¿Otro mundo? Debo estar soñando...

La noche mostraba una brillante Luna en el recóndito valle, el viento soplaba meciendo la hierba con delicadeza, casi como si estuviera acariciando la tierra. Pero algo rompió esa estructura de calma y paz. Un enorme brillo de color blanco apareció en el cielo, acercándose a gran velocidad al suelo. El "meteorito" se depositó con extraña calma en el suelo.

O eso era lo que me parecía a mí, porque al principio me encontré rodeada de luz y con la sensación de que caía. Y caía y caía, lo peor de que no te gusten las alturas es que no sabes cuánta distancia desciendes realmente, dado que pueden ser unos segundos, pero parecerte minutos. Y sin embargo, cuando pensaba que iba a acabar aplastada, fui depositada en el suelo casi con delicadeza.
Miré a mi alrededor, estaba en una especie de pradera, entre dos montañas, más o menos horizontal, lo que indicaba que sería un valle. Era de noche, pero... Hacía unos minutos u horas antes, yo estaba en mi casa. Recordaba haberme acercado al ordenador, y entonces ocurrió algo extraño...

La brisa movió mi cabello, lo cual me desconcentró, yo tenía el pelo corto, pero ante mí se veía un pelo largo. El color era el mismo que el mío y al tirar de él sentí el tirón en mi propio cuero cabelludo. Miré entonces mi ropa, y ya no era mi pijama con pantalones de cuadros y camiseta negra, no. Era un vestido que simulaba el cuero negro, con correas de cuero marrón en los brazos y los guantes, un cuello blanco y el borde de la falda, también en blanco. Llevaba un corsé de los que iban por debajo del pecho con tres hebillas y una especie de delantal con dos símbolos en los bordes. Además unas medias de rallas y unas botas también con correas y hebillas.
Me sentí desconcertada, pero lo cierto, es que era bonito.

A mi lado se encontraba mi mochila, hurgué en su interior, y encontré todo lo que tenía que haber: Mi ordenador y mi tablet. Pero además colgado de uno de los lados había un extraño aparato con una correa rosa. Y dentro, un paquete de cartas con un pequeño cinturón con una funda para guardarlas. ¿Qué narices era eso?

Entonces, oí un ruido a mi alrededor. Algo se acercaba a gran velocidad hacia mí. Me giré cuando una cosa azul saltó sobre mí y me derribó contra el suelo, dado que tenía más fuerza de la que se pensaría por su pequeño tamaño.
Sin embargo, la bestia, no me atacó. Sino que me miró con ojos alegres y movió la cola como un perrillo. Era un lobezno azul, con detalles blancos en su pelaje. Uno de mis dibujos.
- Yo soy tu compañera, Wolverimon- dijo, mientras que yo solo pude registrar que era hembra- Bienvenida al digimundo, Shirka

¿Digimundo? ¿Qué era eso? En fin... Desde luego este sueño era muy extraño. Quise decir algo, pero mi confusión me traicionó y solo pude decir: - ¿Eh?

Yara volaba a lomos de Firamon, sintiendo el viento rozándole la cara. Cerró los ojos por un momento, sintiendo la brisa. Era muy agradable, ella estaba con su compañero, y juntos surcaban los cielos.

- ¿Vas a gusto?-inquirió Firamon.

Yara abrió sus ojos verdes de nuevo y se ninclinó hacia delante, abrazando a su compañero.

- Si, es muy agradable. Pero, ¿No estas cansado?

El león alado enmudeció un momento, pensativo.

- Lo cierto es que sí.

Descendió un poco, volando en círculos, hasta posarse sobre el suelo, junto a un río. Yara se bajó de encima suyo y se estiró, mientras él se acercaba a la orilla a beber.

La pequeña lobita movió la cola otra vez.
- Que estás en el digimundo
- ¿Y eso qué es?
- ¿No sabes lo qué es?- preguntó mientras que bajaba las orejitas y se quitaba encima mío.

Lo cierto, es que me estaba dando pena.
- Nunca había oído hablar de él. Y todo esto me parece surrealista, como si fuera un sueño- dije mientras que sentaba.
- uwu

Al parecer el pequeño animalito estaba triste... En fin, por ahora lo mejor que podía hacer era seguir con el sueño, si es que lo era. Pero me había dolido cuando me habían tirado para atrás, y todas las sensaciones eran bastante realistas. Además de que nunca había oído hablar de ese mundo, y en los sueños sólo aparecían cosas que tu conocías.
- Bueno, vayámonos a investigar y así me cuentas más cosas de este lugar- dije con una sonrisa.

Wolverimon movió la cola de un lado a otro y se animo al instante. Que inocente la criatura por cambiar tan rápido de humor; aunque no era quién para hablar, me enfadaba de golpe y sin venir a cuento. O cambiaba de opinión rápidamente.
Me levanté cogiendo la mochila, y agarrando a la loba como si fuera un peluche. Empecé a bajar hacia abajo, dado que en algún momento encontraría un río debido a los canales de desagüe de la geología; y junto a un río un pueblo o ciudad.

La muchacha rubia se sentó en la hierba, observando como su compañero bebía, insaciable. Sonrió y cogió su mochila, y sacó de ella una videoconsola portatil, la famosa PCP Pita (?). Se puso a jugar, siendo absorbida completamente por el juego.

Firamon, por su parte, suspiró contento cuando terminó de beber. Se estiró, tras largo tiempo moviendo casi solo las alas. Pero sin embargo, de repente captó un olor... no, no era uno, sino dos. Un humano y un digimon, este último quizá de pequeño tamaño.

- Yara.

- Ahora nooo, Fira.... Super Mario está intentando salvar a Peach... aunque luego Bowser la llevará a otro castillo, como siempre...

El león puso los ojos en blanco. Ni sabía quien era Mario, ni Peach, ni Bowser. Pero sí sabía que podrían estar en peligro. Se dió la vuelta y miró a su alrededor, hasta localizar con la mirada a una chica de cabellos largos y oscuros bajar por la cuesta, abrazando a una bolita de pelo.

Continué bajando, prestando atención a medias a mi compañera. Era un estado más o menos automático, en el que no prestaba atención a todo, pero podía hacer varias cosas a la vez. Observaba el paisaje, que iluminado por la luz lunar casi parecía dotado de magia. Y a la vez iba sumida en mis pensamientos.
¿Por qué de entre todas las personas había sido yo la escogida? Y cómo es que esto pareciera tan similar a un videojuego.

Algo a lo lejos llamó mi atención, una cinta plateada como la de un río, y en el mismo lado en el que yo me encontraba, había una hoguera, aunque muy rara. Era más bien como un animal a cuatro patas, con llamas en la cola, la frente y las patas. A su lado se iluminaba una figura rubia.

Las comparativas entre mi lobita y ese animal, indicaban claramente que el vencedor sería el otro animal. Por eso me desvié unos pasos, no sabía si nos seguiría.
Wolverimon, notó el cambio de dirección entre mis brazos y se retorció.
- Ese es un Firamon, no hay que tener miedo. En caso de que nos ataque, yo puedo hacerme cargo de él ewe

Pero yo no las tenía todas conmigo.
- Si sacas el digivice D-arc podrás saber lo que quieras sobre ese digimon
- ¿El qué?
- El reloj con la correa rosa

Me detuve a rebuscar esa cosa en la mochila. Mientras Wolve miraba a los que había abajo, moviendo la cola felizmente.

- Yara, te digo que tenemos compañía.

La chica, molesta, chasqueó la lengua y dejó la consola a un lado. Luego se volvió y miró en la dirección que señalaba su compañero. Había una muchacha, allí, bajando por el terreno del valle. Ella también les había visto, y la rubia observó que retrocedía un poco.

- Creo que no tiene malas intenciones, seguro que es un pingüino muy pacífico.

Firamon se quedó mirando a su compañera, preguntándose una vez más de si lo decía en serio. Sacudió la cabeza, llegando a la conclusión de que no tenía remedio. Luego, sin apartar la mirada de los recién llegados, se acercó a Yara y se sentó sobre sus cuartos traseros.

Finalmente encontré el objeto en cuestión. Guardé todo y me colgué la mochila de nuevo. Miré al frente con el extraño aparato.
- ¿Y ahora?
- Apunta al digimon que quieres, mientras que lo sujetas y la pantalla saldrá un poco y te pondrá toda la información referente al digimon en cuestión.
- Umh... Vale, ¿y qué más hace?
- Te permite escanear datos, rastrear digimons cercanos y ver lo que yo veo. Además de que te permite usar cartas para que yo consiga nuevas habilidades o mejoras
- Pues sí que es útil, sí

Dicho eso, apunte hacia el animal con fuego que ahora estaba sentado con la chica. La pantalla se iluminó y una ventana emergente en 3-D salió con la imagen del animal en cuestión.
Apareció a su vez palabras que me describían sus catracterísticas.
- Es similar a un león alado y también es conocido como "El león del fuego milagroso". Es la forma de campeón de Coronamon y está bien versado en el vuelo y la velocidad. Él protege los restos históricos del mundo digital, y es un buen líder.- leí.- Parece que tenías razón sobre esto
- Pues clarooo. Yo soy muy lista- dijo mirandome y moviendo la cola.

En esa posición no me auguraba nada bueno sobre su inteligencia general. Pero sí que sabía más cosas sobre ese mundo suspiré.
- En fin... Lo que digas.

Comencé a caminar hacia abajo, no me apetecía molestar a la gente con una aparición repentina mía, además de que seguramente hubiera más gente abajo. Y con bichos que no me pudieran cercenar la cabeza en menos de lo que tardaba en saludar. Wolve observó que no iba en la dirección de los desconocidos y saltó delante mía tratando de detenerme.
- ¿ Por qué no vamos a hablar con ellos?
- Porque no quiero molestarles. - a decir verdad, no me encontraba de humor para hablar con nadie, y mucho menos desconocidos.

Yara se quedó mirando a la chica, desde el suelo, sentada. Ambas se miraron, Yara sonrió amablemente, pero la otra muchacha pareció algo timidilla de acercase. La rubia vio como la recién llegada sacaba un dispositivo digital, que, mira que coincidencia, tenía la misma forma que el suyo.

- Anda, una compañera n.n-dijo feliz, y se levantó a saludarla.

Se acercó a ella, mostrando una sincera sonrisa, y cuando hubo estado frente a ella, movió la mano, saludando.

- ¡Holaaaa!

Sin embargo, mis pasos fueron detenidos completamente por la rubia. Que con una enorme sonrisa de alegría me saludo. Cosa rara, a fin de cuentas no nos conocíamos de nada, y ya me sonreía como si fuera una amiga. En fin... Cosas de las personas, por eso a veces me sentía como una raza alienígena que hubiera contactado con los humanos.

Sonreí levemente, a su saludo.
- Buenas noches- dije mientras que aprovechaba el enganche del d-arc y las correas de cuero de mi traje para engancharlo en una de ellas.
- ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola!...

A cada palabra que decía, Wolve daba un salto que llegaba por la altura de mis hombros. Lo cual serían más o menos un metro y medio aproximadamente. Quizá un poco más. Mi digimona (?) tenía unas patas bastante fuertes para hacer eso, o quizás demasiada energía... O puede que ambas.
Sonreí, si esto fuera un anime ahora mismo me aparecerían multitud de gotas por la cabeza. Me acerqué a Wolve y la cogí mientras que caía de uno de sus saltos, me estaba poniendo nerviosa con tanto derroche de energía. Ella hizo un mohín.
- ¿Querías algo?

Pregunté a la rubia, generalmente si alguien se te acercaba es porque quería algo.

Yara ladeó la cabeza, aún con una sonrisa.

- Pueees... solo saludar n.n -se fijó entonces en el lobito, que botaba en el suelo por cada palabra que decía-. Que bonitaa :3

Firamon se acercó entonces a ellos, colocándose junto a su compañera. Esta se dió cuenta de su presencia y se apresuró a presentarlo.

- Este es Firamon, mi compañero.

- Hola-dijo él, solamente, observando a la bolita peluda que estaba en brazos de la otra muchacha.

Wolverimon movió la cola, feliz de que la dijeran que era bonita. Yo puse los ojos en blanco por la reacción, pero ciertamente era adorable. Al menos en apariencia... No quería verla con hambre o con alguna queja, intuía que sería igual de insistente que cuando se puso a saludar, y eso era un gran estrés. Al menos para mí.
- Graciiias ^w^
- Ammm... Pues hola. - dije de manera escueta, tratando de que la rubia entendiera que si no quería nada más, podía irse. Bueno, eso si contaba con un mínimo de intuición.

Se acercó el león, cosa, demás cosas. Wolve en mis brazos se puso tensa. Sobre todo ante tanto escrutinio. Frunció el ceño y enseñó los dientes.
- ¿Qué miras tanto? ¿Eh? ¿Quieres pelea?

La acaricie entre las orejitas, al parecer tenía mucho carácter. Aunque inmediatamente me preocupé por mi propia integridad, a fin de cuentas, si el león atacaba, yo sujetaba a Wolverimon.

Yara, tras saludar, cogió la consola y se puso a jugar con ella, ignorando al resto. En sus esfuerzos por ganar la partida, sacaba la lengua y se inclinaba de derecha a izquierda. Firamon frunció el ceño.

- En ningún momento he dicho que quiero pelear, pero es que nunca había visto un digimon como tú-movió las orejas-. Supongo que cada día se aprende algo nuevo.

Luego miró a su compañera, que no parecía darse cuenta del momento tenso. Por un lado la chica, que parecía no estar a gusto con sus presencias; y por otro la lobita.

- Uhm... Yara.

Ella siguió sin hacerle caso.

La loba le miró con suspicacia unos instantes, antes de añadir: - Bueno, digamos que soy un digimon único, jiji

Así que uno único... Bueno, en cierto sentido había salido de un dibujo mío, pero había pensado que era casualidad, aunque quizá por algún extraño motivo del universo/destino/ como quieras llamarlo, se había producido el nacimiento de un nuevo ser desde el ordenador.
- Si mi digimon es algo excepcional, digamos; cómo tú hay más ¿o no?- le pregunté.

Me parecía infinitamente más fiable que la chica, dado que ella estaba jugando con una videoconsola. En fin... Desde luego, todo esto sí que era raro. Aún esperaba despertarme en mi cama, debajo del cálido edredón.
Se me pasó otra idea por la cabeza, quizás mi digimon no estuviera metida dentro de lo que eran los datos de los d-arc, tendría que mirar. Aunque desde luego me serviría de gran ayuda, dado que cuanto más saber sobre tus propios ases, mejor es el resultado de la partida.

Firamon asintió, mostrando en una sonrisa todos sus colmillos.

- Así es, seguramente habrá unos cuantos más que tengan mi misma apariencia, pero no hay ninguno como yo.

Apoyó el trasero en la hierba, sentándose, y movió el rabo suavemente, sin quemar el verde.

- Pero tu eres tonto-puntualizó Yara de repente, sin quitarle el ojo a la consola.

- ... Mira quién fue a hablar, la rubia.

La muchacha levantó la mirada de la pantalla, sacó una pelota de la mochila y se la tiró a su compañero a la cabeza. Sin embargo, para él fue un leve roce y rió.

Alcé una ceja ante su comentario, me ponía de los nervios que me trataran como tonta. Obviamente, no iba a haber otro con la misma personalidad.

- Ya, me imagino que ninguno como tú. No hay dos personas iguales.

Puse los ojos en blanco, cuando se pusieron a ver quien era más tonto. Un enorme león de color rojo- anaranjado o una humana rubia adicta a las videoconsolas. Diría que ambos en cada uno de sus aspectos.
Observé cómo la rubia tiraba una pelota a su compañero. Pero no fuí la única que lo vio.
- *w*
Wolve se revolvió entre los brazos, cayendo al suelo, donde volvió a saltar.

El roce que sintió Firamon, no fue la pelota, sino la suave cola de Wolverimon, que había cogido la pelota en el aire. Cayó al suelo, rodando alrededor de la pelota, hasta que se detuvo, mordisqueándola y dándola con las patitas, mientras que canturreaba:
- Pelota, pelota, pelota, ota, ota, ota

Firamon observó cómo la lobezna se tiraba a por la pelotita y rió, observándola. Él a veces también podría comportarse así, pero no por una pelota, sino por un ovillo de lana. Se tumbó en la hierba y rodó hasta colocarse justo al lado de Yara. Le lamió una mano y luego la empujó con el hocico. La chica supo al instante que era lo que quería el enorme león, y comenzó a acariciarle y a rascarle por detrás de las orejas, a lo que Firamon contestó con un ronroneo.

Yara observó a la lobita, empanada y pensando en sus pensamientos.

Wolverimon seguía con sus mordiscos constantes a la pelota. Feliz de tener algo con lo que jugar. En un momento dado dejó de mordisquear, y se puso a pasarsela entre las patas de un lado a otro. La cola iba a la vez que la pelota, y cada vez más rápido. Hasta que por cantidad de energía en el objeto, salió por encima de la pata de Wolve, yendo a caer al río.
- ¡Wolve! -.-"- la llamé la atención, por culpa de su despreocupación, la pelota podría perderse.
- uwu Gomen

Miré a la rubia, expectante a ver que decía sobre la pelota. Era de noche y no me iba a meter en el río, luego haría frío. Y Wolverimon era un cachorro, no era buena idea que se resfriara.

Yara sonrió.

- No pasa nada, tengo otra-dijo sonriendo-. Es más, si le gusta que se la quede.

Miró a la pequeña. La verdad es que era muy mona, y parecía muy inocente y juguetona. Todo un cachorro.

- ¿Hace mucho que estáis aquí?-inquirió, continuando acariciando a su compañero.

Al parecer no pasaba nada con que mi pequeña digimon, la hubiera perdido. Suerte, al menos.
- ¿En serio me la regalas?- preguntó con una gran iluminación en la mirada.

En ese momento me salió la vena cuca, y quise apachurrarla como hacía con mis peluches, pero sabía que no era buena idea, dado que daba los abrazos con todas mis fuerzas, y tendía a hacer daño o a ahogar a las personas. Si ya se sabe, el cariño es letal.

La lobita salió disparada hacia el río para coger su pelota, saltando dentro de la corriente.
- ¡Wolve!- grité algo asustada por ella.

Me estaba ablandando con la cachorra, aunque lo cierto, es que la notaba cercana a mí. Me acerqué a la orilla.
Al cabo de unos segundos, salió con la esfera en la boca y todo el pelaje chorreando. La cogí, envolviéndola en el delantal del vestido, para secarla.

- No te bañes a partir de que el Sol se oculte, te podrías resfriar.
- Gugmeeen- dijo con la pelota aun en la boca.

Yara asintió ante la pregunta de la tierna lobita.

- Claro, es para ti, dejemoslo en que es un regalo por haberos conocido n.n

Luego miró a Firamon, y él entendió su mirada. El digimon anaranjado creó una pequeña hoguera, disparando con cuidado al suelo. Así la lobezna podría secarse rapido y no ponerse enferma.

Entonces, Yara miró seriamente a la otra muchacha.

- Yo me llamo Yara, ¿Y tu, pingüino?-inquirió.

Firamon puso los ojos en blanco. Ya estaba otra vez poniéndole motes a la gente. Yara podía llegar a ser lista. PODÍA. Pero otras veces daba la sensación de que si te acercabas a ella y le dabas golpecitos a su dorada cabeza, solo oirías hueco.

- ¿Tu también quieres una pelota?

Me acerqué a la hoguera sin dejar de frotar a la pequeña para secarla, y la dejé cerca de ella. Pero la pequeña miró las llamas con una expresión de curiosidad que me dio miedo, al parecer desconocía lo que era el fuego, y me daba la sensación de que por comprobar qué era acabaría quemándose. Por ello me cruce de piernas y la puse entre ellas, sujetándola además con las manos.

- Gragsiaaas- le dijo a Yara por la pelota, con esta metida en la boca.

Escuché lo que decía la rubia y alcé una ceja, esto era surrealista, ¿pingüino? Bueno... si de verdad decía eso, a lo mejor era buena idea, tomarla un rato el pelo a esa rubia.
- Me llamo Gunter, un pingüino a las órdenes del ray hielo. Además de ser considerada de la raza más malévola sobre la faz de la tierra.

Dije acordándome del pingüino de la serie de dibujos, a ver que reacción obtenía de Yara. Quizá aquí tuviera una cosa para entretenerme un rato. Wolve me miró extrañada, yo la guiñé el ojo y puse un dedo en mis labios en señal de silencio. Era mejor que ella no dijera nada, al menos por ahora.

Yara frunció el ceño y ladeó de nuevo la cabeza. Pues vaya nombrecito que tenía la chica. Que ella supiera, Gunter era un nombre de varón... a lo mejor...

- ¿Entonces tienes pito?-inquirió la muchacha, inocentemente, mientras que Firamon suspiraba, resignado.

Entonces Yara abrió mucho los ojos al oír lo siguiente.

- ¿Eres mala? :O ¿Has matado ya a alguien?-inquirió-. Que malota o,o.

A la primera pregunta de la rubia empecé a reírme sin control. ¿Cómo se podía creer las cosas tan fácilmente? Era como si fuera un niño pequeño.
Wolve soltó la pelota en hincó los mofletes, mientras que yo aún continuaba con los estertores del ataque de risa.
- No se llama Gunter, se llama Shirka. Y ella es buena persona, no mataría a nadie. - dijo defendiéndome.

Que inocente podía ser mi compañera. Por ahora no había matado a nadie, pero si era por mi supervivencia, o porque consiguieran cabrearme de verdad, entonces no creo que dudara mucho... En el segundo caso, no sabía si lo mataría, pero era lo más probable, sobre todo si lo tenía delante de mi vista.

La acaricié entre las orejitas. Y mire a Yara, limpiándome un ojo, a punto de que se me saltaran las lágrimas de la risa.
- ¿De verdad... habías pensado que... era cierto lo que te... dijeee?- dije entre pequeñas carcajadas.

Yara miró a la muchacha, sorprendida. No se llamaba Gunter, su nombre verdadero era Shirka. Entonces, ¿por qué le había mentido? Un pensamiento doloroso cruzó por su mente.

- Entonces... ¿Me has mentido?-inquirió.

Comprendió que la morena se había dado cuenta de que no tenía muchas luces, y que se había aprovechado de ello. Yara odiaba que la mintieran, aprovechando eso. Quizá no fuera muy lista, era cierto. Pero tenía otras cualidades, como por ejemplo, una imaginación inagotable. Bajó la cabeza y comenzó a arrancar hierbitas del suelo.

Me reí de nuevo con suavidad, al ver su expresión de desconsuelo. Desde luego, podría ser alguien interesante para jugar con ella. Pero por suerte para la rubia, ahora no andaba con ganas de molestar más que lo justo.
- Era para comprobar una cosa- dije, lo cual no era mentira- Si te creías mi mentira, es que eras alguien que a primera instancia no me hubiera mentido, dado que era extremadamente inocente, y por tanto incapaz de mentirme de primeras... Además de que tú has empezado llamándome pingüino.- dije lo último con una venita en mi frente.


Wolverimon me miró y sonrió.
- Que lista ereees. Es una buena forma de que no te engañen

Sonreí a mi digimon. Claro que sí que era una buena forma de evitar que te engañaran, pero solo funcionaba con gente de pocas luces. Los demás sólo te soltarían que les estaba mintiendo, y desconocería si me decían la verdad o no. Pero para salir del paso, era una buena excusa.

Yara se dió la vuelta, entre molesta y entristecida, y se puso a jugar a la consola para olvidarse. Firamon la observó un segundo, suspiró, y miró a Shirka.

- No se lo tomes en cuenta. Yara siempre pone motes, pero no lo hace con mala intención-miró al cielo un momento-. Normalmente lo hace cuando no se acuerda de un nombre, y/o le cae bien esa persona.

volvió a mirar a la rubia y se levantó. Caminó hacia ella y le empujó suavemente una costado con el hocico. Yara no pareció enterarse.

Me encogí de hombros al ver a la chica de nuevo con la videoconsola, debía ser la forma que tenía de evadirse de la realidad, cuando algo no la gustaba.
- Bueno, personalmente, no puedo opinar al respecto. sobre eso de poner motes antes de conocer a alguien. Y tampoco me ha molestado.

Bueno, respecto a eso sí que tenía una opinión: no pongas motes hasta que no tengas una relación con la persona, quizá los básicos, tales como rubia morena, chica, etc. Sí, dado que eran usados en caso de desconocer a la persona, y conseguir que esta te prestara atención.
Pero pingüino, era algo que no tenía que ver con la apariencia, aunque bueno, ahora vestida de color negro y con mi palidez propia, quizá sí que tuviera lógica.

Wolve entre mis piernas, jugueteaba a morder la pelota.

NOTA OFF ROL: Hola, soy nuevo aquí y espero que me puedan aceptar en este tema. Es que no se muy bien como iniciar rol

ON ROL:

Iba volando por el amplio Valle Oculto. Siendo oculto no sabía muy bien como llegué, pero lo hice, y estaba seguro de que podría irme por el mismo camino.

Mi vuelo no sobrepasaba el metro de altura, quizás medio metro.

En el vuelo estaba jugando con una pequeña bola de energía brillante por su poder, pues es una pequeña muestra de mi verdadero poder. Estando entretenido siempre estaba atento a las cosas que tendría delante de mi para no chocar con ningún arbol que se generara espontáneamente.

En mi camino veo 4 seres. Un tanto normal para mi ver un digimon con su compañero humano, así que asumí que eran 2 pares.

Deshice mi bola de energía para ir a analizar un tanto a lo nuevo personajes de mi historia. No llegué a acercarme a menos de 5 metros lejos de esas personas, pues no sabría si serían seguros. Levanto la mano en forma de saludo mientras veo a los digimons en busqueda de algo malo. Si veía algo mas o menos extraño me marcharía de ahí casi al instante.

-¡Hola!-grito sin forzar mucho mi voz, para que me escucharan sin aturdirse o asustarse-¡¿Como están ustedes?! ¡¿Quienes son?!-digo aún desde lejos.

Firamon levantó la cabeza al olfatear un olor. Miró en la dirección por donde le venía, pero por tierra no vio a nadie. No obstante, volando, a pocos metros del suelo, sí que había un digimon, con aspecto humanoide, y con ocho alas blancas emplumadas. Lo miró extrañado. Parecía ser pacífico. Se acercó a ellos, deteniéndose a una prudente distancia y los saludó con un suave grito. El digimon león se quedó en el sitio, pero sin quitarle el ojo de encima a ese digimon. Yara, por su parte, se volvió y movió la mano, saludandolo con una sonrisa.

- ¡Hola!

Wolverimon jugaba con la pelota, hasta que el aire le llevó algo extraño, el aroma de otro digimon. Aunque no sabía cual era, dado que hacía poco que vivía en ese mundo, y no reconocía todos los aromas.

- Shirkaaa- dijo llamandome- Hay alguien más ahí- dijo señalando con el hocico.

Mire en la dirección que había señalado, había una especie de niño con cabello rubio y alas surgiéndole de la espalda. Saqué el D- Arc y observé los datos que me mostraba.
- Lucemon- murmuré al leer el nombre.

Wolve se lo quedó mirando sin saber qué hacer. No sabía si podía ser una amenaza para los de allí, pero en caso de que lo fuera, ella le detendría.

Al ver que una humana me saludó me basté para tener un poco mas de confianza y avanzar hacia el grupo. Tenía un tanto de miedo pero tenía que ser valiente.

Bajé hasta casi arrastrar mis pies en el suelo, y continuando mi vuelo. Casi parecía que caminara solo con mis dedos.

Al estar a 1 metro de distancia de ellos hice una reverencia corta para intentar decirles que vengo en "son de paz".

Mi nombre es Lucemon, pero me dicen Lucemon-digo seriamente, pero esperando a que entendieran el chiste. Subo mi reverencia-Espero que mi presencia no los moleste.

Bajo completamente al suelo y espero a ver que me dicen.

Yara ladeó la cabeza y se acercó al digimon. Observó las bonitas alas y extendió un brazo para tocarlas.

- ¿Se pueden tocar?-inquirió, mirándolas-. Yo soy Yara, y el-señaló al enorme león naranja- es Firamon.

El aludido inclinó la cabeza, en señal de saludo. El recién llegado no parecía mala persona, y por tanto, con malas intenciones.

Observé a la rubia levantarse y acercarse al digimon con aspecto de un ángel en la infancia.
Wolve por su parte movió la cola de un lado a otro contenta, de que no fuera un digimon enemigo. Aunque parcialmente decepcionada, dado que amaba la batalla.

- Yo soy Wolverimon, y ella- dijo señalándome con el hocico- es mi tamer, Shirka
- Encantada- respondí con educación, pero sin levantarme del suelo.

Cuando la chica toca mi ala esta en acto reflejo se retrae y me asusta. Con ese susto abro mis manos y bajo cada una de ellas aparecen 5 bolas. Si, era "Gran Cruz" naciendo. Por suerte me percato de eso y subo mis manos. Las bolas eran pequeñas, del tamaño de canicas, pero al fin poderosas. No sabía que hacer con ellas, pues las tenía que sacar de mis manos. Entonces pienso en tenerlas y luego lanzarlas.

-Este... Hola jejeje-digo un tanto ruborizado-Disculpen esto. Es que nunca me habían hecho eso jejeje-me ruborizo más.

Juego un tanto con las bolas y luego las alineo para dispararlas hacia atras, donde no podían impactar a mis nuevos compañeros. La grama quedó totalmente pulverizada y dejó un hueco un mediano. Los datos desaparecieron en el aire.

-Aveces no puedo controlar muy bien mi poder-digo volviendome hacia las humanas.

Empiezo a ver un tanto de monotonía y doy un tanto de animo.

-¿Hacemos algo? Vamos a hacer algo-digo dando pequeños y rápidos saltos para darles un poco de adrenalina.

Yara sonrió, pero poco le duró la alegría. Lucemon retrocedió y creó unas bolas de energía al sentir que le tocaban las alas. La chica rubia dio un paso atrás asustada, aunque Firamon ya se había puesto delante de ella para protegerla, enseñándole los colmillos al joven ángel. Al principio le había parecido inofensivo, pero ahora que había mostrado sus poderes en contra de uno de ellos ya no le parecía tan simpático.

Yara parpadeó, sorprendida, pero se adelantó junto a su compañero y le puso una mano en el lomo.

- Ya, Fira, tranquilo. Ha sido culpa mía, le he asustado.

El león digimon gruñó un poco más, pero finalmente se calmó y se dio la vuelta. Yara observó cono Lucemon jugaba con las bolas y las lanzaba lejos de ellos. Luego el joven digimon sugirió hacer algo.

- .__. ¿Algo como qué? ¿Nos comemos los mocos y luego decimos lo buenos que están?-inquirió, sin ironía.

Observé lo que le pasaba al ángel. Un dato interesante: tenía las alas sensibles. Quizá más adelante me viniera bien esos datos dado que por lo que había visto y sobre todo por la reacción exagerada del león debía ser que no todos los digimons, aunque tuvieran la misma apariencia, fueran buenas personas. Saqué mi tablet y lo apunte en una aplicación de notas.

Mientras Wolve dejó de saltar para observar cómo los datos se esparcían tras el ataque de Lucemon con las esferas. Al parecer el digimon ángel le parecía fuerte, porque en sus ojos brillaron con determinación. Sabía que a mi pequeña compañera le entusiasmaba el combate, dado que al ir bajando me había contado casi todo lo posible sobre las batallas.
- ¿Y por qué no peleamos? Un todos contra todos... Aunque Fira tendría que volver a su forma de roockie o nos va a comer... Pero yo le causaré indigestión- se rió con su última ocurrencia.

Suspiré cuando dijo eso. Volví a guardar mi tablet en la mochila y me puse en pie. Dado que ese mundo era nuevo para mí, no estaría de más que investigara un poco más sobre él, y sobre todo apoyandome en un grupo más amplio. Así habría menos probabilidades de que algo poderoso nos pudiera hacer daño y de que los digimons más débiles no decidieran hacernos perder el tiempo.
- Yo propondría investigar un poco el área, quizá encontremos algo entretenido para hacer

Ahora todo quedaba en manos de los demás.

No vendría mal un pequeño calentamiento- digo dibujando una pequeña sonrisa en la comisura derecha de mis labios-Quizás un combate amistoso nos revele nuestro poder. Así podríamos ver como ayudarnos entre nosotros si hay algún peligro.

Aletéo hacia arriba solo una vez, pero llegando a estar a 2 metros en el aire. Luego extiendo mis alas. Era impresionante que al expandirlas se vieran en su tamaño real. Eran del doble del tamaño del digimón ángel. Luego bajo las manos mientras bajo a una distancia prudencial. Parecería un efecto.

Quedo a medio metro del suelo, aleteando un poco mis alas. Luego pongo mis manos en posición de crucifijo (brazos extendidos a los lados de mi cuerpo haciendo una "T") y empiezo a jugar con mis dedos. Estos inmediatamente empiezan a brillar.

Estoy listo.

La muchacha miró a Firamon, pensativa, ante la idea de hacer una pelea de todos contra todos. Sería buena oportunidad para entrenar, hacia mucho que no peleaban. Asintió, pues y miró a su compañero. Con una sonrisa le indicó que dedigievolucionara. Él suspiró y comenzó a brillar. En pocos segundos redujo su tamaño, hasta adoptar la forma de un león pequeño a dos patas.

Coronamon miró a Lucemon y a Wolverimon y se puso en pose de batalla.

- Listo, cuando queráis.

Yara se agachó junto a la mochila y sacó el digivice y las cartas. Las agarró con la mano fuertemente, dispuesta a usarlas si veía la oportunidad. Y ahora debía poner los cinco sentidos en la pelea. No podía distraerse ni decir tonterías. Sorprendentemente, sus facciones despreocupadas se volvieron duras y serias, dándole a la chica un aspecto de una persona más madura.

Asentí, lo cierto es que para mí venía mejor la exploración. Aunque quizá el hecho de ver cómo se desarrollaba una pelea, podría darme ideas para hacer tácticas y combos. Observé a la rubia coger las cartas como si fueran un bien muy necesario. Por el momento no las había usado, aunque por las descripciones que venían en ellas sabía que daban bonus al digimon. Yo por ahora no las usaría, era un combate amistoso y por tanto era mejor no apabullar en el uso de esa "trampa". Aunque indudablemente, en combate real las usaría, si posees una ventaja úsala en el combate... Además de que si me metía podría molestar a mi pequeña compañera.

Ella por su parte se colocó en una posición fiera.
- Perfecto entonces- dijo alegremente, moviendo la cola. Segundos después su expresión dejó de ser tan alegre para mostrar una amplia sonrisa llena de dientes.- La paciencia no es lo mío, y el primer ataque suele ser decisivo... ¡Full Moon Ray!

Nada más decirlo usó su propio ataque, un rayo blanco- plateado salió disparado contra Lucemon, después saltó hacia Firamon, para arrollarlo con los colmillos y garras, tratando de aprovechar todo lo que pudiera el tiempo.

Simplemente sonreí, y la dejé hacer, sentandome unos cuantos metros más lejos y sacando mi portátil. Tenía que mirar algunas cosas...

Off:
• Full moon ray: Lanza por sus fauces un rayo de luz lunar.

Un poco de ambientación

ON:
Me sorprendo un poco por lo que sucedía. La humana pasó de ser amigable a seria junto con su digimon, y el Wolverimon dejó de ser jugueton para ser feroz. Al estar en el aire veo mejor todo lo que pasa en tierra, así que cuando el Wolverimon ataca me doy cuenta rápidamente. Por la adrenalina vuelo rápidamente en diagonal hacia arriba en dirección a donde atacan a Firamon.

Uff -digo algo atonito por lo feroz del ataque mientras lo esquivo.

Por suerte el ataque pasa justo debajo de mis pies, siendo así que sentí la energía pasando bajo mi cuerpo. Al volar en diagonal en dirección a donde están mis dos contrincantes, ya tenía claramente una tactica.

Rápidamente vuelo en zigzag hacia ellos para evitar casi cualquier ataque. Termino de volar cuando estoy detras de ellos. Como se leyó en mi post pasado, ya tenía preparadas mis manos para atacar. Formo 2 bolas pequeñas de energía, una en cada mano, para luego lanzarlas a cada uno de mis adversarios. Todo esto lo hago lo mas rápido posible.

Código:

*Cada una de esas bolas son una pequeña muestra de
Gran Cruz: Lucemon crea diez esferas súper calientes de luz, que alinea en forma de una sizigia planetaria y las dispara a sus enemigos. El poder de la Gran Cruz es superior al de los Siete Cielos de Seraphimon.-

Firamon esperó a que los demás atacaran. Wolverimon dió comienzo a la lucha. Atacando al ángel con un rayo lunar y después lanzándose contra el león con uñas y dientes. El digimon naranja dió un respingo pero no se amilanó. La llama de su frente comenzó a arder con más fuerza.

- ¡Llama solar!-gritó con su voz de niño, apuntando a la lobita.

Luego dio un salto para un lado, por si la bola de fuego no alcanzaba a su objetivo. Sintió entonces que se le erizaba el pelo de la nuca y se volvió, justo a tiempo para ver la esfera de Lucemon acercarse, pero él ya se había movido de su sitio anterior, así que en teoría no estaba en peligro.

Yara observaba cada uno de los movimientos de cada digimon, concentrada. Seguía sosteniendo en sus manos el digivice y las cartas, por si acaso....

Off: Llama solar: Enfoca una minúscula parte del poder del sol en su frente y lanza una esfera de fuego muy poderosa para ser un ataque nivel novato.

Con el portátil, ignoré lo que ocurría en la pelea, concentrada en leer los datos de información que había recogido allí sobre mi compañera. No estaba segura de que estuviera ahí, pero sí que estaba. Comencé a leer todo, así quizá podría pensar alguna táctica, dado que tenía que obtener más información antes de pensar qué sería la cosa más óptima.


Al estar en el aire, Wolverimon no pudo maniobrar y esquivar la llama, pero al ser empujada para atrás por el impacto la bola de Lucemon no la daño. Cayó al suelo, y rodó para apagar las llamas.

El pelaje humeaba y al ser queratina quemada, apestaba. Pero en ese momento no la importaba demasiado, al ser ella misma la que olía, la molestaba menos de lo que podría molestarle a sus rivales. No había mal que por bien no viniera. O al menos eso pensó.

Sonrió mirando el cielo, era de noche, y aunque el ataque de Firamon era bastante fuerte, no era suficiente para derrotarla, dado que cuando las estrellas y la luna brillaba su fuerza aumentaba, haciéndola aguantar más que cuando peleaba normalmente.
- Esto va a ser divertido - dijo moviendo la cola feliz, aunque en sus ojos rojos brillaba el ansia por el combate.- Full Moon Ray

Repitió el ataque a distancia, pero esta vez lanzó el rayo blanco-plateado contra el leoncito.

Off:
Para ver los datos sobre Wolve si clikais en mi firma iréis a mi ficha ^^
• Full moon ray: Lanza por sus fauces un rayo de luz lunar.

'¡¿Ah?!-grita asombrado por el poder de sus contrincantes. De verdad no creía que esos pequeños animaloides pudieran tener ese poder. Aunque sin asustarse-Creo que quieren un poco mas de agresividad...



Las manos del Lucemon muy rápidamente se llenan de energía, suficiente para debilitar mucho al Firamon que está en el suelo, pero no para desmayarlo. Lucemon tenía su toque de maldad, pero al ser bendecido tambien era bueno (la mayoría del tiempo). En el momento en que los dos digimons contrincantes se estaban atacando el uno al otro, yo aprovecho para abrazar al Firamon casi instantaneamente luego de su ataque para que no pudiera huir.

Lo abrazo por el pecho haciendo que, ni el ataque del Wolverimon ni el mio fueran esquivables. Al abrazarlo las 2 bolas de energía chocan en el cuerpo del Firamon, mientras que el Lucemon alinea el cuerpo del Firamon para que el "Rayo de Luna Llena" de Wolverimon le impactara en el estomago. Por lastima, habia un cabo suelto.

Cuando el Firamon recibe el ataque de Wolverimon yo, junto con Firamon, salimos despedidos hacia atrás. Los dos caemos hacia lados diferentes.

NOTA: Podría ser que cosas no concuerdan, pero ven lo que pasó:

MI POST

...Por suerte el ataque pasa justo debajo de mis pies, siendo así que sentí la energía pasando bajo mi cuerpo. Al volar en diagonal en dirección a donde están mis dos contrincantes, ya tenía claramente una tactica.

Rápidamente vuelo en zigzag hacia ellos para evitar casi cualquier ataque. Termino de volar cuando estoy detras de ellos...

Resultado: Yo estaba atras de firamon

POST DE YARA

...El digimon naranja dió un respingo pero no se amilanó. La llama de su frente comenzó a arder con más fuerza.

- ¡Llama solar!-gritó con su voz de niño, apuntando a la lobita.

Luego dio un salto para un lado, por si la bola de fuego no alcanzaba a su objetivo...

Resultado: Firamon está parado sin ver a Lucemon, enfocado y quieto viendo y atacando a "la lobita" (Wolverimon)

POST DE SHIRKA

- Esto va a ser divertido - dijo moviendo la cola feliz, aunque en sus ojos rojos brillaba el ansia por el combate.- Full Moon Ray

Repitió el ataque a distancia, pero esta vez lanzó el rayo blanco-plateado contra el leoncito.

Resultado: Wolverimon ataca solo y directamente a "el leoncito" (Firamon)

Firamon sintió, con una exclamación ahogada, como el ángel le abrazaba para evitar que esquivara. Trató de zafarse y escapar, pero era pequeñito y observó como los ataques de ambos digimons se aproximaban hacia él, cada vez más cerca...

Yara, por un instante, no cambió su expresión, hasta que vio a su compañero en problemas, serios problemas. No le estaba gustando nada el cariz que tomaba esa pelea. Su rastro se volvió gélido, y sus ojos, penetrantes, cambiando de verde esmeralda a un brillante amarillo. Una cosa era atacarle, y otra muy distinta comportarse tan rastreramente para que él recibiera todos los impactos.

Con una velocidad borrosa, La muchacha rubia agarró una de las cartas, la miró un segundo, y la pasó por el digivice.

- Carta leída...-murmuró, mirando a su compañero-. ¡Alias!

Al instante, Coronamon ya no se hallaba entre los brazos de Lucemon, o al menos no el de verdad. Un clon lo sustituyó, recibiendo por él el impacto y desapareciendo al ser golpeado. Coronamon, quién había dado un salto hacia atrás, se colocó delante a su compañera, y esta rebuscó una nueva carta, la cual, al encontrarla preparó para activarla.

La chica observó a sus contrincantes, sin una pizca de remordimiento. Había crecido en condiciones muy desfavorables. Estaba acostumbrada a no andarse con rodeos, aunque no se daba cuenta que aquella no era una pelea tan ruda como las que había hecho hasta ahora (?).

OFF:

* Alias! (¡Alias!): Permite al usuario crear un clon que tomará el daño por el usuario.

Sacudí la cabeza con tanto alboroto. Sólo alcé la mirada para ver cómo el ángel aprovechaba su posición y el ataque de mi compañera para usarlo contra el leoncito. Interesante ese punto de maldad de una criatura que debería ser un ente celestial, sagrado y bueno, bla, bla, bla... Y demás tonterías. Aunque tampoco era tan sorprendente, mi compañera estaba basada en una criatura que era considerada algo así como un demonio en la mitología Nórdica, según los datos que aparecían en la pantalla. Así que tampoco me sorprendió tanto.

Wolve sonrió confiada al ver cómo Lucemon la ayudaba a que su ataque impactara. El león se había olvidado que eran tres y la modalidad de combate era un todos contra todos. Sin embargo ocurrió algo, el león fue sustituido.

Esto la indignó, usar las cartas era demasiada ventaja en los combates, si se era rápido. Si Shirka se metiera en el combate de esa manera, se sentiría sucia y sobre todo defraudada. Ella peleaba de manera amistosa para mejorar, aprender a pelear mejor. Esto no era un combate real, aquí ninguno iría a matar. En un combate real a vida o muerte, había que usar todas las habilidades disponibles para ganar. Por ello, la situación casi le era una ofensa.
- ¡Eh! Eso es trampa- se quejó la pequeña.

Sin embargo continuó el combate. Atacar a Lucemon era un golpe bajo, dado que estaba en el suelo - aunque si fuera un combate real, ya estaría desgarrándole el cuello- y porque además en esa posición quedaría como blanco fácil para el león. Así que volvió a atacar a este de la misma manera.
- Full Moon Ray

Después se movió hacia su derecha, rápida, como era por su pequeño tamaño. Tratando de rodear a sus enemigos y que los dos quedaran visibles. Pero atenta a sus movimientos por si decidían atacarla... Aunque en un ángulo quedaría de espaldas a Firamon, pero eso daba igual, sus ataques eran llamas, con lo que crepitaban y con eso sólo podría saltar para apartarse de la trayectoria.

Off:
El ataque imagino que ya os lo sabréis, sino en mi anterior post xD
Yara, como no indicas donde estas, te pongo a la izquierda de la posición de Wolve.

¿Ahora ustedes hacen un poco de trampa? Creo que me tengo que retirar...-digo parandome.

Al pararme abro mis alas y vuelo un poco alto. Luego suelto el exceso de energía que brota por mis dedos rápidamente, cayendo todos al suelo. Luego empiezo a formar una enorme bola de energía mientras veo al lobezno girar alrededor de mi y de mi excontrincante.

Si ustedes usan mas poder, yo tendría que usar mas poder, y no los quiero lastimar...-digo con la bola gigante en la mano.

Entonces vuelo hacia arriba, dentro del circulo que hace Wolverimon, y apunto hacia un conjunto de arboles que estaba al frente de mi.

Miren lo que le puedo hacer...

Lanzo la bola hacia el centro del grupo de árboles. Al caer en ellos, unos 6 o 7 árboles se desmaterializan por completo, quedando solo datos flotando en el espacio donde estaban..

Y esa es solo una de las 10 que puedo lanzar-digo en las alturas-Esto se podría volver espantoso.

Nota: Que quede claro, para que no haya pelea, que lo que hace lucemon en el único ataque que tiene, es todo el poder que tiene un rookie. Es como si todo el poder del digimon fuera concentrado en un solo ataque.

Yara pegó un suave y ágil salto hacia atrás, aterrizando bien en el suelo, mientras que Coronamon lo dio para delante, rodando por el suelo para esquivar el rayo de Wolverimon. La chica contempló la muestra de poder que dio Lucemon, mirando con gesto pensativo el lugar donde antes debieron de estar los árboles. Entonces, se relajó un tanto, y sus ojos volvieron a la normalidad. Con un silbido ordenó a su compañero volver con ella.

- Siento haber ido en serio... no estoy muy acostumbrada a peleas amistosas...

Sonrió amablemente, ya sin una pizca de la seriedad que antes había tenido. Coronamon llegó junto a ella y se le subió a la espalda, mirando a Lucemon cautelosamente. No le había gustado nada que le hubiera abrazado.

Wolve se detuvo al ver que el combate había sido detenido por el digimon angelical. Que usando una extraña técnica había destruido varios árboles. Le molestó el cariz que tomaba el asunto, dado que si la rubia hubiera dejado que todo pasara normal, entonces el combate no hubiera acabado así.

- ¿Eh? ¡Yo no he hecho trampas!- reclamó, más molesta todavía.- Y aunque hagáis trampas, os ganaré sin que entre mi tamer- hinchó los carrillos con aire.


Me levanté del sitio, guardando antes todas las cosas que había sacado.
- Wolve, cálmate. Si no quieren pelear, no quieren hacerlo. No puedes obligarles. Además si es así, iremos a buscar a otros digimons.

Más o menos intuía cómo reaccionaba esa pequeña bola de pelo, y si decidía que quería una cosa, seguramente era alguien que podría ser muy pesado. En este caso, lo que quería era pelear y dejaría de hacer ataques tontos para lanzar ataques a matar, reales. Y la respuesta de los otros sería la misma, cosa que no me apetecía nada tener que ver,
- Pe-pero... Pero...
- No, Wolve. Si no quieren no puedes obligarles.- repetí mientras me cruzaba de brazos.

Hinchó más los carrillos que antes. Disgustada, pero ya sabía que al menos con esas palabras no les atacaría. Al menos por ser caprichosa.
- Bueno, pues entonces vayámonos. ¡Quiero pelea!
- Esta bien... - puse los ojos en blanco.- Siento por dejaros así, espero que os vaya todo bien.

Me despedí con una mano y seguí a mi compañera que se había dirigido hacia la zona boscosa.

Off: Estoy fuera del tema, que me han pedido en otro tema y a este ya le quedaba poco, espero que no os importe.