Un día en el Parque de Atracciones

La chica de pelo azul, vestida con una camiseta de varios colores y una falda negra, con dos largas coletas; se tomaba un enorme helado de chocolate, mientras esperaba a su compañero digital. Que se había montado en una enorme montaña rusa llena de caídas, loopings y demás cosas que dificultaban el mantenimiento de los alimentos en el estomago.

Finalmente la atracción finalizo, bajando de ella un perro de color amarillo con unas peculiares orejas rosas, al igual que su cola, que se movía de un lado a otro demostrando la felicidad del animal.
- ¿Qué tal ahí arriba?
- Estupendamente ^^ deberías haber subido, había unas vistas bastante bonitas
- Ya me imagino, pero sabes que con la comida no se podía subir- lo cierto era que no le gustaban nada las atracciones fuertes, aunque nunca lo decía, siempre se inventaba alguna excusa.
- Bueno, sino en la próxima- la confianza que profesaba el cánido sobre ella, casi la hacia sentir culpable de engañarle.

La chica se dio la vuelta mirando a su alrededor. Toda la ciudad era un parque de atracciones, y estaba llena de digimons bebés, al parecer esta era una zona en la que aparecían. Estaban rodeados por puestos de comida, y más y más atracciones; a menos de diez metros estaba un carrusel con sus elegantes y viejos caballos subiendo y bajando. Y un poco más alejado una lanzadera de más de 100 metros de altura.
Labramon observó la enorme estructura con ojos codiciosos... Ya sabía en que se montaría.
- Ya sé donde quiero ir... - Algo le distrajo, un olor tenue en el aire, pero ahí estaba, le sonaba mucho; inspiró profundamente. - Creo que hay alguien que conocemos por aqui...

Quizá se equivocara, o quizá no; quien sabia.

Hacia un ambiente agradable en el parque de atracciones, aunque, para el gusto de la chica, demasiado ruido y demasiada gente. Y si tanto le molestaba, ¿por qué había ido a un lugar como ese? Era una pregunta interesante, sí.

La muchacha había viajado durante un tiempo, llegando agotada y sin suministros a esa gran ciudad. Había entrado en ella, buscado alguna tienda dónde comprar comida y agua. Una mala suerte que tuviera que ser precisamente esa ciudad.

- Mala suerte... -había susurrado.

Tras comprar todo lo que necesitaba, compró un helado y se sentó en un banco, bajo la sombra de un árbol. Dejó a su lado la mochila y la espada que llevaba con ella y observó desde ahí una montaña rusa. Parecía ser la más grande y la más rápida. La joven sonrió. Seguramente ni se acercaba en términos de rapidez a Aeirmon, su etapa mega; y mucho menos a su cambio de modo.

Suspiró y comenzó a lamer el helado, tranquilamente, y sintiendo una agradable brisa a su alrededor.

Labramon olfateó siguiendo la fuente de ese olor. Peculiar, a la vez convinaba el pestazo de un gato y del pescado, con el aroma humano, junto con otra cosa que no sabia que era. Sus uñas resonaban sobre el pavimento. Su compañera lo seguía mirando a su alrededor, absorbiendo el ambiente.

El perro se detuvo al otro lado de la enorme montaña rusa en la que se había montado anteriormente. Y allí alzó la cabeza. Mirando. Aly por su parte miraba hacia la montaña viendo como subía y caía constantemente, en un vaivén hipnotizante.

- Mira Aly, ahí - Labramon señaló hacia la sombra de un árbol, en un banco. - Parece que ha sobrevivido
La chica miró donde le indicó su digimon y sonrió con una amplia sonrisa, de genuina felicidad.
- Cierto, me alegro de verla

Se acercó a ella y la sonrió con alegría, con su manera de ser, sin maldad.
- ¡Hola Z! No sé si te acordarás de mi, pero solo venía a saludar y a ver que tal estabas. `- Directa, sin preguntar, no hacía falta pocas personas podían parecerse a la pelirroja que había traído al mundo digital por accidente.

Labramon se acercó como una sombra de su dueña, pero sin duda mucho menos amistoso.

La chica comenzó a adormilarse. En ese momento estaba muy relajada, y el chocolate siempre la tranquilizaba aún más. Inspiró hondo y se rempantingó en el banco. Cerró los ojos, una sonrisita de comodidad le asomó por el rostro, lentamente.

Sin embargo, poco le duró. Escuchó ruido cerca, como de pisadas, y percibió un olor algo desagradable, como a perro mojado. Notó como ese olor se colocaba en frente suya, y. Advirtió que no estaba solo. Abrió un poco sus ojos.

- Ah..no...-.--susurró.- Otra vez vosotros...

Suspiró. En fin, aquel parque era un sitio publico. No era tan extaño encontrarse fon ellos dos.

- Bien... estaba a punto de dormirme...

Alyria sonrió al verse reconocida por Z. Se sentó a su lado, sin pedir permiso, pero dejándola un espacio para que no se sintiera incómoda.
- Me alegra saber que te acuerdas de nosotros. Espero que disculpes la rudeza para intentar sacarte de aquí. Pero es que si eras una humana normal, parecía que no querrías marcharte por las buenas.

Labramon continuaba en silencio, a diferencia de cuando alguien le caía bien, en cuyo caso se habría lanzado sobre esa persona a llenarla de babas, la pelirroja seguía sin gustarle. Llevaba el aroma del odio a su alrededor, así como el de la muerte... Y ese pinchito que llevaba al lado, no era algo que se pudiera pasar por algo. Se acercó a Aly como si fuera un escolta, y observó a Z.

- Si no quieres no contestes, pero ¿qué has andado haciendo por el digimundo?
- Nada bueno, seguro - Murmuró Labramon muy bajo, no le gustaba nada. Pero Aly rara vez se daba cuenta de que algunas personas suponían un peligro mayor que otras.

Zayyn pusó los ojos en blanco al ver que la chica se sentaba junto a ella, aunque agradeció en el fondo que respetara su espacio vital. Prestó atención a su helado nuevamente, dándole un lametón.

La chica peliazul comenzó a hablar de cuando se conocieron por primera vez. No fue un encuentro muy amistoso, la verdad. Ella les había seguido por Central Park, que hasta que hubieron creado un portal que los llevo a los tres al digimundo. Sin embargo, a la chica y su perro no les había hecho mucha gracia que se hubiera colado. Mas que nada, porque se pensaban que podría ser una amenaza para el mundo digimon.

Sonrió levemente al recordar aquello. Tras explicarles que ella solo quería llegar alli, parecieron tranquilizarse, aunque el perro seguía siendo hostil con ella... el perro...

Se fijó entonces en él. No parecía mirarla de la misma manera que su ama. Ella parecía mostrarse amable y gentil, mientras que el chucho la miraba con desconfianza.

La peliazul formuló entonces una pregunta. Z desvió un breve momento la mirada para evitar que captaran el brillo peligroso en sus ojos grises.

- Nada del otro mundo... Salvé a una ciudad entera de un general del que vosotros llamáis Milleniumon...-aunque fue más por beneficios que por otra cosa-Maté a un conejo... y además conseguí evolucionar-añadió a modo de respuesta del comentario del perro, dirigiéndole una sonrisa burlona.

Tras eso, le dió otro lametón al helado.

Alyria esperó a que ella contestara, aunque notó algo raro proveniente de la chica cuando miró a Labramon. Pero segundos después volvió a hablar con normalidad, serían imaginaciones suyas se dijo la peliazul.

- Si conseguiste salvar a la ciudad entera es que eres bastante fuerte - comentó con una sonrisa, pero inmediatamente se puso seria. - Pero que pena u.u no me gusta nada la violencia, por qué no nos podríamos llevar bien todos

Desde luego aparentaba y se sentía abatida. No le gustaba nada la violencia, mientras que la pelirroja se sentía orgullosa de todos sus logros que en su mayoría eran de atacar y golpear a los demás.
Por su lado Labramon bufó al oir las explicaciones de la pelirroja.

- Enhorabuena por matar a un conejito, ¿qué? ¿Te sientes mayor? - preguntó con sorna.
- Labra, si a la chica le pareció importante, es que para ella lo será - reprendió Aly a su digimon, después volvió a mirar a Zayyn- Disculpale, a veces tiene el hocico muy grande y habla más de lo que debe

De repente la gruñeron las tripas, a pesar de haber acabado de comer un helado enorme. Pero su estómago era un pozo sin fondo.
- n.nu Me voy a ir a compararme algo para comer, ¿quieres acompañarnos?- Le preguntó a Z con educación, aunque imaginaba que la pelirroja tendría otras cosas mejores que hacer.
- Estupendo, ir a comer con ella... que genialidad ¬¬ - murmuró Labramon de manera sarcástica.

Z se terminó de comer el helado y miró mal al perro, el cual parecía responder al nombre de Labra... Labramon.

- Más que tú seguro, chucho-resopló.

Se cruzó de brazos. Observó a la chica. Parecía bastante triste por el tema de la violencia. Ya cuando se vieron por primera vez parecía ser alguien que quisiera hacer todo por las buenas y no por métodos violentos. Z pensó que era bastante inocente.

- Mientras los humanos sigan siendo egoístas, la violencia no terminará. Además, el bien no puede existir sin el mal...

Suspiró al decir aquello. Era una verdad como un templo. Podría hacerse del mundo un lugar mejor, pero la violencia seguiría estando ahí.

De repente, a la peliazul le rugieron las tripas, y eso provocó una cadena. Z se agarró la tripa, con cara de circunstancias.

- .... TwT

La otra se levantó, dispuesta a ir a comer, y le preguntó a la pelirroja si querría ir con ella.

- .... TwT E..está bien... ¬¬ -dijo algo sonrojada.

De modo que se levantó, cogió sus cosas y esperó a que la peliazul se moviera, no sin antes dirigirle al perro una mirada de victoria.

- Ya sé que la violencia siempre existirá, y da igual de que especie se sea, siempre estará ahí... Pero siempre se puede soñar.

Sonrió al escuchar la afirmación de Z. Y la agarró de la mano, tirando de ella hacia un enorme puesto de hamburguesas, patatas, pizzas... Vamos un paraíso de comida rápida. Había también, muchas mesas en las que poder sentarse.
Labramon se dirigió a una de esas, para que no les quitaran el sitio.

- Labra, ¿lo de siempre? - preguntó la chica antes de que su compañero se alejara demasiado.
- Sí, una hamburguesa grande de solo carne y bacon. Nada de cosas verdes y sanas.
- Valeee :3 - dijo colocándose en la cola y soltando a la pelirroja.

Se quedó mirando el cartel enorme para ver qué es lo que quería ella para comer... Quizá una hamburguesa, o un trozo de pizza... Pero el kebab tenía muy buen aspecto. No era capaz de decidirse.
Se volvió hacia Z, con una sonrisa amable.
- ¿Qué vas a pedir? Pago yo, así que no te preocupes y no te cortes ^^

Zayyn observó el puesto de comida rápida con ojos golosos. Hacía bastante que no comía y al llegar a la ciudad el helado era lo único que había encontrado. Pero ahora estaba frente a comida, comida que le llenaría al fin el estómago. Puso cara de gusto al imaginar una hamburguesa en su plato.

- ... -w-

Escuchó entonces lo que Labramon pediría. Se volvió hacia él con una sonrisa.

- Te vas a poner gordo. Sería muy divertido verte desplazando como si fueras una pelota.

Tras eso se volvió para mirar junto a la otra muchacha el cartel de las comidas. Vio hamburguesas, pizzas, sandwuiches, bocadillos... Y kebabs. KEBABS. A la chica se le hizo al boca agua al ver la imagen. Hacía milenios que no probaba uno.

Quien se fijara en ella, no vería a la chica habitualmente seria, sino a una muchacha hipnotizada por la imagen del kebab.

- ... *¬*

Escuchó una voz a su lado que la llamaba y preguntaba. Con la misma expresión en la cara se volvió.

- Kebab... 5 kebabs... *¬*-dijo, sacudió la cabeza para despejarse y miró el cartel pensativa.- Y un vaso de "Digicola" (?).

Labramon bufó en el banco al oír a Z, pero decidió que lo mejor era ignorarla. Quemaba casi todo lo que comía debido a que no era un perro tranquilo, sino que amaba correr y jugar, revolcarse sobre la hierba y los charcos, meterse en cualquier piscina y perseguir a los gatos.

Aly por su parte sonrió al enterarse de toda la comida que quería la pelirroja.
- Te quejarás de mi digimon, pero 5 kebabs tampoco son moco de pavo, además aunque tengan mucha verdura, siguen siendo comida rápida que engorda. - se rió mientras que lo decia, pero a la vez era una pequeña reprimenda por meterse con su digimon, pero con ese tono no lo parecía.

Volvió a mirar el cartel y decidió que tomaría una hamburguesa de pollo, un trozo de pizza de jamon y queso, junto con patatas fritas, quizá algo más... Pero aún no se había decidido por nada más cuando las tocó el turno de pedir.
Un gabumon era el que las atendía.
- ¿Qué es lo que queréis?
- Pues: 5 kebabs, una hamburguesa de pollo, otra solo de carne y bacon, un trozo de pizza de jamón y queso, patatas fritas, dos botellas de agua y una digicola, por favor
- Un momento, por favor

El digimon se fue, y les trajo las bebidas, poco después les trajo las demás cosas en una bandeja. La peliazul pagó y cogió una de las bandejas, mientras que le pasaba la otra a Z. Se dirigió hacia la mesa de su digimon, que estaba observando cómo caía la gente que se montaba en la lanzadera con ojos soñadores.
Alyria le puso delante su hamburguesa, consiguiendo que el digimon dejara de mirar hacia arriba.
- Que aproveche - musitó antes de darle un enorme mordisco a su comida.

La pelirroja agarró su bandeja felizmente y siguió a... un momento, ¿como se llamaba la chica? Recordaba vagamente que Labramon la había llamado por su nombre la vez que los vió en Central Park, pero aquello ya le era muy lejano.

- Ane... Ari... Api... -aventuró, murmurando, mientras la seguía- .... ¿Any?

Frunció el ceño. No estaba segura de si era ese, pero era el que más le sonaba. Llegaron a la mesa, Z se sentó en un asiento lejos del perro. A ella tampoco le caía bien. Notó que Labra miraba con ojos golosos una lanzadera de más de 100 metros, y sacudió la cabeza.

<< Si sube ahí después de comer, su estómago no lo soportara >>.

Le prestó atención entonces a su bandeja.

- Bon appetit... -y le dio un mordisco al primer Kebab.

Al instante sintió como la comida se hacía hueco en el estómago, reconfortándola por dentro, y haciéndola suspirar. Aparte, el sabor era bastante bueno, lo que la hizo sonreír de satisfacción. -w-

Aly alzó la cabeza al oír a la pelirroja Terminó de masticar el trozo de hamburguesa.
- Es Aly, y dime Z, ¿qué quieres?

Aunque sonrió ante la cara de felicidad de la pelirroja al morder el Kebab.
- Me alegro de que te guste :3 aunque no lo haya cocinado yo... Porque sino sería indigesto - comentó, apenas tenía habilidad en la cocina, siempre habían cocinado para ella.

Labramon por su parte terminó de comer y se recostó mirando la lanzadera. Aún tenía ganas de subir. Alyria vio los ojos que puso su digimon.

- ¿Quieres subir?
- No, te quedarías sola, y a saber si te harían algo - a pesar de decirlo de forma impersonal, miró fijamente a Z.
- No te preocupes, Z me protegera, ella es fuerte, y dudo que aquí ataquen - respondió sin entender la mirada ni lo que ocultaban las palabras de Labra.
- Creo que no, además tengo que hacer la digestión

Sacudió la cabeza tras pegar otro mordisco al Kebab.

- Nada, solo estaba pensando en cómo te llamabas. El perro lo pronunció en Central Park, y me preguntaba si sería capaz de recordarlo.

Se lo terminó, y se disponía a atacar al siguiente cuando Aly y Labra comenzaron a discutir sobre si montaría o no en la lanzadera. Al parecer, el perro amarillo tenía muchas ganas de montar, pero no se atrevía. Tenía miedo de que le pasara algo a su dueña.... o mejor dicho, de que le hicieran algo. Zayyn puso los ojos en blanco.

- Tu perrito tiene miedo de que te ataque... -explicó.

Se recostó contra el respaldo del asiento y le dio un mordisco al kebab.

- Si hubiera querido hacerle algo, lo habría hecho ya, saco de pulgas. -respondió tras tragar lo que tenía en la boca-Hubiera dado lo mismo si estabas como si no.

Además, en teoría estaba en deuda con ella... dos veces. La primera, al traerla al digimundo, y la segundo, ahora. Suspiró, se terminó el segundo kebab, y bebió de su vaso, sin añadir nada más. No le gustaba depender de nadie, pero ahora tendría que pagárselo. -.-

- Bueno, ya lo sabes :3

La chica de pelo azul siguió comiendo tranquilamente la pizza, dado que ya se había terminado la hamburguesa y la mayor parte de las patatas.
Se sorprendió cuando Z la explicó lo que su digimon había insinuado.
- Labraaaaaa - dijo con tono de reproche.

Pero el perro digimon tenía algo a lo que responder.
- Ja, que miedo me das, ¿qué harás? Clavar ese pinchito, perdona que me ria, pero es tan gracioso. ¿Deberías darme miedo? Porque ni en mil años lo conseguirías.

Aly miró a los dos sin saber bien que hacer.
- ¡Parad los dos! - les exigió con un grito. Ese día era para pasarselo bien, no para que discutieran delante de ella.

La chica se rió del comentario de Labramon.

- Lo que tu digas, Toby-respondió, sonriendo y asintiendo. A ese tipo de personas, era mejor ignorarlo.

Dejó el vaso en la mesa, sin inmutarse siquiera ante el grito que pegó Aly para que dejaran de discutir, y cogió otro kebab. La verdad es que el hambre ya remitía, pero se terminaría el tercero. Los otros dos los guardaría por si acaso le entraba hambre más tarde.

- Puedes subirte tranquilo. No la haré nada.... Además, que yo sepa, tengo dos deudas pendientes con ella. Lo último que haría sería matarla.

Le dió otro trago a la digicola y un mordisco al Kebab. Después, lo dejó de nuevo en la bandeja y empezó a buscar algo en la mochila. Sacó un Iphone y le hizo una foto con flash a Labramon. Depués se quedó mirando el resultado, y con una mueca y un chasqueo de lengua, suspiró teatralmente.

- Que pena, no eres nada fotogénico.

Tras eso se colocó unos cascos y comenzó a escuchar música para no tener que aguantar más del amigo cánido.

La peliazul miró sorprendida a la pelirroja al oir lo de que había dos deudas.

- No me debes nada... Te he invitado a esta comida, simplemente acéptalo y ya está. ¿La otra cual es?
Labramon volvió a resoplar con desdén.
- Vaya, ¿ahora sabes lo que es el honor? Quién lo pensaría
- Para ya, Labra, vas a conseguir que se marche.
- Quizá sea eso lo que quiero

Al hacerle la foto Z, solo la miró mal, sin añadir nada más.

Z llevaba los cascos puestos, escuchando la música, pero aún así oyó la conversación.

- La otra es cuando muy amablemente me trajisteis aquí... Aunque no fuera intencionado, no me gusta deberles favores a la gente, por lo que siempre lo evito. Aquella vez, realmente necesitaba que alguien me llevara. Y hoy.... digamos que no tengo mucho dinero. Por eso prefiero pagar las cosas a mi manera, antes de que me pidan cosas que no me gustan.

Dió un sorbo a la digicola y habló a Labramon sin mirarle.

- Contigo también tengo asuntos pendientes, te recuerdo que me tiraste al suelo... -dijo, a medias en broma.

Cogió el Iphone y deslizó los dedos por la pantalla táctil, mandando la foto recién hecha a la papelera. Después dió un largo suspiro, pensativa.

Aly la miró seriamente.
- No hace falta que me pagues nada, con solo aguantarme un rato, me conformo. No me gusta que la gente me soporte solo para finalizar sus deudas, si solo estás aquí por eso, es mejor que te vayas. No soporto a la gente que muestra una sonrisa, cuando realmente quiere que te vayas lejos, e incluso que te mueras. Si es esto lo que te provocamos nos iremos, no te preocupes al decírmelo, casi lo prefiero.

Detestaba que la gente sonriera de manera falsa, mientras que por dentro te miraba mal y despectivamente, para eso, mejor ni acercarse a esas personas. Para ella encontrar cosas buenas a los demás era fácil, pero quizá Z solo la viera como alguien estúpida.
- Cuando quieras terminamos ese asunto, pero volverás a caer al suelo :3 - replicó el cánido de manera inocente.

-.... ¿He dicho acaso que quiero que os vayáis? ¿O que quiero que os muráis? Tu no contestes-le dijo a Labramon- Por tu parte sabes la respuesta -y le guiñó un ojo.

Se terminó el kebab, y sacó una cajita de plástico de la mochila, donde guardó los otros dos. Miró durante un momento a Labramon, y después, a Aly, preguntándose cómo sería tener un compañero digimon. Desde luego, si era como el perro, se le quitaban las ganas completamente. Esperó que no fuera así, tenía mucho interés en encontrar un compañero.

Entonces, al escuchar a Labramon, se le dibujó una sonrisa, y comenzó a reírse con suavidad. Luego, siguió prestándole atención a su bebida.

La chica la miró algo triste.
- No, pero tampoco parece que no lo pienses. No dices mucho, y lo único que sé de ti como persona es que pagas tus deudas. Nada más, quizá te caigo mal y solo quieres pasar el tiempo conmigo para contar como una deuda saldada. Aunque en realidad me odies u.u

La chica estaba algo triste, y su compañero, con su inquebrantable lealtad se acercó a ella, apoyando la cabeza en su regazo.
- Aly anímate ^^ ya sabes que siempre estaré ahí, aunque no haya nadie más. - dijo animándola.
La chica sonrió débilmente y le acarició la cabeza con cariño.
- Además ella no sería una perdida que se fuera :3
- Te he dicho que pares de meterte con ella
- Que quieres que le haga, soy un perro, es decir un animal bastante sincero. Y ella me cae mal :3

La chica sostuvo su mirada sin pestañear, hasta que, de repente, desvió la mirada.

- No me gusta contar cosas sobre mí.... -murmuró.

"Lo único que sé de ti como persona...". Esa frase la hizo suspirar. Miró a través de la ventana, como observando algo muy lejano. Desde pequeña había sido muy poco sociable... desde que empezaron a hacerla daño. Por eso no solía acercarse a nadie. Sin embargo, una parte de ella deseaba estar con alguien; a fin de cuentas, en parte era humana.

- Por ahora no has hecho nada que me lleve a odiarte, tranquila.-dijo solamente, y comenzó a escuchar la música de los cascos. Una canción suave y lenta, pero a la vez, nostálgica y triste.

Aly asintió, entendía perfectamente que la pelirroja no quisiera contar nada. Siempre había cosas en el pasado que era mejor no contar. Sin embargo Labra, no estaba comprensivo ese día, y le gustaba molestar a la pelirroja.

- La gente que no cuenta esas cosas es porque tiene cosas que ocultar e.e
Alyria, harta de ese comportamiento, dio una orden en alemán. Quizá su compañero fuera un digimon, pero era un perro y había sido entrenado para obedecer a ciertas órdenes, como por ejemplo la de silencio.
- Ruhe! - pronunció con la suficiente autoridad para hacer que el digimon se callara, aunque la miró tristemente. - Hasta que no de otra orden, espero que no hables, o te las tendrás que ver con el fu- fu
Su amenaza consistía en mojarlo con agua de un dispensador, al que ella llamaba fu- fu por el sonido que salía al apretarlo.

- Entonces me alegro ^^ Y tranquila, Labra no nos molestará por un rato. A veces habla de más.
La chica se apoyó completamente en la mesa, cansada, con los brazos cruzados bajo la cara. Labra hizo otro tanto en el suelo.

La chica apoyó el codo derecho en la mesa y se sujetó la cabeza con ella. Miró por la ventana, observando la lanzadera subir lentamente y bajar de golpe. Cogió con la otra mano el vaso y se terminó la digicola, produciendo un suave ruido al sorber lo que quedaba de la bebida. Tras eso suspiró y se levantó para llevar su bandeja a una papelera. Tiró todo en el agujero y dejó la bandeja encima, sobre muchas otras.

En el camino de vuelta vió a una chica y a su digimon sentados en una mesa, comiendo, pero tampoco les prestó mucha atención. Se encogió de hombros y regresó a su asiento, junto con Aly y Labramon.

- ¿Ya habeis terminado? -inquirió. Aunque ella hubiese acabado, no se iba a ir, quería quedarse un rato más con ellos.

La chica de cabellos azules observó a la pelirroja tirar su bandeja. Sin embargo, ella se encontraba muy a gusto sentada ahí donde estaba.
Labramon respiraba de manera tranquila, casi como si estuviera dormido, pero los ojos estaban abiertos y la cola se movía lentamente de un lado a otro.

- Sí, hemos terminado. ¿Quieres ir a algún sitio en concreto? - preguntó poniéndose en pie y estirándose. Después se ajustó las coletas que llevaba y miró a Z atentamente.- Ya sé que no te gusta contar cosas, pero no sabemos tu nombre, exceptuando la primera letra, ¿nos lo dirás?

La pelirroja ladeó la cabeza.

- Me da igual, donde tu quieras-respondió.

Al ver que Aly se levantaba, Z cogió su mochila y la espada y se las colgó a la espalda. Pero entonces, la chica peliazul preguntó por su nombre. La pelirroja se quedó clavada en el sitio, mirando fijamente a Aly y preguntándose si debería mandarla a fregar u otra cosa. Tras meditarlo un poco, finalmente suspiró y puso los ojos en blanco.

- Me llamo Zayyn-respondió cruzándose de brazos. - Ya está, ¿contenta?

Nunca decía a nadie su nombre, pero eso era a personas a las que no conocía, o acababa de conocer. A Alyria ya la conocía de antes, así que tampoco le importaba mucho. Se rascó la nuca, pensativa, y se maldijo interiormente por haber sido tan bocazas. Con un simple "prefiero no decirlo" hubiera bastado. Pero en fin, ya era tarde -.-.

Alyria sonrió ante el gesto de confianza de la pelirroja en ella. Siendo tan reservada como era, probablemente no se lo hubiera dicho.

- Sí, contenta, has demostrado que confías en mí lo suficiente como para decírmelo. ^^ Es un nombre extraño, pero es bonito - comentó amistosa.
Labramon se desperezó y bostezó, haciendo ese ruido tan característico de los perros. Salió del local sin mirar si las dos chicas le seguía, aunque estaba lo suficientemente cerca de su compañera por si algo malo ocurría.

- Podríamos ir andando hasta la zona de agua... Creo que hacen unos espectáculos muy bonitos por allí (?)
Cogió la mochila y se la colgó al hombro, esperando a que Zayyn, dijera si quería ir allí o tenía otro sitio en mente.

Miro a Alyria, frunciendo el ceño.

- Mi nombre no es raro... o si...

En realidad, todo en ella era raro: su pelo, rojo como el fuego; sus ojos, dos ouceros plaeados; su fuerza, rapidez, percepción, rasgos caracteristicos de un biohybrido... Toda ella, en sí, era rara. Hasta su nombre. Quizá por eso de pequeña había sufrido tantas peleas e insultos, porque era "la rara". Y los humanos, cuando no entendían algo, o les daba miedo, lo etiquetaban como lo raro. Era algo que le molestaba. Y mucho.

- Mismamente-respondió a Aly, a lo de ir al lugar del agua.

Aly sonrió ante el desconcierto de Zayyn sobre su propio nombre.
- Es la primera vez que lo escucho. Pero que sea raro no quiere decir que sea feo, normalmente algo extraño puede tener un gran valor. Además en el caso de nombres raros yo no puedo decir nada, el mío es Alyria. Tampoco muy corriente

La chica salió del restaurante (?) y sacó un mapa del bolsillo. Miró hacia donde debían caminar para ir a la zona del Agua. Y se puso en marcha hacia allí, siguiendo las sombras, pues hacia calor, y aun paso tranquilo. No había prisa en llegar.
Labramon iba detrás de las dos jóvenes, observando a la pelirroja en silencio. Analizando cada movimiento que hacía.

Z sigió a Aly a la valle, y al instane resopló. Hacía un calor que te morías. Abrió su mochila y sacó una funda de gafas de sol y se las puso. Eran unas gafas normales, aunque el cristal era de un color anaranjado-rojizo, y la montura era de color negra.

- Mucho mejor...

Después siguió andando, siguiendo a Aly por las sombras que proyectaban los edificios, arboles, atracciones y demás.

- Quien pudiera convertirse en animal marino...-dijo, con cierto sarcasmo.

Siguieron andando por la sombra. El calor podía ser sofocante cuando no soplaba el viento, cuando lo hacía se estaba bastante bien. No miró a Zayyn cuando se puso las gafas de Sol. Pero sonrió cuando comentó lo de ser un animal marino.
- Mejor no serlo, porque fuera del agua, y con este calor se acabaría friendo - se rió mientras lo decía.

Finalmente llegaron a la zona del Agua, todo ello tenía pequeños canales de agua que unían cada una de las fuentes y piscinas que había por allí.
- Podemos ir a ver una película en la que te salpican, a algunos digimons marinos haciendo piruetas (también salpican) o a las carreras... ¿Qué prefieres?

La chica se paró a la sombra, junto a una gran fuente que enviaba ondas de humedad al ambiente refrescándolo.

Siguieron caminando, hasta que al fin llegaron a la zona del agua, en la cual había bastantes fuentes y piscinas conectadas por canales. Y entonces ya no pudo más. Hacía bastante que no liberaba a Uisce, y además tenía un calor sofocante. La muchacha dejó la mochila y la espada junto a Aly y corrió hacia una profunda piscina. En el camino se desvistió tan rápidamente que parecía apenas un borrón (?). Después, alargó los brazos hacia delante y se tiró de cabeza al agua, salpicando apenas.

No ascendió a la superficie enseguida, sino que se quedó un poco dejando que el agua la envolviera. Tras un rato, decidió emerger, transformándose poco a poco en la serpiente marina.

Al final, salió del agua dando un gran salto, para después, meterse dentro otra vez.

Aly miró los objetos que habían dejado a su lado, antes de ver como la pelirroja se iba quitando la ropa hasta que se tiró a una de las piscinas completamente desnuda.
- n.nu
La cara de los dos mostró la misma expresión. La chica recogió las cosas que había dejado la pelirroja y se acercó donde se suponía que estaba nadando, pero la ropa se quedo por ahí perdida en mitad del parque. Al asomarse, se asustó: una serpiente marina salió de la piscina antes de volver a caer.

- Eso explica el tufo a pescado que emanaba
- Te dije que no hablaras
- No es hablar, es comentar :3

La chica suspiró y se sentó bajo la sombra de un árbol esperando a que saliera la otra chica. Se tumbó en la hierba y antes de que se diera cuenta estaba dormida. Labra se quedó sentado velando los sueños de su compañera.

La serpiente estuvo un ratito remojándose en el agua, feliz y fresquita. El agua fría era un bálsamo para su cuerpo ahora mismo, dado el calor que hacía. Aunque Aly tenía razón cuando dijo que después se asaría. Pero por el momento estaba fresquita. -w-

Al cabo de un rato, decidió que ya se había refrescado suficiente, de modo que se deslizó sinuosamente hacia Aly y Labramon, agarrando con la boca la ropa que había dejado en el suelo.

Se detuvo frente a ellos y miró a Labramon, ya que Aly se había quedado completamente dormida.

<< ¿Serías tan amable de sacarme una toalla de la mochila? >> Le preguntó, mentalmente.

Labramon miró a la serpiente que se acercó a ellos. Sabía quien era, pero ahora le apetecía más molestarla. Además para eso tendría que abrir una mochila, y para hacerlo bien se tendría que dejar los dientes con las pequeñas cremalleras, dado que no tenía manos. Por otro lado tendría que meter su preciada nariz entre objetos que hubieran recogido el tufo de la chica, y sencillamente no le apetecía sacrificar su sentido más desarrollado en eso.
- I don't understand you :3 - dijo fingiendo inocentemente, mientras que movía la cola de un lado a otro.

Aly se dio media vuelta y siguió durmiendo, respirando profundamente.

Uiscemon puso los ojos en blanco ante la respuesta de Labramon.

<< Jerk... >> dijo en inglés, moviéndose hacia su mochila. Cerró los ojos durante un instante y susurro: << Raindrop >>

Una copia exactamente idéntica a ella apareció a su lado, completamente seca, metió la cola en la mochila, y sacó una toalla blanca que le tendió a la serpiente real, antes de convertirse en agua y desaparecer.

Zayyn se movió hacia unos arbustos para esconderse dentro.

<< Más te vale quedarte ahí quieto, porque como se te ocurra mirar te aseguro que sufrirás la furia de la tormenta >> Dijo, tranquilamente.

No le dio tiempo a responder al perro. Se metió entre los arbustos y se destransformó, siendo humana otra vez. Se secó el cuerpo rápidamente y comenzó a vestirse de nuevo.

Labramon se rió ante las palabras de la chica.
- Para empezar no siento atracción por los humanos, y además con lo fea que eres, seguro que acabaría vomitando, y no me apetece nada... Eso sí que sería la furia, pero de mi estómago.- empezó a reírse de la chica. - No sé de donde te sacas esos aires de superestrella, pero no eres nada más que una vida en un mundo llena de ella, no te hace ser especial nada. Eres como todos los demás, así que no vayas de doña importante, porque no lo eres.

Dichas sus palabras bostezó y se estiró, tumbándose junto a Aly.

- De primeras, yo no me creo nada. Solamente te aviso de lo que podría pasar si se te ocurre la genial idea. -respondió desde detrás del arbusto, mientras se ponía la camiseta-. De segundas, yo no soy como los demás, ¬¬ que te entre bien en tu reducida...

No llegó a terminar la frase. De repente sintió algo rozándole los tobillos, y con una exclamación de alarma, dió un salto para atrás, mirando que era aquello que se había acercado a ella sin que lo notara.

- O_O

Ante ella no había nadie. Nada parecía haberla rozado. Se cruzó de brazos frunciendo el ceño, sin embargo, y comenzó a darse la vuelta.

<< Alguna rama>> pensó. Sin embargo, no había sido un contacto muy puntiagudo, sino más bien suave.

Suspiró y comenzó a andar, pero entonces de nuevo algo le tocó el pie.

- ¿Qué rayos? D: -exclamó mirando al suelo.

Ante ella había un huevo, del tamaño un poco más pequeño que su cabeza, morado, con motitas y manchitas amarillas de distintas tonalidades.... Y a su lado, un dispositivo.

Zayyn se agachó, extrañada y observó ambas cosas. Primero el huevo, el cual le resultaba extrañamente familiar. Después, fue a coger el digivice, pero de pronto de él salió una intensa luz que de haber sido otra persona la habría cegado. Pero la pelirroja lo cogió, y el dispositivo reaccionó ante su contacto.

Pasados unos segundos, la luz remitió, y Zayyn observó alucinada el digivice y el dispositivo alternativamente. Aún en shock por aquel descubrimiento, cogió el huevo entre sus brazos y, ya vestida, salió del arbusto para reunirse con Aly y Labramon.

- .... .___.

Labramon esperó a que la pelirroja terminara, sin embargo se calló de golpe.
- ¿Qué? ¿Se te ha comido la lengua el gato?

Sin embargo la pelirroja seguía sin contestar, quizá se hubiera ido... o se hubiera muerto. En fin, cualquiera de las dos opciones eran buenas para el perro.
Pero algo ocurrió, un enorme resplandor tras el arbusto donde estaba la chica. El resplandor, despertó a Aly que bostezó.
- ¿Qué pasaaaaaaaaaaaaaaa?- se levantó, frotándose los ojos.
- o.o No sé, la chica se ha metido tras los arbustos para vestirse... y de repente ha salido luz
- ¿Y qué haces parado? Quizá la haya pasado algo- la peliazul parecía alarmada.

Pero la pelirroja salió con un huevo entre sus manos. La peliazul abrió la boca por la sorpresa pero en seguida sonrió feliz.
- ^^ Enhorabuena Zayyn, ahora ya tienes un compañero
- -.- Lo que nos faltaba, otro mal bicho...

Z observó sin mucha atención como Alyria la felicitaba, mientras que Labramon ponía cara de disgusto.

- ¿Compañero? -inquirió, y observó el digihuevo atentamente.

Se sentó en el suelo, junto con sus cosas, y dejó el huevo en su regazo, examinando cara rasgo, cada mancha de él, y preguntándose que saldría de dentro. No tardaría demasiado en comprobarlo.

Suspiró, y acarició la cáscara, percatándose de lo que acababa de pasar. Al fin tenía compañero. Ya no tendría que andar sola. Una extraña sonrisa se le dibujó en la cara.

- Me pregunto cuando saldrás de ahí dentro...

Labramon resopló antes las palabras de la pelirroja con desdén.
- Si tiene suerte, no saldrá nunca. Porque sino... menuda compañera, seguro que lo tendrás explotado al pobre... o a la pobre
- Vamos labra, deja de ser cruel con ella.

La chica de pelo azul se sentó junto a la de pelo rojo, y acercó la mano al huevo.
- ¿Puedo...?- preguntó haciendo ademán de tocar la cáscara de huevo.

Labramon bostezó aburrido, había ido ese día a montarse en atracciones no a ver como se abría el huevo de un bebé digimon.

Zayyn miró mal a Labramon.

- Lo primero que le ordenaré será que te coma, chucho. -soltó, molesta. Después observó como Aly se acercaba para tocar el huevo. La miró algo desconfiada, pero le dejó tocar tocar el huevo.

Sin embargo, antes de que Alyria pudiera ni siquiera rozarlo, la estructura del huevo se agrietó, y comenzó a romperse más, dejando escapar hilos de una intensa luz que provenía del interior. Z desvió la cabeza un poco, pero no perdió el contacto visual. Quería ver antes que nadie que era lo que salia de allí....

- ¿Qué...?

Labramon se rió ante la amenaza de Z.
- Sí, claro. Dirás más bien que me lo comeré yo.

Aly ignoró a su propio digimon y acercó la mano más todavía al huevo, al ver que Zayyn la dejaba tocarlo. Pero antes de hacerlo un enorme destello salió por las grietas del huevo. La luz la cegó, y apartó la vista rápidamente.
Labramon se quedó observando con los ojos entrecerrados y olfateó el ambiente. Olía a bebé.

El resplandor remitió.

- Yaaa >w<

- O_O!

Z se sobresaltó al oir esa voz, pero aún más al ver a una bolita morada con orejitas rodar hacia ella, felizmente. El digimon la miró parpadeando con sus enormes ojos verdes.

- Hula :3 -dijo con una vocecita-. Soy Yaamon, tu compañero.

- O_O ....

Z lo miraba aún, con la boca abierta. Tras unos segundos, miró a Alyria, confusa.

- Tu sabes de esto, ¿que hago?

Siempre había querido tener un compañero, pero ahora que el momento había llegado se sentía como bloqueada, sin saber que hacer a continuación.

La luz remitió y entonces algo con una voz dulce e infantil hablo hacia Zayyn. Aly miró que había hablado, era un pequeño digimon, sin extremidades de color morado, con dos orejitas y unos enormes ojos verdes.
- o.o E- es... ¡Tan monooo!! *w* - dijo Aly muy alegre al ver lo pequeño y mono que parecía el digimon.

Labramon resopló, él era mil veces más mono que esa cosita morada.
- Puees... Por ahora no deberías hacer nada, cuando tenga hambre le das de comer, juegas con él... No sé, es como una persona normal. Trátale como a cualquiera, pero recuerda que él siempre estará contigo y no te llevará la contraria... Así que tienes que tratarlo con más cariño.
La peliazul respondió lo mejor que pudo, pero no sabría explicarlo de mejor manera.

Zayyn escuchó con atención lo que le decía Alyria. Después desvió la mirada a Yaamon y lo cogió con las manos. Sonrió.

- Hola... Yo soy Cet...-enmudeció, porque prefería que él supiera su nombre verdadero-. Zayyn.

Suspiró y miró al digimon, el cual no le quitaba los ojos de encima. Agarró fuerte el digivice y se lo guardó. No quería perderlo. Colocó a Yaamon sobre su cabeza, esperando que este se agarrara fuerte, y se levantó. Él se hizo un ovillito entre el pelo, feliz de estar al fin con su maestra.

Zayyn miró a Aly.

- ¿Y ahora? ¿Qué hacemos? -dijo, aun prestando atención a su digimon-. Ten cuidado, no me arranques ningún pelo, ¿eh?

- Okaa^w^

La muchacha sonrió. Y por una vez, parecía una sonrisa sincera.

Aly observó las muestras de confianza y puede que de cariño de la pelirroja a su digimon. Todo el mundo aunque fuera malvado, se llevaba bien con su digimon.
- Pues a donde queráis, ya os he dicho que por aquí había varios espectáculos para ver
- Yo ya sé que quiero hacer, montarme en eso

El perro señaló con la pata a una montaña rusa que se metía en el agua creando enormes cortinas de agua que caían sobre los que estaban en ella y sobre los de fuera también.
- Pe- pero acabamos de comer.... n.nu - la chica se puso nerviosa no quería montar en ella, y menos todavía decir que no quería subir porque no le gustaban.
- No digas tonterías, ya ha pasado bastante rato desde que hemos comido... ¿No será que tienes miedo? e.e - la retó su compañero.

Zayyn observó con detenimiento la atracción que señalaba Labramon. Los asientos subían lentamente y bajaban de golpe hacia el agua, salpicando a la gente. Resopló.

- Aficionado...-dijo solamente.

Observó la reacción de Alyria, que parecía haberse puesto nerviosa ante la sola idea de montar. Seguramente no era solo que aún pudiera tener algo en el estómago, había algo más... A Aly no parecían entusiasmarle las atracciones fuertes.

Z suspiró y cogió sus cosas.

- Puedes ir tu solito... O acaso te da miedito? Aly tiene que enseñarme mas cosas sobre como cuidar a Yaamon. Estaremos aquí abajo. Y no te preocupes, no me la voy a comer. Puedes ir tranquilo.

Labramon la miró con desconfianza, no le gustaba que una chica que no le caía bien le dijera que tenía que hacer.
- En realidad no lo decía para ella sola, antes me he estado montando solo, lo que pasa es que ahora no me fío de ti

La peliazul se acercó a Zayyn.
- No me va a pasar nada, y ahora le soy más útil viva que muerta, así que te puedes montar tranquilamente - dijo a Labra con una sonrisa algo nerviosa.
El perro hizo un mohín y se dio media vuelta yendo a la atracción.
- Está bien, pero que conste que si la pasa algo, te quedas sin Yaamon. - amenazó a la pelirroja con un gruñido y se fue corriendo.

Cuando se alejó lo suficiente, Aly miró a Zayyn.
- Muchas gracias... No me gustan las atracciones, pero a Labra le encantan... Le partiría el corazón si le dijese que no me gustan

Z sonrió con sarcasmo ante el primer comentario de Labramon. Puso los ojos en blanco.

- Haces bien-respondió.

Se cruzó de brazos, esperando que se fuera de una vez, pero el perro siguió hablando. Zayyn movió una mano para indicarle que se fuera de una vez.

- Ajá, si, muy bien, que te diviertas-dijo, echándole una rápida mirada a Yaamon, quién se había encogido de miedo.

- D: ¿A dónde me va a llevar ese perro? D:

La muchacha alzó las manos y cogió a su compañero.

- A ningún sitio, no dejaré que te toque.

Yaamon hizo pucheros y se frotó contra el cuerpo de la chica, asustado y buscando protección. Zayyn lo acarició y se volvió hacia Alyria.

- Lo he notado, aunque creo que debería comprender que a ti no te gusten ciertas cosas.

Se dio la vuelta y acercó a un banco donde se sentó, esperando que la peliazul hiciera lo mismo.