Y su nombre es...

En ocasiones uno se para a pensar: "¿Estaré aprovechando mi tiempo como debería?" "¿Estoy cumpliendo con mis objetivos?". Posiblemente estas reflexión podría sonar incluso poética, podría ser un bello ejemplo de adolescente que se está convirtiendo en persona mayor. Salvo por una cosa. Existe un pequeño detalle que rompe tan reconciliadora estampa. Tengo entre mis manos un libro, pero como bien se puede suponer, no se trata de un libro cualquiera. Estaba en una biblioteca un tanto prestigiosa de Londres, y es fácil de suponer cómo se ponen los ingleses con las cosas que tienen un par de siglos. Mi padre ha estado trabajando en él pero dudo mucho que sepa qué es lo que está diciéndole exactamente... Recorro con la palma de mi mano mi rostro, rememorando la extraña mancha de oscuridad que cubrió mi ojo por completo una vez. Al fin una nueva pista, un nuevo dato, todo es tan emocionante...

Me pongo el casco , guardo el libro en mi mochila y monto en mi moto lejos. Muy lejos. Si mi padre llega a descubrir que le he robado este libro posiblemente no vuelva a ver salir la luz del sol. ¿Quién dijo miedo a dos Puppetmons con ganas de matarme eran peligrosos? ¿Quién dijo que un Black Seraphimon podría ser mi fin? No... hay algo a lo que toda adolescente debe temer más.¿A dónde podría huir?  No hay mundo suficientemente grande para correr cuando él se entere. Al menos, no en este. Sonrío mientras dejo que mi apariencia vaya cambiando lentamente por una más mortecina. Finalmente adopto la forma de La Décima Muerte y abro un portal hacia uno de los sitios más tranquilos que he conocido en los últimos meses.

Encuentro un sitio tranquilo, guardo mi moto en mi digivice  y saco a mi digimon. Luego me siento en una pradera verde, recostada contra un árbol. Cierro los ojos palpando el libro con inquietud... Gabumon sabe tan bien como yo lo que podría suponer esto para nosotros. Abro los ojos y contemplo durante horas los dibujos, mi memoria no quiere dejar de retenerlos, como si fuesen la cosa más importante de toda mi existencia. Hablan directamente un idioma que no hace falta comprender, es como cuando te sumerges en un sueño y los sucesos más incoherentes toman un sentido completo. La última página... hace que entre abra la boca. ¿A qué se refiere?

"Y su nombre es..." Esto es todo cuanto había escrito. Miro a mi digimon sin obtener respuestas, nuevamente vamos a tener que buscarlas. Me pongo en pie con el libro en la mano y comienzo a caminar lentamente.

Nos llevó mucho tiempo entender quiénes éramos...¿pero qué significa todo esto?-comento reflexiva en voz alta.