídoto a mi reciente enfermedad, estaría dispuesta a ayudarme... Esperaba que se apiadara de mí, independientemente de todas las cosas horribles que había hecho-. Entiendo... Iré a verla...

Fui a darme media vuelta para regresar, pero lo miré por última vez, y titubeé. Era extraño como, en apenas una hora, mi relación con él había cambiado. Lo había odiado a muerte, lo había aborrecido y había tratado de matarlo, pero repentinamente ya no quería dañarlo, no después de lo que me había contado... Sonaba patético, sonaba muy piadoso, pero quizás ahí estaba la gracia... Empezar a convertirme en humana quizás me estuviera volviendo blanda.

De modo que, de una manera rápida y repentina, lo abracé, durante apenas un par de segundos. Podía ser un cabrón, un gilipollas y un humano, pero de él había heredado mi genio, y a pesar de eso, me había dicho el secreto de mi solución. Mi hermana era mi única esperanza.

- Gracias-carraspeé rápidamente, y después me di la vuelta de nuevo-. Esta será la última vez que nos veamos...

Haciendo acopio de mis fuerzas digitales, me transformé en Scathmon, con dificultad, pero lo hice. Sentí agonizar a Aeirmon, sentí su mismo dolor al evolucionar, pero traté de sobreponerme al sufrimiento, y con la espada mágica, cree un portal a la casa de mi hermana...

Traspasé la puerta interdimensional con torpeza, cayendo de rodillas sobre el suelo de la casa de Keilyn, y jadeando. Me estaba suponiendo un esfuerzo mucho mayor de lo que realmente me había esperado, pero tenía que resistir, tenía que hacerlo...

- Keilyn...-llamé. Mis ojos, que en esa evolución era de un violáceo casi blanco, brillaron débilmente, y examinaron toda la estancia en busca de mi hermana pequeña-. Kei...

Con un gemido, no pude resistirlo más. Caí al suelo, sin fuerzas suficientes para mantener por más tiempo la evolución, y por lo tanto regresando a mi forma humana. Jadeé, y traté de incorporarme, pero tosí de nuevo, echando otro pequeño grumo de gotas de sangre sobre el suelo.

Andrew se sorprendio con aquel abrazo, pero instintivamente pus una mano sobre el pelo de Z y la acaricio con ternura. Luego la separo y la miro seriamente.
-Ella debe saberlo y entonces ella decidira. Es mas justa que ninguno de nosotros.
Dijo dejando que Z de marchase a buscar a Kei, luego se quedo alli mirando todo a su alrededor y se sento en un lateral a llorar en slencio.

Keilyn habia desperatado pero apenas queria moverse mucho por si acaso pasaba algo malol de nuevo. Entonces Z aparecio de la nada con sangre y malherida. Dijo mi nombre y rapidamente fui en su ayuda.
-Sister...¿que te pasa?¿estas bien? ¿y Andrew? Me dormir y... no estabais ninguno.¿que te ha pasado?

Casi enseguida de decir su nombre, Keilyn estaba a mi lado, ayudándome a levantarme. Se lo agradecí dándola un abrazó rápido, pero después caminé hacia el sofá para sentarme y descansar. Cuando me hube acomodado, suspiré, y... bueno, no tuve valor para mirar a Keilyn a los ojos.

- Estoy enferma... Yo...-tragué saliva, y tras morderme el labio inferior, fijé mis verdes ojos en Keilyn-. Secuestré a Andrew, Keilyn-enmudecí unos segundos e inspiré hondo-. De nuevo he querido vengarme de él. Te vas a enfadar conmigo, lo sé, pero...-le tapé la boca con las manos- ...escúchame. Lo he dejado libre, hemos discutido, pero al final he decidido no volver a hacerle daño... Porque... porque...-mis ojos se pusieron llorosos de nuevo-. Porque mi parte digital está muriendo, Andrew me inyectó una especie de veneno...

Mire a Z perdida, y segun me contaba ttodo poco a poco empezaba a encajar en mi memoria, incluso lo que me habia contado Andrew de ella. Miles de pensamientos pasaron por mi cabeza, sobre todo aquel de que mi hermana solo me habia querido para volver a vengarse de Andrew. Fui a preguntarla pero me callo de golpe hablando sin parar, parecia desesperada y sin tiempo. La esuche y suspire¿que podia hacer? era mi hermana y... habia hecho daño a nuestro padre. Inclluso podia haberle matado. Pero no...estaba segura de que yo sabia la cura y eso se lo tenia que haber dicho Andrew de seguro y ella habia llegado en un portal agotada.
-Asi que... me dejo a mi la eleccion. Papa esta loco si cree que decidire mejor que el.
Mire a Z triste y suspire mirando a mi alrededor.
-Me has usado todo este tiempo, has intentado matar a Andrew, has engañado a todo el mundo solo por venganza y.... *señala el periodico* has destrozado otra estatua importante. Todo eso siendo digimon, pero parece que siendo humana... has decidido perdonar a papa.
Dije mirando a Z de manera dura, tragandome mis propias palabras y  notando su gran dolor.
-Aun asi me acabas de salvar la vida hace unas horas. Y...aun sigo creyendo que puedes cambiar. No me falles...¿vale?
Dije moviendome hacia un armario del salon y sacando un boli, dentro de este habia un tubo con un liquido rosa.
-Es eso... usalo bien y porfavor...no acabes siendo mala

Le destapé la boca a Keilyn una vez terminé de hablar. Observé su reacción ante mis palabras, pero sin duda me encontré con lo que había esperado: Estaba decepcionada y triste, me miraba como si le hubiera roto el corazón, algo que no se alejaba de la realidad, en verdad. La había engañado, me había acercado a ella solo para llegar hasta Andrew, y una vez que lo había conseguido, había atentado contra su confianza y la hab ía traicionado secuestrando a nuestro padre, el vínculo que nos conectaba a ambas. Bajé la mirada.

- Sí... Te he estado utilizando todo este tiempo, lo admito... Mi único objetivo desde el principio era llegar hasta Andrew...-volví a mirarla-. Siento haberlo hecho, debí suponer que tú le quieres, eres mi hermana... Antes no pensaba que nuestra consanguiniedad fuera algo importante, pero siempre te has preocupado por mí, a pesar de saber que era mala, y de que ansiaba la muerte de nuestro padre... Pero me arrepiento de haberte mentido, puede que algo de mi memoria esté regresando, recuerdo algunos momentos vagos que pasé contigo antes de esa pelea...-dije refiriendome al ataque de Zerker, allá en Chile.

Entonces ella habló, haciéndome ver que en realidad ella sí que sabía de mi ataque a la Estatua de la Libertad. La miré con más curiosidad, preguntándome por qué entonces no había previsto mis intenciones hacia Andrew.

- Así que lo sabes... Creo que ahora estoy en busca y captura mundialmente... ¿No vas a intentar entregarme?-pregunté retóricamente, viéndola levantarse y caminar hacia un mueble.

Abrió los cajones de dicho armario, sacando algo de su interior, un bolígrafo con una solución de color rosado. Mi atención se clavó en esa sustancia, mis ojos no se apartaron de dicho objeto.

- ¿Eso es... ?-traté de levantarme, con cuidado. Aún estaba cansada, y las fuerzas de Aeirmon estaban cada vez más reducidas... si no hacia algo, pronto el cambio sería irreparable-. Kei... Tú sabes lo que es tener un digimon en tu interior... No puedo vivir sin Aeirmon... Es como si me arrancaran dolorosamente una parte de mí... Por favor...-dije extendiendo una mano.