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Digi chronics
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Digi chronics
No se si a todos le abra pasado que imaginaron, en algún rato de ocio, una historia interna con sus personaje algo gracioso como que tu digimon de metiera en tu escuela en pleno dia de clases o alguna mini aventura que sel e alla ocurrido, sea camarada y digimon o solo de uno de ellos.
Cree este tema como una suerte de diario global donde se puede poner aquellas historias como una suerte de diario
Puede ser narrada como uno deseé, la única condición es que solo uses un post para escribir la historia
La forma de subir la historia es
Usuario:
Personaje principal: de quien se trata esta vivencia (del digimon, el humano o ambos)
Tema: si será una anécdota divertida, triste, etc.
Historia: de preferencia en spoiler
* comentarios: este mayormente es opcional, es el comentario sobre la historia del de arriba
Cree este tema como una suerte de diario global donde se puede poner aquellas historias como una suerte de diario
Puede ser narrada como uno deseé, la única condición es que solo uses un post para escribir la historia
La forma de subir la historia es
Usuario:
Personaje principal: de quien se trata esta vivencia (del digimon, el humano o ambos)
Tema: si será una anécdota divertida, triste, etc.
Historia: de preferencia en spoiler
* comentarios: este mayormente es opcional, es el comentario sobre la historia del de arriba
Janaan
Edad User :
33
Digienergia :
6086
Programas Terminal de Batalla :
- Funciones Básicas
- Almacenamiento
Objetos/Armas :
emblema de lealtad
Re: Digi chronics
Usuario: Zayyn
Personaje principal: Zayyn
Tema: Un día de instituto en la adolescencia de Zayyn (15 años)
Título: Keep away of my way
Historia:
¡RIIIIIIIIIIIIIIIING!
Otro día más, de vuelta a la rutina. Los estudiantes comenzaron a agruparse en los distintos géneros sociales para acudir juntos a las clases, o simplemente para rezongar por unos minutos más en el césped del instituto. Al parecer, en ese centro escolar, uno no podía sobrevivir si iba solo, desde el primer día de clase después de las vacaciones podías encontrarte con los abusones, con los bullys, aquellos que parecían sentirse más a gusto consigo mismos solo con degradar a otros más débiles.
Sin embargo, alguien no tenía pinta de tener miedo a ir en soledad. Una servidora no temía a esos gilipollas que iban haciendo el asno por los pasillos, en compañía con los de su manada. Nah, yo prefería ir sola, no necesitaba a nadie para sentirme bien conmigo misma, y no tenía tiempo tampoco de eso, porque por las noches solía trabajar en el laboratorio de mis creadores, o como ellos habían insistido en ser llamados: Padres. Sí, podría decirse que lo eran, no en vano, había nacido de ellos… Pero meh.
Di un suspiro desde mi ubicación, en una de las zonas verdes de los jardines, mientras sostenía un cigarrillo entre los dedos y escuchaba la música de mis grandes cascos negros. Mi espalda reposaba sobre el suelo, y mis ojos, que se habían encontrado cerrados hasta entonces, se abrieron cuando una alta figura se posicionó de tal forma que obstaculizaba los rayos del sol.
- Frozen, ¿no ha oído la campana?-reprendió el profesor de inglés, malhumorado.
Mis ojos lo escrutaron con tranquilidad, pero también con rebeldía; sin embargo, no me levanté hasta que no terminé de fumar, cosa en la que no tardé más de medio minuto. Luego me levanté, suspirando, y me colgué a la espalda la mochila negra, y la funda en donde guardaba la guitarra. Sin decir ni mú, me encaminé hacia la entrada, tirando en el camino la colilla al suelo sin demasiados reparos.
- I am strong, love is evil. It’s a version of perversion, that is only for the lucky people ~-canturreé suavemente, antes de subir las escaleras y empujar la puerta de cristal para entrar.
En el interior, todavía había gente por los pasillos, y mucha, me atrevería a decir. Hice un gesto de desgana, pero antes de ir a buscar mi taquilla, entré en los baños de chicas, haciendo así que con tan solo mi presencia espantara a la gente que ya había dentro. Eran gente inteligente, aunque no tendría nada contra ellos si no me molestaban, pero se sentía bien estar sola por un rato mientras sacaba la línea de ojos y los pintaba. Al terminar, observé el resultado: Unos ojos de un verde muy pálido, enmarcados con la línea negra…
Me fijé también en el aspecto del resto de mi cuerpo. Rojo pelo, el cual era corto y puntiagudo, pero también bastante abundante en el flequillo. Un arito plateado pendía de la aleta izquierda de la nariz, muy parecido a los que se encontraban en el cartílago superior de las orejas. Y con respecto a la ropa… Nada demasiado elaborado. Una camiseta blanca de tirantes rajada en algunas zonas y con un dibujo en negro, bajo la que sobresalían los tirantes oscuros del sujetador, unos pantalones vaqueros con varios cinturones de tachuelas y alguna cadena, y unas botas altas y negras. También llevaba una sudadera holgada, pero esa la llevaba colgando de un brazo, del mismo que tenía un tatuaje rojo en la parte superior. Y se me olvidaba mencionar los múltiples colgantes y las bandas de pulseras de cuerda y cuero negro de las muñecas.
- Meh…-murmuré, satisfecha, y salí de los baños, saliendo de nuevo al pasillo y dirigiéndome, ahora sí, hasta mi taquilla, una de las centrales, cuya puerta estaba repleta de rayajos de calaveras y frases en inglés.
La abrí sin dificultad, y saqué de ella el libro de historia, aunque con algo de desgana. No en vano, me iba a dormir en cuanto posara los brazos sobre el pupitre, mucho no iba a hacer…
Cerré la taquilla, de un portazo, encontrándome de frente con el compañero de al lado, un típico nerd de las matemáticas, que al sentir mi presencia dio un salto del sobresalto. Para su suerte, lo ignoré, y me dirigí al aula en cuestión. La clase ya estaba llena, salvo por el profesor, que por alguna razón, no había llegado todavía. Di una breve mirada circular, y estreché los ojos al ver a una rubita sentada en MI asiento, junto a la ventana. Palpé con la lengua el interior de la mejilla, por dentro de la boca, y dando un suspiro, me acerqué a la rubita.
Y ahí empezó la fiesta.
Llegué hasta ella, por su espalda, y de un rápido movimiento le arrebaté el teléfono, lo lancé por la ventana abierta que daba al jardín, y seguidamente tiré del respaldo del asiento, arrojando a la chica al suelo.
- ¡Aaayy!-chilló, mientras yo pasaba por encima suyo y me sentaba en MI silla-. Pero, ¡¿Quién te has creído que eres, friki?!
Ni siquiera miré a esa gilipollas, dejé el libro sobre la mesa y saqué el estuche que, aunque no lo iba a usar, lo hacía para joder a esa perdedora, la cual acabó enfadándose todavía más. Por el rabillo del ojo, vi como preparaba su mano, y cuando ya la había acercado a mi rostro, le golpeé el mentón, agarré su muñeca y la obligué a colocarla sobre la mesa.
- Well, well, well-musité rápidamente, levantándome y extrayendo una navaja de mi bolsillo, la cual abrí. La chica chilló de terror al verla, y trató de escapar, pero yo la tenía bien aferrada. De modo que, entonces, empecé a pinchar con la punta de la hoja los espacios que había entre todos sus dedos-. I have all my fingers, the knife goes chop, chop, chop. if I miss the space in between my fingers will come off ~
Lo hice rápidamente, evidentemente para asustarla, y no fallé ni una vez, no en vano, sabía tratar con ese tipo de armas. Pero mi objetivo era solo dejarla acojonada. Y eso fue lo que logré, después de repetir el proceso por un minuto entero, pinchando el cuchillo en la mesa cada vez con más fuerza y rapidez. Cuando me hube cansado de esa pantomima, guardé el cuchillo, y alejé a la tía de un empujón despectivo.
- Ahora piérdete si no quieres que te raje tu bonita cara, rubita-murmuré sin alzar la voz y sentándome de nuevo.
Justo en ese instante llegó el profesor en cuestión, los alumnos apartaron la mirada de la escena conflictiva, y se pusieron a atender sus explicaciones. Yo solo necesité un leve vistazo de la página del libro para sentir un sueeeeeño terrible, de modo que apoyé los brazos sobre la mesa y recosté la cabeza sobre ellos. No sé cuánto tiempo estuve dormida, solo sé que cuando desperté, el profesor me miraba, al mismo tiempo que el resto de la clase.
- Bueno, como parece que ya se lo sabe todo... ¿Podría decirnos quienes fueron los que redactaron la declaración de independencia de nuestro país, señorita Frozen?
Puse gesto hosco, y me froté un ojo para despejarme. Escuché entonces una risita divertida, y juraría que esa era la misma que la de la rubita de antes.
- ...-chasqueé la lengua, miré por la ventana y cité, tal cual venía en el libro-. "La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, leída solemnemente en Filadelfia el 4 de Julio de 1776, por sus autores, Thomas Jefferson, John Adams y Benjamin Franklin, siendo el primero el redactor de la misma, recoge los dos principios básicos sobre los derechos fundamentales, la libertad e igualdad..."-clavé mis ojos en el profesor-. ¿Quiere que le diga también cómo se llamaban sus madres, o se da por satisfecho?
El hombre puso la típica cara de cuando te hacen un "zas, en toda la boca", estoy segura de que estaba buscando una excusa para sacarme de la clase o para ponerme un cero, pero mi libro estaba abierto por una lección diferente, era imposible que hubiera copiado... Esa era una de las ventajas de memorizar lo de una página tan solo con echarle una mirada...
El resto de la hora transcurrió sin percances, yo volví a dormirme y una vez sonó la campana, me levanté para prepararme y acudir a la siguiente clase. Guardé el libro en la taquilla y saqué el de inglés; luego cerré la puertecita y recorrí el pasillo hasta llegar a unas escaleras y subirlas.
- ¿Qué te pasa, nerd? ¿De nuevo leyendo un cómic de Poo-pooman y sus cagadas cibernéticas?
Parpadeé repetidamente. A un par de metros de mí, un chico de ropas oscuras y pelo azul oscurso y largo estaba molestando al mismo chico que había visto antes, aquel que tenía la taquilla al lado de la mía. Sus ojos se clavaron en los míos por casualidad, como pidiéndome auxilio. Al principio iba a estar dispuesta a ignorarlo, pero el gótico siguió la trayectoria de su mirada, y con una sonrisa burlona dijo:
- Esfúmate Punki Pie, estoy teniendo una conversación con mi amigo.
Alcé una ceja. ¿"Punki Pie"? ¿Con qué derecho se atrevía ese estúpido a insultarme, o a darme órdenes? Definitivamente no me gustó, con un brillo peligroso en los ojos me acerqué a él, lo agarré de la nuca y lo estampé contra la pared, para luego plantar la parte plana de mi navaja bajo su cuello.
- Llámame Punki Pie de nuevo... Y te faltará instituto para correr. ¿Ha quedado claro?
- S-s-si...-le liberé nada más decírmelo. Él gótico se alejó de allí escaleras abajo.
- G-gracias-dijo el nerd, algo temeroso, seguramente con miedo de que la tomara también con él. Yo solamente le hice un gesto de despedida mientras continuaba mi camino y torcía la esquina para meterme el aula que citaba E-42.
Básicamente tenía pensado allí hacer exactamente lo mismo que en la anterior clase, pero justo cuando me senté en mi sitio, y el profesor vio que ya estábamos todos, anunció algo que normalmente los estudiantes temen, y los profesores adoran.
- Examen sorpresa de la lección-dijo mientras repartía hojas en blanco, con preguntas y pequeñas casillitas para rellenar la respuesta acertada. Algunos decían que era una suerte que ese hombre hiciera los exámenes como tipo test, pero yo ya había visto que ese cabrón iba allí a suspender a la gente, se hacía unos exámenes la mar de retorcidos y muy bien pensados... Obras de arte, como decía él.
Miré el papel en silencio, y mientras otros se tomaban aquello con desesperación, yo lo hacía tranquila, no en vano, los estudios no eran algo que me preocupara. Siempre conseguía pasar de curso, y jamás he sacado menos de un notable. Sin embargo, debo decir, que ese examen estaba hecho con mala idea, sobretodo en la penúltima pregunta. Aun así, escribí mi nombre, y fui tachando las opciones que iba viendo que eran correctas, hasta terminar al cabo de unos minutos. Cuando eso sucedió, me levanté del asiento, y me acerqué a la mesa del profesor a esperar a que un chico terminara de preguntarle una duda. Desde mi ubicación fui testigo de las caras de desesperación de algunos... Supe al instante que estaban atascados en la penúltima pregunta, así que, en un acto de generosidad, tomé entre mis dedos el rotulador azul de la canaleta y, aprovechando que el profesor estaba distraído, escribí la letra de la opción correcta en la pizarra blanca, esperando que esta pudiera pasar inadvertida junto con la explicación de la hora anterior.
Pronto los demás estudiantes se dieron cuenta de mi acción, y animados, escribieron como locos. Y yo, para no levantar sospechas, borré la solución de la pizarra cuando vi que todos la habían visto. Justo en ese momento, el alumno de al lado se sentó, y yo pude al fin entregar el examen y volver a mi sitio para dormir. Media hora después, la clase terminaba; me levanté y dirigí hacia la cafetería. Esquivando los proyectiles de una nueva guerra de comida, cogí una bandeja.
- ¿Y a esto le llaman comida…? En fin, supongo que es lo que hay...-murmuré con desgana, mirando el pescado duro del plato, y me senté en una mesa solitaria y alejada. Comencé a comer, pero no pasaron ni dos minutos cuando alguien posó con fuerza su mano junto a mi bandeja.
- Esta mesa nos pertenece-al alzar la mirada descubrí al gótico de antes, acompañado por sus amiguitos del mismo estilo.
- No veo tu nombre escrito en ella, capullo-respondí, después de tragar lo que había estado masticando.
- Oh, en ese caso...-al gilipollas le pasaron entonces una navaja que abrió, y que utilizó para rayar el metal de la mesa. Eso me enfureció; me levanté y saqué mi propio arma, pero de repente, los demás góticos me agarraron de brazos y piernas, y el que parecía ser el líder me arrebató mi cuchillo.
- ¡Eh!-me revolví, furiosa, como si fuera un animal sin control, pero ellos eran más, y pronto me colocaron tumbada sobre la mesa, y me tiraron toda mi comida por encima-. ¡Soltadme ahora mismo, gilipollas! ¡Y no os atreváis a quitarme a Nyy, estúpidos!-Nyy era el nombre que le había puesto hacía tiempo a mi bonita y afilada navaja.
- ¿O qué? Te tenemos atrapada, zorra. Ya no tienes tu navajita para hacerte la dura...-el líder miró a los demás-. Hacedlo ya.
¿Hacer el qué? Pronto pude averiguarlo. Me bajaron de la mesa, y entre todos me llevaron en "volandas" mientras yo me retorcía salvajemente, hasta uno de los cubos de basura, en donde me metieron de una lanzada. Acabé aturdida por el golpe, siendo incapaz de defenderme, mientras esos hijos de puta se alejaban entre carcajadas. Por fin, entre tambaleos, me saqué de ese apestoso montón de mugre, y miré con una expresión de absoluta rabia la salida por la que se habían ido.
- Esto no va a quedar así... La habéis cagado, muertos de mierda-murmuré por lo bajo. Después fui consciente de que era el centro de atención de todas las miradas-. ¿Qué? ¿Queréis un autógrafo?
La gente volvió a prestar atención a su comida, yo agarré mi mochila y salí del comedor hecha un basilisco. La habían jodido, no tenían ni idea de con quién se habían metido, y no pensaba en mostrar piedad como en la última vez, nooo... Tenía pensado hacer que lloraran como bebés.
El resto del día transcurrió sin demasiados más percances. En las clases me mantuve callada, pero no durmiendo, sino dibujando en el cuaderno un plan para cometer mi venganza. Nadie se reía de Zayyn Frozen y quedaba entero para contarlo... Al escuchar la campana que anunciaba el fin de las clases, me colgué la mochila y la guitarra al hombro. Había tenido pensado quedarme a las clases de guitarra, pero estaba furiosa, y además yo ya había avanzado bastante de manera autodidacta. De modo que, al salir del edificio, busqué con la mirada al grupo de góticos a los que pensaba arrancar un brazo o una pierna. Los encontré a lo lejos, y traté de acercarme de manera sigilosa, pero dos de ellos me avistaron, y comenzaron a lanzarme erráticamente lo que parecían huevos podridos... Bien, bien, otro insulto más. Que siguieran, luego mi venganza los golpearía con el doble de fuerza.
Los vi alejarse, con una mirada de odio y desprecio. Inspiré hondo para tranquilizarme, me puse los cascos de música y me encendí un cigarrillo. Mientras caminaba por la acera de vuelta a casa, la música que entraba por mis oídos acababa saliendo de mis labios...
- Love is strong, But I am evil ~ You are wrong, about me. Take your time, play with me until… You can hear the children scream, like their stuck inside a dream…
Aclaraciones: Pues nada, que es un día en la rutina diaria de la Zayyn quinceañera si esta hubiese ido regularmente al instituto XD Como habéis podido comprobar, no es un modelo muy… correcto a seguir xDDD
Personaje principal: Zayyn
Tema: Un día de instituto en la adolescencia de Zayyn (15 años)
Título: Keep away of my way
Historia:
¡RIIIIIIIIIIIIIIIING!
Otro día más, de vuelta a la rutina. Los estudiantes comenzaron a agruparse en los distintos géneros sociales para acudir juntos a las clases, o simplemente para rezongar por unos minutos más en el césped del instituto. Al parecer, en ese centro escolar, uno no podía sobrevivir si iba solo, desde el primer día de clase después de las vacaciones podías encontrarte con los abusones, con los bullys, aquellos que parecían sentirse más a gusto consigo mismos solo con degradar a otros más débiles.
Sin embargo, alguien no tenía pinta de tener miedo a ir en soledad. Una servidora no temía a esos gilipollas que iban haciendo el asno por los pasillos, en compañía con los de su manada. Nah, yo prefería ir sola, no necesitaba a nadie para sentirme bien conmigo misma, y no tenía tiempo tampoco de eso, porque por las noches solía trabajar en el laboratorio de mis creadores, o como ellos habían insistido en ser llamados: Padres. Sí, podría decirse que lo eran, no en vano, había nacido de ellos… Pero meh.
Di un suspiro desde mi ubicación, en una de las zonas verdes de los jardines, mientras sostenía un cigarrillo entre los dedos y escuchaba la música de mis grandes cascos negros. Mi espalda reposaba sobre el suelo, y mis ojos, que se habían encontrado cerrados hasta entonces, se abrieron cuando una alta figura se posicionó de tal forma que obstaculizaba los rayos del sol.
- Frozen, ¿no ha oído la campana?-reprendió el profesor de inglés, malhumorado.
Mis ojos lo escrutaron con tranquilidad, pero también con rebeldía; sin embargo, no me levanté hasta que no terminé de fumar, cosa en la que no tardé más de medio minuto. Luego me levanté, suspirando, y me colgué a la espalda la mochila negra, y la funda en donde guardaba la guitarra. Sin decir ni mú, me encaminé hacia la entrada, tirando en el camino la colilla al suelo sin demasiados reparos.
- I am strong, love is evil. It’s a version of perversion, that is only for the lucky people ~-canturreé suavemente, antes de subir las escaleras y empujar la puerta de cristal para entrar.
En el interior, todavía había gente por los pasillos, y mucha, me atrevería a decir. Hice un gesto de desgana, pero antes de ir a buscar mi taquilla, entré en los baños de chicas, haciendo así que con tan solo mi presencia espantara a la gente que ya había dentro. Eran gente inteligente, aunque no tendría nada contra ellos si no me molestaban, pero se sentía bien estar sola por un rato mientras sacaba la línea de ojos y los pintaba. Al terminar, observé el resultado: Unos ojos de un verde muy pálido, enmarcados con la línea negra…
Me fijé también en el aspecto del resto de mi cuerpo. Rojo pelo, el cual era corto y puntiagudo, pero también bastante abundante en el flequillo. Un arito plateado pendía de la aleta izquierda de la nariz, muy parecido a los que se encontraban en el cartílago superior de las orejas. Y con respecto a la ropa… Nada demasiado elaborado. Una camiseta blanca de tirantes rajada en algunas zonas y con un dibujo en negro, bajo la que sobresalían los tirantes oscuros del sujetador, unos pantalones vaqueros con varios cinturones de tachuelas y alguna cadena, y unas botas altas y negras. También llevaba una sudadera holgada, pero esa la llevaba colgando de un brazo, del mismo que tenía un tatuaje rojo en la parte superior. Y se me olvidaba mencionar los múltiples colgantes y las bandas de pulseras de cuerda y cuero negro de las muñecas.
- Meh…-murmuré, satisfecha, y salí de los baños, saliendo de nuevo al pasillo y dirigiéndome, ahora sí, hasta mi taquilla, una de las centrales, cuya puerta estaba repleta de rayajos de calaveras y frases en inglés.
La abrí sin dificultad, y saqué de ella el libro de historia, aunque con algo de desgana. No en vano, me iba a dormir en cuanto posara los brazos sobre el pupitre, mucho no iba a hacer…
Cerré la taquilla, de un portazo, encontrándome de frente con el compañero de al lado, un típico nerd de las matemáticas, que al sentir mi presencia dio un salto del sobresalto. Para su suerte, lo ignoré, y me dirigí al aula en cuestión. La clase ya estaba llena, salvo por el profesor, que por alguna razón, no había llegado todavía. Di una breve mirada circular, y estreché los ojos al ver a una rubita sentada en MI asiento, junto a la ventana. Palpé con la lengua el interior de la mejilla, por dentro de la boca, y dando un suspiro, me acerqué a la rubita.
Y ahí empezó la fiesta.
Llegué hasta ella, por su espalda, y de un rápido movimiento le arrebaté el teléfono, lo lancé por la ventana abierta que daba al jardín, y seguidamente tiré del respaldo del asiento, arrojando a la chica al suelo.
- ¡Aaayy!-chilló, mientras yo pasaba por encima suyo y me sentaba en MI silla-. Pero, ¡¿Quién te has creído que eres, friki?!
Ni siquiera miré a esa gilipollas, dejé el libro sobre la mesa y saqué el estuche que, aunque no lo iba a usar, lo hacía para joder a esa perdedora, la cual acabó enfadándose todavía más. Por el rabillo del ojo, vi como preparaba su mano, y cuando ya la había acercado a mi rostro, le golpeé el mentón, agarré su muñeca y la obligué a colocarla sobre la mesa.
- Well, well, well-musité rápidamente, levantándome y extrayendo una navaja de mi bolsillo, la cual abrí. La chica chilló de terror al verla, y trató de escapar, pero yo la tenía bien aferrada. De modo que, entonces, empecé a pinchar con la punta de la hoja los espacios que había entre todos sus dedos-. I have all my fingers, the knife goes chop, chop, chop. if I miss the space in between my fingers will come off ~
Lo hice rápidamente, evidentemente para asustarla, y no fallé ni una vez, no en vano, sabía tratar con ese tipo de armas. Pero mi objetivo era solo dejarla acojonada. Y eso fue lo que logré, después de repetir el proceso por un minuto entero, pinchando el cuchillo en la mesa cada vez con más fuerza y rapidez. Cuando me hube cansado de esa pantomima, guardé el cuchillo, y alejé a la tía de un empujón despectivo.
- Ahora piérdete si no quieres que te raje tu bonita cara, rubita-murmuré sin alzar la voz y sentándome de nuevo.
Justo en ese instante llegó el profesor en cuestión, los alumnos apartaron la mirada de la escena conflictiva, y se pusieron a atender sus explicaciones. Yo solo necesité un leve vistazo de la página del libro para sentir un sueeeeeño terrible, de modo que apoyé los brazos sobre la mesa y recosté la cabeza sobre ellos. No sé cuánto tiempo estuve dormida, solo sé que cuando desperté, el profesor me miraba, al mismo tiempo que el resto de la clase.
- Bueno, como parece que ya se lo sabe todo... ¿Podría decirnos quienes fueron los que redactaron la declaración de independencia de nuestro país, señorita Frozen?
Puse gesto hosco, y me froté un ojo para despejarme. Escuché entonces una risita divertida, y juraría que esa era la misma que la de la rubita de antes.
- ...-chasqueé la lengua, miré por la ventana y cité, tal cual venía en el libro-. "La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, leída solemnemente en Filadelfia el 4 de Julio de 1776, por sus autores, Thomas Jefferson, John Adams y Benjamin Franklin, siendo el primero el redactor de la misma, recoge los dos principios básicos sobre los derechos fundamentales, la libertad e igualdad..."-clavé mis ojos en el profesor-. ¿Quiere que le diga también cómo se llamaban sus madres, o se da por satisfecho?
El hombre puso la típica cara de cuando te hacen un "zas, en toda la boca", estoy segura de que estaba buscando una excusa para sacarme de la clase o para ponerme un cero, pero mi libro estaba abierto por una lección diferente, era imposible que hubiera copiado... Esa era una de las ventajas de memorizar lo de una página tan solo con echarle una mirada...
El resto de la hora transcurrió sin percances, yo volví a dormirme y una vez sonó la campana, me levanté para prepararme y acudir a la siguiente clase. Guardé el libro en la taquilla y saqué el de inglés; luego cerré la puertecita y recorrí el pasillo hasta llegar a unas escaleras y subirlas.
- ¿Qué te pasa, nerd? ¿De nuevo leyendo un cómic de Poo-pooman y sus cagadas cibernéticas?
Parpadeé repetidamente. A un par de metros de mí, un chico de ropas oscuras y pelo azul oscurso y largo estaba molestando al mismo chico que había visto antes, aquel que tenía la taquilla al lado de la mía. Sus ojos se clavaron en los míos por casualidad, como pidiéndome auxilio. Al principio iba a estar dispuesta a ignorarlo, pero el gótico siguió la trayectoria de su mirada, y con una sonrisa burlona dijo:
- Esfúmate Punki Pie, estoy teniendo una conversación con mi amigo.
Alcé una ceja. ¿"Punki Pie"? ¿Con qué derecho se atrevía ese estúpido a insultarme, o a darme órdenes? Definitivamente no me gustó, con un brillo peligroso en los ojos me acerqué a él, lo agarré de la nuca y lo estampé contra la pared, para luego plantar la parte plana de mi navaja bajo su cuello.
- Llámame Punki Pie de nuevo... Y te faltará instituto para correr. ¿Ha quedado claro?
- S-s-si...-le liberé nada más decírmelo. Él gótico se alejó de allí escaleras abajo.
- G-gracias-dijo el nerd, algo temeroso, seguramente con miedo de que la tomara también con él. Yo solamente le hice un gesto de despedida mientras continuaba mi camino y torcía la esquina para meterme el aula que citaba E-42.
Básicamente tenía pensado allí hacer exactamente lo mismo que en la anterior clase, pero justo cuando me senté en mi sitio, y el profesor vio que ya estábamos todos, anunció algo que normalmente los estudiantes temen, y los profesores adoran.
- Examen sorpresa de la lección-dijo mientras repartía hojas en blanco, con preguntas y pequeñas casillitas para rellenar la respuesta acertada. Algunos decían que era una suerte que ese hombre hiciera los exámenes como tipo test, pero yo ya había visto que ese cabrón iba allí a suspender a la gente, se hacía unos exámenes la mar de retorcidos y muy bien pensados... Obras de arte, como decía él.
Miré el papel en silencio, y mientras otros se tomaban aquello con desesperación, yo lo hacía tranquila, no en vano, los estudios no eran algo que me preocupara. Siempre conseguía pasar de curso, y jamás he sacado menos de un notable. Sin embargo, debo decir, que ese examen estaba hecho con mala idea, sobretodo en la penúltima pregunta. Aun así, escribí mi nombre, y fui tachando las opciones que iba viendo que eran correctas, hasta terminar al cabo de unos minutos. Cuando eso sucedió, me levanté del asiento, y me acerqué a la mesa del profesor a esperar a que un chico terminara de preguntarle una duda. Desde mi ubicación fui testigo de las caras de desesperación de algunos... Supe al instante que estaban atascados en la penúltima pregunta, así que, en un acto de generosidad, tomé entre mis dedos el rotulador azul de la canaleta y, aprovechando que el profesor estaba distraído, escribí la letra de la opción correcta en la pizarra blanca, esperando que esta pudiera pasar inadvertida junto con la explicación de la hora anterior.
Pronto los demás estudiantes se dieron cuenta de mi acción, y animados, escribieron como locos. Y yo, para no levantar sospechas, borré la solución de la pizarra cuando vi que todos la habían visto. Justo en ese momento, el alumno de al lado se sentó, y yo pude al fin entregar el examen y volver a mi sitio para dormir. Media hora después, la clase terminaba; me levanté y dirigí hacia la cafetería. Esquivando los proyectiles de una nueva guerra de comida, cogí una bandeja.
- ¿Y a esto le llaman comida…? En fin, supongo que es lo que hay...-murmuré con desgana, mirando el pescado duro del plato, y me senté en una mesa solitaria y alejada. Comencé a comer, pero no pasaron ni dos minutos cuando alguien posó con fuerza su mano junto a mi bandeja.
- Esta mesa nos pertenece-al alzar la mirada descubrí al gótico de antes, acompañado por sus amiguitos del mismo estilo.
- No veo tu nombre escrito en ella, capullo-respondí, después de tragar lo que había estado masticando.
- Oh, en ese caso...-al gilipollas le pasaron entonces una navaja que abrió, y que utilizó para rayar el metal de la mesa. Eso me enfureció; me levanté y saqué mi propio arma, pero de repente, los demás góticos me agarraron de brazos y piernas, y el que parecía ser el líder me arrebató mi cuchillo.
- ¡Eh!-me revolví, furiosa, como si fuera un animal sin control, pero ellos eran más, y pronto me colocaron tumbada sobre la mesa, y me tiraron toda mi comida por encima-. ¡Soltadme ahora mismo, gilipollas! ¡Y no os atreváis a quitarme a Nyy, estúpidos!-Nyy era el nombre que le había puesto hacía tiempo a mi bonita y afilada navaja.
- ¿O qué? Te tenemos atrapada, zorra. Ya no tienes tu navajita para hacerte la dura...-el líder miró a los demás-. Hacedlo ya.
¿Hacer el qué? Pronto pude averiguarlo. Me bajaron de la mesa, y entre todos me llevaron en "volandas" mientras yo me retorcía salvajemente, hasta uno de los cubos de basura, en donde me metieron de una lanzada. Acabé aturdida por el golpe, siendo incapaz de defenderme, mientras esos hijos de puta se alejaban entre carcajadas. Por fin, entre tambaleos, me saqué de ese apestoso montón de mugre, y miré con una expresión de absoluta rabia la salida por la que se habían ido.
- Esto no va a quedar así... La habéis cagado, muertos de mierda-murmuré por lo bajo. Después fui consciente de que era el centro de atención de todas las miradas-. ¿Qué? ¿Queréis un autógrafo?
La gente volvió a prestar atención a su comida, yo agarré mi mochila y salí del comedor hecha un basilisco. La habían jodido, no tenían ni idea de con quién se habían metido, y no pensaba en mostrar piedad como en la última vez, nooo... Tenía pensado hacer que lloraran como bebés.
El resto del día transcurrió sin demasiados más percances. En las clases me mantuve callada, pero no durmiendo, sino dibujando en el cuaderno un plan para cometer mi venganza. Nadie se reía de Zayyn Frozen y quedaba entero para contarlo... Al escuchar la campana que anunciaba el fin de las clases, me colgué la mochila y la guitarra al hombro. Había tenido pensado quedarme a las clases de guitarra, pero estaba furiosa, y además yo ya había avanzado bastante de manera autodidacta. De modo que, al salir del edificio, busqué con la mirada al grupo de góticos a los que pensaba arrancar un brazo o una pierna. Los encontré a lo lejos, y traté de acercarme de manera sigilosa, pero dos de ellos me avistaron, y comenzaron a lanzarme erráticamente lo que parecían huevos podridos... Bien, bien, otro insulto más. Que siguieran, luego mi venganza los golpearía con el doble de fuerza.
Los vi alejarse, con una mirada de odio y desprecio. Inspiré hondo para tranquilizarme, me puse los cascos de música y me encendí un cigarrillo. Mientras caminaba por la acera de vuelta a casa, la música que entraba por mis oídos acababa saliendo de mis labios...
- Love is strong, But I am evil ~ You are wrong, about me. Take your time, play with me until… You can hear the children scream, like their stuck inside a dream…
------------------------- The end...? -------------------------
Aclaraciones: Pues nada, que es un día en la rutina diaria de la Zayyn quinceañera si esta hubiese ido regularmente al instituto XD Como habéis podido comprobar, no es un modelo muy… correcto a seguir xDDD
- Tengo pensado continuar el fic, pero lo haré en un tema aparte xD
- Las partes cantadas son links que llevan a las canciones reales.
- Colores:
Zayyn: Firebrick
Profesor de inglés: #000cff
Rubia: #ffff00
Profesor de historia: #66ff99
Líder gótico: #9900ff
Nerd: #66ccff - Personajes e imágenes relevantes de la historia:
- Aspecto de Zayyn:
- Nyy:
- Rubia:
- Nerd:
- Líder gótico:
- Agradecimientos a Kenshi por las muchas ideas que me ha dado xD
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