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Tacos [Mision]
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Tacos [Mision]
El mar esta tranquilo, los Dolphmon saltan, una leve brisa da un ambiente de relajación mientras el sol comienza a salir del horizonte para comenzar un nuevo día. Pero la tranquilidad se rompe por unos gritos, gritos que provienen de una isla selvática redonda, una isla de arenas blancas y una serva tan densa que no deja ver el interior de la isla. Si uno se acerca a la Isla, puede notar que los gritos son de varias personas, que dicen cosas que difícilmente pueden ser entendidas. La playa de esa isla esta llena de basura, como botellas en las que se puede leer “Tequila” y papeles cuyo contenido escrito se borro con el agua. El interior de la selva es un lugar muy húmedo y oscuro, las hojas y ramas cubren todo rayo solar, haciendo fácil la posibilidad de enredarse en una de los tantos arbustos espinosos y lianas.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Una zona tropical, destino paradisíaco para muchos en sus vacaciones. Un lugar altamente codiciado para pasar tu tiempo descansando y tomando el Sol en las blancas arenas con una composición más biológica que mineral, a causa de los arrecifes de coral. Aunque eso, claro está, si te gusta recibir los rayos solares en su plenitud. Cosa que siendo albino es más un castigo que una bendición.
Julchen iba ataviada con extraños ropajes más propios del siglo XVII con los que casi podía sentirse como uno de los protagonistas de Piratas del Caribe. Pero adornados con unas oscuras gafas de Sol con unos gruesos cristales negros para evitar que el Sol dañara sus delicados ojos. Además de que todos los milímetros de su piel estaban cubiertos por crema solar de alta protección.
Suspiró, hastiada, la primera vez que iba a ese lugar y tenía que llegar a su infierno personal. El único lugar donde podría estar tranquila era entre la densa vegetación de la selva, pero era peligroso entrar sin comprobar que se tenía un equipo adecuado.
- Si quieres podemos descansar en alguna sombra hasta que se haga de noche.- ofreció su pequeña compañera digital, un Salamon.
- ¡Ni de broma! Si la magnifica yo no pudiera soportar unos malditos rayos de Sol, dejaría de ser tan increíble.- había que decir que el ego de la muchacha casi tenía cuerpo propio de lo grande que era.
Salamon simplemente puso los ojos en blanco, acostumbrada a esas acciones de la albina. En el fondo no era una mala persona, pero había que tener mucha paciencia para verlo, puesto que sino parecía prepotente y narcisista a más no poder.
Las botas blancas de la humana pisaron con fuerza una botella partiéndola en varios pedazos grandes. Eso también restaba mucho al lugar, todo estaba lleno de basura. Como si se hubiera montado una macrofiesta en el lugar y se hubiese dejado todo abandonado para que lo recogiera otra persona. Pero antes de que pudiera comentar nada, un grito resonó en el lugar, rompiendo la calma. El desgarrador sonido provenía de la selva.
Los ojos rojizos de la muchacha brillaron anticipando una aventura. Por fin algo divertido que hacer y a la sombra. Aunque fuese dentro de una zona densamente poblada por árboles.
- Parece que ya hay algo entretenido que hacer.- dijo con una enorme sonrisa antes de internarse en la oscura y húmeda atmósfera. Quitándose las gafas de Sol puesto que ahí dentro solo la servían de estorbo.
- ¿Por qué a mí?- lloriqueó levemente Salamon antes de poner sus pequeñas patitas en marcha y seguir a su compañera entre la maleza, buscando el lugar de los gritos.
Julchen iba ataviada con extraños ropajes más propios del siglo XVII con los que casi podía sentirse como uno de los protagonistas de Piratas del Caribe. Pero adornados con unas oscuras gafas de Sol con unos gruesos cristales negros para evitar que el Sol dañara sus delicados ojos. Además de que todos los milímetros de su piel estaban cubiertos por crema solar de alta protección.
Suspiró, hastiada, la primera vez que iba a ese lugar y tenía que llegar a su infierno personal. El único lugar donde podría estar tranquila era entre la densa vegetación de la selva, pero era peligroso entrar sin comprobar que se tenía un equipo adecuado.
- Si quieres podemos descansar en alguna sombra hasta que se haga de noche.- ofreció su pequeña compañera digital, un Salamon.
- ¡Ni de broma! Si la magnifica yo no pudiera soportar unos malditos rayos de Sol, dejaría de ser tan increíble.- había que decir que el ego de la muchacha casi tenía cuerpo propio de lo grande que era.
Salamon simplemente puso los ojos en blanco, acostumbrada a esas acciones de la albina. En el fondo no era una mala persona, pero había que tener mucha paciencia para verlo, puesto que sino parecía prepotente y narcisista a más no poder.
Las botas blancas de la humana pisaron con fuerza una botella partiéndola en varios pedazos grandes. Eso también restaba mucho al lugar, todo estaba lleno de basura. Como si se hubiera montado una macrofiesta en el lugar y se hubiese dejado todo abandonado para que lo recogiera otra persona. Pero antes de que pudiera comentar nada, un grito resonó en el lugar, rompiendo la calma. El desgarrador sonido provenía de la selva.
Los ojos rojizos de la muchacha brillaron anticipando una aventura. Por fin algo divertido que hacer y a la sombra. Aunque fuese dentro de una zona densamente poblada por árboles.
- Parece que ya hay algo entretenido que hacer.- dijo con una enorme sonrisa antes de internarse en la oscura y húmeda atmósfera. Quitándose las gafas de Sol puesto que ahí dentro solo la servían de estorbo.
- ¿Por qué a mí?- lloriqueó levemente Salamon antes de poner sus pequeñas patitas en marcha y seguir a su compañera entre la maleza, buscando el lugar de los gritos.
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
La humana y su Digimon se adentran en la densa jungla, alejándose asi de la playa sucia de arenas blancas. Apenas entran en este territorio, es como si hubiese anochecido de un segundo a otro, los tupidos árboles no dejan pasar ni el mas minimo rayo solar y el fresco aire salino del mar es reemplazado por el olor a la humedad y moho. El camino atravez de la jungla es oscuro e incierto, el piso esta plagado de raíces y lianas, pudiendo caer fácilmente a un húmedo charco rodeado de hongos. La mayoría de los arbustos son espinosos y es casi imposible no poder cortarse con uno. Todo fruto que crece en esta jungla es pequeño y muy dulce pero quien ose comer aunque sea una de las bayas que ploriferan en los arbustos o árboles, será castigado con diarrea y mejor no mencionar a los toxico hongos. Sin embargo, mientras mas se avanza por aquel camino, mas nítido es el sonido de los gritos los que aun son incomprensibles y que también parecen estar acompañados por otros ruidos, como el de platos rotos o el chasquido de la madera al ser quemada, ese sonido en particular auque tenga muchos “parece” también es difícil saber su procedencia sin antes ver que o quien lo produce.
Los húmedos y limosos árboles son casi imposible de escalar y aunque se pudiera solamente se podría ver la copa de los arboles alrededor de la isla redonda. Es imposible sentirse solo en la jungla, no solo por el hecho de la compañía que se hacen la humana y su Digimon, si no que también por el hecho de que uno se siente observado y la paranoia crece al oir el sonar de las ojas de los árboles, como si un misterioso visitante estuviese siempre observando y vigilante.
Precausión se debe tener al caminar, por que la isla tiene una epresión que comienza casi al centro de ella, si no se camina con cuidado uno puede caer unos metros y aterrizar en algún tipo de vegetación o funji poco deseado, pero si uno cae bien vale la pena por que asi la salida de la selva por fin es observable, en la forma de rayos de luz que se cuelan entre los troncos de los árboles que hay mas adelante y junto a la luz, los gritos se pueden escuchar mejor, es difícil saber si son gritos de miedo o dolor, pero si son muchos y provenientes de muchos seres. El otro sonido que acompaña a los gritos aun es incierto aunque al mismo tiempo familiar, como el sonido de una sonaja o el sonido característico de las vivoras de cascabel.
Los húmedos y limosos árboles son casi imposible de escalar y aunque se pudiera solamente se podría ver la copa de los arboles alrededor de la isla redonda. Es imposible sentirse solo en la jungla, no solo por el hecho de la compañía que se hacen la humana y su Digimon, si no que también por el hecho de que uno se siente observado y la paranoia crece al oir el sonar de las ojas de los árboles, como si un misterioso visitante estuviese siempre observando y vigilante.
Precausión se debe tener al caminar, por que la isla tiene una epresión que comienza casi al centro de ella, si no se camina con cuidado uno puede caer unos metros y aterrizar en algún tipo de vegetación o funji poco deseado, pero si uno cae bien vale la pena por que asi la salida de la selva por fin es observable, en la forma de rayos de luz que se cuelan entre los troncos de los árboles que hay mas adelante y junto a la luz, los gritos se pueden escuchar mejor, es difícil saber si son gritos de miedo o dolor, pero si son muchos y provenientes de muchos seres. El otro sonido que acompaña a los gritos aun es incierto aunque al mismo tiempo familiar, como el sonido de una sonaja o el sonido característico de las vivoras de cascabel.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
La sonrisa de la mujer de cabellos blancos se amplió, a fin de cuentas por fin podía ver sin que sintiera finas agujas clavándose en sus ojos. Observó con atención todo lo que podía, porque aunque ella pudiese ver de una manera medianamente decente en la oscuridad, las tupidas plantas reducían la visión global. Pero dejó de mirar a su alrededor para centrarse en el suelo, porque a punto había estado de caerse al engancharse con una raíz. Esa selva parecía ser una trampa continua, ya fuese por dificultar el paso o simplemente por las espinas de la mayoría de las plantas.
Lo bueno, es que con las botas de cuero blanco hasta la rodilla y la casaca estaba protegida en bastante medida, aunque su pequeña compañera se encontraba con dificultades cada dos pasos que daba, puesto que sus pequeñas patitas se enganchaban, o acababa empapada al caer en los charcos. Y si tenía la mala suerte de acercarse mucho a la vegetación, acababa con arañazos.
- Jul, ¿por qué no damos media vuelta?- preguntó después del último baño en un sucio charco, acompañado con la banda sonora de los gritos.- Volvemos a casa y nos olvidamos del asunto.
- Ni hablar, quiero saber qué es eso. Además un poco de aventura nunca viene mal. ¿O prefieres hacerte la manicura y ponerte rulos?- comentó de manera mordaz, odiaba dichas acciones. No era demasiado femenina, todo por haber sido criada entre más hombres que mujeres.
- Está bien, pero si te mueres no me hago responsable. Y si salimos de esta, te toca bañarme.
- ... Entonces espero morir....- Añadió una risotada nada discreta al final.
Siguieron caminando intentando dirigirse hacia el sonido de los gritos. Pero a cada segundo la pequeña Salamon se encontraba más y más incómoda, se siente observada por algo que no sabe qué es. Pero la humana está en su salsa, siendo egocéntrica cree que todo el mundo ha de mirarla y por qué no, adorarla. Así que esos "ojos" no son más que un aumento en la amplitud de su prepotente sonrisa.
No supieron durante cuánto más estuvieron andando, quizás horas o solo unos minutos. Pero el no poder ver el movimiento del Sol las tenía despistadas y algo desorientadas. Aunque no creían estar dando vueltas en círculos, dado que el sonido de los gritos era más claro y diáfano que antes.
La albina observó una especie de depresión, deteniéndose en el borde de esta. Era peligroso ir por allí, no se sabía a donde iba a llegar. Trato de dar media vuelta para alejarse, pero no pudo, puesto que una liana había rozado a su compañera, y esta, asustada había saltado a su rostro. Placando a la humana y desestabilizándola, provocando que cayera a no sabe donde.
Con los ojos cerrados las dos solo notaron que el sonido aumentaba de volumen, unido a otro sonido. Un sonido que podía ser algo bueno o malo, puesto que podía pertenecer a un objeto inanimado o a...
- ¡Serpientes!- gritó, asustada, sin haber comprobado antes que lo fuesen realmente.
La albina abrió los ojos tras frotarse un poco la parte con la que había aterrizado de manera bastante dolorosa. De nuevo el Sol se colaba entre los troncos de los árboles. Puso una mano en la boca de Salamon, que acabo llena de babas, y se acercó al linde de los árboles para observar qué era lo que provocaba todo esos ruidos.
Lo bueno, es que con las botas de cuero blanco hasta la rodilla y la casaca estaba protegida en bastante medida, aunque su pequeña compañera se encontraba con dificultades cada dos pasos que daba, puesto que sus pequeñas patitas se enganchaban, o acababa empapada al caer en los charcos. Y si tenía la mala suerte de acercarse mucho a la vegetación, acababa con arañazos.
- Jul, ¿por qué no damos media vuelta?- preguntó después del último baño en un sucio charco, acompañado con la banda sonora de los gritos.- Volvemos a casa y nos olvidamos del asunto.
- Ni hablar, quiero saber qué es eso. Además un poco de aventura nunca viene mal. ¿O prefieres hacerte la manicura y ponerte rulos?- comentó de manera mordaz, odiaba dichas acciones. No era demasiado femenina, todo por haber sido criada entre más hombres que mujeres.
- Está bien, pero si te mueres no me hago responsable. Y si salimos de esta, te toca bañarme.
- ... Entonces espero morir....- Añadió una risotada nada discreta al final.
Siguieron caminando intentando dirigirse hacia el sonido de los gritos. Pero a cada segundo la pequeña Salamon se encontraba más y más incómoda, se siente observada por algo que no sabe qué es. Pero la humana está en su salsa, siendo egocéntrica cree que todo el mundo ha de mirarla y por qué no, adorarla. Así que esos "ojos" no son más que un aumento en la amplitud de su prepotente sonrisa.
No supieron durante cuánto más estuvieron andando, quizás horas o solo unos minutos. Pero el no poder ver el movimiento del Sol las tenía despistadas y algo desorientadas. Aunque no creían estar dando vueltas en círculos, dado que el sonido de los gritos era más claro y diáfano que antes.
La albina observó una especie de depresión, deteniéndose en el borde de esta. Era peligroso ir por allí, no se sabía a donde iba a llegar. Trato de dar media vuelta para alejarse, pero no pudo, puesto que una liana había rozado a su compañera, y esta, asustada había saltado a su rostro. Placando a la humana y desestabilizándola, provocando que cayera a no sabe donde.
Con los ojos cerrados las dos solo notaron que el sonido aumentaba de volumen, unido a otro sonido. Un sonido que podía ser algo bueno o malo, puesto que podía pertenecer a un objeto inanimado o a...
- ¡Serpientes!- gritó, asustada, sin haber comprobado antes que lo fuesen realmente.
La albina abrió los ojos tras frotarse un poco la parte con la que había aterrizado de manera bastante dolorosa. De nuevo el Sol se colaba entre los troncos de los árboles. Puso una mano en la boca de Salamon, que acabo llena de babas, y se acercó al linde de los árboles para observar qué era lo que provocaba todo esos ruidos.
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
Al dejar el oscuro bosque para acceder al claro exterior uno se encandila por la diferencia de iluminación por unos instantes y luego es testigo de la fuente de todos los sonidos y del misterio que proviene de un pueblo, un pueblo ubicado en la depresión en el centro de la isla haciendo que este este bajo el nivel del mar, como ocurre con los Países Bajos. Hay aproximadamente cuarenta edificios, todos hechos con barro, madera y unas pocas rocas; todas las casas aunque rusticas, se ven acojedoras y firmes. Todos los edificios están pintados con colores vivos y algunas hasta tienen pinturas, dibujas y hasta caricaturas pintadas en las paredes. El piso en este claro es de césped verde y floreado donde a lo lejos también pueden apreciarse unos campos donde se esta cultivando algo que no se puede identificar a simple vista. Todo el pueblo esta decorado con flores y piñatas con formas extrañas, además de enormes letreros que dicen “Fiesta”. Y por fin el causante de los gritos y sonidos son los habitantes del pueblo, todos son Digimon que aparrentan ser un cactus con cara, un sombrero de mariachi y vistiendo un poncho de que reciben su nombre, Ponchomon, los que prácticamente no están gritando o al menos sus gritos no son de miedo o dolor si no de celebración y algunos incluso estaban cantando con tanta desafinación que los versos mal hechos se transforman en gritos agonizantes y por ultimo el sonido similar al cascabel de una serpiente, es en realidad unas maracas, instrumento que varios Ponchomon tocan acompañando los gritos. Alrededor de todo el pueblo hay mesas llenas de botellas de tequila y algunas tienen bandejas enormes con una montaña de tacos sobre ella, alimento que despide un delisioso aroma que recorre todo el lugar. -¡Humana!- Dice uno de los Ponchomon mientras le apunta con el dedo tras haber presenciado su llegada. -¡Heeeeeee!- Dicen alegremente otro grupo de los Digimon mariachis en respuesta del primer Ponchomon, al parecer nada es mas importante que esa fiesta.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Un pueblo se abrió ante los peculiares ojos rojos de la albina. No estaban matando a nadie, ni siquiera parecía que hubiese algún herido. Todos esos gritos y sonidos que podían pertenecer a bestias peligrosas pertenecían a instrumentos musicales y a voces horriblemente desafinadas. Pero al menos era algo normal en las celebraciones.
Julchen frunció el gesto debido a que quería mostrar su descontento con eso de que no hubiera un monstruo al que matar o similares. Aunque muy, muy al fondo de su "magnifica" persona se encontraba aliviada de que no fuese así. Su compañera aún no era muy fuerte y ella como humana no contaba con habilidades especiales.
- ¡Genial! ¡Fiesta! ¡Fiesta!- la pequeña estaba satisfecha de que fuese eso y no nada malo, además de que le gustaban las celebraciones.
La albina se puso las gafas de Sol de nuevo y comenzó a avanzar hacia el pueblo, cuando escuchó a algunos de esos digimons. Parecía que no les importaba la presencia de una persona externa, daba la sensación de que solo querían festejar sin que nada les interrumpiera. Cosa que le encantaba a la humana. Le encantaba ser libre un rato y no pensar en las consecuencias de sus actos.
- Busquemos a ver si hay algo entretenido que hacer.- traducción: ir a conseguir bebidas alcoholicas y beber hasta perder el sentido.
-¡Síiiii! ¡Fiesta!
Salamon se retorció en los brazos de su compañera hasta saltar al suelo y corretear hacia el centro del pueblo. Lugar en el que generalmente había más cosas.
Julchen la siguió andando a paso normal, aunque sin apartar la mirada de la cachorra. No fuese a que le hicieran daño, tanto accidental como premeditado.
Julchen frunció el gesto debido a que quería mostrar su descontento con eso de que no hubiera un monstruo al que matar o similares. Aunque muy, muy al fondo de su "magnifica" persona se encontraba aliviada de que no fuese así. Su compañera aún no era muy fuerte y ella como humana no contaba con habilidades especiales.
- ¡Genial! ¡Fiesta! ¡Fiesta!- la pequeña estaba satisfecha de que fuese eso y no nada malo, además de que le gustaban las celebraciones.
La albina se puso las gafas de Sol de nuevo y comenzó a avanzar hacia el pueblo, cuando escuchó a algunos de esos digimons. Parecía que no les importaba la presencia de una persona externa, daba la sensación de que solo querían festejar sin que nada les interrumpiera. Cosa que le encantaba a la humana. Le encantaba ser libre un rato y no pensar en las consecuencias de sus actos.
- Busquemos a ver si hay algo entretenido que hacer.- traducción: ir a conseguir bebidas alcoholicas y beber hasta perder el sentido.
-¡Síiiii! ¡Fiesta!
Salamon se retorció en los brazos de su compañera hasta saltar al suelo y corretear hacia el centro del pueblo. Lugar en el que generalmente había más cosas.
Julchen la siguió andando a paso normal, aunque sin apartar la mirada de la cachorra. No fuese a que le hicieran daño, tanto accidental como premeditado.
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Re: Tacos [Mision]
La chica y su Digimon es bien recibida, inmediatamente los Ponchomon le ponen collares hechos con flores, además de entragarles tequila y tacos, muchos tacos, incluso un Ponchomon le dio una bandeja completa de tacos a la chica y a su Digimon. Pero la celebración se ve interrumpida abruptamente cuando se escucha un estruendo, platos se rompen en el suelo y las bandejas de metal resuenan, los sonidos provienen de una casa, de la que salen dos Ponchomon los que están peleando a puños, a su alrededor se juntan los demás Ponchomon quienes comienzan a gritar y a discutir. Después de un tiempo, ya se puede ver como todos los Ponchomon ahora están empujándose y golpeándose. Tanto es el desastre que las mesas con comidas y bebidas encima son volteadas y mucha de la decoración se rompe, pero en el entretanto de la pelea, dentro de la casa donde toda la batalla comenzó, puede verse humo saliendo por las ventanas para luego ver fuego, cosa que alarma a los Digimon cactus quienes dejan de pelear para unirse a apagar el fuego con todo lo que tienen a mano, incluso un Ponchomon usa tequila para intentar apagar el fuego, lo que avivo las llamas un poco. Tras apagado el fuego, puede verse la tristeza en la cara de los Ponchomon, mientras todos flotan lejos para entrar a sus propias viviendas. -Toada la isla se hundirá por sus tonterías- Logra escucharse claramente, una voz proveniente de alguno de los Digimon pero no se puede saber con certeza de quien. Muchos Digimon entran a sus casas mientras que otros se quedan a limpiar y a reunir lo que queda de comida.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Los gestos de una buena recepción, hicieron que la albina mostrara una enorme y ancha sonrisa, puesto que en su mente lo más normal y que todos deberían hacer era recibirla de buena manera como si fuese alguien importante. Cosas que tienen el narcisismo y el egocentrismo, vives en un mundo idealizado con tu figura siendo el centro del universo.
Su sonrisa se ensanchó más cuando aparecieron las botellas de tequila y los tacos, con uno en la boca, una botella en la mano y un montón de los tacos en el otro brazo continuó avanzando, intentando seguir a su pequeña compañera.
Salamon estaba pasándolo algo mal, porque tenía que corretear para que no la pisaran. Además de que tenía que tratar de no enredarse con el collar de flores, que obviamente la quedaba grande. Pero peor lo paso cuando los Ponchomon se pusieron a pelearse entre ellos, teniendo que huir hacia su dueña. La cual se había dedicado a beber al grito de:
- ¡¡¡Ibiza!!!
Porque, en su alemana mente, esa isla era similar a la isla preferente de vacaciones alemana. A fin de cuentas había playa, bebida, comida y sobre todo fiesta. Así pues, Julchen estaba dedicándose a beber como si no tuviese fondo. Por lo tanto, cuando Salamon consiguió llegar a ella con un par de pisotones en las patitas, la humana ya se encontraba algo achispada.
Pero tan rápido como empezó la pelea, esta termino y al parecer, también la fiesta. Los dos se quedaron confusas, aunque a Julchen no le importó, mientras que hubiese aún botellas de tequila para beber. Pero Salamon no iba a dejar las cosas así y menos sin saber por qué se iba a hundir la isla.
- Esto... ¿Por qué se va a hundir la isla?- preguntó a los pocos que quedasen en el exterior, esperando que alguno contestara.
Su sonrisa se ensanchó más cuando aparecieron las botellas de tequila y los tacos, con uno en la boca, una botella en la mano y un montón de los tacos en el otro brazo continuó avanzando, intentando seguir a su pequeña compañera.
Salamon estaba pasándolo algo mal, porque tenía que corretear para que no la pisaran. Además de que tenía que tratar de no enredarse con el collar de flores, que obviamente la quedaba grande. Pero peor lo paso cuando los Ponchomon se pusieron a pelearse entre ellos, teniendo que huir hacia su dueña. La cual se había dedicado a beber al grito de:
- ¡¡¡Ibiza!!!
Porque, en su alemana mente, esa isla era similar a la isla preferente de vacaciones alemana. A fin de cuentas había playa, bebida, comida y sobre todo fiesta. Así pues, Julchen estaba dedicándose a beber como si no tuviese fondo. Por lo tanto, cuando Salamon consiguió llegar a ella con un par de pisotones en las patitas, la humana ya se encontraba algo achispada.
Pero tan rápido como empezó la pelea, esta termino y al parecer, también la fiesta. Los dos se quedaron confusas, aunque a Julchen no le importó, mientras que hubiese aún botellas de tequila para beber. Pero Salamon no iba a dejar las cosas así y menos sin saber por qué se iba a hundir la isla.
- Esto... ¿Por qué se va a hundir la isla?- preguntó a los pocos que quedasen en el exterior, esperando que alguno contestara.
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Re: Tacos [Mision]
Humana y Digimon separan sus caminos, Julchen se queda a celebrar una festividad que ya acabo y Salamon va en busca de respuestas. Mientras la chica sigue bebiendo y comiendo, un extraño Ponchomon se acerca a ella, este Ponchomon paecia ser un cactus marchito y algo rigido, pero bajo la mirada alcoholizada de la humana este luce bastante bien. -Hola linda chica… estoy cien porciento seguro de que usted quiere bebidas mas fuertes ¿no? Y comida mas contundente ¿no?... acompáñeme- El extraño Ponchomon entonces se voltea y entra a una de las casas, esperando que la humana le acompañe. El interior de la casa luce normal al interior de cualquier otra casa, quizás los muebles sean mas rusticos y la decoración mas pobre, pero lo importante es una mesa ya que sobre ella hay una gran cantidad de bebidas alcoholicas como lo es el ron, la cerveza, el wiskey, entre otros; Además de que hay platos enormes llenos de carne, salchichas, fiambres de varios tipos y también postres y demás platos típicos de Alemania, el olor proveniente de esas comidas es indescriptible, auqnue es un olor que solo Julchen puede sentir.
Mientras tanto, un Ponchomon se acerca a la pequeña Salamon y le dice: -¿Por qué? Pues, esta es Digimon ¡vato!, que quiere hundir la isla buey, pero con los tacos el vato se tranquiliza, necesitamos hacer esta fiesta ¡pero uno se nosotros nos esta sabotenado buey!- Dice el Ponchomon bastante nervioso antes de irse para seguir limpiando. En cuanto este Ponchomon se aleja, otro se aproxima al cachorro digital y le dice: -Pequeño escuincle, el jefazo me dice que le diga que valla al auyuntamiento, esta por alla- Dice el Ponchomon mientras apunta a una de las casa, la que no se ve muy diferentes de las otras salvo que esta tiene por techo un enorme sombrero mariachi.
Mientras tanto, un Ponchomon se acerca a la pequeña Salamon y le dice: -¿Por qué? Pues, esta es Digimon ¡vato!, que quiere hundir la isla buey, pero con los tacos el vato se tranquiliza, necesitamos hacer esta fiesta ¡pero uno se nosotros nos esta sabotenado buey!- Dice el Ponchomon bastante nervioso antes de irse para seguir limpiando. En cuanto este Ponchomon se aleja, otro se aproxima al cachorro digital y le dice: -Pequeño escuincle, el jefazo me dice que le diga que valla al auyuntamiento, esta por alla- Dice el Ponchomon mientras apunta a una de las casa, la que no se ve muy diferentes de las otras salvo que esta tiene por techo un enorme sombrero mariachi.
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Re: Tacos [Mision]
La fiesta en la mente de la alemana, autodenominada prusiana, continuaba. Y continuaría hasta que se acabara el alcohol. Aunque era una pena que no tuviesen cerveza alemana, o de cualquier otro tipo, y tuviera que conformarse con el tequila. Pero bueno, que se le iba a hacer, no siempre se podía tener la bebida que uno quería y gratis.
- ¡Eeeeeey!- saludo al Ponchomon cuando este se acerco.- No soy linda, arschloch, ¡soy perfecta y maravillosa!- le entró la risa tonta tras decir eso.- Y claro que quiero, ¿a quién se le ocurre preguntar eso? Pero espero que también haya música o sino que aburrimiento de fiesta.
Cuando estaba borracha, había que decir que le entraba diarrea verbal y no se callaba ni aunque estuviese dándole un trago a la botella, lo que acababa en atragantamiento la mayoría de las veces. Por lo que todo el camino hasta la casa del misterioso ponchomon fue haciendo un monólogo.
Al entrar en la casa miró las bebidas poniendo gesto de disgusto, nada de cerveza alemana. Pero al menos la comida mejoraba algo, que ya era alemana, pero seguro que no tenía nada que ver con la de verdad, por mucho que oliese tan bien.
- ¿Y la música, cactus? ¡He dicho que sin música aquí no me quedaba! ¿Y por qué tienes tu aquí tantas cosas? No hay que robar en las fiestas, no está bieeeeen. Todos tienen derecho a no saber cómo se llaman ni dónde viven. ¿Dónde está la gracia si no están todos como cubas? Aaaaaah, claro, que serás uno de esos raritos que les gusta beber en soledad porque les entran las depresiones después y cuentan su vida a todas las personas que hay. Claaaara, no se me había ocurrido. Y bueno, sabes...- hizo una pausa con cara de concentración- ¿Y la música? Mira que me largo...
Enhorabuena si el Ponchomon conseguía aguantar escucharla continuamente. Porque había entrado en fase bucle, iba a decir las mismas palabras una y otra y otra y otra vez.
Por su lado Salamon miró extrañado al Ponchomon. Entre que usaba varios términos que ella no entendía, no sabía por qué alguien querría sabotear a los demás para que se hundiera la isla.
- ¿Por qué alguien querría que se hundiera la isla?- preguntó ya al aire, porque el digimon se había marchado.- Entendido, ahora mismo voy
La pequeña trotó dirección a la casa del alcalde, y entró por la puerta si estaba abierta, y sino llamó con una de sus patitas.
Off: Le cambio el color de hablar a Salamon.
- ¡Eeeeeey!- saludo al Ponchomon cuando este se acerco.- No soy linda, arschloch, ¡soy perfecta y maravillosa!- le entró la risa tonta tras decir eso.- Y claro que quiero, ¿a quién se le ocurre preguntar eso? Pero espero que también haya música o sino que aburrimiento de fiesta.
Cuando estaba borracha, había que decir que le entraba diarrea verbal y no se callaba ni aunque estuviese dándole un trago a la botella, lo que acababa en atragantamiento la mayoría de las veces. Por lo que todo el camino hasta la casa del misterioso ponchomon fue haciendo un monólogo.
Al entrar en la casa miró las bebidas poniendo gesto de disgusto, nada de cerveza alemana. Pero al menos la comida mejoraba algo, que ya era alemana, pero seguro que no tenía nada que ver con la de verdad, por mucho que oliese tan bien.
- ¿Y la música, cactus? ¡He dicho que sin música aquí no me quedaba! ¿Y por qué tienes tu aquí tantas cosas? No hay que robar en las fiestas, no está bieeeeen. Todos tienen derecho a no saber cómo se llaman ni dónde viven. ¿Dónde está la gracia si no están todos como cubas? Aaaaaah, claro, que serás uno de esos raritos que les gusta beber en soledad porque les entran las depresiones después y cuentan su vida a todas las personas que hay. Claaaara, no se me había ocurrido. Y bueno, sabes...- hizo una pausa con cara de concentración- ¿Y la música? Mira que me largo...
Enhorabuena si el Ponchomon conseguía aguantar escucharla continuamente. Porque había entrado en fase bucle, iba a decir las mismas palabras una y otra y otra y otra vez.
Por su lado Salamon miró extrañado al Ponchomon. Entre que usaba varios términos que ella no entendía, no sabía por qué alguien querría sabotear a los demás para que se hundiera la isla.
- ¿Por qué alguien querría que se hundiera la isla?- preguntó ya al aire, porque el digimon se había marchado.- Entendido, ahora mismo voy
La pequeña trotó dirección a la casa del alcalde, y entró por la puerta si estaba abierta, y sino llamó con una de sus patitas.
Off: Le cambio el color de hablar a Salamon.
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
El Ponchomon se queda inmóvil escuchando a la humana alcoholizada, sin entender ni una palabra de la maraña de zandeses que acaba de decir. Mientras el Ponchomon escuchaba, pareciese que su cabeza comienza a reducirse como si callera bajo su propio peso y ya cuando la chica acaba su discurso, este supuesto Ponchomon habla: -Música, ¿no? Por supuesto… por que no escuchas esto… Síndrome de Pesadilla- Dice el Ponchomon al mismo tiempo que para los ojos de la chica este desaparece, al igual que la comida y la casa, mientras que a lo lejos comienza a escucharse una melodía que cada vez se hace mas fuerte hasta ser identificable y nítida, la canción es el antiguo himno de la unión soviética, cantada en ruso. La humana puede estar creyendo que sus alucinaciones son causadas por el alcohol o quizás no, si es eso ultimo ella acertaría ya que son provocadas por un Digimon, la verdadera identidad del Digimon bajo ese disfraz de Ponchomon, el que ahora no se encuentra en ninguna parte. El sueño de Julchen continua, ahora el cielo se vuelve gris al igual que el suelo y a lo lejos se puede ver como se alza una edificación, La Ctedral de San Basilio, icono de Rusia y la plaza roja, lugar exacto en el que la chica se encuentra. La ilusión continua, ahora Julchen ve como su cuerpo reduce su tamaño para volverse el de una niña. El verdadero lugar físico donde Julchen esta alucinando es dentro de la jungla, lugar donde difidifícilmenteda ser encontrada o divisada.
Mientras tanto, Salamon toca a la puerta de la alcaldía y mientras ella esta en eso, las puertas se abren de golpe y un Ponchomon quien abrió estas puertas, toma al cachorro digital y lo sienta en una silla frente a un escritorio y del otro lado de este hay un Ponchomon con bigote, cosa que los diferencia de los demás de su especie en la isla. La “oficina” del alcalde Ponchomon era eso, una oficina rustica y mal cuidada, sin ningún aspecto resaltante. -Buenas carnalita, lo que pasa es que necesitamos encontrar al bato que nos sabotea la fiesta, es mucho muy importante que lo atrapes, no me fio mucho de los Poncho, por lo que una forastera es la indicada para el curro y se te pagara muy buena pasta, ¿que dices? ¿Trato?- Tras terminar de hablar, el Ponchomon se recuesta sobre su escritorio y extiende una mano hacia Salamon, para asi sellar el trato.
Mientras tanto, Salamon toca a la puerta de la alcaldía y mientras ella esta en eso, las puertas se abren de golpe y un Ponchomon quien abrió estas puertas, toma al cachorro digital y lo sienta en una silla frente a un escritorio y del otro lado de este hay un Ponchomon con bigote, cosa que los diferencia de los demás de su especie en la isla. La “oficina” del alcalde Ponchomon era eso, una oficina rustica y mal cuidada, sin ningún aspecto resaltante. -Buenas carnalita, lo que pasa es que necesitamos encontrar al bato que nos sabotea la fiesta, es mucho muy importante que lo atrapes, no me fio mucho de los Poncho, por lo que una forastera es la indicada para el curro y se te pagara muy buena pasta, ¿que dices? ¿Trato?- Tras terminar de hablar, el Ponchomon se recuesta sobre su escritorio y extiende una mano hacia Salamon, para asi sellar el trato.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Julchen se quedó unos segundos quieta, mirando fijamente al ponchomon frente a ella, había algo raro en él. Parecía que se estaba derritiendo como en man in black, el hombre cucaracha, más o menos. ¡Tenían todo tipo de animación en esa fiesta! Los efectos especiales no estaban nada mal.
Sin embargo, en cuanto empezó a sonar la música, la chica se tensó completamente. El alcohol parecía haber desaparecido de sus venas a la primera nota de ese error musical en el universo. Apretó los dientes con fuerza y giró en su posición mirando con atención lo que la rodeaba. Estaba en ese jodido lugar, la cuna de esos malditos comunistas bebe vodka.
- No sé que me habrá pinchado, pero esa mierda es bastante fuerte.- musitó entre dientes, sin moverse del sitio. Tenía la pinta de que estaba drogada sufriendo alucinaciones, y por eso era mejor que no hiciera nada, a saber si se dirigía a algún lugar peligroso.
Pero eso no era lo peor, su voz había sonado más aguda que lo que estaba acostumbrada. Se observó y maldijo contra la droga esa, ahora parecía una niña. Se sentó en el sitio, para esperar a que se la pasara. O al menos que Salamon apareciera a salvarla.
Por su lado la perrita se asustó cuando un Ponchomon la cargó y la dejó encima de una silla. Se sacudió antes de prestar atención al alcalde. Escuchó con atención, atenta a todo lo que la dijo. Aunque no hubiera dinero le ayudaría. Aunque no iba a decir que no si ya se lo ofrecían, era una tontería.
- Entendido. Acepto el trabajo, me gustaría ayudaros a terminar la celebración. Pero tengo una duda, ¿tienes algo para que pueda rastrear al malo?- a pesar de que podría captar el olor por estar en la zona y ser el único distinto de los Ponchomons, le costaría más tiempo y de la otra forma, al menos podría centrarse solo en el aroma raro.
Sin embargo, en cuanto empezó a sonar la música, la chica se tensó completamente. El alcohol parecía haber desaparecido de sus venas a la primera nota de ese error musical en el universo. Apretó los dientes con fuerza y giró en su posición mirando con atención lo que la rodeaba. Estaba en ese jodido lugar, la cuna de esos malditos comunistas bebe vodka.
- No sé que me habrá pinchado, pero esa mierda es bastante fuerte.- musitó entre dientes, sin moverse del sitio. Tenía la pinta de que estaba drogada sufriendo alucinaciones, y por eso era mejor que no hiciera nada, a saber si se dirigía a algún lugar peligroso.
Pero eso no era lo peor, su voz había sonado más aguda que lo que estaba acostumbrada. Se observó y maldijo contra la droga esa, ahora parecía una niña. Se sentó en el sitio, para esperar a que se la pasara. O al menos que Salamon apareciera a salvarla.
Por su lado la perrita se asustó cuando un Ponchomon la cargó y la dejó encima de una silla. Se sacudió antes de prestar atención al alcalde. Escuchó con atención, atenta a todo lo que la dijo. Aunque no hubiera dinero le ayudaría. Aunque no iba a decir que no si ya se lo ofrecían, era una tontería.
- Entendido. Acepto el trabajo, me gustaría ayudaros a terminar la celebración. Pero tengo una duda, ¿tienes algo para que pueda rastrear al malo?- a pesar de que podría captar el olor por estar en la zona y ser el único distinto de los Ponchomons, le costaría más tiempo y de la otra forma, al menos podría centrarse solo en el aroma raro.
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Re: Tacos [Mision]
La música cada vez suena mas fuerte, hasta el punto de casi dejar sorda a la chica, la que se ve rodeada de gente repentinamente, gente que al principio es solo una sombra la que luego se hace mas nítida revelando su identidad, la gente del internado en Rusia, quienes se ver visiblemente que se están riendo de Julchen aunque la música no permite que se escuchen sus risas. Entonces de entre las sombreas surgen dos figuras muy familiares, los padres de Julchen quienes tienen unas jeringas en sus manos las que usan para inyectar un liquido a uno de los niños rusos que se están riendo, inmediatamente el niño inyectado comienza a mutar, aumenta su tamaño, su carne comienza a retorcerse y a secretar sangre. La criatura deforme se acerca a la chica, la que muy pronto se ve rodeada de las mismas criaturas deformes. Bajo los pies de la chica, hay una pequeña espada de madera pero también frente a ella hay un espacio entre los mutantes, suficiente como para que ella escape hacia un paramo gris.
Mientras tanto, el alcalde Ponchomon mira por unos instantes a la cachorra antes de contestar. -No… lo lamento… no tenemos nada… pero supongo que puede comenzar a buscar en el sitio donde ocurrio el ultimo saboteo… la cocina que se quemo- Dice Ponchomon antes de comenzar a beber un baso con agua. El edificio que se quemo, es una casa algo alargada en comparación con el resto circundante, su interior este enegrecido por el fuego ya extnguido y muchos muebles fueron calcinados, en el interior de la casa, esta su dueño, Un Ponchomon con el rostro inflamado por los golpes que recibió en la pelea, ya que fue el primero que ecibio los golpes iniciando asi el conflicto.
Mientras tanto, el alcalde Ponchomon mira por unos instantes a la cachorra antes de contestar. -No… lo lamento… no tenemos nada… pero supongo que puede comenzar a buscar en el sitio donde ocurrio el ultimo saboteo… la cocina que se quemo- Dice Ponchomon antes de comenzar a beber un baso con agua. El edificio que se quemo, es una casa algo alargada en comparación con el resto circundante, su interior este enegrecido por el fuego ya extnguido y muchos muebles fueron calcinados, en el interior de la casa, esta su dueño, Un Ponchomon con el rostro inflamado por los golpes que recibió en la pelea, ya que fue el primero que ecibio los golpes iniciando asi el conflicto.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
"Su puta madre..." Ese fue el pensamiento de la albina al ver como las sombras desconocidas a su alrededor comenzaban a tomar forma, con las cosas y las personas que más odiaba en su vida. Si la droga que la habían metido siempre sacaba las peores cosas de tu mente, no iba a conseguir venderla... Bueno, a menos que fueras masoca o emo, claro.
Estuvo tentada en largarse por ese lugar que se había abierto, pero si de verdad estaba bajo los efectos de una sustancia alucinógena lo mejor era no moverse del sitio para nada. Su cuerpo seguía estando en la realidad, aunque su mente estuviera en una ilusión, por ello no había que moverse. Además, había decidido que nunca más iba a intentar huir; mejor morir peleando que vivir huyendo.
Sujetó la espada de madera con fuerza dispuesta a golpear a todo aquél que se acercara. Se había enfadado por haberla engañado para tener miedo, aunque fuese durante unos segundos.
El alcohol había desaparecido completamente de sus venas gracias a la ayuda de la adrenalina que llenaba su sistema.
Salamon asintió, haría lo que fuese por descubrir el misterio alrededor de todo eso. No sabía quién podía ser tan malo como para tratar de hundir una isla con todas las criaturas que vivían en ellas. No estaba bien, y ella le iba a dar una lección para que nunca volviera a hacerlo. Comenzó a caminar de nuevo a la salida, pero se detuvo un instante.
- Perdone, señor alcalde, si ve una humana de pelo blanco, por favor llévela a un lugar seguro. Cuando bebe en exceso hace muchas tonterías y no quisiera que la pasar algo malo.
Dicho eso, salió dirigiéndose a la casa alargada. El aire olía a chamusquina, y todo estaba ennegrecido, y por culpa de eso encontrar una pista por medio del olor iba a ser complicado. Desde luego había sufrido unas perdidas bastante serias, pero casi peor estaba el rostro del propietario. Lleno de golpes.
- Perdone, señor. - se acercó la cachorra al Ponchomon.- ¿Podría contarme lo que ha pasado aquí? El alcalde me ha pedido ayuda para encontrar al culpable de este desastre, por eso querría que me contase todo lo que recordara.
Estuvo tentada en largarse por ese lugar que se había abierto, pero si de verdad estaba bajo los efectos de una sustancia alucinógena lo mejor era no moverse del sitio para nada. Su cuerpo seguía estando en la realidad, aunque su mente estuviera en una ilusión, por ello no había que moverse. Además, había decidido que nunca más iba a intentar huir; mejor morir peleando que vivir huyendo.
Sujetó la espada de madera con fuerza dispuesta a golpear a todo aquél que se acercara. Se había enfadado por haberla engañado para tener miedo, aunque fuese durante unos segundos.
El alcohol había desaparecido completamente de sus venas gracias a la ayuda de la adrenalina que llenaba su sistema.
Salamon asintió, haría lo que fuese por descubrir el misterio alrededor de todo eso. No sabía quién podía ser tan malo como para tratar de hundir una isla con todas las criaturas que vivían en ellas. No estaba bien, y ella le iba a dar una lección para que nunca volviera a hacerlo. Comenzó a caminar de nuevo a la salida, pero se detuvo un instante.
- Perdone, señor alcalde, si ve una humana de pelo blanco, por favor llévela a un lugar seguro. Cuando bebe en exceso hace muchas tonterías y no quisiera que la pasar algo malo.
Dicho eso, salió dirigiéndose a la casa alargada. El aire olía a chamusquina, y todo estaba ennegrecido, y por culpa de eso encontrar una pista por medio del olor iba a ser complicado. Desde luego había sufrido unas perdidas bastante serias, pero casi peor estaba el rostro del propietario. Lleno de golpes.
- Perdone, señor. - se acercó la cachorra al Ponchomon.- ¿Podría contarme lo que ha pasado aquí? El alcalde me ha pedido ayuda para encontrar al culpable de este desastre, por eso querría que me contase todo lo que recordara.
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Re: Tacos [Mision]
No importa lo que haga o cuanto ataque Julchen a los mutantes que le rodean, no podra hacerles daño con una espada de madera tamaño infantil y aunque lograra hacerlo, las heridas de estos seres regenerarían inmediatamente. Los mutantes además ahora comienzan a golpear a la chica. Mientras eso pasa, la música se apaga par ser reemplazada por el sonido de alguien llorando, un niño. Los mutantes repentinamente terminan con su ataque y se apartan un poco para mostrar quien esta llorando, un niño que Julchen reconoce inmediatamente como su hermano menor, quien esta rodeado de los mutantes. Pero eso no es todo, a la derecha de la chica, tambien se puede ver a Salamon tirado en el piso con los ojos grises, como si estubiese muerta y a la izquierda de ella puede aprecierse a un grupo de mutantes que sostienen a un hombre de edad avanzada, no se puede ver bien quien es ya que el ancino esta mirando hacia abajo, pero si la chica decide ir hacia el, podra darse cuenta que el anciano es en realidad su abuelo.
Mientras tanto, el Ponchomon golpeado mira a la pequeña Salamon y le responde: -¡No que no! No es mi culpa escuincle, yo nada mas asaba los tacos y pero yo veia que no se tostaban pues, asi que los cocine mas y mas hasta que se apachurraron, entonces me entraron con la bronca, me golpearon por que creian que saboteaba la fiesta, pero que no es mi culpa que no la es, el fuego estaba calentando poco, yo vi que los tacos estaban crudos… y después se quemaron ¡y ahora mira mi casa!- Dice el Ponchomon mientras movia mucho los brazos al explicar lo ocurrido. Al terminar, otro Ponchomon aparece y dice: -¡Mentira! Yo vi que los tacos estaban perfectos, ¡pero tu los cocinaste de mas aproposito para quemarlos!- Dice el Digimon cactus a su igual antes de que ambos comienzen a discutir.
Mientras tanto, el Ponchomon golpeado mira a la pequeña Salamon y le responde: -¡No que no! No es mi culpa escuincle, yo nada mas asaba los tacos y pero yo veia que no se tostaban pues, asi que los cocine mas y mas hasta que se apachurraron, entonces me entraron con la bronca, me golpearon por que creian que saboteaba la fiesta, pero que no es mi culpa que no la es, el fuego estaba calentando poco, yo vi que los tacos estaban crudos… y después se quemaron ¡y ahora mira mi casa!- Dice el Ponchomon mientras movia mucho los brazos al explicar lo ocurrido. Al terminar, otro Ponchomon aparece y dice: -¡Mentira! Yo vi que los tacos estaban perfectos, ¡pero tu los cocinaste de mas aproposito para quemarlos!- Dice el Digimon cactus a su igual antes de que ambos comienzen a discutir.
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Re: Tacos [Mision]
"Mein Gott in Himmel"
La niña se encontraba rodeada por esos bichos, los cuales no paraban de aparecer. Y obviamente, por mucho que tuviese una espada de madera esta no se iba a transformar en un arma definitiva, como en cierta saga de videojuegos. Sin embargo, no iba a rendirse nunca, ni aunque la golpearan hasta matarla. Prefería eso a saber que había huido de las personas a las que odiaba con todo su ser.
La desquiciante música fue sustituida por otro sonido. El cual le parecía ser más agobiante a la joven chica. Odiaba que lloraran, y más si ese llanto le sonaba conocido... Sus ojos se abrieron, al igual que su boca, cuando observó a su pequeño hermanito siendo golpeado por esos bichos. Sin embargo, eso no es lo peor que ha podido ocurrir, un poco más allá Salamon está muerta. Inerte, sin vida... La pequeña niña gritó, completamente impotente, mientras que notaba sus ojos húmedos y su visión distorisionada. Estaba llorando como hacía años que no lo hacía.
Impotente, asustada y triste quiere alejarse de ese lugar de pesadilla y encontrar a su hermano verdadero, así como a su compañera y asegurarse de que están bien. No quiere seguir mirando, no vaya a ser que se encuentre con otra escena que quiera evitar. Por ello, corre, sin sentido ni dirección, puesto que es incapaz de ver nada por las lágrimas.
Por su parte Salamon está sorprendida con las alegaciones de los dos Ponchomon. Parece que uno de los dos miente, puesto que las dos versiones no coinciden para nada. O quizás, ambos tengan razón, solo que uno de ellos haya sido controlado por una ilusión. La pequeña cachorra como digimon que puede ser tanto un ángel como un demonio, sabe que los poderes del mal siempre se ayudan es controlar a sus rivales. Así pues, no sería nada raro que eso ocurriese. Pero primero tendría que saber si el saboteador era un demonio, o simplemente un digimon resentido.
Cerró los ojos y trató de concentrarse, es posible que con el anillo sagrado que tenía en el cuello, pudiera saber si la mentían o no.
La niña se encontraba rodeada por esos bichos, los cuales no paraban de aparecer. Y obviamente, por mucho que tuviese una espada de madera esta no se iba a transformar en un arma definitiva, como en cierta saga de videojuegos. Sin embargo, no iba a rendirse nunca, ni aunque la golpearan hasta matarla. Prefería eso a saber que había huido de las personas a las que odiaba con todo su ser.
La desquiciante música fue sustituida por otro sonido. El cual le parecía ser más agobiante a la joven chica. Odiaba que lloraran, y más si ese llanto le sonaba conocido... Sus ojos se abrieron, al igual que su boca, cuando observó a su pequeño hermanito siendo golpeado por esos bichos. Sin embargo, eso no es lo peor que ha podido ocurrir, un poco más allá Salamon está muerta. Inerte, sin vida... La pequeña niña gritó, completamente impotente, mientras que notaba sus ojos húmedos y su visión distorisionada. Estaba llorando como hacía años que no lo hacía.
Impotente, asustada y triste quiere alejarse de ese lugar de pesadilla y encontrar a su hermano verdadero, así como a su compañera y asegurarse de que están bien. No quiere seguir mirando, no vaya a ser que se encuentre con otra escena que quiera evitar. Por ello, corre, sin sentido ni dirección, puesto que es incapaz de ver nada por las lágrimas.
Por su parte Salamon está sorprendida con las alegaciones de los dos Ponchomon. Parece que uno de los dos miente, puesto que las dos versiones no coinciden para nada. O quizás, ambos tengan razón, solo que uno de ellos haya sido controlado por una ilusión. La pequeña cachorra como digimon que puede ser tanto un ángel como un demonio, sabe que los poderes del mal siempre se ayudan es controlar a sus rivales. Así pues, no sería nada raro que eso ocurriese. Pero primero tendría que saber si el saboteador era un demonio, o simplemente un digimon resentido.
Cerró los ojos y trató de concentrarse, es posible que con el anillo sagrado que tenía en el cuello, pudiera saber si la mentían o no.
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Re: Tacos [Mision]
La albina escapa de la escena, pero mientras mas se aleja, mas mutantes aparecen en su camino, la chica de querer continuar su camino debe simplementete rodear y evitar a los mutantes los que solo estan alli parados, viendola sonrientemente. De avanzar mas, ella se encontraria con una colina a la cual escalar para luego llegar a la orilla de una playa de aguas color rojo, agua en la que se encuentran flotando boca abajo, el hermano de Julchen, su abuelo y Salamon. Lo que en realidad pasa, es que la ilución hace que Julchen escape haciendola regresar por el bosque hacia la playa de donde vino en primer lugar.
Mientras tanto, el anillo mágico de Salamon no detecta mentiras en ninguno de los dos Ponchomon, ambos dicen la verdad, ambos estan seguros de lo que vieron. Sin enbargo otro Digimon entra en la escena, uno que tiene un aura de engaños a su alrededor. -Mientes, todos vimos como quemabas los tacos a proposito, tu solo quieres que la fiesta no se celebre, ¿no?- Este Digimon es un Ponchomon, pero este se ve algo tosco en sus movimientos, ademas de tener su sombrero muy abajo, tapandole mucho la cara.
Mientras tanto, el anillo mágico de Salamon no detecta mentiras en ninguno de los dos Ponchomon, ambos dicen la verdad, ambos estan seguros de lo que vieron. Sin enbargo otro Digimon entra en la escena, uno que tiene un aura de engaños a su alrededor. -Mientes, todos vimos como quemabas los tacos a proposito, tu solo quieres que la fiesta no se celebre, ¿no?- Este Digimon es un Ponchomon, pero este se ve algo tosco en sus movimientos, ademas de tener su sombrero muy abajo, tapandole mucho la cara.
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Re: Tacos [Mision]
Las manos de los horrorosos mutantes la rozaban de vez en cuando en su precipitada huida, aunque en la realidad no eran más que las ramas y lianas que decoraban la selva, pero claro para ella no había una selva. A causa de las lágrimas que había en sus ojos, que nunca dejaría caer por odio a herir su orgullo. Por ello no veía bien a su alrededor, y en más de una ocasión se comió el suelo. Pero cabezota como era la chica, siguió levantándose y corriendo.
Por suerte a pesar de ser una niña conservaba la resistencia que tenía como adulta, así que, no tuvo demasiados problemas en atravesar el lugar. Incluida la maldita montaña de las narices, tras la que la chica se dejó caer al suelo, agotada. Con los ojos cerrados y sin muchas más ganas de moverse. Por lo menos con los ojos cerrados no tenía por qué ver nada.
Por su parte Salamon confirmó sus sospechas cuando el anillo sagrado no reaccionó ante ninguno de los dos Ponchomon. Ellos parecían estar completamente seguros de lo que decían, y no había maldad tras sus palabras. Al parecer se estaban enfrentando a algún tipo de alucinación o similar.
Iba a salir del lugar a tratar de seguir investigando cuando otro Ponchomon, este más raro que los otros dos, entró a escena. Su sombrero estaba bajo, ocultando su rostro, y no tenía el mismo acento que los otros dos. Eso ya le llamó la atención a la cachorra. Aunque eso no fue lo peor que descubrió, sino que, él estaba mintiendo. Acusando al Ponchomon que alegaba su inocencia con el asunto de los tacos quemados. A muestra para los demás digimons su anillo sagrado brilló levemente tratando de purificar la energía maligna a su alrededor.
A falta de una humana impulsiva que la acompañara, decidió ser ella la primera en actuar. Había ocasiones en las que las palabras estaban bien, pero en otras estas sobraban. Y esta situación era una de las últimas. Lo sentía por los otros dos Ponchomon, pero su primer ataque al menos no les haría daño, solo una leve incomodidad.
- Puppy Howling- musitó antes de ladrar de una manera aguda y molesta para el oido.- Tú eres el malvado que no quieres que se celebre la fiesta. ¿Por qué?
Por suerte a pesar de ser una niña conservaba la resistencia que tenía como adulta, así que, no tuvo demasiados problemas en atravesar el lugar. Incluida la maldita montaña de las narices, tras la que la chica se dejó caer al suelo, agotada. Con los ojos cerrados y sin muchas más ganas de moverse. Por lo menos con los ojos cerrados no tenía por qué ver nada.
Por su parte Salamon confirmó sus sospechas cuando el anillo sagrado no reaccionó ante ninguno de los dos Ponchomon. Ellos parecían estar completamente seguros de lo que decían, y no había maldad tras sus palabras. Al parecer se estaban enfrentando a algún tipo de alucinación o similar.
Iba a salir del lugar a tratar de seguir investigando cuando otro Ponchomon, este más raro que los otros dos, entró a escena. Su sombrero estaba bajo, ocultando su rostro, y no tenía el mismo acento que los otros dos. Eso ya le llamó la atención a la cachorra. Aunque eso no fue lo peor que descubrió, sino que, él estaba mintiendo. Acusando al Ponchomon que alegaba su inocencia con el asunto de los tacos quemados. A muestra para los demás digimons su anillo sagrado brilló levemente tratando de purificar la energía maligna a su alrededor.
A falta de una humana impulsiva que la acompañara, decidió ser ella la primera en actuar. Había ocasiones en las que las palabras estaban bien, pero en otras estas sobraban. Y esta situación era una de las últimas. Lo sentía por los otros dos Ponchomon, pero su primer ataque al menos no les haría daño, solo una leve incomodidad.
- Puppy Howling- musitó antes de ladrar de una manera aguda y molesta para el oido.- Tú eres el malvado que no quieres que se celebre la fiesta. ¿Por qué?
- ataques:
- Puppy Howling: Emite un agudo grito que paraliza al oponente.
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
Aunque la chica cierra los ojos, esta aun puede escuchar el incesante sonido del llanto de su hermano, el que se hace cada vez mas fuerte hasta el punto de que dejan de ser sollozos para convertirse en gritos desesperados de dolor los que duran varios minutos que parecen ser horas hasta que por fin los gritos se silencian. Julchen tambien podria sentir como los mutantes a su alrededor comienzan a moverse y a acercarse. Después de un tiempo, la ilución al fin acaba, de decidir abrir los ojos, Julchen se veria a ella misma dentro del bosque a los pies del desnivel, pero aunque la ilución ya halla acabado, el shock aun permanece.
Mientras tanto, los Ponchomon miran extrañados a la cachorra al ver que lanza un ataque contra “uno de los sullos”, el Ponchomon paralisado entonces rie levemente y dice: -Crees que soy malvado ¿no?... quieres saberlo ¿no?... bueno… te lo dire… Síndrome de Pesadilla- Dice el Digimon a la vez que suelta una especie de humo negro que viaja directamente hacia Salamon, de impactarle el ataque, la cachorra comenzaria a alucinar inmediatamente, comenzando con el “Ponchomon” que esta entrevistando. Este levantaria su sombrero lentamente, para dejar al descubierto que lo que es su cara la que mantiene cuvierta, es enrealidad un agujero que contiene la cabeza cercenada de su tamer, la que cae y rueda por el piso para acabar a los pies del pequeño Digimon.
Mientras tanto, los Ponchomon miran extrañados a la cachorra al ver que lanza un ataque contra “uno de los sullos”, el Ponchomon paralisado entonces rie levemente y dice: -Crees que soy malvado ¿no?... quieres saberlo ¿no?... bueno… te lo dire… Síndrome de Pesadilla- Dice el Digimon a la vez que suelta una especie de humo negro que viaja directamente hacia Salamon, de impactarle el ataque, la cachorra comenzaria a alucinar inmediatamente, comenzando con el “Ponchomon” que esta entrevistando. Este levantaria su sombrero lentamente, para dejar al descubierto que lo que es su cara la que mantiene cuvierta, es enrealidad un agujero que contiene la cabeza cercenada de su tamer, la que cae y rueda por el piso para acabar a los pies del pequeño Digimon.
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Re: Tacos [Mision]
Lejos, estaba lejos; había corrido para escapar de esas escanas tan macabras y tan odiosas. Y el sonido no dejaba de acompañarla, eso era un aliciente para su horror, pero aun así, no tenía lógica a menos que no se hubiese movido del lugar. Eso fue lo que la hizo pensar de nuevo que tenía que ser una ilusión. Nada de lo que pasaba era real, no había que hacerle el menor de los casos, porque no existia.
Con esos pensamientos en mente, Julchen abrió los ojos lentamente, sintiendo como el corazón todavía martilleaba en su pecho. El cielo volvía a ser azul, se encontraba sobre arena, y tras ella se veían el verde de las hojas de los árboles y palmeras que conformaban la selva de la isla.
Se incorporó lentamente. Su rostro se tiñó de rojo por la vergüenza de haber huido. ¡Había jurado que nunca lo haría! Y cuando juraba algo, lo cumplía hasta las últimas consecuencias. Y sin embargo, ahora lo había roto con toda la facilidad del mundo... Sus ojos se oscurecieron tanto que parecían morados, más que rojos. Apretó los puños con rabia, hasta que los nudillos se le pusieron blancos y las uñas se le clavaron en la piel. ¡Iba a matar al que le había obligado a hacer eso!
Una peculiar aura cubrió sus manos, tenía un color azul, muy profundo. Del mismo tono o más que el de su chaqueta. Para todo aquél que supiera un poco más, sabría reconocerlo como digisoul.
Salamon estaba segura de que ya lo tenía, incluso sonrió al ver que hablaba para concederla la respuesta a sus preguntas. Pero una nube negra se dirigió hacia ella... La había atacado. Y al no esperarselo, no reaccionó a tiempo como para apartarse. Cerró los ojos esperando que la doliese, pero no, no dolía. Abrió los ojos para encontrarse con una escena tan bizarra como desagradable. En vez de dejarse llevar por lo que veía, decidió guiarse por los dos sentidos que tenía más desarrollados por ser un perro: el olfato y el oido.
Con la combinación de ambos dos, pudo llegar a localizar con facilidad a todos los digimons en la sala, atacando al único que era diferente de los dos Ponchomon reales.
- Puppy Howling
Con esos pensamientos en mente, Julchen abrió los ojos lentamente, sintiendo como el corazón todavía martilleaba en su pecho. El cielo volvía a ser azul, se encontraba sobre arena, y tras ella se veían el verde de las hojas de los árboles y palmeras que conformaban la selva de la isla.
Se incorporó lentamente. Su rostro se tiñó de rojo por la vergüenza de haber huido. ¡Había jurado que nunca lo haría! Y cuando juraba algo, lo cumplía hasta las últimas consecuencias. Y sin embargo, ahora lo había roto con toda la facilidad del mundo... Sus ojos se oscurecieron tanto que parecían morados, más que rojos. Apretó los puños con rabia, hasta que los nudillos se le pusieron blancos y las uñas se le clavaron en la piel. ¡Iba a matar al que le había obligado a hacer eso!
Una peculiar aura cubrió sus manos, tenía un color azul, muy profundo. Del mismo tono o más que el de su chaqueta. Para todo aquél que supiera un poco más, sabría reconocerlo como digisoul.
Salamon estaba segura de que ya lo tenía, incluso sonrió al ver que hablaba para concederla la respuesta a sus preguntas. Pero una nube negra se dirigió hacia ella... La había atacado. Y al no esperarselo, no reaccionó a tiempo como para apartarse. Cerró los ojos esperando que la doliese, pero no, no dolía. Abrió los ojos para encontrarse con una escena tan bizarra como desagradable. En vez de dejarse llevar por lo que veía, decidió guiarse por los dos sentidos que tenía más desarrollados por ser un perro: el olfato y el oido.
Con la combinación de ambos dos, pudo llegar a localizar con facilidad a todos los digimons en la sala, atacando al único que era diferente de los dos Ponchomon reales.
- Puppy Howling
- ataque:
- Puppy Howling: Emite un agudo grito que paraliza al oponente.
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
Si la chica en la playa mira en dirección al mar, ella podra ver como una enorme cosa se acerca a la isla, esta esta muy lejos pero aun asi se sabe inmediatamente que es enorme. De no mirar al mar para continuar su camino de venganza contra el Digimon que la humillo al hacerla alucinar, la chica no encontaria ningun obstáculo fuera de lo normal dentro del bosque, pero si al llegar al pueblo, donde tres Ponchomon bloquean su camino y constantemente se interponen en su camino evitando que pueda adentrarse mas al pueblo. Estos ponchomon se ven apagados, en el sentido de que parecen más una marioneta que un Digimon vivo, como si estubiesen durmiendo.
Mientras tanto, El “Ponchomon” extraño se aleja se Salamon mientras este hipnotiza a los otros dos Ponchomon reales en la sala, uno lo abliga a interponerse entre el y Salamon para asi escudarse de su ataque, mientras que el otro ataca al cachorro digital con sus puños. Las alucinaciones de Salamon le hacen creer que ella esta rodeada de Digimon que despedazan el cadáver decapitado de su tamer frente a sus ojos, salpicando sangre por todas partes.
Mientras tanto, El “Ponchomon” extraño se aleja se Salamon mientras este hipnotiza a los otros dos Ponchomon reales en la sala, uno lo abliga a interponerse entre el y Salamon para asi escudarse de su ataque, mientras que el otro ataca al cachorro digital con sus puños. Las alucinaciones de Salamon le hacen creer que ella esta rodeada de Digimon que despedazan el cadáver decapitado de su tamer frente a sus ojos, salpicando sangre por todas partes.
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Re: Tacos [Mision]
La albina continuó su camino sin mirar atrás. A fin de cuentas, no era una persona razonable cuando se enfadaba, así que continuó andando por la selva. Ahora con menos cuidado que normalmente, puesto que si algo no se apartaba de su camino lo haría apartarse a base de golpes. Como ya se ha dicho, no es razonable cuando se enfada. Por suerte, tras varios golpes conta un ábrol y dejarse los nudillos en eso, decidió que era mejor dejar a un lado los troncos de los árboles.
Finalmente, llegó a la aldea de nuevo. Determinada como estaba iba a pasar, pero tres malditos cactus con sombrero rículo -ponchomons- la hicieron detenerse sin dejarla pasar. A causa de su mal humor, y sus poca paciencia, decidió tratar de placarlos, empujarlos, golpearlos, arañarlos, ... Todo lo que fuera necesario para que la dejara pasar al interior del pueblo.
Por su lado Salamon, había paralizado a otro de los Ponchomons reales, lo sabía por el olor. Así que, sintinendolo mucho, la perrita usó otro ataque para derribarlo; al estar paralizado caería al suelo. Después de eso echó a correr tras el aroma del ponchomon falso. No había necesitado abrir los ojos en ningún momento. Puesto que con el oido y el olfato se bastaba, con el primero era capaz de saber si algo se acercaba y cuanto le quedaba, y con el segundo sentido era capaz de tener localizado a su enemigo. A fin de cuentas, ese aroma resaltaba por todo el pueblo.
Finalmente, llegó a la aldea de nuevo. Determinada como estaba iba a pasar, pero tres malditos cactus con sombrero rículo -ponchomons- la hicieron detenerse sin dejarla pasar. A causa de su mal humor, y sus poca paciencia, decidió tratar de placarlos, empujarlos, golpearlos, arañarlos, ... Todo lo que fuera necesario para que la dejara pasar al interior del pueblo.
Por su lado Salamon, había paralizado a otro de los Ponchomons reales, lo sabía por el olor. Así que, sintinendolo mucho, la perrita usó otro ataque para derribarlo; al estar paralizado caería al suelo. Después de eso echó a correr tras el aroma del ponchomon falso. No había necesitado abrir los ojos en ningún momento. Puesto que con el oido y el olfato se bastaba, con el primero era capaz de saber si algo se acercaba y cuanto le quedaba, y con el segundo sentido era capaz de tener localizado a su enemigo. A fin de cuentas, ese aroma resaltaba por todo el pueblo.
- ataques:
- Sledge Dash: Corre hacia el enemigo, placándolo con fuerza
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Re: Tacos [Mision]
Apenas la Chica golpea a los Ponchomon, estos caen al suelo como si fuesen muñecos de trapo, los Digimon Champion no tienen voluntad ni fuerza. Si la chica se adentra mas al pueblo, podra encontrarse con Salamon quien esta rodeada de Ponchomon y por encima de toda esta masa de cactus con sombreros mariachis, esta el extraño “Ponchomon” flotando y con la cabeza aplastada dejando en claro que se trata de un disfraz.
Mientras tanto, el Ponchomon falso bloquea los ataques de Salamon interponiendo a otros Ponchomon hipnotizados, los que tambien se acercan a la cachorra para atacarla y con ataque los Ponchomon lo unico que hacen es dar unos manotazos debiles o tirarse encima de Salamon.
Mientras tanto, el Ponchomon falso bloquea los ataques de Salamon interponiendo a otros Ponchomon hipnotizados, los que tambien se acercan a la cachorra para atacarla y con ataque los Ponchomon lo unico que hacen es dar unos manotazos debiles o tirarse encima de Salamon.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
La risa malevola se escuchó por todo el pueblo. Pues no era para menos, la albina había derrotado a un grupo de digimons de nivel campeón. O eso era lo que ella misma pensaba que había ocurrido, en ningún momento se le ocurrió pensar que quizás al ser controlados no tendrían ni un ápice de fuerza.
- Muahahahahahahaha! Nadie puede con la fantástica yo...
Así podría estar durante horas o semanas la albina. Salvo porque se acordó de ir a por su compañera al escuchar el sonido de una pelea o algo similar. Y así era, allí estaba su pequeña compañera siendo rodeada por montones de Ponchomons zombies. Por suerte mucho daño no la hacían, pero eran demasiados para que la cachorra pudiera moverse con tranquilidad.
Pero la humana no fue a ayudarla, puesto que antes observó a uno de los cactus que sobresalía por encima de los demás, puesto que estaba flotando. Una sonrisa algo siniestra asomó por su rostro. Ese era el maldito que la había engañado, y se lo iba a hacer pagar caro. Pero primero tendría que derribarlo.
Miró a su alrededor hasta localizar algo que pudiera servirle para dispararle. Entre ellos una piedra que había al lado de una casa, ya podría ser por cosas naturales o fuese un cascote de la propia casa. Eso a la chica no la importaba, su función simplemente era tratar de hacerlo caer. Así que, se lo lanzó con la esperanza de derribarlo e inmediatamente después, saltaría para inmovilizarlo.
- Muahahahahahahaha! Nadie puede con la fantástica yo...
Así podría estar durante horas o semanas la albina. Salvo porque se acordó de ir a por su compañera al escuchar el sonido de una pelea o algo similar. Y así era, allí estaba su pequeña compañera siendo rodeada por montones de Ponchomons zombies. Por suerte mucho daño no la hacían, pero eran demasiados para que la cachorra pudiera moverse con tranquilidad.
Pero la humana no fue a ayudarla, puesto que antes observó a uno de los cactus que sobresalía por encima de los demás, puesto que estaba flotando. Una sonrisa algo siniestra asomó por su rostro. Ese era el maldito que la había engañado, y se lo iba a hacer pagar caro. Pero primero tendría que derribarlo.
Miró a su alrededor hasta localizar algo que pudiera servirle para dispararle. Entre ellos una piedra que había al lado de una casa, ya podría ser por cosas naturales o fuese un cascote de la propia casa. Eso a la chica no la importaba, su función simplemente era tratar de hacerlo caer. Así que, se lo lanzó con la esperanza de derribarlo e inmediatamente después, saltaría para inmovilizarlo.
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Re: Tacos [Mision]
Si se mira cuidadosamente se podra descubrir de que hay un total de dieciocho Ponchomon en el campo de batalla, contando al grupo que Julchen derroto hace poco. Algunos de los Ponchomon que rodean a Salamon comienzan a quitarse sus ponchos y sombreros para lanzarselos a la cachorra y luego lanzarse sobre ella para apresar al pequeño Digimon.
Mientras tanto, la roca que lanzo la chica golpea al falso Ponchomon, pero este solo le tira el sombrero y desplaza el disfraz hacia un costado. -No puedo ver, ¿no?- Dice el falso Ponchomon antes de quitarse su disfraz revelando su verdadera identidad, un Tapirmon al que le falta su anillo sagrado. -Que falta de respeto… ¿no?- Dice el Digimon mientras mira mal a Julchen, al mismo tiempo que un grupo de Ponchomon hipnotizados que empuñan botellas y tacos, atacan a la albina intentando golpearla con sus armas improvisadas.
Mientras tanto, la roca que lanzo la chica golpea al falso Ponchomon, pero este solo le tira el sombrero y desplaza el disfraz hacia un costado. -No puedo ver, ¿no?- Dice el falso Ponchomon antes de quitarse su disfraz revelando su verdadera identidad, un Tapirmon al que le falta su anillo sagrado. -Que falta de respeto… ¿no?- Dice el Digimon mientras mira mal a Julchen, al mismo tiempo que un grupo de Ponchomon hipnotizados que empuñan botellas y tacos, atacan a la albina intentando golpearla con sus armas improvisadas.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Salamon se retorció, pero le fue imposible liberarse de todos las telas y sombreras y quedó finalmente sepultada entre toda la ropa. La albina por su parte festejó el que le hubiera podido dar al extraño cactus, que finalmente no lo era, puesto que se sacó toda la piel de encima dejando a la vista un extraño animal con cola de humo.
- Mierda... Me volvieron a atrapar en una ilusión...- las palabras de la albina venian a causa de que no parecía un animal normal, sino una distorisión mental de algún drogadicto... Aunque bueno, eso era el digimundo, muchas criaturas no tenían sentido alguno.
- Falta de respeto la tuya por haberme engañado... Cosa. ¡Te voy a enseñar a no meterte con alguien tan asombroso como yo!- de nuevo estaba cabreada, y el digisoul hizo acto de presencia de un color azul, casi negro. Ella se encargaría del Tapirmon, pero los Ponchomon no se lo iban a poner fácil, así que, necesitaba ayuda para poder llegar al otro. - Digisoul Charge
Al decir esas palabras colocó la mano derecha encima de su dispositivo. Segundos después el bulto que había debajo de los ponchos y los sombreros se hizo más grande, y unas garras aparecieron rasgando la ropa. Gatomon había aparecido.
La felina, libre finalmente trató de sacarse de encima a todos los Ponchomon a base de patadas y puñetazos. A pesar de su pequeño tamaño, la gata era fuerte.
Julchen por su parte trató de esquivar los botellazos, aunque los tacos la daban más igual, puesto que solo pringaban, pero no dañaban tanto como el cristal.
- Mierda... Me volvieron a atrapar en una ilusión...- las palabras de la albina venian a causa de que no parecía un animal normal, sino una distorisión mental de algún drogadicto... Aunque bueno, eso era el digimundo, muchas criaturas no tenían sentido alguno.
- Falta de respeto la tuya por haberme engañado... Cosa. ¡Te voy a enseñar a no meterte con alguien tan asombroso como yo!- de nuevo estaba cabreada, y el digisoul hizo acto de presencia de un color azul, casi negro. Ella se encargaría del Tapirmon, pero los Ponchomon no se lo iban a poner fácil, así que, necesitaba ayuda para poder llegar al otro. - Digisoul Charge
Al decir esas palabras colocó la mano derecha encima de su dispositivo. Segundos después el bulto que había debajo de los ponchos y los sombreros se hizo más grande, y unas garras aparecieron rasgando la ropa. Gatomon había aparecido.
La felina, libre finalmente trató de sacarse de encima a todos los Ponchomon a base de patadas y puñetazos. A pesar de su pequeño tamaño, la gata era fuerte.
Julchen por su parte trató de esquivar los botellazos, aunque los tacos la daban más igual, puesto que solo pringaban, pero no dañaban tanto como el cristal.
- ataques:
- Neko Punch: Golpea al enemigo con sus poderosas garras a gran velocidad.
Neko kick: Una rápida patada voladora
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
Tapirmon se eleva en el aire para alejarse aun mas del campo de batalla y el solo se limita a mandar al ataque a los Ponchomon bajo su control hipnotico. Los Digimon atacados por Gatomon son inmediatamente derribados, pero mas Ponchomon vienen a sustituir a los caidos, lanzando puñetazos debiles y lanzandoles botellas y tacos a la gata digital. Por su parte los Ponchomon que luchaban con Julchen ahora se alejan un poco de la chica, para acercarse a una mesa caida en donde hay una gran cantidad de comida donde los Ponchomon proceden a agarrar las botellas y los tacos para lanzarselas a la albina. Tapirmon solo se dedica a mirar la batalla mientras rie ligeramente como si poco o nada le importase saber si esta ganando o perdiendo, el solo disfruta del paisaje y tambien hace tiempo.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Gatomon no iba a dejar que los Ponchomon volvieran a la carga contra ella de nuevo. A fin de cuentas, es tontería quedarse quieto, esperando a que volvieran a rodearla y evitaran que se moviera. Así que, aprovechando uno de los nuevos Ponchomon, saltó sobre este, a su sombrero. Desde allí se impulsó otra vez para golpear a Tapirmon con una patada voladora.
Julchen por su parte, en cuanto estuvo detrás de la mesa respiró unos segundos tranquila, antes de que volviesen a atacarla sin pausa. Además ahora, con nueva munición y armamento contundente. La mente de la albina pensaba tratando de buscar una solución... Por ahora tenía la opción de huir, solución que no la agradaba en lo más mínimo; o bien, armarse ella misma con botellas y atacar a los Ponchomon en un ataque suicida, porque algún botellazo se llevaría encima.
Cualquier persona se hubiese decantado finalmente por huir, pero Julchen no era cualquier persona, y jamás se perdonaría el haber huido de la pelea sin plantar cara y al menos llevarse a todos los que pudiera, antes de que ella misma fuese a la que dejasen K.O. Así que, armandose con dos botellas, las cuales rompió contra el borde de la mesa para que fuesen cortantes, -y además llorar por el líquido perdido- salió de su escondite para ir a darse golpes contra los cactus.
Muy posiblemente, no la sirviera de nada, pero prefería morir con el orgullo de saber que siempre había ido por delante, a seguir viva con la vergüenza de seguir viva por haber sido una cobarde.
Julchen por su parte, en cuanto estuvo detrás de la mesa respiró unos segundos tranquila, antes de que volviesen a atacarla sin pausa. Además ahora, con nueva munición y armamento contundente. La mente de la albina pensaba tratando de buscar una solución... Por ahora tenía la opción de huir, solución que no la agradaba en lo más mínimo; o bien, armarse ella misma con botellas y atacar a los Ponchomon en un ataque suicida, porque algún botellazo se llevaría encima.
Cualquier persona se hubiese decantado finalmente por huir, pero Julchen no era cualquier persona, y jamás se perdonaría el haber huido de la pelea sin plantar cara y al menos llevarse a todos los que pudiera, antes de que ella misma fuese a la que dejasen K.O. Así que, armandose con dos botellas, las cuales rompió contra el borde de la mesa para que fuesen cortantes, -y además llorar por el líquido perdido- salió de su escondite para ir a darse golpes contra los cactus.
Muy posiblemente, no la sirviera de nada, pero prefería morir con el orgullo de saber que siempre había ido por delante, a seguir viva con la vergüenza de seguir viva por haber sido una cobarde.
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Re: Tacos [Mision]
La patada de Gatomon da en el blanco, ya que Tapirmon no esperaba ser alcanzado por ningun ataque y ademas por que de por si el Digimon es lento para moverse. Tapirmon cae al suelo sobre una pila de tacos y junto a el, todos los Ponchomon bajo el control de Tapirmon también caen al suelo desmallados al ya acabar el control sobre ellos. -Como odio los tacos… ¿no?...- Dice Tapirmon minetras cierra los ojos de una forma como si aceptase su derrota. Cuando la batalla termina, los demas avitantes del pueblo salen de sus hogares y observan el desastre, muchos incluso hacen mucho melodrama al ver a sus amigos o familiares desmallados en el suelo.
El alcalde Ponchomon se acerca a Gatomon y la abraza fuertemente. -Muchas ¡gracias escuincle! ¡jamas hubiese imaginado que Ramon era un Tapirmon disfrasado! Atrapaste al saboteador… pero me temo mucho que mucho que ya es tarde para salvar a la isla pues- Dise Ponchomon antes de irse velozmente a su casa para luego salir de ella con maletas en mano tras estar solo unos segundos adentro, los demás Ponchomon también hacen lo mismo pero de forma mas desordenada y bulliciosa. Mientras el caos se desata, unos Ponchomon se acercan a Tapirmon para amarrarlo y maniatarlo para si tenerlo bajo custodia, Tapirmon no lucho mientras era apresado y de hecho no paraba de reir mientras lo hacian.
El alcalde Ponchomon se acerca a Gatomon y la abraza fuertemente. -Muchas ¡gracias escuincle! ¡jamas hubiese imaginado que Ramon era un Tapirmon disfrasado! Atrapaste al saboteador… pero me temo mucho que mucho que ya es tarde para salvar a la isla pues- Dise Ponchomon antes de irse velozmente a su casa para luego salir de ella con maletas en mano tras estar solo unos segundos adentro, los demás Ponchomon también hacen lo mismo pero de forma mas desordenada y bulliciosa. Mientras el caos se desata, unos Ponchomon se acercan a Tapirmon para amarrarlo y maniatarlo para si tenerlo bajo custodia, Tapirmon no lucho mientras era apresado y de hecho no paraba de reir mientras lo hacian.
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Re: Tacos [Mision]
Gatomon rodó por el suelo para reducir los daños de la caída, porque Tapirmon salió más alejado que ella, por el hecho de haber sido golpeado. Al caer, la gata observó como todos los Ponchomon controlados por el digimon derrotado caía al suelo sin fuerza... Y también pudo ver a su compañera mordiendo a uno, en uno de sus modos suicidas. Rápidamente y antes de que salieran los Ponchomon "sanos", la alejó del que estaba mordiendo. Solo por dar una imagen de que su compañera humana estaba cuerda. Cosa totalmente alejada de la realidad.
Julchen por su parte, en cuanto se calmó, se dedicó a quitarse las espinas que se le habían clavado tanto en la cara, como labios y las encías. Observó como Gato era abrazada por uno de los Ponchomon, distinto a los demás -aunque con una apariencia más saludable. Su compañera puso los ojos en blanco, algo avergonzada por la muestra de afecto tan efusiva del alcalde.
- Me alegro de que todo esté solucionado ya... ¡Espera! ¿Qué quieres decir con qué es demasiado tarde?
- ¿No hay nada que se pueda hacer?- la albina quería también ser aclamada como heroína, y no solo su compañera. A fin de cuentas, le encantaba ser el centro de atención.
A ninguna de las dos les gustaba que el haber conseguido superar a su enemigo, no sirviera de nada. Querían que pudieran seguir viviendo en la isla, pero si no había forma de solucionarlo, lo mejor sería marcharse... Sobre todo, porque como ambas pensaban, era un asunto geológico al cual no podían enfrentarse.
Julchen por su parte, en cuanto se calmó, se dedicó a quitarse las espinas que se le habían clavado tanto en la cara, como labios y las encías. Observó como Gato era abrazada por uno de los Ponchomon, distinto a los demás -aunque con una apariencia más saludable. Su compañera puso los ojos en blanco, algo avergonzada por la muestra de afecto tan efusiva del alcalde.
- Me alegro de que todo esté solucionado ya... ¡Espera! ¿Qué quieres decir con qué es demasiado tarde?
- ¿No hay nada que se pueda hacer?- la albina quería también ser aclamada como heroína, y no solo su compañera. A fin de cuentas, le encantaba ser el centro de atención.
A ninguna de las dos les gustaba que el haber conseguido superar a su enemigo, no sirviera de nada. Querían que pudieran seguir viviendo en la isla, pero si no había forma de solucionarlo, lo mejor sería marcharse... Sobre todo, porque como ambas pensaban, era un asunto geológico al cual no podían enfrentarse.
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Re: Tacos [Mision]
Tapirmon rie a carcajadas al oir al alcalde y al ver como los Ponchomon se preparan para abandonar la ciudad. -No sabian ¿no?... esta fiesta de asquerosos tacos ¿no? Es para apaciguar la ira de un Digimon tan poderoso que puede hundir la isla con un solo movimiento ¿no?... la isla se hundira y con ella estos asquerosos tacos que tanto odio desapareceran ¿no?... perdieron su tiempo y ahora moriran- Dice Tapirmon con un tono de voz malicioso antes de que un tapirmon le amordaze la boca para silenciarlo.
Mientras tanto, desde la playa se puede apreciar como algo o alguien enorme se acerca a gran velocidad a la isla. Los ponchomon que intentan escapar se quedan paralizados ante la escena y no saben si deben irse o quedarse.
Al rato después, el alcalde Ponchomon deja sus maletas en el suelo y vuelve a abrazar a Gatomon. -Otra vez gracias, pero la única forma de salvar a la isla, seria haceindo una cantidad titanica de tacos en muy poco tiempo… odios- Termina diciendo el alcalde quien se mentiene abrazando al gato digital sin intenciones de soltarlo.
Mientras tanto, desde la playa se puede apreciar como algo o alguien enorme se acerca a gran velocidad a la isla. Los ponchomon que intentan escapar se quedan paralizados ante la escena y no saben si deben irse o quedarse.
Al rato después, el alcalde Ponchomon deja sus maletas en el suelo y vuelve a abrazar a Gatomon. -Otra vez gracias, pero la única forma de salvar a la isla, seria haceindo una cantidad titanica de tacos en muy poco tiempo… odios- Termina diciendo el alcalde quien se mentiene abrazando al gato digital sin intenciones de soltarlo.
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Re: Tacos [Mision]
Julchen se exaspero, además de que aún estaba algo violenta por haber terminado de manera tan abrupta la pelea, que con tantos ¿no? después de las frases del Tapirmon, sintió la absurda necesidad de zarandearlo hasta que se callara. Aunque eso ya lo hicieron los propios Ponchomon, la chica no se cortó a la hora de zarandear al digimon sin parar hasta dejarle mareado de tanto movimiento, aunque eso sí, si los guardias evitaban que lo hiciera.
- ¡¡Vuelve a decir ¿no? en una frase y te arranco la lengua!!- tenía que pagar su frustración de no haber conseguido salvar la isla.
Gatomon por su parte se retorció en los brazos del alcalde para que la soltara. La estaba incomodando que la apretaran tanto. Además de que bajo el brazo del digimon, poco podía hacer para evitar el desenlace... Desenlace del cual no tenía ni la menor idea de librarse, porque ella no sabía hacer tacos y seguramente Julchen tampoco. Sólo les quedaba consultar a los expertos en la materia, pero estos estaban empacando para irse.
- ¿Y no daría tiempo a hacer una gran tanda en estos minutos que nos quedan, para contentar al digimon? Quizás podamos conseguiros algo de tiempo...- una idea suicida y arriesgada, pero por preguntar que no quede.
- ¡¡Vuelve a decir ¿no? en una frase y te arranco la lengua!!- tenía que pagar su frustración de no haber conseguido salvar la isla.
Gatomon por su parte se retorció en los brazos del alcalde para que la soltara. La estaba incomodando que la apretaran tanto. Además de que bajo el brazo del digimon, poco podía hacer para evitar el desenlace... Desenlace del cual no tenía ni la menor idea de librarse, porque ella no sabía hacer tacos y seguramente Julchen tampoco. Sólo les quedaba consultar a los expertos en la materia, pero estos estaban empacando para irse.
- ¿Y no daría tiempo a hacer una gran tanda en estos minutos que nos quedan, para contentar al digimon? Quizás podamos conseguiros algo de tiempo...- una idea suicida y arriesgada, pero por preguntar que no quede.
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Re: Tacos [Mision]
Tapirmon se marea ante los nostantes samarreos de la humana, los Ponchomon la dejaron castigar al Digimon cautivo por unos instantes antes de ir a rescatarlo de las manos de la albina. Rapidamente tapirmon es puesto dentro de una jaula muy pequeña, una jaula que en el mundo humano seria usada como jaula para pajaros, pero para Tapirmon esta es una prision perfecta. El alcalde Ponchomon, quien estaba apunto de irse, se detiene ante lo que dice Gatomon y se queda pensativo por varios instantes, luego el suelta sus maletas y lanza un estridente grito que mas bien parece una sirena o algo parecido, al hacer eso, los demas Ponchomon de la isla se reunen alrededor de su alcalde. -¡Batos! Hay que salvar la isla, si que si, ¡hay que hacer tacos!... y ustedes señoritas, por favor vallan a la playa e intenten detener al Digimon que nos puede hundir, y si ya es muy tarde, vallanse y salvense, si que si- Dice el alcalde Ponchomon, cuando el termina de hablar, los demas Digimon de su misma especie se dipersan y entran a sus casas para comenzar a cocinas a una gran velocidad.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
La albina sonrió satisfecha tras haber conseguido marear al Tapirmon, y más al verle recluido dentro de una pequeña jaula de la que no podría salir, al menos por ahora. Además de que era algo bastante cómico ver a una especie de elefante en miniatura -tapir para los que supieran de esos extraños animales asiáticos- en una pajarera. Así que, comenzó a reírse con su estridente risa.
Gatomon por su parte, escapó del abrazo del alcalde, sacudiéndose entera. Aunque tuvo poco tiempo de paz, antes de que el alcalde soltara un estridente sonido, que hizo que la gata cerrara los ojos y bajara las orejas para tapárselas mejor con las garras. La próxima vez agradecería que avisara antes de hacer ese tipo de cosas tan cerca de ella.
- Sí, jefe, ahora nos encargamos de eso. No tardamos.- la gata hizo un saludo militar, y después corrió a agarrar a su riente compañera por el cuello de la ropa (que la quedaba a su altura, porque Julchen se había caido de tanto reír)- Centrate, tenemos que conseguir distraer al digimon que va a romper la isla un tiempo hasta que estén todos los tacos.
- Entendido, minino.
La chica se puso de pie, y recorrió el camino por la isla hasta regresar a la playa del principio, junto con la gata. Las dos se quedaron observando las aguas marinas para localizar e identificar a la amenaza, si es que podían hacerlo desde allí. Después solo sería cuestión de pensar cuál sería la mejor forma de distraerlo.
Gatomon por su parte, escapó del abrazo del alcalde, sacudiéndose entera. Aunque tuvo poco tiempo de paz, antes de que el alcalde soltara un estridente sonido, que hizo que la gata cerrara los ojos y bajara las orejas para tapárselas mejor con las garras. La próxima vez agradecería que avisara antes de hacer ese tipo de cosas tan cerca de ella.
- Sí, jefe, ahora nos encargamos de eso. No tardamos.- la gata hizo un saludo militar, y después corrió a agarrar a su riente compañera por el cuello de la ropa (que la quedaba a su altura, porque Julchen se había caido de tanto reír)- Centrate, tenemos que conseguir distraer al digimon que va a romper la isla un tiempo hasta que estén todos los tacos.
- Entendido, minino.
La chica se puso de pie, y recorrió el camino por la isla hasta regresar a la playa del principio, junto con la gata. Las dos se quedaron observando las aguas marinas para localizar e identificar a la amenaza, si es que podían hacerlo desde allí. Después solo sería cuestión de pensar cuál sería la mejor forma de distraerlo.
Julchen
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Re: Tacos [Mision]
Los hornos se encienden y los Ponchomon se ponen a trabajar, en cuestión de unos minutos, ya toda la isla queda impregnada por la peculiar fragancia de los tacos. Mientras tanto, la albina y la gata llegan a la playa de arenas blancas e inmediatamente logran divisar el enorme objeto que se acerca a gran velocidad a la isla. Es muy difícil poder identificar que es, hasta ahora solo se puede apreciar que es un objeto semiesférico de color café. El objeto repentinamente frena de golpe, a pesar de que aun esta lejos de la isla, este frenazo repentino hace que el agua que estaba acarreando siga su curso, en resumen, provoca un tsunami, una enorme ola que se acerca velozmente a la orilla, una imposible de detener y que cuando llega a la orilla hace que la playa prácticamente desaparezca por unos instantes, el agua incluso derriba algunos árboles y se abre paso al poblado inundando y destruyendo varias viviendas.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
Recorrieron de nuevo el camino de vuelta por la selva, camino que la albina ya conocía y casi se sabía de memoria de todas las veces que se lo había hecho en el propio día. Gatomon, iba sobre la cabeza de la chica tratando de captar algún sonido que las diera la pista sobre qué lugar deberían ir para estar frente a frente al monstruo. A fin de cuentas, una isla tiene una amplia superficie en contacto con el mar. Pero no conseguía escuchar nada extraño en otras direcciones, ni tan siquiera en la que avanzaban. Posiblemente, porque el digimon se moviese en silencio.
Finalmente, llegaron a la playa, pero hasta ahí su buena suerte. Puesto que con la aparición de enemigo en el horizonte, también lo hizo una gigantesca ola que engulló a las dos chicas sin que estas pudiesen hacer nada.
Seguir vivas o muertas, dependía únicamente de la suerte.
Finalmente, llegaron a la playa, pero hasta ahí su buena suerte. Puesto que con la aparición de enemigo en el horizonte, también lo hizo una gigantesca ola que engulló a las dos chicas sin que estas pudiesen hacer nada.
Seguir vivas o muertas, dependía únicamente de la suerte.
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Re: Tacos [Mision]
El agua se traga a la albina y a su Digimon, la chica a duras penas esta sobre la superficie el agua, mientras Gatomon se fue hacia el fondo del agua como si fuese una roca. La chica chocaba contra los árboles y demás basura mientras era empujada por el agua, pero de pronto, todo se detiene, el agua deja de moverse, los sonidos desaparecen. -Ok fue suficiente- Dice una voz misteriosa que resuena en el ambiente y tras pasado unos minutos, una criatura aparece de la nada frente a Julchen, es un hurón blanco a decir verdad, no es un Digimon es un hurón color blanco que flota frente a la chica. -Un consejo Julchen… no comas tacos hechos por los Ponchomon, les ponen cosas raras, te hacen alucinar como ahora… tu y Salamon están tiradas en el suelo ahora mismo, no tengo idea de por que ambas compartieron la misma fantasía en coma… como sea, despierta- Dice el hurón con una clara voz humana, luego de terminar su frase, el animal desaparece junto con todo el escenario, Julchen y Gatomon se ven inmersas en un mundo negro, se quedan en ese espacio por unos minutos antes de que ambas puedan despertar de su sueño. Julchen se encuentra tirada en el piso con tacos a medio comer en sus manos y cubierta de tequila, al igual que Salamon solo que ella además esta cubierta de confeti, ambas están en la isla, los Ponchomon están organizando su fiesta y el olor de los tacos esta por todas partes.
Karasu Kolkrabe
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Re: Tacos [Mision]
La albina y la gata fueron removidas y arrastradas por la corriente. Pero lo más extraño de todo era que la gata no sentía que se ahogaba, y la humana no sentía el dolor de chocar contra las cosas, solo que rebotaba contra algo antes de seguir con su camino. Todo eso era muy raro.
Pero la cosa no mejoró, se volvió mucho más bizarra cuando un precioso animalillo blanco y alargado -un hurón- apareció ante Julchen diciéndola que todo eso no era más que un sueño. La chica podía haber pensado que lo que decía el animal no eran más que mentiras, pero el que un animal hablara y flotara no era para nada natural.
Tras que dicha criatura astral decidiera "devolverlas" a la realidad, o al menos ayudarlas a transitar hacia allí, las dos abrieron los ojos, algo confusas. Salamon nada más abrir los ojos vio un mundo multicolor, lo que podría indicar que no había salido del trance. Pero al moverse, pudo ver como esos colores caían al suelo, puesto que no eran más que trozos de papel recortado para lanzar en las fiestas. Se sacudió completamente y fue a ayudar a su humana. Aunque a medio camino de hacerlo, se detuvo, puesto que la chica olía a alcohol por todo el cuerpo. A fin de cuentas estaba duchada en eso.
- Definitivamente, ahora sí que va de verdad que no volveré a tomar drogas ¡jamás!- dijo llevándose una mano a la cabeza y cerrando los ojos. No le habían sentado demasiado bien los tacos y menos las sustancias que llevaban.- Mi maldita cabezaaa...
- Mientras que lo cumplas todo está bien.
- Que sí, que sí. Ahora no quiero sermonees...- gimoteó la chica, como muy pocas veces hacía. Debía tener un buen dolor de cabeza.
Tras conseguir ponerse en pie, las dos observaron un rato más a los Ponchomon, y que no hubiese pasado nada raro en el pueblo. Si no había más que hacer, volverían por el portal por el que habían venido. Por suerte, en el sueño el camino para ir a la playa era el mismo, así que, al menos no se confundirían de lugar.
Pero la cosa no mejoró, se volvió mucho más bizarra cuando un precioso animalillo blanco y alargado -un hurón- apareció ante Julchen diciéndola que todo eso no era más que un sueño. La chica podía haber pensado que lo que decía el animal no eran más que mentiras, pero el que un animal hablara y flotara no era para nada natural.
Tras que dicha criatura astral decidiera "devolverlas" a la realidad, o al menos ayudarlas a transitar hacia allí, las dos abrieron los ojos, algo confusas. Salamon nada más abrir los ojos vio un mundo multicolor, lo que podría indicar que no había salido del trance. Pero al moverse, pudo ver como esos colores caían al suelo, puesto que no eran más que trozos de papel recortado para lanzar en las fiestas. Se sacudió completamente y fue a ayudar a su humana. Aunque a medio camino de hacerlo, se detuvo, puesto que la chica olía a alcohol por todo el cuerpo. A fin de cuentas estaba duchada en eso.
- Definitivamente, ahora sí que va de verdad que no volveré a tomar drogas ¡jamás!- dijo llevándose una mano a la cabeza y cerrando los ojos. No le habían sentado demasiado bien los tacos y menos las sustancias que llevaban.- Mi maldita cabezaaa...
- Mientras que lo cumplas todo está bien.
- Que sí, que sí. Ahora no quiero sermonees...- gimoteó la chica, como muy pocas veces hacía. Debía tener un buen dolor de cabeza.
Tras conseguir ponerse en pie, las dos observaron un rato más a los Ponchomon, y que no hubiese pasado nada raro en el pueblo. Si no había más que hacer, volverían por el portal por el que habían venido. Por suerte, en el sueño el camino para ir a la playa era el mismo, así que, al menos no se confundirían de lugar.
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Re: Tacos [Mision]
Las chicas se marchan, dejando atrás la isla y el pueblo de Ponchomon, quizas no lo notaron antes pero hay un Digimon en ese lugar que no es un cactus mariachi, es un Tapirmon quien de hecho es el cheff de toda la isla y el encargado de proporcionar las “hiervas especiales”.
Mision superada, has ganado 25 DE
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Karasu Kolkrabe
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