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Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
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Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Mordí el pedazo de carne asada por un extremo, mientras que el Agumon de delante mía tiraba del otro, de manera que la carne parecía estirarse, dándonos a los dos aspecto de sabuesos.
- ¡Es mío, lagartija!
- ¡Ni hablar, humano! ¡Tengo más hambre que tú, y yo lo vi primero!
¿Qué cómo había llegado a hacer eso? Sencillo. Aquel digimon y yo nos habíamos encontrado una bolsa entera llena de comida y ahora nos disputábamos por toda ella, a ver quien era el que arrancaba el.trozo más grande de aquella pieza de carne.
- ¡Un humano no me ganará!
- Tengo una noticia que darte: ¡ No soy un humano!
De alguna manera era verdad, podía parecer un humano, pero era algo mucho más que eso. Mi fuerza, mi velocidad y mis sentidos me delataban.
- ¡Es mío, lagartija!
- ¡Ni hablar, humano! ¡Tengo más hambre que tú, y yo lo vi primero!
¿Qué cómo había llegado a hacer eso? Sencillo. Aquel digimon y yo nos habíamos encontrado una bolsa entera llena de comida y ahora nos disputábamos por toda ella, a ver quien era el que arrancaba el.trozo más grande de aquella pieza de carne.
- ¡Un humano no me ganará!
- Tengo una noticia que darte: ¡ No soy un humano!
De alguna manera era verdad, podía parecer un humano, pero era algo mucho más que eso. Mi fuerza, mi velocidad y mis sentidos me delataban.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Bosque. Árboles, ramas, hojas, matorrales, animales, raíces, plantas, líquenes, hongo, bichos... Todo eso era lo que veía la albina mientras que iba maldiciendo la situación. No había un sendero claro, solo árboles y más árboles para guiarse. Y eso no contaba ni tan siquiera como una buena guía, por lo que la humana juraría que solo se dedicaba a dar vueltas en círculo por toda esa extensión llena de vida.
Saltó para pasar por encima de una raíz que había quedado algo más elevada que el terreno circundante, quizás porque hubiera habido un hundimiento o un terremoto que hubiese provocado ese desnivel. Se escurrió hacia el otro lado, cabreada con su mala suerte. Pensando en lo que había pasado hacía apenas un par de minutos:
Como no, iba andando tranquilamente por el bosque, pero en una zona donde sí había camino. Iba haciendo el tonto, por el mero hecho de entretenerse y conseguir sacar alguna risotada de su compañera. Por ello, en un momento dado decidió que era buena idea subirse a una roca, justo al lado de un precipicio de entre 10 y 15 metros de altura. Muerte segura si caías.
Y eso fue lo que pasó, la roca se desestabilizó al recibir el peso extra de la humana, puesto que estaba en su mayor parte en el aire, solo se sujetaba por una mínima parte a la pared.
- ¡Ay!- no pudo evitar quejarse al caer, por suerte, al haber caido la roca debajo de ella, apenas recibió daños, más que en la rabadilla.
- ¡Jul! ¿Estás bien?
- Sí, no te preocupes.
- Ahora bajo, no te muevas de ahí- se notaba el alivio en la voz de la cachorra.
- ¡Nein! Tenemos que ir por el camino de arriba, no puedes bajar hacia aquí, ahora subiré yo. No creo que sea muy difícil encontrar un camino.
Dicho eso, se internó en el bosque, sin más compañía que la de Julbird y el dispositivo.
Si en ese momento no hubiera decidido ir sola al menos ahora tendría alguien con quién hablar. Porque con el pollito era complicado, no sabía bien del todo qué es lo que la respondía. Cosas que tiene que no haya diccionarios humano-pollo, pollo-humano.
Escuchó un ruido mientras caminaba, al parecer había algo cerca. Quizás eran personas, y por lo menos así podría hablar con alguien. Y si había suerte que la indicaran el camino para subir. Se acercó al lugar, saliendo a un claro, donde una escena ridícula ocurría. Un humano y un digimon se estaban peleando por un trozo de carne como si fuesen tan solo un par de bestias. La cara de poker de la albina fue de talla épica, era surrealista ver esa escena.
Se hubiera marchado, de no ser porque el olor a carne le llegó al olfato y su estómago gruño con fuerza. Decidió acercarse para ver si podía quedarse ella con el trozo de carne, aunque por ahora mejor tratar de hacerlo negociando.
- Buenos días ¿Sabéis como subir a la parte alta del bosque?- preguntó como quien no quiere la cosa, para despues fingir que abría los ojos anonadada por lo que veía.- ¿Pero qué hacéis? No veis que así desaprovecháis la carne. Quizás deberíais hacer una competición para ver quién se queda con la carne. Pero claro, yo no pinto nada aquí... Así que, podéis ignorarme y seguir peleando como simples bestias.
Saltó para pasar por encima de una raíz que había quedado algo más elevada que el terreno circundante, quizás porque hubiera habido un hundimiento o un terremoto que hubiese provocado ese desnivel. Se escurrió hacia el otro lado, cabreada con su mala suerte. Pensando en lo que había pasado hacía apenas un par de minutos:
Como no, iba andando tranquilamente por el bosque, pero en una zona donde sí había camino. Iba haciendo el tonto, por el mero hecho de entretenerse y conseguir sacar alguna risotada de su compañera. Por ello, en un momento dado decidió que era buena idea subirse a una roca, justo al lado de un precipicio de entre 10 y 15 metros de altura. Muerte segura si caías.
Y eso fue lo que pasó, la roca se desestabilizó al recibir el peso extra de la humana, puesto que estaba en su mayor parte en el aire, solo se sujetaba por una mínima parte a la pared.
- ¡Ay!- no pudo evitar quejarse al caer, por suerte, al haber caido la roca debajo de ella, apenas recibió daños, más que en la rabadilla.
- ¡Jul! ¿Estás bien?
- Sí, no te preocupes.
- Ahora bajo, no te muevas de ahí- se notaba el alivio en la voz de la cachorra.
- ¡Nein! Tenemos que ir por el camino de arriba, no puedes bajar hacia aquí, ahora subiré yo. No creo que sea muy difícil encontrar un camino.
Dicho eso, se internó en el bosque, sin más compañía que la de Julbird y el dispositivo.
Si en ese momento no hubiera decidido ir sola al menos ahora tendría alguien con quién hablar. Porque con el pollito era complicado, no sabía bien del todo qué es lo que la respondía. Cosas que tiene que no haya diccionarios humano-pollo, pollo-humano.
Escuchó un ruido mientras caminaba, al parecer había algo cerca. Quizás eran personas, y por lo menos así podría hablar con alguien. Y si había suerte que la indicaran el camino para subir. Se acercó al lugar, saliendo a un claro, donde una escena ridícula ocurría. Un humano y un digimon se estaban peleando por un trozo de carne como si fuesen tan solo un par de bestias. La cara de poker de la albina fue de talla épica, era surrealista ver esa escena.
Se hubiera marchado, de no ser porque el olor a carne le llegó al olfato y su estómago gruño con fuerza. Decidió acercarse para ver si podía quedarse ella con el trozo de carne, aunque por ahora mejor tratar de hacerlo negociando.
- Buenos días ¿Sabéis como subir a la parte alta del bosque?- preguntó como quien no quiere la cosa, para despues fingir que abría los ojos anonadada por lo que veía.- ¿Pero qué hacéis? No veis que así desaprovecháis la carne. Quizás deberíais hacer una competición para ver quién se queda con la carne. Pero claro, yo no pinto nada aquí... Así que, podéis ignorarme y seguir peleando como simples bestias.
Julchen
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Solté un grave gruñido para intimidarle, pero él hizo lo mismo. Si eso fuese una serie manga, ambos habríamos tenido los ojos con forma de medio circulo blanco inclinado. Tiré hacia mi lado, estirando la carne, y el Agumon hizo lo mismo, empezamos a separarnos casi un metro, justo cuando la voz de una mujer hizo acto de presencia en el lugar.
- Calla, ¿no ves que estamos ocupados? Grrrrr...
No solía comportarme así de borde con los demás, pero la comida era la comida. Era sagrada y nada haría que perdiese mi oportunidad de quedármela.
El Agumon era duro, vaya que sí. Ambos parecíamos estar en nuestro límite, pero él era un digimon, y ya pensé que me iba a ganar cuando de repente abrió sus fauces, soltando la carne. Debido a que había estado tirando a tope caí hacia atrás, dándo una vuelta como una pelota. Me coloqué sentado en el suelo, con la cabeza dando vueltas por el mareo.
- Uh... al menos he ganado
- TETAS *0*-gritó el Agumon, lanzándose a abrazar a la chica.
Que, por cierto, ahora que la miraba, casi parecía un fantasma. Tenía el pelo blanco como la nieve, y la piel muy, muy pálida. El rojo de sus ojos contrastaba con su palidez. Unos ojos rojos como los míos.
- E- e- e--tartamudeé.
- Calla, ¿no ves que estamos ocupados? Grrrrr...
No solía comportarme así de borde con los demás, pero la comida era la comida. Era sagrada y nada haría que perdiese mi oportunidad de quedármela.
El Agumon era duro, vaya que sí. Ambos parecíamos estar en nuestro límite, pero él era un digimon, y ya pensé que me iba a ganar cuando de repente abrió sus fauces, soltando la carne. Debido a que había estado tirando a tope caí hacia atrás, dándo una vuelta como una pelota. Me coloqué sentado en el suelo, con la cabeza dando vueltas por el mareo.
- Uh... al menos he ganado
- TETAS *0*-gritó el Agumon, lanzándose a abrazar a la chica.
Que, por cierto, ahora que la miraba, casi parecía un fantasma. Tenía el pelo blanco como la nieve, y la piel muy, muy pálida. El rojo de sus ojos contrastaba con su palidez. Unos ojos rojos como los míos.
- E- e- e--tartamudeé.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
El humano, un chico pelirrojo, masculló algo hacia Julchen. Pero la albina simplemente se quedó con cara de póker de nuevo. No le había entendido nada porque tenía un trozo de comida metida en la boca, así que, la vocalización era casi inexistente. Se puso a pensar en otro tipo de plan para conseguir hacerse con la carne.
Pero otra cosa ocupó su atención antes. Pues al escuchar la palabra tetas se tensó. Sabía que era lo siguiente que iba a hacer el dinosaurio, saltar y tratar de enterrar ese cabezón entre sus pechos, pero... ¡Con ese pedazo de cabeza la iba a hacer un boquete de lado a lado!
Además, no le gustaba que gente poco asombrosa la tocara, así que, le dio una patada voladora en pleno hocico para mandarlo a volar. Al llevar falda y hacer ese movimiento, seguramente se la viese la ropa interior dándole una buena vista al pelirrojo, pero casualmente en ese momento una hoja cayó de las ramas, censurando cualquier cosa que pudiera haberse visto.
- ¡No se toca a la increíble yo, sin mi consentimiento!- grito al reptil, con los puños cerrados y una posición de pelea. Si quería tocarla sería por encima de su cadáver. Y no, no iba a asustarse porque fuese un digimon.
Sentía la mirada del pelirrojo puesta en ella, pero en ese momento estaba ocupada tratando de hacer que el agumon desistiera de tocarla. Así que, no le miro en ningún momento. Pero rogó acabar pronto para tener al menos algo que llevarse a la boca.
Pero Julbird sí que fue la que se acercó al chico, además sabiendo que iba a ser movidito el estar en la cabeza de su dueña.
Se posó en el hombro de Naois, y le miró.
- Piuuuu piii
Pero otra cosa ocupó su atención antes. Pues al escuchar la palabra tetas se tensó. Sabía que era lo siguiente que iba a hacer el dinosaurio, saltar y tratar de enterrar ese cabezón entre sus pechos, pero... ¡Con ese pedazo de cabeza la iba a hacer un boquete de lado a lado!
Además, no le gustaba que gente poco asombrosa la tocara, así que, le dio una patada voladora en pleno hocico para mandarlo a volar. Al llevar falda y hacer ese movimiento, seguramente se la viese la ropa interior dándole una buena vista al pelirrojo, pero casualmente en ese momento una hoja cayó de las ramas, censurando cualquier cosa que pudiera haberse visto.
- ¡No se toca a la increíble yo, sin mi consentimiento!- grito al reptil, con los puños cerrados y una posición de pelea. Si quería tocarla sería por encima de su cadáver. Y no, no iba a asustarse porque fuese un digimon.
Sentía la mirada del pelirrojo puesta en ella, pero en ese momento estaba ocupada tratando de hacer que el agumon desistiera de tocarla. Así que, no le miro en ningún momento. Pero rogó acabar pronto para tener al menos algo que llevarse a la boca.
Pero Julbird sí que fue la que se acercó al chico, además sabiendo que iba a ser movidito el estar en la cabeza de su dueña.
Se posó en el hombro de Naois, y le miró.
- Piuuuu piii
Julchen
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
- ¡¿Eres un fantasmaaaaaaa?!-grité, gateando hacia atrás, aterrado.
Di en mi espalda con el tronco de un árbol, por lo que no pude moverme más, y por lo tanto, el pajarito amarillo se posó en mi hombro.
- ¡Ihhh!-chillé, y di un manotazo- ¡Fush, fush!
Traté de levantarme, con la piel pálida del terror, con un sudor frío por la ventana. Caminé dando tumbos hacia la bolsa, en cierto modo porque el Agumon había salido volando por los aires, y ahora la comida era mía.
Di en mi espalda con el tronco de un árbol, por lo que no pude moverme más, y por lo tanto, el pajarito amarillo se posó en mi hombro.
- ¡Ihhh!-chillé, y di un manotazo- ¡Fush, fush!
Traté de levantarme, con la piel pálida del terror, con un sudor frío por la ventana. Caminé dando tumbos hacia la bolsa, en cierto modo porque el Agumon había salido volando por los aires, y ahora la comida era mía.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
El grito hizo que la chica dejara de mirar hacia el Agumon para centrar su atención en el joven pelirrojo. Una vena se marcó en su frente con fuerza al analizar qué es lo que la había dicho. ¡Qué manía tenían todos con llamarla como si fuese una criatura sobrenatural! Vampiro, fantasma, demonio... De todo le habían dicho, e incluso en una ocasión unos niños habían tratado de clavarle una estaca. Y eso no la había hecho nada de gracia.
Iba a ignorarle de nuevo, cuando observó que una de sus manazas golpeaba una pelotita amarilla con un lazo rosa: Julbrid. La expresión de horror que puso la albina podía compararse a la de una Banshee antes de gritar. Y eso es lo que hizo, aunque más que para causar el dolor y el sufrimiento a otros, era para ponerle los puntos sobre las ies al chico.
- ¿Se puede saber de que vas, dummkopf? Si tienes algún problema conmigo, enfrentate a mí directamente sin dañar a inocentes criaturas como ella.- señaló a Julbird, que tras caer al suelo se sacudia el plumaje piando ofendida.- Oh, ya sé lo que te pasa, es que no tienes huevos a enfrentarte a una mujer no vaya a ser que te deje a la altura del betún. Que asco me dan los cobardes.
Se fue acercando hacia la bolsa, para cortarle el paso al pelirrojo, no iba a darle respiro. Iba a devolverle un golpe por lo que le había hecho a Julbird. Aunque para que fuese con la misma intensidad que lo que había sentido el ave, quizás tendría que darle más de uno. Bueno, no tenía problemas.
Si decidía tratar de pasarla corriendo, le pondría la zancadilla para que se comiese el suelo, y bueno, el resto ya cada uno se lo puede imaginar como quiera. Aunque el resultado de sus planes, en su mente, siempre acababa con la cara del chico tan roja por la sangre de las heridas que fuese imposible diferenciar piel de pelo.
Por ahora el pollito alzó el vuelo y se dirigió a picotearle a Naois en la coronilla.
Iba a ignorarle de nuevo, cuando observó que una de sus manazas golpeaba una pelotita amarilla con un lazo rosa: Julbrid. La expresión de horror que puso la albina podía compararse a la de una Banshee antes de gritar. Y eso es lo que hizo, aunque más que para causar el dolor y el sufrimiento a otros, era para ponerle los puntos sobre las ies al chico.
- ¿Se puede saber de que vas, dummkopf? Si tienes algún problema conmigo, enfrentate a mí directamente sin dañar a inocentes criaturas como ella.- señaló a Julbird, que tras caer al suelo se sacudia el plumaje piando ofendida.- Oh, ya sé lo que te pasa, es que no tienes huevos a enfrentarte a una mujer no vaya a ser que te deje a la altura del betún. Que asco me dan los cobardes.
Se fue acercando hacia la bolsa, para cortarle el paso al pelirrojo, no iba a darle respiro. Iba a devolverle un golpe por lo que le había hecho a Julbird. Aunque para que fuese con la misma intensidad que lo que había sentido el ave, quizás tendría que darle más de uno. Bueno, no tenía problemas.
Si decidía tratar de pasarla corriendo, le pondría la zancadilla para que se comiese el suelo, y bueno, el resto ya cada uno se lo puede imaginar como quiera. Aunque el resultado de sus planes, en su mente, siempre acababa con la cara del chico tan roja por la sangre de las heridas que fuese imposible diferenciar piel de pelo.
Por ahora el pollito alzó el vuelo y se dirigió a picotearle a Naois en la coronilla.
Julchen
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Mientras me acercaba a la mochila me rasqué la coronilla, aún mirando de reojo a la chica-fantasma, por si se le ocurría hacerme algo. Pero, lejos de golpearme o cualquier cosa, ella se puso a gritarme, casi expulsando espuma por la boca como.una posesa. Y todo por haber golpeado a su pajarito.
- Ah... lo siento mucho... es que me asusté...dije, mirandola arrepentido. Sin embargo lo siguiente que gritó me molesto. ¿Cómo que a la altura del betún? ¡¿Cómo que cobarde?!-. ¡Oye, yo no soy un cobarde! ¡Y eso es mío!-acabé gritándole.
Corrí para alcanzar la bolsa con la comida, pero de repente me ví comiendo tierra de alguna forma. Parpadeé y tosí, echando la tierra que me había entrado. Gemí, porque me sentía rozaduras en las manos y en las rodillas. Volví a parpadeé para contener las lágrimas y me levanté, mirándola con furia.
- ¡¿Pero quién te has creído?!
De dos zancadas llegué con la mochila y la cogí. Luego me volví y la miré con rabia en mis ojos rojos. ¿Por qué todos se empeñavan en hacerme daño?
- Ah... lo siento mucho... es que me asusté...dije, mirandola arrepentido. Sin embargo lo siguiente que gritó me molesto. ¿Cómo que a la altura del betún? ¡¿Cómo que cobarde?!-. ¡Oye, yo no soy un cobarde! ¡Y eso es mío!-acabé gritándole.
Corrí para alcanzar la bolsa con la comida, pero de repente me ví comiendo tierra de alguna forma. Parpadeé y tosí, echando la tierra que me había entrado. Gemí, porque me sentía rozaduras en las manos y en las rodillas. Volví a parpadeé para contener las lágrimas y me levanté, mirándola con furia.
- ¡¿Pero quién te has creído?!
De dos zancadas llegué con la mochila y la cogí. Luego me volví y la miré con rabia en mis ojos rojos. ¿Por qué todos se empeñavan en hacerme daño?
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Las palabras del joven, no hicieron sino aumentar el "magnifico" ceño fruncido de la chica. ¿Asustarse? ¿De Julbird? Si solo era un pequeño pajarito, ¿cómo podía darle miedo a alguien? Bueno, vale que la propia Julchen sí que lo hiciera, por ese aspecto peculiar que tenía, pero ya tendría que haberse asustado tantísimo el chico como para entrar en pánico y atacara a todo lo que se le acercara.
- Obviamente me he creído que soy la increíble yo. Mira que preguntar cosas obvias...- puso los ojos en blanco al decir eso.
Lo cierto es que no parecía ser alguien interesante para pelear, se veía muy nenaza. Si hasta se le habían puesto brillantes los ojos tras caer al suelo. Como un niño cuando es pequeño que se cae al suelo y llama a su madre por el dolor de los raspones. Julbird desistió de picotearle la cabeza y regresó con su dueña. La cual le hizo algunas caricias a modo de cura sana.
- ¡Piu! ¡Piu, piu, pi! Piripipiiii piiiiii- el pollito parecía estar llamando de todo a Nao.
- Tranquila, pequeña, es todo lo que dices. Pero no te voy a vengar, no me gusta pegar a princesos. Luego lloran y es un rollo y te hacen sentir una mala persona, a pesar de haber protegido a tus amigos.
Lo dijo lo suficientemente alto como para que Naois la escuchara perfectamente.
- Obviamente me he creído que soy la increíble yo. Mira que preguntar cosas obvias...- puso los ojos en blanco al decir eso.
Lo cierto es que no parecía ser alguien interesante para pelear, se veía muy nenaza. Si hasta se le habían puesto brillantes los ojos tras caer al suelo. Como un niño cuando es pequeño que se cae al suelo y llama a su madre por el dolor de los raspones. Julbird desistió de picotearle la cabeza y regresó con su dueña. La cual le hizo algunas caricias a modo de cura sana.
- ¡Piu! ¡Piu, piu, pi! Piripipiiii piiiiii- el pollito parecía estar llamando de todo a Nao.
- Tranquila, pequeña, es todo lo que dices. Pero no te voy a vengar, no me gusta pegar a princesos. Luego lloran y es un rollo y te hacen sentir una mala persona, a pesar de haber protegido a tus amigos.
Lo dijo lo suficientemente alto como para que Naois la escuchara perfectamente.
Julchen
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
- ...
No podía creerlo. Aquella tía se reía de mí, en mi cara, con todo el descaro. Ya le había pedido perdón por lo del pajarito, ¿tenía que seguir atormentándome? Bajé la mirada, ocultándola bajo el flequillo rojo, y oscureciendo el rostro. Apreté los puños con fuerza, tanta que los nudillos se me quedaron blancos. Inspiré hondo, tratando de tranquilizarme, pero no era cosa fácil. Me habían engañado, abandonado, se habían reído de mí. Y ahora esa chica me insultaba. No era facil de aguantar, y por eso mi puño se disparó hacia su cara.
- ¿No tengo huevos de golpear a una chica? Ya me da igual quién sea, no voy a aguantar que me traten como mierda nunca más...-murmuré, aún con el rostro escondido tras el pelo.
Estaba empezando a odiar a las personas. Todos eran iguales, todos te pisoteaban para subir más alto. Era un mundo cruel, ahora me daba cuenta. Mis padres me habían concebido en un mundo malvado, donde nadie se preocupaba por nadie... Y eso me cabreaba.
No podía creerlo. Aquella tía se reía de mí, en mi cara, con todo el descaro. Ya le había pedido perdón por lo del pajarito, ¿tenía que seguir atormentándome? Bajé la mirada, ocultándola bajo el flequillo rojo, y oscureciendo el rostro. Apreté los puños con fuerza, tanta que los nudillos se me quedaron blancos. Inspiré hondo, tratando de tranquilizarme, pero no era cosa fácil. Me habían engañado, abandonado, se habían reído de mí. Y ahora esa chica me insultaba. No era facil de aguantar, y por eso mi puño se disparó hacia su cara.
- ¿No tengo huevos de golpear a una chica? Ya me da igual quién sea, no voy a aguantar que me traten como mierda nunca más...-murmuré, aún con el rostro escondido tras el pelo.
Estaba empezando a odiar a las personas. Todos eran iguales, todos te pisoteaban para subir más alto. Era un mundo cruel, ahora me daba cuenta. Mis padres me habían concebido en un mundo malvado, donde nadie se preocupaba por nadie... Y eso me cabreaba.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Sonrió de manera maligna al escuchar como los pasos del chico se detenían por sus palabras. Sonrió aún más al escuchar que andaba, pero en dirección hacia ella. Se giró con una mirada prepotente haciendo compañía a su sonrisa malvada y a su barbilla alzada, en una pose total y absolutamente orgullosa. Quería hacer que el chico se sintiera inferior a ella, aunque para su mente cualquiera lo era, pero quería que lo sintiera aún más. A lo que lleva el autoengaño...
Se fijó en el rostro del chico, siendo irremediablemente atraída hacia sus ojos rojos. Era extraño, eran tan magnéticos... ¿Los suyos harían el mismo efecto en los demás? Quizás se debiera a que era la primera vez que observaba unos que no fuesen los de su propio reflejo. Pero debía decir que le parecían preciosos, aunque no fuese iguales a los suyos. Los del chico eran más oscuros, quizás a causa de la ira que reflejaban.
Pero durante esos instantes en los que andaba perdida buceando en un mar de sangre, un puñetazo la alcanzó en pleno rostro. Y lo más vergonzoso para ella, no había tratado de defenderse. Trastabilló para atrás, porque al no esperárselo no estaba lista para recibirlo. Por suerte, había conseguido permanecer de pie. Escupió, puesto que notaba la boca con sangre, a causa de haberse mordido la lengua cuando recibió el puñetazo. Sonrió de manera siniestra al ver el preciado líquido de sus venas.
- Tengo que reconocerte el mérito de que a pesar de ser un princeso, golpeas fuerte. Lástima que con eso hayas firmado tu sentencia de muerte.
Dicho eso, se impulsó rápidamente para placar al chico y si lo derribaba sentarse encima y darle unos cuantos puñetazos. Sería interesante saber cuánto aguantaría hasta suplicar que se detuviera. O si sería todo un hombre y caería inconsciente antes de suplicar.
Julbird por su parte, sí que vio el puñetazo a tiempo y salió volando hasta posarse en una rama. No quería que la hicieran daño de ninguna de las maneras posibles. Las cosas de los humanos que las resolvieran ellos solitos, bastante tenía ella con convivir con uno de ellos.
Se fijó en el rostro del chico, siendo irremediablemente atraída hacia sus ojos rojos. Era extraño, eran tan magnéticos... ¿Los suyos harían el mismo efecto en los demás? Quizás se debiera a que era la primera vez que observaba unos que no fuesen los de su propio reflejo. Pero debía decir que le parecían preciosos, aunque no fuese iguales a los suyos. Los del chico eran más oscuros, quizás a causa de la ira que reflejaban.
Pero durante esos instantes en los que andaba perdida buceando en un mar de sangre, un puñetazo la alcanzó en pleno rostro. Y lo más vergonzoso para ella, no había tratado de defenderse. Trastabilló para atrás, porque al no esperárselo no estaba lista para recibirlo. Por suerte, había conseguido permanecer de pie. Escupió, puesto que notaba la boca con sangre, a causa de haberse mordido la lengua cuando recibió el puñetazo. Sonrió de manera siniestra al ver el preciado líquido de sus venas.
- Tengo que reconocerte el mérito de que a pesar de ser un princeso, golpeas fuerte. Lástima que con eso hayas firmado tu sentencia de muerte.
Dicho eso, se impulsó rápidamente para placar al chico y si lo derribaba sentarse encima y darle unos cuantos puñetazos. Sería interesante saber cuánto aguantaría hasta suplicar que se detuviera. O si sería todo un hombre y caería inconsciente antes de suplicar.
Julbird por su parte, sí que vio el puñetazo a tiempo y salió volando hasta posarse en una rama. No quería que la hicieran daño de ninguna de las maneras posibles. Las cosas de los humanos que las resolvieran ellos solitos, bastante tenía ella con convivir con uno de ellos.
Julchen
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La tía idiota trastabilló hacia atrás, y para mi satisfacción, la vi algo sorprendida. Le lancé una mirada malhumorada, bajando el puño, mientras ella escupía la sangre que le había hecho al golpearla. Retrocedí un paso, mirandola sin vacilar, sin que me temblara nada. Mis ojos ahora eran muy fríos, casi la misma temperatura que habían captado cuando me peleé con Naty, al descubrir que me había estado engañando todo el tiempo.
- Tú te lo habías buscado-le respondí, a lo de princeso.
Sin embargo, sin apenas verlo venir, la chica saltó hacia mí, empujándome y tirandome al suelo. Solté un quejido, y me revolví al sentir que se colocaba sobre mí, sentada a horcajadas.
- ¡Quita de enci...!
Pum. Sentí un fuerte golpe en la cara, y por un momento me quedé quieto, sorprendido, y tratando de asimilar toda aquella furia que de golpe me encendió el cuerpo. Atontado, empecé a verlo todo rojo, y un solo pensamiento me vino a la mente. Un pensamiento del que me asusté.
Con un potente rugido levanté mi cuerpo, reuniendo toda mi fuerza sobrenatural. La empujé de encima mío, y me levanté del suelo, con una mirada quizá un tanto desquiciada. ¿O era desesperación lo que reflejaban mis ojos?
- Tú te lo habías buscado-le respondí, a lo de princeso.
Sin embargo, sin apenas verlo venir, la chica saltó hacia mí, empujándome y tirandome al suelo. Solté un quejido, y me revolví al sentir que se colocaba sobre mí, sentada a horcajadas.
- ¡Quita de enci...!
Pum. Sentí un fuerte golpe en la cara, y por un momento me quedé quieto, sorprendido, y tratando de asimilar toda aquella furia que de golpe me encendió el cuerpo. Atontado, empecé a verlo todo rojo, y un solo pensamiento me vino a la mente. Un pensamiento del que me asusté.
Con un potente rugido levanté mi cuerpo, reuniendo toda mi fuerza sobrenatural. La empujé de encima mío, y me levanté del suelo, con una mirada quizá un tanto desquiciada. ¿O era desesperación lo que reflejaban mis ojos?
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La sonrisa animal de la joven se ensanchó ante la sorpresa del chico al ser golpeado. ¿Qué se esperaba? ¿Que cuando la hubiese golpeado, ella hubiera llorado como una nenaza? ¡Ja! Había que ser iluso. Ya le habían demostrado que llorar y suplicar no servía de nada. Pero un buen puñetazo, un tajo o un disparo obraban maravillas en los demás. De esa manera tú podías seguir vivo, y tu orgullo al menos quedaba intacto.
Pero la albina no se esperó lo siguiente cuando el chico rugió, alzándose con ella encima. Era prácticamente imposible que la levantara como si no fuese más que una pluma, y menos si ella estaba haciendo fuerza para dejarlo en el sitio. No era algo que un humano normal pudiera hacer, quizás un alterofílico sí que podría, pero el chico no parecía tener unos músculos como cabezas de grandes. Así que... Eso solo dejaba una solución.
Sin embargo ahora eso no era lo que más la preocupaba, puesto que estaba rodando hacia atrás por culpa del impulso del chico al levantarse y al de ella por acomodar la caída, rodando un poco. Finalmente se detuvo algo aturdida, pero con el odio casi brillando en la mirada y con una sonrisa más salvaje que antes.
- Tienes suerte que no tengas las armas, engendro. Si no ya estarías muerto por el error de tu creación. Pero haré todo lo posible con las manos.
No siempre se comportaba de manera tan ofensiva con los biohybridos -como ella pensaba que era el chico por la fuerza que había demostrado- pero ese chico tenía algo que la desquiciaba. No iba a perder con él.
Sus palabras eran algo que necesitaba decir, pero además la servían como provocación para que él tratara de atacarla. Y eso era lo que buscaba, estaba preparada para esquivarle el primer embate y después sobreponerse en la lucha.
Pero la albina no se esperó lo siguiente cuando el chico rugió, alzándose con ella encima. Era prácticamente imposible que la levantara como si no fuese más que una pluma, y menos si ella estaba haciendo fuerza para dejarlo en el sitio. No era algo que un humano normal pudiera hacer, quizás un alterofílico sí que podría, pero el chico no parecía tener unos músculos como cabezas de grandes. Así que... Eso solo dejaba una solución.
Sin embargo ahora eso no era lo que más la preocupaba, puesto que estaba rodando hacia atrás por culpa del impulso del chico al levantarse y al de ella por acomodar la caída, rodando un poco. Finalmente se detuvo algo aturdida, pero con el odio casi brillando en la mirada y con una sonrisa más salvaje que antes.
- Tienes suerte que no tengas las armas, engendro. Si no ya estarías muerto por el error de tu creación. Pero haré todo lo posible con las manos.
No siempre se comportaba de manera tan ofensiva con los biohybridos -como ella pensaba que era el chico por la fuerza que había demostrado- pero ese chico tenía algo que la desquiciaba. No iba a perder con él.
Sus palabras eran algo que necesitaba decir, pero además la servían como provocación para que él tratara de atacarla. Y eso era lo que buscaba, estaba preparada para esquivarle el primer embate y después sobreponerse en la lucha.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Me quedé a medio incorporar, con la espalda arqueada, mirando con una furia asesina a la chica. Jadeante, me quedé mirandola, preguntándome una y otra vez por qué hacia aquello. ¿Por qué era tan cruel? Y sobretodo, ¿por qué seguía intentando plantarme cara? Yo no quería pelear, no quería hacerles daño a los demás, pero...
Mis pensamientos se vieron interrumpidos entonces de repente, por algo que la muchacha albina dijo. Me quedé unos segundos con el ceño fruncido, mirandola, asimilando lo que dijo... Y cuando lo dijo algo explotó en mi interior. Un mar de espirales de ira comenzaron a hervirme la sangre. Abrí al máximo los ojos rojos, haciéndolos parecer más grandes, más brillantes, más peligrosos.
- Grr...quizá fuese el lado digimon que formaba mi ADN o quizá fuera otra cosa, pero sentí el pelo encrespado, y todo volvió a parecerme rojo.
Me había dicho que era un error. Un error. Un error. UN ERROR. Y no lo soportaba. Odiaba que me lo recordaran. ¡Yo no era un error! ¡Era muy real, de carne y hueso!
- Te mataré...-mi voz sonó ronca, rota, salvaje. Nada parecida a la de antes.
Llevado por algún tipo de instinto animal, salí disparado, directo para golpearla. No sabía demasiado de peleas, pero sí tenía instinto. Al llegar junto a ella retrasé el brazo, pero no lo lancé. Quise engañarla. Por eso levanté una pierna hacia arriba, esperando alcanzarla.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos entonces de repente, por algo que la muchacha albina dijo. Me quedé unos segundos con el ceño fruncido, mirandola, asimilando lo que dijo... Y cuando lo dijo algo explotó en mi interior. Un mar de espirales de ira comenzaron a hervirme la sangre. Abrí al máximo los ojos rojos, haciéndolos parecer más grandes, más brillantes, más peligrosos.
- Grr...quizá fuese el lado digimon que formaba mi ADN o quizá fuera otra cosa, pero sentí el pelo encrespado, y todo volvió a parecerme rojo.
Me había dicho que era un error. Un error. Un error. UN ERROR. Y no lo soportaba. Odiaba que me lo recordaran. ¡Yo no era un error! ¡Era muy real, de carne y hueso!
- Te mataré...-mi voz sonó ronca, rota, salvaje. Nada parecida a la de antes.
Llevado por algún tipo de instinto animal, salí disparado, directo para golpearla. No sabía demasiado de peleas, pero sí tenía instinto. Al llegar junto a ella retrasé el brazo, pero no lo lancé. Quise engañarla. Por eso levanté una pierna hacia arriba, esperando alcanzarla.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Los ojos se le oscurecieron anticipándose a la lucha que iba a tener, pero cuando sus ojos se oscurecían parte del color original aparecía y parecían ligeramente morados en el exterior, pero como rubíes en el interior. Al parecer sus palabras habían surtido efecto con sorprendente efectividad, le había tocado la fibra sensible al parecer. Estupendo, eso es lo que ella quería, que perdiera el control. No había nada más fácil de controlar que un enemigo cegado por la rabia, se volvían terriblemente simples a la hora de atacar, aunque el riesgo radicaba que no controlaban su fuerza, por lo que podrían romperte o reventarte algo con relativa sencillez.
- Ya me gustaría verte, pero no soy fácil de exterminar.
Observó los movimientos de su rival, parecía que iba a ser un puñetazo el ataque, pero en sus ojos se veía un brillo calculador. Brillo que demostraba que iba a hacer otra cosa, porque de dar el puñetazo solo habría ira y locura en su mirada. Por eso siempre se decía que el cuerpo de un enemigo podía engañarte, pero su mirada rara vez lo hace.
Como ya tenía planeado rodó a su izquierda en el último instante. Por suerte esquivó por los pelos una patada. No se había equivocado, no era un puñetazo. Con rapidez, dado que que estaba en el suelo, estiró la pierna derecha enganchando a la pierna con la que el chico se sostenía, e hizo fuerza para hacerle perder el pie y que cayera al suelo otra vez. Además con el peso de la bolsa, que era un añadido, sería más fácil desequilibrarlo y tirarlo.
Por costumbre se llevó una mano a la bota, en busca de una navaja que solía llevar. Pero se le había olvidado que en el mundo digital normalmente no iba con armas, porque ya iba con Salamon para protegerse. No podría acabar con el combate rápidamente, tenía que continuar con el plan inicial de enfadarlo tanto que acabara atacando de manera tan obvia que pudiese esquivar con facilidad de manera que quedara en la mejor posición para el contragolpe.
- Sí, ya veo lo bien que me vas a matar, perdedor.
Se puso de pie, y volvió a esperar el ataque del chico. Fallar muchos ataques con toda la fuerza que tuviera, era más agotador -tanto física como mentalmente- que simplemente esquivando y dando leves toques humillantes a su rival.
Julbrid observó la situación algo nerviosa. Sabía que la humana era fuerte y capaz de tener la pelea casi en igualdad de condiciones, pero el chico era un híbrido y por tanto tenía una fuerza y velocidad casi mayores a las de la chica. Aunque parecía ser novato en la pelea, lo que la convenía mucho más a Julchen.
Finalmente alzó el vuelo en busca de Salamon, por lo menos con ella la albina tendría una ayuda extra para que no fuese asesinada.
- Ya me gustaría verte, pero no soy fácil de exterminar.
Observó los movimientos de su rival, parecía que iba a ser un puñetazo el ataque, pero en sus ojos se veía un brillo calculador. Brillo que demostraba que iba a hacer otra cosa, porque de dar el puñetazo solo habría ira y locura en su mirada. Por eso siempre se decía que el cuerpo de un enemigo podía engañarte, pero su mirada rara vez lo hace.
Como ya tenía planeado rodó a su izquierda en el último instante. Por suerte esquivó por los pelos una patada. No se había equivocado, no era un puñetazo. Con rapidez, dado que que estaba en el suelo, estiró la pierna derecha enganchando a la pierna con la que el chico se sostenía, e hizo fuerza para hacerle perder el pie y que cayera al suelo otra vez. Además con el peso de la bolsa, que era un añadido, sería más fácil desequilibrarlo y tirarlo.
Por costumbre se llevó una mano a la bota, en busca de una navaja que solía llevar. Pero se le había olvidado que en el mundo digital normalmente no iba con armas, porque ya iba con Salamon para protegerse. No podría acabar con el combate rápidamente, tenía que continuar con el plan inicial de enfadarlo tanto que acabara atacando de manera tan obvia que pudiese esquivar con facilidad de manera que quedara en la mejor posición para el contragolpe.
- Sí, ya veo lo bien que me vas a matar, perdedor.
Se puso de pie, y volvió a esperar el ataque del chico. Fallar muchos ataques con toda la fuerza que tuviera, era más agotador -tanto física como mentalmente- que simplemente esquivando y dando leves toques humillantes a su rival.
Julbrid observó la situación algo nerviosa. Sabía que la humana era fuerte y capaz de tener la pelea casi en igualdad de condiciones, pero el chico era un híbrido y por tanto tenía una fuerza y velocidad casi mayores a las de la chica. Aunque parecía ser novato en la pelea, lo que la convenía mucho más a Julchen.
Finalmente alzó el vuelo en busca de Salamon, por lo menos con ella la albina tendría una ayuda extra para que no fuese asesinada.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Mi pierna rasgó el aire, y miemtras la bajaba vi el por qué de mi fallo, mirando hacia abajo, cómo la albina rodaba por el suelo.
<< Salta hacia delante >>oí al espíritu en mi mente.
Fue medio instintivo. Di un salto hacia delante, en una voltereta en el aire. Noté un leve roce al hacerlo, así que suspuse que Mirumon había dado en el clavo al deducir que me iba a hacer un barrido. Aterricé con las manos en el suelo, y di una voltereta, rodando por la hierba, hasta quedar en cunclillas, momento en el que dejé caer la mochila al suelo, junto con la sudadera.
Volví la mirada un poco, lo suficiente como para mirarla con mi ojo izquierdo, de reojo.
- No me llames perdedor...
<< Salta hacia delante >>oí al espíritu en mi mente.
Fue medio instintivo. Di un salto hacia delante, en una voltereta en el aire. Noté un leve roce al hacerlo, así que suspuse que Mirumon había dado en el clavo al deducir que me iba a hacer un barrido. Aterricé con las manos en el suelo, y di una voltereta, rodando por la hierba, hasta quedar en cunclillas, momento en el que dejé caer la mochila al suelo, junto con la sudadera.
Volví la mirada un poco, lo suficiente como para mirarla con mi ojo izquierdo, de reojo.
- No me llames perdedor...
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Estaba sorprendida, aunque aún no sabía si de manera grata o no. La había esquivado, aún cuando no había dado muestra alguna de realizar ese ataque, o en caso de haberlo hecho sería en el último minuto. Era casi imposible haber saltado para evitarla. Pero ahí estaba, libre y sin daños. Apretó los dientes molesta en parte, aunque prefería alguien que le diese algo de guerra.
- Demuéstrame que me equivoco, entonces.- le guiñó un ojo, como si se lo tomara como un simple juego.
Llevó una de sus manos al bolsillo de la casaca antes de quitársela y tirarla a un lado. En sus manos tenía dos guantes de cuero negro que se puso sin dejar de sonreír y vigilar al chico. Preparándose para su próximo ataque. En la guerra había que tener paciencia, y ser capaz de predecir las acciones del rival. No era bueno atacar a lo loco, así que ella iba a esperar un poco más. Si decidía seguir siendo un cobarde, entonces ya atacaría ella. Le sonrió de enseñándole los dientes como un lobo antes de atacar a su presa.
Se movió hacia su derecha, sin dejar de vigilar al chico, para rodearle. Por el simple hecho de obligarlo a moverse a su vez si no quería perderle de vista. Quizás con empezar a moverse la necesidad de saltarla al cuello fuese mayor y decidiera atacar el primero.
- ¿Vas a empezar el baile o voy a tener que llevarte yo?- bromeó finalmente para aumentar más las probabilidades.
- Demuéstrame que me equivoco, entonces.- le guiñó un ojo, como si se lo tomara como un simple juego.
Llevó una de sus manos al bolsillo de la casaca antes de quitársela y tirarla a un lado. En sus manos tenía dos guantes de cuero negro que se puso sin dejar de sonreír y vigilar al chico. Preparándose para su próximo ataque. En la guerra había que tener paciencia, y ser capaz de predecir las acciones del rival. No era bueno atacar a lo loco, así que ella iba a esperar un poco más. Si decidía seguir siendo un cobarde, entonces ya atacaría ella. Le sonrió de enseñándole los dientes como un lobo antes de atacar a su presa.
Se movió hacia su derecha, sin dejar de vigilar al chico, para rodearle. Por el simple hecho de obligarlo a moverse a su vez si no quería perderle de vista. Quizás con empezar a moverse la necesidad de saltarla al cuello fuese mayor y decidiera atacar el primero.
- ¿Vas a empezar el baile o voy a tener que llevarte yo?- bromeó finalmente para aumentar más las probabilidades.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Me levanté, empujando con un pie la mochila y la sudadera, para evitar que estorbaran. La miré fijamente, con los ojos rojos brillando de rabia, e imité sus pasos, dando un rodeo. Chasqueé la lengua, cabreado, cuando empezó a provocarme. Estuve a punto de lanzarme a por ella, y ya había dado un paso cuando Mirumon me volvió a hablar.
<< No ataques primero. Eso es lo que quiere. Espera a que dé ella el primer paso... >>
De modo que eso hice. Me quedé en el sitio, observándola, estudiándola. Mirumon era más sabio, era un espíritu. Sería mejor hacerle caso a él que a mi lado impulsivo.
Sonreí, tratando de imitar su sonrisa prepotente y orgullosa.
- Soy un caballero, así que... las damas primero.
<< No ataques primero. Eso es lo que quiere. Espera a que dé ella el primer paso... >>
De modo que eso hice. Me quedé en el sitio, observándola, estudiándola. Mirumon era más sabio, era un espíritu. Sería mejor hacerle caso a él que a mi lado impulsivo.
Sonreí, tratando de imitar su sonrisa prepotente y orgullosa.
- Soy un caballero, así que... las damas primero.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
No cayó ante las provocaciones, a pesar de que sus ojos chispeaban de rabia. O tenía un gran autocontrol, o había algo raro por ahí. ¿Un instinto natural para la batalla? Podía ser, y si ese era el caso, se encontraría en problemas. Puesto que la fuerza del chico era mayor que la suya, y si además era capaz de usar tácticas elaboradas podía darse por muerta. Cualquier persona hubiese salido por patas, pero ella funcionaba por la premisa de que mejor morir luchando que vivir huyendo.
Además, aunque la igualaran en estrategia y demás cosas, ella seguía siendo mujer y en último caso podía usar alguna jugada un tanto sucia. Pero cada uno cuenta con sus armas, y es decisión suya usarlas.
- Oh, así que me dejas llevar. Me parece bien, princesito, los hombres son los que dirigen en el baile. Pero lamentablemente para ti yo no soy tan caballeroso y no te voy a ceder el turno de empezar.
Y con esas palabras avanzó con cuidado, aún girando sobre el chico, pero reduciendo el diámetro del círculo. Había adoptado la posición básica del boxeo, protegiendo el rostro y la parte superior de su torso. Por si se le ocurría atacar allí mientras que se acercaba. Poco antes de llegar amagó un golpe que nunca se produciría, puesto que no avanzaría, sino que retrocedería, para observar si el chico esquivaba o trataba de bloquearla. Si era lo segundo, al quedar desequilibrado para pararla, avanzaría para darle un fuerte puñetazo en la parte superior del cuerpo, en algún lugar desprotegido.
Si esquivaba de nuevo se pondría a dar vueltas a su alrededor. Y si se daba cuenta de que el primer ataque no era más que una distracción esta vez sí que atacaría de verdad, pero con una cadena de puñetazos que le obligaran a esquivar, o bien a intentar bloquear todos con el riesgo de que alguno consiguiera colarse por sus defensas.
Además, aunque la igualaran en estrategia y demás cosas, ella seguía siendo mujer y en último caso podía usar alguna jugada un tanto sucia. Pero cada uno cuenta con sus armas, y es decisión suya usarlas.
- Oh, así que me dejas llevar. Me parece bien, princesito, los hombres son los que dirigen en el baile. Pero lamentablemente para ti yo no soy tan caballeroso y no te voy a ceder el turno de empezar.
Y con esas palabras avanzó con cuidado, aún girando sobre el chico, pero reduciendo el diámetro del círculo. Había adoptado la posición básica del boxeo, protegiendo el rostro y la parte superior de su torso. Por si se le ocurría atacar allí mientras que se acercaba. Poco antes de llegar amagó un golpe que nunca se produciría, puesto que no avanzaría, sino que retrocedería, para observar si el chico esquivaba o trataba de bloquearla. Si era lo segundo, al quedar desequilibrado para pararla, avanzaría para darle un fuerte puñetazo en la parte superior del cuerpo, en algún lugar desprotegido.
Si esquivaba de nuevo se pondría a dar vueltas a su alrededor. Y si se daba cuenta de que el primer ataque no era más que una distracción esta vez sí que atacaría de verdad, pero con una cadena de puñetazos que le obligaran a esquivar, o bien a intentar bloquear todos con el riesgo de que alguno consiguiera colarse por sus defensas.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Deje escapar una breve risotada de exasperación. Ahora se las daba se señorita. No sabía mucho de chicas, pero por el tiempo que estuve con Naty sabía más o menos un leve patrón de cómo se comportaban las mujeres, o al menos era el ejemplo que había tomado yo de Natasha. Pero quizá hubiera otro tipo de chicas. Mujeres, ¿quién las entiende? Por.eso, aquella muchacha que estaba peleando conmigo, no me parecía demasiado femenina. De echo, era bastante bruta, con eso de colocar los puños fremte a su cara, en una postura de boxeo. La vi acercarse, y de nuevo, Mirumon me advirtió:
<< Da un salto hacia atrás, aunque vaya a amagar no te conviene estar cerca de ella cuando vaya a atacar... Así que... >>
Asentí, y cuando ella hizo su movimiento retrocedí de un salto. Como Mirumon había supuesto, amagó, y no pude evitar sonreir. A pesar de que Mirumon era como un hermano mayor para mí, en ocasiones también era útil, y me ayudaba en todo lo que podía.
Después dejé que se volviera a acercar a mí un poco, despacito. Mis ojos seguían clavados en ella, y en cualquier movimiento sospechoso que realizada.
<< Da un salto hacia atrás, aunque vaya a amagar no te conviene estar cerca de ella cuando vaya a atacar... Así que... >>
Asentí, y cuando ella hizo su movimiento retrocedí de un salto. Como Mirumon había supuesto, amagó, y no pude evitar sonreir. A pesar de que Mirumon era como un hermano mayor para mí, en ocasiones también era útil, y me ayudaba en todo lo que podía.
Después dejé que se volviera a acercar a mí un poco, despacito. Mis ojos seguían clavados en ella, y en cualquier movimiento sospechoso que realizada.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Off: Quizás se explicó mal, pero lo que ha dicho es que ella ahora es el hombre (lo que la parece bien) puesto que va a ser la que vaya a dirigir el baile (primer golpe). Pero que como no es tan caballerosa como Nao, no le va a dejar el turno por ser él la dama xD.
On: La albina estuvo a punto de echar espumarajos de rabia cuando fue esquivada. Pero ah no, no se iban a quedar así las cosas. Le iba a dar un golpe aunque la costase parte de la dentadura -de nuevo- o algún hueso. Se puso a dar vueltas alrededor del pelirrojo, tratando de encontrar algún momento propicio para lanzarse al ataque sin mirar atrás.
Podía ser muy civilizado por ahora, pero eso acabaría siendo como toda las peleas, una marabunta de puñetazos, dientes, uñas y patadas en medio de una bola. Un caos en pocas palabras, y más cuando había dos bandos de personas. Ahí ya no sabías con quién te dabas, solo que tenías que seguir golpeando como un loco para tratar de sacarte a todos los que pudieras de encima.
El estar haciendo el indio con las fintas y demás chorradas simplemente era por ganas de lucirse. Y tener el orgullo de saber más que su rival, pero claro, había sido toda una sorpresa que el chico supiera pelear y medir sus movimiento con tanta precisión. Cosa, por la que ahora se mostraba bastante calmado y ella estaba empezando a perder los nervios. Cerró los ojos e inspiró profundamente para calmarse. Sí ahora veía las cosas mucho mejor.
Si todo iba a acabar siendo una bola de dos personas rodando por el suelo dándose golpes con todo lo que tuvieran, lo mejor era obligar a que la cosa acabara así.
- ¡Oh! Ya veo lo bien que vas a matarme. Menudo "cazador" estás hecho, estás obligando a que tu presa tenga que ir a por ti.- dijo como último recurso para que se abalanzara hacia ella.
Si él cargaba hacia ella, daría un paso al lado -esquivándole- para luego ponerle un pie entre las piernas y hacer que cayera al suelo. Y volver a saltarle encima a horcajadas para continuar golpeándole allí, donde no cabía la capacidad de evasión, pero sí el gusto de golpear a la otra persona. Si no iba hacia ella, trataría de cargar contra él para tirarle al suelo. En caso de que no consiguiera nada, se dejaría caer al suelo, cediéndole a él la ventaja de estar encima. Pero al menos ya podría golpear a gusto que eso era lo que quería a fin de cuentas.
On: La albina estuvo a punto de echar espumarajos de rabia cuando fue esquivada. Pero ah no, no se iban a quedar así las cosas. Le iba a dar un golpe aunque la costase parte de la dentadura -de nuevo- o algún hueso. Se puso a dar vueltas alrededor del pelirrojo, tratando de encontrar algún momento propicio para lanzarse al ataque sin mirar atrás.
Podía ser muy civilizado por ahora, pero eso acabaría siendo como toda las peleas, una marabunta de puñetazos, dientes, uñas y patadas en medio de una bola. Un caos en pocas palabras, y más cuando había dos bandos de personas. Ahí ya no sabías con quién te dabas, solo que tenías que seguir golpeando como un loco para tratar de sacarte a todos los que pudieras de encima.
El estar haciendo el indio con las fintas y demás chorradas simplemente era por ganas de lucirse. Y tener el orgullo de saber más que su rival, pero claro, había sido toda una sorpresa que el chico supiera pelear y medir sus movimiento con tanta precisión. Cosa, por la que ahora se mostraba bastante calmado y ella estaba empezando a perder los nervios. Cerró los ojos e inspiró profundamente para calmarse. Sí ahora veía las cosas mucho mejor.
Si todo iba a acabar siendo una bola de dos personas rodando por el suelo dándose golpes con todo lo que tuvieran, lo mejor era obligar a que la cosa acabara así.
- ¡Oh! Ya veo lo bien que vas a matarme. Menudo "cazador" estás hecho, estás obligando a que tu presa tenga que ir a por ti.- dijo como último recurso para que se abalanzara hacia ella.
Si él cargaba hacia ella, daría un paso al lado -esquivándole- para luego ponerle un pie entre las piernas y hacer que cayera al suelo. Y volver a saltarle encima a horcajadas para continuar golpeándole allí, donde no cabía la capacidad de evasión, pero sí el gusto de golpear a la otra persona. Si no iba hacia ella, trataría de cargar contra él para tirarle al suelo. En caso de que no consiguiera nada, se dejaría caer al suelo, cediéndole a él la ventaja de estar encima. Pero al menos ya podría golpear a gusto que eso era lo que quería a fin de cuentas.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Sonreí ampliamente, divertido. Se la veía al borde de perder los nervios, y yo con la ayuda de Mirumon estaba más tranquilo. Seguí andando en círculos, al igual que ella, observandola, y obsequiándola con mi sonrisa.
- El cazador siempre observa a su presa, esperando una oportunidad para atacar... No quieras sacar a la luz al forestal
Ladeé la cabeza, y amagué a modo de broma dando un paso rapidamente y retrocediéndolo de nuevo a la misma velocidad. Una suave brisa nos revolvió el pelo hacia mi izquierda y su derecha. Mis ojos brillaban rojizos, brillantes, burlones y expectantes, a que la chica volviera a hacer algún movimiento.
- El cazador siempre observa a su presa, esperando una oportunidad para atacar... No quieras sacar a la luz al forestal
Ladeé la cabeza, y amagué a modo de broma dando un paso rapidamente y retrocediéndolo de nuevo a la misma velocidad. Una suave brisa nos revolvió el pelo hacia mi izquierda y su derecha. Mis ojos brillaban rojizos, brillantes, burlones y expectantes, a que la chica volviera a hacer algún movimiento.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La finta del chico no tuvo efecto alguno en la joven, salvo que mientras que él se movía hacia atrás, ella salió corriendo disparada hacia él. Había que ser rápido y dejarse de estupideces. De nuevo volvió a placarlo, colocándose encima suya a horcajadas y encadenando más ataques... Hasta que claro, el chico invirtiera posiciones, pero por ahora se encontraba muy liberada por poder golpear carne.
- ¿Forestal? Esos son hippies comeflores que cuidan los bosques, no tienen nada que ver con cazadores como tales.
Por otro lado, dentro del bosque, Salamon corría siguiendo al pollito de la albina, buscando el lugar donde peleaba con el híbrido. Llevaba la mitad del camino hecho.
- ¿Forestal? Esos son hippies comeflores que cuidan los bosques, no tienen nada que ver con cazadores como tales.
Por otro lado, dentro del bosque, Salamon corría siguiendo al pollito de la albina, buscando el lugar donde peleaba con el híbrido. Llevaba la mitad del camino hecho.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
De repente, sin comerlo no beberlo, la tia loca se lanzó a por mí, sin ni siquiera dejarse amilanar por mi amago. Caí al suelto, dando un quejido ahogado. Intenté levantarme, pero la albina se sentó otra vez sobre mí, y empezó a golpearme de nuevo.
- ¿Pero que haceeeees, gilimemaaa?
Levanté un brazo, y agarré lo primero que pillé: su pelo. Tiré de él con fuerza, tratando de hacer que me soltara. Al mismo tiempo, también intenté empujarla, para dar la vuelta y colocarme yo encima suyo.
- ¡Locaa! ¡Que estás locaaa!
- ¿Pero que haceeeees, gilimemaaa?
Levanté un brazo, y agarré lo primero que pillé: su pelo. Tiré de él con fuerza, tratando de hacer que me soltara. Al mismo tiempo, también intenté empujarla, para dar la vuelta y colocarme yo encima suyo.
- ¡Locaa! ¡Que estás locaaa!
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Apretó los dientes con fuerza tratando de que no la afectara el que la tiraran del pelo, pero sus golpes comenzaban a ladearse, de la misma manera que todo su cuerpo. Sabía que en cuestión de fuerza el pelirrojo la ganaba y por mucho. Así que, su tiempo encima del revoltijo que eran iba a ser algo temporal. Sin embargo, no iba a abandonar su posición sin pelear, así que, en cuanto se desestabilizo comenzó a mover las manos, con las uñas en posición perfecta para arañar.
- ¿Loca o hago lo que tengo que hacer? Porque los tuyos sois un peligro para todos los demás.
Siguió arañándolo, mientras que se revolvía para tratar de sacárselo de encima. No estaba segura de conseguirlo, pero no perdía nada por intentarlo. Y bueno, esperaba al menos que disfrutase de los arañazos que seguramente algunos habrían rasgado la piel y comenzarían a sangrar.
Sangre, ese bello líquido de precioso color rojo. Su gusto por la sangre venía a que era del mismo color que sus ojos. Un color rubí que podía ser bastante vívido a veces y otras de una tonalidad apagada y oscura. Rojo que ya no solo ella mostraba en la mirada, sino que también poseía el chico encima suyo.
- ¿Loca o hago lo que tengo que hacer? Porque los tuyos sois un peligro para todos los demás.
Siguió arañándolo, mientras que se revolvía para tratar de sacárselo de encima. No estaba segura de conseguirlo, pero no perdía nada por intentarlo. Y bueno, esperaba al menos que disfrutase de los arañazos que seguramente algunos habrían rasgado la piel y comenzarían a sangrar.
Sangre, ese bello líquido de precioso color rojo. Su gusto por la sangre venía a que era del mismo color que sus ojos. Un color rubí que podía ser bastante vívido a veces y otras de una tonalidad apagada y oscura. Rojo que ya no solo ella mostraba en la mirada, sino que también poseía el chico encima suyo.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Gruñí, y posteriormente grité por los arañazos que estaba recibiendo. Traté de engancharle con los dientes algún que otro dedo, para sujetarle la mano, y de paso hacerla daño. La miré con rabia asesina, mis ojos parecían tener luz propia ante ese sentimiento que me llevaba a golpear, a arañar, a morder...
- ¿Pero qué dices? ¡Soy único en mi especie! ¡No soy un error, soy un milagro!
Gruñí de nuevo, y con la mano que me quedaba libre le propiné un puñetazo. Ese hecho, lo de que era un milagro, era una buena idea, y una buena forma de catalogarme. ¿Qué los biohybridos eran estériles? ¿A quién le importaba eso? ¡Yo había nacido de dos de ellos! No tenía por qué ser un error, podía también ser un milagro.
- ¿Pero qué dices? ¡Soy único en mi especie! ¡No soy un error, soy un milagro!
Gruñí de nuevo, y con la mano que me quedaba libre le propiné un puñetazo. Ese hecho, lo de que era un milagro, era una buena idea, y una buena forma de catalogarme. ¿Qué los biohybridos eran estériles? ¿A quién le importaba eso? ¡Yo había nacido de dos de ellos! No tenía por qué ser un error, podía también ser un milagro.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Sonrió cuando el chico gritó, podía ser muy fuerte pero soportaba el dolor que ella. Aunque bueno, por el mero hecho de ser mujer tenía una resistencia al dolor superior al del hombre, no por nada, ella iba a ser la que tendría que dar a luz a un ser vivo desde sus entrañas en algún momento de su vida. Que esperaba fuese en mucho tiempo, aún era demasiado joven para eso. A pesar de haber tenido un pasado un tanto "alegre".
Iba a hacer un comentario ofensivo con ser delicado, pero antes de que pudiera abrir la boca... ¡Ñac! El chico la mordió los dedos. De haber estado simplemente molestándolo de una manera más civilizada, hubiera gritado un poco -mucho en realidad, la gustaba exagerar y llamar la atención- y se hubiera quejado hasta el infinito y más allá. Pero al estar enzarzada en una pelea sin normas, ya se lo esperaba, o al menos sabía que algo la iba a doler. Así que, solo apretó los dientes y trató de clavarle los dedos en el interior de la boca, ya fuese en las encías, la lengua o el paladar.
Cuando la soltó, seguramente dolorido porque que te claven algo en la boca no es muy normal. Dijo algo que consiguió que la albina empezara a reírse ignorando completamente el combate. ¿Único en su especie? ¡Y un jamón! Se producían en masa en muchos laboratorios del mundo, ya fuese para comprobar su capacidad regenerativa, como para ser armas o simplemente satisfacer la curiosidad de algunas personas. Y lo del milagro, sin comentarios, en todo caso, milagrosa era la capacidad que tenían los científicos.
Por culpa de ese ataque de risa se llevó otro puñetazo fuerte en la cara. Al día siguiente iba a estar completa y absolutamente morada. Escupió de nuevo sangre y miró al chico fijamente.
- ¿Un milagro? Perdona que te diga, pero se os crea en masa gracias a los científicos. ¿Qué te hace diferente a los demás, biohybridos? No eres ni tan siquiera único.
Detuvo sus ataques, solo iba a mover los brazos en caso de tener que proteger su magnífico rostro que tantos daños ya se había llevado. Tenía curiosidad por saber la respuesta del chico. No podía creerse que le hubiesen engañado para creer que era el único híbrido del mundo.
Iba a hacer un comentario ofensivo con ser delicado, pero antes de que pudiera abrir la boca... ¡Ñac! El chico la mordió los dedos. De haber estado simplemente molestándolo de una manera más civilizada, hubiera gritado un poco -mucho en realidad, la gustaba exagerar y llamar la atención- y se hubiera quejado hasta el infinito y más allá. Pero al estar enzarzada en una pelea sin normas, ya se lo esperaba, o al menos sabía que algo la iba a doler. Así que, solo apretó los dientes y trató de clavarle los dedos en el interior de la boca, ya fuese en las encías, la lengua o el paladar.
Cuando la soltó, seguramente dolorido porque que te claven algo en la boca no es muy normal. Dijo algo que consiguió que la albina empezara a reírse ignorando completamente el combate. ¿Único en su especie? ¡Y un jamón! Se producían en masa en muchos laboratorios del mundo, ya fuese para comprobar su capacidad regenerativa, como para ser armas o simplemente satisfacer la curiosidad de algunas personas. Y lo del milagro, sin comentarios, en todo caso, milagrosa era la capacidad que tenían los científicos.
Por culpa de ese ataque de risa se llevó otro puñetazo fuerte en la cara. Al día siguiente iba a estar completa y absolutamente morada. Escupió de nuevo sangre y miró al chico fijamente.
- ¿Un milagro? Perdona que te diga, pero se os crea en masa gracias a los científicos. ¿Qué te hace diferente a los demás, biohybridos? No eres ni tan siquiera único.
Detuvo sus ataques, solo iba a mover los brazos en caso de tener que proteger su magnífico rostro que tantos daños ya se había llevado. Tenía curiosidad por saber la respuesta del chico. No podía creerse que le hubiesen engañado para creer que era el único híbrido del mundo.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Le volví a golpear, frustrado, mientras seguía encima. Había dejado de oponer resistencia, solo se protegió la cara.¿Se había rendido, o es que me estaba tomando el pelo? Resoplé, y la agarré de la ropa, enfadado, cuando insinuó qie era biohybrido.
- ¡Yo no soy como mis padres! ¿Me oyes? ¡No soy un maldito biohybrido!
Vale, sí, se me escapó. Mirumon me lo había dicho ya, que no lo dijera a nadie, pero no era tan fácil cuando una estúpida y loca canosa te atacaba.
- ¡Yo no soy como mis padres! ¿Me oyes? ¡No soy un maldito biohybrido!
Vale, sí, se me escapó. Mirumon me lo había dicho ya, que no lo dijera a nadie, pero no era tan fácil cuando una estúpida y loca canosa te atacaba.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Bloqueó el último golpe que le regalo el muchacho. Parecía estar más furioso que antes con esas afirmaciones, y eso que por primera vez no lo había dicho para provocarlo -mucho- sino más por satisfacer su necesidad. Pero ya se sabe, hay veces que para conseguir una cosa hay que hacer otra con la que jamás pienses que vayan a ocurrir esas cosas. El chico la alzó un poco hacía él, sujetándola por la camisa.
Le observó de cerca escuchando sus palabras, quedándose total y absolutamente sorprendida por la premisa dada por el pelirrojo. ¿Cómo era posible qué eso hubiese ocurrido? No lo habían conseguido en los laboratorios, y eso que tenían toda la maquinaria para ayudar a producir crías de manera artificial.
- ¿C-cómo ha sido posible? Eres el primero del que oigo hablar... - posiblemente esa información diera cuerda para que la chica se metiera con él. Sin embargo eso era esperarse algo normal, y si ella destacaba por algo era por hacer lo insesperado.- Desde luego eres un milagro...
Le observó con atención, curiosa, haciendo un amplio estudio del chico, o al menos del rostro de este. No había nada que le identificase como una criatura extraña, podría ser un biohybrido también. Pero no había mentira en los ojos de este, ni tampoco hubiera podido mentir sintiendo tanta furia. A menos claro esta, que se hubiese enfadado porque se había mentido durante tanto tiempo a sí mismo que se creyera su propia mentira.
Le observó de cerca escuchando sus palabras, quedándose total y absolutamente sorprendida por la premisa dada por el pelirrojo. ¿Cómo era posible qué eso hubiese ocurrido? No lo habían conseguido en los laboratorios, y eso que tenían toda la maquinaria para ayudar a producir crías de manera artificial.
- ¿C-cómo ha sido posible? Eres el primero del que oigo hablar... - posiblemente esa información diera cuerda para que la chica se metiera con él. Sin embargo eso era esperarse algo normal, y si ella destacaba por algo era por hacer lo insesperado.- Desde luego eres un milagro...
Le observó con atención, curiosa, haciendo un amplio estudio del chico, o al menos del rostro de este. No había nada que le identificase como una criatura extraña, podría ser un biohybrido también. Pero no había mentira en los ojos de este, ni tampoco hubiera podido mentir sintiendo tanta furia. A menos claro esta, que se hubiese enfadado porque se había mentido durante tanto tiempo a sí mismo que se creyera su propia mentira.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La miré con odio y rabia, aún sujetándola, mirandola fijamente y retrasando un brazo para golpearla. Pero, antes siquiera de que mi cerebro mandara la orden de golpear, la canosa me miró, notablemente sorprendida de oír lo que le había dicho... y hasta me dio la razón en lo de "milagro".
- Tsk. No hables como lo si supieras todo...
La solté y me levanté de encima suyo, medio enfurruñado, aunque más tranquilo. Me di la vuelta, y caminé hacia la mochila ya sudadera.
- Tsk. No hables como lo si supieras todo...
La solté y me levanté de encima suyo, medio enfurruñado, aunque más tranquilo. Me di la vuelta, y caminé hacia la mochila ya sudadera.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Soltó una suave risa al verse libre de las manos y el cuerpo del joven. Si no se equivocaba, por la facilidad con la que la había soltado el chico no tenía pinta de ser demasiado violento. Pero bien podía ser que por ser mujer y humana hubiese pensado que no estaba a su altura durante la pelea.
Aunque si bien, él se había llevado más golpes, los que había recibido ella eran más fuertes. Así que, simplemente se dejó caer contra la hierba, cerrando los ojos y relajándose unos segundos. Se sentía bastante relajada con toda la energía liberada en golpear al chico. No sabía a que venían tantas prisas por parte de él.
- ¿Te marchas ya? Y yo que pensaba que nos estábamos divirtiendo...- su voz sonó algo rota a causa de la posición tan forzada que tenía al estar completamente tumbada sobre el suelo y forzar sus cuerdas vocales a hablar.
No tenía pensado moverse en un rato, pero se dio media vuelta para queda bocabajo y poder vigilar sus pertenencias, por si al chico le daba por limpiar todo el área. Pero no estaba del todo seguro que se lo quitara. Podría creer que la chica necesitaría la casaca para sobrevivir a la fría noche en el bosque.
Aunque si bien, él se había llevado más golpes, los que había recibido ella eran más fuertes. Así que, simplemente se dejó caer contra la hierba, cerrando los ojos y relajándose unos segundos. Se sentía bastante relajada con toda la energía liberada en golpear al chico. No sabía a que venían tantas prisas por parte de él.
- ¿Te marchas ya? Y yo que pensaba que nos estábamos divirtiendo...- su voz sonó algo rota a causa de la posición tan forzada que tenía al estar completamente tumbada sobre el suelo y forzar sus cuerdas vocales a hablar.
No tenía pensado moverse en un rato, pero se dio media vuelta para queda bocabajo y poder vigilar sus pertenencias, por si al chico le daba por limpiar todo el área. Pero no estaba del todo seguro que se lo quitara. Podría creer que la chica necesitaría la casaca para sobrevivir a la fría noche en el bosque.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Me puse la sudadera, y me colgué la mochila llena de comida como premio. Después me volví hacia la chica con expresión malhumorada, mirándola inquisitivo, hasta que finalmente decidí tenderle la mano para ayudarla a levantarse. Lo siento si no le gustaba, a mí me habían educado así, de modo que podía guardarse todo su odioso orgullo.
- Tengo cosas mejores que hacer que pelearme con una chica psicópata-resoplé.
Tras ayudarla a levantarse (si es que se dejaba), me llevé una mano al bolsillo, para mirar al digiespirit y hablar con él sobre esa pelea... Pero me quedé helado, el digivice no estaba.
Di una vuelta completa, buscando el dispositivo. Seguramente se me había caído mientras me revolcaba en el suelo (dios, que mal suena eso) con la albina. No podía perderlo, era mi única arma en aquel mundo hostil, además de que había creado con Miru un vínculo especial.
Afortunadamente, lo vi pronto. El digivice se encontraba en el suelo, a unos metros de mí, junto a los pies de la tía... Empecé a caminar para cogerlo, apurado. Vete tu a saber si esa chica decidía quitármelo y no devolvérmelo.
- Tengo cosas mejores que hacer que pelearme con una chica psicópata-resoplé.
Tras ayudarla a levantarse (si es que se dejaba), me llevé una mano al bolsillo, para mirar al digiespirit y hablar con él sobre esa pelea... Pero me quedé helado, el digivice no estaba.
Di una vuelta completa, buscando el dispositivo. Seguramente se me había caído mientras me revolcaba en el suelo (dios, que mal suena eso) con la albina. No podía perderlo, era mi única arma en aquel mundo hostil, además de que había creado con Miru un vínculo especial.
Afortunadamente, lo vi pronto. El digivice se encontraba en el suelo, a unos metros de mí, junto a los pies de la tía... Empecé a caminar para cogerlo, apurado. Vete tu a saber si esa chica decidía quitármelo y no devolvérmelo.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Cerró los ojos, puesto que la luz entraba con facilidad al claro molestándola. Era una de las maldiciones que tenía que soportar por ser así de increíble o al menos así se decía a sí misma para engañarse, de alguna manera tenía que aceptar que no era como los demás. Y las versiones más crueles, como fantasma o vampiro -esta última era la que más odiaba- no quería asumirlas, puesto que no iba por ahí chupando la sangre a los demás.
Abrió una ralla los ojos cuando notó una sombra que tapaba el Sol. El muchacho se había acercado para ayudarla a levantarse. Un oscuro ramalazo de rabia surgió de su pecho, odiaba que la tratasen como una damisela en apuros. ¡Ella no era de porcelana! No había por qué tratarla como tal, pero todos los hombres insistían en hacerlo así. Y eso la repateaba, porque seguro que de haber sido un hombre, el chico no la hubiese ayudado, sino que la hubiese dejado allí.
Rechazó por tanto la ayuda, incorporándose ella sola hasta quedar sentada. Con una expresión hosca.
- Guárdate esas cosas, no necesito que tengas deferencia hacía mí por ser una chica. No necesito de "príncipes azules" que me salven del dragón. Yo solita me encargo del dragón.-Sabía que el chico no lo había hecho con malas intenciones, pero seguía sin gustarla dicha acción. De ahí que sus palabras salieran con más mordacidad de la debida.- Y lamentó no tener algo entre las piernas para que el combate te parezca más divertido, en vez de que sea con una magnificente psicópata.
Suspiró para levantarse e irse cada cual por su camino. Sin embargo un objeto a sus pies la llamó la atención. Una especie de dispositivo negro y verde, que podría parecerse al suyo, de no ser porque tenía una forma más rara y una pantalla más pequeña. Sostuvo dicho objeto entre las manos hasta que notó la mirada del pelirrojo clavado en ese objeto. Había una gran necesidad reflejada en sus pupilas. Julchen sonrió de manera evidentemente maligna. Iba a divertirse en un rato por haber sido infravalorada solo por ser mujer, y por llamarla psicópata. Si fuera esto último el chico tendría la cabeza rebanada del cuello.
- ¿Para qué es este objeto? O mejor dicho, ¿por qué lo quieres tanto?- preguntó poniéndose de pie.- Si me respondes te lo daré y cada uno puede irse por su camino. Te lo prometo, pero has de responder a todo lo que pregunte.
Para asegurarse que no se lo quitaran con facilidad lo metió entre el pecho. De quererlo el chico tendría que meter las manos en esa zona, y si era tan "caballeroso" como parecía, no lo haría.
Abrió una ralla los ojos cuando notó una sombra que tapaba el Sol. El muchacho se había acercado para ayudarla a levantarse. Un oscuro ramalazo de rabia surgió de su pecho, odiaba que la tratasen como una damisela en apuros. ¡Ella no era de porcelana! No había por qué tratarla como tal, pero todos los hombres insistían en hacerlo así. Y eso la repateaba, porque seguro que de haber sido un hombre, el chico no la hubiese ayudado, sino que la hubiese dejado allí.
Rechazó por tanto la ayuda, incorporándose ella sola hasta quedar sentada. Con una expresión hosca.
- Guárdate esas cosas, no necesito que tengas deferencia hacía mí por ser una chica. No necesito de "príncipes azules" que me salven del dragón. Yo solita me encargo del dragón.-Sabía que el chico no lo había hecho con malas intenciones, pero seguía sin gustarla dicha acción. De ahí que sus palabras salieran con más mordacidad de la debida.- Y lamentó no tener algo entre las piernas para que el combate te parezca más divertido, en vez de que sea con una magnificente psicópata.
Suspiró para levantarse e irse cada cual por su camino. Sin embargo un objeto a sus pies la llamó la atención. Una especie de dispositivo negro y verde, que podría parecerse al suyo, de no ser porque tenía una forma más rara y una pantalla más pequeña. Sostuvo dicho objeto entre las manos hasta que notó la mirada del pelirrojo clavado en ese objeto. Había una gran necesidad reflejada en sus pupilas. Julchen sonrió de manera evidentemente maligna. Iba a divertirse en un rato por haber sido infravalorada solo por ser mujer, y por llamarla psicópata. Si fuera esto último el chico tendría la cabeza rebanada del cuello.
- ¿Para qué es este objeto? O mejor dicho, ¿por qué lo quieres tanto?- preguntó poniéndose de pie.- Si me respondes te lo daré y cada uno puede irse por su camino. Te lo prometo, pero has de responder a todo lo que pregunte.
Para asegurarse que no se lo quitaran con facilidad lo metió entre el pecho. De quererlo el chico tendría que meter las manos en esa zona, y si era tan "caballeroso" como parecía, no lo haría.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La chica rechazó mi ayuda, pero eso no fue lo que me preocupó (de echo, de haber estado más tranquilo ni siquiera hubiera hecho caso, solamente le habría obsequiado con un encogimiento de hombros), sino ver en sus manos mi digivice, y su mirada roja y malévola puesta en mí.
- Es mi digivice, devuélvemelo.-le respondí, dando un paso agresivo hacia ella.
Mis ojos brillaban, ansiosos y preocupados. Ya podía oír a Mirumon echándome la bronca como un poseso por haber sido tan descuidado.
- No es nada que te interese.¿Me lo devueles, por favor?-dije con retintín,.extendiendo la mano.
Mantuve los ojos puestos en mi dispositivo. No podía perderlo, no podía. Sin mi digivice, ¿cómo iba a vengarme de mi madre?
- Es mi digivice, devuélvemelo.-le respondí, dando un paso agresivo hacia ella.
Mis ojos brillaban, ansiosos y preocupados. Ya podía oír a Mirumon echándome la bronca como un poseso por haber sido tan descuidado.
- No es nada que te interese.¿Me lo devueles, por favor?-dije con retintín,.extendiendo la mano.
Mantuve los ojos puestos en mi dispositivo. No podía perderlo, no podía. Sin mi digivice, ¿cómo iba a vengarme de mi madre?
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Esperó la respuesta, divertida, intuía lo que era, pero no para qué funcionaba exactamente. Si el modelo de un mismo objeto de la misma marca cambiaba, eso quería decir que tenía otro tipo de funciones. Y sí acertó con el tipo de objeto que era, pero ya dijo que tenía que responder a todas sus preguntas y no había hecho más que empezar.
Sin embargo, antes de empezar a preguntar sería mejor que el chico la hiciera más caso, quién sabía en qué momento iba a observar a dónde estaba mirando con eso de vigilar su dispositivo.
- Estás cerca de volver a tenerlo, pero antes... Los ojos los tengo más arriba, campeón.- dijo burlona a la vez que cruzaba los brazos debajo del pecho, con la mala intención de hacer que sobresaliera más de lo que hacía normalmente, porque poco pecho no tenía precisamente.- Pero, ¿por qué es tan importante para ti tenerlo? ¿Y qué tiene de especial para que sea así?
Tenía mucha curiosidad pos saber la importancia de tenerlo y no la convencía el para protegerme, a fin de cuentas como no se lo tirara a los enemigos a la cabeza no tenía mucha más utilidad. Para eso antes necesitaba un compañero. Que ahora que lo pensaba no había visto, pero si no había salido en ese momento, dudaba que saliera ahora. A menos que estuviera dentro del dispositivo teniendo unas buenas vistas de su ropa interior.
Sin embargo, antes de empezar a preguntar sería mejor que el chico la hiciera más caso, quién sabía en qué momento iba a observar a dónde estaba mirando con eso de vigilar su dispositivo.
- Estás cerca de volver a tenerlo, pero antes... Los ojos los tengo más arriba, campeón.- dijo burlona a la vez que cruzaba los brazos debajo del pecho, con la mala intención de hacer que sobresaliera más de lo que hacía normalmente, porque poco pecho no tenía precisamente.- Pero, ¿por qué es tan importante para ti tenerlo? ¿Y qué tiene de especial para que sea así?
Tenía mucha curiosidad pos saber la importancia de tenerlo y no la convencía el para protegerme, a fin de cuentas como no se lo tirara a los enemigos a la cabeza no tenía mucha más utilidad. Para eso antes necesitaba un compañero. Que ahora que lo pensaba no había visto, pero si no había salido en ese momento, dudaba que saliera ahora. A menos que estuviera dentro del dispositivo teniendo unas buenas vistas de su ropa interior.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Me sonrojé visiblemente al percatarme de a dónde estaba mirando. Se... se había metido el digivice entre los pechos.... ¿Y ahora cómo lo recuperaría? No podía meterle la manaza, además de que sería algo demasiado embarazoso.
- ¿Eh?-conseguí musitar, apenas, cuando dijo no se qué de sus ojos.
Tragué saliva. Quería saber para qué era ese digivice, cuál era su función. ¿Nunca había visto a un frontier? Al parecer no...
- Sirve para...
- ¡Naois! Ya estás metiéndole mano para recuperarme, o te juro que no te ayudaré en tu venganza. ¡Me estoy asfixiando!
Tragué saliva, pero terminé la frase.
- Sirve para hacerme evolucionar...
- ¿Eh?-conseguí musitar, apenas, cuando dijo no se qué de sus ojos.
Tragué saliva. Quería saber para qué era ese digivice, cuál era su función. ¿Nunca había visto a un frontier? Al parecer no...
- Sirve para...
- ¡Naois! Ya estás metiéndole mano para recuperarme, o te juro que no te ayudaré en tu venganza. ¡Me estoy asfixiando!
Tragué saliva, pero terminé la frase.
- Sirve para hacerme evolucionar...
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Sonrió de manera más malévola si cabe cuando el pelirrojo se percató de a dónde miraba, haciendo que se pusiera más rojo. Que inocente era, casi la daba hasta pena el jugar de esta manera con él. Pero era una forma de hacerle pagar por haberla menospreciado por ser mujer.
Esperó la respuesta con ansias, pero entonces una voz que salió de su pecho la asustó, lo que la obligó a dar un bote hacia atrás asustada. A la vez que producía un gritito que la hacía ver menos asombrosa de lo que era. O al menos eso es lo que pensó ella, porque simplemente se vio como una chica que se ha asustado. Pero jamás aceptaría que eso era normal, ella no podía demostrar miedo o que tenía sentimientos.
- ¿Qué narcies?- sacó el dispositivo del interior de la camisa, mirando la pantalla con atención mientras un leve rubor cubría sus mejillas. - ¡Tú! Maldito pervertido, no le digas al chaval que meta las manos entre mis tetas. Que son espacio personal y privado donde unos pocos tienen acceso
Si había que ser fiel a la verdad unos cuantos años atrás era una zona de libre acceso, pero ahora que la chica intentaba llevar una vida más normal y ordenada, prácticamente no dejaba que nadie la tocara en esa zona tan sensible para ella. El espíritu digital podía darse por satisfecho con eso de haber estado dentro.
- ¿Evolucionarte? Esto no es un dispositivo de biohybrido. - así no era como se diseñaban.- ¿Y qué venganza?
Esperó la respuesta con ansias, pero entonces una voz que salió de su pecho la asustó, lo que la obligó a dar un bote hacia atrás asustada. A la vez que producía un gritito que la hacía ver menos asombrosa de lo que era. O al menos eso es lo que pensó ella, porque simplemente se vio como una chica que se ha asustado. Pero jamás aceptaría que eso era normal, ella no podía demostrar miedo o que tenía sentimientos.
- ¿Qué narcies?- sacó el dispositivo del interior de la camisa, mirando la pantalla con atención mientras un leve rubor cubría sus mejillas. - ¡Tú! Maldito pervertido, no le digas al chaval que meta las manos entre mis tetas. Que son espacio personal y privado donde unos pocos tienen acceso
Si había que ser fiel a la verdad unos cuantos años atrás era una zona de libre acceso, pero ahora que la chica intentaba llevar una vida más normal y ordenada, prácticamente no dejaba que nadie la tocara en esa zona tan sensible para ella. El espíritu digital podía darse por satisfecho con eso de haber estado dentro.
- ¿Evolucionarte? Esto no es un dispositivo de biohybrido. - así no era como se diseñaban.- ¿Y qué venganza?
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Mirumon resopló por la exasperación cuando lo sacaron de aquella zona personal. En la pantallita podía vérsele, con los brazos cruzados, mirando para otro lado. De no haber tenido una capucha que le ocultara el rostro, se le vería bastante sonrojado, y con un hilillo de sangre saliéndole de la nariz.
- ¡Ahora la culpa será mía! ¡Me cogen, me meten ahí dentro y encima ahora me exigen! Los jóvenes de ahora no saben los que es el respeto...
Inspiré hondo, y extendí aún más el brazo, moviendo los dedos para que me lo devolviera.
- No soy biohybrido, ya te lo he dicho. Ese es un dispositivo de Frontier...-le expliqué, impacientemente, haciéndome además el loco a lo de la venganza.
- ¡Ahora la culpa será mía! ¡Me cogen, me meten ahí dentro y encima ahora me exigen! Los jóvenes de ahora no saben los que es el respeto...
Inspiré hondo, y extendí aún más el brazo, moviendo los dedos para que me lo devolviera.
- No soy biohybrido, ya te lo he dicho. Ese es un dispositivo de Frontier...-le expliqué, impacientemente, haciéndome además el loco a lo de la venganza.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Frunció el ceño al ver al espíritu así, fingiendo un claro enfado. Aunque le parecía menos escandalizado de lo que debería por haber las palabras para que lo sacaran... Si lo pensaba bien, en ningún momento había dicho que le molestase estar allí, sólo que se ahogaba.
- Que sepas, tío tétrico, que en ningún momento he dicho que fuese culpa tuya estar ahí dentro. Sino que seas tan pervertido de decirle que me metiera mano, así sin pudor alguno.- Ella se mostraba molesta porque el espíritu hacía lo que le daba la gana y entendía lo que quería entender.- Además, si tanto te molestaba podías haber dicho antes que te sacara. ¿O es que estabas disfrutando de las vistas, eh?
¿Frontier? ¿Qué narices era eso? Nunca había oído hablar de eso. Y lo que menos le gusto a Julchen, había ignorado deliberadamente su pregunta de la venganza. Además de manera bastante clara. Ahí había algo bastante turbio. Quería saberlo, es más tenía que saberlo. Hasta que no se lo dijera no se lo devolvería.
Dio un paso hacia atrás al ver como el chico acercaba más el brazo. Estaba desesperado por conseguirlo. Así que ella, se preparó para un posible intento de que se lo quitaran de las manos. Para empezar poniéndose el dispositivo cerca del pecho, y para seguir, preparada para dar media vuelta e interponer su cuerpo contra el del chico.
- Si me respondes a estas preguntas, te lo devolveré, chico Frontier. Para empezar, diferencias entre un frontier y un biohybrido. Segunda, contra quién quieres vengarte y por qué. Eso es todo. Cumplelo y será tuyo de nuevo, trata de quitármelo y me encargaré de que no lo veas, aunque tenga que hacer cosas que no quiera.
- Que sepas, tío tétrico, que en ningún momento he dicho que fuese culpa tuya estar ahí dentro. Sino que seas tan pervertido de decirle que me metiera mano, así sin pudor alguno.- Ella se mostraba molesta porque el espíritu hacía lo que le daba la gana y entendía lo que quería entender.- Además, si tanto te molestaba podías haber dicho antes que te sacara. ¿O es que estabas disfrutando de las vistas, eh?
¿Frontier? ¿Qué narices era eso? Nunca había oído hablar de eso. Y lo que menos le gusto a Julchen, había ignorado deliberadamente su pregunta de la venganza. Además de manera bastante clara. Ahí había algo bastante turbio. Quería saberlo, es más tenía que saberlo. Hasta que no se lo dijera no se lo devolvería.
Dio un paso hacia atrás al ver como el chico acercaba más el brazo. Estaba desesperado por conseguirlo. Así que ella, se preparó para un posible intento de que se lo quitaran de las manos. Para empezar poniéndose el dispositivo cerca del pecho, y para seguir, preparada para dar media vuelta e interponer su cuerpo contra el del chico.
- Si me respondes a estas preguntas, te lo devolveré, chico Frontier. Para empezar, diferencias entre un frontier y un biohybrido. Segunda, contra quién quieres vengarte y por qué. Eso es todo. Cumplelo y será tuyo de nuevo, trata de quitármelo y me encargaré de que no lo veas, aunque tenga que hacer cosas que no quiera.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Mirumon esbozó una sonrisa sarcástica y resopló, indignado por tener que escuchar las palabras de la chica. Supe en qué estaba pensado, en que, como bien había dicho él con anterioridad, los jóvenes no teníamos respeto por nada.
- Lo que usted diga, señorita-respondió, sin ganas de discutir.
Yo, por mi parte, di otro paso, para seguir a la misma distancia de la albina. Se había sacado el digivice del... eeh... escote, pero aún faltaba que me lo diera. La miré de mala manera, pero suspiré.
- Los biohybridos tienen ADN digimon implantado en su propio código genético. Los frontiers suelen ser humanos normales qie, gracias a unos espiritus digitales, evolucionan. Supongo que yo soy una mezcla de ambos, aunque no he heredado la capacidad de mis padres de transformarme en el digimon de mi interior.
Miré al suelo, con una chispa de pena en el fondo de las pupilas, pero sacudí la cabeza para evitar pensar en eso
- Mi venganza consiste en encontrar a mi madre y matarla.
Lo dije ya mirándola a los ojos, sin vacilar ni temblar. Era un hecho que quería cumplir mi venganza, y no me iba a refractar.
- Ahora dámelo.
- Lo que usted diga, señorita-respondió, sin ganas de discutir.
Yo, por mi parte, di otro paso, para seguir a la misma distancia de la albina. Se había sacado el digivice del... eeh... escote, pero aún faltaba que me lo diera. La miré de mala manera, pero suspiré.
- Los biohybridos tienen ADN digimon implantado en su propio código genético. Los frontiers suelen ser humanos normales qie, gracias a unos espiritus digitales, evolucionan. Supongo que yo soy una mezcla de ambos, aunque no he heredado la capacidad de mis padres de transformarme en el digimon de mi interior.
Miré al suelo, con una chispa de pena en el fondo de las pupilas, pero sacudí la cabeza para evitar pensar en eso
- Mi venganza consiste en encontrar a mi madre y matarla.
Lo dije ya mirándola a los ojos, sin vacilar ni temblar. Era un hecho que quería cumplir mi venganza, y no me iba a refractar.
- Ahora dámelo.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Asintió satisfecha con eso de que la diera la razón, a pesar de que intuía de que no era de corazón. Pero bueno, ella era increíble y magnífica así que, se lo pasaría por alto esta vez y dejaría de tratar de discutir. Además hay que tener un respecto a los mayores, aunque sean unos viejos verdes.
Un paso que el chico avanzó, y uno que ella retrocedió con expresión cautelosa. No iba a dejarse quitar el dispositivo sin tener sus respuestas. Quería saber más cosas sobre otros tipos de niños del digimundo, y sentía algo de curiosidad sobre por qué ese chico quería hacerle mal a alguien. No parecía ser demasiado rencoroso. Pero ahí estaba, hablando de venganza.
Asintió entendiendo lo que la contaba de los frontier. Quizás ella debería haber sido uno de esos guerreros, pero cómo serlo si hasta ese momento desconocía de su existencia.
- Vaya, interesantes los frontier.
Durante un segundo le pareció ver al chico triste, y algo en su pecho se apretó. No le había gustado nada ese brillo, prefería el desafiante, no el triste. ¡Espera! ¿por qué pensaba en esas cosas? Y a ella qué más le daba que el chico estuviese alegro o triste. Desafiante o complaciente. Nada, eso es lo que la tendría que importar.
Sin embargo se quedó perdida en esa mirada determinada. Ese tipo de mirada ya le gustaba más... Lástima que sintiese algo de celos de esa persona de la que iba a vengarse.
- Vaya, así que eres un chico malo, ¿no?- preguntó de manera maliciosa.- ¿Cuál es el nombre de la afortunada?
Tras la respuesta, la chica, a causa de esas extrañas emociones que había sentido antes, decidió hacerle una pequeña travesura de despedida. Puede que no fuese culpa del chico, pero no le gustaba sentir su ritmo cardíaco algo alterado. Sobre todo, porque el motivo más posible prometió dejarlo a un lado hace mucho tiempo ya.
Extendió el digivice un poco, antes de lanzarlo al bosque con una sonrisa maliciosa.
- Ya puedes ir a buscarlo. Kesesesesesesese~ - a parte de desagradable, su risa era extraña.
Sin embargo, por culpa de dicha acción el destino de ambos jóvenes quedaría marcado por el odio. Puesto que en el momento que Nao fuese capaz de encontrarlo, Salamon junto con Julbrid aparecerían frente a él.
- ¡Piuuuu! Piu, piu piiiiii
- Así que, ese es el chico que ha atacado a Julchen. ¿Qué has hecho con ella humano?, no me obligues a hacerte daño.- gruño la cachorra mostrando los dientes.
Un paso que el chico avanzó, y uno que ella retrocedió con expresión cautelosa. No iba a dejarse quitar el dispositivo sin tener sus respuestas. Quería saber más cosas sobre otros tipos de niños del digimundo, y sentía algo de curiosidad sobre por qué ese chico quería hacerle mal a alguien. No parecía ser demasiado rencoroso. Pero ahí estaba, hablando de venganza.
Asintió entendiendo lo que la contaba de los frontier. Quizás ella debería haber sido uno de esos guerreros, pero cómo serlo si hasta ese momento desconocía de su existencia.
- Vaya, interesantes los frontier.
Durante un segundo le pareció ver al chico triste, y algo en su pecho se apretó. No le había gustado nada ese brillo, prefería el desafiante, no el triste. ¡Espera! ¿por qué pensaba en esas cosas? Y a ella qué más le daba que el chico estuviese alegro o triste. Desafiante o complaciente. Nada, eso es lo que la tendría que importar.
Sin embargo se quedó perdida en esa mirada determinada. Ese tipo de mirada ya le gustaba más... Lástima que sintiese algo de celos de esa persona de la que iba a vengarse.
- Vaya, así que eres un chico malo, ¿no?- preguntó de manera maliciosa.- ¿Cuál es el nombre de la afortunada?
Tras la respuesta, la chica, a causa de esas extrañas emociones que había sentido antes, decidió hacerle una pequeña travesura de despedida. Puede que no fuese culpa del chico, pero no le gustaba sentir su ritmo cardíaco algo alterado. Sobre todo, porque el motivo más posible prometió dejarlo a un lado hace mucho tiempo ya.
Extendió el digivice un poco, antes de lanzarlo al bosque con una sonrisa maliciosa.
- Ya puedes ir a buscarlo. Kesesesesesesese~ - a parte de desagradable, su risa era extraña.
Sin embargo, por culpa de dicha acción el destino de ambos jóvenes quedaría marcado por el odio. Puesto que en el momento que Nao fuese capaz de encontrarlo, Salamon junto con Julbrid aparecerían frente a él.
- ¡Piuuuu! Piu, piu piiiiii
- Así que, ese es el chico que ha atacado a Julchen. ¿Qué has hecho con ella humano?, no me obligues a hacerte daño.- gruño la cachorra mostrando los dientes.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Entrecerré los ojos cuando retrocedió. ¿Más preguntas? ¿Pero qué se creía que era eso? ¿Un exámen? Suspiré, cansado de eso, y me crucé de brazos, esperando por su pregunta. Cuando la hizo, mis ojos se volvieron muy cálidos, pero no era esa calidez agradable que se sentía al dar un abrazo. Era una cálidez asesina, llena de odio y rabia. Abrí la boca para contestarla, y escupí el nombre de mi madre con desprecio.
- Zayyn.
Di otro paso, enfadándome ya por momentos, para recibir mi dispositivo, pero ella, con esa sonrisa maliciosa, alzó el brazo y lo lanzó lejos, riendo de manera desagradable.
- ¡Hija de...!-se le oyó gritar a Mirumon.
Chasqueé la lengua, mirando cómo mi dispositivo se perdía entre la maleza. Corrí como pude para recuperarlo, pasando a través de arbustos, y arañandome con sus ramas, pero no sentí el dolor en ese mismo momento. Me detuve en un minúsculo claro, calculando que podría haber aterrizado allí. Afortunadamente, lo ví en el suelo, casi enterrado entre la hierba. Con una sonrisa, lo recogí y lo abracé, aliviado. Mirumon casi parecía escupir insultos a la vez que babas por la boca del mosqueo que llevaba, y me reí. Sin embargo, enmudecí al oir una voz cercana, e instintivamente creé una cinta de datos en torno a mi mano. A los pocos segundos ya era Mirumon, y miraba, sin expresión a los que acababan de llegar. Un Salamon y el pollito de antes. Debía ser la compañera de la idiota.
- Ella me atacó primero-respondí.
- Zayyn.
Di otro paso, enfadándome ya por momentos, para recibir mi dispositivo, pero ella, con esa sonrisa maliciosa, alzó el brazo y lo lanzó lejos, riendo de manera desagradable.
- ¡Hija de...!-se le oyó gritar a Mirumon.
Chasqueé la lengua, mirando cómo mi dispositivo se perdía entre la maleza. Corrí como pude para recuperarlo, pasando a través de arbustos, y arañandome con sus ramas, pero no sentí el dolor en ese mismo momento. Me detuve en un minúsculo claro, calculando que podría haber aterrizado allí. Afortunadamente, lo ví en el suelo, casi enterrado entre la hierba. Con una sonrisa, lo recogí y lo abracé, aliviado. Mirumon casi parecía escupir insultos a la vez que babas por la boca del mosqueo que llevaba, y me reí. Sin embargo, enmudecí al oir una voz cercana, e instintivamente creé una cinta de datos en torno a mi mano. A los pocos segundos ya era Mirumon, y miraba, sin expresión a los que acababan de llegar. Un Salamon y el pollito de antes. Debía ser la compañera de la idiota.
- Ella me atacó primero-respondí.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La albina estuvo un buen rato riéndose por el grito del espíritu dentro del dispositivo. Le hacía gracia que se gritase mientras que era lanzado, una situación muy cómica. Y más gracia le hizo la cara que puso el chico que trataba de ir de malo, cuánta desesperación por ir a por el objeto. Sí que era importante para su venganza...
Por otro lado, tras el encontronazo entre Salamon y Naois, este evolucionó hasta ser un forestal oscuro. Desde luego, la corrupción parecía emanar de él, puesto que la hierba y los árboles más cercanos a él parecían más marchitos que antes. Y si hay algo que un ángel -o futuro ángel- no soporte es la corrupción.
- Ella es humana, y tú puedes hacerte digimon. Creo que hay demasiada diferencia de nivel entre los dos. Por mucho que ella te ataque primero, tu la matas con solo mover un dedo.- gruñó más mostrando más todavía los dientes, de haber sido un gato estaría completamente encrespada.- DIME. DÓNDE. ESTÁ
Sin esperar a que la contestaran, presa de la preocupación, cargó contra el digimon para placarle. Sin embargo, aunque funcionase, los daños no serían demasiado elevados para un digimon de nivel superior.
Por otro lado, tras el encontronazo entre Salamon y Naois, este evolucionó hasta ser un forestal oscuro. Desde luego, la corrupción parecía emanar de él, puesto que la hierba y los árboles más cercanos a él parecían más marchitos que antes. Y si hay algo que un ángel -o futuro ángel- no soporte es la corrupción.
- Ella es humana, y tú puedes hacerte digimon. Creo que hay demasiada diferencia de nivel entre los dos. Por mucho que ella te ataque primero, tu la matas con solo mover un dedo.- gruñó más mostrando más todavía los dientes, de haber sido un gato estaría completamente encrespada.- DIME. DÓNDE. ESTÁ
Sin esperar a que la contestaran, presa de la preocupación, cargó contra el digimon para placarle. Sin embargo, aunque funcionase, los daños no serían demasiado elevados para un digimon de nivel superior.
- off:
- Sledge Dash: Corre hacia el enemigo, placándolo con fuerza
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Mirumon se fusionó mentalmente conmigo al completo. Era como si de repente yo fuera él y él fuera yo. Por eso, ambos miramos al Salamon con indiferencia, esquivando aquella arremetida con tan solo movernos hacia un lado. Pudimos ver casi a cámara lenta cómo el Salamon pasaba de largo, y debido al enfado del espíritu digital, le propinamos una coz a la digimon.
- Está por ahí. Deja de interponerte en mi camino. Tengo un hybrido al que eliminar.
Miramos fríamente al Salamon, esperando ver si nos volvía a atacar o no. Mejor asegurarnos antes de darle la espalda.
- Está por ahí. Deja de interponerte en mi camino. Tengo un hybrido al que eliminar.
Miramos fríamente al Salamon, esperando ver si nos volvía a atacar o no. Mejor asegurarnos antes de darle la espalda.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
La cachorra gimió al recibir la patada y posteriormente empotrarse contra el tronco de uno de los árboles. Pero no se iba a dar por vencida tan rápido. No sabía que le había pasado a su compañera y no se imaginaba que fuese algo bueno, puesto que nada que tuviese aspecto de cadáver andante tramaría algo bueno. Sacudiendo la cabeza, y a causa de su gran tamaño, el resto del cuerpo. La digimon se dispuso a hacerle frente de nuevo. Otra vez con la misma táctica.
- Sledge Dash
Estaba muy asustada por la humana, así que, no tenía ganas de pensar mucho en hacer una estrategia de combate. Simplemente, quería encontrarla y poder cuidarla por si la habían hecho algo malo. Por muy fuerte que resultara la albina, también podía ser herida físicamente o emocionalmente, siendo esto último más difícil de conseguir, pero también más profundo y dañino para ella.
El pollito al ver que la cachorra no tenía muchas opciones salió volando para encontrar a su dueña. Tras unos minutos de búsqueda revoloteando por la zona, encontró el brillo plateado de sus cabellos entre las verdes ramas de los árboles.
- Sledge Dash
Estaba muy asustada por la humana, así que, no tenía ganas de pensar mucho en hacer una estrategia de combate. Simplemente, quería encontrarla y poder cuidarla por si la habían hecho algo malo. Por muy fuerte que resultara la albina, también podía ser herida físicamente o emocionalmente, siendo esto último más difícil de conseguir, pero también más profundo y dañino para ella.
El pollito al ver que la cachorra no tenía muchas opciones salió volando para encontrar a su dueña. Tras unos minutos de búsqueda revoloteando por la zona, encontró el brillo plateado de sus cabellos entre las verdes ramas de los árboles.
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Vi a la perra golpearse contra un árbol, la miré, impertérrito, pero finalmente decidí dejarla y seguir con mi camino, en solitario. No obstante, cuando había dado ya un par de pasos, la oí gritar de nuevo, el mismo ataque. Es decir, el movimiento era el mismo. Con un chasquido de lengua, me volví, agarrando el arco, y justo al tenerla frente a mí, solté la flecha, directamente a por ella.
- Te dije que no te pusieras en mi camino...
Mis ojos, por un momento, resplandecieron, rojos, en el fondo de la capucha, furiosos y llameantes.
- Te dije que no te pusieras en mi camino...
Mis ojos, por un momento, resplandecieron, rojos, en el fondo de la capucha, furiosos y llameantes.
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Imposible le fue esquivar la envenenada saeta. Y la pequeña digimon cayó al suelo, retorciéndose mientras que gimoteaba a causa del daño sufrido. Sentía que no solo era el daño que le había provocado la saeta, por donde se perdían parte de sus datos simulando sangre. Su cuerpo puro se estaba corrompiendo, sentía la ponzoña introduciéndose más en ella.
En esa escena llegó finalmente la albina, con verdadera preocupación en el rostro. Horrorizada se quedo al ver la saeta que sobresalía del cuerpo de la cánida desaparecer poco a poco cumplida ya su misión.
- Jul...ugh... ¡Vete!
Esas palabras fueron el tope para la albina. Puede que no hubiese jugado limpio con el chico, pero tampoco era para matar a nadie. ¡Y menos alguien que le importase! Sus ojos finalmente brillaron con odio, odio desde lo más profundo de su alma. Toda el odio que se había tragado durante su vida estaba ahora destilándose desde esos orbes rubíes. Haciéndolos casi resplandecer, opacando incluso la luz del Sol. Dotando a la humana de un aspecto más endemoniado que de costumbre, porque ese color tan intenso de ojos, la empalidecía más aún.
- Déjala en paz.- musitó con una inusitada calma.
Calma que precede a la tempestad...
En esa escena llegó finalmente la albina, con verdadera preocupación en el rostro. Horrorizada se quedo al ver la saeta que sobresalía del cuerpo de la cánida desaparecer poco a poco cumplida ya su misión.
- Jul...ugh... ¡Vete!
Esas palabras fueron el tope para la albina. Puede que no hubiese jugado limpio con el chico, pero tampoco era para matar a nadie. ¡Y menos alguien que le importase! Sus ojos finalmente brillaron con odio, odio desde lo más profundo de su alma. Toda el odio que se había tragado durante su vida estaba ahora destilándose desde esos orbes rubíes. Haciéndolos casi resplandecer, opacando incluso la luz del Sol. Dotando a la humana de un aspecto más endemoniado que de costumbre, porque ese color tan intenso de ojos, la empalidecía más aún.
- Déjala en paz.- musitó con una inusitada calma.
Calma que precede a la tempestad...
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Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Salamon cayó al suelo, gimoteando, y la escena de su debilitamiento hizo mella en mí. Sentí algo atenazándome las entrañas, algo.que se llama culpabilidad y arrepentimiento. Desvié la mirada cuando llegó la albina, y empecé a caminar para alejarme de ellas.
- Esto no tendría que haber pasado...-musité, colgándome el arco a la espalda-. Lo siento...
Caminé pesadamente, tratando de alejarme de ellas. No tenía que haberla disparado, pero siendo Mirumon, mi comportamiento variaba, pasaba a ser alguien casi inexpresivo, casi insensible, que no le importaba eliminar a los demás si estos se ponían en su camino. Me asusté por ello, pero no dije nada. Era mi digiespirit, no podía hacer nada...
- Esto no tendría que haber pasado...-musité, colgándome el arco a la espalda-. Lo siento...
Caminé pesadamente, tratando de alejarme de ellas. No tenía que haberla disparado, pero siendo Mirumon, mi comportamiento variaba, pasaba a ser alguien casi inexpresivo, casi insensible, que no le importaba eliminar a los demás si estos se ponían en su camino. Me asusté por ello, pero no dije nada. Era mi digiespirit, no podía hacer nada...
Re: Solo los hombres se pelean por un pedazo de carne.
Arrepentimiento. ¿Se creía ese idiota que le servía a Julchen de algo? No, por supuesto que no. Aceptaba que se arrepintieran si el daño era contra ella misma, pero no aceptaba que dañaran a aquellos que había prometido proteger. Furia, eso era lo que sentía recorrer cada nervio de su cuerpo, una furia tan poderosa que surgió a su alrededor en forma de DigiSoul. La cubría con un aura de un azul oscuro, profundo, que se removía furioso como llamas.
Sin embargo, no descargó ese odio. No, lo almacenaría, porque por ahora tenía que ocuparse de su compañera. Se arrodillo a su lado, cargándola en brazos con cuidado. La cachorra parecía estar cubierta por sudor y temblaba. Además de que su piel estaba fría. Pero el aro de su cuello, brillaba tenuemente. Era un anillo sagrado, por ende debía estar sanandola de aquello que había corrompido su cuerpo.
La humana la envolvió en su chaqueta con cuidado.
- Haré sufrir a ese imbécil por haberte hecho esto. Pero no le daré una muerte. Ni piados ni lenta, sino que destrozaré su vida hasta que lo único que le quede sea suplicar por su fin...
El odio se escurría por cada una de sus palabras. Cerrando así su juramento. Seguramente de haber tenido algún objeto punzante se hubiera hecho una cicatriz para recordárselo. Nadie jugaba con los suyos y salía indemne.
Sin embargo, no descargó ese odio. No, lo almacenaría, porque por ahora tenía que ocuparse de su compañera. Se arrodillo a su lado, cargándola en brazos con cuidado. La cachorra parecía estar cubierta por sudor y temblaba. Además de que su piel estaba fría. Pero el aro de su cuello, brillaba tenuemente. Era un anillo sagrado, por ende debía estar sanandola de aquello que había corrompido su cuerpo.
La humana la envolvió en su chaqueta con cuidado.
- Haré sufrir a ese imbécil por haberte hecho esto. Pero no le daré una muerte. Ni piados ni lenta, sino que destrozaré su vida hasta que lo único que le quede sea suplicar por su fin...
El odio se escurría por cada una de sus palabras. Cerrando así su juramento. Seguramente de haber tenido algún objeto punzante se hubiera hecho una cicatriz para recordárselo. Nadie jugaba con los suyos y salía indemne.
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