De Regreso al Mundo Humano

Habían pasado muchos días, de echo demasiados días desde que estaba en el digimundo inconsciente por la congelación y al fin sin estar en mis sentidos de lo sucedido ya estaba en el mundo humano, mas bien en un mundo lleno de felicidad y de peste humana a la que me preguntaba aún del porque quería quedarme en este lugar si de echo detestaba ver a estos seres, daba igual la excusa que daba, la comida y la luz solar eran ya suficiente como para seguir estando sin quejarme mas de lo necesario.

Lo último que recordaba era ser salvado por un humano y tener la chaqueta de otro que recordando bien tenía su rostro en mi memoria, luego ya estaba en este lugar. En un barco pesquero o eso parecía tanto por el hedor que emanaba a todo el lugar y también por los evidentes peces que me costaba entender que estos no eran digimon, sino que simples ''animales'' que estos podían fácilmente explicarse como seres sin inteligencia.
Dejaba de pensar tanto y sin darme cuenta de que estaba pasando en mi entorno, ya mis pies se movían solos bajando de ese barco caminando con la apariencia de un pequeño digimon del tamaño de un peluche o de los niños pequeños que a cada rato los que estaban allí les daba la manía de jalarme la cola lo cual molestaba y los mas gentiles solo tocarla y reírse, cosa que me hacía olvidar por breves minutos el odio que le tenía a esta especie.

Caminaba por el lugar alejándome de la ''zona portuaria'' o así era como la llamaban estando mas a dentro de la ciudad, de grandes construcciones a las que no me acordaba el nombre y también otras que se sabía que eran casas e incluso otras que eran las miles de tiendas que se podían encontrar percatándome que en todos los lugares que cruzaba, daba vueltas o simplemente estaba detenido a observar, la cantidad de flores eran demasiadas, de todos los colores, tamaños y aromas, perdiendo el sentido del porque estaba allí realmente siendo atrapado por un hermoso jardín lleno de flores que aunque no pareciera, hacía sentirme como en casa.

los trazos eran rápidos y seguros, sobre la pulcra hoja de su croquis de dibujo, su alegre mirada plateada copiaba a lápiz el hermoso jardín donde descansaba, notando ocasionalmente como las flores eran mecidas por el aire arrancado le una risilla risueña.

Tas llevar la mitad de su obra lista suspiro, miro al frente y dejo que el viento jugase con su corto cabello plateado, mirando casualmente a un lado notando a un pequeño ser revestido con un uniforme de kendo, del cual nacían una pequeñas protuberancias que podia presumir como cuerno, las mangas parecían muy grandes por lo que podia notarse como las arrastraba, casi daba la curisidad como no se tropezaba con ellas, quizás yo lo había echo algunas veces antes de quedarse parado ahi, esa idea le causaba gracia al muchacho el cuan no pudo reprimir una risilla

-hola- saludo alegremente al recién llegado, mientras dejaba sus artículos de dibujo a un lado -¿tienes hambre?- consulto en forma casual y despreocupada sin mostra la mas mínima desconfianza en el extraño.

Me distraía con las formas de las nubes, observandolas como cualquiera sin entender realmente por que estoy haciendo esto. La forma en que me fijo en el entorno no es un problema en si, el problema es que esto sucede en el momento que no debería. Afortunadamente no tenía mucho mas que hacer.
El desinteres por los restantes quehaceres de hoy me dió un motivo más que suficiente para acostarme sobre el muro al fondo de un calmo y extenso jardín natural a la izquierda,y una vieja escalera de madera portatil de la derecha.
Había pasado varias veces por ese lugar desde el otro lado donde no llegaría a divisar el muro, pocas veces he visto gente pasar aquí el rato y detener la rutina para disfrutar un momento como este,una lástima.

Bajé la mirada hacia el costado izquierdo del muro y vi a Kura observando a la distancia,se levantó y caminó hacia el horizonte atentamente,como buscando algo. Aunque sabía que podría no ser una buena idea dejarlo ir por allí con el riesgo de que alguien lo vea o cause problemas me quedé acostada sobre el muro,veía como se alejaba hasta una distancia considerable. Bajé del muro y me acerqué a él hasta que alcanzé a ver un par de figuras trazadas al fondo del todo. Un poco más cerca y vi a Kura escondido entre unas pocas plantas,intentando pasar desapercibido sin efecto alguno. Más lejos pude ver a la otra figura,de la que realmente eran dos, Un humano y una criatura de aspecto indescriptible que podía asociar a mi acompañante en ciertos aspectos,además de llevar puesto un traje de kendo. Mantuve distancia de ellos y me limité a agacharme y vigilar a Kura,mientras intentaba explicarme que y que era "eso", "él".Tal vez sería otro digimon tal como había escuchado antes, podría ser posible.

]Mmm...; el solo escuchar la palabra hambre hacía que el estomago sonara de forma extraña pues luego de tanto tiempo y del viaje que apenas recordaba lo único que alcancé a comer había sido la mitad de un pan sin nada, solo eso, cosa que ya la falta de alimento me jugaba en contra si algún digimon o humano quisiera combatir.

Asentí con la cabeza al joven que tenía unos objetos extraños al lado de el, notando con la vista que habían trazos sin distinguir de que por la perspectiva que tenía en ese minuto. La idea no era mala conocer un poco mas el lugar y familiarizarme un poco sin estar en problemas que por eso quedaba de pie frente a este muchacho.

... ¿Donde...estoy?; solo preguntaba eso para luego cubrirme el cuerpo con un manto azul marino que llevaba siendo lo único visible mis ojos u una mano por la cual cerraba el manto.

El hombre de blanco sonrio alegremente al ver a kotemon acercarse  y saco de una bolsa que ocultaba tras su espalda un paquete con panes a vapor de carne ofreciendo la a Kotemon

-estas en japon, siendo en la region Chübu en un lugar tranquilo dudo que te molesten otros humanos- le diente una mano a kotemon -es un placer conocerte Kotemon me llamo Anwar- el hombre emanaba jubilo y una alegria infantil agradable

-.--.-. donde la muchacha

-¿que hace usted aqui?- pregunto una voz atras de ella, era exactamente mismo hombre salvo por su vestimenta negra, su ceño fruncido y mirada fria, la energia de este era mas fria y casi hostil. Descansando sobre su hombro se encontraba sentado un kudamon

Kudamon mira al frente al digimon de la muchacha-curioso-

Me fijaba en las acciones del muchacho y en como interactuaba con la criatura sin dificultad. Aunque era un espectáculo interesante de corta duración mi mente estaba al otro lado del todo, mas o menos a 13 metros de distancia. Vi a Kura y su ridículo intento de pasar desapercibido en un lugar abierto,supuse que su actitud infantil le incitaba a intentar esconderse mientras observaba aquella escena con cierta inquietud.

Una voz se escuchó a mi espalda sorpresivamente, antes de entender sus palabras por completo volteé alarmada. Vi su fria expresión y fácilmente la relacioné con su voz, Además de su similar apariencia con el chico que tenía ahora a mi espalda. Me levanté del piso y retrocedí instintivamente a una distancia prudente y "practicamente segura".
Unos segundos despues de lo sucedido alterné la mirada entre los chicos, lucían idénticos con exepción de sus vestimentas y la expresión en sus rostros. Expresé mi desconcierto en una mueca, aunque en el fondo reconocía que ambos compartían algún parentesco.
-Uh... Mascullé, volteando a ver otra criatura acercandose a Kura. Exhalé un poco de aire y aclaré las palabras. -Supongo que el viene contigo, no?-Pregunté señalando al ser que examinaba a mi acompañante con la mirada, eso supuse.Tal vez esas no eran las mejores palabras a modo de respuesta, pero en ese punto quería estar a la defensiva en caso de cualquier cosa. Ellos eran unos completos desconocidos así que de momento, no me retracto.
 Lo poco que pasaba por mi mente eran preguntas sobre las criaturas, supuse que preguntar sobre el tema cuando mi acompañante es uno de ellos sonaría ilógico para un momento como este, me limité a mirar y comparar a los sujetos y esperar una respuesta de su parte.