Se buscan: Cerebros [Evento de Halloween]

La música se escucha en tus oídos, en tu mente, suavemente, como una letanía, como algo repetitivo, pero sin ser tampoco algo cansado o aburrido. Las notas del piano resuenan, débiles, como leves pinceladas en un lienzo virgen. Únicamente pues oír eso, nada más acompañado de la oscuridad que te rodea... Te sientes liviano en un espacio infinito, pero a la vez pesado, te cuesta moverte, pues en la nada más absoluta, no sabes qué hacer, ni hacia dónde moverte... A tus pies, un abismo infinito, no consigues vislumbran un fin... ¿O quizás es ese en realidad el fin? No lo sabes, es como si formaras parte de la oscuridad que te rodea, como en una pesadilla...

Poco a poco, las notas que las teclas del instrumento de cuerda toman volúmen, ahora ya no son suaves, a cada segundo se tornan más rápidas y... precipitadas... Como si estuvieran augurando algún acontecimiento... Ese "algo" se estaba acercando...

Repentinamente, el ambiente a tu alrededor cambia, pero no para bien, sino todo lo contrario. Ante tí, se haya lo que más temes, auello que te persigue en tus más aterradoras pesadillas, aquello por lo ue te quedarías estático, helado, sin idea de cómo lidiar con ello... Tu mayor temor.



Te despiertas agitado, frente chorreando sudor, y con el pulso a mil por hora. Al principio lo ves todo negro, pero a medida que pasa el tiempo, tus ojos se van habituando a la poca luz ambiental que hay en donde te ubicas. Todo está en silencio, sólo consigues escuchar el sonido de tu ajetreada respiración, pero una vez que te has calmado, el silencio se hace tan presente como el aire que respiras.


UBICACIONES:

Dansher

Te encuentras tumbado en algo duro y frío, también "cóncavo", muy cóncavo... Parece ser una vagoneta antigua y oxidada, en un túnel oscuro y rocoso que despide un fuerte olor a viejo y a tierra. Hay vías de hierro que van hacia el final y hacia el inicio, pero no puedes averiguar cual es la entrada y cual la salida, puesto que el tunel donde te hayas es muy oscuro, y no hay nada ue ilumine la gruta. Delante de tí, si investigas, encontrarás más vagonetas como en la que te encuentras, solo que en estas, puedes encontrar restos de carbón, palos, piedras y restos de telas. En las vías, hay una herramienta adherida, una palanca en posición desactivada, pero desgraciadamente, atascada... Quizás si se le ejerce algo de fuerza, consigas accionarla.

Magnus

Nada más acotumbrarte a la oscuridad y levantarte, puedes discernir que el lugar en el que te encuentras parece una mínuscula habitación con barrotes, ¿tal vez una celda de una penitenciaria? Puede ser, pero de momento no tienes más pistas para confirmarlo. Lo que sí que tienes, son dos literas a tu lado, una mesa medio podrida al otro, además de un olor como a hospital en el ambiente. Si te fijas bien, podrás comprobar que los colchones de las literas están como salidos de la base, y que la mesita contiene un par de cajones roídos. La entrada con barrotes del calabozo está delante, por suerte, quien te ha traído allí, parece haber olvidado cerrar con llave. Afuera, un pasillo con las paredes agrietadas y con varios rotos, conectado a una docena de celdas más como la anterior, y a una sala al fondo, un poco más grande, en la que unas luces fluorescentes tintinean repetidamente.

Yuri

Un leve rayo plateado ilumina tu rostro, filtrándose por tus párpados, hasta conseguir despertarte. Sin embargo, la luz rápidamente se esconde tras una de las nubes que cubren el oscuro cielo, por lo que la luz es momentánea. Al levantarte, notas que bajo tus pies hay vegetación, hierba, flores... qué más da. Tu olfato detecta un olor a tierra mojada, también a árbol, pero sobre todo, a un fuerte aroma a muerte. La luz regresa cuando la nube se aparta del camino de la Luna, e ilumina con un leve resplandor el bosque ante tí, un bosque en apariencia siniestro... Las bandas policiales no ayudan, tampoco las líneas blancas del suelo junto a tí que parecen formar la figura de una persona tumbada... Pero no hay cadáver. Más adelante, un camino de piedra, cubierto, después de tantos años, por una densa vegetación.

Fary

Te levantas sobre algo rocoso, incómodo y agrietado. El calor es palpable a tu alrededor, no es abrasante, pero se nota bastante al estar tendido en el suelo... Una carretera llena de fisuras por las que se escapa una densa humareda, en una calle conformada de unas pocas y pequeñas viviendas individuales, con verdes jardines incluídos. Aún así, la niebla no cubre el cielo, por lo que gracias a la luz de la luna puedes distinguir cosas a tu alrededor, como la casa verde con garaje, o el camión detenido de los helados... De ahí viene ese intenso olor a chocolate, vainilla y nata. A tu espalda hay un parque, con sus respectivos columpios y jueguetes metálicos para niños...

INDICACIONES:

La melodía me trajo buenos recuerdos, en el castillo, en el bosque aledaños, Myrddhin el camarada del viejo nos estaba constado historias de terror ante la hoguera… todo era divertido, los gemelos escuchaban atentos, el camarada de ambos comía los dulces de Anwar, los digimon del viejo sentados escuchando la historia mientras, el viejo sentado a mi derecha me mira y sonríe. Miro hacia atrás y vero a mis camaradas escuchando la historia desde las sombras, le sonrió a Duskmon, entonces miro adelante al tiempo que esa música cambia el ritmo y ya no hay nadie…

Un temblor le hacer pararse y buscado con la mira de pronto mi al frente, el bosque desapareció dejando la presencia de una enorme bestia al frente, enorme como una montaña, retrocedo un paso, creo que fue un error, eso llamo su atención, esa cosa me miro y sentí que sus fauces se abren, cierro los ojos con fuerza, buscando entre mis ropas saco mis cuchillos, era mi fin…

Abro los ojos de un sobre salto sentándome de golpe empuñando mis cuchillos, apuñalando el aire, para darme cuenta que no estoy… ¿en una cárcel?... pero ¡no hice nada malo!... en la ultima hora….

Miro mi entorno, las cárceles han decaído en este tiempo…. Guardo mis cuchillos en mis ropas y miro por debajo del colchón, y en cada esquina del cuarto en busca de algo más que pueda ser de utilidad, antes de aventurarme; encuentro un viejo puñal casero. esperaba algo mas pero quizás me pueda servir

camino por los pasillos con el puñal en mano, preparado en cazo de usar mis propios cuchillos encaso de ser necerario

"Déjame... Sabes que intenté salvarte, sabes que lo intenté todo. Lily... ¡Yo no te traicioné! Tu podrías haber... No... Es cierto... Fue todo culpa mía ¿Quizás debería haber muerto yo? ¿Es eso lo que hubieras querido? - La sombra dorada se contonea, y una sonrisa retorcida aparece donde debe´ria estar su rostro... Incluso a día de hoy me persigue en cuepro y alma "No, no puedo seguir asustado... ¡No puedes hacerme esto! ¡Tengo un plan! Y cuando todo se cumpla, podré intentarlo... Lo prometí, que rompería las barreras y no me pararía aunque... ¡No te marches! ¡No me dejes otra vez!"

Abro los ojos de golpe, tengo la respiración acelerada y... ¿Que ha sido lo que me ha despertado?  ¿un rayo? Veamos joder, Lucky, reorganiza tu mente... Huele a humedad, a árboles y... Oh joder ¿A quien he matado esta vez?. Miro a mi alrededor y lo único que logro ver es a Harleen inclinada sobre lo que parece la escena de un crimen, se da cuenta de que estoy despierto y me mira con preocupación... ¿Que hace fuera del Digivice? Y a su lado, Viral, sin siquiera su forma humana... Entonces lo entiendo y miro con rapidez mi dispositivo digital... Está roto o como mínimo algo le está afectando lo suficiente para no funcionar, no necesito comprobar mi terminal, si algo es lo suficientemente fuerte para afectar al dispositivo, la termrinal no será un obstáculo, siempre es mas fácil inutilizarla.

- Todo huele como a muerte Lucky... Y no puedo forzar mi evolución, Viral tampoco, incluso el percibe que algo va mal - MIro al Digimon virus, es cierto, entre su habitual sonrisa se descirne un ápice de inseguridad nada reconfortante.

- Ahora no es el momento... Vamos a averiguar que ocurre aquí, luego nos podremos preocupar si hace falta.

Camino unos metros hacia la escena del crimen en la que se encuentra HArleen, acariciando su cabeza para forzarla una sonrisa, y luego miro a mi alrededor. Recojo la cinta policial y la enrollo hasta hacerla lo mas portátil posible, entregándosela a Harleen para que la porte ella por el momento, si bien tarda en percatarse de mi petición, pues se encuentra alerta, aún alterada por el olor a muerte del entorno... Demasiado pronunciado como para no ver nada en absoluto a nuestro alrededor, pero una vez se percata de mi gesto tomo las bandas sin dudarlo, sabe que a fin de cuentas siempre tengo algo en mente.

- Posición de peligro, Viral, a mi espalda. Ya sabes como funciona esto, silencio a no ser que veas algo. Si es tarde para avisar y es un peligro, le disparas a la cara, mientras tanto, como si fueras una mochila - Digo en un susurro mientras le tomo de la cabeza, parece sonriente, como siempre, ajeno a todo lo que le rodea. Una vez le alzo hacia mi espalda, usa sus brazos  y múltiples tentáculos para quedar atado pegado espalda contra espalda, con sus ojos vigilando mi retaguardia, pasando a congelar la expresión de su rostro y sus movimientos, a excepción de el constante vaiven de sus ojos escaneando la zona... Lo bueno es que ni si quiera siento su peso gracias a su estado de gravitación, y si alguien o algo se aproxima por mi espalda, me avisará de dicho acercamiento.

Una vez arreglado el problema de las emboscadas traseras, le guiño un ojo a Harleen, quien sigue escéptica, mirando en todas las direcciones mientras olfatea el aire... Si yo noto algo extraño en el aire del entorno, ella debe de estar con los cabellos de punta - Vamos querida. Lo peor que podemos hacer es quedarnos quietos en un mismo sitio... Descubramos que está ocurriendo aquí - Mis palabras continúan siendo en un susurro, eso no va a cambiar hasta que no entienda donde estoy y en que situación nos hallamos.  Antes de comenzar la marcha, busco en los alrededores una rama lo suficientemente gruesa y de aspecto resistente, de encontrarla (si no, nada) la tomo y se la entrego a la Digimon... Con su aspecto de joven liante, mejor si va acompañada de un palo con el que, de paso, romper alguna cabeza de ser necesario.

Hecho esto comenzamos a correr a paso ligero, lo suficiente para movernos con rapidez moderada sin hacer ruido o arriesgarnos a agotarnos, cosa que no puedo permitirme... Es cierto que en realidad no se en que tipo de peligro me hallo, pero... ¿Dispositivos cortcircuitados? Ni si quiera el templo del conocimiento fue capaz de inutilizar mi Digivice pese a poder adentrarse en la terminal... No, esto es algo mas, algo con poder, y si no supone un peligro, entonces me haré con el para convertirlo en uno.

Salimos al camino de piedra, donde le indico a Harleen que me avise lo mas rápido posible de cualquier aroma o sonido extraño que detecte con sus agudos sentidos Digimon, de recibir la señal nos pondremos a cubierto... Mientras tanto y por el momento, llevo mis dos porras extensibles empuñadas, aún encogidas, pero listas para ser utilizadas, después de todo no puedo ir con dos cuchillos a la vista por la vida, así que por el momento permanecerán ocultos bajo mi cahqueta, como el resto de las armas, ancladas al cinturón. Paro un instante, y pensándolo mejor guardo una de las dos porras extensibles, tomando una piedra del suelo... Soy un ex-pandillero ruso, si puedo evitarlo no iré sin una piedra en mano a ningún territorio desconocido, en la calle teníamos un dicho "Soy pura sangre de la madre Rusia, dame una piedra y yo solo eliminaré a un maldito tanque Americano a golpes si hace falta". Hecho esto retomo mi camino.

Lo primero es enterarnos de que se supone que ha ocurrido.

Elección:

Me encontraba en un lugar totalmente oscuro, húmedo, solitario, ni si quiera Veemon estaba conmigo, aquel lugar daba una sensación de que a cualquiera lugar que iba o mirase algo o alguien me observaba -¿Veemon, Monodramon?- preguntaba bastante preocupado, pero sin querer alzar tanto la voz, no quería llamar la presencia de ese algo que en todo momento se sentía. Estaba totalmente indefenso, sin armas, sonidos se escuchaban, algo me perseguía... sólo corrí en sentido contrario a lo que me perseguía -No, ¡aléjate!- gritaba bastante asustado, mis ropas estaban rotas, mis pies totalmente mojado, tropecé, ahora estaba todo empapado, y una sombra se hizo presente, volteé horrorizado tratando de observar que era eso que me perseguía, pero no podía verle bien la cara por la oscuridad, pero tenía en sus manos un cuchillo -Deberías morir...tú los abandonaste...a tus amigos, los traicionaste, y no conforme con eso, les fallaste a tus camarada- decía aquella voz terrorífica -Eso...¡eso no es cierto!- solteé gritos de desesperación y horror -¡Muere!- ese algo encajó su cuchillo con rabia justamente en mí corazón entonces...

...-¡Ahhhh!- Desperté totalmente exaltado con una mirada de terror en mis ojos, como si hubiese visto a la mismísima muerte, además, mis manos estaban puestas en mí corazón, mi respiración era demasiado rápida, estaba sudando -¿E...estoy bien?- me preguntaba mirándome, analizando mi estado físico, sobre todo el pecho -Ese sueño...fue demasiado aterrador, de esos sueños que sientes que son realidad, e inclusive sientes el dolor- comenté en voz baja y Veemon se acercó a mí -Hasta que despiertas Dansher...- decía mí digimon un tanto desanimado, con algo de miedo, inseguro, perdido, lo abracé -Veemon, ¿qué pasa, qué tienes?- pregunté a mí digimon -¿No te haz dado cuenta Dansher?, estamos, perdidos y solos- con una voz bastante tímida y cada vez el volumen de su voz fue decreciendo -¿Qué dices Veemon?- pregunté algo preocupado, pero no paso mucho para notar que el entorno era oscuro, es más, estábamos dentro de lo que parecía ser un vagón de los antiguos que funcionaban en los rieles -¿Qué pasó?, ¿por qué estamos aquí?- pregunté en voz baja mirando a Veemon, el cual bajó su cabeza, al parecer, ni él sabía que había sucedido -¿Cómo habremos llegado aquí?- fueron momentos en los que esa pregunta redundaba en mí cabeza, ¿cómo era posible que estuviéramos en un lugar así y no recordasemos nada?, y peor aún, lo creería más factible y posible si estos fuera el digimundo...pero estábamos en el mundo humano, de eso estoy seguro.

Bajé del vagón en el que estaba, el olor a tierra era notable, sin duda estábamos en una cueva, o tipo de mina, la verdad no lo sabía, podía observar que habían dos caminos, pero, ¿cómo saber cuál tomar?, esto era demasiado extraño, que algo como esto llegase a suceder en el mundo humano, sólo en las pelis de terror -Tranquilo Veemon, ya veremos que hacer...- trataba de tranquilizar un poco a mí compañero, y le ayudé a bajar del vagón -Después de todo podemos salir aquí con ayuda de AeroVeedramon o Goodramon...espera...¿qué?- saqué mí D-Arc y ante nosotros, se veía como el dispositivo mostraba franjas de color negro y gris, como las televisiones cuando no tienen señal -No podemos usarlo, Dansher- comentó Veemon un poco desolado -¿Qué demonios está pasando?, ¿por qué el D-Arc no funciona?, es la primera vez que me pasa, y peor aún, ¿por qué ahora que más lo necesitamos?- las preguntas no dejaban de llegarme a la cabeza, una tras otra, y no podía evitar tener una sensación un poco de escalofríos, sobre todo por que no llevaba mi espada conmigo -Lo que me faltaba...- refunfuñé en voz baja.

Todo esto era extraño, aunque, no pude evitar que esto me recordara a los juegos de Resident Evil, o los típicos de terror, no sabíamos dónde estábamos, no sabíamos que hacer, estábamos solos, sin cosas, y no sabemos como llegamos aquí. Por lo cual, lo más que podíamos hacer era investigar el área -Veemon, investiga por aquí, será de suma importancia encontrar algo de utilidad- recomendé a Veemon el cual me afirmó con la cabeza y se dirigió a buscar, como lo más cercano eran otros vagones, decidimos ir a investigar allí, y encontré materiales bastantes útiles, afortunadamente traía mí mochila -Perfecto, carbón, piedras, palos y tela, puedo usarla para crear un antorcha, ahora esto me recuerda al minecraft...- tomé los materiales y con un pedazo de la tela amarré los palos y el carbón, para formar una antorcha, posteriormente puse la antorcha apagada en el suelos y haciendo fricción con las piedras repetidamente logré crear varias chispas que prendieron la antorcha -Bien, al menos ya tenemos con que iluminar el camino- comenté en voz baja mientras guardé las unas cuantas piedras no tan pesadas, y pocos pedazos de lo que me sobraba de carbón y tela -Dansher, ¡encontré una palanca!- escuché la voz de Veemon cerca y emocionado -Allá voy- me acerqué y pude observar que había una palanca que quizás accione algo -Detenme aquí tantito Veemon- le pasé la antorcha a Veemon y comencé a tirar la palanca con fuerza, parecía estar algo atascada, pero si esto iba a ayudar a accionar algo, era necesario que funcionase, así que la tiré con más fuerza.

-Agg ¡No!- negro puro, ni el más intenso brillo se podría reflejar allí pero aun así la claridad con la que podía ver las cosas a mi alrededor era perfecto, el lugar desprendía fuertes sentimientos de culpa, enojo y un aún más fuerte instinto asesino y al mismo tiempo parecían que eran dirigidos hacia mí. Yo, quien estaba temblando en el centro, me encontraba en posición fetal mientras repetía una y otra vez ‘’Yo no hice nada, no hice nada’’ con impaciencia, la razón de mi tan extraño comportamiento eran las 10 figuras de humanos y Digimons que se encontraban en círculo alrededor mío sin expresión alguna en sus rostros y sus ojos sin almas, no eran otros más que las pobres victimas de aquel torneo que terminaron atrapados dentro de la espada. ‘’Btooom’’ un fuerte sonido de que algo cayo se sintió a mis espalda, levantándome de golpe pero con cuidado intente ver que era aunque hubiera deseado no haberlo hecho, pues lo que apareció ante mí era otro Digimon sin expresión y sin alma, tenía tres pequeños cuernos en la cabeza y su cuerpo era semejante al de un conejo, y detrás de él estaba su tamer, un humano cubierto con una capa en todo cuerpo y una máscara metálica que imposibilitaba su reconocimiento, estos últimos dos seres desprendían una sensación indescriptible que incluso superaba a la de todas las almas en penas que me estaban torturando con sus miradas vacías, esta sensación era una indiferencia absoluta que negaba mi existencia de una forma horrible, parecía querer expresar un ‘’No soy tú’’ aunque en ningún momento dijo nada y solo se mantuvo allí de pie, mirándome desde arriba.

Lo único que pude hacer fue golpear mi cabeza contra el suelo tratando de apartar la mirada pero podía sentir como todas esas figuras seguían juzgándome, deseando mi muerte, ignorando mi presencia o incluso afirmando mi inexistencia. Con temor trate de levantar la cabeza pero lo que encontré me supero, el humano enmascarado tenía una mano en alto que sostenía mi espada, aquella causante de estas pesadillas durante tanto tiempo, aquella que nos encerró a los doce en este lugar, aquella que con que se me confirió un horrible poder. De repente, una fuerte luz oscura ilumino fuertemente el abismo en el que nos encontrábamos y la figura del conejo tricuerno desapareció para dar lugar a uno horrorosa, la de un esqueleto gigante con intensiones asesinas no disimuladas en comparación con la de los demás, su innatural y desproporcionado cuerpo se abalanzo hacia mi acompañado con un fuerte rugido dejando todo inmerso en oscuridad…

-¡Ahh! ¡Yadou Maigt!- levantándome precipitadamente del duro suelo termine mordiéndome la lengua con fuerza, me encontraba en algún lugar del Mundo Humano sin poder recordar bien que había pasado antes de quedarme dormido -Loph ¿Onde efta Loph?- con un poco de esfuerzo me apoye sobre mi bastón que casualmente tenia a mano para poder ponerme de pie aunque me encontraba un poco mareado. No muy lejos se encontraba mi compañero sentado como un perro siguiendo una orden, su mirada me preocupo pero me percaté de que no eran ojos sin alma sino enfocados en el alrededor por lo que pude calmarme un poco.

Trate de acercarme a él para ver si se encontraba bien pero antes de que si quiera pudiera intentarlo salió tan veloz como una liebre hasta el camión de helados que se encontraba cerca y comenzó a escudriñar su contenido en busca de helados y cualquier cosa que pueda considerar útil para este momento. En cambio, yo me estaba perdiendo a medida que observaba más donde me encontraba, no había nadie alrededor ni la más mínima señal de que alguien haya pasado por allí en un rato ¿Sera que me dejaron abandonado? Pero no estaría seguro hasta asegurarme por lo que decidí ‘’inspeccionar’’ para obtener información de este lugar… Y tal vez saquear un poco, como ladrones durante los tornados yo me divertiría a mi manera. Mientras caminaba note las grietas que salían de la carretera, de ellas provenía el calor que había notado levemente al despertarme, era extraño pero no lo suficiente como para darles más que una ojeada superficial a su superficie pues mi dirección era el garaje de una casa cercana para ver si habían ‘’pistas por allí’’ o quizás algún Nentendo3DS funcional que les sobrase, la razón por la que iba no era lo importante y menos en esta situación -¿Ojala tengan algo de tomar o tendré que buscar helados también?- el dolor de mi lengua se había disipado y ya podía hablar con normalidad por lo que suspire por no tenerme que oírme así el resto del día, por lo que me acerque a la puerta del garaje y utilizando el bastón para hacer palanca use fuerza para intentar abrirla y obtener ‘’suministros’’.

-Yo no los quería matar- yo no era el único que tuve aquellas pesadillas, Lop se encontraba en las mismas condiciones que yo durante todo este tiempo pero no me había percatado debido a que me había inmerso en mi propio mundo de las tinieblas -Todo el poder que tuve estos días… ¿A dónde se fue?- durante los anteriores meses, Lop se había mantenido en su forma mega mientras yo sin darme cuenta le entregaba mi energía pero sorpresivamente había regresado a su forma de novato por lo que quedo un tanto estupefacto, pero para alguien tan despistado como yo fue imposible haberse percatado de algo así.

-¡Okey!- la puerta del garaje parecía ceder a la palanca, seria genial encontrar algo ‘’útil’’ en su interior, pero también esperaba que en el camión hubiese algo más que helados y chispitas.

Advertencias:

informacion interesante:

Dansher

Improvisadamente, Dansher consigue fabricar una tosca antorcha, quizás no dure mucho, pero de momento servirá, con ella ilumina el lugar y descubre que, efectivamente, se halla en algo parecido a una mina subterránea. El muchacho, además, advierte de la palanca y tira de ella, con fuerza; necesita varios intentos y un tremendo esfuerzo para ello, pero finalmente la palanca cede y se mueve al lado contrario, accionando así un mecanismo que hace que las vagonetas avancen hacia delante, hacia la salida. ¿Pero estaría esta cerca? ?O por el contrario tendría que caminar (si decidía ir a pie) durante un buen rato para conseguir salir de allí? Sólo lo averiguaría si tomaba una decisión... Y más vale que pronto.

De repente, provocando que algunas piedras cayeran desde arriba, el techo comienza a temblar; si bien muy levemente, eso es un claro aviso de ue no era conveniente quedarse en ese lugar por más tiempo.

Spoiler:

Magnus

Lamentablemente, lo que Magnus encuentra no es lo que el espera. Se trata de un cuchillo, sí, pero es un cuchillo de juguete, sin filo alguno, con una etiqueta de una marca juguetera italiana. Por lo tanto, no le será de mucha utilidad. Por su parte, si busca entre sus bolsillos, descubrirá que en realidad sus cuchillos no le acompañan, debió de haberlos imaginado después de despertar, en un momento de poca lucidez.

Pese a todo, el joven decide salir de la celda y continuar. A medida que camina por el pasillo, puede notar que ninguna de las otras celdas está abierta, y... que unas pocas de ellas, poseen esqueletos humanos, ya secos por el correr de los años. Al fondo, la sala iluminada con fluorescente sigue con su luz tintineante, además con su sepulcral silencio.

Spoiler:

Yuri

El ruso se arma con los objetos que va encontrando en la escena de aquel crimen, y seguidamente, junto con sus compañeros, emprende la marcha para buscar el motivo de la inquietud que siente en esos momentos. Sin embargo por más que corre, el paisaje no cambia... Siempre bosque, árboles viejos y arqueados, rocas grandes, plantas... Hasta que, pasados unos minutos, un escenario sacado de una novela negra se muestra ante él. Sangre en los troncos de árboles, varias extremidades cercenadas, y un cartel de madera clavado en el suelo, con un mensaje escrito con kanjis:

Spoiler:

Fary

Desgraciadamente para Fary, el garaje no cede al hacer palanca. Sin embargo, el ruido parece alertar a alguien, tal vez al dueño de la casa, que abre la puerta de la calle, y sale con una larga escopeta, apuntando al muchacho con una frialdad casi glacial.

- Yo que tú no haría eso, muchacho-sisea el hombre, el cual no aparenta tener más de treinta años-. Dame una buena razón para no llenarte la cabeza de balas.

Mientras tanto, Lopmon se aventura en el camión de los helados. Las puertas de atrás se encuentran entornadas, mostrando el interior, lleno de helado derretido de diversos sabores, además de las cajas en donde se suponía que iban a encontrarse en buen estado. Aparte de eso, también puede encontrar un refrigerador portátil, y un par de vasos, platos y cubiertos de plástico. De ir a mirar en la parte delantera del camión, en donde esta los controles del vehículo, podría hurtar un par de revistas para adultos en uno de los asientos, un par de discos de música en el otro, unas monedas en el cenicero, y una radio portátil con auriculares en la guantera.

Bosque, bosque y mas bosque. Por suerte no nos encontrábamos en Rusia y aunque hacía algo de frío, no implicaba una temperatura que no pudiera aguantar. Tras varios minutos dirigiéndonos a hacia un lugar aparéntemente al azar, la escena que nos encontramos resulta macábramente inesperada... Restos de lo que parecen decenas de cuerpos descuartizados se encuentran a nuestro alrededor, los árboles están cubiertos de sangre evidentemente reciente, dado que en un bosque no tardaría en ser "limpiada" y todo muestra en general un panorama devastador... Que por desgracia no me es desconocido, no lo suficiente como para hacer que me quede de piedra, yo mismo he sido protagonista de carnicerías de este estilo, ahora realmente lo único que me preocupa es aquel o aquello que haya sido el causante de este destrozo. ¿Quizás el cartel de las proximidades me otorgue alguna pista?

El rostro de Harleen ante el cartel es equivalente al que cualquiera pondría de estar intentando leer chino, pero no, es Japonés, una lengua que por suerte no me es desconocida... Y esto reduce a Élfico el único idioma al cual aún no he podido dar utilidad en la vida real, por ahora - Bosque de Aokigahara... -  Mis labios tiemblan, no tiene ningún sentido en especial, pero como fanático de toda la cultura Japonesa, se que ese es uno de los lugares en las que mas suicidios se acometen, y aunque eso no tiene nada en especial... ¿Implica que todos los restos a mi alrededor son de un suicidio colectivo? ¿En medio de una crisis que incluso deja inutilizados mis dispositivos? ¿¡Con miembros amputados!? - ¡Apocalipsis Zombie Digital! - Guardo silencio y... No espera, eso no tiene sentido, posiblemente se trate de un carnicero que se está aprovechando algún tipo de situación especial, nada contra lo que no pueda apañármelas solo, mucho mas acompañado de mi mochila con disparo de plasma y mi pirómana camarada vestida de Arlequín. Hago un gesto a Harleen para que no tenga en cuenta mis últimas palabras, y tras ello continúo caminando a marcha forzada, en dirección a cualquier sitio que me aleje de los cuerpos... Con cuidado de no encontrarme con ningún barranco, ahora que se que me hallo en el monte Fuji.

Al menos tengo clara la dirección a seguir, hasta que no sepa que ocurre y como mínimo hasta que amanezca no podemos quedarnos en medio de la nada... Pero no todo es malo de hallarnos en el monte Fuji. Hay cabañas para turistas cada pocos kilómetros, con suministros que puedo robar y muros tras los que puedo esperar al amanecer... Es cuestión de buscar una de estas, y será mas fácil encontrarla si voy en dirección a la cima, así que tras indicar a Harleen que me siga ajusto mi mochila Digimon para continuar teniendo nuestra espalda vigilada, tras lo cual comienzo a mirar a los árboles de nuestro alrededor, si mal no recuerdo Aokigahara es un lugar con mucho turismo, y es costumbre marcar el camino seguro con cinta adhesiva... Cuanta mas cinta adhesiva pegada en los árboles encuentre mientras asciendo la montaña, significará que mas cerca estoy de una cabaña habitable, guiándome de paso por el musco de ciertos troncos para no caminar en círculos.

Temor, terror, pavor… Pánico, espanto, horror… Alarma, susto, sobresalto… Recelo, aprensión, sorpresa… asombro, desasosiego, cobardía… Miedo, lamento, tristeza… Preocupación, agonía, misericordia. Nada de eso era lo que sentí en ese momento en el que el sujeto asustado salió de la casa -No lamento la vida que tengo pero tu lamentaras tu ultima elección- hable en una voz muy baja para que mis palabras solo llegasen como murmullos a los oídos del pobre humano, yo no era un hueso fácil de roer y no me dejaría intimidar por armas humanas cuando he sobrevivido a seres fuera de la imaginación de cualquier humano normal hubiera llegado a soñar por lo que aparte mi mirada y la fije en el suelo para que no viera que contenía la risa.

Pero antes de eso, Lop estuvo husmeando por el camión para encontrar que las puertas traseras no se encontraban cerradas en su totalidad como si lo incitaran a entrar y rob… Tomar prestado su contenido. Lopmon abrió con cuidado una de ellas para evitar que alguien dentro le atacara pero para su suerte no hubo nadie, aunque el suelo estaba cubierto de helado derretido, cosa que fue confirmado con lengüetazos. Ya dentro, mi compañero reviso todo lo que podría llegar a ser útil o que simplemente pareciera que se podía levantar y llevar del lugar, por lo que su vista se fijó principalmente en un refrigerador que parecía que yo podía cargar así que lo utilizo como si fuera una mochila que no tuviera fondo, aunque si tenía. Como si el clímax en el camión de helados dijera ‘’Hora… Del… Juego… ¡De recolección!’’ como en un show de juegos japonés, Lopmon comenzó a reunir todo lo que lo atrajo así que para empezar abrió las cajas para sacar helado no derretido mientras hacia un gesto de victoria con la mano y los guardó, luego coloco en el interior los cubiertos, platos y vasos de plástico que encontró por allí, después se dirigió a la parte delantera donde sin pensarlo fue a por las monedas comúnmente dejadas en los camiones, al hacerlo se percató de unas raras revistas en uno de los asientos y ya que a su tamer le gustaba leer se las llevo para ver si le gustarían, pero eso no era todo, luego de colocar todo esto en el interior del refrigerador se fue a fijar en el otro asiento por pura codicia, terminando encontrando unos discos de música que hicieron tan feliz a Lop que realizo un giro causando que sus orejas golpearan la guantera hasta que se abrió mostrando una radio con auriculares en su interior, con un expresión de ‘’2x1’’ en sus ojos, guardo todo lo que tenía con el resto de su tesoro y se dirigió al exterior para pedir ayuda para cargar las cosas.

Saliendo otra vez con cuidado, Lop uso sus orejas para subir sigilosamente al techo del camión para llamarme pero antes de que gritase para localizarme se percató de lo que sucedía más adelante -Ohhh… Funny- fijando su mirada en el arma que me apuntaba, mi compañero tenia deseos de recolectarla por lo que comenzó a tomar gran cantidad de aire hasta hinchar terriblemente sus mejillas para lanzar un ataque contra el humano desconocido con todas sus fuerzas.

-Te… Metiste con el caballero equivocado- le dije levantando la mirada hacia él con una sonrisa burlona.

ataque de lop:

Después de tanto esfuerzo, pude mover de lugar la palanca -Genial- dije algo cansado, al parecer Veemon no estaba del todo equivocado, se trataba de un mecanismo, ya que, tan sólo después de moverla de posición, se comenzó a escuchar como algo en alguna parte de donde estábamos comenzaba a moverse, como un mecanismo. Cuando elaboré la antorcha, pude percatarme que a nuestro alrededor no estaba del todo equivocado, se trataba de una mina subterránea -Perfecto...espero que encontremos mínimo algo de oro- comenté sarcásticamente.

-¿Qué activó esa palanca Dansher?- Preguntó muy curioso Veemon mientras me regresaba la antorcha -La verdad, no tengo idea...- estaba a punto de terminar mí oración cuando me percaté de que los vagones comenzaban a moverse, sin duda, habíamos activado los vagones para que comenzaran a moverse, no estaba seguro de subirno pronto a ellos, ya que tanto podrían llevarnos a la salida, como también llevarnos a un lugar peor, pero un sonido alteró nuestra poca ''tranquilidad''que nos quedaba, ya que al parecer un sonido demasiado fuerte retumbaba arriba de nosotros, las piedras caían, el techo estaba retumbando, se escuchaba el rose de la estructura -Esto es malo...esto puede derrumbarse en cualquier momento- pensé, sin duda no teníamos tiempo para irnos a pie, ya que podríamos terminar aplastado, así que sin más, tomé con mí mano que tenía libre a Veemon y saltamos dentro de uno de los vagones que ya estaba en movimiento, antes de que se fueran.

-Perdona Veemon, sé que tal vez fue repentino, pero sí se trataba de un derrumbe, no era conveniente pensar dos veces el quedarnos allí- respondí a mí digimon, mientras avanzaba el vagón en el que íbamos, iba alumbrando el camino, quizás en las paredes del lugar habría algo como una salida, o también lo típico de que en alguna parte del camino del vagón...este está roto y tendrás que saltar a lo Matrix para salvar tú vida -Ten cuidado Dansher, no te vayas a golpear con algo- decía Veemon, ya que el permanecía sentado en el vagón, y yo iba inclinado para poder ir alumbrando y viendo el exterior, para poder observar el camino hacía donde nos llevaba aquel vagón.

Importante:

recordatorio de inventario antes de este post:

Dansher

Las vagonetas continuan avanzando, el línea, todas juntas, y a lento avance, casi es más útil ir a pie, aunque la verdad, si se piensa con detenimiento, esa velocidad es muy poco efectiva, sobre todo si, como anteriormente, un derrumbamiento te pilla de improviso. A medida que avanzan, tanto Dansher como Veemon serían testigos de cómo la mina empieza a cambiar de manera muy brusca, demasiado...


Un zorro rojo, con parche, garfio, y sobre todo, con afiladísimos colmillos, salta desde la oscuridad contra ambos compañeros, chillando escalofriantemente. Sin embargo, antes de hacerles nada, el animal se detiene en el aire, enmudece, y sin ninguna expresión más, vuelve a irse para atrás... Después de reponerse del susto, Dansher podría darse cuenta de que eso ha sido simplemente un screamer de un animatrónico fijado con un mecanismo de muelles y resortes, a un lado de las vías de las vagonetas. Después, unas bombillas del techo tintinean, y una voz mecánica interviene desde algún lugar de la atracción.


Finalmente, comienza a verse algo al final del túnel, una luz proveniente del exterior, que a su vez, puede iluminar el cuerpo ensangrentado de un hombre sentado en una silla de oficina, vestido como si fuera un guarda... Evidentemente, esta muerto.

Magnus

Magnus decide echar una última ojeada en su propia celda, encontrando en ella un cuaderno con un lápiz atascado en su espiral. Algunas páginas están en blanco, pero en otras hay dibujos que si bien no son muy explícitos, si que muestran imágenes un tanto perturbadoras... Pero si hay algo en común en todas las páginas, es una serie de números: 204962. En cuanto al resto de celdas, sólo una consigue abrirse. Magnus entra y extrae uno de los huesos del esqueleto... Esta seco, y muy viejo, pero es resistente, así que puede que le sea útil.

Una vez alejándose de los calabozos, el joven entraría en la sala anteriormente mencionada, en la que algunas cucarachas campan a sus anchas por el suelo... Allí, hay una mesa a un lado, una mesa de metal, provista por un viejo ordenador estropeado, una lámpara de escritorio, y unos archivadores con documentos en su interior. Además, frente a la mesa, hay una máquina expendedora, con snacks de todo tipo y con refrescos.

Pero de repente, eso parece dejar de tener importancia, al menos de momento, pues el llanto cercano de un bebé es lo que rompe la tranquilidad del silencio.

Spoiler:

Yuri

Yuri decide continuar su caminata a través del bosque, en un ascenso hacia la cima con el propósito de encontrar algún refugio en el que hospedarse. Sin embargo, por más bandas que busque, ya no encontrará ninguna más. Por el contrario, el paisaje de árboles va disminuyendo, los restos de extremidades van menguando, dando paso a una zona más verde y más limpia... Eso de ahí... ¿qué es...?

- Lalalalalala ♫♪

Spoiler:

Decenas de ellos, la mayoría dormidos, pero otros despiertos y mirando con curiosidad al extraño trío que se acercaba. Un poco más adelante, podían verse unos trenes abandonados y oxidados, semi enterrados en el suelo por el paso de los años... Y un poco más lejos, lo que parecía ser una montaña rusa.

Fary

El ataque de Lopmon no termina de realizarse, pues de la nada, algo golpea con fuerza al pequeño, tirándolo del vehículo instantáneamente... Cuando buscaran el origen de ese derribe, descubrirían a un renamon de pelaje negro en el lugar sobre el que había estado Lopmon hacía unos segundos. El digimon zorruno miro gélidamente al conejito, sin moverse.

- No deberías subestimar a tus enemigos, muchacho...-el humano continua apuntando a Fary con la escopeta, pero no dispara todavía... De hecho, alguien más se asoma por la puerta de la casa, una mujer con expresión algo asustadiza.

- ¿Darryl? ¿Qué ocurre?

- No te preocupes, Alice. Este chico iba a intentar hurtar algunas cosas del garaje... Al parecer nadie le enseñó a pedir las cosas por favor...

Spoiler:

-¿Se autoproclama mi enemigo? Ohh- con tono semi-burlón y levemente impresionado, Fary intentaba hacer conversación para ganar tiempo mientras pensaba que hacer, no se esperaba encontrar con un Digimon en estos momentos y menos en este lugar. Entonces apareció esa mujer en el momento más oportuno -¿Planea matarme frente a su mujer? No le conviene hacer eso- algo fuera de mi sentido floreció, eran palabras que no tenían que ver con mi tono burlón -Si me dispara, me matara y eso es algo que todos aquí ya nos hemos dado cuenta pero si lo hace solo causara una imagen mental en su mujer, una que no podrá reparar- el parcheado permaneció parado en su lugar, inmóvil, intentado alejar esa punta de escopeta que estaba frente a él -¿Y cómo evitarlo? Después de todo no solo mataría a un ladrón, sino que mataría a un niño que no posee ningún arma para defenderse excepto por un bastón… ¡Un bastón!- alzando la voz para enfatizar que no era alguien de quien temer, prosiguió -¿Así que… Por qué no baja su arma y me vuelvo por dónde vine?- sin sudar una gota, intento persuadir al humano, pues no creía que su compañero pudiera vencer a aquel Digimon desde esta fase.

Y esto último se debía a la batalla que se llevaba a cabo no muy lejos de ellos. En el momento en que Lop salió volando, abrió sus orejas para ralentizar la caída como con un paracaídas y después fijo su mirada contra su oponente -Tú…-- cargando contra el Renamon, mi compañero comenzó a atacar con ataques desenfrenados de orejas con toda su fuerza y rabia.

ataque:

- ¿Heh? - Cuando todo parecía claro, cuando tenía un plan pre-establecido para sobrevivir hasta descubrir que era lo que estaba ocurriendo, creyendo estar seguro de donde me encontraba... Y entonces aparecen las flores bailarinas, y yo me quedo como un idiota mirándolas, al igual que Harleen. Solo Viral, quizás por hallarse mirando en otra dirección parece inmune a su baile.

- Son flores... Felices... ¡Voy a hacerlas arder! - La paro precipitadamente antes incluso de que incendie sus manos, no tanto por la alarma luminosa, si no por que el estar viendo flores danzarinas puede ser cosa de la droga... Y si las quemamos solo irá a peor. Unos segundos después comprendo que no podemos estar alucinando, o no veríamos los dos las mismas flipadas en colores... No, esto es real, nadie comparte los mismos efectos ante una fuente externa así que estamos en... ¿Un parque temático? O eso o empiezo a gritar otra vez apocalipsis zombie digital... Por que estas flores si no me equivoco son como las del famoso juego hace unos años "Plantas contra zombies", y me he dejado las nueces barrera en casa, así que lo tengo difícil.

Tras pensarlo por unos instantes me inclino, incitando a Harleen para que toque las flores con el palo... De no mostrarse agresivas y si llegaran a sonar huecas o mecánicas, compruebo si puedo llevarme alguna de ellas, por que, que demonios, deben de ser algún tipo de dispositivo mecánico, y quizás me sea útil en el futuro de alguna manera, sobretodo si consigo algo elástico... ¡Podría hacerme un escudo girasol! Lo que suena demasiado cargado de arcoiris incluso para mis momentos de poca lucidez, pero es lo que toca. Por el contrario si son carnosas o blanditas... Mejor dejarlas de lado por ahora, quizás sean útiles, y si no como mínimo servirán de fogata.

Eludiendo el campo de flores camino hacia los vagones abandonados, sencillamente observando desde afuera que no haya nada en su interior, mientras despejo mis manos para empuñar mi porra eléctrica, por si hubiera algún peligro... Si parecen seguros y hay vagones aislados, quizás sea un recinto acorde para pasar la noche una vez atrancadas las puertas, algo no muy difícil de hacer, sobretodo en semejantes antiguallas, así que ¿Debería ir a mirar la montaña rusa? Probablemente no, no voy a averiguar nada en ella, y si tiene tanto tiempo como los trenes, podría tener un accidente.

- Cuando me prometiste ir a un parque de atracciones no me esperaba esto - Sonrío ante sus palabras y la guiño un ojo con malicia, gesto al cual responde con una sonrisa endiablada antes de volver a pegarse a mi lado, equipada con su fiel bastón. Lo bueno es que en estos sitios suelen haber puestos de comida, y aunque estará la mayoría caducada, ciertos refrescos, botellas de agua o conservas duran casi eternamente, así que con precaución comenzamos a buscar uno de estos puestos.

El vagón no era lo que yo hubiese esperado, iba totalmente a una marcha lenta, es más, hasta estaba considerando en que Veemon y yo nos bajáramos de allí e irnos caminando a pie, era mucho mejor y más seguro -Vaya, después de todo, estos vagones no son de gran ayuda. En las películas van disparando- comenté mientras seguía prestando la atención a mí entorno con la iluminación de la antorcha -Yo me siento cómodo ir así- decía Veemon mientras estaba sentado allí en el vagón.

Continuó por un tiempo así, sin novedades, observando el mismo panorama rocas, una y otra vez, hasta que de repente, una figura zorruna, pero terrorífica apareció frente de mí, tenía ung arfio en la mano y toda la intención de hacerme daño -¡Aaaaaaaaaaaah! ¡Maldita sea!- grité bastante fuerte y sin querer mí antorcha cayó a lado de los rieles del vagón -¿Qué clase de ser era ese?, ¿era un digimon?, ¿y ahora qué voy a hacer?, se me cayó la puta antorcha- pensaba desesperado y me sentía amenazado por el peligro hasta que escucho una voz genérica, sí, genérica de los juegos mecánicos aviando que esto era un juego -¡La puta que los parió! ¡Casi me matan de un susto, joder!- grité bastante exaltado y Veemon sorprendido por toda la escena que sucedió unos momentos -Al menos después de todo fue una broma, Dansher- respondía Veemon, aunque a él igual se le veía la cara de susto -Sí, menos mal- respondí y sin más nos bajamos del vagón a recoger la antorcha que se había caído.

Tras recuperar la antorcha nos percatamos que una luz se asomaba por el camino de la vagoneta, seguro era la salida o algo así, después de tremendo susto no esperaba menos -Vamos para allá- indiqué a Veemon el cual me siguió hasta aquel lugar.

Al llegar al lugar iluminado, nos llevamos una pequeña sorpresa, un cuerpo de un guarda, que parecía estar muerto -Dansher...¿está muerto?- preguntaba bastante preocupado Veemon -Pfff, claro que no, esta es una maldita casa del terror o algo así, es normal que pongan este tipo de cosas- respondí a Veemon y miré alrededor, parecía una oficina -Mira, tú échale un vistazo a este robot, capaz de que se levanta y me pega un susto como el otro- ordené a Veemon el cual se mantuvo a unos 4 metros de distancia de él, ya que le daba algo de miedo, pero yo me dediqué a investigar por la oficina haber si encontraba algo útil para salir.

Dansher

La oficina no parece gran cosa. Hay un ventilador, unos mandos para la ventilación, el sonido y el audio, un par de muñequitos sobre la mesa, una silla y algunos papeles, además de restos de unos disfraces muy extraños. Con respecto al zorro mecánico, se encuentra ya apagado, sin batería, en una extraña posición con el torso colgando hacia delante. Su espalda queda al descubierto, por tanto, mostrando algunas barras de metal, engranajes, placas y tornillos... Fácilmente asequibles si se quiere hacer uso de ellos de alguna forma...

- Grrrrr...-de repente, un gruñido procedente de los labios del guardia supuestamente muerto resuena por la cueva, es leve, pero audible. El cuerpo empieza a moverse, revelando que era una persona real... Lo que no está del todo claro es si está viva, o... ¿muerta? Porque el agujero sangrante de su pecho, atravesando su camisa morada, no parece muy saludable.

Spoiler:

Magnus

El llanto del bebé continúa, se escucha cercano, muy cercano... Sin embargo, cuando Magnus se aventurara a la habitación contigua, no encontraría más que un baño, bastante sucio y oscuro, pero un baño al fin y al cabo, con una luz tintineante en el suelo, procedente de... ¿una linterna? Sí, quizás eso sea una linterna. Cuando la tomara y se diera la vuelta para marcharse, la luz iluminaría de manera completamente esporádica, el lavabo sobre el que pendía un espejo sucio y rayado... Y dentro del lavabo...

Spoiler:

¡¿Qué diablos es eso?! Parece... ¿Un feto de un bebé muerto? Pues muy muerto no tiene pinta de estar, porque, por imposible que parezca, el bebé se mueve, su deforme cara gesticula muecas mientras abre la boca y llora con toda la fuerza que sus extraños pulmones pueden soportar. Y como si eso pareciera poco aterrador, de repente, de un pasillo cercano, puede escucharse el chirriante sonido de un metal pesado siendo arrastrado por el suelo de baldosas, lentamente, como si alguien arañara la pizarra de una clase con una garra.

Yuri

Los Girasoles Cantarines no hacen nada ante la presencia de los recien llegados, si bien solo los miran con miles de alegres sonrisitas mientras cantan, las que estan despiertas, claro está. No parecen tener ningún dispositivo o mecanismo electrico, sus tallos, sus hojas y sus pétalos, a juzgar por lo blandos que son, parecen reales. Se pueden arrancar, o simplemente acariciarlas para que estas sigan a quien las toque, pero no parecen tener motivaciones hostiles.

Al llegar a los vagones, la mayoría están abiertos, pero sin mucha cosa en el interior que sea de utilidad. Sin embargo, hay un vagón restaurante, lo malo es que la puerta está atrancada, y a menos que se ejerza cierta potencia con algo, no se abrirá. También, en el vagón del maquinista, hay algunas cosas medianamente interesantes, como los paneles de control, un horno con algo de carbón, una rueda metálica para abrir y cerrar y... ¿qué es esa caja?

Mientras tanto, en el bosque abandonado, los movimientos comienzan. Los cuerpos mutilados, cortados, ensangrentados y suicidados, empiezan a levantarse, lentamente, y a caminar a paso despacio hacia el linde... Sus gemidos y gruñidos son audibles hasta cierto punto, las plantitas alegres se alertan en cuento los oyen, y empiezan a gimotear levemente.

Fary

El humano mira con evidente desconfianza al muchacho. No le gusta ese comportamiento, y no le importa que sea un niño... Es un veterano al fin y al cabo, y si tiene que volarle la cabeza para alejarlo y protger a su familia... Entonces lo hará. Por eso, el sonido del disparo no es indiferente para nadie de las proximidades, pues se escucha por toda la calle... Los casquillos de bala caen sobre la acera con un tintineo metálico, a cámara lenta... Ambos, marido y mujer, observan, impasibles, el agujero rojo y sangrante en la frente del muchacho. ¿Por qué? ¿Por qué viendo a un niño en apariencia "desprotegido" ha decidido matarlo? Simplemente porque este empezó a atacar primero, y porque aún después de la advertencia, su digimon compañero no ha hecho amago de detenerse... La vida es dura, pero el que sobrevive, es el más fuerte, el que no se deja amedrentar por nada...

OFF:

Claramente impresionado por las plantas, las cuales parecen seguirme, algo que no me interesa lo mas mínimo... Vuelvo a acariciarlas, pokearlas, e incluso ahuyentarlas con un rápido "Shu, shu!" de ser necesario para que no me sigan, pero al parecer una vez hago que una me siga... No parará de hacerlo, a´si que sencillamente opto por la segunda opción mas viable, la cual consiste en que tras evitar de nuevo que Harleen las queme, empezar a acariciarlas a todas hasta que tengo mi propio ejército personal con unas tres de aquellas plantas siguiéndome.

Es así como llegamos al tren, en donde lo primero que hago es dejar a las plantas esperando en el vagón central mientras corro al de maquinista ¿Por que? Sencillo, una vez allí busco por todos los controles hasta cerrar las puertas del tren, aunque con mucho mas esfuerzo del que sería inicialmente normal, pero estas cosas antiguas funcionan incluso sin energía... Así que espero que funcione. Tras ello y con los vagones cerrados, tomo la caja que hay en la zona del maquinista y me muevo con igual rapidez hacia el vagón central, donde Harleen me espera dándole patadas a el vagón restaurante para intentar abrirlo... Suspiro y me pongo a su lado, sacando uno de mis cuchillos para buscar la zona en la cual deberían hallarse los pestillos, y como hacía en las calles de Rusia cuando queríamos robar algo, los des-ajusto - Ahora - Obediente Harleen propina otra de sus famosas patadas (Ataque Digimon) para hacer abrirse la puerta, justo al tiempo que pese al aislamiento del tren comienzan a oírse lejanos gemidos a lo lejos...

- Vamos no me jodas... - Comento como un leve murmullo mientras las tres plantas que nos acompañan comienzan a emitir ruiditos de terror. Callándolas con un gesto pasivo agresivo por nuestra propia seguridad - No me lo puedo creer ¡Zombies! - Y es que he visto demasiadas peliculas de terror como para no saber de que son esos gruñidos, quedando solo dos posibilidades... Infectados zombie o un ejercito de veganos cabreados por no encontrar plantas que comer, y sinceramente espero que sea lo primero, así podré dispararlos legalmente.

Con rapidez vuelvo a cerrar la puerta del vagón restaurante, y ordeno a Harleen ir pateándola hasta dejarla todo lo atrancada que sea humanamente posible, proceso en el cual incluso coloca su palo bastón para finalizar la trinchera, mientras yo corro todas las cortinas del mismo, corriendo tras ello dos banquetas hacia el centro del vagón por dos razones muy sencillas, poder estar espalda contra espalda con Harleen vigilando las posibles entradas y, por que en caso de ser arrinconados estos sitios suelen tener en el centro... justo sobre nosotros, una salida de emergencia algo mas ortodoxa, pero muy eficaz si hay que huir de un ataque frontal... Así que antes de sentarme, me pongo en pie sobre las mismas y me aseguro de si esta puede ser abierta... Tras ello mando a Harleen a registrar el vagón en busca de comida no caducada o de botellas de agua cerradas y en buen estado (Solo agua, no refrescos, esos caducan o se estropean fácil, excepto si hay de limón no azucarado, que como mata bichos no le sale moho tan rápido xD) a fin de cuentas mi intención es esperar hasta que amanezca antes de salir de mi zona segura, que termino de asegurar ayudándome de Viral (Quien baja de mi espalda unos minutos) para levantar las mesas y dejarlas como medida extra de seguridad contra las ventanas, con cuidado eso si de no romperlas, y comprobando de paso que todas estén cerradas. No soy un imbécil, no voy a moverme entre la oscuridad en medio de un apocalipsis. Una vez hecho todo, nos sentamos en el centro con completa seriedad... fácilmente rota por las tres flores cantarinas que bailan en una punta del vagón, por su bien espero que en silencio, o las corto el tallo.

Como última medida y mientras espero en silencio, saco la cinta policial y enredo las dos mitades de esta en cada uno de mis brazos, para improvisar unos protectores para los brazos que puedan resistir penetraciones filosas o bueno... Si son lo que creo, mordiscos, o si al final no lo fueran, si no fueran veganos y se tratara de los zombies... De nuevo mordiscos.

Dansher

El muchacho, al no haberse percatado de que el cadáver se había levantado, perece ante este cuando se lanza sobre él para devorarlo, y una vez, acaba con su vida, se dispone a eliminar a la posible amenaza que supone el dragoncito azul que lo acompañaba...Pronto, los cadáveres de ambos yacen en el suelo, siendo alimento del zombie con traje morado de segurata.

Magnus

Al sonido del llanto, una figura aparece a la espalda de Magnus, quien no tiene tiempo de hacer nada antes de que un enorme espadón ensangrentado lo parta en dos, con fuerza, destrozando su cuerpo... El atacante, una persona con una especie de pirámide de metal como casco, se agacha junto al cuerpo mutilado y tras retirarse lo mínimo su peculiar sombrero, comienza a comérselo.

Yuri

Los zombies se aproximan cada vez más, gruñendo, gimiendo, gritando... Su avance es lento pero constante, y en pocos minutos, ya casi alcanzan la mitad del trayecto hacia el largo tren viejo y abandonado. Los minutos pasan, los ruidos inconexos de los muertos vivientes cada vez se escuchan más cercanos, y pronto, se puede escuchar cómo algunos, los más adelantados comienzan a golpear el metal de los vagones.

Mientras tanto, Yuri puede observar que las plantitas no emiten sonido alguno, pero si tiemblan, aterradas, y arrinconadas todas en una esquinita para intentar trasmitirse valor y seguridad las unas a las otras... En la caja que el muchacho extrajo del vagón del maquinista, al abrirla, puede observar unas cuentas botellas de alcohol... ¿Vodka, quizás?

Muertos: Fary, Dansher, Magnus.

Mantengo la respiración estable mientras escucho los distintos sonidos aproximándose... Algunos golpean el tren como demuestra un lejano eco que se filtra a través del casi insonorizado monstruo mecánico, pero no parecen querer entrar, es como si únicamente se hubieran encontrado con el mismo y este les entorpeciera. Miro a Harleen desde mi silla, sin decir nada, y ella sencillamente asiente, mientras señala su nariz ¿Entonces es cierto? Huele a carne muerta, yo no puedo detectarlo con todo cerrado a cal y canto, pero su olfato no es humano, es mejor, razón por la que ahora sube su pañuelo hasta cubrirse el mismo, aunque no parece demasiado molesta... Eso implica que no entra demasiado aroma, mejor, así se disipará antes de molestarme, y por otra parte, implica que en el exterior todo rastro mio que pueda haber desaparecerá ante el producido por estas criaturas.

En cualquier caso no pienso hacer comprobaciones visuales; Ventanas puertas trampillas, todo está cerrado, y quieras que no estoy en un vagón seguro con comida de sobra y bebida para rato, si, es cierto que mucha estará estropeada, pero las latas de conserva son casi imposibles de caducar. Así que no voy a arriesgarme a apartar una cortina para que si verdaderamente hay algo ahí fuera pueda verme... Y si esto es como todas mis novelas zombie, mientras no haga ninguna estupidez estaré a salvo hasta el amanecer, donde con algo de suerte quizás el grueso de la horda ya haya pasado y yo pueda irme a buscar un lugar mas adecuado.

Harle se acerca hasta mi con ojos preocupados y salta sobre mis piernas, recostándose sobre mi pecho mientras mira hacia una esquina del vagón sin nada peculiar - Me siento inútil... - Susurra en un tono que casi me es imposible escuchar incluso a mi. Sonrío y pongo una mano sobre su cabeza... Prender fuego, gritar y saltar es lo que mejor sabe hacer en esta forma, ni si quiera puedo darla una pistola, por que con sus grandes dedos tendría un manejo torpe.

- Te prefiero aquí aunque no puedas hacer nada que enfrentarme solo a esto querida... A ti y a Vi, siempre hemos estado juntos, normalmente el inútil soy yo... Así que ahora déjate cuidar ¿De acuerdo? - Respondo en un tono casi tan inaudible como el suyo, pese a estar susurrando directamente sobre su oído... Y no responde, solo se oculta algo mas, aferrándose con fuerza a mi chaqueta, posiblemente frustrada, mientras acaricio su cabeza. Llevo mi otra mano hacia Viral, y la invito a acercarse a mis labios, para susurrarla que se quede alerta y en silencio... Por suerte los de su especie no necesitan dormir, por mas macabro que pueda resultar, así que ahora mismo con sus grandes ojos es nuestro mejor seguro para poder intentar descansar hasta que alguna tenue luz exterior o los instintos de mis Digimons me indiquen que ya es de día en el exterior... De modo que, abrazando a ambos, dejo a Viral mirando hacia el ala sur del vagón y sus laterales, mientras yo vigilo de igual manera el ala norte, turnándome con harle para descansar los ojos y a ser posible la mente, turnándonos en dormir...

Pero al menos tenemos Vodka, eso siempre ayuda... Solo necesito comprobar que la botella no esté adulterada de una manera tan sencilla como entregársela a Harl para que olfateé, y puedo dar un par de tragos, insuficientes para alterarme negativamente, pero eficaz a la hora de calmar los nervios, aunque sea como placebo. Igualmente no voy a gastar mucho, siempre viene bien si quieres prender fuego al vagón.

Los zombies continúan golpeando durante un rato largo, arrancando sonidos metálicos, abolladuras y ronchones al metal oxidado. El tren se mueve un poco, pero no tanto como para balancearse, pues la Naturaleza ya hace tiempo que ha echado raíces sobre la mano del hombre... Sin embargo, ninguno de ellos consigue introducirse dentro, ya sea por poco interés, o por las entradas cerradas a cal y canto. Los muertos vivientes, famélicos de carne viva, avanzan con su característica lentitud por el verde pasto, ensangrentándolo y profanando su pureza, mientras rodean como pueden los vagones para continuar su camino.

Pasan las horas, y mientras las agujas del reloj avanzan, los lentos pasos de la horda se escuchan cada vez en menor medida, en la lejanía, en el sangriento horizonte que marca el despertar de un nuevo amanecer. Los últimos rezagados consiguen pasar por los huecos entre vagón y vagón, para seguirles el paso a sus compañeros en busca de un apetecible bocado humano.

Mientras tanto, Yuri y los suyos continúan escondidos en uno de esos compartimentos, tumbados para pasar desapercibidos de cualquier cadáver andante que pueda asomarse por las ventanas. Los gruñidos e inconexos sonidos que estos emiten, parecen apenas suspiros una vez se han alejado, pero hay algo mucho más importante... Hay algo en el suelo, bajo el cuerpo de Yuri, que abulta contra su pecho, algo que, al verlo mejor puede tratarse de una argolla utilizada en el pasado para abrir una casi imperceptible trampilla.

Mantenemos la respiración bajo mínimos mientras la orda se encuentra en su punto mas álgido de ataque al vagón... Pero no parecen querer entrar con todas sus fuerzas ¿es solo la curiosidad de un mente muerta? De ser así debería de sencillamente poder esperar a que todo pase... Y así termina resultando ser.

Poco a poco los golpes ceden, a fin de cuentas no he dejado rastro alguno de mi existencia, y me he ocupado de dejarlo todo bien cerrado... hay un punt en el cual el depredador siempre debe abandonar su curiosidad en pos de un objetivo mas accesible o incluso existente, y eso es instinto puro, no requiere de un cerebro complétamente funcional, únicamente de su sistema nervioso.Ahora solo algunos rezagados continúán pasando por las cercanías de mi escondite, mientras yo y los mios hemos optado por hecharnos sobre el suelo para esttar aún menos a la vista, si bien con la oscuridad del interior, la luz que empieza a verse en las leves rendijas que filtran los cristales,junto a las mesas y cortinas que cubren casi todos los recobecos no deberían poder vernos...Recojo a Harleen entre mis brazos para apaciguar su intranquilidad ante la impotencia que la ataca, no es una cobarde, no teme al peligro, sus temblores son de ira, rabia por no tener con que ayudarme...Y se ven calmados ante mi abrazo, quizás algo estraño tras aquello que he ido descubriendo desde hace aún demasiado poco tiempo.

- Falta poco - Susurro en un tono que solo ella y Viral, a escasos centímetros de mi puedan escuchar. No puedo erlos, tal y como ellos tampoco pueden verme a mi...Pero por como ha disminuido la intensidad y frecuencia de los gruñidos es evidente que se están alejando.Es entonces cuando lo siento, pegado a mi cuerpo, una leve incomodidad que había pasado desapercibidaa causa de la tensión del momento, cuando mi cerebro e insintos tenían cosas mas importantes de las que prestar atención; Es una Visagra, una arandela en el suelo que parece dar acceso a una especie de camarote inferior ¿Una trampilla hacia el exterior? No debería, no al menos en este tipo de tren, de modo que puede dar a la tona interna de los bajos, un perfecto bunker de seresto mismo, un lugar idealpara ocultarse si alguno de esos seres lograra finnalmente entrar...O una trampa mortal si alguno se encontrara en su interior, si bien, como sea esel momento indicado para explorarlo, ahora que solo unos pocos podrían escuchar el intenso tronar de mi armaen el silencio que nos rodea.

- Voy a entrar - Finalizo por indicar, mientras desenfundo a luz, llevando mi mano libre a sujetar la bisagra. Espero a que Harleen y Viral estén preparadas, y apunto el cañón directamente hacia el hueco de la trampilla, respiero para alcanzar un estado de frialdad mental, para estar listo y disparar a lo que sea en caso de resultar una mala idea, y tiro de la arandela.

La trampilla deja ver un hueco oscuro con unas escaleras, como si fuera un alcantarillado, que lleva hasta un estrecho túnel hecho bajo tierra, con vigas suspendiendo firmemente el techo, y con algunas lámparas colgadas de un gancho cada ciertos metros. El lugar parece casi como una mina abandonada, pero se sostiene bien en pie, sobre todo, porque parece haber signos de reciente actividad por sus silenciosos y sucios pasillos. Yuri puede ser consciente de ello, quizás pueda suponer un peligro, pero desde ese lugar, no se escuchan sonidos de gruñidos o rugidos nerviosos... Tan solo el de unas pisadas precipitadas y una respiración agitada.

- Tú...-dice una voz femenina a su espalda, justo cuando los pasos se detienen.

Al volverse, el ruso puede ver, a lo lejos del pasillo, a un muchacha de aproximadamente veinte años, de piel tostada, ojos almendrados y oscuros cabellos ensortijados recogidos en dos cortas colas de caballo. Además, la mujer va vestida con un viejo abrigo marrón, una gorra blanca y morada con una D cosida, y porta diversas armas, como un cuchillo en su mano, y una escopeta a su espalda. Sin embargo, al verle, la joven enfunda su arma, suspirando de alivio, y dibuja en su joven rostro una débil sonrisa.

- ¡Clemen! ¿Qué es? ¿Qué ha entrado?

La interpelada amplía su sonrisa, gira un poco su rostro hacia su interlocutor, que parece estar en un pasillo perpendicular, y despega los labios.

- Otro superviviente, Lee.

Spoiler: