En algunas ocasiones encontrar a tu enemigo es mala opción.

Una joven caminaba por el oscuro bosque, en apariencia despreocupada, a pesar de lo tétrico del lugar. Iba silbando una cancioncilla, abstraída, mientras que miraba el paisaje a su alrededor. Cualquier persona estaría aterrada en ese bosque, pero la rubia había crecido en las calles, aprendiendo a reconocer cuando ocurriría algo malo. Además de que para ella un bosque siempre era esos que salen en los cuentos, llenos de pajaritos y animalitos inocentes, demasiada inocencia en un cuerpo... Aunque también su confianza radicaba en que podría huir si algo se ponía peligroso.
Ella poseía los dos espíritus del guerrero digital de las estrellas. Estaba segura o así se sentía ella.

No sabía lo que el destino la deparaba, por ello iba despreocupada, pero tras ese encuentro algo haría que tomara una opción que quizás en el futuro se arrepintiera. O quizás no, quien sabía. Por ello, Natasha iba completamente feliz con su vestido negro con un lazo morado, conseguido en el barco pirata.

Un ruido alertó a la chica de que había alguien cerca de su localización. Quizás nuevos amigos. Se sentía muy sola, porque a diferencia del resto de niños elegidos ella iba sola, sin nadie que la cuidara y la acompañara. Era tan horrible la soledad, pero a eso estaba destinada...

- Deja de ser tan aburrida, Natasha, no estas sola y lo sabes. Además los demás son una debilidad.

Se la olvidaba a veces que desde su dispositivo, Selenemon podía hablarle. Casi siempre para regañarle y darle indicaciones aburridas sobre qué hacer. Siempre había querido una madre, pero ahora que tenía una, y ya no la quería. Antes al menos era libre y tenía amigos.

Se fue acercando, escuchando por donde iban, pero si salir del camino. Sabía que era un error sobre todo en esos bosques tan oscuros. Pasito a paso cada vez los escuchaba más cerca, hasta ver delante de ella a una rubia, con ropas de cuero. Y otra persona con una enorme barriga, pero no podía verla el rostro, porque justo la tapaba la rama de un árbol.

- Hola a las de ahí delante- Gritó, mientras que saludaba con una sonrisa en el rostro.

Off:

Aviso:

On: A la rubia no la conocía de nada, aunque había algo en ella que le sonaba a la rubia. Quizás la había visto en otro lado. Pensaba y pensaba donde podía haberla visto. Pero la pista definitiva se la dio la pelirroja que salio de detrás de las ramas.

La rusa se quedó helada, asustada al principio. Aunque furiosa después. Estaba cansada y harta de huir, pero no podía hacer otra cosa, Zayyn era mucho más poderosa que ella. Y no podía hacer nada. Pero entonces se percató de una cosa y comenzó a reírse de manera siniestra. Nadie que hubiera conocido a Natasha antes hubiera creído que era ella, no había ni una pizca de esa bondad que habitualmente demostraba.

Se llevó una mano al rostro, mientras que se doblaba, puesto que se quedaba sin aire. Al levantarse el aire que emitía era distinto, seguía siendo humana, rubia y rusa. Pero como se dice los ojos son el espejo del alma y ya no era tan redondos, tan inocentes, con esa luz tan bondadosa en su fondo. Ahora sus ojos rojos eran más afilados, oscurecidos por la maldad, y con una mirada de diversión cruel. Simplemente el hecho de que sus ojos hubieran cambiado de forma de mirar hacía casi la ilusión de que sus rasgos también hubieran cambiado a unos más adultos.

- Vaya, vaya... Así que la peligrosa y demoniaca mujer que se dedicaba a usar a los niños pequeños como chantaje ahora está embarazada. Y además bastante. - volvió a reír.- Esto no me lo esperaba. Quizás debería aprovecharme de esto, ahora no eres más que una simple humana como yo. Diría que me lo voy a pasar muy bien... Quizás podría sacarlo de tu interior... Ah, lastima para eso necesitaría una navaja, seguro que sale mucha sangre... Y con lo grande que tienes la tripa hasta quizás lo saque vivo... ¡Oh! Ya imagino tu cara cuando le... - se paso el pulgar por todo el cuello, de lado a lado- Será tan divertido

Las ideas que pasaban por la mente de la rusa no eran nada agradables. Esta personalidad nacida para sobrevivir en las duras calles rusas, siendo alguien que llegaba a disfrutar del sufrimiento ajeno y la sangre. Pero claro está, hecha para sobrevivir, la rusa no recordaba esos momentos de locura.

- O mejor... Me lo puedo quedar como mascota

La sonrisa psicótica se ensanchó. Sí lo mejor sería quedárselo como mascota y contarle al niño que su madre lo había abandonado, porque no sería más que una carga... Aunque estaba el problema de que la Natasha buena no se enteraría de eso, puesto que nunca recordaba sus momentos de locura. Habría que conseguir hacerlo de alguna manera.

La rubia se llevó las manos a la mochila y escribió en un móvil robado un mensaje para después. Lo volvió a guardar sacando esta vez su dispositivo. Todo el rato había estado soltando risitas, aún divertida por la situación.

La intención de sus palabras no había sido darle miedo a la pelirroja, ni mucho menos. Pero sí soltar esa frustración interior. Aunque había conseguido su objetivo, la iban a atacar. Ahora demostraría lo débil que era Zayyn en comparación a ella. Esta situación pocas veces se volvería a dar en la vida.

- Digispirit digievolves...Selenemon- dijo al dejar de brillar rodeada de códigos. -Zavesa Tʹmy

Se teletransportó detrás de Zayyn, con ambas espadas desenvainadas. Una la colocó en su cuello, la otra sobre el vientre, afianzando así su amenaza a eso de que iba a rajarla. Estaba detrás de la pelirroja, protegiéndose con el cuerpo de esta de los disparos de Beelkomon.

- Dispara y te juro que te dejo con una cabeza por compañera.- avisó a Beelkomon.- Veamos... Por donde iba...- bajó su voz a un mero susurro para que Zayyn la oyera.- Te dejaré ir por esta vez, y cuando nazca tu hijo iré a por ti. Me lo quedaré y haré que te odie... Pero antes de arrebatártelo te dejaré un tiempo con él, para que su pérdida sea algo enfermizo para ti.

Vistos desde cualquier lado, podría parecer que la guerrera estaba diciendo hasta dulces palabras, puesto que su cara solo mostraba una sosegada sonrisa de calma. Pero poco tenían de calma esas palabras.

Off:
Завеса Тьмы (Zavesa Tʹmy /velo de oscuridad): El traje negro se convierte en sombras que la rodean y hacen desaparecer a Selenemon. Reaparece en otra sombra a 10 metro de su anterior posición.

La guerrera de oscuros cabellos miró a Beelkomon, con diversión en sus pálidos ojos. Sabiendo que tenía la victoria en ese aspecto. Iba a disfrutar más de ese momento, pero un pinchazo en la cabeza la hizo saber que su tiempo estaba limitado. Se sentía con la victoria, y esa seguridad había calmado a su parte buena. Que luchaba por volver al control del cuerpo.

- No te sulfures tanto, сука, no creo que la haga daño... Por ahora. Sólo quería hablar con ella.- habló de nuevo en voz alta, antes de volver a susurrar a Zayyn- ¿Me harás sufrir? ¿En serio? ¿Con qué? No puedes arrebatarme nada, y el dolor físico no tiene nada que hacer con el psicológico. Nunca podrás igualarme a mí con mi pequeño robo. Y te prometo que lo llevaré a cabo, lo juro por todas las estrellas del cielo.

Un ligero trazo de sangre se abrió paso en el cuello de la pelirroja, cuando un pinchazo excepcionalmente fuerte hizo que Selenemon agarrara sus katanas con más fuerza. Antes de soltarlas y echarse hacia atrás, ya sin apenas poder seguir comportándose así.

- Parece que me retiro ya... Pero antes de que la líe la otra Natasha creo que haré esto...- el dispositivo apareció en sus manos y brilló a la vez que su cuerpo se cubría de datos- Selenemon cambio a... Heliamon

La que antes había sido una humana de cabellos negros como el ala de un cuervo, ahora era un enorme dragón de escamas transparentes, pero rodeadas de un halo brillante que formaba su contorno imitando el brillo de las estrellas. La bestia rugió, sus ojos brillaban con llamas que a diferencia del resto de su cuerpo, que eran doradas, estas eran rojas. La humana no tenía control de su lado animal y salvaje. De ahí que estuviera su otra personalidad, Natasha era incapaz de controlar esa oscuridad que había en su alma.

Como bestia que se siente amenazada, abrió las fauces y dejó salir un chorro de llamas doradas. Atacando de manera ciega a su alrededor, queriendo eliminar a todo lo que tuviera delante, como esa humana y esa digimon.

Off: олнечное рев (Solnechnoye rev /rugido solar): Abre las fauces dejando salir un chorro de viento solar (plasma poco denso a unos 450 Km/h (información sacada de la wikipedia)). El rango es de 20 metros.

traducción:

El dragón ignoró que sus presas hubieran escapado. Aún sentía en su interior esa inhumana rabia a causa de un profundo terror. Destrozaba el bosque a base de llamaras de brillante luz dorada, arrasando con todo lo que cayera bajo sus zarpas. Por suerte para ella, no había digimons de nivel igual o superior al de ella, por lo que podía sentirse a salvo cuando regresó a su cuerpo humano, agotada ya toda su energía.

Cayó al suelo, incapaz de moverse, simplemente miraba el cielo. Recordando esa sed de sangre, ese oscuro miedo. Asqueada de ella misma por ocultar eso en su interior. Pero más se odiaba al recordar a la pelirroja embarazada, la sangre parecía arderle en las venas y se sentía furiosa tanto con ella misma como con Zayyn. Era un sentimiento extraño.

Llevó las manos a la mochila, sacando el teléfono que tenía allí, sentía la necesidad de verlo. No sabía bien por qué el motivo. Y encontró un mensaje escrito para ella en la pantalla del aparato:


Natasha sabía que eso era algo bastante cierto, por lo que decidió ir a por el pequeño cuando naciera. Tenía que hacerlo, era un alma inocente que no merecía ese tipo de madre. Una madre que le odiara e incluso llegara a matarlo. Porque la rubia, dudaba de que el corazón de Zayyn fuese capaz de amar a alguien.