Comienzo en la Isla...

Era por la tarde, y el Sol ya comenzaba a ocultarse en el horizonte. Una chica, de mediana estatura, avanzaba entre los árboles a paso ligero hacia la costa, donde se alzaba la Estatua de la Libertad. Cualquiera al verla se hubiera pensado que no caminaba, sino que corría. Pero lo que ellos no sabían era que esa joven tenía unas aptitudes mayores a las humanas, por no decir distintas.

Zayyn era consciente de ello, pero no le importaba. Podían pensar lo que quisieran, habían sido demasiados años aguantando las tonterías de los humanos. Ella solamente quería ir a su "lugar" improvisado para pasar la noche.

Una joven de pelo azulado, caminaba junto a su perro. Aunque este no era muy normal, su pelaje era de un color amarillo vívido, aunque lo que denotaba que no era de ese mundo eran sus orejas y la cola de color rosa. Bueno, eso, y además que era capaz de hablar.

Aunque rodeado de tantos humanos no dijera nada. Su compañera, la joven de pelo azulado, se lo había dejado claro en multiples ocasiones. La chica iba comiendo de una enorme bolsa de patatas fritas mientras que miraba por los escaparates de las tiendas, y observaba los enormes edificios que la rodeaban. Estaba de turismo por New York, y no sabía cuantos días se quedaría.

Aunque ahora mismo, buscaba un punto un tanto apartado de las multitudes en el que hubiera algún ordenador. Ella poseía un pequeño dispositivo que la permitía abrir brechas entre ese mundo y el de su compañero digimon. Pero para ello, necesitaba que hubiera algún pc.

La chica, chocó con otra, una pelirroja de mediana estatura en la isla de la Estatua de la Libertas, que acababa de visitar. Murmuró unas palabras de disculpa, pero su "perro" observó a la chica. Había algo que no olía normal en ella. Y no es que, debido a esa gran ciudad tuviera ese tufo residual al que los humanos parecían adictos, sino algo más. No dijo nada sin embargo, no iba a alertar a Alyria con tonterias.

Zayyn se detuvo bruscamente tras chocar con la chica de pelo azul. La miró de arriba a abajo mientras esta se alejaba, y aún más, al perro que la seguía. Ambos mantuvieron el contacto visual durante un momento, le sonaba mucho ese animal, pero no sabía de qué. Entrecerró los ojos y siguió su camino, encogiéndose de hombros e ignorando al perro.

Sin embargo, al rato se dio cuenta de que no tenía nada para cenar y, chasqueándo la lengua con molestia, se volvió de nuevo e hizo un sprint hacia al continente. Obviamente para llegar tendría que cruzarlo, pero eso no le suponía ningún problema. Se dirigió al puerto y alquiló una lancha que al cabo de cinco minutos la devolvió al continente.

Ahora tendría que comportarse como una humana normal. Nueva York era una ciudad grande y muy poblada y si iba demasiado rápido se notaría. Caminó hacia una pizzería y compró un par de ellas.

Finalmente anochecía, y la humana y el digimon caminaban solos por central park. Ya era una buena hora para ponerse a buscar un sitio donde ir al mundo digital. Pero si usaba su portátil, entonces quedaría abandonado en mitad del mundo humano, aunque si no encontraba nada mejor, tendría que sacarlo.

- Aly~, tengo hambre- se quejó Labramon.

- Hemos comido hace menos de una hora -.-"- Labramon era una ruina para la chica.- Espera a que lleguemos al mundo digital, y allí ya comeremos algo, ¿vale?

-Valeeeee :3

El digimon movió la cola de un lado a otro demostrando su alegría.

La muchacha suspiró y se dirigió a algún sitio donde pudiera comerse las pizzas tranquilamente, puesto que estaban calientes y recién hechas. Rodeó la manzana y cruzó la calle para entrar en Central Park. A esas horas, era un lugar bastante tranquilo e ideal para cuando no te apetecía hacer nada en especial, salvo, en el caso de la pelirroja, comer.

Siguió un caminito, llegando a un pequeño puente que sorteaba un riachuelo, y cruzándolo. Tenía pensado dónde instalarse, ya había ido allí en innumerables ocasiones.

Siguió avanzando, pero entonces escuchó voces y se detuvo. Miró a un lado y vió a la chica con la que momentos antes había chocado. Cómo no, su perro la acompañaba.

Zayyn Frunció el ceño. Había jurado que había hablado con alguien, pero a parte del animal no había nadie más. Entonces, escuchó otra voz y se dió cuenta, incrédula, de que era el perro el que hablara con la chica. La pelirroja reaccionó rápido, antes de que la viesen. Se subió a un árbol cercano, aún con las pizzas en la mano, y siguió escuchando.

El aire sopló por el parque, moviendo las ramas de los árboles. Por suerte para la pelirroja iba en su dirección, por lo que el fino olfato del perro no percibió el olor a pizzas ni el de la chica. Y llevando mejor el sonido.

- No hay muchas más opciones, dado que no creo que encontremos ninguna tienda de pc abierta, lo mejor que podemos hacer es ocultar aquí mi portátil.

- Genial, lo cierto es que me apetece volver. Siento nostalgia, a fin de cuentas es mi propio mundo.

-Bueno, pues vamos

La chica se puso en marcha, buscando un lugar más apartado con algún arbusto para ocultar su portátil mientras no estuviera. Fueron caminando lentamente por el parque, sin salirse de las vías principales, dado que las farolas se encontraban allí. Labramon se dirigió fuera del camino buscando algo que pudiera ser bueno, dado que sus sentidos estaban más agudizados.

Cuando se hubieron alejado un poco Zayyn bajo del arbol. Oculto las pizzas ocultas, sobre la roca de un poyete. Una vez hubo terminado subio encima del arbol de nuevo y fue siguiendolos, saltando de rama en rama, con el sigilo de un gato.

Ese perro...parecia mas inteligente que el resto. Hablaba y opinaba, y a la chica no parecia sorprenderle eso. Tenia una ligera idea de que era ese perro, pues no parecia un animal corriente. Si sus sospechas se veian acertadas...bueno, podria espiarles un poco mas para enterarse de mas cosas. El perro habia hablado de un sitio al que pertenecia, y Zayyn fruncio el entrecejo. Presentia de que lugar hablaba, habia descubierto muchas cosas en los laboratorios que habia allanado.

Al alcanzarlos, se detuvo, sosteniendose en cuclillas sobre una rama y mirando entre las hojas, esperando a ver que hacian.

El viento dejó de soplar. Pero Labramon no estaba cerca del camino, acababa de encontrar un arbusto lo suficientemente tupido, y en una zona alejada de cualquier vía amplia, que para lo encontraran sería difícil.

Volvió poco a poco con su compañera, que estaba escuchando música con el Ipod.
- Aly, ya he encontrado un sitio donde podemos... - se cortó a media frase, había percibido el olor a algo.- Huele raro... Es como una mezcla de gato, lagarto, humano y no se qué. ¿Miro a ver qué es lo que lo hace?
-No te preocupes, será un gato que habrá salido por alguna alcantarilla, a saber a qué es lo que huele ahí debajo- respondió la chica tranquila, quitándose los cascos.
- Gatos boooooobos- el digimon se rió.

Después de eso se internaron entre los árboles del bosque, y se dirigieron hacia el lugar donde Labramon había dicho que podría ocultar el portátil.

La chica lo encendió mientras que trasteaba con los botones. Labra mientras daba vueltas alrededor por si veía lo que provocaba semejante tufo. Pero no era capaz de localizarlo.
La chica escondió más el pc y se puso en pie, sacando su dispositivo de los bolsillos del pantalón. Apuntó con él a la pantalla que se iluminó al igual que el dispositivo.
- Puerta digital abierta- anunció a su compañero para que se pusiera junto a ella. Porque sino se quedaría en el mundo humano.

Al oir aquellas palabras, Zayyn sonrio ampliamente. Habia acertado, se trataba de un digimon, y gracias a ellos podria cruzar el umbral hacia el digimundo, a donde siempre habia querido ir. Bajo del arbol de un salto, aterrizando en el suelo, tras ellos, limpia y silenciosamente.

El portal briló y comenzó a tragarlos hacia su interior. De repente una chica, la misma chica con la que se había chocado en Liberty Island, apareció tras ellos silenciosamente. Sin embargo no pudieron decir o hacer nada, porque el portal se los tragó a los tres llevándoles al mundo digital.