¡Los fideos! Una nueva forma de conocer a alguien.

El tiempo pasaba con lentitud, y si bien la rusa pudo tirarse más de cinco minutos revolviendo el caldo al fondo del tazón, no daba para mucho más. De hecho podría entretenerse algo más si todavía pudiese hallar el futuro de la persona por los posos, pero eso tan solo funcionaba con el té, motivo por el cual, la muchacha prefería no verlo, su genética como bruja la ayudaba a entender esas formas, y prefería dejar al azar las cosas.

Así que, su siguiente acción fue dedicarse a jugar con los palillos frente a uno de los espejos que había, además de perder más tiempo en tratar de arreglarse el pelo para que no pareciera una loca. Después de poner todas las caras y hacer el idiota con los palillos de una forma similar a como lo hacían en cierto manga sobre piratas, la chica optó por romperlos -dado que eran de madera de esos de un uso -y dedicarse a hacer construcciones con ellos.
Pero aún así tan solo llegó a ocupar quince minutos del tiempo desde que Itsuki se había ido.

De hecho, ya hasta los camareros se acercaron a preguntar, no era normal que se quedase tanto tiempo alguien, así como que

- ¿Va a pedir algo más, señorita?

- ¡Eh! ¡Ah! No, no... No de momento, solo estoy esperando a mi amigo que se ha olvidado el dinero. En un rato volverá.

El camarero asintió y se retiro, aunque no sin antes echarle una mirada sospechosa a la rubia. Esta trato de fingir normalidad, pero notaba como se formaban algunas gotas de sudor por la incomoda espera a la que era sometida. Por suerte, no tuvo que esperar mucho más, dado que Itsuki apareció por la puerta.
Natasha por poco no se abalanza sobre el para obligarle a pagar ya de una vez. Detestaba cuando la miraban como a una ladrona cuando no había robado nada.

- Paga de una vez por favor... Quiero irme ya de aquí... - murmuró en voz quejumbrosa.

Las palabras de Itsuki que antes habían ayudado a que la rubia volviera a tener algo de confianza en el ser humano, ahora se las llevaron de golpe. O bueno, quizás no había que ser tan extremista, tan solo causaron que la rubia pusiera una cara de terror auténtico y fuese corriendo a un espejo. Desde que se había operado para volverse un digimon era muy coqueta, y le gustaba estar siempre en un estado visual perfecto, o al menos, rozando lo que ella consideraba perfecto. Así que, no consideraba en ningún caso que las arrugas fuesen algo bueno.

- Vale... Parece que todo correcta. Sigo igual que siempre... - respiró aliviada la rusa. Al parecer había pensado que le habrían surgido de manera espontánea las lineas en su piel. - No deberías ir diciendo esa clase de cosas- le reclamó al rubio.

Sin embargo, rápido dejó el enfado, puesto que por fin era libre de salir del restaurante, cosa que no tardó en hacer. Estaba contenta, puesto que el Sol asomaba tímidamente entre las nubes creando una temperatura agradable para cualquier humano normal con algo de ropa de abrigo, aunque para ella era que empezaba a hacer algo de calor. Se estiró dejando que su piel absorbiera los rayos solares, puesto que durante cuatro meses había estado bajo tierra. Cosa que podría volver loco a cualquiera que no estuviese acostumbrado a que en invierno su pais viese el astro rey tan solo en postales.
Volvió a regresar al mundo cuando escuchó al muchacho preguntarle algo.

- ` Problemas, problemas no... Solo que tardaste demasiado. Pero bueno, ahora que ya estás aquí imagino que da igual- la muchacha volvió a sonreír igual que había hecho en el interior del restaurante. - ¿Queda muy lejos la zona comercial?

Era bueno saber eso, puesto que la gente comenzaba a salir de sus casas, y prefería no ser vista con ese aspecto de huida de un hospital. Porque ver a una chica que llevaba como únicas prendas unas vendas y un vestido que perfectamente era un camisón, además de sin zapatos, no daba muy buena publicidad a esa persona.

Bueno, aún la quedaba un paseo hasta llegar a las tiendas. Aún tendría que esperar algo más de tiempo para volver a vestirse como una persona humana y, así, dejar de lado esos trapajos... Aunque debía conceder que lo de las vendas por las piernas no quedaba demasiado mal, sobre todo, ahora que ya sabía como hacer para que no se le soltaran y acabaran hechas un burruño en sus tobillos.

La muchacha le observó fijamente un par de segundos después de que él preguntase por los digimons. Le parecía algo raro que su compañero digital no hubiese intentado hablar en ningún momento. Y eso la llevó a la siguiente, sería mudo o bien es que no era un digimon vivo. Sabía que los digimons eran datos, por tanto, podrían ser analizados y metidos en aparatos.

- Bueno... Hay muchos digimons distintos, el tuyo aún está en las primeras fases, por lo que no es muy fuerte. Pero cuanto mayor es el vínculo entre ambos, más puede evolucionar tu compañero y hacerse fuerte. Esos es útil contra los enemigos que quieran haceros daño. Porque lamentablemente siempre hay personas y otros digimons que solo buscan causar daños. - empezó contestando, era algo muy general, que podría valer incluso si eso que llevaba en la muñeca era un juguete.

El silencio de Itsuki le parecía antinatural a la muchacha, si había algo que sabía de él por lo poco que había hablado es que era un muchacho que tendía a ser hiperactivo. Así que, esa repentina bajada de actividad le causaba algo de pavor a la joven. Pero bueno, quizás venía causada a que de verdad le interesaba saber sobre los digimons... Quizás debería decirle la verdad del todo, no solo que podía ser un juguete, sino un ser de carne y hueso, o bueno, de datos hechos realidad.

- Sí, tu compañero puede volverse mucho más fuerte, cuanto mayor sea el vínculo de confianza entre vosotros. Digamos que sería algo así como que sois un solo alma dividida entre dos seres, es vuestra responsabilidad conseguir que el otro siempre se encuentre feliz y en perfectas condiciones. - una pena que lo único que había tenido como eso eran Selenemon y Heliamon, y al final las hubiese abandonado de manera impune en un volcán. - Yo tuve hace mucho uno... Aunque tan solo podía hablar con ellas por la pantala... En tu caso, y no sé cómo, podría salir de ahí volverse un ser real... ¡No pienses que estoy loca! Es la verdad. Por muy difícil que sea creer.

La muchacha observó algo preocupada a Itsuki, dado que se había puesto a andar sin mirar por donde iba para mostrarle el dispositivo, y a ese paso se iba a tragar un cubo de basura o una farola.
Le parecía sorprendente la inocencia y el optimismo del joven, la había creído con tan solo dejar escapar las palabras de sus labios. Era algo bastante adorable de ver, pero a la vez triste, esperaba que el chico nunca se encontrase con nadie malvado que decidiese aprovecharse de ese detalle del joven. Luego tan solo le causarían sufrimiento... Como le había pasado a ella en el pasado.

- Petitmon ha tenido suerte contigo, me alegro por los dos - dijo al final con una suave sonrisa. - ¡Pues claro que te entiende! Por mucho que parezca un animal su inteligencia es humana, o superior a la humana.

Sin embargo, la pregunta de Itsuki la dejó durante unos segundos congelada -aunque seguía andando- era algo raro hablar sobre sus únicas compañeras digitales como tal. Sin embargo, al final acabó hablando, con la mirada perdida en el pasado.

- Bueno... Ellas sólo podían comunicarse conmigo a través del dispositivo y en ocasiones hablando directamente a mi mente, pero nunca podían hacer nada en el exterior si yo también estaba. Su única forma de actuar era por medio de hacer que mi cuerpo se transformase en ellas, y entonces eramos una única entidad las dos- suspiró echaba de menos los regaños de Selene y la ira destructiva de Helia a pesar de lo mal que lo había pasado por su culpa en el pasado. - Pero tuve que dejarlas, a mi pareja les causaban molestias, así que, para que no interfirieran más contra nosotras, decidimos abandonarlas... Aunque quizás no debería haberlo hecho, ahora estoy sola, y la que era mi pareja me traicionó.

La rubia estaba tan abstraida mirando su pasado, que se sobresalto de gran manera en cuanto sintió los dedos de Itsuki hacerle cosquillas. Se retorció como bien pudo poniendo su cara de: "¡Atrás demonio!" Estaba bien que quisiese animarla, pero las cosquillas eran horribles, te obligaban a reír como un desquiciado.

En cuanto consiguió agarrar los brazos del chico y respirar varias veces hondo para recuperar la respiración contestó a sus palabras.

- No sé si podré encontrarlas... Además, de que no creo que me perdonen por haberlas dejado allí... Además de que seguro que tienen un enorme te lo dije... - todo por agradar a Zayyn, y resulta que al final había sido una estupidez hacerlo, bueno, al menos ya sabía que no tenía que dejarlo todo por amor.- Pero bueno... Supongo que tienes razón con eso de que podría intentar recuperarlas. Gracias por los animos, Itsuki.

En cuanto decidió que iría a por sus antiguos espíritus se sintió algo más liviana. Al menos tenía un objetivo más allá de vagar sin ton ni son. Al menos, conocer a ese muchacho había servido de algo más que para conseguir comida y ropa nueva, ahora tenía posibilidades de una nueva aventura. Sonrió contenta, definitivamente tenía un nuevo amigo.

De hecho, iba tan concentrada en eso, que se sorprendió al ver al rubio corriendo por la calle, pero en cuanto entendió sus palabras, puso cara de horror, y comenzó a correr. Por suerte, su cuerpo hibrido le permitiría alcanzar e incluso superar al chico, aunque este hubiese salido antes.

- ¡Ropa fea noooo!

La chica en su desesperación no había sido capaz de controlar su velocidad, por lo que superó con mucha facilidad al rubio. Pero es que a saber lo que la iban a escoger de ropa, porque conseguir ropa bonita solía ser más difícil que ropa muy fea. A veces uno se podía encontrar en las tiendas prendas que salvo para alguien que careciera de vista, nadie se compraría nunca.

En cuanto estuvo en la puerta frenó en seco, mirando hacia atrás. Se sonrojó un poco al ver que había sido demasiado exagerada, de hecho, ahora no parecía ni humana. Aunque bueno, estaba jadeando en la puerta, si eso servía de consuelo. Podía ser Bio, pero era como un digimon roockie, así que, tampoco podía ser Flash.

- Bueno, siempre me ha gustado correr por la ciudad, atravesando obstáculos, subiendo y bajando por caminos que poca gente puede conocer... - hacía mucho tiempo que no hacía Parkour, concretamente desde su operación... Quizás no sería una mala idea ir a hacer eso, cualquier otro día.

La muchacha siguió a Itsuki al interior de la tienda. Era una boutique bastante buena, tenían muchos tipos de ropa distintos, y una gigantesca colección de accesorios. El paraíso de las compras.
Sin querer hacerlo, la chica se olvido completamente del rubio, no por maldad, sino porque sus sentidos estaban a otra cosa como lo era la ropa de aquél lugar. Tras varios minutos escogiendo, la chica ya obtuvo lo que quería. La suerte había hecho que encontrar un conjunto muy parecido a los que tenía anteriormente con una falda blanca y negra y una camiseta que se abría a partir del pecho mostrando todo el estómago, también en blanco y negro, pero con detalles en dorado.

Sin perder el tiempo, entró a los probadores, dispuesta a irse con ello puesto. ¡Hola ropa bonita, adiós trapajos de secuestrada!

Salió al cabo de unos minutos, vestida de la forma usual suya, incluso su pelo parecía haberse comportado y adaptado a la nueva apariencia, volviendo todo él al sitio que le correspondía.

Spoiler:

La rusa sonrió a Itsuki que esperaba fuera del lugar, dando una pequeña vuelta sobre sí misma para que el chico observara y le dijese lo que opinaba. Aunque fuese una valoración negativa -que no creía -no iba a dejar la ropa, era muy parecida a la de su antigua vida, y prefería llevársela. Quizás así pudiese encontrar a todas las personas que le importaban, y podía reunirse con ellos. ¿La habrían echado de menos?

- Gracias por todo, de verdad Itsuki, has sido de mucha ayuda.- la chica se encontraba bastante animada tras el cambio de ropa.

Esperó a que el chico fuese a pagar, no sabía si él querría algo a cambio de eso, pero suponía que ese día aún no era el buen momento para ello. De hecho, no sabía si había algo más que hacer. No tenían más planes para ese día y desconocía si tendrían más ideas para pasar el día.

La chica le acompañó sonriendo suavemente, estaba de muchísimo mejor humor ahora que había recuperado sus ropas más o menos habituales. Era una subida a su ego herido durante cuatro meses que casi la podría hacer olvidar todo lo vivido, casi...
Sus ojos claros como el cielo diurno se posaron sobre su reflejo mientras que Itsuki pagaba las compras. Alzó su mano para juntarla con su reflejo, conmovida en cierto sentido de poder volver a verse como una persona, y no como un trozo de carne recosido y golpeado. Parpadeó con fuerza y respiró de manera pausada para tratar de calmarse, tenía que recuperar su estado normal o se pondría a llorar solo por el detalle que estaba teniendo el rubio a pagarle la ropa.

Haciendo gala de sus dotes de actriz, trató de camuflar todas esas emociones que intentaban desbordarla, para simplemente estar exultante de felicidad. Quizás quedase algo vacío por aquello de que estaba contenta por ropa, quedaba muy superficial. Pero era mejor eso que tener que dejar que las lágrimas de alegría fluyesen ante un desconocido. A nadie le gustaba la gente que lloraba, siempre era algo un tanto incómodo.

- Sí, ha sido lo mejor que he hecho en posiblemente medio año o más. - con el corte con Zayyn y su posterior desaparición, además de todos los demás sucesos, podía asegurar que solo lo había pasado bien con Carlos.- En cuanto a lo que hacer... - sus ojos se perdieron en el horizonte, a pesar de que hubiese edificios delante, se podía notar que la joven miraba mucho más allá de ellos.- Supongo que recuperaré a mis antiguas compañeras digitales... Y quizás debería ir a ver a todos mis amigos, por si se han preocupado por mí. La verdad, no sé si aún me consideran alguien importante por desaparecer tanto tiempo.

La muchacha de cabellos dorados sonrió debilmente a las palabras de Itsuki, era una sonrisa real, pero se sentía aterrada por la reacción que pudiesen tener ellos. No quería ser dañada de nuevo, bastante había tenido que sufrir en cuatro meses con Kira.

- Puede que tengas razón, no lo sé, con algunos las cosas acabaron de forma rara la última vez que nos vimos... - no pudo evitar pensar en Samuel al decir esas palabras.- Y en otros casos es más no saber si habré sido apartada como un muñeco roto o perdido... La verdad, me resulta doloroso tan solo pensar eso.

Asintió hacia Itsuki cuando le comentó sus planes para el futuro, sonriendo enternecida al final con eso de que volvieran a verse.

- Ten mucha suerte en tu aventura, y espero que veas todo aquello que deseas. Pero ante todo, por supuesto que nos volveremos a ver, espero tener de vuelta a Selene y a Helia para que las conozcas. Pásalo bien, Itsuki.

Y tras despedirse, se alejó por las calles de la ciudad hasta desaparecer.

El chico parpadeo un tanto confundido cuando menciono los raros acontecimientos en los últimos encuentros de la joven rusa sin embargo apenas decirle algo ya esta comenzaba alejarse de el, lentamente, hasta volverse una imagen de más entre las multitudes que se iban acumulando más y más frente los ojos rojizos del chico rubio de mechones marrones ¿A que se refería con eso?, ¿Tuvo encuentros indeseables o que? Respiro y exhalo profundamente, bueno, se lo preguntara la próxima vez, pero era muy raro y confuso, ¿Que tendrá aquella rubia lleno de misterios como un cajón con candado?

-¿Que haremos nosotros?-Le pregunto a Petitmon y este no le supo responderle.- Bueno tal ves iremos a la dirección que nos indica ese papel.-Se decidió Itsuki encogiéndose de hombros y dando media vuelta, comenzó irse hasta perderse de vista.

OFF: Fin del tema.