Oscuros secretos "familiares"

Como no, Izaya Orihara, una mujer de lacios cabellos negros y extraños ojos rojizos, estaba investigando. Ya no solo todo aquello que pudiera servirla para jugar con sus amados humanos en la ciudad de Tokio, sino investigando sobre otro mundo. Aquél que le habían dicho que se llamaba digital. Un mundo habitado por extrañas criaturas, que para deleite suyo tenían un comportamiento humano.

A su lado avanzaba una criatura cubierta de pieles azules, con un gran cuerno en mitad de la cabeza y la garra izquierda mucho más grande que la derecha. Gabumon X.
Al principio la había sorprendido mucho ese aspecto, cuando logró entender cómo hacer funcionar al dispositivo para que evolucionara su compañero, puesto que la primera vez que lo había visto parecía un perro o un lobo de color azulado con guantes de boxeo. Pero ahora era una criatura que nunca había visto... Quizás era alguna especialidad de su propio dispositivo.

Con un suspiro ella se dejó caer al suelo. Observando el basto desierto que se alzaba a su alrededor. Suerte que era de noche, o su abrigo negro y el pelaje de su compañero llegarían a ser horribles impedimentos para caminar. Observó a Gabumon X, o Inu-chan como ella le llamaba. Curiosa de que solo se dedicara a olfatear los alrededores notando a alguien. Aún no había dicho nada contra ella y eso la sorprendía.

- ¿Cuánto va a durar el teatro este de no decir nada o intentar tirarme algo a la cabeza?
- ¿Eh? No haría eso, tu eres la maestra, y está mal intentar matarte.

Esas palabras la dejaron sorprendida, tanto que dio un par de pasos hacia atrás. Pisando con sus tacones la cola de un digimon que dormía bajo la arena...

El grito de dolor del digimon no se hizo de esperar. Levantó la cola de golpe, mientras que sacudía la arena que tenía encima. Era una especie de escorpión gigante con todo el exoesqueleto que parecía de hueso, el aguijón era metálico. Y sobre todo, el que tenían delante de ellos estaba muy, pero que muy cabreado.

scorpiomon:

-¡Mierda!- musitó la mujer con fastidio al ver a semejante bestia mirarla con rabia en esos ojillos.

Si algo había aprendido de ese lugar es que el tamaño solía ser muy importante con el nivel. Y cuanto más grande más fuerte. Excepto las formas mega, que muchas de ellas se reducía el tamaño de la línea evolutiva. Pero en líneas generales cuanto más grande y feo más poderoso.

Gabumon X la cogió de la muñeca y la obligó a correr. Sobre todo para alejarla del peligro.

- Hazme evolucionar- la pidió, sabiendo que era una las pocas formas de conseguir salvarse. Puesto que Scorpiomon les estaba persiguiendo.

Ella no sabía cómo hacerlo para que alcanzara alguna etapa posterior. A fin de cuentas el que lo hubiera evolucionado a la etapa roockie se debió a una pelea en la que agarró el dispositivo en vez de una de sus navajas y una extraña esfera de energía que se canalizó hacia el interior. Entonces evolucionó a esa extraña forma en la que era otra criatura.

- No sé como hacerlo- dijo con bastante calma, a pesar de tener a un escorpión gigante pisándole los talones.
- Concentra tu propia energía, visualiza una esfera en tu mano... O algo así y después consigue que me llegue su energía a mí... Pero sin hacerme daño.

Las instrucciones no podían ser peores, desde luego. Aunque por otro lado era normal, el digimon no tenía ni la menor idea de como un humano lograba hacer evolucionar al compañero. Ella concentró su energía sin dejar de correr, pensando en conseguir hacer más fuerte a la criatura a su lado. Y entonces ocurrió misteriosamente el dispositivo brilló y Gabumon X también lo hizo a la vez.

- Gabumon X shinka... Garurumon X

La bestia que había ahora a su lado no tardó en adelantarla gracias a las poderosas cuatro patas que tenía. Se detuvo entonces dejando ver su aspecto. Un lobo de pelaje azulado, con brazales plateados en las patas y una pomposa cola de apariencia suave. Un "tatuaje" en la frente y unas afiladas cuchillas en el lomo, que evitaban un ataque efectivo encima de su lomo. Garurumon X como decía llamarse se encaró gruñendo a Scorpiomon.

Pero algo más molestó al digimon escórpido. Otro lobo, esta vez de color negro y mucho más pequeño se lanzó a atacarle. Le golpeó con la enorme cola que tenía antes de que pudiera acercarse y morderle. Entonces unas flechas comenzaron a golpearle su duro exoesqueleto. Todas las flechas no le hicieron el más mínimo daño, puesto que su protección le protegía de todas ellas. Y se giró a buscar al culpable, dandole la espalda al lobo azul. Que no tardó en abrir sus fauces y dejar salir unas llamas azuladas contra su enemigo.

- Fox Fire

off:

El ataque de Garurumon X hizo que el escorpión se volviera a mirarle. Dándole la espalda a Mirumon, por lo que este pudo moverse sin impedimentos de ningún tipo. Scorpiomon siseó, Garurumon X gruñó mostrando todos los dientes. Y mientras Izaya se alejaba un par de metros, poniéndose a salvo de todos ellos. Puesto que no era estúpida, y sabía que con un solo tropiezo por parte de los digimons acababa muerta.

El escorpión lanzó la cola, envenenada en el aguijón, contra el lobo. Pero este, con sus poderosas patas se apartó corriendo a un lado, para inmediatamente saltarle al lomo y comenzar a morderle las placas del lomo.

Puesto que la posición no era muy cómoda para volver a alcanzarlo con la cola, Scorpiomon comenzó a dar vueltas sobre sí mismo, tratando de quitárselo de encima de una sacudida. Pero el lobo parecía tener chicle en las patas, o quizás es que había enganchado las garras entre los huecos entre placa y placa de hueso.

El tiro que tendría que efectuar Mirumon tendría que ser muy rápido y sobre todo muy, muy preciso.

Scorpiomon siguió dando bandazos con tal de quitarse de encima al lobo, que seguía intentando, con poco éxito, arrancarle las protecciones de hueso. Los gruñidos del lobo cada vez se iban espaciando más, puesto que se agotaba al tener que hacer tantas cosas a la vez.

Pero en una de las tantas vueltas que habían dado, algo extraño ocurrió: Una flecha se incrustó en las fauces de Scorpiomon. Pero no le mató, puesto que la motalidad de una flecha en la boca se debe a que se insertan en el cerebro. Y el tamaño de las flechas de Mirumon era demasiado pequeño para atravesar el cráneo del enorme bicho. Aunque el veneno sí se había insertado en su sangre. Y poco a poco mermaría sus fuerzas. Pero era necesario entretenerle hasta ese momento.

Furioso el escorpión de hueso consiguió moverse rápidamente y quitarse de encima al lobo azul. Además de propinarle un golpe con la cola. No con el aguijón, pero al menos se satisfizo un poco cuando noto el crujido de los datos internos del lobo.

Garurumon X soltó un gañido cuando su espalda dio contra una de las piedras. Sacudió la cabeza tratando de evitar desmayarse y volver a su etapa roockie. Se puso en pie con lentitud y miró hacia Mirumon. Ahora tendrían que coordinarse para ir atacándolo mientras que el otro era el cebo.

Izaya chasqueó la lengua, un poco molesta por la inutilidad de los dos digimons a la hora de enfrentarse al enorme escorpión. No le importaba lo que le pasase al que tenía flechas, pero ahora que había comprobado qué clase de seres abundaban en ese mundo, prefería que su compañero estuviese con ella. Solo por si acaso...

Con un suspiro de resignación decidió acercarse de nuevo a la zona de batalla, con tal de ayudarlos, al menos con un pequeño plan. El cual era muy simple, y dada la talla de su enemigo terriblemente eficaz. Sólo había que tener buena puntería, y eso era algo que el forestal parecía tener. Sin embargo primero se acercó a su compañero, corriendo, puesto que era el que no tenía la atención del digimon Ultra.

- Inu-chan~ Dale con un chorro de fuego de ese que has usado antes en toda la cara. Y distráelo lo máximo que puedas.

El enorme lobo asintió a las palabras de su compañera y corrió para ponerse en una posición que le asegurara al menos congelar parte de la cara del insecto.

Scorpiomon por su parte se desplazó hacia Naois, adelantando la cola, tratando de al menos rasguñarle con el aguijón, y trasmitirle así el veneno que había en esta.

off:

El lobo de sombras realizado por Mirumon recibió el impacto del aguijón en su cuerpo. De no haber estado, su amo hubiera sido el golpeado. Por suerte Mirumon había sido lo suficientemente hábil como para colocar una "barrera" a tiempo de evitar un golpe casi letal para un digimon de nivel campeón.

Por otro lado, el lobo azul consiguió ponerse en la posición adecuada para que las llamas golpearan al lado izquierdo del escorpión. Este, cabreado puesto que la escarcha se había quedado en su rostro, comenzó a girar su cuerpo para encararse contra Garurumon X.

Ese fue el momento en el que Izaya se colocó a la lado de Mirumon.

- Disparale a los ojos. Aunque tus flechas no son más que astillas para el tamaño del bicho, ciego se volverá torpe. Por no decir que si lo haces bien, puede llegarle la flecha hasta el cerebro y eleminarlo~ - comentó antes de volver a retirarse.

Garurumon X retrocedía cada vez que el aguijón o las pinzas de tan temible criatura estaban a punto de golpearlo. Y mientras continuaba con los ataques dirigidos contra la cara del insecto.

- Fox fire

off:

La humana observó con atención como el digimon forestal materializaba una flecha entre destellos morados y no pudo evitar pensar que eso le restaba masculinidad a marchas forzadas. Pero poco podía hacerse con los gustos de los digimons.

Mientras Garurumon X consiguió esquivar prácticamente todos los ataques del escorpión, que empezaba a perder precisión y velocidad por el veneno de la primera flecha que le había clavado Mirumon. Sin embargo eso no evitó que con un violento movimiento, volviera a golpear al lobo. El golpe más el rozamiento por la arena, provocó que regresara a su etapa roockie. Si no se daba prisa el espíritu digital el pobre digimon acabaría siendo absorbido.

Por suerte en ese momento llegó la flecha que impactó contra el ojo del escorpión, dejandolo tuerto. Pero aún no muerto. El disparo había sido preciso, pero le había faltado conseguir atravesar los tejidos más blandos del ojo para haber conseguido llegar a la zona más profunda de la cuenca.

Enloquecido por el dolor, el digimon Ultra comenzó a sisear y moverse erráticamente. Alejándose de la zona. Dandoles por fin un rato de paz y tranquilidad a los tres.

Iza se dirigió hacia su compañero para comprobar cómo estaba. No la interesaba que ahora se le muriera y la dejara sola con esos monstruos sueltos por todo el mundo.

off:

La mujer sonrió ampliamente al ver como el escorpión emprendía la huida. Una lástima que ese bicho no hubiese muerto, pero al menos ya no les intentaría matar. Aunque lo mejor era moverse de ese sitio antes de que volviera a por la revancha.

Se desplazó hasta donde se encontraba Gabumon X. El pobre se le notaba bastante herido por no decir agotado, dado que jadeaba con esfuerzo cada pocos segundos y mantenía los ojos cerrados. Sin embargo ella no era una mujer que se preocupara demasiado por los demás: lo más importante era ella y si tenías suerte de que tuvieras relevancia para ella, también evitaría o al menos trataría de evitar que te pasara algo malo. Pero por mala suerte para el digimon azulado, ella aún no le había cogido suficiente "cariño" como para eso. Solo era otra de sus herramientas.
Por ello le removió sin demasiada delicadeza.

- ¿Sigues vivo? Si no lo estás no tienes por qué estar tirado en el suelo~ Tenemos que irnos antes de que ese bicharraco vuelva.

Gabumon X se puso de pie, con algo de esfuerzo. Pero acabó consiguiendolo que era lo importante.

- Estoy bien.- contestó a Naois.
- Deberíamos movernos~ Antes de que el bicho vuelva y decida matarnos.

En cuanto que se alejaran de allí y encontraran un lugar donde relajarse, Izaya saciaría su curiosidad. Puesto que era la primera vez que veía a un humano convertirse en digimon, y eso sin lugar a dudas era extraño. Y lo que la llevaba a preguntarse otra cosa ¿era humano?

Caminó internándose por el desierto en busca de algunas rocas que les pudieran servir como protección. Gabumon X la seguía deseando llegar ya a algún lugar donde poder dormir un rato.

Ella iba silbando una cancioncilla cualquiera, mientras oteaba entre las dunas y la arena. Rogando por encontrar algo, y a ser preferible que hubiese agua cerca, o se encontraría en grandes problemas cuando llegase el día. Aunque por ahora, se conformaba con una piedra lo suficientemente amplia como para poder recostarse.

- Esto... - miró hacia Nao, tratando de recordar si sabia el nombre del joven que iba andando un par de pasos por detrás de los suyos, que curiosamente tenía la misma combinación de pelo y ojos que ella.- Creo que no me has dicho tu nombre, yo soy Kanra-chan~ ¿Cómo puedes transformarte en digimon?

No era alguien que tardara mucho en hacer las preguntas que la interesaban, así que por ahora hasta que encontrara el sitio donde sentarse sin llenarse de arena, cosas malas de llevar falda, trataría de saber más cosas del moreno.

Gabumon les seguía un par de pasos por detrás cansado. Pero tratando de evitar retrasar a los dos humanos.

Finalmente tras andar un par de minutos y subir una duna bastante grandecita, la chica pudo ver algo que les podría servir como refugio. Sonrió satisfecha y se dejó resbalar por la ladera llena de arena. Puesto que de esa forma era más fácil que bajar andando; había más riesgo de caerse si se iban dando pasos. Gabumon X al no estar acostumbrado a caminar por esos terrenos, trato de bajar andando como haría cualquiera al bajar una pendiente, y acabó rodando hacia abajo.
Indudablemente llegó el primero.

Al llegar se sentó con la espalda apoyada en una de las enormes rocas desérticas. Y cerró los ojos unos segundos, ya cansada de andar. Después observó al chico con atención, había dejado la conversación en cuanto vio la cuesta de la montaña, y ahora iba a retomarla, incluidos las reacciones del chico. Se había percatado de que debía esperar a alguien, o que alguien le esperaba a él... O quizás le perseguían. Mirar hacia atrás con preocupación no es algo muy normal.

- Así que Frontier~ Es la primera vez que oigo hablar de ellos. Aunque no es la primera vez que oigo hablar de humanos que se transforman en digimon- la maestra del Gatomon negro era una de esas.- ¿Y qué te trae al desierto?

Sacó una de sus navajas y comenzó a jugar con ella volteándola mientras que sacaba y metía el filo. No se cortó en ningún momento, puesto que tenía ya mucha práctica con ese tipo de armas; y era un buen entretenimiento cuando no sabías qué hacer.

Gabumon X en cuanto llegó a la zona de rocas, se dejó caer en la arena. Y antes de que siquiera su cabeza tocara los pequeños granos de sílice, ya estaba dormido.

La mujer miró al cielo tratando de calcular a que hora empezaría a amanecer. Sobre todo porque eso indicaría que era la hora de dormir para ella; puesto que con ropas negras y que no estuvieran diseñadas para el desierto, era un suicidio avanzar.

- Sí, de los otros. Ya te he dicho que es la primera vez que oigo hablar de los frontier~- hizo una pausa para que el chico contestara a su otra pregunta.- Ah, eso explica que miraras hacia atrás preocupado. Pues puedes irte cuando quieras, no tengo necesidad de retener a nuestro "príncipe de brillante armadura".

Sonrió divertida por la gran amabilidad del chico a la hora de rescatar a los demás, puesto que había pocas personas que hicieran esas cosas sin recibir nada a cambio.

- ¿O acaso buscas una recompensa por habernos salvado, y por eso nos sigues?

La risa llenó el limpio aire nocturno del desierto. Al parecer le había parecida muy divertida dicha petición, y no era para menos, a fin de cuentas la información era su trabajo.

- Está bien, pero como pretendes dejarme sin trabajo, pues te voy a poner un límite en las preguntas. El resto que quieras saber me lo tendrás que pagar con favores. A favor por pregunta. ¿Trato hecho?- le miró seriamente, dejando las falsas sonrisa que parecían ser totalmente reales.- Tienes cuatro preguntas gratis, así que ve con cuidado.

Se quedó un par de minutos en silencio pensando en todo lo que sabía que podía contestar a esa pregunta. No era demasiado, puesto que solía investigar más a las personas que a los grupos, a menos que fuese importante saber cosas sobre esos grupos.

- Veamos, son humanos que han sido usados en experimentos genéticos en los que se les enlaza con ADN de distintos digimons. Generalmente son creados para ser usados como armas, aunque hay algunas excepciones en las que son creados por curiosidad de su creador. Generalmente son creados por grandes empresas que pagan cantidades ingentes, pero en otros casos son científicos locos, que son su propio sustento tratan de realizarlos. - hizo una pausa para tomar el aire- Lo más habitual es que se usen cuerpos de niños, o células para que el experimento tenga más exito. Pero hay excepciones, generalmente cuando la persona estaba a punto de morir. Como es la única salvación para seguir existiendo, el cuerpo acepta los genes aún incluso cuando son adultos. Y eso es todo lo que sé.

- Gabumon X se dio la vuelta dando un ruidoso ronquido, no se enteraba de lo que ninguno de los dos hablaba, puesto que estaba demasiado cansado como para que unas voces le despertaran.

- Siguiente pregunta.

Al parecer la contestación había sido satisfactoria para el chico. Guardó la navaja, ya cansada de jugar todo el rato a lo mismo y se quedó unos instantes meditabunda. Quizás obtener los mismos poderes que un Biohybrido no estaba mal, pero a ella no le gustaba. Eran monstruos, con una base humana que le encantaba, pero monstruos en cuanto a fuerza. Dudaba que pudiera tratar bien a alguno de ellos, es decir, que solo lo torturara un poquito, como a los humanos normales. A ellos les llevaría a situaciones extremas aprovechando su humanidad. Pero por ahora era mejor esperar y analizar un sujeto de cerca.

Parpadeó mirando de nuevo mirando a Nao, para atender a la segunda pregunta... Durante unos segundos pensó que le había escuchado mal. Pero no, ahí estaba la pregunta.

- No hay casos registrados de que hayan conseguido criar algo. Pero no lo creo posible, porque al ser híbridos no pueden reproducirse; genética elemental. Siguiente pregunta.

Izaya le miró atentamente, de manera escrutadora.

- Sorprendente... - dejó de hablar sabiendo que lo que pensaba seguramente molestara al chico: "Una criatura que rompe las leyes de la lógica y la comprensión, aún cuando la hibridación en seres vivos es sinónimo de esterilidad... Un monstruo mucho mayor que sus padres, sin duda."

Sus ojos brillaron un segundo solamente de manera calculadora. Puesto que rápidamente pasaron a ser como antes. Su rostro en todo el tiempo no dejó salir a relucir lo que pensaba... Aunque como amante de los humanos no podían gustarle los monstruos, y menos si el propio ser humano como tal no lo había creado. Pero eso, era mejor no decirselo... De momento.

- Estrictamente hablando no conozco a ningún biohybrido. Solo sé sobre ellos, y quizás sepa sus nombres. Pero no les conozco.- sonrió con suficiencia, el bello arte de las palabras era una cosa con la que andarse con mucho cuidado, especialmente con los informadores.- Sólo te queda una pregunta.

Se recostó contra la roca, ahora sólo tenía una pregunta, que sin duda sería una reformulación de la anterior. O en todo caso, otra pregunta, pero eso no iba a evitar que acabara ganando al menos un favor para ella.

Esperó algún gesto de indignación y queja por su parte, pero nunca llegaron. Lástima, a ella le gustaba que la gente se quejara porque no cumplía su parte del trato, pero claro que lo hacía. Es que la gente no se daba cuenta de algunos errores que cometía a la hora de preguntar, que hacían que el propio informante se aprovechara de ellos. 

- Zayyn y el experimento norteamericano de defensa... Pero debo decir que no tengo más datos sobre el último, puesto que lo mantienen en bastante confidencialidad el caso. Aunque al parecer fue robado hace poco tiempo.

Un caso interesante, pero peligroso de investigar, puesto que los que estaban involucrados tenían bastante poder e influencia, y aunque ella era una de la principales redes de información de Tokio de poco la servía esto último cuando se trataba de temas mundiales.

- Dependiendo de lo que me desvele tu última pregunta sobre lo que quieres saber, te la daré gratis o no. Así que, adelante con tu última pregunta~

Off: Si lees bien mi post, nunca dije que el otro Biohybrido fuese chica.

Esperó a que el chico analizara la poca información que le había dicho. Al parecer sólo le había interesado la información de la dueña de la gatita. Al parecer a todo el mundo le interesaba bastante esa joven. Se iba a poner a vender información sobre ella a este paso a todo aquel que aunque no la quisiera le diera curiosidad.

- Veamos... qué es lo que sé. Nació en Estados Unidos, fue internada en un orfanato desde que era muy pequeña, puesto que su padre no quería ni verla y su madre había muerto durante el parto. Cuando ella alcanzó los 15 años, su padre fue brutalmente asesinado por una especie de felino grande como un león. Pero jamás encontraron a dicho animal... Unos cuantos años después comenzaron sus actividades por el mundo digital, de lo cual no hay demasiado que destacar~ - se encogió de hombros, lo cierto es que lo más entretenido que había hecho era durante su infancia. - Y eso es todo... Te dejo la pregunta gratis si me dices que la información es para hacer alguna cosa... Entretenida. Y espero que no sea solo porque quieres encontrar a tu mamá~

¿Cómo lo sabía? Fácil, él decía que era hijo de dos biohybridos y le preguntaba mucho por uno de ellos. Es decir, buscaba a sus padres o al menos a uno de ellos.

No era divertido que solo fuera una situación de uno y el otro corriendo para encontrarse. Eso era demasiado aburrido, y tan bonito que hasta resultaba vomitivo. Pero si era para otra cosa que devastara los sentimientos de la pelirroja, en fin... Qué decir más que era magnífico. Y eso que no la había hecho nada, pero amaba ver las reacciones de los humanos ante algunas situaciones. Como por ejemplo, esa misma.

La búsqueda de información del chico había resultado ser bastante más entretenida de lo que ella había pensado. Y al parecer podría divertirse más sobre el asunto. Puesto que había oído rumores entre algunos digimons de que la híbrida pelirroja buscaba a una rubia. ¿O era una rusa? Lo que fuera no venía al caso. Pero sí que decía que le había robado algo.

- Está bien, la pregunta es gratis. Nunca me hubiera "imaginado"- sí que lo había hecho, cuando interpretas has de tener en cuenta todas las probabilidades.-esa respuesta... Quizás te interese otra cosa que escuché sobre ella de que buscaba a alguien, porque le había robado algo. Pero si quieres saber más sobre quién, me deberás un favor~ ¿Dispuesto a pagar el precio, Nao-chan~?

Claro estaba que con dejarle saber sólo la mitad le gustaría saber el culpable del robo.

Al parecer el niño comenzaba a entender levemente la sistemática de Izaya en el uso de las artes de la manipulación. O eso es lo que reflejaban sus ojos, lástima que no lo hiciera del todo, sino hubiera sabido que lo mejor hubiera sido no deberle nada. Incluso aunque sus ansias de sabiduría hubieran perdurado. Simplemente podía haber preguntado a la misma gente que ella, seguro que cada persona sabía algo de Zayyn.

- Al parecer busca a una rubia o a una rusa, depende de las versiones el nombre cambia, porque le ha robado algo. El qué no lo sé, pero es algo importante para ella al parecer. Podría ser un bebé o podría ser un objeto. ¿Quién sabe?- Kanra se le quedó mirando.- Pero es raro, supuestamente tu "madre" tiene 20 años y tú aproximadamente unos 16 o 17. Es raro que las mujeres tengan hijos con solo 3 años de edad.

Una "inocente" afirmación que buscaba comprender un poco mejor la naturaleza del chico. Puesto que no ponía en duda que él fuera su hijo. Pero que hubiera crecido tanto era raro.

Kanra le observó en silencio con una sonrisa que poco a poco se iba ampliando y demostrando el disfrute de las reacciones que sus palabras habían provocado en el chico. Por eso se había hecho informadora, puesto que la información era un poder demasiado grande, pero que muchas veces las personas se olvidaban de su valor. En el aire casi podía saborear la desesperación del niño frente a ella, y eso era algo que realmente la emocionaba. ¿Qué le haría hacer esa emoción? 

Solo se quedo algo molesta porque el chico no le había dicho sobre su edad. Pero bueno, al menos se acordaba de que la debía un favor. Y no parecía alguien que no cumpliera con sus tratos... Pero mejor mantenerlo vigilado por si acaso... Sino siempre podría mentir acerca de él, y que fuera gente tras él a matarlo.

- No te preocupes te encontraré... Y espero que lo cumplas, porque si soy tu aliada soy muy útil, pero como tú enemiga soy letal. Recuerdalo.- replicó.

Gabumon X se levantó, llevaba rato despierto, pero no había dicho nada. A fin de cuentas su único asunto era proteger a su compañera. Nada más.

- Parecía muy enfadado el chico.
- Lo está~ Y debo decir que ha estado bien que te despertaras ahora. Tenemos que enterarnos de qué ha pasado

La mujer intrudujo una esfera de energía, que había tomado más fuerza ante el disfrute del sufrimiento ajeno. Gabumon X volvió a evolucionar en Garurumon X. Izaya se subió al lomo de su compañero. Él se puso a olfatear, siguiendo el rastro del chico para seguirle. Izaya necesitaba mirarlo, aunque fuera de lejos.

Una joven rubia dormía cerca del agua del exuberante oasis. Ajena a todas las cosas que habían pasado desde que la persona que descansaba a su lado se había marchado.
Velando por su sueño, desde un dispositivo en su cintura estaban los espíritus de las estrellas, Selenemon y Heliamon. Ambas observando lo que ocurría a su alrededor. 

Sin embargo, era la forma humana la que más preocupada estaba esa noche, algo en las estrellas parecía comunicarle que cosas malas se acercaban... Y el que el humano que portaba a Mirumon, su "hermanito" pequeño, tampoco la gustaba nada. Había aprendido con el tiempo a ser muy perceptiva a las "coincidencias".

El sueño de Natasha siguió tranquilo, sin que nada la perturbara. A fin de cuentas hacía unas noches había tenido el sueño más raro de su vida, así que cualquier cosa que ahora soñara no sería ni la mitad de peculiar.

La mujer le siguió montada sobre el enorme lobo. Claro está, que fueron a un paso tranquilo, puesto que no podían ser vistos y el chico iba andando. En caso de que se transformara en el arquero aún iría a pie, por lo que su rastro seguiría sin cambiar de zona y eso les facilitaba mucho las cosas.

Tras un buen rato caminando llegaron a un bonito oasis, por el que tuvieron que avanzar con más cuidado, puesto que eran lugares en los que la vida desértica se reunía, puesto que había agua. El bien más codiciado en esas zonas. Aceleraron un poco el paso, aún siguiendo la chico procurando permanecer lo más ocultos posibles, para no ser pillados mientras que cotilleaban al joven.

- Huele a agua más adelante- murmuró Garurumon X en voz baja.
- No creo que vaya mucho más lejos de aquí. Subiré a la rama de uno de los árboles para ver si veo algo, tú síguele por si sigue moviéndose a otro sitio.

Izaya subió a la copa de un árbol donde sacó sus prismáticos apuntándolos al lago. Sonrió al ver como el chico se iba aproximando a una rubia que estaba dormida. Al parecer sí que iba a haber diversión para ella durante ese día. Mientras Garurumon X reptando sobre su vientre se había aproximado lo más que podía al chico sin ser percibido por este o por su espíritu. Gracias a sus agudizados sentidos podía escucharles todo lo que dijeran. Siempre y cuando el aire no cambiara de dirección.

off:

Selenemon percibió que había alguien dentro de la zona más cercana al lago. Se tensó dispuesta a despertar a Natasha en caso de que fuera un enemigo. Pero respiró aliviada al ver que solo era Naois. Aunque... Notaba algo extraño al joven. Ojalá pudiera preguntarle a Mirumon, pero estando como estaban ahora los dos, ambos humanos les escucharían y a ella no le apetecía poner en alerta a Naois por su desconfianza hacia él. A fin de cuentas era un niño aún y era muy inseguro ante algunas cosas.

Natasha remoloneó un poco, no quería levantarse aún. Quería seguir durmiendo, pero finalmente abrió un poco sus ojos rojizos para ver qué es lo que Naois quería. Por suerte ya habían pasado esa fase de la infancia en la que los niños tienen miedo a la oscuridad y tienen que ir al servicio acompañados de uno de sus padres para estar más seguros.

- ¿Qué pasa...- bostezó- Nao?

Le miró curiosa e inocentemente. A fin de cuentas no tenía nada que sospechar sobre el pequeño al que había criado ella misma.

Se estiró un poco más, notando como crujían cada uno de sus huesos. En ningún momento apartó la mirada de Naois, puesto que le notaba anormalmente serio. Como si algo muy importante hubiera pasado y eso no la gustaba demasiado. 
Le abrazó cuando le dijo que había tenido una pesadilla, en ningún momento percibió que era une mentira. Pero dos pares de ojos acostumbrados a mirar las estrellas, notaron algo extraño en el comportamiento del chico, pero por el momento se mantuvieron en silencio.

- Eh...- se tensó al escuchar eso de cuando era bebé y si lo había encontrado así.

Escuchó dos voces en su cabeza, cada un correspondiente a sus espíritus.

<< Dile toooodo de golpe, así mejor para mí. Podré comer espíritu corrupto al plasma >>
<< Ni caso a la psicópata... Solo te diré esto, Natasha, las estrellas me dicen que algo malo va a pasar. No estoy segura de que tenga relación con Nao, pero las coincidencias como empezar a hacer preguntas comprometedoras y malos augurios nunca son una buena combinación. Escoge con sabiduría la respuesta que le vayas a dar. >>

Natasha se separó lentamente del abrazo y miró fijamente a los ojos a Naois trantando de ver que había en ellos.

- No, no fue así como te encontré. Pero no quiero hablar de ese tema... Es algo del pasado.

La chica estaba seria, se abrazó a sí misma algo asustada. Tenía dieciséis años, por lo que tenía derecho a ponerse nerviosa cuando la preguntaban cosas que no quería contestar como eso. ¿Qué hacer?¿Qué decir? No había pensado en nada creíble. Siempre pensó que a Nao le valía estar con ella, sin preguntas ni nada. Pero debía estar buscando más sobre sus orígenes.

- ¿De verdad es tan necesario?- murmuró demasiado bajo, quizás él ni la había escuchado.

Tanto si lo había hecho como si no, había acertado de pleno con la pregunta que hizo. Natasha había conseguido mantener su lado más oscuro oculto desde el despertar de aquel sueño. Era normal y se comportaba como siempre, hasta que mencionaban a Zayyn, entonces no podía ocultar todo el odio que sentía por ella y el disfrute cuando la hacía sufrir.

- Sí, claro que estaba... ¿Si no cómo podría saber que era tu madre?- contestó con una tétrica sonrisa, que Nao nunca debería haber visto.

La rusa le miró fijamente, con algo de frialdad. ¿Ahora se asustaba de sus preguntas? Para empezar que no hubiera usado la palabra, o mejor dicho, la persona clave para sacar su lado oscuro. Porque ya no eran dos, sino una sola. 

- Naois, no la hagas recordar a tu madre... Digamos que ha pasado por algunas cosas psicológicamente duras durante su infancia, y cuando odia mucho a una persona, le sale es vena psicótica. A ser posible evitala en el futuro.

Selenemon intentó poner un poco de orden, sobre todo al ver al chico asustado. Eso no les ayudaba en nada, y si bien estaba de acuerdo con vengarse de Zayyn por las deshonrosas huidas, sabía que Natasha nunca se perdonaría haber perdido el control delante de Naois.

- Oh, no seas aburrida, Sele. Con lo que mola Natasha enfadada...

Como no, el otro espíritu digital empezó a meter baza. Cualquier cosa con tal de que el chico evolucionara a Mirumon y tuviera una excusa para comerselo... Por defensa propia.

Natahsa cerró los ojos y respiró tratando de volver a la normalidad. Pero la siguiente pregunta del chico haría que la balanza se decantara por su comportamiento normal o por el enfadado.