encuentro con un lobo solitario

Tan pronto como Kiba y Raziel llegaron a la ‘escena del crimen’; la bruma comenzaba a desaparecer paulatinamente, revelando lo que podría ser un escenario digno de una película de terror, ‘Masacre en Texas’, bien podía representarle.

Kiba, detuvo el vehículo con algo de suspicacia al respecto de si permanecer estático en aquel sitio era lo oportuno, pero el código le exigía seguir con un estricto procedimiento de desinfección y esterilización de la zona; al ser el único agente a disposición, y presente en óptimas condiciones de funciones vitales del que tuviera conocimiento, su deber era encargarse de la situación de la mejor manera posible.

Pero si sus vidas, la de él y la de su amigo estaban en juego, el código, podía irse al infierno. Aunque todavía parecía ser demasiado pronto para retirarse, quizás y solo quizás podría ser que encontrase algún sobreviviente. El debate en su cabeza se inició de nuevo.

Él quería encontrar al responsable de esta carnicería y ponerle las manos encima, ¿quién sabe?, tal vez conseguiría un acenso, pero sin refuerzos y con recursos limitados a su disposición no había duda de que podría ser una misión suicida. Si en la agencia de D.A.T.S. más próxima ya habían recibo su mensaje, todavía tardarían en llegar para hacerse cargo de la limpieza; y con la retirada de nieblina que misteriosamente se estaba disipando, tan repentinamente como había llegado, no demoraría mucho tiempo para que todo quedase al descubierto. La noticia sobre la explosión atraería con certeza la tan indeseada atención de los medios y uno que otro curioso.

A regañadientes tomó lo que bien, creyó era la mejor decisión.

Escaneó el perímetro tanto como el rango del radar se lo permitía para entonces, hacer uso de los aditamentos con que habían equipado su nuevo juguetito.

–El área se mostraba despejada y no había rastro de firmas energéticas de otros monstruos digitales en activo, además de Raziel-

No había un alma merodeando por los alrededores al alcance de la vista, tenía que aprovechar el momento y actuar con meticulosa rapidez.





◄  Al parecer la misión de recuperación del objetivo, tendrá que quedar suspendida hasta nuevo aviso... me parece que les hemos perdido la pista.





Mtt… omba… mba pueem-do… segmmir..lle-ns ahg pff..ps
mta.








◄  ¿Qué?




Kiba, viró la cabeza para notar que su peludo amigo sostenía algo en el hocico que le impedía expresarse correctamente. Tan pronto como le extendió la mano, él le dejó caer en ella el comunicador que previamente en su frustración, Kiba había tan infantilmente arrojado al piso.




Gracias, dije que si quieres, todavía puedo seguirles
la pista.









◄  ¿Y permitir que nos conviertas en la cena y el postre?...





Quizás esa cosa no lo muestra, pero mi olfato e intuición de digimon
no me fallan, están no muy lejos...








◄  ¿Además de entregarles el Green Fatum?, ni hablar...





¡tengo el rastro de aquel monstruo!









◄  tienes que estar delirando.




Entre risas leves musitó Kiba; a la vez que suavemente daba ligeros golpecitos con su puño cerrado como quien llama a la puerta en la prominente frente de Raziel, que se asemeja al craneo de una ballena beluga.



¡No soy un inútil!, puedo probarte que puedo y estoy en lo cierto.







◄  Yo nunca dije que lo fueras.




Una sonrisa lateral divertida, ilumino el rostro de Kiba, que previamente se había quitado el casco y bajado los escudos para proceder a descender de la moto.





◄  ¡Anda, ya!, bájate brabucón; mejor ayúdame a comprobar si alguno de estos todavía respira.



Con un gesto de repulsión y sumo desagrado, Kiba, se aproximó a cada uno de los cuerpos a medio devorar que se hallaban dispersos en extrañas posiciones y descuartizados; algunos con  lóbregas muecas de horror y espanto, otros mostraban estupefacta sorpresa plasmada en sus rostros o lo que quedaba de ellos, pero ni uno estaba calcinado.

Un escalofrió recorrió el cuerpo de Kiba, a través de su espina dorsal.


Uno a uno, los despojos y cuerpos fueron registrados, pero no hubo uno siquiera que poseyera aliento de vida.





◄  Esto no fue obra de otro explosivo... como lo sospeché, tenemos más de un sospechoso para este caso.






¿Qué estás haciendo?




Preguntó consternado y confuso el dulce cánido acompañante.






◄  Bueno, nos enviaron a una misión de recuperación, y al parecer ellos ya no van a necesitar más de estas cosas. Y ni se te ocurra mencionarlo, porque te dejo sin croquetas.




Le respondió Kiba con frialdad, a la vez que se llevaba algo que parecía ser de valor para los humanos a su billetera y recolectaba los dispositivos digitales que permitían la evolución, así como las identificaciones de cada uno de los ex-agentes caídos.





◄  Después de todo, no creo estar cometiendo algún crimen, y supongo que a D.A.T.S. le agradará tener de regreso su tecnología para poder reasignarla a nuevos agentes, y llevar un registro de las perdidas en vidas humanas y digimon, aunque sea para cumplir únicamente con cuestiones de la burocracia.




Raziel, estaba por preguntar que era todo aquello de ‘burocracia', pero antes de formular la pregunta; asumió que lo mejor era dejar a Kiba hacer su trabajo, necesitaba ganarse la comida del día y su amo ya se lo había sentenciado, si no le ayudaba no comería.

Kiba; abrió un compartimento del cual saco unos guantes y un cilindro con un líquido extraño que espació a lo largo de toda el área donde se encontraban restos de sangre y lo que quedaba de los cadáveres, para luego alumbrarles con las luces desmontables del vehículo.

Tan pronto lo hizo, la sustancia comenzó a hacer efecto y los restos comenzaron a efervescer para luego desaparecer frente a sus ojos como si nunca hubieran existido, lo mismo ocurrió con los de sus antiguos camaradas, que terminaron por desintegrarse por completo.

Solo restaba apartarse a una distancia prudente de la zona para no llamar la atención, y esperar el arribo de los demás agentes para rendir el informe de la situación.

Kiba, sospechaba que todo este rompecabezas de problemas y piezas sueltas tenían que ver con el robo o posesión de tecnología de D.A.T.S. en manos equivocadas, en poder de los supuestos terroristas; pero no mencionó ni una palabra, ni siquiera a Raziel. Aunque disfrutara de su compañía, se limitó a guardarle en el XLoader, tan pronto como se percató de que otra vez estaba operando correctamente, y se preguntó si eso tendría alguna relación con la inusual neblina.

Aparcó el vehículo en un sitio que consideró seguro, una vez habiéndose encontrado otros agentes de campo, aprovechó para mudar sus ropas a las de un civil cualquiera, y con gran pesar les hizo entrega de la moto, en espera de una próxima misión.

Su declaración fue algo simple y muy escueto.





◄  Muertos, todos estaban muertos cuando yo arribé; pueden comprobarlo con las ultimas tomas de video antes de que prosiguiera con lo que marca el protocolo.




Se limitó a decir con desdén.

No les entregó los dispositivos e identificaciones personales; de hacerlo, pensó que perdería cierto crédito que podría hacer con que le permitieran conservar el prototipo, entregaría las cosas a sus superiores personalmente pero conservaría el dinero sin dar reporte alguno acerca de ello.

Comenzó a caminar sin rumbo definido, apartándose del resto cuando un sujeto que considero algo estrafalario o bien podría ser un sospechoso hizo acto de presencia en su campo de visión; Kiba lo contempló y recorrió con la vista de arriba a abajo, ignorando casi por completo a los dos monigotes que le hacían sombra.

Finalmente, decidió aproximarse discretamente con un aire casual en espera de su reacción; su cabello blanco tan similar al de él y su temple tan inusualmente tranquilo, habían conseguido llamar su atención.

Entonces, mientras avanzaba despreocupadamente; aparentemente inmerso en sus pensamientos a la luz de algunas lámparas, la distancia entre ellos se acortaba cada vez más.