[China (Gran Muralla China)] Día de relajación

Las palabras que dijo la Digi-Human fueron como un golpe bajo, esta prácticamente lo había derrotado con las palabras. Suoh soltó una sonrisa de satisfacción, mientras le dedicaba una mirada al Musyamon, para ver cual iba a ser su respuesta, como se "defendería". Por otro lado, Deimons seguía con su mirada clavada en el Digimon Champion, el Digimon alado detestaba a aquellos que decían ser superiores a los demás pero no podían demostrarlo, esos eran denominados como "fracasados".

—Si quieres problemas, ve a buscarlos en el Mundo Digital.—No tenia nada mas que decir, pues Saya ya lo había dejado todo bien claro.

En cierto modo esta humana mitad digimon denominada digi-human, me había subido y bajado y con ellos derrotado solo en el paso que hay humanos de buen corazón que harían lo que fueran por el compañerismo con los digimon. Aún así solo sonreía dando solamente un paso hacia adelante ignorando al Dynasmon y a la Sakuyamon ya que se creerían ciertamente superiores por el simple echo de ser mucho mas fuertes y creer que solo con esos conceptos podrían doblegar la voluntad de alguien.

Si, tienes razón... ciertamente en los viajes que eh llevado a cabo en este mundo me eh dado cuenta de los humanos y su habilidad para entender, ayudar y la amabilidad... pero no puedo dejar de lado que fueron los humanos quienes usaron a los digimons para masacrar al imperio en el que vivía absorbiendo todos sus datos y yo soy de eso el único sobreviviente. Hay amables y torturadores, pero yo que lo perdí todo, no le veo la diferencia.; respondía lo mas amablemente que podía viendo a la digi-human entendiendo sus palabras sin ninguna intención de discutir o reclamar, sino que de aclarar el porque de mis intenciones y de mi mentalidad.

Por cierto, no me llamo como mi forma evolucionada, soy Matires; decía mi nombre por respeto y al ver a esta mujer de cabellos negros a la que no me sabía el nombre como una igual o incluso superior en manera de pensar y en fuerza respetable, haciendo caso al codigo samurai del darle su nombre a un aliado o adversario digno. Mientras decía mi nombre, veía de reojo a los digimon megas y a los humanos que estaban allí dando oído también a la conversación que tenían acerca del virus

-pienso que no es correcto que embales a todos los humanos en un mismo paquete, pero bien, ese es tu camino y no el mío…- suspire con desgano, pues no me podía sacar de la cabeza a la humana y su digimon que conocí hace poco, ¿alguien como ella podría tener malos pensamientos? Su digimon de por sí ya era un virus, y ya ostenta una digievolucion corrupta, y después de las palabras de la diosa zorruna pensé aún más en ellos -no importa, ella ya me enseño suficientes cosas…- masculle para mí misma

Los mire a todos para después volver a suspirar -no sé si deba permanecer con ustedes… las cosas como yo, tenemos la tendencia de ser atacados por ambos lados, refiérome a los digimon y a los humanos…- explique con un dejo de dolor, pues muy pocos seres de ambos bandos habían sido amables, al menos conmigo -y mi nombre es Saya, supongo que deberíamos de llevarnos relativamente bien aunque sea por mera convencía, Matires, ya que ambos somos del tipo que los humanos llaman “Samurái”- mantuve mi mirada seria, puesto que a “mi” socializar realmente no era importante o relevante

—Oye, Zess, ¿podrías hacer que Deimons tome una apariencia humana?—Si iba a darle una apariencia humana a Matires, ¿por qué no hacerlo también con Deimons? No perdía nada con hacerlo, ademas quería ver que apariencia humana tomaría su Digimon.

Por otro lado, Deimons se quedo en silencio con los brazos entrelazados, tenia su mirada fija en Suoh, pues a él no le parecía buena idea, aunque por dentro se moría de ganas por ser humano. ¿Quien lo entendía?

Luego de escuchar a este humano viendo que estaba este hablando con sinceridad y algo de tristeza personal, mi rostro cambio a estar serio estando justo en frente de este mirándole al rostro. En ese momento cerré y abrí los ojos en un momento como estar reflexionando con el único acto de extender mi brazo derecho para delante tendiendo la mano a la espera a la de el, aún así observaba atentamente cual sería su reacción ante estos actos.

Se nota que son amigos... ni pienses comenzar a llorar eh; le decía al humano de cabellos negros pero al mismo tiempo a Sakuyamon que estaba el ambiente algo melancólico, alcanzando a escuchar y observando de reojo a la digi-human.

Quizás otros humanos o digimon le atacaran, pero yo no y creo que tampoco ellos, si quiere alejarse puede hacerlo señorita Saya; le daba una pequeña sonrisa, una que no había echo hace mucho tiempo ya, desde la época que era realmente alegre y feliz.

Aún en mi mente pasaban los recuerdos de estos momentos como en cámara lenta, haciéndome un alto para analizar y reflexionar sobre el porque había salvado a los humanos de este digimon mega que estaba infectado con el virus y esos sentimientos de confianza que estaba comenzando a ver en uno de los humanos al que le hablaba ero sospechando algo, tal vez un mal presentimiento.

Escuchaba con atención las palabras de Sakuyamon que se refería
a nostros, ¿acaso intentara una broma? pensaba dejando que esta terminara ya que de último me hablaba directamente a mi.
En ese momento pensaba en tener apariencia humana y no me imaginaba como sería, además no siquiera sabía si fuera posible eso... espera ¿pensé por un momento en ser humano? podría ser interesante y así no tendría que estar cubierto hasta la cabeza para mantenerme oculto, al menos hasta separarme de este grupo.

De acuerdo, conviérteme en humano

-…..- me quede sin palabras ante lo sucedido, ¿de verdad estos 5 seres discutían antes de mi arribo en el lugar? Todo lo que ocurría me parecía salido de un cuento surrealista, pues de un momento a otro se habían vuelto amigos… estando a punto de que se esbozará la pregunta desde mis labios “¿Qué está pasando aquí?” sin embargo, me abstuve de esto, pues, simplemente no quise que por mi culpa se alargara un tema ya resuelto.

Dado que todos ya tenían un aspecto humano, podríamos pasar de a ser percibidos, o al menos un poco más que antes, pues sus aspectos ahora, seguían siendo llamativos a la vista. Pero en ultimadas cuentas, aún era, por mucho mejor que andar con 3 creaturas poco comunes para la mayoría de los humanos.

Deimons empezó a cambiar su forma Digimon a la de un humano, ahora se había su apariencia era de un joven de cabello azul marino oscuro, largo hasta sus pectorales, más o menos, y recogido en una cola, en la parte superior un poco acortado, dejando que un flequillo oculte uno de sus ojos, los cuales son de color rojo rubí que llaman mucho la atención cuando se le ve. Posee piel bronceada y pareja, además de una encantadora sonrisa. Sus cejas son profundamente negras y bien marcadas, además de que en su rostro resalta el hecho de tener una marca que cruza de uno de sus pómulos al otro, pasando sobre su nariz. Es considerablemente alto [Mide 1.83 mts] y fornido, tienes sus músculos bien marcados en su abdomen, dorso, espalda, pectorales, brazos y piernas. Tiene un tatuaje que va desde su hombro y antebrazo, hasta su pectoral derecho, color negro. Su vestimenta llama mucho la atención, ya que usualmente utiliza kimonos con estilos florales, que muestran parte de sus pectorales, y bajo este se ata una venda en la parte baja del abdomen y finalmente un pantalón descolgado. Como accesorios se destaca su extraño collar y unos guantes. Siempre anda con una espada enorme colgada, obviamente con un permiso, la cual sólo usa en situaciones especificas. Cabe resaltar que llama mucho la atención del público femenino.

—Vaya... ¿A si se siente ser un humano?—Dijo mientras se echaba un vistazo a él mismo, estaba sorprendido con su nueva apariencia humana. Le dedico una mirada a Selene e hizo una leve reverencia japonesa como agradecimiento por haberle dado aquella apariencia.

Tan pronto como accedí que me volviera humano la digimon llamada Selene, había pasado a cambiar mi condición física por la de un humano, quedándome sorprendido por la habilidad de esta digimon al cambiar de apariencia ella también y al Dynasmon que estaba allí igual quedando ante todas las demás personas como un grupo de chicos normales.

Me inspeccionaba con detalle dándome cuenta que ahora era un humano de piel pálida con cabellos lisos de color morado oscuro tapando mechones de estos mi ojos derecho que viendo una ventana de vidrio pude relucir que poseía ojos de color verde, de complexión delgada y contextura media con la altura de unos 1.85 cm. Me crucé de brazos viendo la vestimenta que llevaba una camisa blanca como la llevaban estos humanos que iban a trabajar, teniendo en el cuello una clase de pañuelo de textura muy lisa por lo que a deducción estaba echo de seda y encima de este conjunto llevaba una chaqueta de apariencia como de mayordomo de color negro con botones y brillos blancos luciendo estupendamente bien a mis ojos, uniéndose también con el trajesito unos guantes negros bien cómodos, usando también unos pantalones negros del mismo material de la chaqueta y zapatos negros bien formales, luciendo como los humanos dicen ''muy guapo''.

Ser un humano....; balbuceé para mi viendo luego a los humanos de al rededor pasando de largo pero algunos que eran mujeres se detenían a sacar unas fotos y a no parar de observar hacia nosotros. Tanto que nos miran estas personas ¿nos habrán descubierto ya?

-comida…- me di cuenta de que en, quizá, bastante tiempo, no había probado bocado, más allá de lo que aquella tamer me dio en el último pueblo en el que pare. Al pensar en ello me di cuenta que aunque lo parezca, no soy realmente humana, pero tampoco un digimon, al menos no comparado con ese barril sin fondo que aun en su forma bebe, come sin parar -nunca eh probado la comida de este país, al menos no que yo recuerde, pero tengo dinero… pero puede ser que no sirva de mucho…- saque del bolsillo de mi falda un fajo de papeles de algún verde olivo simple que la tamer me había facilitado, realmente no sabía que tan útiles podrían llegar a ser, solo sabía que eran demasiados, alrededor de 100 de ellos, además de que me proporciono una serie de números, que según ella, en diversos sitios donde a los humanos les daban de estos papeles, a mí también me podrían proporcionar más. -¿nos servirán en este país?- cuestione con un dejo de curiosidad, pues nunca en la vida había usado lo que se denominaba como “dinero” pero debía de reconocer, que sentía una fuerte curiosidad por intercambiarlo por cualquier cosa por inútil e imparcial que pudiese llegar a ser.

Spoiler:

Al igual que Zess y Saya, Suoh tenia hambre, pues desde que había llegado a China no había hecho nada mas que discutir con Matires, pero era tiempo de una merecida comida. La comida china no es que fuera la mejor, ni la mas gustosa, pero comería lo que fuera con tal de saciar su hambre.

—Que buena idea, Zess. Ya me estaba muriendo de hambre.—Suoh también tenia con que pagar su comida y la de su camarada, y si era necesario, ayudaría a pagar lo que comiera Matires.

Por otro lado, Deimos aun seguía recibiendo los disparos de las cámaras, y unas que otras veces se tomaba fotos con alguna chica bonita, si que lo estaba disfrutando. Segundos después, camino hasta Suoh y los demás, ya que también quería comer algo.

Luego de muchas mas fotos ya teniendo idea del porque de eso por parte de Selene y del obvio sentido común, las humanas ofrecían fotos junto al Dynasmon que tenía forma humana pareciendo amigos en ese momento o lo que a simple vista se daba a notar. Después de varias fotos mas y algunos papeles con números que solo conocía algunos volvía donde el grupo sin saber para que era eso pero una parte de mi lo estaba disfrutando y otra parte se contenía para no armar un escándalo.

... Quizás con esto sirva, o ¿en este país se usa otro?; sacaba del bolsillo del pantalón una pequeña bolsa de piel sacando de este 5 dólares sin saber si funcionara o si esa cantidad equivalía aquí a mucho o a poco. De todas formas seguía al grupo porque al igual que a mi, teníamos hambre.

A medida que íbamos caminando, me acerqué a la digi-human llamada Saya caminando a su lado viendo que no tenía ningún rastro de ser digimon con excepción de su presencia y sus ojos, estando aún sorprendido y con curiosidad al ver que habían digimons con capacidades de convertirse y otros en convertir digimons en humanos. ... Saya, para ser humana ¿usas el mismo método que se uso en nosotros?; hablaba con seriedad aún así queriendo mostrar mas serenidad y ser algo amistoso aunque no se e diera bien eso, en todo caso quería solamente saber el como se podía cambiar de forma.

Los flashes de las cámaras y la insistencia de los humanos hacia conmigo me volvían loca, al grado de tener que afirmar cientos de veces que ya tenía pareja y que esta persona vendría a casi atarlos a golpes si me seguían agraviando, quizá fue la expresión en mi rostro lo que hizo que me dejaran en paz más que mi amenaza pero dado que era algo que no importaba realmente simplemente seguí al resto cuando nos movilizamos. Mientras caminaba junto a los demás; perdida en mis pensamientos y andando por mera inercia, el digimon samurái, me cuestiono sobre mi método para realizar la transformación de digimon a humano. Lo cierto era que, la realización de aquello lo llevaba a cabo inconscientemente, simplemente era algo que sucedía y ya de tal forma que, para mí, era algo parecido a la evolución de un digimon en in-training a rookie, sucedía y listo, por lo que termine dirigiendo mis ojos a los de Matires y con mi clásica inexpresividad le dije -es solo algo que sucede y ya- hice una leve pausa para después continuar -siendo honesta, no tengo ni idea de muchas de las razones de mi existencia, desde hace un par de meses, solo viajo con la intención de encontrar respuestas a eso… es como si yo te preguntara ¿sabes quién creo a los digimon y porque razón?-

Suoh no tenia problema en ayudar a pagar la comida junto a Zess, después de todo, no era un tipo que fuera ambicioso al dinero ni mucho menos envidioso. Escucho decir a Zess mencionar un nombre... ¿Nath? ¿Quien era ese chico? Bueno, fuera quien fuera no era de su incumbencia, así que siguió caminando, mientras escuchaba la conversación que tenían Matires y Saya.

—¿Y que hacías aquí en China, Zess?—No se había vuelto a ver con Zess desde que regresaron de la Atlantida en busca de la cura para el virus del Digimundo, pero que dicha ciudad no tenia ninguna cura, pero que tratarían de crear una.

Hablar con la digi-human llamada Saya era cada vez mas parecido a jugar una partida de ajedrez y estar a la par, yo movía una pieza y ella se defendía con 2 mas y me atacaba al igual, aclarándome que el hablar con ella no sería tan sencillo como imaginé, habiendo luego un silencio incómodo ante la respuesta y luego la pregunta de esta mujer humana mitad digimon.

Buena pregunta que no se la respuesta... solo preguntaba porque no conocía a digimons capaces de cambiar de forma a humanos; dije con dudas notando que podría ser muy cerrada, detestaba que le hablara o simplemente algo muy raro le estaba ocurriendo.

Quedé en silencio luego que Saya me dejara verbalmente en jake-mate escuchando y asintiendo con la cabeza al escuchar al humano de cabellos negros decir que el y Suoh invitarían la comida, osea que la pagarían, pero se me hizo una duda ¿quien es ese llamado Suoh? tras varios segundos recordando los nombres que se habían dicho en varias ocasiones, supe que se refería al sujeto del cabello a colores, escuchando atentamente su conversación observando de reojo a Saya mientras seguíamos caminando.

OFF:

Suspire con un dejo de desgano, ni yo misma entendía por qué seguía con este grupo, usualmente me hubiese ido por mi propio camino, o por lo menos, no estaría siendo tan… conversadora. Sea como fuese, ya estaba aquí, y simplemente me tendría que resignar a la toma de decisiones echas -¿entraremos o no?- pregunte con un dejo de fastidio, pues ya llevábamos algo de tiempo afuera del sitio donde comeríamos, pero aun no entrabamos, lo cual se volvía extraño puesto que, simplemente estábamos de pie afuera del restaurante conversando, en lugar de simplemente entrar como cualquier otro comensal.

En lo que esperaba la decisión de los demás, percibí un aroma extrañamente familiar. Mi cuerpo instintivamente se movió por sí mismo ubicando rápidamente el sujeto, o más bien, sujetos que irradiaban el aroma, entrando sin más al restaurante y yendo hasta ellos. Un poco increíble, pero cierto, eran la humana y su digimon que conocí en aquel pequeño pueblo nevado, sin más empecé una conversación con la tamer, luciendo quizás, por completo diferente a mi seriedad de antes -¡hey! Tiempo sin vernos, ¿Dónde estabas? ¿Todo ha ido bien? ¿No has tenido otro percance como el anterior?- pregunte prácticamente sin dejar que respondiera a ninguna de mis preguntas, dejando entre ver una especie de angustia y agresividad entremezcladas, hasta que recordé que venía con otro grupo, señalándoles con un leve sonrojo en mi rostro -vengo con ellos, le ayude con una pelea…- medio logre explicar, para después regresar a mi estado de preocupación agresivo -¿Por qué no ayudaste? Tu digivice localiza digimon, ¿Dónde estabas? ¿Estuviste aquí comiendo tranquilamente, mientras nosotros peleábamos?- azote la mano en la mesa, nuevamente sin dejarle responder más nada.

Me encontraba tranquilamente en un restaurante junto a Gigimon, haciendo algo en lo que él era un experto, obviamente, comer, comer y comer, principalmente lo que era su encanto, o sea, comer pan. ¿Cómo llegue a China? Simple, recibí una alerta de parte de Dats en la terminal de batalla, pero al llegar, la anomalía ya no era registrada, por lo que simplemente me dispuse a hacerle caso al regordete digimon en mis brazos y buscar algo de comer antes de investigar; o eso se suponía pues una adolecente entro de golpe al restaurante en el que estábamos y sin mediar explicación empezó a conversar conmigo, más bien, a tirarme una ametralladora de preguntas, entre que intentaba seguirle el paso y trataba de pensar en una respuesta a sus preguntas, recordé quien era, y más aún al recibir la alerta en mi digivice de mas digimon en la zona. -eh… estuve en Japón con una digimon que conocí… y, Gigimon y yo hemos estado bien…- forcé una media sonrisa, pues repentinamente la “adolecente” cambio su humor y señalo a un grupo de personas, 3 de ellos, en mi digivice aparecían con la alerta de digimon, y para rematar, el de cabello negro aparecía en la lista de buscados de Dats. Como no recibí ninguna orden de capturarle o algo parecido, preferí no decir nada del tema y solo hacer un ademan con la mano a manera de saludo, para inmediatamente ser atrincherada con otra lluvia de preguntas por parte de la falsa humana -n-no llevamos ni 5 minutos aquí, te lo juro… la cosa esta…- señale la terminal de batalla en mi brazo -me alerto de una anomalía en este país, pero cuando llegue a investigar, ya no recibí nada… discúlpame… debí indagar más…- logre decir para terminar pasando saliva con una cara de estupefacción y un poco de miedo, ella, justo ahora, parecía una especie de madre o hermana mayor regañándome, al darme cuenta de eso me reí un poco y mire al resto de su grupo -pasen, la comida de este sitio, al menos el pan, es buena- les sonreí amablemente para que se animaran y me acompañaran a mí y mi glotón digimon -tú también siéntate Saya, atraes más la atención que mi extraño y rechoncho “cachorro perruno” rojizo-

Todos entraron al restaurante, y Saya saludo a una chica que al parecer se conocían desde antes, claro que Suoh tambien la reconoció, ¿como no hacerlo? Si ella es miembro de esa organización... DATS. Después de que él fue expulsado sin razón alguna de dicha organización, les cogió rencor, e iba a hacer todo lo posible para verlo caer, ¿y que mejor que unirse a esa organización de "terroristas" para poder cumplir con su objetivo?

Suoh y Deimos se sentaron en la mesa en la que se encontraba la chica, ¿cual era su nombre...? Mi... Misa... ¡Misaka! Si, Misaka Mikoto, se acordó porque ambos eran "Mikoto". No vendría nada mal un saludo, pues antes eran aliados, ¿no?

—Ah, hola... Misaka, ¿no?—El pelirrojo estaba esperando a que ella lo reconociera, aunque tal vez la chica no se hubiera topado con él, durante su estadía en DATS. Por otro lado, Deimos se encontraba de brazos cruzados y serio, observando como aquel Gigimon comía felizmente su pan, ver eso le saco una leve sonrisa en su rostro, siempre le había agradado ver a los Digimons en su etapa de Bebe II

Solamente entre al restaurante al ver a la mayor parte del grupo irse donde una humana mas con un digimon en etapa bebe, ¿acaso este día era el de arrinconar al digimon salvaje? primero 2 humanos con compañeros digimons de rango mega convertidos en humanos, una digi-human que como dice su nombre es humano y digimon pero al mismo tiempo se siente que no es así tampoco y ahora otra humana en escena con un digimon, realmente en ese momento pensaba que todo era una trampa para acorralarme y destruirme... o eso fue lo que pensé por unos segundos luego de poder sentir el aroma a comida que este restaurante despedía.

Solo quedé con los brazos cruzados sin decir nada estando con la apariencia humana que Selene la Sakuyamon me había otorgado por mientras. En realidad solo esperaba el momento de poder sentarnos en algún sitio y poder comer un poco sin importar si se tratara de un simple pan o alguna fruta.

Sin más me senté al lado de la niña del digimon rojizo, afilando mi mirada mientras la analizaba; siendo sorprendida por que Souh la conocía, aunque parecía ser solo de vista. Otra cosa que capto mi atención, fue que Zess, su digimon y Matires se fueron a otra mesa, ¿acaso tenían enemistad con esta niña? Me quede analizando a todos por unos momentos, se suponía que la niña pertenecía a una organización que se le podía considerar “los buenos” pues ayudaban desinteresadamente aun a costa de sus propias vidas, lo que me llevo a pensar ¿acaso me alié con los “malos”? al fin de cuentas, yo solo detecte a un grupo de digimon atacando a otro y sin pedir explicación o algo parecido a ello, me uni al ataque -¿hey? La anomalía que registraste, ¿fue un digimon infectado con el virus?- pregunte con un dejo de seriedad más alto de lo habitual en mí, aferrándome a la orilla de la manga de su blusa -espera, olvídalo, no importa realmente…- regrese a mi seriedad habitual y me dedique a ver a su pequeño digimon que disfrutaba felizmente de sus alimentos

-….- suspire abatida, pues el de cabello negro vilmente prefirió sentar a comer con otros 2 que con nosotros, pero después me di cuenta que eso sería lo normal, después de todo, Dats lo persigue… -¿heh…?- reaccione al escuchar mi nombre, esta ves no fue de parte de la digi human, sino de parte del pelirrojo, mirándolo más detenidamente, recordé que estaba en alguno de los informes del personal de Dats, nunca había hablado con él, pero recordaba su nombre, después de todo, tenía el mismo que yo -sip, soy Misaka, Misaka Mikoto- me presente sonriendo , y tú eres Souh, Souh Mikoto, ¿verdad?- mantuve mi sonrisa para después devolver mi mirada a los otros 3, pero justo cuando iba a volver a invitarlos a nuestra mesa, Saya me intercepto con una pregunta algo rara, pero cuando iba a responderle ella misma me volvió a interrumpir -erm… Souh, nunca te eh visto en los cuarteles de Dats, ¿Por qué?- pregunte muy curiosa mientras que Gigimon se encargaba a seguir comiendo tranquila y despreocupadamente

Solo seguía a Selene y al humano de cabello negro y piel clara que me había olvidado de su nombre a una mesa apartados de los otros y de la chica con el digimon rojizo que aunque no sintiera nada malo en ellos, algo me hacía sentir algo inquieto sin querer entablar conversación con ellos por unos instantes por lo menos sentándome en una silla que justo daba la vista al frente con la mesa que estaban los otros digimons y personas.

Huele bien...; tras ordenar ramen al igual que los que me acompañaban en la mesa, comenté eso hasta escuchar algo que decía Saya sobre lo del digimon infectado por el virus ¿ quedando ese instante en silencio bajando la cabeza un poco algo desanimado al sentir que en este lugar no podría hacer nada y tampoco sabía como volver o de que manera ayudar para recuperar a su antigua gloria el digimundo, es decir, en ese momento no era mas que un cobarde e inútil

—No me has visto porqué me he retirado de DATS, por el momento soy... Independiente.—Justo cuando le respondió la pregunta de Misaka, un camarero se acerco a la mesa para tomar su pedido, Suoh pidió dos tazones de ramen, uno para Deimos y el otro era para él.

Deimos se encontraba en silencio mirando al pequeño Gigimon, y se acordaba de cuando era un Digimon de esa misma etapa, deseando ser alguien fuerte, y mírenlo ahora... Un Digimon de etapa Mega y rodeado de buenas personas. Le dedico una mirada a la humana, que parecía ser su camarada, para preguntarle que si podía cargar por un momento al Digimon de etapa bebe II.

—Señorita Misaka, ¿le molesta si cargo un rato a su Gigimon?—El Digimon de ojos carmesí, en su forma humana, esperaba alguna respuesta positiva de parte de la chica, este no iba a hacer nada malo, solo queria entablar algún tipo de amistad con el Gigimon.

-yo quiero lo mismo que ella…- exclame con cierta duda, dirigiéndome al mesero, pues no tenía ni idea de que poder para comer, pero como parecía que el Gigimon disfrutaba ampliamente del pan relleno, supuse que estaría bien probarlo.

Termine a la expectativa de como irían a responder el digimon rojo y su tamer ante la petición del digimon disfrazado de humano; el problema no era tanto ella, pues si bien estaba paranoica con la evolución errónea de su compañero, este no podía vivir sin ella, ni siquiera ser alejado de la misma. Termine suspirando y percatándome que Zess salía repentinamente del restaurante y se ponía a hacer lo que parecía una verdadera afición para él, que era fumar. Dándome cuenta de que la presencia de la niña junto a mí le incomodaba ampliamente, no entendía él porque claramente pero quizás ya se conocían de algo.

Bostece levemente, no sin antes cubrir mi boca con el dorso de mi mano, estar sentada y tan tranquila hacia que mi cuerpo se sintiera cansado y a mi mente somnolienta, sin más, me recargue en el brazo de la niña esperando no incomodarla o algo parecido; de verdad que me afectaba estar días sin descanso y aparentemente, también me afectaba no alimentarme… -(tengo la sensación que recibiré una reprimienda…)- pensé con desgano, para después volver a suspirar -bueno, supongo que si lo hace, implicaría un rastro de preocupación así mi-) extraña y repentinamente me inundo el sentimiento conocido como alegría [color=#ff0000][-(estar en contacto con los humanos me está afectando…)-/color] fue lo último que pensé antes de empezar a quedarme dormida

-entiendo…. (creía que los que se salían de Dats, sin importar el motivo, se les borraba la memoria de lo sucedido en la organización…)- pensé incrédula, para después quitarle importancia al asunto y seguir sin causar mayor problema -¿me podría traer un par más de estos panes rellenos?- pregunte curiosa al mesero, pues Gigimon ya había arrasado con nuestra orden anterior y era evidente que no estaba satisfecho aun; antes de irse este asintió a nuestras peticiones -¿huh?- me tomo por sorpresa la petición del compañero de Souh -¿Por qué me pides permiso?- lo mire despectivamente, pues parecía que Gigimon era más un objeto que mi mejor amigo -¿Cómo ves Gigimon? ¿Quieres que él te cargue?- dirigi mi mirada por completo al pequeño glotón en mis piernas

-¿heh…?- estaba por completo perdido en su comida… -…..- se le quedo viendo al digimon con aspecto de humano por unos segundos con la boca entre abierta, para después gritar -¡no! De seguro se quiere robar mi pan- lo miro con recelo, mismo que uso para abrasar su ultimo pan con sus pequeñas patitas, haciéndolo ver, más que amenazante, sumamente tierno

-no tienes que ser tan grosero…- le di un leve golpe de karate en la cabeza para que dejara su actitud huraña -discúlpalo, ¿si? es muy celoso con su comida… y conmigo… pffff… ¿heh?- sentí un peso extra en mi brazo, dándome cuenta que la digi human me estaba usando de recargadera -¡lo sabía! Sufres de cansancio, ¿Cuándo fue la última vez que dormiste? ¿al menos has estado comiendo? De verdad que contigo….- me enoje con ella, parecerá muy seria y “yo todo lo puedo” pero al final era prácticamente igual de infantil que Gigimon, y para rematar me di cuenta que tenía los ojos cerrados -¡hey! ¿tan siquiera me estas escuchando?- le pellizque una mejilla para después soltar y chasquear la lengua -de verdad que… pffff…- desvié la mirada y vi al buscado por Dats fuera del restaurante fumando, ¿es que me odiaba tanto? -me apuesto a que conoce a Alec… y de seguro le hizo o dijo algo…- murmure para mí misma realmente indignada

Estaba sentado comenzando a comer el ramen sosteniendo los palillos con algo de aburrición para luego ver al humano de cabellos negros que salía del restaurante notando en el un leve temblor. ¿Quizás sea miedo, o sera cansancio? paso por mi mente esa pregunta al ver de reojo a través de la ventana a ¿Zess? al parecer así era su nombre que era para mi difícil de recordar.

... Ahora en humanos... no hay nada que disculpar, no se ve como alguien que haría desastres o influenciado por algo, pero después de todo no soy nadie para juzgarlo... disculpa por dejarte sola, no tengo mucha hambre y quiero aire; decía con algo de seriedad expresando mis ojos vacíos y algo triste al ver que tanto este mundo aunque tenían problemas, el panorama de este se veía mucho mas pacífico que la primera vez que llegué.

De inmediato me levante de la mesa, observando de reojo mientras caminaba a los sujetos de la otra mesa como hablaban, se expresaban con naturalidad percatándome de la chica que tenía al Gigimon salir del restaurante, saliendo yo detrás de ella deteniéndome al lado del joven pálido de cabello negro.

Aunque no me guste... ¿podemos hablar?; veía para delante con mis brazos cruzados estando al lado de este.

Off:

Suoh rió un poco ante la reacción que tomo el pequeño Gigimon, cuando Deimos pidió cargarlo, pues su respuesta había sido: "¡No! De seguro se quiere robar mi pan". Por otro lado, Deimos le mostró una sonrisa tanto al Gigimon como a su Tamer, pues no había de que disculparse. Poco después, llego el camarero con los pedidos de los chicos, dándole a cada uno su comida correspondiente, para luego regresar a la cocina.

—Bien. ¡Vamos a comer!—Cuando termino de hablar el pelirrojo, de su Digivice surgió una pequeña bola roja con tres cuernos en la cabeza, la cual aterrizo sobre la mesa y se puso a comer del tazón de Suoh.—¡Kiaa! Athan, regresa al Digivice.—El pequeño Digimon de etapa bebe I no le hacia caso, y prefirió seguir comiendo del tazón. No había caso discutir con un Digimon de esa etapa, así que decidió dejarle que comiera un poco.

Deimos reía entre dientes, al ver como el nuevo integrante del equipo salio a comerse el ramen de Mikoto, segundos después, el pelinegro tomo los palillos y comenzó a comer de su ramen.

Off 2:

Viajar a New York no había sido del todo decepcionante, pues tuvo el privilegio de conocer a su compañero Digimon, pero por otro lado, había sido un poco decepcionante, pues la Estatua de la Libertad... ¿Que había podido hacer tal cosa tan atroz? Lo único que sabia, era que iba a hacer todo lo posible para capturar a los culpables y darles una lección por sus malos actos. Por el momento, se iba a dedicar a pasar tiempo con su nuevo amigo, ¿y qué mejor que ir a China para disfrutar de un buen tazón de ramen? Era justo en ese lugar en donde se encontraba Nathaniel en estos momentos, primero visito la Gran Muralla China, habían algunos destrozos en aquel lugar, pero debía de ser por la antigüedad o... Tal vez no.

Decidió pasar por el primer restaurante que se encontrara en el camino, y lo primero con lo que se topo fue con... ¡¿Luka?! Vaya. Pero que sorpresa, encontrarse a su novio en un mismo lugar, que gran coincidencia, ademas de ser novios, tenían los mismos gustos. Se acerco sigilosamente al pelinegro, antes de montarse en su espalda y taparle los ojos, queria darle una gran sorpresa.

-Adivina, ¿quien soy?-Seguía sobre su espalda y tapando sus ojos, si era un buen novio, lo reconocería aun estando a ciegas, ¿o no?