Quiero preguntarte algo...

Ya han pasado un par de meses desde que me entere de que voy a ser padre, la idea me emocionaba mucho a pesar de que Zayyn esta nerviosa, sin mencionar que ella ahora tiene nuevos poderes que en combinación con el embarazo, sufre unos agresivos cambios de humor. A pesar de todo, desde hace mucho tiempo que he estado pensando algo muy importante y creo que finalmente es hora de poner el plan en marcha. Ya compre lo necesario, ya me puse de acuerdo con los Digimon de Zayyn, ahora solo falta poner en marcha el plan.
Una mañana, me levanto temprano, me visto y me siento en la cama esperando que Zayyn despierte. Después de una larga espera, la pelirroja decide despertar, yo la miro serio, casi con una expresión de enojo, a pesar de que realmente estoy muy feliz, mi intención es hacer que la chica no sospeche nada y para molestarla un poco -Prepárate... vamos a salir...- Digo antes de levantarme de la cama para luego salir de la habitación sin decir nada mas y sin esperar respuesta alguna. Me dirijo directamente hacia la sala principal donde se encuentran todos los Digimon -Prepárense, ya saben lo que deben hacer... no digan nada y eso va dirigido a ti Ryudamon- Digo a los Digimon de Zayyn diciendo eso ultimo señalando al mio quien me mira con atención para luego irse a una esquina a masticar un juguete para perros.

Off:
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Zayyn despertando:

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Me desperté lentamente, sintiendo los juguetones rayos mañaneros por mi rostro, buscando las leves rendijas que mis parpados ocultaban, para colarse entre ellas. Solté una serie de quejidos remolones, antes de darme media vuelta para abrazar a la persona que debía de estar durmiendo conmigo, y abriendo los ojos al no sentirla allí, sobre las sábanas, rezongando a mi lado.

Al abrirlos, me topé con que él si estaba allí, sentado en el borde del colchón, tapando el Sol madrugador que salía por la ventana, haciendo contraluz con él.

- Mi Sol... -murmuré sonriéndo a Kenshi, mi Luz, aún adormilada. Sin embargo, al acostumbrar más la vista, descubrí que él estaba serio, más de lo normal, y me sentí como un cachorrito que sabe que va a ser reprendido por si amo, pero sin saber el por qué.

Quizás... Quizás seguía enfadado por lo de Grecia, no en vano, yo parecía tener la costumbre de intentar matarlo en los momentod más inoportunos... o quizás había descubierto mis "pequeños intentos" de bulliyng hacia su prima.

- ¿Q... Qué ocurre?-murmuré extrañada, a la par que temerosa. El dijo entonces que teníamos que irnos, pero yo no recordaba haber hablado con él sobre otro viaje... ¿Y si nos habían descubierto? ¿Tan pronto?-. ¿A dónde vamos?

Dejo la habitación sin contestarle a Zayyn y luego de ponerme de acuerdo con los Digimon, salgo de la casa y espero a la chica afuera de la casa, recostado contra la pared.
Cundo Zayyn finalmente va hacia donde me encuentro, le hablo para poner en marcha la siguiente parte del plan -Evoluciona a Fenrir, volaremos sobre el, es mas rápido... Ryudamon nos escoltara- Digo mirando el suelo, viendo como Ryudamon sale de la casa y cuando se laja lo suficiente, activo el Digimental del amor y hago que evolucione en la gran ave eléctrica. -Vamos roja... no hay mucho tiempo- Le digo a Zayyn antes de sacar mi teléfono de mi bolsillo para ver la hora, al mismo tiempo que hago cálculos de las diferencias horarias y el tiempo que durara el viaje, si todo sale bien, llegaremos a nuestro destino de noche.

Parpadeé repetidamente, confusa, y traté de tomarle de la mano al rubiales... Pero él repentinamente se separó y se marchó de la habitación. No supe en ese momento por qué, pero mis instintos me decían que algo no marchaba bien. Olvidando todo el sueño que tenía al despertar, me incorporé, y abrí el armario para vestirme rápidamente. Me puse lo primero que encontré, no es que quisiera darle más importancia a mi aspecto que al extraño comportamiento del chico. Una vez embutida en una camiseta negra y holgada con el dibujo del logotipo de un grupo de música, una chaqueta de cuero, unos pantalones vaqueros ajustados y unas playeras negras, bajé a toda prisa las escaleras, busqué a Kenshi por toda la casa, y finalmente me reuní por casualidad con él en la entrada de la mansión.

- Ya estoy, pero... ¿Qué pasa?

No obtuve respuesta alguna, al menos no relacionado con lo que pregunté. Kenshi estaba muy frío, e incluso me atrevería a decir que borde o disgustado... Ni siquiera me miró, cuando me dijo que sacara a Fenrir y lo evolucionara. Fruncí el ceño, quería saber qué diablos pasaba, quería saber si había algún problema. Kenshi era tranquilo, pero no tanto como para ignorarme, ni tratarme así, y no alcanzaba a recordar qué podría haberle hecho yo para que estuviera tan enfadado... Y eso me mataba.

- Kenshi, ¿Qué pasa?-le pregunté, mientras hacía lo que me había pedido y sacaba a Fenrir, quien evolucionó en el enorme lobo metálico.

Me subí a su lomo cuando se agachó para ayudarme. Me coloqué en primera fila, y le palmeé un costado para acariciarlo, pero enseguida volví a prestar atención a Kenshi, cuando me llamó por un nombre por el que nunca me había llamado: Roja. ¿Roja? ¿Ni un "cariño", un "amor", o un "mi vida"? ¿Ni siquiera un "Zayyn",  un "Z"? ¡Vamos, hubiera preferido que me llamara incluso "Zay"!; ese "Roja" había sonado demasiado frío e indiferente...

- ...-le miré a los ojos, con un brillo de dolor en los míos. Sentí como mi barbilla tembló por el disgusto de ser tratada de esa forma por él. Con otra persona me lo hubiera tomado con violencia y golpes, pero no podía enfadarme con Kenshi. Y supongo que las hormonas también tendrían algo que ver el que me afectara más. No obstante, inspiré hondo, me mordí la lengua, y asentí varias veces-. Ya estoy lista...

Zayyn ya esta preocupada pero eso esta bien, eso solo hará la sorpresa mejor. Por hora debo ser frió con ella aunque no me guste, pero intento pensar que es como venganza por ser apuñalado hace un tiempo. -Sube, ya es hora- Digo subiéndome a MetalGarurumon atrás de Zayyn, entonces con el movimiento de una mano indico a ThunderBirmon que alce el vuelo y guía al lobo metálico en dirección a América del sur, va a ser un viaje largo. -Esta todo bien... solo creo que es suficiente...- Le digo a la chica respondiendo mas o menos sus preguntas -Hablaremos mejor cuando lleguemos... ya quiero poner fin- Digo con un tono de voy aun mas frió y me cruzo de brazos con la mirada clavada al frente. Solo espero que esa última oración no fuese demasiado, pero todo es parte de la actuación.
A medida que nos acercamos al continente, el cielo se empieza a oscurecer, en esta parte del mundo aun es de noche, realmente el escenario perfecto para lo que tengo planeado. En el camino intento no responder ninguna de las preguntas de Zayyn, limitándome a solo decir “todo esta bien” o “cuando lleguemos hablaremos”. También de vez en cuando hago unos leves gruñidos de dolor a la vez que me froto el pecho donde ella me apuñalo hace un tiempo, quería hacerle creer que esa era la razón de todo esto. Sin embargo el dolor de Zayyn esta pronto a desaparecer, América se aproxima y empezamos a perder altura para acercarnos a la cordillera de los andes.

Me mantuve callada en el tiempo que tardó Fenrir en alzar el vuelo. El lobo metálico siguió sin rechistar a Zim, y tampoco sin meterse en el tenso ambiente que de alguna manera se había interpuesto entre Kenshi y yo. Durante el viaje, me volví en varias ocasiones para mirarle y seguir preguntándole, pero él me daba largas y me ignoraba, con lo cual, yo me ponía cada vez más mosqueada y frustrada. Inconscientemente, tenía mis manos posadas en mi vientre, pensando en el rostro de aquella niña a la que había visto, pero también pensando en el chico de mi espalda. Kenshi estaba raro, decía cosas acerca de "ponerle fin", de "terminarlo", y yo no podía evitar pensar en que me iba a dejar... Aunque después de lo de Grecia era comprensible.

No era la primera vez que había intentado matarle. Primero fue en su casa, durante unos entrenamientos. Me había descontrolado, y había evolucionado delante de él. Por poco no lo cuenta. Eso sin contar cuando me enfadé con él por pensar que me estaba engañando, y cuando ese estúpido de Yamato lo disparó... Además, en esos momentos se estaba quejando por la herida de mi cuchilla, y eso solo me hacía pensar que se había cansado de aguantarme.

Además, estaba el hecho de que le estaba pidiendo demasiado. Le estaba pidiendo que me apoyara en mi propósito con Vladimir, le estaba pidiendo que se quedara a mi lado para críar a un hijo... Kenshi tenía apenas veintiún años, ambos éramos muy jóvenes como para crear una familia...

Estaba segura de ello... Me iba a dejar.

Ya estamos sobrevolando la cordillera, es de noche y la temperatura es muy baja, Zayyn esta notoriamente triste, creo que he actuado bien. Ya estamos cada vez mas cerca de nuestro destino, actualmente estamos sobre el país Chile y nos dirigimos hacia el norte hacia Bolivia. -Quiero llevarte a un lugar bonito para decirte esto- Le digo a la chica ya cada vez mas cerca del destino.
Finalmente llegamos, en la cordillera, repentinamente vemos una enorme planicie blanca cuando se ve a lo lejos, a primera vista quizás parezca nieve, sin embargo a medida que se desciende, se puede observar como el terreno se vuelve una especie de espejo gigante. Se trata del salar de Uyuni el mas grande salar del mundo pero la característica principal de esta área no es esa, si no es que el salar tiene una fina capa de agua por encima que refleja todo a la perfección como un espejo perfecto. Ahora mismo si se mira para abajo con podemos ver a nosotros mismos desde abajo con la luna llena y las nubes sobre nosotros.

-Ya es hora...- Le digo a la chica al ya posicionados arriba del salar -Hemos pasado buenos momentos juntos y también malos... nos hemos amado mucho e intentado matar otras veces... sin embargo esto no puede seguir igual Zayyn...- Le digo a la chica antes de poner una mano sobre su hombro -Mira hacia abajo, concéntrate en el reflejo del salar...- Le digo para asegurarme de que ella mire hacia abajo donde ocurrida el evento principal. -Zayyn... quiero preguntarte algo- Digo eso al mismo tiempo que levanto un brazo para darle una señal a ThunderBirmon quien inmediatamente empieza a disparar plumas electrificadas a diferentes alturas y diferentes direcciones, si se ve de lado parece que no le dispara a nada, pero si se ve desde arriba o en este caso, si se ve por el reflejo del salar, las estelas de luz de los rayos forman una palabras: "Will you marry me?" traducido es una pregunta en el idioma natal de Zayyn, te casarías con migo, eso es lo que dice y es una pregunta que quiero hacerle a la mujer que amo hace mucho tiempo.
Pongo una mano en mi bolsillo y de ella saco una cajita que en su interior hay dos anillos, uno para ella y el otro para mi, tomo la mano de la chica y en ella deposito la caja con los anillos. -¿Que respondes?- Ahora solo falta ver la reacción y respuesta de Zayyn.

Anillo de Z:

Anillo de Ken:

Todo lo que he hecho, desde que conocí a Kenshi, todos mis esfuerzos, habían sido por él, para protegerle, para crear un mundo seguro en el que tanto él como nuestra hija vivieran felices. Pero Kenshi iba a dejarme, Kenshi me iba a abandonar, aún sabiendo que una nueva criatura crecía en mi interior. ¿Qué iba a hacer ahora? Todo por lo que había luchado se desvanecía, todo había sido en vano. Yo amaba a Kenshi, pero creo que él ya se había cansado de mí, ya había dicho "¡basta!", a una relación peligrosa, una relación que no había hecho más que dañarlo... Igual que había ocurrido con Natasha.

Yo no soy un ángel, no tengo alas, y por eso volar junto a mí no es facil.

Tan ensimismada estaba en mi nube negra de depresión, que apenas me di cuenta de que Fenrir estaba sobrevolando una cordillera. Después del viaje, y del cambio horario, el cielo se había oscurecido, y al comprobar esa negrura parpadeé repetidamente. Salí de mi trance, y comencé a mirar a mi alrededor, asustada. ¿Por qué estaba tan oscuro? No veía ninguna ciudad, ni siquiera veía el agua de algún mar moverse... ¿Qué estaba ocurriendo? ¿A dónde me había traído Kenshi?

Finalmente, Fenrir se detuvo en el aire. Lo miré, extrañada, y le pregunté por nuestra ubicación, pero el lobo metálico se limitó sólo a gruñir, no dijo nada más, como si se negara a hablar conmigo... Cada vez todo eso me estaba msoqueando más, no entendía nada.

- ¿Dónde estamos?

- Ya es hora...-me volví hacia Kenshi, sobresaltada, colocándome lentamente para sentarme frente a él, para mirarle a los ojos cuando me dijera las palabras que tanto temía en esos momentos-. Hemos pasado buenos momentos juntos y también malos... Nos hemos amado mucho e intentado matar otras veces...-cerré los ojos, con una muerca de dolor y angustia... Mi mano bajó de nuevo a mi vientre, y la introduje bajo mi ropa... Aunque Kenshi me dejara, aunque eso me arrancara parte de mi ser... Cuidaría de mi hija, ella sería todo lo que me quedara de mi amor...- Sin embargo, esto no puede seguir igual, Zayyn... Mira hacia abajo, concéntrate en el reflejo del salar...

Le miré sin comprender durante unos segundos, pero después, de manera titubeante e indecisa, me asomé hacia el salar, como él me dijo. ¿Un salar? Me sonaba haber leído algo sobre ellos, pero no recordaba dónde, ni exáctamente qué había averiguado de ellos... Al mirar hacia abajo, fruncí el ceño. Allí no había nada, estaba todo negro...

- Zayyn... quiero preguntarte algo.-escuché la voz de Kenshi a mi lado. Ya me iba a dar la vuelta de nuevo para mirarle, pero entonces ví algo brillar allí abajo... Era muy brillante y amarillo, parecían chispas, y pronto esa luz, comenzó a extenderse por la superficie... Lentamente... Parecía querer dibujar algo... Aquello parecían letras...

- "Will you..."-cité lentamente, al principio sin entender que era eso... Después me di cuenta de que la siguiente letra, después de un espacio, era la M. Me quedé muda, ojiplática. No podía ser que Kenshi estuviera... El mensaje no iba a ser el que yo pensaba, era imposible, estaba segura de que me iba a abandonar... No...

Pero el mensaje estaba claro. Al cabo de unos cuantos instantes más, el mensaje estaba debajo de mí, en grande, brillando como las estrellas.


Me llevé una mano a los labios, con los ojos verdes abiertos como platos. Comencé a susurrar palabras en mi idioma natal, tales como "I don't believe this", "It's not possible", o "marriage". Mis manos temblaron, mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no de tristeza, sino de alivio y felicidad. Me volví hacia Kenshi, todavía con la mano tapándome la boca, cuando sentí que me tomaba de la otra. Mis ojos se clavaron en los suyos, y ya finalmente derrame las lágrimas al ver que depositaba sobre mi palma una cajita con dos anillos

- ...-bajé la mirada, tapando mis ojos bajo el flequillo. Mis hombros se convulsionaron, dejé caer el brazo, como si estuviera muerto-. What do I answer?-murmuré lentamente, sin mirarle. Apreté con fuerza mi mano libre, y tensé la mandíbula. Volví a temblar, pero esta vez no de la emoción-. ¡Idiota!

Rápidamente, el puño que había estado tensando, salió despedido hacia la cara de Kenshi, golpe que le dio en pleno ojo izquierdo, derribándole así mismo del lomo de Fenrir, y haciéndole caer al vacío. Pero yo no iba a dejarlo así como así, me lancé al vacío en pos de él. ¿Engañándome durante todo un viaje, y después salirse de rositas? ¡Y una mierda!

Así que, cuando conseguí llegar a su lado, en el aire, lo agarré de un brazo, y seguidamente, lo besé con fuerza en los labios, mientras ambos nos acercábamos peligrosamente al suelo. Pero no temí por mi vida, ni tampoco por la suya. Lo abracé con fuerza, con ambos brazos, para pegarlo todavía más a mí, y justo cuando apenas quedaban unos pocos metros para estrellarnos, Fenrir hizo aparición, cogiéndonos al vuelo sobre su lobo, y salvándonos de una muerte segura, de la que no había temido en ningún momento... Me había convertido en la muerte, sería infinítamente irónico que me matara a mí misma.

Cambio radicalmente mi expresión facial, ahora le sonrió calidamente a Zayyn, ya era suficiente el teatro, es hora de que muestre mis verdaderos sentimientos de amor hacia ella.

Zayyn se sorprende y empieza a llorar de emoción y de sorpresa, eso era lo que queria lograr con todo el teatro anterior, esa felicidad que Zayyn siente ahora.
Sin embargo Zayyn quiere desquitarse con migo, ya que de pronto literalmente veo estrellas cuando ella me golpea en la cara, haciéndome caer de MetalGarurumon. Mientras caigo, siento como alguien me abraza y me besa, como un ángel que quiere prevenir mi caída, auque seria mas exacto decir que es un demonio ya que obviamente es Zayyn de quien se trata. Luego del dolor del golpe, ahora se le suma el dolor de caer sobre la espalda de MetalGarurumon quien nos salva de la caída.
Me quedo sin aire por la caída, no puedo abrir uno de mis ojos y creo no poder moverme dentro de mucho, por lo que me quedo recostado de espaldas sobre el lobo metálico. -Duele...- Digo mientras recupero el aliento -¿El intento de homicidio significa si?- Digo adolorido y sin mover ni un músculo para no sentir mas dolor. -No te enojes amor... quería darte una gran sorpresa, jamás te dejaría a ti ni a nuestro futuro hijo, quiero que esa criatura se crié en una familia y en una casa llena de amor... además creo que soy un buen actor para que actúes de esa forma ¿creías que te iba a dejar, con nuestro hijo? no seas tonta- Le digo eso ultimo con una sonrisa burlona, esperando no ganarme otro golpe.

Caímos sobre el lomo de Fenrir, Kenshi de espaldas, y yo sobre él. Solté un quejido por la impresión, pero sabía que no había pasado nada, bien por el cuidado del lobo metálico, bien por tener al rubiales debajo de mí, bien porque el bebé no estaba desarrollado todavía; no en vano, aún estaba de tres meses.

Un resoplido salió de mis labios después, cuando miré a Kenshi. Le dirigí una mirada malhumorada, tratando de hacerle ver que estaba enojada con él, aunque en realidad estaba muy feliz. Él no me odiaba, él me amaba tanto, que se había tomado las molestias de hacer todo eso para darme la sorpresa de la pedida de mano.

- Eres un idiota... No quedaban muchas opciones, si me hubieses dejado me hubiera visto obligada a matarte...-fui incapaz de continuar mirándole con expresión de enfado. Sonreí de lado, feliz y juguetona, y le besé en los labios, mientras rozaba mi digivice y hacía que mis datos cambiasen, aunque mi apariencia seguía siendo la de la pelirroja de veintidos años-. No sabes lo que me complace ser ahora la señora de Haibu... Hasta que la Muerte nos separe.

Volví a besarlo, con lentitud, mientras Fenrir planeaba por el salar iluminado. Rocé suavemente el ojo izquierdo de Kenshi con dos dedos, e hice así que una leve brisa revolviera sus cabellos, y que curara el futuro moratón producido por mi anterior golpe.

Aun sin abrir lo ojos escucho las poco alentadoras palabras de Zayyn, sobre todo la parte de "hasta que la muerte nos separe" no por que no me gustara esa idea, si no por que es algo raro de decir ya que ella es la muerte. -¿De verdad me matarías, a pesar de todo? bueno... no puedo decir que no me sorprende, estas loca- Le digo eso ultimo con una sonrisa burlona mientras que Zayyn me cura, pudiendo finalmente abrir los ojos.
Pongo mis brazos al rededor del cuerpo de la pelirroja para abrazarla tiernamente para luego besarla en los labios -Te amo futura señora Haibu... o si quieres puedes quedarte con tu apellido- Le digo antes de besarla nuevamente, estaba muy feliz, me habría gustado que la respuesta fuera menos agresiva pero al fin y al cabo es un si.
-Hay que planificar la ceremonia ahora- Le digo a la chica acariciando su cabello, quería hacer la ceremonia lo mas pronto posible, no por que estoy impaciente ni nada por el estilo, mas que nada es por que quiero que nuestro hijo nazca dentro del matrimonio. -Mira como nos mantenemos ocupados, debemos preparar las cosas para el bebe y casarnos, vamos a tener unos días muy ocupados- Le digo sonriente a mi prometida para luego tomar la caja con los anillos, tomar el que pertenece a Zayyn para luego colocarlo en su dedo y luego hago lo mismo con el mio, como señal de nuestro compromiso.

Fenrir descendió lentamente, mientras continuaba volando para delante. Cuando tocó suelo, ya nos encontrábamos sobre una playita de arena blanca, levemente iluminada gracias a las plumas chispeantes de la armodigievolucion de Zim. El lobo metálico finalmente tocó suelo con sus garras, y yo me bajé de él, tirando de Kenshi con suavidad, y besándole en los labios una vez más. Al separarme de él sonreí, con cariño y ternura.

- Sabes que yo jamás te haría daño, ignorando las dos veces en las que no era yo misma... Te quiero, eres mi Sol, la luz que me ilumina en la oscuridad. Tu y Freyja sois lo mejor que me ha pasado nunca, sois mi todo... Sin vosotros, yo me muero-posé una mano en su mejilla, acariciándosela, mientras Fenrir se apartaba para darnos intimidad-. I fucking love you, Kenshi Haibu. I would lie for you, I would steal for you, I would die for you...

Inspiré hondo, y me arrimé a él para abrazarlo con fuerza, para sentirlo cerca de mí y que no se desvaneciera de mi lado. Oculté mi rostro en su pecho, inspirando hondo su esencia, ese olor a miel que despedía siempre y que a cada momento me hipnotizaba más.

- Ahora no quiero hablar de ninguna ceremonia, no quiero planificar nada... Sólo quiero estar contigo.

MetalGarurumon aterriza a las orillas del salar y me recuesto en el suelo junto a ella. Una idea extraña por parte de la chica, estamos en medio de una cordillera muy alta que se ubica en el desierto de Atacama, el mas árido del mundo y a las orillas de un salar, el suelo no es un lugar muy amigable pero realmente no importa.
Abrazo y beso tiernamente a Zayyn, su respuesta positiva me ha hecho muy feliz y escuchar sus palabras me sacan una sonrisa hasta que ella menciona a una persona desconocida, Freyja, ¿quien es esa persona que ha sido lo mejor que ha pasado en la vida de Zayyn? ¿de que me he perdido? -¿Quien es Freyja?- Pregunto con curiosidad, en mi mente creo que quizás esa persona sea un familiar de Zayyn que ella quiere mucho a pesar de que ella nunca me ha dicho algo bueno de su familia.

Sonreí, divertida, mientras miraba su expresión de extrañeza al escuchar el nombre dicho. Es verdad, por un segundo había olvidado que él no había visto a la niña, y que yo era la única conocedora del género de nuestro hijo. Posé una mano sobre su mejilla, y la acaricié tiernamente con el pulgas. Acto seguido le besé con suavidad, y fijé mis ojos en los suyos.

- Cariño, Freyja es...-le miré con un matiz travieso en los ojos-. ¿Recuerdas cuando llegamos a la Isla R'lyeh?-Tomé su mano derecha entre las mías, y la dirigí hasta el interior de mi camiseta, por debajo, hasta posarla sobre mi vientre-. ¿Aún no sabes quién es Freyja?

Dejé escapar una leve risa, y me incorporé un poco para tumbarme sobre su él, y tenerle debajo de mí. No temía que escapara, él mismo me había pedido matrimonio, y yo había dicho que sí... Eso me convertía en su prometida, y a él en mi prometido, pero solo hasta que la boda se diera. A partir de ese momento seríamos marido y mujer, y formaríamos una familia.

Tenerle debajo de mí, hizo que mi mirada se aposentara en el anillo negro que Kenshi me había encajado en el dedo anular de la mano derecha. Desde luego, no era un anillo dorado normal y corriente; era metal negro, con una estrella de cinco puntas encajada en un circulo, con otros detalles decorativos tales como dos lunas y entrelazos. Desde luego, había acertado en el estilo.

- Como me conoces, tontín...

Zayyn me responde y me hace poner mi mano sobre su estomago, debo admitir que me costo tiempo en darme cuenta a lo que ella se refería y entonces viene un recuerdo a mi mente, como un flashback de hace un tiempo cuando Zayyn obtuvo los poderes de la muerte y despertó después de estar desmayada, por que fue en ese momento en el que ella me empezó a contar acerca de unas visiones que tuvo de nuestra hija a los doce años. Palabras que ignore en su momento ya que creí que eran alucinaciones que ella tuvo cuando estaba sin consciencia, sin embargo las vuelve a mencionar ahora. -Aun es muy pequeño para saber si es niño o niña- Le respondo evitando un poco el tema, estaba mas que claro que Zayyn esta convencida de lo que vio fue real y como he dicho muchas veces ella tiene la cabeza dura. -Sin embargo... Freyja me gusta, es un buen nombre- Le digo sonriente dejando que ella se me suba encima.
Veo nervioso como ella inspecciona el anillo, esperando una señal de aprobación por su parte, terminando celebrando en mi mente cuando ella me confirma que le gusto -Sabia que te gustaría, he estado buscando el anillo perfecto durante semanas- Le digo antes de apretar ambas mejillas con mis manos, mas que nada para molestarla.

Besé a mi chico... no, a mi prometido, en los labios, suavemente, queriendo disfrutar de ese momento todo lo que pudiera. Le sonreí al separarme, y le volví a besar. Así un par de veces más, quería impregnarme de su esencia, quería tener el sabor de sus labios en los míos, para así no sufrir tanto cuando nos separásemos del contacto. Inspiré hondo,, y apoyé mi cabeza en su pecho unos segundos, escuchando el tranquilo latir de su corazón.

- Recuerda que ahora soy la muerte... No creo que sea dificil para mí descubrir el género de mi hija-apoyé mi barbilla en su pecho y lo miré con amor-. ¿Hubieras preferido que fuese sorpresa?

En realidad no sabía el género de mi pequeña por eso, lo sabía por haberla visto aquella vez, cuando recuperé la consciencia nada más convertirme en la Novena Muerte. Pero Kenshi no se creía esa historia, él se pensaba que habían sido delirios míos al despertar, y sabía que no iba a conseguir que pensara de manera distinta. Así que, por eso, me había inventado esa pequeña excusa, aunque no estaba segura de si ser la muerte me daba privilegios como ese de saber el género de los bebés.

- Te quiero. Lo sabes, ¿verdad?-di un suspiro de satisfacción, y posé mis labios en los suyos una vez más, mientras pasaba una de mis manos por su torso, y después por su tripa, enterrandola por debajo de la ropa-. No... Creo que no eres consciente de lo mucho que te quiero, y de lo mucho que te necesito a mi lado.

Correspondo los besos y las caricias de Zayyn, mi prometida, disfruto cada segundo estando a su lado. Cuando ella me pregunta sobre el genero de nuestro bebe aun no nacido, yo le sonrió y le respondo mientras acaricio una de sus mejillas -No importa mi amor, solo importa que nuestro pequeño o pequeña sea sana y feliz... pero si sabemos antes que será supongo que seria mejor... así sabremos como decorar su habitación o que cosas comprarle- Le respondo a la pelirroja antes de abrazarla fuerte y empezar a besarla por unos momentos antes de que ella empiece a hablar, expresando lo mucho que me quiere y necesita, a lo cual yo respondo con una sonrisa para luego poner una mano en la nuca de la pelirroja y tirar de ella para acercar su cabeza a la mia y entonces decirle algo al oído -No tienes que mencionarlo... no tienes que decir nada ahora- Entonces beso a Zayyn sin intenciones de dejar de hacerlo, al mismo tiempo pongo mis brazos al rededor de la chica para abrazarla. Eso es todo lo que quiero hacer ahora, pasar tiempo con la mujer que amo, abrazarla y besarla hasta que se haga de día.