Huyendo con las armas de pandora¿nueva alianza?

Habia huido con las armas de pandora al lugar mas apartado del mundo, lejos de toda electrónica y donde a mis enemigos les costaría mas encontrarme. En las estepas de Mongolia, lejos de todo. Alli no les seria facil encontrarme. Avance por aquella tierra inhospita y guarde ambas armas en mi dispositivo bastante apenada. Era una gran faena todo aquello y no me gustaba nada de nada, no sabia cuanto podria aguantar con todo escondido pero quizas...pudiera aguantar lo suficiente hasta que otra persona encontrar la cura.
-Mashu...¿sabes que...vamos a tener problemas?
-Lo se, pero no podia hacer otra cosa. Ademas, Vladimir tiene mas enemigos que yo. No creo que les sea tan facil ni que con el tiempo no tengamos aliados. Piensalo, por una vez estamos haciando algo bueno.
-Si pero... andate con ojo, ya sabes como son.
-Tsk... vallamos a aquel pueblo, alli nos daran algo de beber.
Dije viendo unas chozas mal hechas en la lejania.

Divino trabajo... Sí, no podía quejarse de nada... ¡De nada excepto que sus padres explotaban a cierto sector de las poblaciones rurales! Pero a qué clase de persona se le ocurría "invitarla" para ver la situación en la que tenían a los pobres campesinos, que apenas tenían suficiente como para comer todos los días, encima en una aldea cochambrosa. Ahí no le llegaba ni la cobertura del teléfono... Suerte que había optado por no llevar ni vestidos ni tacones e iba con una ropa cómoda y bastante resistente al frío. El aire en ese sitio estaba tan frío que te podía arrancar la cara de cuajo.

- Me ponen nerviosa estar en este sitio perdido de la mano de Dios, Nay. Aunque... - la albina pareció reconsiderarlo unos segundos-. por otro lado me gusta, mis padres no saben nada de mí. Podría intentar pirarme a cualquier lugar del mundo, sin el teléfono, que tardarían algo en encontrarme... Al menos hasta tener que dar mis datos para registrarme... O sacar dinero... ¡Vaya mierda!

La muchacha seguía refunfuñando, molesta porque su plan de huida, podría ser fácilmente frustrado. Ahora que comenzaba a recuperar la memoria, tenía más que claro que no debería haber firmado el estúpido contrato de sus padres. Tardaría años en recuperar su independencia. Sobre todo, porque ella era una mujer de honor, no iba a traicionar algo que había accedido, aunque no estuviese en plenas facultades mentales.

- Tú tranquila Jul, sólo tienes que aguantar un poco. Al menos la posada es un lugar bonito y acogedor, aunque es una pena que no tengan ni idea de hablar en otro idioma.

La albina no pudo contestar, porque en ese momento el zorrito que se había llevado al viaje, de color negruzco, alzó sus orejas como si algo le hubiese llamado la atención. Era otro digimon, pero no suyo, sino de una muchacha con la que tenía asuntos pendientes. La verdad, había sido raro recuperar esos recuerdos, pero lo había hecho, aunque le faltaban muchas cosas, como la tercera persona en ese lugar. Gatomon le había dicho que era un chico pelirrojo, pero ningún recuerdo le venía a la mente.

- Mashu... ¡Mashu! - el zorrito correteo de golpe hacia la puerta, como si hubiese ganado mucha energía

- ¿Ese no era el nombre de...

- Sí, de su humana- respondió la gata acercándose a la puerta también.

- Pues vamos... Creo que aún me debe una "charla"- la humana puso una expresión malévola en el rostro antes de abrir la puerta de la habitación y bajar hacia la calle.

Off: Perdona por usar a Dolu, pero es que tenía que justificar un poco cómo te encuentro xDDD

Un portal se abrió, un portal detrás de la humana que había decidido tomar la iniciativa sin preguntar a nadie. Esa humana nos había robado, habíamos hecho un pacto con Norn, y ella, esa metomentodo, se había interpuesto. Había desbaratado nuestros planes, y ahora yo tenía que limpiar lo ensuciado.

Por ello, salí corriendo del portal, portando la guadaña, enarbolándola sobre mí, mientras corría en dirección a la humana que tenía delante de mí, y que estaba de espaldas. Mis ojos la miraron con molestia, y con cierta rabia... A fin de cuentas, había estado a un solo paso de conseguir el poder que necesitaba para mis planes, y ella se había interpuesto en mi camino.

- Te encontré, ratita...-susurré, alzando la guadaña sobre ella, y dejándola caer después, de arriba a abajo, de un tajo vertical.

Seguia andando tranquila, confiando en que por lo menos Zayyn tardaría un buen rato en descubrir mi paradero por ello fui hacia las casas y escuche una voz misteriosa.
-¿Dolumon? ¿le has oido?
-Ese digimon mimado no va a aparecer. Lo abandonamos.
-Callate, sabes como yo que no hicimos del todo bien. Pero tienes razon, dudo que aparezca por estos lares.
Seguia andando tranquilamente cuando oi una voz, un susurro tras de mi. En aquel instante Cornusmon evolucionó a Darkmon y me cogio en brazos para sacarme de alli a gran velocidad.
-Esta aqui¿ya? Creo que la subestimamos.
-¿en serio estas preguntando eso?
Dijo mientras uso toda su gran velocidad para entrar en una de aquellas casas de golpe. Casa donde nada mas entrar y cerrar la puerta un digimon zorro saltó a su cabeza.
-Mashu>w<
-Tu...
Dije sin mas para despues abrazarle mostrandole que le habia echado en falta sin darme cuenta de quien mas estaba alli.

Bajaron de las habitaciones hasta la entrada de la pequeña posada, que obviamente, era un bar. Rústico y acogedor, pero para la alemana le faltaba algo más de decoración. Aunque era normal que no hubiese nada, a fin de cuentas, estaban en una de las poblaciones más pobres del lugar, los cuadros, jarrones y demás objetos, no eran algo que de verdad fuera tan importante como el alimento o la bebida que tenían que servir.

Pero antes de que pudieran siquiera salir a la calle, la puerta se abrió a toda pastilla y entró una muchacha acompañada de un hombre con una capa oscura y... Sí, ruedas. Eso no tenía que ser precisamente humano, lo cual solo dejaba una opción: un digimon. Aunque no hacían falta tantísimas deducciones, puesto que ya conocían a la morena y, además, el zorrito le había saltado felizmente a la cara. Con lo que sólo podía ser Mashury.

Ninguna de las dos dijo nada, aunque Gatomon sonrió, alegre de que por fin el zorrito hubiese vuelto con su dueña. Aunque no lo dijese claramente, sabía que la tenía que haber echado de menos. Y el hecho de que la castaña le abrazase, le decía que también le había echado en falta. Así que, suponía que todo iría bien ahora.

Julchen no fue tan clemente como su compañera, puesto que había revivido la deuda de combate que tenían entre ambas, así que, quería saldarlo.

- Awww, mira que tierno- comentó con toda la ironía posible -. Voy a vomitar si seguís de esa manera.

Pero no pudo decir nada más, porque de repente el anillo sagrado en la cola de gatomon se iluminó. Había una presencia maligna con instintos claramente asesinos cerca, y no, no era ninguno de los que había ahí dentro, o se habría iluminado en cuanto cruzaron el umbral.

- ¿Habéis traído algo malo con vosotros? - la gata miró hacia la puerta, algo debía estar persiguiéndoles, eso explicaría el por qué habían entrado tan rápidamente al lugar.

Off: No sé que eres tú Z, pero supongo que al ser la muerte emites esencia malvadosa y el anillo te pilla por eso xD Si no te gusta lo quito.

La guadaña rasgó el aire, sin llevarse nada por delante. Cuando me hube dado cuenta, la humana se alejaba rápidamente en brazos de su digimon que había evolucionado. Siseé con molestia, pero dejé salir a Fenrir del digivice, lo evolucioné a su etapa champion, y me monté sobre su lomo. Pocos segundos después, el lobo negro dejaba atrás el lugar por el cual habíamos aparecido, llegando en poco tiempo a una casa en donde esa humana se había refugiado. Nos detuvimos a unos diez metros de la casa, ahí entonces me bajé, e hice salir del dispositivo digital a Kali y a Rukriel.

- DNA... charge... Overdrive...-murmuré, pasando el digisoul por el lector del IC. Segundos después, tanto la gata negra, como el dragoncito rojo, como el lobo negro, evolucionaron a sus correspondientes etapas mega, y se posicionaron a mi lado, esperando una señal u órden por mi parte.

Esperé con paciencia desde mi ubicación, cruzada de brazos sobre el pecho, y sin quitarle los ojos de encima a la entrada, aunque después decidí subirme al hombro de Rukriel, y ordenarles a todos menos a la motera rubia alzar el vuelo, para tener una vista mejor de toooda la casa desde arriba, por si acaso se le ocurría escapar por alguna salida de emergencia, o algo por el estilo. Fenrir sobrevoló por un lado de la casa, Kali se paseó alrededor de la vivienda, y Rukriel comenzó a planear trazando el mismo trayecto que la digimon vestida de cuero.

Spoiler:

Fue todo muy espontaneo, quizas demasiado como para pensar, ya que alli al parecer todo era instinto y velocidad, y menos a Cornusmon que al evolucionar a tiempo me habia salvado de un buen corte. Suspire en la casa con mi otro digimon en brazos, pensando que quizas asi tendria mas oportunidades. De golpe una voz conocida me corto el rollo, una voz de alguien en que alomejor se pudiera confiar.
-Pues vomita si tantas ganas tienes.
Dije molesta pero aun asi agradecida por que al parecer habia cuidado bien de mi viejo y abandonado digimon. sin embargo su digimon me dio una respuesta clara a lo que venia despues. Esa chica no iva a parar nunca, aunque al parecer Vladimir era otro asunto.
-Si, nos siguen y no van a parar, necesitamos un plan, y rapido.
Dije mirandola seriamente y teniendo ciertas ideas en mi cabeza. Mientras tanto Darkmon miro por la ventana y corrio todas la spersianas.
-Esta aqui y parece que tiene tres amigos.
-Vale...tengo un plan y me parece que nuestra vieja amiga albina nos va a echar una mano.
La mire seriamente y esperando que accediera a ello, mientras tanto comenzaba a sacar el ordenador portatil, algo que siempre llevaba encima. Mientras contaba ciertas partes del plan a mi compañera seguia tocando los botones del ordenador para finalmente abrir un portal y ver como Darkmon se llevaba a Julchen por el portal, seguramente muy a su descontento.
-Ahora...no queda otra nada mas que salir de aqui. Dulo, evoluciona.
Este siguiendo mis ordenes evoluciono a Lordermon.
-A nosotros nos detecta, ella ni sabe que esta aqui. Permanece al margen hasta que llegue el momento, gatomon.
No sabia si iva a obedecer o no, pero seria sospechoso ver a Z pensar como habia llegado alli, por ello, unas sombras oscuras comenzaron a formar digimons intangibles a nuestro alrededor.
-Cuando Lordermon vuelva todo oscuro, esa loca con sus digimons no sabra cuales son reales y cuales no. Por lo menos no hasta un buen rato. Al fin y al cabo fue elegida por la oscuridad.
Medio abri la puerta tras aquello y grite.
-No pienso daros las armas de Pandora, Vladimir destruira todo. Si tanto las quieres sera por encima de mi cadáver.

La albina se cruzó de brazos, molesta, mirando a su compañera digital. Tenía que conseguir que dejase de ser tan neurótica con el arito ese de la cola, porque acababa de interrumpir su "reencuentro" con la castaña. Pero parecía que no era solo la imaginación de la felina, puesto que los otros dos indicaron que les seguían. Julchen recordaba que esa humana era bastante fuerte, que estuviera en ese estado la indicaba que podría tener problemas serios. Lo mejor sería pues, ayudarla. Sus "presas" eran suyas y no iba a compartirla hasta que el combate se realizase y una de las dos no pudiese continuar.

- Parece que te vamos a tener que ayudar a librarte de eso- comentó de manera peligrosa la albina, mientras que cargaba con digisoul su dispositivo, al segundo donde antes había una gata, ahora había un ángel de diez alas con una armadura verdosa-. Pero supongo que después tendremos que saldar nuestra antiiiiigua deuda.

Se quedó en silencio mientras que la morena hablaba con su digimon dracónico.

- ¿Yo? Bueno, primero quiero escuchar tu plan. No voy a obedecerte así sin más, espero que sea algo interesante - la humana de ojos rubí escuchó muy atentamente, poniendo un mohín al escuchar el plan, no le convencía del todo, pero suponía que era necesario hacerlo-. Está bien, acepto. Pero mi digimon se queda con vosotros, por si acaso.

En cuanto la humana desapareció, Nayara se removió en el sitio incómoda. Ahora que tenía un nivel mayor podía descifrar mejor las energías oscuras que había en el exterior de la casa y le resultaban familiares. Así que, se quitó el casco, mostrando el hermoso rostro de una mujer de ojos azules, aunque la belleza quedaba rota por una cicatriz que iba diagonalmente entre los ojos y que detenía sobre la mejilla. Justo, donde habitualmente el casco terminaba, por lo que no era visible cuando este se encontraba en su lugar. Abrió levemente las persianas y se quedó helada, pudo ver una beelkomon alada. Tan solo conocía una que poseyese ese aspecto...

- No, no voy a quedarme aquí. Necesitas tiempo para activar eso, saldré fuera e intentaré distraerles un rato para que puedas asegurar que te va a salir bien. No te preocupes, creo que puedo conseguir algo de tiempo, no creo que me ataquen directamente.

Hizo desaparecer la lanza, pero mantuvo el escudo en su sitio, no era tan tonta como para no ir con un mínimo de protección. Y también, claro está, esperó unos segundos para salir, calculando el momento en el que su hermana fuese la que apareciese en su campo de visión. A fin de cuentas, era ella la que iba a "defenderla" de salir herida.
Cubriéndose el cuello y parte del pecho con el escudo salió al exterior alzando su mano derecha -desarmada- para que vieran que no iba con malas intenciones. Aunque antes de eso, cerró la puerta tan rápido como la había abierto.

- ¡No disparéis! Solo vengo a intentar negociar que nos dejéis en paz. O al menos a los humanos del pueblo, ellos no os han hecho nada y bastantes penurias tienen que soportar- la oscura cicatriz resaltaba sobre el blanco de su rostro-. No es necesario llegar a la violencia.

Esperaba que su hermana pudiese verla, porque si no los otros dos no tendrían ningún problema en atacarla.

Peiné el lugar ccon la mirada, vigilando la puerta por si a alguien se le ocurría salir. Beelko estaba vigilante, avanzaba velozmente de lado a lado, pero cuando una voz femenina salió de la casa, la motera metió mano al interior de su abardina para alcanzar una de sus múltiples armas. Sin embargo, con un gesto mío, ella se detuvo. Escuché con seriedad lo que la humana Mashury tenía que decir.

- Parece que no tienes ni idea de lo que estás haciendo. No sabes qué podría pasar con Vladimir si nos das las armas... ¡Pero te aseguro que si no nos las devuelves todos moriréis!-grité, sin mostrar la menor expresión en mi rostro.

Di una palmada a Rukriel en el cuello, y a la señal, el digimon caballero comenzó a concentrar energía en la V de su pecho. Me daban igual las vidas humanas que hubiera en ese sitio, aparte de Mashury, pero si me obligaban, entonces no dudaría en ordenar disparar. Conté un par de segundos, antes de comenzar a levantar la mano para darle el visto bueno a Rukriel para que diezmara en cenizas esa cabaña. No obstante, antes de que pudiera decir nada, la voz de Beelko me alertó, y me hizo mirar al suelo para ver lo que le había llamado la antención.

- ¡Zayyn! ¡No dispares!

Entorné los ojos, al ver una alta silueta vestida de verde... Un digimon, Ophanimon para ser más exactos, y por cómo había reaccionado Kali al verla, podía jurar que esa era su hermana angelical. Esbocé una mueca de molestia, y chasqueé los dedos; Rukriel apagó su rayo, sin atacar, y voló un poco hacia aquella criatura para verla más de cerca, aunque todavía estabamos bastante lejos de su ubicación.

- No tengo interés alguno en llevarme las vidas de los de aquí, sólo vengo a recuperar lo que robaron. Dile a esa humana que deje de esconderse como una cobarde, y que venga ella misma a negociar.

Miré de reojo a Fenrir. El lobo metálico se acercó y soltó un leve gruñido de advertencia, mirando al digimon angelical desde arriba. Parpadeé una vez, y volví a prestar atención al ángel.

- Eres la hermana de Kali... Puedes apartarte y no te haré nada, pero si insistes en ponerte en mi camino, entonces ni siquiera Kali podrá evitar que te mate.

Pude sentir como la mirada de la motera se clavaba en mi. Por mucho que a ella le doliera, por mucho que odiara hacerle daño a ella, yo pensaba por los míos, no por los suyos... Hacía todo aquello porque quería proteger a Kenshi y a Freyja, a mi manera. Ningún error tenía cabida en mi plan.

Hable con Julchen para quedar en un trato. No era mi amiga pero aun asi, podiamos crear una alianza para algo mas grande que nuestros rencores. Y ella parecio aceptarlo, aunque con sus propias decisiones.
-Después de esto, podremos saldar nuestra deuda y ver quien gana la batalla. Pero ahora atenta.
Dije mientras le contaba todo y ella ponia mas condiciones aun, dejando claro que su digimon se quedaba conmigo. Suspire y asentí algo apenada sabiendo que tendria que controlar mi digimon y el de una casi desconocida.
Las cosas en principio parecian ir bien, todo bien planeado y estudiado. Pero no, el digimon de la albina no podia quedarse quieto, aunque lo que ocurrio me resulto algo sorprendente. Parecia que las cosas me irian a mejor y que conseguiria librarme de esa mujer pelirroja. ¿como narices podía Zayyn aliarse con Vladimir? Al fin y al cabo parecia una chica lista. Entonces recorde a Vladimir y una sonrisa asomo a mi rostro.¿con que cara se habria quedado al descubrir que todos sus planes se tiraban por la borda? Ojala hubiera podido grabarlo. Entonces sali para hablar con Zayyn y escucharla.
-Jejeje¿y que me vais a decir? ¿que vais a usar unas armas para repartir una vacuna para un virus que ni os afecta? Jamas me fiaria de tu palabra ni de la de Vladimir. No tienes ni una idea de a quien acabas de despertar. Y no pienso darle mas juguetes.
Respondi seriamente y dejando las cosas bien claras alli. Sin embargo ver el digimon apuntando con aquello no me gustaba en absoluto.¿de verdad? Lordermon podria protegernos pero...¿a todos? Si disparaba con eso y yo me veia ahi en medio quizas no saldria bien parada. Pero ese digimon salio y sin saber como los ataques pararon con un grito. Al parecer algo mas personal se movia entre ambos digimons. Pero no  me iva a quedar a mirar, segun salia ella yo segui tecleando para, con mas maestria lograr unos digimons casi reales, solo intangibles y sin ataques, pero serian los suficientes para despistar a todos esos digimons en las sombras. Cuando finalmente lo hice mientras ellas hablaban sus cosas sali con mi digimon a mi espalda, Lordermon y mire a Zayyn y a sus digimons con cara de pocos amigos.
-No se que os traeis todos entre manos pero Zayn...me pica la curiosidad. ¿por que ayudas a Vladimir? ¿acaso te gusta?
Dije con una sonrisa picarona esperando que empezara a enfurecerse o a molestarse, la ultima ves que la habia visto se picaba por esas cosas tontas. Entonces miré al digimon de mi aliada esperando su aceptacion para comenzar el ataque.

Nayara soltó un suspiro de alivio cuando vio que el ataque fue cancelado, tampoco es que le hubiese supuesto demasiado problema esquivarlo, porque con tan solo alzarse en el aire lo hubiese esquivado, pero prefería evitarse esa clase de cosas. Podrían tomárselo como un intento de asesinato.

El rostro de la dama ángel se mostró impasivo mientras que la hablaban, pero al final cerró los ojos y sonrió con diversión. Le había hecho gracia la forma en la que la hablaron. Después de eso volvió a abrir los ojos y miró fijamente a la pelirroja.

- Ya suponía que no te ibas a detener por nada. Pero no crees que tu comportamiento es irracional ¿matar a los demás por solo hacer que te devuelvan una cosa? ¿Acaso tienes cinco años? Cierto, robar está mal, pero no es necesario matar para recuperarlo- sabía que se estaba metiendo en la boca del lobo al decir esas cosas, pero tampoco quería dar la impresión equivocada si hablaba muy suave-. Lo siento Kali, pero si se pone la vida de algún humano en juego, no tendré más remedio que enfrentarme a vosotros. Cada una tenemos algo importante que proteger, yo a los seres humanos, tú a tu maestra. Espero que no te sea demasiado molesto...

No era la primera vez que se enfrentaba a su hermana en un combate, pero quizás sí, la vez más absurda. Ninguna de las dos tenía ganas reales de acabar con la otra, pero debían hacerlo por su bando en el evento.
En ese momento salió Mashury de la casa, cosa que alteró a la dama, cuyas alas chasquearon dentro de la armadura, preocupada de que la pudiesen hacer algo. Pero Lordermon la acompañaba, cosa que la tranquilizó en parte.

- Definitivamente, tengo que oponerme a vosotros, no creo que sea conveniente darle armas a una persona que demuestra tan poca preocupación por los de su alrededor - ya no tenía duda alguna de donde pelear. Quizás si Zayyn le hubiese explicado sus motivos, proteger a su familia, hubiese visto algo de bondad en esa acción, aunque no en la forma de llevarla a cabo-. No sé quién será ese Vladimir, pero supongo que debe ser alguien bastante malo. No puedo permitiros obtener las armas.

Con un leve asentimiento, respondió a Mashury para que activara el ataque. Suponía que no sería muy dañino para los que estaban allí, por lo que podía mantener su consciencia tranquila. Así podrían aprovechar para salir de ese lugar.

Rukriel decidió descender al suelo cuando finalmente la humana Mashury hizo acto de presencia, saliendo de la casa, y mostrándose junto a su digimon. No ataqué, pero tampoco les ordené a los demás que lo hicieran, pues tanto las palabras del ángel digimon como las de Mashury, me hicieron gracia. Mi compañero digital me tomó en sus manos y me dejó sobre el suelo, y allí, con la guadaña en una mano, observé a los tres, con una leve sonrisa de diversión en el rostro.

- Tú no sabes si me afecta el virus, pero tienes razón. Mis evoluciones son atributo virus, pero eso no quiere decir que me importe una mierda lo que esté pasando en el digimundo. No sólo vosotros tenéis seres queridos a los que proteger. Vladimir es sólo un aliado.

Parpadeé una única vez, antes de cerrar los ojos un instante. A medida que los segundos pasaban, mi sonrisa fue aumentandose, ladeándose hacia un lado, hasta que finalmente, decidí alzar de nuevo la mirada, una mirada segura, calculadora, y en parte algo cruel.

- Y eso me lleva... ¿Qué te parece si llegamos a un acuerdo, Mashury? Tengo algo que puede que te interese...

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Ambientemos...

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Aparté la mirada, y clavé mis ojos verdes en el filo de la guadaña, la Soul's Reaper, el arma que se me había concedido en el mismo momento en el que me convertí en la Novena Muerte. Extendí una mano hacia su filo, una mano pálida y fina, y con las yemas de los dedos, rocé el metal mágico. Al contacto, la hoja se vio envuelta en energía, y con la misma mano, extraje esa energía del metal, tornándolo de un color azulado... La energía comenzó a tomar forma a medida que iba saliendo del filo de la guadaña, y cuando hubo estado completamente fuera, dejé que esa extraña sustancia, tomara forma a mi lado.

La extraña energía se elevó, su silueta se dibujó, y todos pudieron ver como una chica de largos cabellos azules y ojos del mismo color, se quedaba estática en el sitio, con lo que parecía ser una mordaza del mismo material del que ella estaba hecha, en la boca, imposibilitándole el habla... Un alma, el alma de una joven a la que yo había amado hacía tanto tiempo, y que a la vez, había sido la amiga de la infancia de la humana ladrona... Alyria había muerto hacía mucho, y Mashury estuvo dispuesta a intentar matarme cuando se enteró, pensando en que había sido por mi culpa... Bueno, ahora se iba a acordar de ese último encuentro.

Spoiler:

- Te propongo un trato, Mashury... Las armas de Pandora... Las dos que robaste, a cambio del alma de Alyria... Como Novena Muerte me pertenece, pero no tendría reparos en otorgártela si accedes... Podrás hacer lo que quieras con ella, incluso revivirla si encuentras el cuerpo.

Escuchaba hablar a esas dos digimons comprendiendo mejor de que iban, pero aun asi todo parecia estar sencillo a nuestro favor. Todo muy facil y bien planeado. De echo no tarde en recibir la señal de aquel digimon pero entonces Zayyn decidió hablar muy seriamente, dejando claro que habia gente a la que apreciaba enferma. Eso me dio algo de pena, sabia que era duro estar a punto de perder a alguien. Pero habia reglas alli y no podia romperlas por nada. Y menos por Vladimir. sin embargo al oir sus palabras mi cara dejo de mostrar decision y empezo a mostrar duda y confusion.
-No puede ser...
Dije en un sururro sin entenderlo del todo. Pero poco a poco ese alma fue mostrandose dejando visible a una vieja amiga mia. Un buen plan por parte de Zayyn, pero no accederia no del todo.
-Puede que lleguemos a un acuerdo. Es un arma a cambio del alma. Vladimir no las necesita todas, solo es un cuento para tener mas poder. Puedes elegir entre las dos.
Dije mostrando ambas armas, cada una un una mano.
-Solo una por el alma de Alyria. Si no accedes, no habra trato.
Dije muy seria y nerviosa. Queria recuperar a aly  y no debia de ofrecer un arma pero...mis principio se cruzaban, mi felicidad contra mi deber. Aly posiblemente no lo hubiera querido asi.

La ángel estaba más que lista para emprender la huida o el combate -según lo que sucediese- pero todo quedó detenido, porque la pelirroja había dicho algo, algo sobre un trato. Un pequeño deje de curiosidad asomó por las facciones de Ophanimon, ¿qué podría tener que le interesase a la castaña?
Observó toda la parafernalia con esa guadaña que le provocaba temblores en las plumas y como de esta, salía una especie de fantasma. De una chica de pelo azulado, aunque todo en ella era azul, así que, probablemente ni tuviese el pelo de ese color.

Parpadeó sin entender muy bien a dónde quería llegar, pero más sorprendida se quedó de que Mashury depusiera cualquier intento de violencia. En la casa había parecido tan convencida de que hacía lo correcto...

- Como siempre pasa... - suspiró hablando más para sí misma, se cansaba de que muy pocos humanos tuviesen la suficiente fortaleza, voluntad, llámalo como quieras, de mantenerse firmes a una decisión. Eso era algo que le gustaba de Julchen, aunque la hiciese cometer muchas estupideces, la voluntad de la albina era puro fuego incombustible.

Cerró los ojos y se quedó al margen de la situación, solo estaba allí porque Julchen se lo había mandado para ayudar a la nipona en su defensa. Pero ahora que no iba a pelear, ni le iba ni le venía la situación frente a ella. Tampoco iba a ser la que desencadenara la pelea, solo porque eso fuese mejor para la humanidad, básicamente, porque era un suicidio, tendría a sus aliados también en contra. Y no quería seguir pareciendo la hermana violenta, ¿acaso no era la virtuosa? Pues eso iba a demostrar.

Off: Cacapost, pero Julchen no tiene nada que ver con la historia de Aly xD Quizás en el siguiente post os diga que os la saltéis, porque como sea mucho más así, no tiene nada que decir o hacer.

Una leve, torcida y triunfante sonrisa se me dibujó en el rostro al ver la expresión de completa sorpresa en la faz de Mashury. Pude ver cómo titubeaba, y supe que tenía una oportunidad, una posibilidad de éxito... El poder al alcance de mi mano.

Acaricié la hoja de la guadaña con dos dedos, mientras observaba al fantasma de Alyria, y a Mashury alernativamente, y mientras tenía parte de mi atención también en los digimons contrarios, aunque por suerte tenía conmigo a mis compañeros.

Finalmente, la humana terminó por decidirse. Aceptó el trato, aunque en parte, porque sólo me permitió recibir una de las dos armas. Esbocé una leve sonrisa.

- Está bien, me conformo con eso... Quiero el Boomerang-dije señalando el arma filosa que me había llamado la atención desde el principio-. Primero dámelo, y te otorgaré el alma de Alyria... Lo prometo-dije con seriedad, sin ninguna pizca de maldad o mentira en los ojos.

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OFF: Perdón lo esuceto, me quitan el internet -3-

Habia dejado clara mi opinion al respecto, no iba a entregar las cosas asi como asi y menos para hacer feliz a un malvado loco asesino de digimons. Lo tenía mas que claro y se lo habia echo ver a Zayyn y a todos los que habian estado alli. En aquel sitio las cosas eran mas complicadas y habia aceptado a hacer un trato con Zaynn. Sin embargo al oir sus condiciones no pude evitar reirme y volver un poco en mi, lejos de esa expresion de sorpresa que habia puesto con Aly, ahora ya estaba seria y decidida.
-No, si quieres el boomeran primero su alma. No pienso fiarme de ti. Primero el alma de Alyria.
dije sin mas extendiendo una mano mientras hacia que el tridente volviera a mi dispositivo para guardarlo como momentos antes.
Mientras Lordermon suspiraba y miraba al digimon de la albina con una sonrisa feliz.
-¿sabes? me hace ilusion que Mashury se preocupe por alguien. Y en este caso...es la primera vez que pasa.
Dijo felizmente mirando a ese digimon respondiendo a su frase espontanea, dejando claro que eso pasaba muy poco amenudo, no como habia dicho aquella digimon.

En una explosión de sombras una nueva y lugubre precensia hizo aparición.
Con una oscura risa varios zorros anaranjados saltaron desde un mismo punto, un portal, agrupandose cerca de las feminas, y como ultimos en aparecer llegaron un zorro azulado y una extraña, humeante y fantasmagorica forma
- donde está mi tridente... -
preguntó con voz gutural la tenebrosa forma de ojos rojizos brillantes y una boca deforme que parecía esbozar una sonrisa.

MI APARIENCIA ACTUAL:

off:

Mis ojos no se apartaban de Mashury. Alyria a mi lado levitaba, sin poder hacer o decir nada en aquella reunión, sin poder ejercer su derecho a voto u opinión cualquiera. Recordaba vagamente los momentos pasados con ella, recordaba haber sentido un sentimiento muy fuerte en el pasado, pero tan solo era eso, un recuerdo lejano de algo que ya no existía. La Zayyn del pasado había muerto, quizás pudiera sentir pena, lástima, o incluso algo de cariño hacia el alma de la humana, pero jamás sentiría amor de nuevo... Mi familia estaba ya formada, y no necesitaba nada más que a ellos, y para eso, debía protegerlos actuando de aquella forma.

- Como quieras, te otorgaré primero el alma de Alyria, pero...-Con un movimiento de muñeca de mi mano zurda, un papiro negro apareció frente a Mashury, al igual que lo que parecía ser una pluma-. Necesito tu palabra de que me darás el arma.

El contenido del papiro ea simple: un trato, sin engaños, sin vacíos legales... Mashury debía entregarme el Boomerang de la Tormenta, cuando ella recuperara a Alyria... El verdadero Boomerang, y no una copia que pudiera hacer con alguno de sus truquitos. Era el Arma de Pandora real, con todo su poder, por el alma de la jovencita que flotaba junto a mí.

- Firma eso. Tú tendrás el alma de Alyria, y yo la pandora. Sin trampas ni juegos sucios... Si alguna de las dos incumple su promesa, entonces la otra no obtendrá lo que desea-hice una pausa, antes de añadir-. Y no te esfuerces en buscar la letra pequeña, porque no la hay, lo que te ofrezco es real y legal.

Me crucé de brazos, y comencé a caminar en dirección a Mashury, con el alma de la humana a mi lado. Sin embargo, apenas di unos pocos pasos, cuando el pelo de la nuca se me erizó. Me di la vuelta, alertada, a tiempo de ver como el ser llamado Vice se abría paso por medio de un portal, acompañado de sus excentricos zorros.

Esbocé una divertida sonrisa, al comprobar el motivo de que aquel ser tuviera su presencia en ese lugar junto conmigo y las dos humanas.

- Ponte a la cola... Las armas pertenecen a Vladimir. Si quieres tu tridente, pídeselo a él-murmuré, mirándole de arriba a abajo. Mientras tanto, tanto Rukriel, como Fenrir, habían puesto sus ojos en el recién llegado, alarmados, pero a la vez tranquilos y dispuestos a armar fuego si era necesario. Si bien Vice despedía un olor a muerte muy parecido al mío, eso no significaba que fuera un aliado, y el que exigiera de manera tan prepotente el tridente, hacía ver que mis sospechas se confirmaran... No era alguien en el que se pudiera confiar.

Estaba nerviosa al haber visto aquella alma buscando salvación. No sabía como Zayyn había llegado a ello, pero la tenia y y yo quería darla como poco libertad. Me encontraba en una mala situación y podia verse. Zayyn podía ver como me debatía en la duda. Entonces un digimon ajeno a todo entro en escena pidiendo el tridente y aquello quizas si que era un problema. Suspire mientras miraba al extraño que me resultaba familiar y le hablé.
-Lo tengo yo, pero no lo dare si se lo dais a Vladimir. Si por el contrario lo quieres para otra causa esperate y se paciente. No pienso arriesgarme a que los dos os lleveis las dos armas para Vladimir.

Dije muy decidida y centrandome en Zayyn quien me ofrecia el alma de mi amiga a cambio de un trato. Segun la escuche al final hablar con el recien llegado la mire con odio.

-Ese arma no le pertenece a Vladimir. Asi que no se pondra a la cola por que si no se la da a vladimir sera suya cuando pueda fiarme de él.
Dije con mala leche y comence a leer el contrato, finalmente, tras leerlo lo firme.
-Dame su alma y el arma es tuya. Vale mas una vida que un arma y ademas he firmado tu papelito. Deberias saber que poco puedo hacer para salir bien si me llevo el arma. Entregamela.

ambas muejres frente a mí hablaban de vladimir, parecían estar una a favor y una en contra, mas no me interesaban sus conflictos, elt ridente era mió, tal como mencioné al llegar, "mi tridente" de nadie más, y por tanto no iba a esperar ni pedirselo a nadie, ya conocía a ese de vladimir y no es lo que solía ser, ya no es una amenaza.
- entiendo... -
Respondí a la joven que parecía menospreciar mi fuerza, claramente mis palabras no representaban una afirmación en su totalidad, planeaba mucho más que simplemente quedarme quieto, la supuesta portadora de las armas parecía verse en desventaja con la palida figura de la doncella de cabelloz carmesi, y todo por un pedazo de papel que ambas parecían priorisar... sería una lastima si aquel pequeño pedazo de papel se hiciese añicos...
- je... -
Emití lugubremente mientras escapaba de mi figura algo que iba más alla de la maldad, era algo morboso, abismal, profundo, algo imposible de llenar, algo que de liberarse podría consumir, devorar hasta la más ínfima gota de vida.
Me relajé y contuve al notar las miradas de las mascotillas de la peliroja, probablemente se diesen cuenta de mi desvarío y permití, sin ninguna orden, que uno de mis zorros anaranjados saltase con el hocico abierto a por el "pergamino", su fuerza era la de un digimon campeon, dudaba que las chicas en sus formas humanas pudiesen contra él.

off:

El pergamino estaba hecho de materia mortuoria, de la energía de la que la guadaña era capaz de crear, por lo que un simple mordisco no iba a ser suficiente para destruir aquel contrato. Sin embargo, aun cuando aquel pedazo de papel no era facilmente destructible, Kali, en su forma mega de Beelkomon, hizo uso de sus armas, agarró con sus garras dos de los revólveres ue guardaba en las profundidades de su túnica, y acribilló a balazos al zorro que Vice había creado.

- ...-miré de manera indiferente al animal, sin preocuparme lo más mínimo, y guardé el contrato, el cual ya contaba con la firma de Mashury. Después posé una mano sobre la espalda incorpórea del fantasma de Alyria, y le di un suave empujón. El fantasma finalmente se colocó al lado de Mashury, mirándola durante un par de segundos, para después posar sus muertos ojos en mi persona-. Listo, ya la tienes... Ahora, por favor, el boomerang.

Extendí una mano hacia ella, sin apartar la mirada, con convicción y seriedad. Estaba resuelta a recibir lo mío, y a ver cumplido el trato por ambas partes, así que no me iba a ir todavía de ese lugar... Debía hacerlo por Kenshi y por Freyja.

Las cosas pasaban pero en aquel momento solo me importaba una cosa y era el alma de Alyria. Varias cosas pasaron pero no me importo. Simplemente cuando Zayyn me dio el alma la mire calmada y tranquila tras haber firmado. Entonces le lance el boomerang a la peliroja con mala uva por el mal momento que tenía.
-Ojala te atragantes con el.
Respondi mosqueada y sintiendo lastima por mi amiga muerta pero alegre de poder ver su alma libre al fin.

Off:

Llevé mis ojos de la mano de Mashury hasta su propietaria, de manera vigilante, aguardando a que ella cumpliera su parte del trato. Deseaba esa letal arma, la deseaba con todo mi ser, y sabía que ella también a mí, imploraba ser portada de nuevo por alguien que satisfaciera sus deseos por medio de la violencia... Esa pandora me llamaba, susurraba mi nombre, podía escuchar su reclamo...

<< Zayyn... >>

Mis ojos quedaron fijos en la mano de Mashury, hipnotizados, seducidos por el poder que el arma filosa emanaba... Si tuviera ese arma, podría hacer lo que se me antojara, podría subyugar a quien me diera la gana... Y podría proteger a Kenshi y a Freyja.

<< Zayyn... Zayyn... ¡¡Zayyn!!>>

Parpadeé de repente, la ilusión se había roto, podía ver con racionalidad el arma de aspas. Me había llamado, yo era su elegida, y como tal, iba a hacerla mía... Alcé la mirada verde, hacia Mashury, y cuando ella hizo su lanzada, arrojando el Boomerang de la Tormenta hacia mí, el cual voló girando peligoramente, con sus cuchillas afiladas, en línea recta. Antes de que comenzara a trazar su arco para regresar, mi brazo se movió solo, como movido por un resorte, y se encajó en la obertura del centro del arma, agarrando su mango y deteniendo su trayectoria... El arma arrojadiza giró sobre sí misma, con mi brazo como eje, hasta que, poco a poco, se detuvo, quedando tranuila y a mi merced.

- Eso es...-miré con más atención mi nueva adquisición, cuanto más la miraba, más bella y poderosa me parecía, y más segura estaba de que había nacido para portar a ese monstruo de metal. Con un impulso de euforia, aferré con más tenacidad el manga, y sonreí ampliamente, enseñando los colmillos. Repentinamente, una ráfaga de aire se levantó, rodeando a mi persona-. Jejejeje... -Los ojos verdes brillaron con maldad, contemplando, absortos, aquella maravilla-. Mío es el poder... Mío es el derecho a ejercerlo...

Di un par de pasos hacia atrás, todavía mirando el arma, y sintiendo toda su vibración de poder en mi mano. Con unas últimas y leves risotadas, alcé la mirada hacia mis digimons, y agité la cabeza en una única e irrefutable órden, imposible de ser desobedecida.

- Nuestro trabajo aquí ha terminado. Nos marchamos...-agité la guadaña, creando un nuevo portal de regreso a donde los demás tamers se congregaban todavía. Kali, Rukriel y Fenrir lo cruzaron sin esperarme, mientras yo les dedicaba una última mirada a Mashury, a Vice, y al fantasma de Alyria-. Nos volveremos a ver... Hasta entonces, que os vaya bien-murmuré con una mueca burlona, antes de desaparecer por la puerta interdimensional.

Una vez habiéndolos dejado a los tres solos, aquella entrada comenzó a girar sobre si misma, como una espiral, hasta cerrarse y desaparecer por completo...