De vacaciones en el digimundo

Había estado vagando por el digimundo por bastante tiempo. De haber estado perdido por un tiempo, llegué a un océano donde armé un balsa y junto a Wormmon nos adentramos en aquel basto territorio acuoso.

Luego de haber estado vagando en el océano por dos días, llegué a una isla donde arribamos con el bote, o eso intentamos, pero las olas del lugar lo convirtieron en leña mojada. Ya perdido en aquel lugar, busqué digimons por el lugar, pero los pocos que vi al parecer no estaban acostumbrados a la presencia de humanos.

Aquella isla era muy hermosa. La arena era de un color marrón muy pero muy claro, el agua que la rodeaba era de color cristalina, que te permitía ver la belleza del mar. El pequeño bosque del lugar contenía unos cuantos árboles que todos daban frutos, pero no me atreví a sacar ninguno por miedo a que fuesen venenosos.

Ya sin saber que más contemplar, me entraron ganas de meterme al océano, por lo que dejé mi remera y pantalón sobre una piedra para que se secaran, hice lo mismo con mis zapatillas y medias, y luego me metí a nadar en el agua cristalina, mientras que wormmon intentaba hacer con su ceda una cama entre dos árboles lo suficiente para aguantarme.

Después de lo que pasó en la base del Spectral Fire, decidí que un pequeño descanso no me vendría mal. Habíamos ido a la costa desde aquél lugar. Tuvimos que construir un bote, ya que el nuestro había sido destruído en una pelea. Malditos BlackGarurumon, sino fuera por ellos, aún lo tendría. Así que reunimos tanta madera como pudimos. Armamos el bote y partimos.

BOTE:

Me contaron sobre un lugar, un isla, que poseeía unas hermosas playas con aguas cristalinas en la costa y un frondoso y exuberante bosque más adentro. Después de algunas horas de viaje, ya estaba por llegar, parecía que no hubiese más que algunos Digimon en esa isla. Llegamos y anclamos, usando un ancla improvisada. Decidimos parar a comer. A lo lejos, mientras comía, distinguí a otro ser humano.

-Creo que es un tamer.- me contó Dorumon, al darse cuenta de que yo me estaba fijando en eso.

Terminamos de comer, guardamos el resto de la comida en un lugar protegido dentro del bote y nos dirigimos a saludar. Estábamos a casi 100 metros de distancia de aquél sujeto.

Luego de nadar un rato, mi estomago pedía a gritos alimento. Saliendo del agua me dirigí a la isla en busca de algo, y en eso vi como me observaba mientras comía. En ese momento mi estomago me asesinó de una punzada, y me hizo acercarme a este -podrías convidarme???- le pregunté mientras Wormmon comía unas hojas del lugar

Mientras esperaba respuesta, analicé el lugar y para mi sorpresa vi que también había una chica junto con un impmon durmiendo en un árbol. Decidí no despertarla, sin embargo me acerqué a ella para observarla mas detenidamente

El chico me pidió algo de comida, como soy generoso, le dí un poco. Luego se alejó, quizás sabía algo que yo no. Dorumon fue a ver a aquel Digimon que supuestamente debía ser el de aquel chico. Yo mientras tanto me acerqué al joven Tamer.

-Hola, no nos presentamos aún.- lo saludé, extendiendo mi brazo para estrechar mi mano. -Soy Johno Battonage.-

Mientras, le saludaba, a lo mejos me pareció ver una mujer con un Digimon, aunque la apariencia de éste último expresaba maldad, a pesar de estar durmiendo, dándome una sensación de desagrado.

Estando ya observando a la chica, comencé a examinarla de pies a cabeza. Se podía decir que era muy bien dotada, sin embargo mis ojos se posaban en aquella piel blanca y su hermoso cabello rojo. No sabía que hacer, si tocarla o simplemente contemplar su belleza. Ya sin decisión alguna, aproveché aquel momento en que el impmon pedía ayuda para acariciar con suma delicadeza el rostro de aquella joven. Su piel era muy suave de tal manera que mi mano se deslizaba sin interrupción alguna.

Luego de que me diera cuenta de lo que hacía, corrí mi mano rápidamente y caminé unos pasos hacia atrás como si hubiera echo algo malo. Mas tarde, agarrando la comida que generosamente me habían regalado, comencé a comer y solo me digné a tragar y decir -mi nombre es Kirito, un gusto- mientras le sonreía y seguía comiendo.

El Impmon parecía tener problemas, así que antes de esperar a que el otro chico saludase, fui a ayudarlo a salir. Al acercarme vi que la joven se le había caído encima, que dolor pensé, así que traté de ayudar a ese Digimon. La chica era hermosa, lo admito, pero algo me decía que no era de confiar. El otro chico se le acercó, aunque al principio estaba haciendo algo indebido. Al parecer se dió cuenta, apartó sus manos y retrocedió. Ayudé a aquel pequeño demonio Digimon a sali, yo tomándole un brazo y Dorumon el otro.

Después, el chico me saludó mientras comía, cosa que no supe si la forma en que me saludó era propia o no, debido que me pareció que aún tenía la boca llena.

Mientras comía y saciaba mi hambre, vi que aquella dama reaccionó igual que yo a tal gesto. Sin saber que hacer, los colores se me venían a la cara por lo que solo aparté mi mirada de ella y dije -dis...disculpa- mientras esperaba para tranquilizarme.

Wormmon en ese momento llegó y vio aquella situción. El siempre era muy bueno por lo que se acercó a saludar.

-hola a todos- dijo sonriendo -soy Wormmon, y mi compañero es Kirito, un gusto- sus palabras desprendían una sinceridad indiscutible.

La chica reaccionó mal. Así que solté a su Impmon y le contesté de muy mala.

-Perdón por ayudarlo a salir de abajo tuyo.- le respondía con cierto enojo y desdén. -Debí dejar que lo siguieras aplastando.- dije, siendo sarcástico. -Vayámonos, Dorumon.- le ordené a mi digimon.
-OK- me respondió, poniéndose a mi derecha.

Nos dirigimos a la playa, ya que dorumon tenía ganas de hacer un castillo. Quería volver a hacer uno. No había hecho uno desde aquella competencia.

Yo observaba como esta estaba frustrada por la actitud de aquel chico. Yo solamente me digné a reírme por aquel acto tan infantil de parte de la joven mientras que Wormmon subía a mi hombre. Por otra parte esta parecía andar enfadada casi siempre, por lo que solamente la miré a los ojos.

-andar enojada siempre te va a sacar arrugas temprano- dije riéndome -Te harás vieja y te saldrán canas a temprana edad si sigues así- esta vez sonriendo -aparte eres demasiado bella para dejar que eso pase- esta vez con un tono más pícaro

Aquella chica parecía enojada, incluso me recriminaba que no le prestaba atención. Pero no me afectó, ni siquiera me inmuté. Estaba ayudando a Dorumon a construir una torre de arena. El otro chico dijo algo pero no lo oí

-Está muy bien, no lo crees, Dorumon.- le felicitén dándole unas suaves palmadas en la espalda, al ver aquella torre.

-Le falta mucho antes de estar terminado.- criticó mi digimon, con una cara de decepción, mirando aquella construcción.

-Que dificil de complacer eres.- dije a modo de burla.

Yo que había visto a aquella mujer actuar, vi como esta me sobro aparentando una edad muy pequeña se podría decir que era como la mayoría de las adolescentes que creían que con sus caprichos podían ganar algo.

Johno que era uno de mis compañeros de equipo, estaba construyendo un castillo tranquilamente, mientras que Wormmon terminaba de construir mi cama hawaiana para que me acostara, pero en ese momento la chica le susurró a su digimon algo. Este tranquilamente destruyó el castillo de arena que estaba haciendo mi compañero.

Mi mirada en ese momento se tornó fría, y al mismo tiempo había fuego en mis ojos. Se podría decir que miré a la chica directamente a sus ojos y logré notar el vacío en su corazón y su alma, pero lo mismo eso no meritaba para que hiciera lo que le plazca por lo que solamente me digné a decirle algo que le molestaría demasiado aunque no lo quisiera aparentar -se nota que no eres una chica normal, tus ojos muestran sufrimiento camuflado por odio, sin embargo crees que la mejor manera de tapar ese dolor es haciendo sufrir a los demás- en ningún momento la dejé de ver fijamente a los ojos, y si intentara desviar la mirada haría que esta me mirase antes de seguir hablando -no creas que eres la única que ha sufrido, tu no sabes nada de los demás, aparte tus ojos me dicen que una parte de tu corazón pide a gritos ayuda...- dicho esto me acosté debajo de la palmera a la par de ella sin moverme. En mis palabras se denotó la sinceridad más pura que podría existir luego de acostarme la miré nuevamente pero un poco más calmado -hermoso día- le dije con una sonrisa

Una estela negra destruyó el castillo de arena. Yo nunca se lo hubiese hecho a Dorumon. Le miré para ver su expresión. No mostraba ni tristeza ni enojo ni felicidad en su rostro. Sus pupilas se habían contraído hasta volverse una delgada línea. Me voltié y me di cuenta que fue aquella muchacha.

-Tu mamá te tiró de chiquita, ¿verdad?- le dije en un tono burlón, mirándole a esos ojos. -¿O en vez de darte el pecho te daba la espalda?-

Sentí una furia interna, que resultaba aplastante, proveniente de mi camarada.

-la primera impresión cuenta mucho pequeña- le dije sin inmutarme -sin embargo tu misma generas el odio que tienes porque te aíslas, deberías dejar que alguien explote aquella burbuja tuya- luego de decir esto Wormmon me dijo que la cama ya estaba terminada por lo que yo solo sonreí y me dirigí a ella. Para esto debía pasar a la par de la hermosa dama, lastima lo de su dulzura, pero al pasar solamente le sonreí mirándola a los ojos y seguí caminando hasta acostarme en mi pequeña cama hawaiana

-johno, no vale la pena enojarse- le dije sonriendo mientras me acostaba

Wormmon solo hacía caso omiso a las acciones de la chica y su digimon acostándose en mi abdomen y enroscándose en este para dormir

-Tienes razón Kirito, no vale la pena.- le contesté, y me dirigí a Zayyn. -Tu dolor no es culpa mía, si buscas venganza, búscala de los que te hicieron daño. Yo no elegí ignorarte porque sí, sino porque tú lo provocaste. Fuiste vos quien quiso que me alejara, cuando lo único que hice fue ayudar a tu digimon camarada, no lo olvides.- le conté, mirando a los ojos. -Tú no eres la única persona que sufre, tú madre murió a causa tuya. En cambio, yo no puedo acercarme a mi familia, por más que lo desee. Acercarme y no poder hablar con ellos.- y dicho esto, volví con mi Digimon para tranquilizarlo. -Kirito, tú y Wormmon reúnanse con Dansher, yo me iré a ayudar a Samuel.- le ordené.

-si ese es el caso- dije mientras salía de mi cama hawaiana y agarrando mis cosas me digné a intentar salir de la isla, sin embargo mi balsa estaba destrozada

-esto, johno me das un aventón???- dije sonriendo mientras esperaba respuesta de parte de este

Wormmon solamente se acercó a la chica y con su sonriente cara y su sincera voz dijo -no tienes porque ser mala con los demás. Todos tenemos nuestros malos recuerdos y momentos, pero también hay felicidad. Una consecuencia encadena a una causa y así sucesivamente- dicho esto vino junto a mí y se trepó hasta mi hombro

-De acuerdo, Kirito ven, creo que el bote puede llevarnos.- le dije, mientras mi Digimon aflojaba las amarras, dejando solo el ancla. Y mientras me subía a la cubierta, mirando a aquella chica, continué: -Eres linda, pero ese odio te lo quita y algún día, de seguir así, lo perderás para siempre.- Al decir esto me sentí triste. Luego miré a Kirito y a Wormmon: -Kirito, Wormmon, ¿qué esperan?, suban o los dejo.- les apuré, mientras empezaba a levantar el ancla improvisado.

Ya apunto de zarpar subí a aquel bote fabricado, y mientras me iba le lancé un beso seguido de un guiño a la chica -espero que nos volvamos a ver- le dije sonriendo - la próxima vez nos conoceremos- esta vez riéndome para luego volverme a ver a Johno

-adonde me tengo que encontrar con Dansher???- le pregunté mientras esperaba respuesta de parte de este

-quien es Dansher???- preguntó Wormmon algo dubitativo mientras me miraba curioso

-Es alguien del equipo, yo también tengo intriga de saber como es- dije a mi digimon mientras le sonreía

-Es cerca del desierto, no es tan lejos.- le conté. -Por cierto, ten cuidado con es muchacha, me das mala espina.- le dije al ver como la saludaba. Dorumon estaba manejando la vela. El pequeño barco se alejaba y la costa estaba cada vez más lejos, debía a dejar a Kirito y a Wormmon allí, con Dansher. -Bueno, iremos a toda velocidad.- y dicho esto, Dorumon extendió al máximo la vela.